Aplaudía uno de los que estaban en la sala de espera, que posterior se fue a la salida tomando rumbo a las gradas, le habían avisado antes de tiempo quien iba a ser los participantes, seguramente tomaba un nuevo camino en apostar quien iba ser los siguientes en enfrentarse. – ¿Sarutobi?, te toca. Sos el siguiente.– Una voz gastada y grave le comentaba al chico con un bloc de notas en la mano izquierda. El chico lo tomó con una sonrisa, y se levantó de su butaca, caminando al túnel sin tanta prisas, a punto de empezar, preparando todo en su mente, equipando su Bo en su espalda.
–¡Damas, caballeros, y identidades que me dan miedo por la noche!, vengan conmigo a disfrutar este coliseo...Tendremos algo muy especial, dos combatientes que usarán de forma hábil sus armas, y será un lujo verlos. Por una parte, estará una de las espadachines promesas en este futuro Ninja, ¡la deidad roja, la furia carmesí, Akami Ameryuu!. – Aplaudían a alguien que tuvo momentos en este coliseo, tendrán una oportunidad más de disfrutar esta peleadora que cautiva por su llamativo color de pelo.
–Y en nuestro lado...El cara desconocida en el coliseo, alguien que veremos por ser único por sus habilidades del uso de armas...del clan Sarutobi, ¡Kazuki Sarutobi!.– El pie izquierdo del Sarutobi sé asomó al mundo, y a su lado, un pie albino de gran tamaño, Senra, su compañero simio de gran contextura, y delgada midiendo más de 2 metros, color blanco su pelaje. De su boca sale un humo toxico que tapa su nariz con su mano Kazu, aunque la cara de Senra estaba más cautivado, y "volado". –Mira Kazu, parece ir a aguas termales, y las mujeres te miren la gloria eterna...Majes...tuoso.– Miraba como todos aplaudían, se hacían fanes del simio. –Seamos serios ahora mismo.– Era de suponer que sea más serio él humano, aunque sonreía por la sensaciones que generaba...Imaginar si ganara, debía cumplir ese reto actualmente. Su oponente, como dijo el presentador...Podía serle no tan complicado el tema de una estrategia si no supiera eso.
Sé pone al frente de ella a 15 metros, Senra sabía lo que era este momento, y intentaría alcanzar su soñada fama, sé convirtió en bastón que lo agarró, y lo apoyó contra el suelo de forma firme, y vertical. El Sarutobi no dudó en verla a su contraría con leve sonrisa, pues era jovencita, debía ser lo más benevolente en este certamen. – Es un desafío, y un reto magnifico...Espero compartir ese mismo sentimiento contigo. Que el destino decida el enfrentamiento.– Dejé caer una bomba de humo en mi alrededor, explotando, y dejando una visión borrosa a lo que podía pasar, el combate empezó, y se sostuvo tenso hasta que ella decida o lo haga él.
–¡Damas, caballeros, y identidades que me dan miedo por la noche!, vengan conmigo a disfrutar este coliseo...Tendremos algo muy especial, dos combatientes que usarán de forma hábil sus armas, y será un lujo verlos. Por una parte, estará una de las espadachines promesas en este futuro Ninja, ¡la deidad roja, la furia carmesí, Akami Ameryuu!. – Aplaudían a alguien que tuvo momentos en este coliseo, tendrán una oportunidad más de disfrutar esta peleadora que cautiva por su llamativo color de pelo.
–Y en nuestro lado...El cara desconocida en el coliseo, alguien que veremos por ser único por sus habilidades del uso de armas...del clan Sarutobi, ¡Kazuki Sarutobi!.– El pie izquierdo del Sarutobi sé asomó al mundo, y a su lado, un pie albino de gran tamaño, Senra, su compañero simio de gran contextura, y delgada midiendo más de 2 metros, color blanco su pelaje. De su boca sale un humo toxico que tapa su nariz con su mano Kazu, aunque la cara de Senra estaba más cautivado, y "volado". –Mira Kazu, parece ir a aguas termales, y las mujeres te miren la gloria eterna...Majes...tuoso.– Miraba como todos aplaudían, se hacían fanes del simio. –Seamos serios ahora mismo.– Era de suponer que sea más serio él humano, aunque sonreía por la sensaciones que generaba...Imaginar si ganara, debía cumplir ese reto actualmente. Su oponente, como dijo el presentador...Podía serle no tan complicado el tema de una estrategia si no supiera eso.
Sé pone al frente de ella a 15 metros, Senra sabía lo que era este momento, y intentaría alcanzar su soñada fama, sé convirtió en bastón que lo agarró, y lo apoyó contra el suelo de forma firme, y vertical. El Sarutobi no dudó en verla a su contraría con leve sonrisa, pues era jovencita, debía ser lo más benevolente en este certamen. – Es un desafío, y un reto magnifico...Espero compartir ese mismo sentimiento contigo. Que el destino decida el enfrentamiento.– Dejé caer una bomba de humo en mi alrededor, explotando, y dejando una visión borrosa a lo que podía pasar, el combate empezó, y se sostuvo tenso hasta que ella decida o lo haga él.
