[Flashback] El origen del clan Tajuken

Última modificación: 01-07-2023, 03:08 AM por Sazaki Ryo.

Ost

 

El tiempo no parecía cambiar en la tierra del rayo pues la nación se encontraba varios kilometros sobre el cielo, una protección natural bastante eficiente en caso de invasiones pero los mas veteranos sabían que esto era producto de un accidente de los miembros del clan Jiroku como ultima estrategia para no caer bajo el imperio Boshoku; por su puesto, ahora estaba prohibido hablar de aquello así que no era mas que un secreto a voces y tema de conversación recurrentes entre las cantinas de la nación de la nube.

 

Sazaki escucho las historias en aquellos lugares pero no era algo que pudiese comprobar por si mismo debido a que era imposible regresar el tiempo para comprobarlo con sus propios ojos, no hacia mucho consiguió el titulo de "Chuunin" en su tierra natal lo cual sumado a estar del bando de los imperiales le daba mas libertad que a la mayoría de cuidadnos y por otro lado desconocía bastante historia sobre los sucesos en los primero años después de kami - sama pues solo tenia unos diez años de edad cuando todo esto ocurrió de repente, sus problemas ya eran suficientes como para interesarse por esos temas y lo cierto es que ningún niño de esa edad estaría interesado en cuestiones políticas, aunque si recordaba un temblor como nunca antes, un temblor que hasta el día de hoy era recordado casi a la perfección.

 

El joven de cabellera bicolor intentaba hacer memoria sentado sobre una gran roca de color marrón, alejado unos cuantos metros del dojo de Daisu. Un hombre de edad avanzada quien utiliza un bastón para poder apoyarse al andar, en sus tiempos de juventud fue temido y reconocido como gran shinobi del rayo siendo recompensado con grandes tierras las cuales ahora utilizaba para vivir plácidamente lejos del imperio y la sociedad en si. ¿Por que alguien con ese prestigio y reputación se intereso por Sazaki? La respuesta era simple, su hija formo parte de la primera rebelión ante el imperio lo que provoco su muerte y en consecuencia su pequeña niña recién nacida quedo a custodia de su padre quien mantuvo su postura pro imperio por el bien de la pequeña, ahora ya estaba muy grande para cuidar de ella y esta era la función de Sazaki. Cuidar, proteger, enseñar, hasta que esa pequeña un día liderara la tierra del Rayo a la verdadera libertad y justicia.

 

Pam ahora tenia unos 7 años de edad y su entrenamiento mental ya había comenzado hace un par de años atrás con el fin de tornarla en la mejor regente mundial; aunque claro, aun no entendía el peso de su destino sobre sus hombros y su importancia para un futuro pues aun se trataba de una pequeña niña la cual buscaba jugar, divertirse, y distraerse con su entorno cada que podía. Una alma completamente pura era tanto así que Sazaki se encariño rápidamente de la niña tratándola ocasionalmente como su hermana pequeña, algo que desde el incio fue planeado por Daisu ya que ahora el espadachín no solo cuidaba a la pequeña por ser su deber; si no, por el cariño y aprecio que se gano con el tiempo. — ¡Onii - chan! — La pequeña salio del dojo corriendo directo para colgarse sobre el cuello de Sazaki con total naturalidad.
 
Ryo aun no parecía acostumbrarse a esa muestra afectiva pues siempre separaba a la pequeña con delicadeza para que esta no sintiese que era rechazada por el espadachín, casi en seguida salio Daisu portando aquel bastón tan característico. — Sazaki - kun, alístate para salir de viaje durante los próximos días — El joven volteo algo sorprendido — ¿Se puede saber cual es el destino? — Daisu siempre era cascarrabias y muchas veces tomaba a mal este tipo de preguntas de la nada pero Sazaki ya sabia un poco como tratar al anciano. — Ojīsan dijo que iremos a la gran biblioteca del Rayo a conocer el país ¿No es grandioso Onii chan?— La voz de la pequeña se escuchaba bastante entusiasmada pues casi nunca salia de aquel dojo debido a los ataques furtivos de los rebeldes quien en ocasiones tomaban a los pequeños para "liberarlos" del imperio. — De acuerdo, me alistare en seguida. — Sazaki se incorporo y empaco lo esencial para el viaje.
 
El viaje comenzó rápidamente y el espadachín sabia que muy probablemente serian asaltados por criminales y rebeldes por igual así que no podría bajar la guardia ni un segundo, mas ahora que estaba siendo acompañado por la pequeña Pam Miroku. El viaje duro al rededor de unos 2 días y 3 noches para llegar a un paso bastante curioso donde tendrían que tomar un dirigible el cual los llevaría directamente a la biblioteca del Rayo. Pues se trataba de una cadena de islas flotantes custodiadas por imperialistas en todo momento para evitar la infiltración de enemigos.
 
El dirigible aterrizo sobre la primer isla flotante donde se encontraban un total de 10 ninjas custodiándola para estar al tanto de quien entraba y salia de aquel lugar, el trió de visitantes se registro y así comenzó su travesía para nutrir el conocimiento de la pequeña Pam quien continuaba mas ilusionada que nunca al ver la extraña geografía de su tierra natal. Cuando pasaron a la segunda isla flotante encontraron un templo gigantesco con la cabeza de un toro o buey adorando la entrada con el símbolo del clan Tajuken, el clan al que pertenece Sazaki fue cuando Daisu revelo sus verdaderas intenciones al hacer aquel viaje en grupo y el por que el dirigible no los llevo directamente a la biblioteca. — Sazaki - Kun, esta es la historia de tu pueblo, la historia a la que perteneces... hombres comunes que se hicieron fieros guerreros los cuales continuaban luchando aun sin extremidades, es por eso que de entre todos te tome como guardián de Pam... Tu destino siempre fue ser un guerrero y estoy convencido que algún día seras el miembro mas importante de la familia Tajuken... Pero para que ese día llegue tendrás que viajar por todo el mundo al servicio del imperio para enfrentarte a los ninjas mas fuertes, protegiendo a Kumogakure protegerás a Pam y el día de tu retorno podre morir en paz dejándote a la futura Nidai Raijin a tu cuidado. — Sazaki quedo sin palabras, ahora tendría que cargar con el propio peso de su destino ¿Es que lo lograría? Solo el destino lo diría.
 

Pam

Daisu

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