Ichigan Fundacion.
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Izuku llego al pais de las aguas termales, junto con su alumna Ohona. Tal como lo decía el nombre, era una aldea pequeña con algunos comercios y muchos hoteles y baños termales, un lugar ideal para relajarse y disfrutar.
En pequeño bar de esa aldea, quedo con verse con Aiko Yamamoto, la habilidosa kenjutser con la que ya habia tenido la oportunidad de pelear a su lado en varias ocasiones. Para comunicarse con ella, Izuku le envió varios pergaminos mediante su ave Takada, para que el imperio no se enterara y los dos acordaron que seria buena idea unir fuerzas para armar una organización rebelde, para luchar juntos contra el imperio, para terminar con la decadencia y la injusticia, en vías de un mundo mejor para todos o al menos esa era la idea. 
Izuku llegaría, vestido como siempre con su kimono negro y al llegar se pediría una cerveza y se sentaría cerca de su alumna.
-Bueno, ya debe estar por llegar, esperémosla aquí Ohona, yo creo que te agradara Aiko, es una ninja muy habilidosa y fuerte y sobretodo muy confiable. Te diré la verdadera razón por la que me veré con ella, yo quiero destruir al imperio, quiero acabar con la tiranía de estos falsos lideres que siguen a un dios extinto, quiero un mundo mejor donde la población decida lo mejor por ellos mismos, tu quizás eres joven pero recuerdo una época mucho mejor a esta, una época donde todas las aldeas estaban juntas y unidas por un bien común. Debemos recuperar la soberanía de nuestros territorios y empezar a velar por el interés común de nuestro pueblo, ¿Qué dices te unirías a mi en esta mision secreta?- Le pregunto Izuku.
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Era la primera vez que esta muchacha entraba a un bar, era una experiencia nueva, nunca antes había entrado a uno, pero su sensei había quedado de juntarse con una mujer en ese local. Casi sin prestarle mucha atención al ambiente, la muchacha siguió a su sensei hasta llegar a una mesa, él estaba con un kimono habitual que solía llevar, pero ella en cambio llevaba un kimono rojo floreado, con un fajín rosa pálido también floreado, adornado con tela morada en el abdomen para poder cerrar bien este fajín y que no se corriese de su lugar. Sobre sus hombros y debido a que el horario era algo nocturno y le entraba un poco de frio, se colocó un chal de piel peludo blanco. Era la ropa que su madre le había preparado para visitar las termas, esta le insistió que no debía andar fuera de tono con el resto del mundo y que un ninja debía aprender a mimetizarse con la gente, aunque, con su gran ojo eso nunca lo lograría. A modo de broma, su hermana le había mandado un cinturón para el fajín con una hebilla de un solo ojo, algo que a Ohona le encanto y no pudo evitar usarlo en su atuendo actual.

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Asombrada, Ohona escuchaba a su maestro atentamente, esta se había servido una taza de té verde mientras él hablaba y, con todo respeto y humildad, la muchacha se alejó un poco de la mesa de piso donde ambos estaban agachados conversando y, haciendo una reverencia con sus manos frente a sus rodillas, está bajo la cabeza y cerro su gran ojo para decir – maestro, yo siempre le seré fiel y seguiré el destino que usted me indique, no sé nada de política realmente, no estoy ni a favor ni en contra del imperio, pero si usted quiere que me rebele contra ellos lo hare con gusto. Úseme como un arma si así lo desea. – las palabras de Ohona eran sinceras, a lo mejor un poco más duras de lo que el Uchiha hubiese deseado, pero, es así… ella no se da cuenta a veces de lo que dice o hace…
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Hacia tiempo que Senshi no se adentraba en un poblado cualquiera, generalmente se mantenía distante en el país de las montañas haciendo sus cosas personales pero se estaba empezando a aburrir, ya había visitado la aldea de Kumo antes inclusive estado en el país del fuego dónde tuvo ese mini altercado con los rebeldes que quedó en el olvido.

Actualmente no sabe si lo están buscando en ese país por los asesinatos ocurridos pero se había asegurado de que al momento de pelear con el ninja ciego no anduviera nadie observando acabando con el de manera instantanea antes de que llegaran los refuerzos de este, era un pequeño resumen de la mejor vacilada que había hecho meses atrás.

Actualmente había desviado su camino al país de las aguas termales, según varias informaciones siempre ocurría alguna cosa interesante o de calidad bastante resaltada así que se decidió en ingresar a la primera aldea que vió, no había nada que destacar de ella, es más, era tan común como las que había visitado anteriormente, estaría caminando por sus calles mirando al frente con una cara serena ocultando su peculiar personalidad y forma de actuar. -Hacer ejercicio caminando no sonaba tan mal al principio, ahora mismo me aburro más de lo que estaba antes- . Se diría a si mismo para seguir su rumbo y en medio de eso se encontraría un bar.

Este miro aquel local con el rabillo del ojo, empezando a sacarse el polvo de su traje por haber atravesado ciertas rutas muy poco concurridas y se decide por entrar ya que empezaba a tener sed.

Una ves entro por la puerta podía ver a todo los integrantes que estaban presentes, no le dió mucha importancia a esas cosas así que simplemente camino hacia adelante hasta sentarse en una silla que estaba al lado de un tipo tomando cerveza y una chica con una máscara.-Té por favor buen señor-

Dijo al cantinero para después para después esperar su pedido...la verdad su presencia incomodaba un poco a los clientes debido a que sus ropajes se diferenciaban mucho de los de una persona normal, además de tener una Odachi en su vaina, como si hubiera pasado por muchas cosas.
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Después de varios días en barco la kunoichi al fin llegó al país del rayo pero no tendría tiempo de visitarlo porque su objetivo era otro país, para dejar atrás Kumogakure Aiko tuvo que emprender su viaje por las montañas y laderas que protegen a los kumonitas. 

Después de un día de viaje a pie subiendo y bajando montañas nevadas la kunoichi llegó al pais Helado su nombre se lo estaba ganado a pulso con las intensas nevadas nocturnas y el monstruoso frío durante el día pero con esos climas Aiko solo pudo correr más rápido para dejar el país helado atrás.

En el cuarto día llegó al país de las aguas termales sin la necesidad de entrar a ninguna de las grandes aldeas no era broma pero cada día era mejor navegante la joven Onmyōji, la aldea no era muy grande parecía que solo vivían unos cuantos campesinos en los alrededores era una tierra muy lúgubre algo no le agravada a Aiko, al pasar cercas de las aguas del mar del Este un ser hechos de brea negra gigantesco con ojos blancos vacíos emergió de las profundidades del mar la creatura observó desde lo lejos a la kunoichi media 25 metros de alto o eso calculaba ella -Es un Umibōzu?- la criatura se alejó de la orilla y empezó a seguir a unos pescadores.

-Se van a morir- la joven no pudo ayudar a esa gente en el mar porque había más criaturas en tierra de lo que pensaba ella, entre unos arbustos salió un abura-sumashi un duende con cabeza de papa y vistiendo paja como ropa parecía haber robado aceite de cocina luego se internó de nuevo en el bosque, durante la noche en algunas lámparas y puestos aparecían Hitotsume-Kozo pequeños monjes de un ojos no hacían nada malo pero es tétrico ver tantos en un solo lugar en su vida pasada eran monjes que fueron asesinados.

La kunoichi acampó en la intemperie pero antes de que saliera el sol cercas de una granja abandonado salió de entre la tierra dorotabō es el cadáver de un granjero asesinados la kunoichi corrió lo más rápido para llegar al pueblo pero los dorotabō salian en caso todos los parcelas que pasaba significando que en algún momento hubo una gran masacre de gente en ese país.

Al llegar a la ciudad que dijo Izuku el nivel de los espíritus bajo o mínimo su peligrosidad apenas uno que otro Keukegen que ensuciaba casas o locales como algunas hitodama pero también flotaban yūrei parecía que mucha gente fue sacrificada y sus cuerpos arrojados a una fosa común dado a la gran cantidad de espíritus, las personas normales no podían verlos pero la Onmyōji si podía ver los horrores de ese país en sus fantasmas.

Aiko se instaló en una posada con aguas termales ni siquiera allí podía librarse de los Yūrei que murieron ahogados pero ella prefirió relajarse, al salir de las aguas termales una karakasa empezó a seguirla parecía tener un fetiche con las mujeres como ella pero Aiko se fue a su habitación no le importo ella se cambió la ropa y se pusos hitagi blanco interior, kosode y hakama de color negro, ceñidos a la cintura mediante un sash blanco se trenzo el cabello y uso lentes redondos, para salir al sol sujeto al Karakasa de su pierna para usarlo de parasol y salió al pueblo aún en contra de la voluntad del Yōkai.


La reunión con el rebelde de Konoha fue en un bar al entrar Aiko cerró la sombrilla Yōkai y reviso los alrededores, logró ver a su compañero Izuku sentado junto a una mesa, ella caminó hacia él y se sentó aun lado de Uchiha su apariencia era la natural lo que podría confundir al ninja -Tiempo sin vernos Izuku desde aquel asaltó en Kumo que mal recuerdo jajaja- después de aquella entrada enfocó la mirada en la joven que estaba sentada al lado del Konoha y antes de que alguien  pudiera hablar ella los cayó -Shhh… no se muevan- usando al Karakasa levantó un poco el kimono que la cíclope para ver bien sus pies, soltó su paraguas y quedó parado del mango, rápidamente puso su mano en el pecho de la cíclope para apretar ligeramente y luego soltarla para volver a su asiento para hablar con Izuku -Que raro no es un Yōkai… ¡está viva! y eso me alegra haber visto muchos Yūrei de un ojo últimamente pensé que me volvería loca. Uufff descartó un problema menos, ahora me debo deshacer de este Karakasa- señalando al paraguas que estaba de pie o bueno así lo podrían ver sus compañeros.

Karakasa


La Onmyōji al fin habló directo con cíclope -Perdona mi nombre es Aiko tenía que asegurarme que estuvieras viva y si fueras una Yūrei hubiera atravesado tu cuerpo cuando te toque, bueno Izuku de que querías hablar, no es broma este país está plagada de manifestaciones malignas- Aiko sonrió con confianza y se recargó hacia adelante poniendo sobre la mesa su trama -¿tienes otra misión verdad? ya sabes que te ayudaré en lo que pueda-.

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Narro/ Pienso/ Hablo
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Akami hace una semana habia empezado su viaje y habia llegado al pais de las aguas termales, era una perefecta oportunidad para conocer los apises mas alejados del mundo shinobi y las aguas termales eran perfectas para empezar, y esta semana de estancia en aquel pais, habia conseguido un trabajo de medio tiempo en un pequeño bar de la zona, bueno aunque el dinero no era algo que le preocupara, le gustaba ayudar y trabajar, pero en un bar... siendo una sacerdotisa... no es muy logico o cuerdo... pero la logica y estetica no van de la mano con la Ameryuu en ese sentido.

 El uniforme de trabajo era un tanto tradicional, pero al mismo tiempo llamativo, pues consistia en un kimono al estilo maid, la parte superior era amarilla mostaza y la parte inferior era morado azulado, tambien mostraba algunos volantes y habia una diadema en su cabeza. 

 Y el dia de hoy habian llegado personas bastante llamativas... Un espadachin, Una ciclope, un joven con una ligera aura siniestra, y la onmyoji que Akami ya conocia- Ameryuu-san... podrias atender a esos clientes?- dijeron las otras meseras- Bien, pero mi turno ya termino- dijo suspirando para luego diriguirse a la mese a atender al chico sombrio, cuando escucho algo que le llamo la un jutsu?- pregunto con emocion.
atencion- Te diré la verdadera razón por la que me veré con ella, yo quiero destruir al imperio, quiero acabar con la tiranía de estos falsos lideres que siguen a un dios extinto, quiero un mundo mejor donde la población decida lo mejor por ellos mismos, tu quizás eres joven pero recuerdo una época mucho mejor a esta, una época donde todas las aldeas estaban juntas y unidas por un bien común.- Y tambien - no estoy ni a favor ni en contra del imperio, pero si usted quiere que me rebele contra ellos lo hare con gusto. Úseme como un arma si así lo desea.- una organizacion rebelde esta por formarse- dijo en su mente mientras pretendia atender a Senshi, pero este fue automaticamente con el cantinero de la barra- Bueno, uno menos...- dijo Akami diriguiendoce a la mesa del grupito rebelde- ¿Buenas tardes, puedo tomar su orden?- dijo con una sonrisa, claro siempre con una sonrisa al publico, de la forma en que la gente mas le gustase (Ai Hoshino eres tu?...) despues de tomar la orden de los dos, momentos antes de retirarse dijo- Me gustaria unirme a vuestra organizacion...- dijo retirandoce para despues retirarse y darle la orden al cantinero/cocinero del bar- Con esto termino mi turno- dijo retirandoce para cambiarse y luego ir a la mesa donde Ohona e Izuku estaban.

 Buenas, mi nombre es Ameryuu Akami, soy una sacerdotisa y kunoichi sin aldea que reside en Kiri... y me gustaria ayudarlos en su mision... siempre a sido mi sueño reformar este mundo tan corrompido...- dijo con una sonrisa- Por cierto su pedido ya viene- y de un momento a otro, se percato de la presencia de Aiko- Aiko-nee-sama... cuanto tiempo- dijo con una sonrisa mientras otra mesera venia a traer los pedidos- Akami-san, pense que te habias ido, entonces, atenderias otra mesa?- Me niego, mi turno ya termino- dijo con una sonrisa-Entiendo, suerte- dijo la mesera antes de irse- Por cierto... Es real?- dijo señalando el ojo de Ohona.

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[Imagen: Bl8Jqj5.png]
Narro/Pienso/Hablo/Técnicas
Pasivas
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El Uchiha se encontraba en aquel bar tenia una plactica amena con su alumna Ohona, sobre la organización que tenia en mente. Por fortuna esta acepto unirse casi sin dudar, lo cual alegro mucho a Izuku.
-Excelente sabia que podía contar con vos. Sobre lo político, bueno pronto comprenderás a lo que me refiero, no espero que adoptes mis mismos ideales, al contrario espero que tu misma desarrolles un sentido critico sobre la realidad en la que vivimos, acerca de que mundo queremos y que tipo de gobernantes queremos. Los shinobis tenemos un gran poder y por lo tanto una gran responsabilidad en este mundo. Llegara el punto en que tengas que tomar una decisión y esa decisión podría marcar el resto de tu vida como shinobi. Debes saber que una vez que traicionas al imperio, ya no hay vuelta atrás, quizás incluso te veas obligada a abandonar Konoha. Pero lo harás por una razón importante, para defender a tu pueblo, para defender a los humildes y a los más débiles, en contra de la tiranía, la burocracia y la opresión. - Decia Izuku, con la intención de politizar un poco a su alumna.

En eso, Izuku vio llegar a su compañera Aiko y la saludo amablemente.
-Hola Aiko! que bueno verte, si por suerte salimos vivos de esa, casi no la contamos- Dijo Izuku recordando su terrible batalla en Kumogakure.
El Uchiha estaba a punto de presentar a su alumna Ohona, pero antes de que pudiera siquiera reaccionar, Aiko ya se habia puesto en posicion de combate, casi a punto de sacarle la cabeza a su querida kōhai.
Izuku se levanto rápidamente y puso su cuerpo entre Aiko y Ohona, levantando las manos en señal de paz.
-Wow wow, Alto, ella es mi alumna Ohona, también de Konoha, no te preocupes no es ningún espíritu... creo- Respondió Izuku que como no podía ver espíritus tampoco podía confirmar que su alumna no lo era, pero en todo caso sabia que no seria un mal espíritu.
Aiko rápidamente confirmo que no lo era, así que Izuku se relajo.
-En parte queria que la conocieras- Dijo Izuku mencionando a Ohona. Es una poderosa Hyuga y es de confianza. Todavía tiene mucho que aprender y le falta algo de experiencia, pero tiene potencial para ser una aliada importante en nuestras batallas. Siempre es bueno tener aliados fuertes en batalla.
Tambien se unio a la conversacion otra joven llamada Akami. Al parecer era conocida de Aiko y tenia interes en unirse a la organizacion, por lo tanto había escuchado su conversación con su alumna Ohona.
-Mm bueno si muchos me escuchan quizás esta organización no termine siendo tan secreta como lo propongo. Pero bueno yendo al grano- Dijo Izuku dirigiendose a Aiko que todavía no se enteraba de que se trataba.

-Aiko, quiero fundar una organización rebelde, una organización para pelear contra el imperio, donde podamos reunir a los shinobis más fuertes, entrenarlos, armar estrategias y quizás algún día recuperar la independencia de nuestras aldeas. Es una mision arriesgada, pero bueno después de la batalla que libramos en Kumogakure, entendí que yo solo no puedo lograr mis metas, necesito aliados que me cubran la espalda, que sean mis ojos y mis manos. Ya tengo una base pensada que no esta muy lejos de aquí, es un antiguo cuartel rebelde que fue abandonado, pero por unos cuantos Ryos lo podemos arreglar para que este operativo nuevamente, solo necesito reclutar miembros fuertes y de confianza que compartan mis ideales. ¿que dices, te interesa mi plan?
hasta tengo pensado un nombre- Dijo Izuku mirando al ojo de su alumna que llamaba mucho la atención.

-Ichigan, la organización que juzga al mal, a través del ojo que todo lo ve- Dijo para finalizar Izuku.
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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El asesino mientras le traían su taza de té se vería envuelto en lo que parecía ser el inicio de una organización rebelde compuesta por el sujeto que estaba al lado el y una chica que según sus diálogos era su alumna que parecía tener un ojo, pero fue algo que no le importaría mucho a Senshi.

Tras aquellas palabras del sujeto fundador se daría cuenta que eran ninjas además que eran de la aldea de Konoha, la que tantas leyendas guardaba dentro de sus murallas y tantos ninjas respetados voló odiados habían surgido, aunque era algo obvio, un grupo de campesinos no se dedicaría a la destrucción de un imperio, aunque con las políticas y claras facciones que han surgido durante todo este tiempo hacerlo no era muy complicado, simplemente se necesitaría un plan bien elaborado.

De la nada aparecería una kunoicho que parecía ser conocida del futuro fundador, debido a que en cuanto se vieron fueron directamente al saludo corfial y la mención de sus nombres, Senshi no le daría mucha importancia este asunto y sacaría de su bolsillo derecho un papel de "se busca", con la imagen de un hombre y su nombre escrito.

Días atrás, un Yakuza le había encargado la eliminación de uno de sus más grandes rivales, aunque el asesino no era un fanático directo de los sicarios la paga sería muy buena, así que por simplemente eso y por la obsesión de enfrentarse mano a mano con la escolta de ese sujeto lo hicieron tomar el trabajo.

Ahora en su actualidad estaría viendo fijamente la imagen y el nombre del sujeto grabándose en la memoria y tratando de idear su rastreo, tenía una pequeña sonrisa mientras el mesero le servía su té tranquilamente, y Senshi como todo buen rastreador estaría bebiendo el elixir mientras escuchaba la conversación de la futura organización, viendo si podía encontrar algo interesante en sus palabras.

Después de unas palabras sin sentido llegaría una mesera, que al parecer también era Shinobi, con la intención de unirse a la agrupación, así que Izuku comentaría que no es tan secreta si todos los escuchan. -Mi recomendación sería que ustedes debieron hablar en otro lado, hasta yo estoy escuchando desde que llegué, y muy posiblemente los meseros, tienen suerte que ninguno haya Sido un imperial, o al menos eso creo-. Diría mientras tenía sumida la cabeza en sus pensamientos ideando un plan.

Después del comentario y de la plática siguiente como de la explicación de que trataba la organización y la mención de su nombre, que aquí entre nos al asesino le gustaba el eslogan, se lanzaría otra pregunta al aire. -Disculpe, pero ustedes conocen a este sujeto?-.  Preguntaría, viendo si conocían su ubicación exacta o al menos se destaca algo más divertido.
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Las palabras de su sensei y las de aquella mesera… eran… mucho… para ella cada vez todo empezaba a ser más y más vergonzoso… y aparte, aquella mujer de grandes pechos y sensual apariencia le había tocado el busto… claro… Ohona se acordaba muy bien de ella, era Elma del coliseo, sin embargo… Elma-sama ahora estaba tocando su pecho solo para saber si ella estaba viva… Ohona estaba roja como tomate, se puso nerviosa a más no poder y repentinamente un joven empezó a decirles de que todo esto debíamos haberlo hablado en un lugar más privado, Ohona miro a su sensei y sus lágrimas empezaron a brotar, luego empezó a decir un poco desaforada – SENSEEEEI ese chico tiene razón, estas cosas se hablan en privado – diría, y luego resoplaría ante Elma-sama mientras le apuntaba con el dedo – y usted, Elma-sama o Aiko-senpai, no se ni como decirle, pero luego de derrotarme en el coliseo tan duramente no creo que pensaría que me había matado – diría moviendo sus brazos y cayendo de bruces – aparte me toca mi pecho presumiendo su gran busto… claro, el mío no es tan grande como el suyo, pero es porque lo fajo – diría resoplando a un lado e hinchando sus cachetes.


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En eso, el joven mostro una foto de su objetivo – ah… no… no lo conozco… si lo puedo buscar por ti – diría, acercándose al muchacho y tomando el papel con ambas manos… luego de eso, miraría a Elma-sama y, llevándose su mano a la espalda, liberaría su faja que apretaba su busto por debajo del kimono, todo con tal de que el pecho se soltase pero sin dejar ver nada, mostrando que aunque no tenía una copa A o B, tenía una copa C, más grande que la muchacha camarera, luego le sacaría la lengua y diría – si me va a humillar al menos hágalo con mi tamaño de busto original – diría, para luego pararse recta y ver su busto frente al de ella… pero luego se escondería nuevamente y taparía sus pechos… no… ella le doblaba en cantidad… otra derrota ante ella - debe ser copa E... - murmuraría mientras se tiraba sobre la mesa.
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Última modificación: 29-07-2023, 10:47 AM por Aiko Yamamoto.
En aquella mesa se encontraba Izuku quien la reconoció no por su apariencia sino por lo que hicieron en Kumogakure parecía estar feliz de sobrevivir igual que Aiko, entre las personas en la mesa se encontraba su alumna pero lastimosamente en ese país había muchos espíritus así que era algo normal confundir a la alumna de Izuku con un espíritu por su gran ojo.

Entre las personas en el lugar la mesera era Akami quien ya sabía lo que pasaría en ese lugar así que al vernos se ofreció a ser parte de Ichigan bueno tal vez se precipitó un poco, al parecer Izuku la acepto bien como era de esperarse.

Izuku dió un discurso sobre las metas de la organización como las causas de esta reunión también nos dió el nombre que sería Ichigan, pero no sería la única persona escuchando sino también un extraño espadachín que comentó que cosas así eran mejor hablarlas en privado y no a la mitad de un bar o mínimo investigar que nadie fuera un imperial.

Ohona le dió la razón al extraño espadachín aunque aún ella seguía sonrojada por lo que hizo Aiko de tocar su pecho, la kunoichi se puso de pie para reclamar lo que ocurrió en el coliseo, la Onmyōji volteo para otro lado -¿No se de qué estás hablando?- también reclamó por qué tocó su pecho -No te toque por gusto solo quería sentir si tú corazón latía y no eras algún espíritu, como este paraguas maldito- aquel parasol seguía de pie sin moverse de dónde lo dejó la kunoichi.

Ambas Kunoichi's vieron la imagen pero era inutil Aiko no conocía a nadie del rumbo así que no era de mucha ayuda aunque Ohona comentó que ella luego lo ayudaría, dejando eso de lado la cíclope se aflojó la faja para dejar en claro que su busto no era pequeño argumentando que si quería humillar mínimo que la hicieran con su busto más suelto, Aiko se puso de pie puso sus manos en su cadera y sacó más su pecho casi empujando con su atractivo a la alumna del Uchiha demostrando la gran diferencia entre ambas, ambas regresaron a sus asientos logro escuchar lo que dijo y respondió -Casi Ohona, luego te confirmo-.

Fuera de la competencia entre la cíclope era hora de hablar con el líder de la organización sobre Senshi -También quieres incluir a nuestro compañero que escuchó todo?, No parece ser un imperial, ¿que dicen los demás?- antes que todo la opinión de los demás era importante.
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Narro/ Pienso/ Hablo
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Aquel hombre había aceptado que Akami se uniera a aquella nueva organización que apenas se estaba levantando, una organización rebelde, organización que seria nombrada como Ichigan, el ojo que todo lo ve, Akami estaba contenta, tal y como su sensei se lo había prometido, aquella organización la habia aceptado.

 Bueno Akami, si seré tu maestra, pero ocupo que hagas algo muy importante para mí. Lo primero es que soy una rebelde que vive bajo las alas del imperio, aquí está mi casa, mi mamá y todo lo que conozco por eso no me he ido de aquí. Algo que debes saber esa que el imperio mató a mi padre dejando sola a mi madre a Saito y a mi por eso soy una rebelde, Saito no lo sabe y así lo preferimos el es Imperial y no quiero que le digas nada que pasó aquí. Lo que yo busco que nadie más pierda a sus padres por culpa del imperio y liberar a los oprimidos de otros tierras... Afuera tengo más aliados como organizaciones que me ayudan y te ofrezco pertenecer a una de ellas... El nombre de la organización es Ichigan y partiremos mañana al país de las aguas termales si no te molesta para presentarte con ellos, si guardas mi secreto y aceptas lo que soy yo te entrenaré- esas palabras de su sensei resonaron en su cabeza desde el dia que se las dijo, no solo vino a formar parte de Ichigan, también vino para ser entrenada, eso era seguro.

 Pero... de repente...-  Mi recomendación sería que ustedes debieron hablar en otro lado, hasta yo estoy escuchando desde que llegué, y muy posiblemente los meseros, tienen suerte que ninguno haya Sido un imperial, o al menos eso creo- aquel joven hablo dejando a todos atónitos, y no era para menos pues tenia razón con lo que decía- No hay de que preocuparse, esta es una zona rebelde despues de todo- diria mirando al cantinero, quien asintió antes sus palabras. Aquel bar era un lugar de rebeldes poco conocido, no habia imperiales que supieran de su ubicación.

 Y... de repente... Ohona y Aiko tuvieron una escena bastante... como decirlo... patetica...- OIGAAAAAAAAAAAAN...- grito con fuerza- Si vais a montar un numerito, al menos compren una botella de alcohol... es un bar después de todo, numeritos sin alcohol no están permitidos- dijo mientras abrazaba el pecho, para cubrirse su escaso busto de copa A- y ademas... discutir por algo tan... tan... patético como el busto... son mujeres adultas... YA MADUREN- gritaría golpeando la mesa con el puño, causando que los vasos sobre ella, dieran un pequeño brinco.

 Claro... Ameryuu Akami... era susceptible cuando hablaban sobre el tamaña del busto...
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Narro/Pienso/Hablo/Técnicas
Pasivas
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Última modificación: 12-09-2023, 01:52 AM por Izuku Uchiha.
Izuku comentaba sus planes con mucha tranquilidad en aquel bar, quizás demasiada ya que había muchos ojos curiosos que se metieron en la conversación, ¿acaso el Uchiha estaba siendo descuidado o era parte del plan para reclutar gente más rápido? nadie lo sabría, ni siquiera el mismo, pero de lo que estaba seguro es que acababa de nacer una nueva organización llamada Ichigan. Las chicas se desviaron de la conversación hablando de sus bustos e Izuku se distrajo bebiendo unos cuantos tragos.

Luego cuando hubo un momento de silencio el pelinegro se puso de pie, y levantando su copa de cerveza y brindando bien en alto dijo:

-Por Ichigan!, la nueva organizacion contra el mal, que vencera al imperio y creara una socidad más justa para todos!- Dijo Izuku, levantando su vaso en alto y brindando con sus nuevos compañeros de equipo.

-Después de aquí, continuaremos festejando en nuestra nueva base, es un antiguo cuartel rebelde abandonado, pero con algunos arreglos, será perfecta para nuestras reuniones, planes, capturar fugitivos imperiales y quizás incluso entrenar y mejorar nuestras habilidadades, asi que que dicen, ¿estan dentro? ¿Se encuentran listos para vencer al mal y decirle Basta a las injusticias y la miseria en las que se encuentran nuestras amadas aldeas? Lo que nos espera no será fácil, pero con vuestra ayuda estoy seguro que lo lograremos!. Dijo Izuku emocionado.

-Por ICHIGAN, POR LA REVOLUCION, SI QUIEREN VENIR QUE VENGAN, LES PRESENTAREMOS BATALAAAA.- Gritaba el Uchiha, ya algo pasado de tragos.
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Nee-san, yo soy madurita… es solo que no me gusta perder – decía con pucheros Ohona mientras se retraía en su asiento. Luego de esto, la joven Hyuga observo a todos lados, era un grupo entretenido, no dudo en sonreír y echar unas risitas… si… tal vez no todos tenían ojos especiales como ella y su sensei, sin embargo, parecía que lo pasarían bien… el grupo de aventureros se conoció en este bar, ahora Akami, Senshi y Aiko eran sus nuevos aliados, aunque uno de estos aun no decía su nombre, creo que me estoy adelantando a los hechos… - por cierto, extraño kun, ¿cómo se llama? Al fin y al cabo, usted conoce nuestro secreto no tan secreto – diría, mientras proseguía a servirse del mismo licor que su sensei.

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La verdad Ohona no era muy buena bebedora, pero qué más da, hoy era un día para celebrar. Los jóvenes presentes, las hermosas damiselas, los rebeldes que estaban en el lugar, todo, todo era bellísimo, y hoy era el primer día de Ohona en tanto tiempo que se sentía en familia, claro, luego de dejar su amado hogar… - senseeeeeei, dígale a su "amiguita" que hip – diría algo ebria ya – que al menos, al menos yo tengo mejor trase... trase... trasero... nalgas... pompis... como sea – decía totalmente seria mientras se abalanzaba contra la mesa y golpeaba su copa de cerámica contra la madera.

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Hey, ¿escuche hablar de que eran rebeldes? Un tal Ishikawa dice que necesita ayuda en un país lejano, por si se quieren apuntar – diría un viejito del montón al grupo, para luego marcharse sin dar mucho detalle… quien iba a pensar que una información tan vaga por un desconocido cualquiera iba a ser algo tan importante para este grupo de jóvenes… - VAMOS SENSEI, chicos, a la mierda, vamos a matar a ese ishi… ish… chiguagua – decía mareada la joven Ohona.
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Senshi andaba fastidiado por el espectáculo que ojos masculinos no dejarían pasar, claro, a pesar de que el resto de hombres ya era cierto como reaccionarian Senshi sentía nada de atracción, sus memorias y sentimientos seguían con el cadáver de la única mujer que amo en su vida. -Si en verdad existe el cielo, Ume dame paciencia...Ume dame paciencia-. Susurraba mientras daba un suspiro de haber llegado al colmo mientras movía constantemente el dedo con que cargaba el anillo de bodas que le iba a dar, solamente tenía su vista en el té que estaba probando hasta que la chica cíclope le dirigió la palabra. -Senshi, ese es mi nombre- Dijo para aprovechar su distracción y quitarle el "se busca" que le había dado con anterioridad.

Después decidió arrugar el papel y meterlo un bolsillo de sus ropajes, el segundo tendedero no sabía que decir antes la situación, miro a Senshi momentáneamente mientras esté nada más hizo una seña de que al parecer todo el mundo estaba loco, esto en el proceso de que sensei y alumna se emborrachaban. 

Ahora la chica esperaba a insunuar su trasero, el asesino no podía soportar más estar a unos centímetros de una agrupación caso perdido. -Deben recordar que varios hombres las están viendo y no lo digo por mí-. Mencionó mientras le daba un sorbo a su té, que al parecer ya se había acabado, decidió devolver la tasa y terminar por pagar.

Un señor se acercó y menciono sobre un tal ishikawa que necesitaba ayuda, al parecer la primera que respondió junto a su sensei gritando ya pasados de tragos, en ese momento el asesino se estiró un poco para ponerse a unos centímetros al lado de aiko. -Me pueden recordar si en algún punto acepte de entrar?-. 
Salto de foro:

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