[Pasado] Piel de seda y dorada [Bishamon]

1 de noviembre de 14D.K.

Zona Sur de Kirigakure - Isla Verdana

¿Qué traía al joven Shokan a visitar los predios de la Isla? Simple. Había sido encomendado con una misión de rescate por parte del Imperio. Se trataba de una pequeña banda de criminales de la facción de Kirigakure. Estos a pesar de ser pocos, contaban con una excelsa organización y habrían orquestado ya varios atentados a la seguridad de la isla y a su mínimo habitantes y visitantes.

— ¿A quién debo esperar exactamente? — Consultó el joven de cabellos azules y dorados. Su cuerpo reposaba en una cómoda silla de madera, colocada allí sobre la tierra, a la intemperie de la costa de la isla. — Nuestra información sugiere que realicemos una operación de cautela, la isla en sí es bastante extensa y no podemos cubrir toda su extensión, pues no poseemos el personal adecuado para ello. — Explicó el emisario del imperio.

— Deberás colaborar con una Kunoichi del País de la Hoja. Estas alianzas no son muy comunes y esperamos que te desenvuelvas con eficiencia y nada más. — Exigió el emisario cerrando aquella pequeña carpeta y ocultando la información restante.

El asentamiento imperial estaba a aproximadamente unos  10 o 15 metros como mucho de la costa que encara hacia la Capital, los navíos o barcos tenían prohibido utilizar la ruta marítima cercana a la Isla Verdana debido a los numerosos ataques y secuestros, por ende él y su compañera serían trasladados de manera individual antes de comenzar con la operación de rescate.

Shokan preparó su equipamiento y empezaba a trazar posibles desenlaces, así como cada movimiento que pudiesen realizar antes de que dicha operación iniciará, su compañera siquiera había arribado, por lo cual tendría algunos minutos de sobra para prepararse antes de la llegada de la joven desconocida. — Todo ha quedado muy claro, esperaré aquí a mi compañera y llevaremos adelante el encargo. — Respondió finalmente el joven Jounin observando como el emisario del imperio se retiraba en uno de aquellos muy pequeños navíos que habían sido predispuestos para la movilización de los activos.

Hacía mucho los pies de la rubia no tocaban aquellas tierras y con mucho, tal vez eran exactamente cuatro o cinco años de los quince que habían pasado desde Yugata. Parte de ella sentía una ilusión inmensa, por las personas que había conocido de aquella región del mundo y aunque en sus anteriores visitas no había dado con ninguno, las ganas de poder compartir con alguno seguían intactas.

Salió desde temprano de la hoja, atravesó el bosque de la muerte y tomó un navío en compañía con otros viajeros, comerciantes y familias que harían más que todo turismo o escala en el país del agua antes de moverse a otro lado. La rubia solo tenía a la vista una capa café y por debajo toda su indumentaria ninja, incluso, pergaminos con cosas que siempre guardaba en ellos. Poco a poco, el barco dejó las costas de la hoja y se encaminó en medio del mar hasta arribar a los puertos de kiri.

Se veía bastante normal, como siempre. Lúgubre, opaco, con mucha niebla como para variar. El ambiente se sentía tenso, pesado. Llegó a pensar que era cosa de la niebla, del país como tal, pero podría ser que no, que simplemente fuera impresión suya. Desconocía del todo la evolución del imperio dentro de aquellas murallas y sentía que este era buen momento para lograr un acercamiento diferente. Una vez en las puertas de la aldea buscó a quien sería el responsable de llevarla hasta la persona que sería su compañía en la misión. Poco tiempo pasó antes de diera con esa persona.

—Buena tarde, soy Bishamon, Jounin de la Hoja. Vengo desde Konoha por la misión en conjunto.—

Quien la recibía no era más que una chica un tanto mal vestida, encargada precisamente de ser apoyo de navío y de ser quien se encargaba de la limpieza de los mismos mientras los grandes navíos estaban lejos de tener viajes.

—Buen día señorita Bishamon. La estaba esperando. Nos moveremos en góndola hasta la Isla Verdana, ahí la está esperando alguien, creo que es quien la acompañará.—

La rubia afirmó y sin perder más tiempo se pusieron en marcha. Antes de darse cuenta habían atravesado la aldea del sur este al sur, sin poderle dar chance de hacer un recorrido corto por esta. ¿Daría con alguien quizá que pudiera hacerle ese favor? Como fuera, En el resto del camino no hubo mucha más charla. Llegaron al desembarco y la chica se despidió no sin antes recibir unas cuentas monedas de la rubia.

—Buenas tardes— se presentó nuevamente después de una corta reverencia. —Supongo que serás mi compañero de misión, un gusto. Soy Bishamon, de Konoha.—

Hablo - Pienso - Narro

Las espesas nubes surcaban de un costado al otro con el pasar de los minutos y las horas. El sol apenas e irradiaba con fuerza sobre la tierra que sería testigo de una operación bastante "peculiar".

La espera fue bastante tediosa, en especial para el Sin Clan, pues, no era una persona sumamente paciente en términos de "largas esperas". Si esta no hubiese sido un encargo semioficial y en colaboración con otra Aldea; su presencia se habría esfumado cuál brisa de costa en un abrir y cerrar de ojos.

— Esa tiene forma de águila... ¿La ves? — Preguntó. Su voz era proyectada ligeramente hacia un costado, pero su mirada se mantuvo fija hacia el cielo en todo momento. Su cuerpo reposaba sobre la corta grama que crecía cerca de un montículo, no muy lejos de la posición de espera y sí, la rubia buscaba con su mirada fácilmente podría encontrar la nueva posición del oriundo de Kirigakure.

La góndola se abrió paso a través del tranquilo mar y arribó pasada unas 2 o 3 horas aproximadamente, el golpeteo del remo contra el agua, alertó a Shokan quien se reincorporó a medias tan solo para observar la llegada de su compañera. Si la chica era observadora o quizá ni tanto; podría observar un cuerpo de agua muy similar al joven Shokan desvanecerse lentamente a partir de su llegada a tierra firme.

— En efecto, lo soy.  — Respondió, realizando una muy ligera reverencia para en respuesta del saludo de la extranjera.  — Es extraño ver extranjeros por estos lares con la situación actual del continente.  — Comentó ante la extraña participación de Konoha en la operación; sin embargo, esto no era más que una pequeña "pulla" para indagar más acerca de su relación con los objetivos generales de la misión.

— Soy Shokan.  — Añadió con brevedad, finalmente, se incorporó sobre sus pies y avanzó hacia la zona de encuentro "acomodada" con todo lo necesario para la ejecución de la misión.  — Acércate.  — Ordenó a la Jounin.

Cuando por fin sus pasos lo hicieron llegar a la pequeña mesa de madera, señaló con su diestra el mapa que reposaba sobre esta.  — Se trata de un mapa un tanto impreciso de la zona en la que estamos y vamos a operar.  — Explicó, aquello era un detalle sumamente importante a su parecer.  — Conozco la zona de antemano y me encargaré de ubicarnos durante cada paso que demos, así como de brindarte toda la información necesaria. ¿Hay algo que quieras comentar o compartir sobre ti? — Sus ojos se clavaron sobre el fino rostro de la rubia y posteriormente escaneo el resto de la integridad de la joven.

No parece ser una Kunoichi común y corriente, puedo percibir cierta fortaleza y potencial en ella.  — Si no tienes preguntas podemos iniciar.  — Ofreció, esperando la respuesta de la mujer.

Última modificación: 06-05-2023, 02:25 PM por Bishamon.

Antes de llegar, la rubia con la vista puesta al frente, vería una silueta en el agua desvanecerse lentamente desde su llegada. ¿Qué había sido eso? Sin poder evitarlo, de cuando en tanto la rubia ponía su vista hacia ese lugar. ¿Era un muerto, un jutsu o alguien la estaba vigilando? Como fuera, el joven Shokan no demoró en responder a su presentación con el mismo formalismo con el que ella había iniciado la charla.

—Hasta aquí la acompaño, debo regresar a seguir trabajando. Espero disfrute su estadía en el país.— dijo la chica antes de dar media vuelta no antes de tener en consentimiento de la rubia quien afirmó en señal de aprobación. Volvería a su góndola para desaparecer en la espesa niebla que concurría sobrepuesto en el mar.

—Diría que es raro dependiendo como lo mires.— sonrió —La Hokage está al tanto de la situación del Agua e imagino que busca alienarse un poco con los que más poder ostentan— comentó tranquila. —Lo otro, es que si mal no estoy, a quien han raptado es un importante científico de nuestra aldea, que precisamente trabaja en desarrollo de armas ninja, desde ese punto de vista no es tan raro que esté aquí.— hizo una leve pausa —No seré la más experta para el combate, pero imagino que usarán mis formas para poder tener información y movilizar a un grupo más especializado—. Se había acercado lo suficiente para ver el mapa.

—Perfecto entonces, tenemos ventaja en conocimiento espacial. ¿Hay algo que deba saber o tener en cuenta de la zona?— indagó. —Y no, por mi parte no hay nada importante salvo los datos del sujeto que tiene cautivo. Soy ninja médico, por cierto.— fue lo único que comentó y comentaría acerca de sus habilidades. Normalmente decir que era médico ya tenía el impacto suficiente para que lograran conocer capacidades bélicas y demás, aunque para la rubia aquellos estándares no aplicaran, era efectivamente un cuchillo con fijo de ambos lados.

—Por mi no hay problema, estoy lista para iniciar. Te seguiré, dado que conocer la zona, así que, deberíamos poder llegar en corto tiempo al lugar.— dijo mientras se quitaba la capa café que la cubría. Dejaría la misma sobre un costado y ahora, Shokan podría verla usar un pantalón ancho de shinobi y un suéter de lana cuello tortuga, además de una especie de chaqueta larga morada que no dudó en zafarse para dejarlo atado a su cintura. Esperó indicaciones del otro para proceder.

Concep Art.

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— ¿La hokage? Interesante.  — Espeto el Sin Clan con clara curiosidad y llamamiento. Que la máxima figura de autoridad de una aldea estuviese al pendiente de un asunto tan corriente como este le daba un fuerte indicio de que el rehén en cuestión era de suma importancia para la Aldea.  — En ese caso, deberemos de dar lo mejor de cada quien.  — Añadió hipócritamente mientras gesticulaba con su diestra.

¡Ding! Justo como Shokan lo había previsto, la importancia del rehén era algo a tener cuenta. Si no había entendido mal, se trataba de un importante científico de la hoja, pero lo más interesante ahora era aquel juego de dualidades que el Sin Clan debía llevar a cabo para extraer el mayor beneficio para su persona de toda esta operación. "¿Por qué solo incluir a dos personas en algo tan importante?" Pensó.

— Interesante. Gracias por compartir tu información.  — Replicó en general a todo lo aportado por la rubia. Con un simple gesto negó las pregunta posteriores, pues a su parecer todo estaba dicho.  — Lo más probable es que debamos acampar una o dos días, para nuestra suerte tenemos la ventaja de estar en terreno local.  — Comentó.

Habiendo confirmado que sería él quien llevaría la batuta de la misión. Se dispuso a avanzar con cautela hacia el interior de la zona boca más cercana a su posición, precisamente, al noroeste de donde se encontraban actualmente, sin embargo, este avanzó sucedería después de recoger y empacar todo aquello que los emisarios habían dejado para la correcta elaboración de la misión; pues a fin de cuentas se trataba de información a la deriva.

— Hora de avanzar.  — Ordenó una vez finalizada la recolección. Sus pasos lo llevarían a elevarse ligeramente por encima de los relieves que dividen la zona boscosa y la costa para adentrarse con facilidad a los bosques de la Isla Verdana.  — La vegetación es abundante, aunque con una fauna bastante escasa e inofensiva en términos de peligro, no deberíamos preocuparnos por la localidad.  — Acotó, avanzando con calma y paso firme.

Parpadeó un par de veces ante la sorpresa del chico. La rubia hablaba, específicamente, del entendimiento que supuestamente tenía la Hokage sobre las misiones especiales que se relacionaban directamente con el país. Claro, las misiones menores de rango D, C, B e incluso algunas de rango A, solían estar bajo vigilancia de quien las entregaba o del encargado del puesto. Esta sin embargo tenía un tinte un poco más personal por lo que efectivamente estaba al tanto de la situación.

—Bueno, imagino que el Mizukage también estará al tanto de esto ¿no? Y si, vamos a esforzarnos, tiene que salir bien.— indagó inicialmente poniendo su índice derecho en la parte inferior de la boca y mirando al chico finamente, lo demás, habían sido palabras corrientes y medio motivacionales.

Ahora un interrogante saltaba sobre la rubia. ¿Acaso el encargado de la misión desconocía la importancia de la persona que tenían secuestrada? ¿No se estaban tomando el tema con la seriedad que el caso exigía? Como fuera, escuchó las palabras de Shokan y afirmó a las mismas en señal de comprensión. Empezarían a organizar sus cosas, a empacar lo que les haría falta. Bisha por su lado solía atar hilos de chakra a armas como shuriken y kunais mientras pensaba en como se llevaría acabo todo esto.

—¿Qué rango ostentas y que tipo de habilidades tienes? Quizá nos venga bien organizarnos y planear una estrategia en caso de que algo salga mal— sonrió —yo además de médico soy una kunoichi versátil, se me da bien el ninjutsu y también soy buena con el taijutsu. Mi punto débil es del genjutsu.— hizo una pausa mientras lo meditaba —Ah, y manipulo tres elementos: Suiton, Doton y Katon— los enumeró con sus dedos. Lo demás no lo mencionó, sabría que el chico se daría cuenta de ello en su momento.

Empezó a seguir a Shokan dándole espacio de unos cuantos metros. Los suficientes para poder escucharlo y para poder moverse a tiempo en caso de requerirlo, fuera para esquivar ataques o tomar rumbos diferentes que no estuvieran avisados por el contrario.

—Quizá me convenga luego tomar algunos especímenes, me gusta la herbología. Creo que incluso podría revisar las propiedades de las plantas para la fabricación de venenos y antídotos.— comentó mientras su vista estaba al frente y sus piernas se movían al ritmo impuesto por el más joven.

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— Sobre todo.  — Espeto de manera breve. Shokan, honestamente, no tenía ni idea de si el Mizukage estaba al tanto de aquello; la información fue proveída por un emisario directo de la jerarquía del Imperio y para él no había más relato, simplemente acababa en aquello.

Todo el tema de la preparación fue rápido. Shokan no solía hacer muchos preparativos, ciertamente, él no era alguien de utilizar muchos implementos Shinobis siendo pues, que confiaba mucho más en sus réplicas que en otra cosa; como era de esperar, las típicas preguntas llegaron a la mesa, era necesario indagar los conocimientos y habilidades del contrario para poder efectuar un trabajo pulcro y así lo percibió la rubia.

— Sé que me veo muy joven como para serlo, pero soy un Jounin.  — Espeto con cierto alarde en su tono de voz.  — Como te comenté conozco la zona debido a que soy oriundo del País y claro, poseo habilidades del tipo sensorial.  — Esa fue su carta de presentación. Shokan no pretendía comentar mucho más al respecto de sus habilidades secundarias como usuario de técnicas de sellado ni mucho menos.  — Ah casi lo olvidó, me especializo en usar el chakra Suiton con una segunda afinidad elemental Katon.  — Aquello sería lo último y más permisivo que encontró para comentar a su compañera.

— ¿Qué hay de ti? ¿Qué edad tienes? — Osado como solía serlo en ocasiones, quiso desviarse un poco más a temas triviales que quizá pudiesen llamar su interés mucho más que las habilidades de la Kunoichi…

A pesar de tal cambio radical de tema, en su mente grabó todas las características mencionadas por la rubia, pues se trataba de una Kunoichi bastante completa en términos de manejo de chakra elemental y de cualidades de combate; peligrosa en pocas palabras.

— De hecho, es un buen sitio para ello. La vegetación en esta Isla es abundante, aunque no sé qué tanto pueda ser de tu interés.  — Explicó. El trayecto sería largo, por el momento se encontraban ambos en una caminata bastante tranquila y una plática amena de la cual ambos podrían disfrutar.

Desde la posición que compartía, ambos, podrían observar pequeñas estelas de humo acompañadas de sonidos de detonación muy distantes que apenas y llegaban a los oídos de ambos, pero que era ligeramente perceptibles… ¿De qué se trataría?

La rubia sonrió. Las formas del chico no distaban de lo que sus conocidos de Kiri eran. No parecían ser personas demasiado rígidas con respecto a temas formales. De hecho, solían ser más de ejecutar planes y hacerlo de la mejor forma posible sin tener que implicarse demasiado en nada. Aunque había escuchado que Hyoga se había convertido en Mizukage, no era del todo descabellado que él lo hiciera diferente. Como fuera, Solo escuchó al chico antes de volver a dirigirle la palabra.

—No te preocupes, yo soy jounin desde que tengo quince.— comentó tranquila. —tus habilidades nos vienen como anillo al dedo. Pienso que deberíamos acercarnos al lugar y revisar como infiltrarnos desde allí. Siempre puedo parecer una médico perdida.— agregó.

Sabían lo necesario que eran aquellas habilidades en misiones de infiltración o de sigilo. Se convertían en un arma perfecta para saber dónde, cuándo y a quién atacar. Los elementos parecían ser afines, pero seguro el chico los había llevado a un nivel diferente al de la rubia, pues su fuerte eran el elemento madera y el doton. Lo otro, es que eso de ser médico perdida lo había hecho en antaño y aunque no le había salido bien, reconocía que era de las mejores formas de infiltrarse, lo complejo era dar con la coartada que la pusiera, sin generar sospechas, en ese lugar.

—Podremos hacer muy buen trabajo, estoy segura.— sentenció.

Finalmente, el tema de la edad no le agradaba mucho así que, haría lo de siempre, dejarlo en cabeza del que pregunta. Principalmente por que muchas veces su rostro no era acorde a ello. Y además, por que consideraba ese tipo de cosas irrelevantes, que lo supieran de ella claro, por que saberlo si le gustaba.

—Tendré cuantos creas que tengo— sonrió y guiñó un ojo. —Ya veremos si puede servirme o no… En cualquier caso, nos detendremos si algo cautiva mis ojos.— dijo mientras seguía al chico.

Por ahora no había mucho más, salvo esperar a que el Kiriniano diera con el campamento que estaban buscando. No sabía por qué, pero sentía que aquel chico era muchísimo más fuerte de lo que aparentaba. ¿Era así? Ya lo comprobaría, mientras, en su mente ideaba formas para infiltrarse en el campamento que tenía preso al Konohaniano.

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— ¿Quince? Vaya, eso supera mi récord, incluso. — replicó con una leve sonrisa en su rostro. Shokan avanzó con precaución a través de la densa vegetación del lugar. Los rayos de sol se filtraban a través de las ramas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en el frondoso bosque de la Isla Verdana. Había algunas lianas descendiendo desde lo alto, enredándose y dificultando el movimiento en aquel laberinto verde.

El comentario de la rubia demostró su agudeza y Shokan asintió en agradecimiento. — Estoy agradecido de que así sea. — expresó, apreciando la perspicacia de su compañera. Las habilidades sensoriales del joven Jounin resultaban ser una valiosa contramedida en aquella misión, permitiéndoles anticiparse a los posibles peligros. El plan de Bishamon, aunque simple, se vislumbraba como una estrategia eficaz. — ¿Así que también eres actriz? — preguntó con un tono jocoso mientras apartaba con su mano derecha algunas ramas que dificultaban su visión, revelando un sendero más despejado.

Impulsados por la confianza y determinación de la rubia, Shokan activó sus sentidos con mayor intensidad. Los sonidos de la naturaleza resonaban a su alrededor: el canto de los pájaros, el susurro del viento entre las hojas y el crujir de las ramas bajo sus pies. Su agudeza sensorial le permitía distinguir pequeños detalles en el entorno, como la presencia de objetos abandonados y la vida silvestre que los rodeaba. — Parece que todo está despejado por el momento. — comentó Shokan, asintiendo satisfecho con la información que recibía de su entorno.

Una ligera brisa acariciaba sus rostros mientras avanzaban en aquella expedición. Shokan no pudo evitar reír por el comentario sobre la edad, encontrando el carisma de la joven especialista en Ninjutsu médico realmente cautivador. Sacudió la cabeza un par de veces, aun entre risas, y continuó caminando con determinación.

— Una vez que lleguemos a un territorio hostil, te avisaré. A partir de ahí, tendrás que actuar... — dijo Shokan, su voz resonando con una mezcla de seriedad y anticipación. El camino se desplegaba ante ellos, invitándolos a adentrarse en la desconocida espesura del bosque.

Con cada paso, Shokan y su compañera de Konoha avanzaban hacia lo desconocido, en busca de señales enemigas y enfrentando los desafíos que surgían en su camino. El susurro del viento entre los árboles parecía ser un eco de la determinación que impulsaba a ambos shinobis. El bosque, testigo silencioso de su travesía, ocultaba secretos y peligros que pronto serían revelados para aquel par de Shinobis...

La edad había sido justo la que ella había querido escuchar, así que claro, esbozó también una sonrisa un tanto pícara que dejaría ver lo bien que le sentaba aquella frase. Mientras, siguieron avanzando por el lugar sin dejar en ningún momento de estar alertas por cualquier cosa o ser que pudiera aparecérseles. Claro, para ella era más complejo, por el tema del desconocimiento de la zona, por el chico le daba confianza suficiente como para sentir que podía ir tranquila de cierto modo.

—Más que actriz...— replicó de inmediato a las palabras del joven jounin. Poco a poco, empezarían a dejar el frondoso bosque cubierto de lianas y enredaderas, para dejarles ver un sendero un poco más limpio. Su vista trató de acoplarse con rapidez.

Su atención de disparó cuando el chico hablaba de lo “despejado” que estaba todo. En términos militares, eso solo significaba una cosa… Pero… ¿Había sido capaz de activar sus habilidades sensoriales en movimiento? Eso era admirable.

—Espera… ¿Acabas de?... ¿Rastrear la zona moviéndote? — indagó de inmediato sin dejar de tener en cuenta las palabras del chico a pesar de que estaba sorprendida, le servían de alivio para saber que su momento de actuar aún no había llegado.

—Estoy atenta— dijo mientras movía su morrar hacia adelante. Hurgó y sacó de él una bata blanca que no dudó en ponerse. En aquel momento, su velocidad obviamente se vería afectada, pero no se alejaría demasiado del rubio que la guiaba. —Luego de la incursión, ¿cómo sabrás cuando entrar? ¿Te lo aviso se forma sigilosa? — debía saber como podía moverse por que en el peor de los casos, los destrozos serían del tamaño de su fuerza.

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El Jounin no pudo evitar sonreír a la par que la Jounin de Konogakure, pero el gesto no distrajo de su avanzar y continuó por buen sendero en compañía de la extranjera...

La sonrisa que esbozó el Jounin de Kirigakure se extendió por un par de segundos adicionales al escuchar la siguiente respuesta de la Kunoichi de habilidades médicas. — Interesante...— Añadió en un tono de voz bastante suave y bajo... ¿Si ella escuchaba? No importaba realmente, era esa la intención principal del de cabellos azules y mechones rubios.

— Así es. — Replicó inmediatamente y de manera muy breve ante la duda de la rubia. ¿No había visto tales habilidades, anteriormente? El chico se sintió ligeramente desubicado, quizá era la imagen que había estado construyendo para ella hasta ese momento. — Soy un Shinobi con capacidades sensoriales de muy alto nivel, no debemos preocuparnos por "emboscadas". — Puso ligero énfasis en la última palabra e hizo dos comillas con la ayuda de sus dedos, todo muy gestual.

El avance de ambos continuaría, pero no sin antes tener que replicar ante esa última pregunta realizada por Bishamon. — No te preocupes. Como ya dije, puedo percibir todo a mi alrededor en un gran radio de distancia, tengo tu espalda. — Guiño su ojo y avanzó un poco más rápido, esperaba que la rubia siguiese su ritmo, la noche empezaba a caer y pronto tendría que acampar para pasar el rato hasta la medianoche, entonces solo allí actuarían...

Las criaturas del bosque eran bastante cautelosas, nada de que preocuparse, pues se escondían con el más mínimo ruido o movimiento que los presentes realizaran, sin embargo, ya podían verse más señales "enemigas", tanto en rastro como en otros muchos factores. Shokan se detendría en un pequeño claro dentro de todo aquel bosque, era bastante reducido, pero sería muy cómodo para una parada técnica. — Detengamos el paso aquí, dentro de unas cuantas horas podemos infiltrarnos con más facilidad. 

Última modificación: 29-07-2023, 02:15 AM por Bishamon.

Poco a poco, sabía que se acercarían a la zona donde aquel trabajo iba a iniciarse. Claro, estaba expectante, pero a la vez, sentía cierta tranquilidad, quizá por que en medio de todo el peliazul se la transmitía.

Por otro lado, el tema de habilidades sensoriales era uno en el que ella le hubiera gustado incursionar. Sentía que en medio de todo su clan podía versarse a ello, pero pese a los intentos de dominar el diálogo con las plantas, los árboles y el mismo pasto, era un tanto complejo de lograr. —Entendido, yo… quisiera poder lograr algo así alguna vez.— comentó tranquila ante las habilidades del otro y sintiendo como el comentario había logrado que, a pesar de estar alerta, se relajaría un poco.

—Entonces no pude haber dado con mejor aliado— sonrió sintiendo, de nuevo, que podía confiar en aquel chico de cabellos azules. ¿Era real? No había tenido la oportunidad hasta ahora de incursionar con alguien de habilidades sensoriales, pero hasta ahora, le parecían bastante útiles, quizá por eso eran tan codiciados como los médicos en el campo de batalla.

Reafirmó sus pasos siguiendo el ritmo impuesto por el contrario. Estaban acelerando la marcha, la noche empezaba a caer y poco a poco la luz del día empezaba a desaparecer. No tardaron demasiado en posicionarse en lo que parecía un claro dentro de aquel enorme bosque. La rubia no hizo más que afirmar a las palabras del otro.

Empezó a tomar sus cosas y a alojarse de la mejor forma posible. Se ubicaría cerca de uno de los arboles de la derecha con mayor envergadura. Luego de esto puso sus ojos en el contrario. —¿Cuántas horas de vigilancia hará cada uno?— comentó tranquila. Él había estado a cargo de cuidarles la espalda a ambos, así que, consideraba adecuado que fuera ella quien empezara la ronda de vigilancia en el descanso. —Empezaré yo.— sentenció.

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[En este fragmento, se encuentran los diálogos que deben ser encerrados por la etiqueta de color indicada.]

La velocidad con la cual Shokan se desplazaba a lo largo del terreno fue disminuyendo. El Sin Clan ya empezaba a percibir ciertas "anomalías" en su rango hábil de detección. — Aquí estará bien. — El Jounin rascó un par más de metros con respecto a la posición inicial que habrían acordado, sin embargo, seguía siendo una zona bastante segura.

— Oh. — Shokan se sintió un poco avergonzado al escuchar el deseo de la rubia, era un poco inusual, los Shinobis generalmente disfrutaban de ser máquinas ofensivas, muy pocos podían ver el valor de la rama sensorial. — Podría enseñarte algún truco. — Aprovechó la oportunidad para aligerar un poco el ambiente. — No todos aprecian el arte de las ramas auxiliares, a menudo buscan el poder. — Comentó mientras negaba un par de veces con la cabeza. — En todo caso, debemos enfocarnos... — Cortó allí la conversación, no quería desviarse, al menos no hasta estar seguro de que no los observan o que están alejados del peligro...

Nuevamente, la rubia atinó con otro buen comentario que hizo que Shokan ruborizará ligeramente. — Así es. He de decir que tienes un color de chakra bastante peculiar, me aseguraré de memorizarlo. — Guiñó su ojo mientras apuntaba ligeramente con su dedo, índice en dirección a la rubia...

Ambos se habrían situado en la zona de descanso y la rubia decidió tomar la delantera para realizar la primera vigilia. — No estaré totalmente descansando, así que no debemos preocuparnos por mucho. — Suspiró — Solo serán unas cuantas horas. Levántame cuando necesites el relevo...— Musitó ligeramente agotado, era más algo mental que físico y así decidió recargarse en el lado contrario, justo a espaldas del árbol en el cual ya reposaba Bishamon.

— ¿Cómo es la vida en tu aldea? — Fue una pregunta bastante profunda y reculó casi al instante. — Olvida eso, ha sido el sueño...— Dejó escapar una sonrisa y una carcajada bastante silenciosa, mientras cerraba los ojos para reponer energías.