El día que las conejos llovieron del cielo [Priv. Ren]
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Última modificación: 26-03-2024, 12:17 AM por Bunny Tatsumi.
Día anterior:


Las bibliotecas; grandes bóvedas de conocimiento, baluarte de la información, templo del saber… aquellos son los adjetivos por los que estos suelen ser llamados aquellos complejos generalmente de dimensiones titánicas que tienen como fin acomular y preservar el conocimiento para el pueblo, el lugar perfecto para disipar dudas y salir de la ignorancia… y si algo tenía Bunny en este momento eran precisamente las primeras, pues deseaba encontrar el modo más efectivo para dominar el ninjutsu elemental lo antes posible, pues aunque era verdad que había comenzado su camino ninja con la mejor actitud para usos prácticos no era capaz siquiera de lanzar un shuriken de forma efectiva… por lo que faltaba mucho por aprender y la gran biblioteca de Kirigakure seguramente tendría opciones para iluminar la ignorancia de la peli azul. Por desgracia al ser esta una rounin no tenía acceso al área de pergaminos de técnicas, siendo capaz a lo mucho de leer novelas,  y ya que la lectura de novelas, periódicos viejos y enciclopedias gordas no serían capaces de aportar el conocimiento práctico deseado no quedó más opción para la peli azul buscar otra opción de apoderarse del conocimiento… Después de todo, si deseaba aprender a ser una ninja, debía comenzar a comportarse como una.


Un café helado enfriaba la mano de la señorita, mientras está sentada frente a la institución del saber golpeaba ligeramente su cabeza con su puño en una posición bastante incómoda mientras se repetía a sí misma  -piensa poh piensa.- Después de todo la idea de pensar como una ninja ya había sido para esta una revelación ¿más como diablos pensaba un ninja? las opciones eran limitadas, pues con su nivel de poder actuar el entrar por la fuerza escupiendo truenos y cagando flamas no era posible, y poca era la habilidad de la chica de la diadema orejona para resolver un problema de un modo que no involucrara la violencia. “Y si le prendo fuego” considero por un instante, mientras sufría del ardor incómodo del congelamiento cerebral, más justo cuando cuando buscaba entre sus monedas una de cinco para comprar los fósforos noto el error en el plan, aquella estrategia aun cuando probablemente sacará, también destruiria los pergaminos que esta deseaba leer… una verdadera mierda de plan por decir menos… “además de que seguramente pocas aldeas están tan preparadas como kirigakure para lidiar con un incendio, perra madre me duele el cerebro ¡este frappe esta muy frio!.


Sentada sobre a una banca en la entrada comenzaron a transcurrir los minutos mientras está barajaba sus opciones, y mientras esto sucedía el frappe comenzaba a terminarse, lo cual provocaría varias quejas por el dolor de cabeza generado por la congelación, mas no por ello dejaria de beberlo, después de todo esa mierda le encanta. Tras observar un ninja uniformado Tatsumi tuvo la brillante idea de suplantar su identidad, el plan era sencillo en teoría; solo debía noquear al sujeto, ponerse su ropa, usar su identificación y tener acceso al magnífico templo del saber, más en la ejecución este se desmoronaba por pequeños detalles como la enorme diferencia en altura, color de piel, cabello, peso y sexo pues la provable victima era un hombre de alrededor de cuarenta años de tez morena, cabello negro y complexion gruesa el cual para terminar de colocar complejidad a la estrategia tenia cara de poder partir en dos a la pequeña genin con una mano amarrada en la cintura… después de todo el sujeto tenía que ser mínimamente fuerte para portar el chaleco de jounin. “Bueno ya tuve dos malas ideas, seguro la próxima es la buena… o con que sea menos mediocre me conformo”. 


Más la idea no llegaría, pues en su lugar llegaría un agresivo retorcijón de tripas sacudió las entrañas de la adolecente, la cual correría con su envase vacío de frappe a la cafetería donde lo había adquirido, entrando al baño del local a toda velocidad para desalojar el contenido de sus entrañas a la vez que hacía rústico del azulejo bajo sus pies debido a la presión con la que está friccionaba con sus tenis el suelo del cuarto de servicio, a la vez que juraba venganza en su mente hacia el bastardo que hubiese ignorado que su orden era con leche deslactosada… -¡sufrirá, ese bastardo sufrirá tanto como yo sufro ahora!- sentenció la joven promesa del ninjutsu mientras comenzaba a imaginar el como le romperia la bolas a patadas en venganza- más aquella venganza no se concretaría, pues Bunny había descubierto que lo que ninja en su lugar haría, sería escabullirse en el lugar del mismo modo en que acababa de entrar al baño, sin pedir permiso, sin ser vista, sin la oportunidad de ser detenida… más para llevar aquel plan a la realidad debía esperar un poco, despues de todo la tortura intestinal aun no terminaba. 


Tras terminar aquel penoso capítulo de su vida y antes de tramar un plan la chica lavó sus manos, pues no deseaba que la tifoidea diera fin a su hasta ahora infructífera carrera shinobi. Tras ello regresó a la biblioteca ingresando al área común, donde observaría los detalles, mas no hay mas ciego que la no tiene perra idea de que es lo debe de ver, por lo que lejos de que aquella recolección de datos pareciera una refinada operación shinobi, lo que los demás eran capaces de observar era una chica de quince años que miraba fijamente a los guardias y las puertas y anotaba cosas en su brazo, para después continuar incomodando a los guardias los cuales intentaban adivinar a qué mierda estaba jugando aquella niña, la cual tras sentirse satisfecha de la información recolectada se retiró a su hogar pues esta era consciente de que había llamado demasiado la atención… Además de que un buen plan ninja generalmente requiere tiempo de preparación y unos nervios de acero, o al menos eso había dicho su madre a la pequeña Tatsumi, y si había alguien en el mundo ninja que creia en su madre esa era la pequeña Bunny.


Dia de la operación: 


No hay día que no llegue ni plazo que no se cumpla… aquel dicho cobra aún más fuerza cuando el plazo esperado es al siguiente dia, por lo que Bunny regreso a la biblioteca llena de la seguridad basada en nada que le caracterizaba, después de todo la noche anterior lejos de haber ocupado su noche trazando una estratagema adecuada para la misión, estaba había pasado su tarde leyendo manga, comiendo comida chatarra y bebiendo un par de litros de cerveza que un desconocido le había hecho el favor de comprar. En resumen se encontraba casi tan jodida como ayer, más al menos en esta ocasión contaba con la idea de cómo podría comenzar su infiltración… después de ello todo lo que quedaría sería improvisar. 


La chica ingresaría al baño donde había notado había unos ductos de ventilación accesibles, en los cuales entraría tras subirse a una de las tazas del baño para ganar altura para posteriormente ingresaría tras retirar una rejilla que al finalizar de introducirse volvería a colocar, a partir de aquí su plan se quedaba sin nada, lo cual habia hecho inutil la incomodidad causada a los guardias el día anterior. La chica simplemente gateo, gateo hacia el conocimiento… por decirlo de alguna manera, desplazándose a ciegas dentro del complejo sistema de ductos metálicos los cuales no tenía la más remota idea la peli azul de a donde diablos la llevarían. Todo lo que restaba era tener fe y una buena actitud y prestar atención a los sonidos para descender de los ductos cuando esta escuchara silencio y lograra observar por las rejillas pergaminos que parecieran tener información de justos prohibidos aun cuando esta no tenía idea de como diablos se veían aquellos pergaminos. 


Por desgracia para la chica, nada de lo escuchado o visto llamaba su atención y lo que era aún peor, tras media hora de gatear esta se había perdido y no tenía idea de como regresar al baño para abortar la misión, quedando prisionera del complejo de “túneles” aéreos sobre los que se desplazaba en los cuales comenzaba a sufrir de hambre y desesperación. Parecía que ya nada podría salir peor, más como generalmente pasa cuando crees que ya nada puede ser peor todo se va a la mierda… y este caso no sería la excepción pues mientras se arrastraba por un ducto flojo este se desatornillaria, cayendo al suelo a lo desconocido 


¿Qué diablos se encontrará Bunny en su descenso? aquello era imposible de saber, más fuese lo que fuese esta esperaba que no se tratara de la cárcel o una muerte segura.
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Suisei Ren se despertó temprano por la mañana en una habitación de hotel barato en Kirigakure, el país del agua. El sonido de las olas rompiendo en la costa y el suave murmullo de la ciudad despertaron sus sentidos mientras se levantaba de la cama con pesar. Había renegado de su pueblo, de su clan, de su hogar en Konoha, y ahora se encontraba sola en un lugar desconocido, lejos de todo lo que una vez había conocido. Pese a ver aprendido muchas cosas en el poco periodo de tiempo que tuvo como renegada si ya existiendo un gran vacío en su interior, era posiblemente por la falta de las personas que amaba... Pues pese a que siempre fue odiada por su padre al final había encontrado una familia donde había sido aceptada... Y decidió dejar eso atrás por el capricho de buscar su propia senda.

 Sus ojos rojos, característicos de su condición de albina, se llenaron de lágrimas al recordar fragmentos de memorias dolorosas que se agolpaban en su mente como una tormenta imparable. Parecía no querer aceptar todavía la realidad de que había renegado se sentía culpable de darle la espalda a las personas que en su momento la aceptaron... Todos aquellos bellos momentos felices o al menos relativamente felices empezaban a verse como simples acuarelas grises, ella buscaba comprender esas emociones pero su vida tan vacía no le daba muchas opciones. Logrando crear dos elementos únicos y varias técnicas con ellos quizás había igualado a la persona que admiraba o quizás simplemente se había quedado en su sombra con una simple marginada...

Se levantó con pesadez y se dirigió al baño, donde abrió el grifo de la ducha y dejó que el agua caliente recorriera su cuerpo, intentando ahogar el dolor que la consumía por dentro, en poco tiempo había recorrido tierra y mar sin embargo habían varias lagunas en su mente que la llevaban a dudar, se preguntaba constantemente si ella podría mantenerse firme con esa carga de culpa sobre sí misma mientras los días pasaba más rápido comprendía su error. Se preguntaba por qué Miko le permitió irse y no intentó detenerla.. se preguntó por qué Kin no intentó detenerla, Aunque sabía que Miko posiblemente tendría algo que ver con eso. Cerró los ojos y se dejó llevar por la sensación reconfortante del agua cayendo sobre ella, mientras el te voy a recoger a su tersa piel culpa parecía dominarla cada vez más, mientras las lágrimas se confundían con las gotas que resbalaban por su rostro.

Los recuerdos seguían invadiendo su mente, siempre se dijo a sí misma que estaría bien por su cuenta... de que no necesitaba a nadie más Pero al final parece que el arma que más le dolió... El entrenamiento que más lastimó... , recordándole momentos de felicidad perdidos en el tiempo, personas que ya no estaban a su lado y palabras que aún resonaban en su cabeza como un eco constante de desesperanza. La confusión y la tristeza la embargaban, haciéndola sentirse más perdida que nunca.

Finalmente, el peso de las emociones fue demasiado para Ren. Se dejó caer al suelo de la ducha, sintiendo cómo el agua la envolvía por completo, como si quisiera arrastrar consigo todos sus pesares y penas. Se permitió llorar, dejando que las lágrimas se mezclaran con el agua que la rodeaba, en un intento desesperado por liberar el dolor que la consumía.

A pesar de ello, Suisei Ren no podía ignorar la sensación de alivio que la había inundado desde que había llegado a Kirigakure. La aldea de la niebla le había acogido con los brazos abiertos, ofreciéndole un refugio seguro y protección en un momento en el que se sentía perdida y desamparada. Aunque sabía que sus acciones habían herido a aquellos a quienes amaba en Konoha, no podía negar que estar en Kirigakure le proporcionaba una sensación de paz y calma que nunca había experimentado antes.

Mientras caminaba por las calles de la aldea, se dirigió hacia la biblioteca, un lugar que siempre había sido su refugio en tiempos de dificultad. Las estanterías llenas de libros antiguos y conocimiento prohibido le ofrecían consuelo y distracción, permitiéndole perderse en universos alternativos y realidades imaginarias. Sin embargo, esta vez, su mente seguía regresando a Konoha, a la persona que había dejado atrás, a la persona a la que todavía amaba con todo su corazón.

Los pensamientos de culpa y arrepentimiento la atormentaban mientras hojeaba los libros, tratando de encontrar alguna respuesta, alguna explicación a su comportamiento. Se preguntaba si algún día podría perdonarse a sí misma por abandonar a aquellos que la habían querido y protegido, por renegar de su clan, de su sangre, de su legado. A pesar de todo, sabía que no podía volver atrás, que su destino estaba ahora en Kirigakure, en un nuevo comienzo, en una nueva vida.

Con el corazón pesado y la mente llena de dudas, Suisei Ren dejó la biblioteca y se dirigió hacia el puerto, donde el mar se extendía hasta el horizonte, recordándole que el mundo era vasto y lleno de posibilidades. A medida que miraba las olas danzar a la luz del sol naciente, se prometió a sí misma que algún día encontraría la redención, que algún día volvería a encontrar la paz en su corazón y en su alma.
[Imagen: 8Dus9lA.png]
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