[TMAM] Primera ronda - Torneo del Dragón: Kaito vs. Samuru
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8 de marzo, 16 D.K.
Isla Papaya, País del Fuego.


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¡El próximo combate empieza ahora! Dragones, por favor salgan al cuadrilátero —exclamó el presentador, esperando a que los luchadores atravesaran la pasarela y tomaran posiciones en la arena. 

Al verlos salir, el público estallaría enloquecido en aplausos, vítores y grandes ovaciones.

Por el lado izquierdo tenemos a el Señor de las Salamandras, ¡Kaito Chikamatsu! —presentaría, estirando su brazo libre hacia el joven marionetista. Luego se giró hacia Samuru—. Ahora, es un orgullo presentar del lado derecho al ser más humilde del planeta, el Héroe de los niños, aquel que nació para derrotar al mal. ¡Quiero un fuerte aplauso para el gran Papayaman!

La arena es un vasto cuadrilátero de 50x50, metros cuya superficie está prolijamente recubierta de amplias baldosas muy resistentes a los golpes y grandes impactos. Por encima de la misma, reina un despejado cielo soleado y azul. Esta plataforma se encuentra elevada a 1 metro del suelo, y a su alrededor no hay agua, ni árboles, ni rocas, ni nada más que corto e impecable césped que se extiende 10 metros en todas direcciones y separa el flamante escenario de las gradas escalonadas donde los espectadores se congregan para presenciar los combates y animar a sus luchadores favoritos, disfrutando de una vista privilegiada desde la seguridad de las alturas. Todo el sector del público y las partes del recinto ajenas a la arena están protegidas por barreras de chakra que los shinobi de la Hoja se encargan de sostener en todo momento. También hay un escuadrón especial encargado de intervenir y contener cualquier tipo de disturbio.

Jóvenes, ya conocen las reglas. Espero una pelea limpia y justa —Antes de retirarse, de pie entre ambos participantes, el presentador daría la señal con la zurda para que sonara el gong que indicaría el comienzo de la batalla—. ¡Que empiece el combate!

referencia de la arena
Reglas oficiales del Torneo

Reglas off-rol:

- Los participantes dispondrán de un máximo de 10 turnos cada uno (20 en total) para concluir el combate. Si al final del tiempo reglamentario no se ha determinado un ganador, el presentador/árbitro tomará una decisión.
- A partir de este primer post, habrá 48 hs. para responder y presentarse en la arena. Luego se alternarán en turnos de 48 hs. máximo.
- Si un usuario no postea dentro del tiempo indicado se considerará perdedor, y también se asumirá que recibe el ataque (de haberlo) de su contrincante.
- Los fines de semana (días sábado y domingo) no contarán como tiempo para postear. 
- Si un personaje mata a su oponente, el combate será detenido de inmediato y el ejecutor será retenido, aprisionado e imposibilitado de abandonar la Isla Papaya hasta que se la situación se vea esclarecida.
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¿Y el premio está bueno? Incluso me servirá de entrenamiento. No, pero no puedo ir así… Varias preguntas invaden su mente. Combatir a vista de un público y en una contienda tan famosa puede arruinar completamente su fachada como humilde comerciante. Curiosamente este personaje suyo se ha vuelto real con el paso del tiempo, pero lo importante aquí es que evita, en su mayoría, enseñar habilidades ninjas de alto nivel. Sin embargo, en la tan famosa primera edición del torneo mundial de las artes marciales seguramente habrá peleadores con habilidades excepcionales, por lo que contenerse solo puede resultar en una paliza humillante en su contra. Y seamos honestos, nadie quiere ir para que le partan la cara.

No importa, la idea más increíble del mundo termina llegando a su cabeza. Solo necesita disfrazarse para pasar desapercibido. No es de su estilo, si les soy sincero, sobre todo porque deberá abandonar su tan querido sombrero, que es como si fuese su mejor amigo.

Procede a buscar entre sus contactos a alguien experto en el tema y da con la persona correcta. Casualmente, aquella mujer le debe unos cuantos favores debido a ayudas económicas, así que accede a prepararlo para que quede irreconocible. Tras largas horas de trabajo, el legendario Papayaman entre en acción. De hecho, como dato extra, llega a la famosa Isla Papaya con días de antelación y soluciona ciertos crímenes, ganándose el apoyo de la ciudadanía y haciéndose un hombre. No puede ir como un héroe de la justicia sin serlo realmente. En esta oportunidad, Samuru no quiere mentir.


Llegado el día del torneo, mucha gente acude al lugar designado. Muchísimo público, parece un evento masivo. Las inscripciones también se llenan, sobre todo en la categoría a la que se inscribe nuestro humilde protagonista. Lamentablemente, se encuentra con algo malo, algo terrible. Entre los participantes, reconoce a algunos. ¿Es que no tienen nada mejor que hacer? Sí puede ser un problema tener que batirse en duelo con ellos. Ojalá la diosa de la fortuna se apiade de él y lo haga pelear con cualquier otro.

Pero no, específicamente le toca pelear contra el famoso Kaito. De entre todos, debe ser la peor opción ya que es quien actualmente lleva las riendas de la organización. — ¿Debería simplemente rendirme? Habría perdido mucho en este disfraz para nada. Bueno, qué se le va a hacer. Tendré que pelear.

Antes de la suya, se realizan unos cuantos encuentros, todos muy interesantes y con demostraciones de técnicas muy variadas. Él no puede ser menos, así que cuando llega su turno, ingresa a la arena dando un salto acrobático hacia el frente, al mismo tiempo en que el presentador lo revela como el héroe que es. Papayaman, como le diremos durante este torno, saluda al público de manera educada, realizando reverencias hacia todos los costados con el gente. Frente a él se ubica el gran Kaito, al cual le dedica unas palabras. — Espero demos un buen espectáculo, señor. — A la vez, también realiza una leve reverencia hacia él.

Ya todo está dispuesto, todo muy pronto iniciará.


Datos

Resumen
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El presentador, con su voz resonando en todo el recinto, anunció el inicio del próximo combate, mientras el público estallaba en una ovación ensordecedora. Era el momento de salir al cuadrilátero, de enfrentarse ante la mirada atenta de miles de espectadores ávidos de acción y destreza.

Kaito Chikamatsu, el Señor de las Salamandras, avanzó con paso decidido hacia el centro de la arena, manteniendo la calma y la compostura característica. Se colocó estratégicamente a 10 metros del centro, quedando a 20 metros de su oponente, Papayaman. Sus ojos azules brillaban con determinación mientras observaba la vastedad del campo de batalla que se extendía ante él.

La multitud rugía con entusiasmo, pero Kaito permanecía imperturbable, concentrado en la tarea que tenía por delante. Con un gesto de respeto hacia los espectadores, inclinó ligeramente la cabeza en un saludo silencioso, reconociendo el apoyo y la energía que le brindaban desde las gradas.

Luego, dirigió su atención hacia Papayaman, su rival en esta contienda. Aunque enfrentarse a él significaba un desafío considerable, Kaito no era capaz de tomar en serio a aquel hombre que parecía mas un payaso en disfraz que un shinobi,. En lugar de mostrar eso eso, optó por mostrar un gesto de cortesía y camaradería hacia su oponente.

Con una leve inclinación del cuerpo, Kaito dedicó un saludo respetuoso hacia Papayaman, reconociendo su valentía y su honor como combatiente. Aunque el enfrentamiento sería intenso y competitivo, había un respeto mutuo entre ambos contendientes que trascendía la mera rivalidad.

Listo para enfrentar lo que viniera, Kaito se preparó para el inicio del combate, con la determinación ardiente en su corazón y la confianza en sus habilidades como shinobi.



Estadísticas de Kaito Chikamatsu
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El público poco a poco desciende la intensidad de sus gritos para que el combate vaya a iniciar. En el fondo, a Samuru le interesa bastante este combate. No por el hecho de ganar y seguir avanzando, o perder e irse rápido a casa, sino que le sirve para analizar las habilidades que posee la cara visible en el liderato de Kakusei. Podemos decir que la organización es como su hijo pequeño y, actualmente, lo deja a cuidado de alguien que tiene una responsabilidad increíble. Pero como todo padre, siempre hay dudas de dejar a tu pequeño en los brazos de alguien más.

Aun así, lo más importante para Samuru es poder entrenar un poco. Estar tan metido en su papel de comerciante le ha significado perder condición, y sabido es que, tarde o temprano, deberá combatir. Tiene demasiados planes y evitar los golpes en este mundo lleno de violencia parece casi imposible.

Respecto a Kaito, también se comporta educado con su contrincante, mas no emite ninguna palabra. Siempre que se lo encuentra, habla bastante. Siempre le ha parecido un tipo elocuente, pero tal vez es diferente cuando se trata de una batalla. Está bien, respeta que sea así. Ambos peleadores comparten miradas antes de que la pelea dé inicio finalmente, y es cuando el árbitro da el aviso.

Veamos, creo que esto funcionaba así. — Tanto tiempo sin pelear en serio, sin experimentar la adrenalina tan característica de una batalla entre shinobis. Sí, incluso él puede emocionarse al enfrentar un reto como este. En un instante, detrás de su cuerpo se crean aquellas alas de color púrpura. Luego, la mano diestra toma un pergamino de entre sus ropajes y lo extiende frente a él. Del papel, salen disparadas armas punzantes en línea recta, apuntando directamente al pecho de Kaito. La novedad en esta ofensiva es que las herramientas ninjas poseen chakra con ellos, siendo más potentes y veloces que un lanzamiento normal.

Y aún hay más.

Una vez el pergamino ya cumple su función, cae al piso. Mientras ocurre, Samuru realiza un único sello de mano, a la vez que nuevamente el chakra en su espalda comienza a variar.
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Datos


Resumen
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Última modificación: 08-04-2024, 03:42 AM por Kaito.
Kaito, con una calma serena pero determinada, se preparó para contrarrestar la ofensiva de su oponente con una serie de movimientos precisos y coordinados. Con un gesto rápido de su mano derecha, lanzó cinco pergaminos hacia el campo de batalla, cada uno con un propósito específico.

El primer pergamino, de un morado oscuro, dio origen a la figura imponente de Saiko, la marioneta con aspecto de un bijū de seis colas. Mientras tanto, el pergamino negro desató a su fiel marioneta Sanshou, que se posicionó frente a Kaito. De su cola emergió un escudo de acero negro, formidable y robusto, listo para interceptar cualquier ataque enemigo con facilidad.

Simultáneamente, dos pergaminos pequeños de color rojo desataron a dos marionetas Purotutaipu, que se elevaron a una altura estratégica de 10 metros, preparadas para lanzar kunais en cuanto su oponente hiciera algún movimiento.

Por otro lado, Saiko, desde su posición al lado derecho de Kaito, disparó un par de esferas negras con precisión milimétrica hacia los pies de Papayaman. Al impactar, estas esferas liberaron una densa humareda de humo venenoso, dificultando la visión y el movimiento del adversario.

Mientras tanto, la pequeña marioneta infantil se lanzó hacia su oponente, activando una larga aguja metálica desde una de sus cabezas, lista para embestir con precisión letal.

Con estos movimientos, Kaito demostró su maestría en el control de sus marionetas y su habilidad para planificar tácticas complejas en medio del combate. Ahora, aguardaba con calma para ver cómo reaccionaría Papayaman ante su ofensiva coordinada.



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off
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Tan pronto Kaito realiza su movimiento, Papayaman entiende que las habilidades de aquel hombre van más allá de lo pensado. Pero es tal y como corresponde, el líder de Kakusei debe tener esa fuerza y, por lo mismo, Samuru en su interior se siente bastante emocionado de poder enfrentarlo en la primera ronda. Independiente de cuál termine siendo el resultado, probar al máximo sus capacidades es el objetivo que se impone. Aquella marioneta detuvo todas las armas lanzadas, a la vez que dos maniobras ofensivas en simultáneo fueron lanzadas hacia él. Tampoco puede obviar el hecho de que hay más muñecos preparados para la guerra. — Sin duda es la primera vez que me enfrento a algo así. Si me confío, seré derrotado. — Por consiguiente, su cerebro decide no limitarse a sí mismo e ir con todo, lo que significa incluso usar aquel jutsu.

Primero, se activa la técnica realizada con el sello ejecutado tras el pergamino. Aquellas alas violeta que posee en su espalda cambian de color, y esto tiene un objetivo concreto. Kaito no debe esperar para saber la respuesta, pues el hombre disfrazado ante sus ojos simplemente estira los brazos para que una potente ventisca de aire se expanda a su alrededor en todas las direcciones, llevándose consigo la marioneta enana y aquello que pudo crear el humo venenoso, dispersándolo.

Curioso es, Samuru aún no se mueve de su sitio. Es como si fuese una estatua construida en ese lugar y tuviese prohibido movilizarse. Considera que es una distancia perfecta, pues sus ojos pueden ver aquellos títeres en tierra y también aquellos en el cielo. Además, no podemos obviar que sus sentidos se han agudizado (presencia) producto de uno de sus jutsus, estando preparado para lo que se venga.

¿Eso es todo? Para nada, Papayaman quiere hacer gala de lo hábil que es en el ninjutsu, necesitando periodos de tiempo casi inexistentes para realizar sus movimientos. Apenas se extiende el Atsugai, defendiéndolo de la primera ofensiva de Kaito, un único sello de mano por parte del supuesto payaso crea una nueva forma de ese chakra especial. El marionetista ve como tras Samuru se crea un caballero que dispara una potente flecha fugaz hacia él, la cual avanza en línea recta con la intención de despedazar a la Salamandra y, si es posible, al mismo Kaito.

Samuru no duda, usa una de sus técnicas más letales, confirmando lo que ya se dijo, respeta al líder de su organización y por nada del mundo lo subestimará. Eso sí, realizar tal ofensiva trae un coste que se debe pagar. Aparece dolor en el cuerpo del usuario, pero por ahora, es soportable. No se desconcentra, sabe que aún hay trucos presentes sobre la plataforma y quién sabe cuántos más podrá tener el gran Kaito. — Vamos, enséñame que tienes lo necesario para proteger el mismo sueño que yo.

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Última modificación: 10-04-2024, 05:32 PM por Kaito.
Kaito observó con atención cada movimiento de su peculiar rival, Papayaman, consciente de que la apariencia podía ser engañosa y que aquel hombre ocultaba un poder considerable bajo su extravagante disfraz. Cuando las plumas misteriosas surgieron en su espalda, Kaito supo que debía estar preparado para cualquier eventualidad, pues definitivamente su nivel era muy superior a lo que su gracioso atuendo hacía parecer. El hombre con plumas de brillante ave en su espalda se deshizo de la marioneta infantil del chikamatsu destruyéndola en el acto y disipo el humo sin mucho problema, con una variante de lo que en otras circunstancias parecería un atsugai.

En un instante, mientras aun aura burbujeante de chakra violáceo surgía del cuerpo del chikamatsu, las dos marionetas purotutaipu respondieron al ataque, lanzando sus Kunai que habían preparado anteriormente y con precisión milimétrica hacia Papayaman, apuntando a impactar justo después de que el área de viento se disipara. Mientras tanto, un leve crujido proveniente de una de las marionetas alertó de una activación posterior. 

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Ante el siguiente ataque de Papayaman, que creó una imponente figura que disparó una flecha brillante hacia él, Kaito reaccionó con rapidez. Con agilidad y un sutil movimiento de su dedo anular derecho desplegó otro par de escudos de hierro, esta vez desde el torso y cabeza de su marioneta Sanshou, quedando en una fila exactamente detrás del escudo desplegado desde la cola para protegerse del proyectil. Aunque el primer y segundo escudo fueron destruidos por la potente flecha, el tercero logró resistir sin sufrir daños significativos.

Demostrando su habilidad para enfrentar ataques simultáneos, Kaito activó con un movimiento de una de las colas, disparando en una ligera diagonal con dirección a samuru una pantalla de humo oscuro, en forma de una cortina alargada desde Saiko, la marioneta similar a un biju de seis colas, cubriendo a ambos combatientes y ocultando sus movimientos al rival.

Tres segundos después de que la pantalla de humo se desplegara, el suelo bajo los pies de Papayaman se abrió de repente, revelando un espejismo generado por Kaito. Grietas se formaron en la superficie bajo los pies del hombre, un caída interminable hacia el vacío, acompañada por la aparición de lava y fuego, como si emergieran de las profundidades del mismísimo infierno se hicieron visibles en gala de ninjutsu de muy alto nivel.


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Una pequeña gota de sudor cae por su frente al ver la aparición de más de esos escudos, los cuales dos fueron destrozados por su flecha, pero el restante sigue en pie. — ¿Cuántos de esos esconderá aún? — Las peleas tienden a ser también recopilación de información. Conocer las habilidades del oponente otorga una gran ventaja, pero a pesar de ser aliado del marionetista, sus capacidades todavía le son desconocidas. Verse esta vez como oponentes le sirve para entender también su fuerza como aliado y qué tan bien podrán complementarse a la hora de la verdad, cuando Kakusei quiera hacer su verdadero movimiento y colocar el mundo de cabeza.

Sin embargo, no puede distraerse en teorizar sobre la capacidad ajena, sino que ir descubriendo en la práctica. Cada segundo cuenta y vacilar puede significar el final. Claro, al menos así sería en el mundo real. Esto, lo que se desarrolla en la plataforma, es solo un juego. Pero uno muy divertido.

No necesita realizar ningún movimiento especial ante los kunais que llegan a él volando desde las alturas. Aquel chakra hermoso de tonos verdosos que conforma sus almas crea una barrera que rodea toda su figura, protegiéndole. — Puede venir desde todos los flancos. — Y la arena, con un espacio delimitado, poco le ayuda a defenderse. Piensa durante un momento utilizar de nueva cuenta aquella ofensiva de antes, pero si él vuelve a anularla con sus increíbles defensas, lo único que Samuru logrará es dañar su propio cuerpo. Lo mejor es no desesperarse.

El siguiente movimiento es el nuevo intento por parte de Kaito de crear pantallas de humo que imposibiliten la visión de Samuru. Obviamente, desde su propio lado también le afectará. Pero si hace esto es porque tiene un plan. — ¿Deberé usar fuuton de nuevo? — ¿O quizás realizar una ofensiva lo suficientemente grande como para que sea afectada toda la plataforma? No, esto es solo un juego, pero uno en donde su oponente es bastante bueno.

De pronto, el escenario cambia. A su alrededor ya no hay público gritando apoyo a ambos competidores, ni debajo de sus pies se ubica el terreno del cual no puede escapar producto de las reglas impuestas por los organizadores. A su alrededor se sitúa el mismísimo infierno mientras él desciende en caída libre. Lava por doquier hay en donde debe aterrizar, ¿es que acaso el otro busca matarlo? Claro que no, sería descalificado del torneo y quién sabe qué le harán cuando sea atrapado. Samuru no es tonto, sabe qué es lo que ocurre. De hecho, muestra una pequeña sonrisa triunfante, la cual poco se nota debido a la máscara que cubre su rostro. Mientras cae, realiza una secuencia breve de sellos.

Diablos, ¿de verdad deberé usarlo? — La fuerza de su adversario le motiva a querer dar más de sí. Marcas comienzan a expandirse a lo largo de su figura, aunque en su mayoría son cubiertas por la vestimenta. Eso sí, brillos atraviesan la tela que viste, pareciendo como si algo increíble estuviese a punto de suceder.

Pero no.

No es necesario, no aún. — Tanto la luminosidad como las marcas desaparecen.

De un momento a otro, el combate se detiene, llega a su final. ¿Qué sucede? Samuru, conscientemente, rompe una de las reglas: prohibido volar. Todo mundo es capaz de verlo en los cielos con esas bellas alas agitándose. Kaito puede bajar la guardia, su habilidad le lleva a la segunda ronda desde este momento, donde se dice le espera un misterioso luchador que guarda un potencial increíble dentro de sí, pero que aún no ha sido capaz de liberar para enseñárselo al mundo entero. ¿Será capaz el marionetista de lograr que aquel guerrero saque lo mejor de sí? Eso ya lo veremos luego. Por ahora, este capítulo ha llegado a su fin.

Suerte en los siguientes combates. — Menciona en voz alta a su rival. Luego, desciende y se retira de la plataforma caminando como si nada. Fue un enfrentamiento breve pero intenso. Y muy divertido, cabe destacar.

Samuru se va conforme, pues fue capaz de obtener la información requerida. En términos de poder, puede confiar en ese hombre. Kakusei no deja de crecer.

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Papayaman hizo una entrada brutal. Ingresó a la arena dando un salto acrobático y el público enloqueció, recibiéndolo con aplausos y gritos de aliento. Por su parte, Kaito Chikamatsu haría presencia en el recinto sin mucha bulla, avanzando con calma pero infranqueable firmeza.

Tan pronto como se dio inicio al combate, desde su posición, el Héroe más humilde del planeta manifestó a sus espaldas un par de alas color púrpura, mientras que con la diestra desplegaba un pergamino del que saldrían disparadas unas cuantas armas destinadas a herir a su contrincante.

El Chikamatsu no se demoraría en actuar, y con un rápido movimiento lanzó al campo cinco pergaminos. Una serie de marionetas de diversos tamaños y características se desplegaron a su alrededor. Algunas prepararon defensas, otras lanzaron ofensivas. El talento del titiritero sin duda era indiscutible, siendo capaz de controlar con habilidad y destreza cinco de sus complejas creaciones en simultáneo.

Permaneciendo prácticamente inmóvil, aquel que nació para derrotar al mal lanzaría una potente ventisca con la intención de repeler los ataques de las siniestras criaturas artificiales. A sus espaldas, tal y como se habían formado las alas, emergería la figura etérea de un arquero que dispararía una flecha hacia el oponente y que acabaría por impactar en la defensa de una marioneta. Otra de ellas respondería desplegando una cortina de humo, y por un breve instante todo se tornó confuso e incierto, hasta que, de pronto, algo sorprendente sucedió: Las imponentes alas luminosas de nuestro Héroe se agitaron, elevándolo varios metros por encima de la plataforma. El público enloqueció una vez más. Algunas personas gritaron emocionadas por lo que veían, otras protestaron con indignación porque entendían las consecuencias de las acciones de Samuru.

¡¿Qué es esto?! El gran Papayaman está... ¡volando! 

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Casi automáticamente el presentador daría el alto al combate y se apresuraría a ingresar en la arena. Samuru había roto una de las reglas del Torneo, y su descalificación era inminente. Él bien lo sabía, y tras desearle suerte a su contrincante descendería a la plataforma dispuesto a retirarse.

Señoras y señores... por faltar a una de las reglas del torneo, la cual prohíbe volar,  Papayaman queda descalificado —anunciaría el presentador, visiblemente decepcionado. No se tardaría en extender la zurda y enfocar la atención en el marionetista—. En consecuencia, quien gana este combate y pasa a la siguiente ronda es El Señor de las Salamandras, ¡Kaito Chikamatsu! 


conclusión

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