Se trataba del lugar favorito del dúo, por lo que no era extraño erlos pasar la tarde allí. La tensa brisa que recorría uno de los lugares más tenebrosos de todo el país, era el pretexto ideal para un picnic entre un cansado Kuma y su fiel compañero. Cuando la dinámica monótona de su vida ninja y las tercas posturas de su madre los saturaban, la salida siempre se encontraba en el pacífico silencio del bosque.
Si bien había todo tipo de criaturas peligrosas, ya no lo eran para ellos. Con el tiempo, habían logrado cierta simbiosis que les permitía cohabitar aquel extraño ecosistema sin más asperezas que aquellas propias de los árboles desgastados, aque aún 13 años después seguían dando sus dulces e inigualables frutos.
-Qué placer, Dogo. Pensar que esta podría ser nuestra vida.. ¿por qué tiene que importarnos tanto esta aldea que tanto nos desprecia y su gente tan complicada?...- no sabía la respuesta, ni esperaba que su compañero la tuviera tampoco, aunque en el fondo siempre le servía conversar con él. Dogo gimoteó exhausto. -Lo sé, lo sé... ¡qué calvario! Pero bueno, uno debe hacer lo que debe hacer, ¿no crees?-
Si bien había todo tipo de criaturas peligrosas, ya no lo eran para ellos. Con el tiempo, habían logrado cierta simbiosis que les permitía cohabitar aquel extraño ecosistema sin más asperezas que aquellas propias de los árboles desgastados, aque aún 13 años después seguían dando sus dulces e inigualables frutos.
-Qué placer, Dogo. Pensar que esta podría ser nuestra vida.. ¿por qué tiene que importarnos tanto esta aldea que tanto nos desprecia y su gente tan complicada?...- no sabía la respuesta, ni esperaba que su compañero la tuviera tampoco, aunque en el fondo siempre le servía conversar con él. Dogo gimoteó exhausto. -Lo sé, lo sé... ¡qué calvario! Pero bueno, uno debe hacer lo que debe hacer, ¿no crees?-