El sol de verano brillaba intensamente sobre Ciudad Kouten, reflejando su luz en las fachadas de los edificios repletos de actividad y vida. La capital comercial del País del Rayo estaba en su apogeo, con nobles y mercaderes adinerados paseando por sus calles adoquinadas, acompañados del bullicio constante de los comerciantes anunciando sus productos y de los transeúntes disfrutando del ambiente.
Ryu, vestido con una sudadera verde que le permitía mezclarse fácilmente entre la multitud, caminaba por la Cámara del Comercio. Sus ojos amarillos destacaban entre la muchedumbre, al igual que las marcas en su rostro y sus dientes afilados, dándole un aspecto inconfundible a pesar de su atuendo casual. Su mirada curiosa se detenía en los puestos de comida, disfrutando del aroma de las delicias locales que se mezclaba en el aire.
Mientras paseaba, sacó una uva de uno de los puestos y, con una sonrisa, se la ofreció a Lady, su pequeña lagartija que siempre se escondía dentro de su ropa─. Aquí tienes, pequeña. Y ten cuidado con atragantarte ─ le dijo en un tono juguetón. La reptil, en respuesta, le mordisqueó ligeramente el dedo antes de agarrar la uva y esconderse nuevamente dentro de su capucha.
El castaño rió suavemente ante la travesura de Lady y continuó su paseo, cuando de repente, un letrero brillante llamó su atención: un casino. Sin pensarlo dos veces, decidió entrar, movido por la curiosidad y la promesa de entretenimiento.
El interior del casino era un contraste vibrante con el bullicio de las calles exteriores. Las luces de neón iluminaban el espacio, reflejándose en los espejos y las superficies doradas que decoraban el lugar. El sonido de las máquinas tragamonedas y el murmullo de la gente llenaban el aire, creando una atmósfera de expectación y emoción. Las mesas de juego estaban rodeadas de personas de todo tipo, desde comerciantes adinerados hasta aventureros que buscaban tentar a la suerte.
Se dirigió directamente hacia la barra, donde una serie de botellas de licores exóticos se alineaban detrás del barman─. Hey brother, ponme una bebida especial. Algo con un toque de picante ─ pidió, con una sonrisa traviesa. El barman asintió y comenzó a preparar la bebida, mezclando diversos ingredientes hasta crear un cóctel rojizo con un borde de sal y chile. Ryu tomó un sorbo, sintiendo el calor del alcohol y el picante que le quemaba agradablemente la garganta.