Ren Uchiha caminaba lentamente por las playas de Kirigakure en el país del agua, sus ojos rojos opacados por la gran tristeza que siempre llevaba, brillaban ligeramente bajo la luz del sol que se filtraba entre las nubes. La brisa marina acariciaba su piel pálida, haciendo que su cabello blanco se moviera suavemente detrás de ella.
Desde que había abandonado la aldea de la hoja, Ren había estado atormentada por constantes pensamientos sobre su decisión. Había dejado atrás todo lo que conocía, a su familia, a sus amigos, a su antigua familia. Había sacrificado su vida en la aldea por una promesa de poder y conocimientos a través del mundo. Pero a medida que caminaba por la orilla del mar, esos pensamientos se arremolinaban en su mente, haciéndola dudar de si había tomado la decisión correcta.
Se detuvo en un punto de la playa, dejando que la niebla que cubría la arena se deslizara entre sus pies. Cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de encontrar la paz interior que tanto anhelaba. Se quitó las zapatillas junto con sus medias y sintió la arena tibia bajo sus pies descalzos. Cada paso que daba era como un recordatorio de su decisión, un recordatorio de que no había vuelta atrás. La niebla se espesaba a medida que avanzaba por la playa, rodeándola en un halo de misterio y melancolía. Ren se sentía perdida en un mar de pensamientos y emociones contradictorias. Se preguntaba si había hecho lo correcto al abandonar la aldea de la hoja, si realmente encontraría la redención en Kirigakure.
A medida que avanzaba por la playa, Ren recordaba los momentos felices que había vivido en la aldea, las risas con sus amigos, las enseñanzas de su maestra, los momentos de paz y tranquilidad en medio del caos. Se preguntaba si alguna vez volvería a experimentar ese tipo de felicidad en su nueva vida en Kirigakure. Se sentía sola y perdida, anhelando desesperadamente un lugar al que pertenecer, una razón para seguir adelante. Se sentía como si hubiera perdido una parte de sí misma al abandonar la aldea de la hoja, una parte que nunca podría recuperar.
Pero a medida que caminaba por la playa, sintiendo la arena caliente bajo sus pies, Ren comenzó a darse cuenta de que tal vez no era el lugar lo que realmente importaba, sino la persona que era en su interior. Se detuvo en un punto de la playa, mirando hacia el horizonte donde el mar se encontraba con el cielo. Escuchaba el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla, sintiendo una sensación de paz y determinación crecer dentro de ella. Sabía que había tomado la decisión correcta al abandonar la aldea de la hoja, sabía que su camino la llevaría a un lugar donde podría encontrar la redención y la felicidad que tanto anhelaba.
Ren se enderezó, levantando la mirada hacia el sol que brillaba en lo alto del cielo y sintiendo la arena tibia bajo sus pies descalzos, miraría en dirección al agua para después darse cuenta de que era la primera vez en su vida que visitaba la playa, Pues de niña nunca tuvo la oportunidad e incluso cuando creció no le llamó un relativo interés por visitar dichos lugares pero estando ya allí... Sería capaz de mirar impresionada y quizás... tan solo quizás... emocionada como el agua se agitaba a través de las delicadas olas y danzaban al compás del ritmo marcado por las mismas olas del mar.
Es cierto que la albina no era la persona más conversadora del mundo sin embargo suspiró para tratar de calmarse y aquellos pensamientos que tanto la atormentaba y por descuido se olvidó de la existencia de las mismas olas... Y una de estas se agitó tanto como para tocar sus pies descalzos siendo que el agua estaba fría...
- ¡Jah!- aquello le sorprendió al punto de que aquel leve quejido nacido de su sorpresa pues era obvio que estás horas el agua estaba fría pero no se esperaba que para tanto por lo cual instintivamente se alejó unos cuantos pasos del lugar donde el agua chocaba con la arena mientras suspiraba debido al susto- jejeje No pensé creados ella es mercurio fuese capaz de soltar una voz así- aquella voz Solo sería escuchada por ella ni tan pronto la escuchó frunció el sueño e ignoró por completo El origen de aquella voz, pues la misma provenía de su grimorio el cual permanecía cerrado.
Albina tomaría las decisión de sentarse sobre una roca que sobresalía del del resto, similar a la roca donde aquella chica estaba sentada y apoyando sus pies en la arena, la cual permanecía totalmente cálida, daría un pequeño suspiro de alivio mientras hacía que aquella gabardina que siempre usaba desde que dejó su aldea se realizará por sus brazos para terminar apoyándose en la base de aquella piedra a sus espaldas teniendo no solamente los pies descalzos sino ahora también los hombros desnudos mientras se rebaba los ojos y alzaba la cabeza ligeramente en dirección al cielo.
- Me pregunto... Si de verdad he tomado la decisión correcta...- murmuró mientras abría los ojos para dar un vistazo más a sus alrededores no sabía si estaba disfrutando bien de la playa o no Ya que nunca había venido a un lugar así sin embargo esto le parecía un poco relajante...
Hablar/Pensar/jutsus
Desde que había abandonado la aldea de la hoja, Ren había estado atormentada por constantes pensamientos sobre su decisión. Había dejado atrás todo lo que conocía, a su familia, a sus amigos, a su antigua familia. Había sacrificado su vida en la aldea por una promesa de poder y conocimientos a través del mundo. Pero a medida que caminaba por la orilla del mar, esos pensamientos se arremolinaban en su mente, haciéndola dudar de si había tomado la decisión correcta.
Se detuvo en un punto de la playa, dejando que la niebla que cubría la arena se deslizara entre sus pies. Cerró los ojos y respiró profundamente, tratando de encontrar la paz interior que tanto anhelaba. Se quitó las zapatillas junto con sus medias y sintió la arena tibia bajo sus pies descalzos. Cada paso que daba era como un recordatorio de su decisión, un recordatorio de que no había vuelta atrás. La niebla se espesaba a medida que avanzaba por la playa, rodeándola en un halo de misterio y melancolía. Ren se sentía perdida en un mar de pensamientos y emociones contradictorias. Se preguntaba si había hecho lo correcto al abandonar la aldea de la hoja, si realmente encontraría la redención en Kirigakure.
A medida que avanzaba por la playa, Ren recordaba los momentos felices que había vivido en la aldea, las risas con sus amigos, las enseñanzas de su maestra, los momentos de paz y tranquilidad en medio del caos. Se preguntaba si alguna vez volvería a experimentar ese tipo de felicidad en su nueva vida en Kirigakure. Se sentía sola y perdida, anhelando desesperadamente un lugar al que pertenecer, una razón para seguir adelante. Se sentía como si hubiera perdido una parte de sí misma al abandonar la aldea de la hoja, una parte que nunca podría recuperar.
Pero a medida que caminaba por la playa, sintiendo la arena caliente bajo sus pies, Ren comenzó a darse cuenta de que tal vez no era el lugar lo que realmente importaba, sino la persona que era en su interior. Se detuvo en un punto de la playa, mirando hacia el horizonte donde el mar se encontraba con el cielo. Escuchaba el sonido de las olas rompiendo suavemente en la orilla, sintiendo una sensación de paz y determinación crecer dentro de ella. Sabía que había tomado la decisión correcta al abandonar la aldea de la hoja, sabía que su camino la llevaría a un lugar donde podría encontrar la redención y la felicidad que tanto anhelaba.
Ren se enderezó, levantando la mirada hacia el sol que brillaba en lo alto del cielo y sintiendo la arena tibia bajo sus pies descalzos, miraría en dirección al agua para después darse cuenta de que era la primera vez en su vida que visitaba la playa, Pues de niña nunca tuvo la oportunidad e incluso cuando creció no le llamó un relativo interés por visitar dichos lugares pero estando ya allí... Sería capaz de mirar impresionada y quizás... tan solo quizás... emocionada como el agua se agitaba a través de las delicadas olas y danzaban al compás del ritmo marcado por las mismas olas del mar.
Es cierto que la albina no era la persona más conversadora del mundo sin embargo suspiró para tratar de calmarse y aquellos pensamientos que tanto la atormentaba y por descuido se olvidó de la existencia de las mismas olas... Y una de estas se agitó tanto como para tocar sus pies descalzos siendo que el agua estaba fría...
- ¡Jah!- aquello le sorprendió al punto de que aquel leve quejido nacido de su sorpresa pues era obvio que estás horas el agua estaba fría pero no se esperaba que para tanto por lo cual instintivamente se alejó unos cuantos pasos del lugar donde el agua chocaba con la arena mientras suspiraba debido al susto- jejeje No pensé creados ella es mercurio fuese capaz de soltar una voz así- aquella voz Solo sería escuchada por ella ni tan pronto la escuchó frunció el sueño e ignoró por completo El origen de aquella voz, pues la misma provenía de su grimorio el cual permanecía cerrado.
Albina tomaría las decisión de sentarse sobre una roca que sobresalía del del resto, similar a la roca donde aquella chica estaba sentada y apoyando sus pies en la arena, la cual permanecía totalmente cálida, daría un pequeño suspiro de alivio mientras hacía que aquella gabardina que siempre usaba desde que dejó su aldea se realizará por sus brazos para terminar apoyándose en la base de aquella piedra a sus espaldas teniendo no solamente los pies descalzos sino ahora también los hombros desnudos mientras se rebaba los ojos y alzaba la cabeza ligeramente en dirección al cielo.
- Me pregunto... Si de verdad he tomado la decisión correcta...- murmuró mientras abría los ojos para dar un vistazo más a sus alrededores no sabía si estaba disfrutando bien de la playa o no Ya que nunca había venido a un lugar así sin embargo esto le parecía un poco relajante...
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