Había llegado al punto en que mi entrenamiento se había estancado. Encargarme de las cuestiones del clan, de las cosas personales, de la búsqueda del templo de la sangre y otras cosas.
Había tomado mi equipo y realizado una solicitud a la oficina para que me dejaran partir hacia Suna, para quedarme de ver con alguien en el coliseo, aunque también tenía ese pendiente de explorar y buscar el templo de sangre, según los escritos de la familia.
De cualquier modo, Carmilla, aquella chica alta y vestida de traje, la cual trabajaba como sirvienta para la familia, me acompañó a las puertas de la aldea. Ella, en su momento, había pertenecido al ejército, aunque nunca combatió, y el estado la puso a cargo de mi cuando mis padres desaparecieron durante su misión.
Entregué mis documentos y expuse mi propuesta, la cual consistía en ir al coliseo para pulir mis técnicas y aprender sobre nuevos jutsus.
Esperaría a que me dejaran entrar por mientras, sentado cerca de las puertas de la aldea.
Había tomado mi equipo y realizado una solicitud a la oficina para que me dejaran partir hacia Suna, para quedarme de ver con alguien en el coliseo, aunque también tenía ese pendiente de explorar y buscar el templo de sangre, según los escritos de la familia.
De cualquier modo, Carmilla, aquella chica alta y vestida de traje, la cual trabajaba como sirvienta para la familia, me acompañó a las puertas de la aldea. Ella, en su momento, había pertenecido al ejército, aunque nunca combatió, y el estado la puso a cargo de mi cuando mis padres desaparecieron durante su misión.
Entregué mis documentos y expuse mi propuesta, la cual consistía en ir al coliseo para pulir mis técnicas y aprender sobre nuevos jutsus.
Esperaría a que me dejaran entrar por mientras, sentado cerca de las puertas de la aldea.