14 de junio, 15 D.K
Caminabas por el denso bosque de tus tierras donde naciste, en la cuales veías y observabas como las hojas caían, como algunos animales como pequeñas aves y insectos hacían presencia y simplemente hacían sus vidas como si no hubiera nada que los pudiera perturbar o atormentar, de modo que al igual que ellos Ukiso seguía con su vida como si nada fuera de gran importancia, con su abanico puesto en la espalda este seguiría como si nada adentrándose cada vez mas y mas al bosque, el cual poco a poco con las hojas de los imponentes arboles la luz del sol era cada vez menos visible haciendo que se viera cada vez mas oscuro para el ojo común. - parece que hasta la temperatura del lugar es mas fría estando aquí - dices mientras te quedas mirando las hojas del los arboles las cuales son muy abundantes, aunque dejas de mirar aquello para prestar mas atención en lo que parecía ser el sonido de un rio el cual comenzaría a buscar el lugar.
Podrías apreciar la belleza del lugar era sin lugar a dudas bastante bello eh interesante el rio era bastante calmado no hacia demasiado ruido, los arboles del lugar lo hacían bastante maravilloso junto al sonido de las aves y a los pocos pero suficientes rayos de luz que se reflejaban en el entorno lo volvían un lugar maravilloso único del país del fuego. - creo que me quedare un rato observando ese lugar. - dices mientras te sientas con las piernas cruzadas y dejas tu abanico al lado de tu cuerpo, al final los momentos mas felices son los menos esperados o eso era lo que creías, aunque muy posiblemente volverías a seguir tu recorridos hacia la aldea de la hoja, poder descansar tranquilamente en tu hogar, poder volver a hablar la gente que quería entre ellos su madre y hermana, los cuales eran posiblemente las personas con mas relevancia en su vida.