Aunque para muchos tener amigos se les pueda hacer algo dificil, para Akira no.
Siempre ha tenido buenas relaciones con sus compañeros de clase, hasta cierto punto amigos, aunque a Akira siempre se le hizo hincapié en ciertas cosas por su entrenamiento, y por su futuro
-Recuerda Akira, las amistades son mas como alianzas.
no te encariñes, pues puedes sair muy herido-
Realmente a Akira no le entraba mucho en la cabeza esa idea, luego de la muerte de su padre tuvo que madurar de muy joven, sintiendo una culpa que no merecía aun cuando era parte del mundo al que el tambien estaba metido.
En medio de una clase aburrida solo le llegaban recuerdos de cuando se entero de su fallecimiento, aunque se hacia duro uno de sus compañeros lo lograba sacar de su cabeza:
-Estas bien Akira?, deberiamos tener una sesion de entrenamiento en conjunto esta tarde-
Akira, mirando calidamente a su compañero le asiente, mientras sigue con sus deberes como de costumbre
El entorno de Akira era tranquilo, un poco aburrido para el realmente, aunque siempre se llevo bien con todos ya desde joven tenia sus ambiciones bien en claro; y junto con sus entrenamientos arduos en los cuales se escapaba de casa para poder entrenar al maximo sin preocuparse.
Al salir de la academia, sus compañeros esperaban a Akira para los entrenamientos,y este no pensaba contener.
-Akira vamos!-
Los cuatro chicos se ponen en marcha para el entrenamiento, en un arroyo cercano a la academia.
Pese a que Akira y sus compañeros eran jovenes, estos se veian atraidos por los durisimos entrenamientos que hacia.
-Que tal si hacemos equipos de dos, yo hare equipo con Akira-
Hacen una pequeña persecusion, donde Akira muestra claramente la ventaja dado a sus arduos entrenamientos internos.
Pasaron un par de horas hasta que los chicos se cansaron y volvieron a sus casas, Akira sintio que fue una perdida de tiempo ya que sus compañeros aun no estaban a su nivel y deseaba conocer a alguien que pudiera darle una fructifera pelea.
Siempre ha tenido buenas relaciones con sus compañeros de clase, hasta cierto punto amigos, aunque a Akira siempre se le hizo hincapié en ciertas cosas por su entrenamiento, y por su futuro
-Recuerda Akira, las amistades son mas como alianzas.
no te encariñes, pues puedes sair muy herido-
Realmente a Akira no le entraba mucho en la cabeza esa idea, luego de la muerte de su padre tuvo que madurar de muy joven, sintiendo una culpa que no merecía aun cuando era parte del mundo al que el tambien estaba metido.
En medio de una clase aburrida solo le llegaban recuerdos de cuando se entero de su fallecimiento, aunque se hacia duro uno de sus compañeros lo lograba sacar de su cabeza:
-Estas bien Akira?, deberiamos tener una sesion de entrenamiento en conjunto esta tarde-
Akira, mirando calidamente a su compañero le asiente, mientras sigue con sus deberes como de costumbre
El entorno de Akira era tranquilo, un poco aburrido para el realmente, aunque siempre se llevo bien con todos ya desde joven tenia sus ambiciones bien en claro; y junto con sus entrenamientos arduos en los cuales se escapaba de casa para poder entrenar al maximo sin preocuparse.
Al salir de la academia, sus compañeros esperaban a Akira para los entrenamientos,y este no pensaba contener.
-Akira vamos!-
Los cuatro chicos se ponen en marcha para el entrenamiento, en un arroyo cercano a la academia.
Pese a que Akira y sus compañeros eran jovenes, estos se veian atraidos por los durisimos entrenamientos que hacia.
-Que tal si hacemos equipos de dos, yo hare equipo con Akira-
Hacen una pequeña persecusion, donde Akira muestra claramente la ventaja dado a sus arduos entrenamientos internos.
Pasaron un par de horas hasta que los chicos se cansaron y volvieron a sus casas, Akira sintio que fue una perdida de tiempo ya que sus compañeros aun no estaban a su nivel y deseaba conocer a alguien que pudiera darle una fructifera pelea.