Entrenamiento - Turno 5 | 5
En el mismo instante en que Yukine se posicionó ante su maestro, listo para realizar un ataque eficaz, Samuru entraría en perfecta armonía con su cuerpo, preparado para cualquier ataque con el que quisiera sorprenderlo el joven peliblanco. El enfrentamiento iniciaría lentamente, con la marcada intención por parte de Yukine de comenzar con un corte vertical, estallando el conflicto de manera inmediata y explosiva con la ejecución de aquel primer golpe.
Viendo venir el impacto, Samuru alzaría los puños al cielo, creando una guardia firme en la que el boken, inclinado unos 45° en dirección al suelo, tomaría contacto con el "filo" enemigo con su propia hoja, dejando que la inercia del golpe contra el bloqueo defensivo lo desviara abajo y hacia la izquierda. El estilo de combate del titiritero, siempre más centrado en esquivar o desviar, no dejaría de estar patente en los siguientes bloqueos, lo que a su vez propiciaba un intercambio rápido y eficaz que, paradójicamente, permitiría a Yukine poner a prueba de manera eficaz el entrenamiento propuesto.
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Independientemente de nuestro conocimiento o entrenamiento, el chakra siempre responde a nuestros movimientos físicos, desplazándose a donde toca ¿Puedes notarlo? - Preguntaría con tono tranquilo pese al conflicto, sin dejar de prestar atención a los movimientos del muchacho, cuya habilidad ,más pulida que la suya pese a su propia superioridad física, no debía ser subestimada.
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Como en el entrenamiento de meditación, tu tarea es sencillamente habituarte a sentir su flujo. De igual forma que solo somos capaces de entrenar nuestra respiración en combate una vez comprendemos cómo funciona por si sola; ahora se trata sencillamente de que te acostumbres a detectarlo. Así en el futuro podremos potenciar tu físico mediante el moldeo avanzado. Continúa atacando hasta que no puedas más física o mentalmente.
Una vez terminada su explicación, durante la que no habría dejado de defenderse en ningún momento, Samuru adoptaría una posición un tanto más relajada, con clara disposición a eludir o desviar cada acometida del espadachín que tenía en frente, mientras analizaba cualquier posible mejora visual o técnica que fuera capaz de alcanzar.
Y el tiempo pasaría...
Al cabo algo más de una hora, para el momento en que Samuru consideró que Yukine estaba cerca del fallo muscular completo, saldría del área de combate con un repentino salto, alejándose cinco metros del peliblanco. Bajando su arma hasta una posición que no resultara amenazante, Samuru se permitiría un par de segundos para recobrar el aliento... Su resistencia estaba suficientemente entrenada como para aguantar horas combatiendo, pero eso no le libraba de agotarse como el más común de los mortales; aunque en ese momento le importaba mucho más el estado de su aprendiz.
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Se acabó, puedes descansar - Con los labios aún separados para tomar algo más de aire, una sonrisa complaciente se dibujaría en su rostro, indicando que el entrenamiento físico acababa en ese punto -
Tienes buena técnica con la espada, indudablemente mejor que la mía pese a lo que pueda aparentar. En igualdad de condiciones no sería descabellado que me superaras en combate armado. Espero poder ayudarte a que alcances ese punto - Aquellas palabras, pese a salir de un hombre al que Yukine acababa de conocer ese mismo día, estaban cargadas de una sinceridad indiscutible. Desde el momento en que Samuru había sido aceptado como maestro, su rol había pasado a convertir al muchacho de un diamante en bruto a una joya sin imperfecciones.... Y si por algo era conocido el marionetista, era por ser un perfeccionista -
Siéntate, descansa, analiza lo aprendido... Si a partir de ahora te esfuerzas la mitad de lo que lo has hecho hoy física y espiritualmente tu progreso será innegable en poco tiempo. Eso sí, recuerda el equilibrio de tu energía interior, es importante para no frenar tu propio progreso.
Con lo que parecía un sutil gesto de su mano, Samuru enviaría dos hilos de chakra a través del aire para tomar las espadas de entrenamiento, haciéndolas flotar en el aire de vuelta a su armario, sin moverse un solo metro del lugar en que se encontraba parado; misma localización en la que habría comenzado a estirar sus músculos para que no sufrieran de desgaste alguno al día siguiente.
A los pocos segundos, Samuru extraería un par de píldoras de soldado con un toque sutil a uno de los pergaminos que portaba. Lanzaría una al joven en algún momento que le estuviera viendo y se comería la otra de manera inmediata, con el objetivo de potenciar su recuperación de energía -
Debería ir pensando en marchar de vuelta a Konoha en como mucho uno o dos días. Una de las muchas desventajas de ser un ninja con afiliación a algún País es que tienes que responder ante demasiadas personas cuando te ausentas; no recomiendo la experiencia - Samuru se permitiría reír por lo bajo ante su propio comentario, ocultando cierta incomodidad al respecto del "enclaustramiento" al que se veía sometido -
En cualquier caso, si sigues dispuesto a aceptar mi oferta de empleo y, o, continuar con estas tutelas... Quizás deberíamos tratar tanto la información que querías obtener al respecto de lo primero, como un dilema que me sorprende que aún no hayas sopesado o preguntado. ¿Has pensado donde establecerte en las cercanías? ¿O piensas ir yendo y viniendo?
Nada más empezar a dar consejos al aprendiz, poco después de lanzarle la píldora de soldado y justo antes de empezar a divagar sobre futuros viajes, Samuru se desplazaría con ligereza unos metros alrededor del tatami, hasta detenerse delante de una máquina expendedora. Sin ser muy fan de este tipo de tecnología, pues la tentación de manipularlas siempre le corroía las entrañas, extraería unas monedas de su cartera -La cual parecía haberse manifestado en su mano como por arte de magia- insertando las mismas en el esperpento mecánico, para dejar salir sendas botellas de agua. Tomaría una para si mismo y, volviendo al lado de Yukine, le ofrecería la otra en mano, consciente de que todo el ejercicio debía de haber vuelto a causarle algo de sed.
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Así que tu dirás "Lobo blanco". ¿Hay algo que te retenga en el País del viento...? ¿Algún sitio del que necesites recoger enseres, equipación, familia...? ¿Algún lugar al que te sientas atado? - El marionetista haría una breve pausa, que aprovecharía para abrir su botella y beber parte del contenido de la misma -
Piénsalo bien. Decide cuando querrás darme una respuesta definitiva o las preguntas que te gustaría realizar; ya sea ahora o en un par de semanas... Por mi parte estaré por aquí durante un par de días más; y si necesitaras más tiempo para pensar, ya sabes dónde encontrarme. Además, y respondiendo a uno de los problemas señalados hace unos segundos... Tengo contactos que podrían ofrecerte vivienda barata en Ciudad Shukuba; o en el caso de aceptar la oferta laboral yo mismo podría cederte una habitación sin cargo alguno. Claro que, estoy diciendo esto sin saber si viajas solo, es un detalle importante. De todos modos, piénsalo y decide cuando quieres responderme... ¿De acuerdo?
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