Sus dos pies se encontraban encima de sus botas negras, y estas a su vez estaban reposando sobre la arena mojada de la orilla de la playa. Su vista, usualmente perdida, se encontraba posando al horizonte de aquella tarde, casi como si tratara de buscar algún tipo de respuesta al dilema al cual se estaba enfrentando en ese momento. Una mueca de confusión permanecía inmóvil en su rostro, pensando en que quizás lo más práctico en ese momento era pedir ayuda a un pescador, pero su rostro ya había divisado que en los alrededores no había nadie más que él… y es que no por nada eran las seis de la tarde. El cielo naranja contrastaba con el mar y a su vez, lo hacía con sus ya mencionadas botas negras, su pantalón verde militar, su camiseta negra y su chaqueta beige.
Tenía las manos guardadas en los dos bolsillos principales de su pantalón, casi como si de una pose especial se tratara. No obstante, dicha pose con vista al mar se cambió en cuanto este sacó sus manos de los bolsillos, esto en señal de que iba a hacer lo que debía, o lo que al menos consideraba lo más práctico en ese momento – Seguro encuentro algo bueno para comer – diría por lo bajo de la forma más optimista posible, y es que ya a esas horas no tenía provisiones ni nada parecido. No había podido conseguir algún trabajo, pero para su buena fortuna, estaba cerca de la costa y podría pescar, o al menos eso creía.
Tampoco tenía consigo una caña de pescar o algo así, cosa que le llevó a pensar en que debía tener una. Un tanto extraño eso, sobre todo por la época tecnológica en la que se estaba viviendo actualmente, pero para Kano todo eso era poco común, pues sí que imaginaba que habría una forma eficiente de pescar sin caña, pero él no conocía nada de eso – Buen momento para no controlar el agua – diría de manera resignada mientras comenzaba a quitarse su chaqueta, pensando en que debía ir a nadar a buscar comida, aunque no se imaginaba que sería interrumpido.