Misión C - Infiltración: Misterio en el Restaurante.
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El bullicio del restaurante llenaba el aire mientras me mezclaba entre los clientes en mi papel de camarero. La señora Haruko, la amable propietaria del establecimiento, me había solicitado ayuda para resolver un misterio que estaba afectando a su negocio. Robos inexplicables habían estado ocurriendo, y sospechaba que uno de los clientes habituales podría estar involucrado.
Mi tarea era clara: observar, recopilar pistas y tratar de descubrir al ladrón detrás de estos incidentes. Mantuve los ojos bien abiertos mientras servía platos y bebidas, tratando de ser lo más discreto posible mientras analizaba a los clientes en busca de comportamientos sospechosos.

Mis sospechas iniciales se dirigieron hacia un hombre en la esquina del restaurante. Siempre estaba solo, absorto en su comida, y su mirada errante a menudo recorría el lugar como si estuviera buscando algo. Tomé nota de sus acciones y, cuando tuve la oportunidad, me acerqué a su mesa para entablar una conversación casual.

—Hola, señor. ¿Está disfrutando de su comida? —pregunté con una sonrisa.

El hombre me miró con expresión distraida antes de asentir con la cabeza.

—Sí, la comida es buena aquí —respondió con voz monótona.

Decidí profundizar un poco más.

—Es un lugar agradable para disfrutar de una comida tranquila —comenté, buscando abrir una conversación más larga.

El hombre suspiró y finalmente levantó la mirada para encontrarse con la mía. Sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y ansiedad.

—Solía serlo. Pero últimamente, no puedo evitar sentir que alguien me está observando constantemente —dijo en un hilo de triste voz.

Mis instintos se agudizaron mientras escuchaba sus palabras. Parecía que este hombre tenía algo que ocultar y que estaba en guardia.

—¿Alguien en particular? ¿Ha notado algo fuera de lo común? —pregunté, tratando de obtener más información.

El hombre suspiró nuevamente y me miró como si estuviera debatiendo si confiar en mí o no.

—No estoy seguro. Siento que hay algo en el aire, algo que no puedo explicar. No soy supersticioso, pero estos robos inexplicables y esa sensación constante de ser observado me están poniendo nervioso.

Mientras hablaba, noté un destello en sus ojos que indicaba que tenía más información de la que estaba dispuesto a compartir. Decidí adoptar un enfoque diferente.

—Entiendo su preocupación. Como ninja de Iwagakure, estoy aquí para asegurarme de que todos en la aldea estén a salvo. Si sabe algo que pueda ayudar, puede confiar en mí —dije con sinceridad.

El hombre vaciló por un momento antes de asentir lentamente.

—He notado que siempre hay un grupo de jóvenes alborotadores a las afueras del restaurante durante la noche. Siempre se mantienen a distancia, pero algo en sus miradas me hace sentir incómodo.

Mis sospechas se confirmaron mientras escuchaba sus palabras. Parecía que estos jóvenes podrían estar detrás de los robos y de la sensación de ser observado.

Agradecí al hombre por su cooperación y regresé a mis tareas de camarero, manteniendo un ojo en el grupo de jóvenes alborotadores durante el resto de la noche. Cuando la hora de cierre se acercaba, decidí actuar.

Me acerqué sigilosamente al grupo de jóvenes y adopté una actitud amenazadora, tratando de parecer más imponente de lo que era en realidad.

—He estado observándolos toda la noche. Sé lo que están tramando. ¿Quieren que llame a los ninjas de la aldea para que los investiguen? —dije con voz firme.

Los jóvenes se miraron entre sí con nerviosismo, y uno de ellos finalmente habló.

—Está bien, está bien. Lo admitimos, hemos estado robando cosas del restaurante, pero han sido cosas insignificantes: utensilios, platos... Pero solo lo hacemos por diversión, no pensamos que fuera a lastimar a nadie.

Me di cuenta de que eran simplemente jóvenes buscando emociones, pero sus acciones habían causado daño a la señora Haruko y su negocio. Les di una advertencia seria y les hice prometer que nunca más se involucrarían en actividades delictivas.

Al día siguiente, compartí mis hallazgos con la señora Haruko y le aseguré que los robos habían sido resueltos. Ella agradeció mi ayuda y expresó su alivio de que finalmente se hubiera resuelto el misterio. Permanecí el resto del día ayudando en el restaurante.

Mientras el sol se ponía sobre Iwagakure, me sentí satisfecho de haber resuelto el caso y haber ayudado a mantener la paz en la aldea. Aprendí que incluso en los lugares más tranquilos, los secretos y las acciones pueden esconderse bajo la superficie.

Mientras caminaba hacia casa con el sol poniéndose en el horizonte, reflexioné sobre cómo cada interacción y cada tarea, por más pequeña que pareciera, dejaba una huella en la aldea y en mi propio camino como ninja. Ser parte de la comunidad y ayudar en las tareas cotidianas era esencial para fortalecer los lazos entre los habitantes y mantener viva la esencia de Iwagakure. Cada sonrisa compartida, cada historia escuchada y cada servicio prestado construían una red de apoyo que nos unía como aldeanos y como compañeros en esta gran familia.
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Última modificación: 08-08-2023, 12:18 PM por Moderador.
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