Horaime camino a paso lento por las casi interminables puertas, hasta llegar a una habitación de pisos de madera donde se encontró con Yūrei.
La forma de Yūrei era sorprende a los ojos del genin, una piel ennegrecida con una espalda adornada de una alas mullidas, ojos dorados y unos cuernos, con el cuerno derecho roto.
–Si tiene el cuerno roto significa que existe algo capaz de dañarlo? – se preguntó en silencio el genin mirando cada detalle del ser que tenía frente a él, después de todo no era momento de sentir miedo sino de explorar este mundo todo lo que pudiera mientras pudiera.
–Tranquilo niño– la frase de Yūrei interrumpió los pensamientos del genin, –No tienes que darme esa mirada, después de todo se como me veo…– concluyó la pesadilla en tono melancólico, frente a Yūrei flotaba un libro que cambiaba de página con solo un movimiento de mano.
–Parece que conseguiste tu cometido ¿no? – continuo Yūrei ahora en un tono totalmente calmado, la pesadilla movió las manos y las puertas por donde el genin entro se cerraron rápidamente detrás de el chico, luego la pesadilla bajo la mirada como si leyera esperando una respuesta.
–Bu-bueno…– murmuró el genin, la verdad el chico no esperaba llegar tan lejos así que le tocará improvisar.
–Un niño después de todo– comentó Yūrei algo decepcionado, –Un trato… dijiste que tenías algo que ofrecerme, sino siempre puedes volver por donde viniste– dijo la pesadilla levantando su mano señalando las puertas que al ser apuntadas por el dedo de aquel ser se abrieron automáticamente.
–N-no…– dijo el genin volteando a ver las puertas algo confuso, –Un trato claro… no podrás resistirte a lo que tengo para ti– concluye el genin en tono firme.
–Tranquilo… la meta era entablar una conversación con él y ahora lo estas viendo sin misterios, no te puedes acobardar ahora– se dijo el genin buscando recomponerse en medio de una situación que parecía superarlo.
El chico suspiro y aclaró la garganta, era extraño el comportamiento de Yūrei había cambiado, no era la misma voz altiva y desesperada con la que había estado hablando el chico hace unos momentos, ahora que lo pida ver el chico noto movimientos lentos de parte de la pesadilla y un hablar pausado.
–Entonces…– dijo Yūrei como invitando al chico a continuar, mientras las puertas se cerraban de nuevo.
El genin miró a su alrededor un segundo apreciando la habitación donde se encontraba, no tenía paredes sino que una continua oscuridad delimitada por las velas marcaba el contorno del lugar.
SH el genin hizo un sonido con la lengua como cayendo en cuenta de algo.
–Supongo que me tienes donde me querías ¿no? – preguntó el genin mirando de frente a su contraparte.
–Quiero decir es claro que todo eso de tus dominios y que tendríamos que estar en conflicto era solamente una fachada… no… no … una prueba más que una fachada– concluyó el genin mirando desafiante a Yūrei, como exigiendo una respuesta.
–JAJAJAJAJA que puedo decir me gusta divertirme, no es divertido cuando muestras tus cartas del primer turno ¿No lo crees? – respondió la pesadilla levantando levemente la mirada de su lectura, dedicando una leve sonrisa al genin.
–De cualquier modo… ya estamos aquí y ya mostramos nuestras “manos”, así que proponemos lo que viniste a proponer… o marchate– sentenció Yūrei.
–Según yo venía a sacar ventaja y al final… sacaron ventaja de mi– pensó el genin mirando la actitud de la pesadilla frente a él.
–Entiendo que se alimentan de chakra ¿no?-- pregunto el chico cruzando de brazos.
–Aprendes rápido niño, no es un alimento como tal pero si le damos una buena fusión entre mas fuerte el shinobi mas fuertes las pesadillas, no esta directamente ligado la chakra como tal pero ya lo vas entendiendo– respondió Yūrei pasando de nuevo la página del mullido libro.
–Y… si te entrego chakra directamente y tu me prestas algo de tu fuerza a cambio? – propuso directamente el genin.
–No es tan fácil niño, después de todo los de nuestra “especie” no se pueden manifestar en el plano exterior tan fácilmente, pero… siempre te podría prestar algo de mi como una especie de chakra– respondió la pesadilla.
El genin recordó que eso era lo necesario para el jutsu que el libro de su madre describia.
–Y a cambio devoraras parte de mi chakra, ¿cierto? – continuó el genin por fin entrando de lleno en el tema principal.
–Lo dices como algo malo niño– comentó Yūrei algo divertido, –Después de todo lo haces cada día para hacer tus… jutsus, ¿es esa la palabra correcta? – dijo Yūrei que con un movimiento de su mano derecha cerró el libro frente a él.
El genin miró el mullido libro, era parecido al segundo tomo que su madre le había entregado.
–Todavía no estás listo para eso… pequeño amigo– comento Yūrei seguido de una carcajada.
–Si ese es el trato... acepto– dijo firme el genin tragando grueso, después de todo no estaba totalmente seguro de en que se estaba metiendo.