Pero su camino estaba siendo por el fuego. Pregunto, por mucho tiempo pregunto, busco y paro a gente que no era la correcta. Ya empezaba a perder la esperanza de que en verdad el sapo le dio un acertijo imposible porque no la considero apta de ser del clan Gama. Más como aprendió de alguien que admiraba, no podía rendirse.
Y finalmente diviso a una persona que se le hacia conocida. No solo por encajar en la descripción, de eso se daría cuenta un poco más tarde. Sino porque era un combatiente que vio en el coliseo enfrentando a su hermana "Su nombre era... Ji... Jirocho... Jintaro... Jimparo... Jiraro... no espera ¡Jikaro!" Al pasar su nombre en la mente revivió la batalla, no es que fuera de las mejores, pero el chico le puso espíritu. Pero ahora el joven daba el perfil, aunque no contaba con que fuera la persona correcta, una más de tantas.
Pero no perdía mucho por intentarlo, otra negativa de tantas. Se aproximaría al joven que estaba aparentemente entrenando en una pradera emergiendo la joven Rudra de entre los arboles - Disculpa... Tu eras Jikaro si no recuerdo mal - Le diría sin muchos rodeos alzando la vista conforme se acercaba a él ya que era notablemente más alto que ella - Igual te resulta un poco extraño, pero estoy buscando a alguien, cierto sujeto me dijo que podrías ser tu - Se dio cuenta que estaba dando muchos rodeos - ¿Eres el maestro del pacto Gama? - Le preguntaría de forma tajante manteniendo un semblante serio y formal.