[Salida]

8 de Marzo, 129 DY

Era una mañana, común y corriente. Rhooh, estaba de pie en el tejado con la vista puesta en la roca Hokage. Tras la llegada desde su última misión en Kumogakure, la pérdida de civiles y daños a las estructuras debido al repentino ataque, tenían al casi anciano con la mente en otro lugar. Bastante tiempo tuvo para pensar y reconocer sus fallos como Shinobi, y ya no sentía digno de ser llamado uno 
— Yumeko... Ken. Sé que les dije que siguieran su propio camino... Pero ya es hora de irme, mi camino Ninja ya terminó... He fallado. — Encendería un cigarro y exhalaria una gran cantidad de humo hacia arriba — Algún día regresaré, pero dudo que siga siendo el mismo... — El honor como "Samurái" y Shinobi, era su principal fuente de fuerza, pero ya no estaba. Era el momento de forjar un nuevo camino y seguir sus instintos de lucha, gloria y dinero.

Dejar a sus dos pequeños hijos atrás, sirviendo cómo aspirantes al Imperio, no era una idea que le agradará. Pero, ya les enseñó mucho y era hora de que tuvieran su lección final — La oscura mentalidad que poseo... Hacer las cosas a mi manera, es algo que no se me permitía hacer como Shinobi... Si los hubiera encontrado  antes, a esos perros rebeldes, tal vez el resultado habría diferente. — Un par de alas negras emergerian desde su espalda y de un batir de alas, ascendería varios metros y volaria en dirección a las puertas de la aldea. Sabía que como Jōnin, no tendría problemas para salir, siempre que regrese y haga un reporte de utilidad. Al pasar unos minutos en vuelo, ya saldría de la aldea, en busca de un nuevo camino.

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