Hacía un tiempo que no volvía por tales lados. Las luchas en el coliseo, han sido catalogadas como sangrientas y violentas. Después de todo, eso es lo que vino a ver el público y la mayoría de los criminales del país del viento y otras partes del peligroso mundo ninja. Algunos, simplemente asistían como "espías". Ver a los luchadores utilizar artes ninjas secretas o kekkei genkai, es algo que llama la atención de cualquiera. A futuro, podrían reclutarlos para trabajar para ellos o simplemente asignar una única misión de asesinato de alto riesgo. La experiencia en el arte del sigilo y el engaño, son conceptos básicos e importantes que definen a cualquier Shinobi o Kunoichi, adentrarse tras las líneas enemigas y salir sin siquiera ser descubierto y haber completado el objetivo, deja mucho de que hablar.
El día de hoy, Rhooh debía combatir contra un compañero de la organización. Desconoce totalmente que es capaz de hacer, y también desconoce su poder. Así que sería una buena oportunidad para descubrirlo, entre el público había escuchado algunos que otros comentarios, pero nada de eso le llamó mucho la atención. Prefiere ver qué es capaz de hacer en batalla — Vaya, vaya... Así que Hirose. — Murmuraría dando varios pasos hacia la gran puerta de metal que lo separa del adversario— La gente de aquí, sigue siendo tan ruidosa como aquella vez. — Una sonrisa se dibujaría en sus labios lentamente y apenas el aviso fue dado por el comentarista, los gritos del público de intensificaron. Algunos optaban por lanzar collares y piedras preciosas, producto de la emoción que están sintiendo. — No debería volver a confiarme. — Desvió los ojos hacia Taiyō y la desenfundó un poco, observando su hoja quemada y luego la volvió a enfundar — Cada vez sufres más daño, el metal no es capaz de soportar la intensidad de tus llamas. — La luz del sol cegó momentáneamente a Rhooh, cuando tal puerta se abrió y de un salto, atravesó el umbral posicionándose en el campo de batalla y esperando la aparición de Hirose con una mirada seris y desafiante " No debería tardar en aparecer."
— Taiyō, que tus llamas hambrientas den lo mejor de ti, mi preciada reliquia. —El día de hoy, Rhooh debía combatir contra un compañero de la organización. Desconoce totalmente que es capaz de hacer, y también desconoce su poder. Así que sería una buena oportunidad para descubrirlo, entre el público había escuchado algunos que otros comentarios, pero nada de eso le llamó mucho la atención. Prefiere ver qué es capaz de hacer en batalla — Vaya, vaya... Así que Hirose. — Murmuraría dando varios pasos hacia la gran puerta de metal que lo separa del adversario— La gente de aquí, sigue siendo tan ruidosa como aquella vez. — Una sonrisa se dibujaría en sus labios lentamente y apenas el aviso fue dado por el comentarista, los gritos del público de intensificaron. Algunos optaban por lanzar collares y piedras preciosas, producto de la emoción que están sintiendo. — No debería volver a confiarme. — Desvió los ojos hacia Taiyō y la desenfundó un poco, observando su hoja quemada y luego la volvió a enfundar — Cada vez sufres más daño, el metal no es capaz de soportar la intensidad de tus llamas. — La luz del sol cegó momentáneamente a Rhooh, cuando tal puerta se abrió y de un salto, atravesó el umbral posicionándose en el campo de batalla y esperando la aparición de Hirose con una mirada seris y desafiante " No debería tardar en aparecer."
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