La balanza se inclina al mejor postor [Trama][Priv. Ukiso]
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Última modificación: 17-03-2024, 07:57 PM por Renji Tanaka.
En un lugar remoto entre las montañas...
País de las Montañas
6 de febrero D.K
Se dice que las montañas suelen ser lugares muy silenciosos. Los sonidos que allí son producidos suelen perderse en las incontables y muy fuertes corrientes de viento que atraviesan los grandes relieves. Sonidos que lastimosamente son ahogados por las grandes estructuras rocosas que rodean la mayoría de los desfiladeros y valles de esta cordillera; una de las tantas del País de las montañas…

¿Cómo ha llegado aquel Shinobi aquí? Es incierto. Quizá una buena recolección de información te ha traído al punto exacto donde tu destino parece tomar un poco más de valor, sin embargo, las vistas no son para nada prometedoras. Te has topado con cientos de cuerpos desparramados a lo largo del camino. ¿Quién sería tal atroz autor de dicha escena? No te equivoques. No hay mano humana detrás de esto, quizá animal, pero en la mayoría de casos han acabado desahuciados, deshidratados y han acabado entre sí antes de poder ingresar a la colmena…

Así es como se le ha apodado a este páramo aparentemente inhabitable. De continuar con el camino ligeramente enmarcado, el Shinobi en cuestión podría darse cuenta de que el sendero acaba allí y da paso a lo que parece ser una entrada, diferenciada por un arco "Tori" de madera, muy maltratada y sin pintar en siglos.



Cual cereza de pastel. Una espesa niebla, pero muy rápida, atraviesa el páramo de canto a canto. Danzando entre las construcciones restantes. Chozas de madera, casas pequeñas y refugios claramente improvisados. Nuestro viajero probablemente sienta el peso de muchas miradas, pero sus ojos no lograrán percibir nada en primer momento… ¿Eres observado?

El silencio será tu único acompañante por el momento. Y a diferencia del páramo en su totalidad, puedes diferenciar a la distancia unas cuantas luces tenues de un color rojizo. Un tono carmesí para ser exactos. No hay voces, sonidos, animales ni nada por el estilo que decoren por encima del suave sonido de la neblina al rozar contra los objetos sueltos y endebles de la zona.

De forma muy paranoica. La escena suele generar algún que otro chasquido, sonido metálico, pero muy aleatorios, que buscan inquietar a los pocos visitantes que llegan a ese punto. ¿Será el Shinobi en cuestión puesto en incertidumbre por aquellos sonidos? De todas formas, son muy bajos y apenas audibles, simplemente buscan crear confusión. De pasar cerca de las chozas, sí que se podrá escuchar algún que otro paso de pequeños pies descalzos sobre la fría y húmeda madera…

¿Cuál será la decisión? ¿Avanzarás hacia el único lugar que parece tener una pizca de “vida”?, o ¿Regresarás por donde viniste? De tener el coraje necesario. Y a medida que logres acercarte, podrás escuchar ligeramente la suave voz de una mujer que va acorde a tonadas muy suaves y poco pronunciadas de un Shamisen.

Debido a la puesta en escena, es dificil dictaminar si el sonido previene precisamente de la estructura iluminada o si corre por lo largo de la montaña como muchos otros.

Información
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NEGOCIOS OCULTOS



El shinobi que con sus pasos hacia historia, uno que surgió de un lugar donde no pertenecía, uno el cual este día buscaría a los aliados más interesantes para sus objetivos, luego de los sucesos de Hoshigakure, que estos no salieran como Ukiso hubiera querido, estaba más que claro que tenía que buscar aliados para las guerras futuras que se formarían contra la yakuza Y exactamente era aquello mismo que hacía que Ukiso tuviera que mover fichas necesitaba más que algunos shinobis con valentía y talento, necesitabas a ninjas famosos y en especial peligrosos.

Y exactamente era ese último motivo que lo llevaba a las tierras del País de las Montañas, específicamente en las zonas posiblemente más olvidadas de estas tierras y las más peligrosas también, pero no por el entorno en sí, más bien  por qué lo estaba en él y lo que estaba en estas tierras era exactamente lo que Ukiso buscaba a una leyenda Urbana un ninja  que es temido en muchos lugares y que a diferencia del joven Tatsumaki que era una estrella en ascenso que recién se hacía conocida en este mundo a la persona que buscaba ya tenía un tramo una historia y una en especial que era sin lugar a dudas turbia por qué aquel shinobi era conocido por sus técnicas prohibidas, las cuales el joven estaba intrigado quería saber más de esta persona y sin lugar a dudas Ukiso haría todo lo que fuera para volverla un aliada para la organización anti yakuza.

La vestimenta del peli verde para esta ocasión era parecida como en el escenario de Hoshi, poesía la misma máscara de zorro blanco con líneas rojas en varias zonas, además de unas orejas con un negro bastante fuerte, no quería Ukiso que aquella shinobi viera su cara al menos mientras no fuera una obligación, además estaba todo su cuerpo con una capucha, la cual tapaba todo su cuerpo, mientras que en su espalda llevaba su arma confiable su Abanico de lunas moradas, haciendo en general una vestimenta que hiciera que dentro de todo lo posible mostrara lo menos posible de su cuerpo, ya que era la información que menos quería dar para su contrario.

mascara

capucha


Mientras Ukiso caminaba en busca del objetivo en su camino encontraría cuerpos sin vida desparramados en todos lados una masacre que sin lugar a dudas había callado las montañas de estos lares, muchos ellos estaban sin lugar en condiciones que no le gustaría terminar y mientras más caminaba más cosas el joven se encontraba como aquel Tori mal cuidado el cual daba inicio al fin y la comienzo de otro lugar de esta zona, pero al llegar rápidamente Ukiso sentiría las miradas entre la repentina niebla que había aparecido, se sentía observado aún que no amenazado. - Esta podría ser la guarida de la shinobi que busco… - pensó Ukiso mientras se quedaba quieto y con un movimiento de sellos debajo de su capucha crearía una gran barrera de 200 metros de radio para detectar todo lo que estuviera en su entorno.

Kanchi Kekkai


Llegando un momento en la búsqueda en el que el Chunnin notaria como unas luces de un color rojizo, aparecían casi de la nada junto con un silencio incómodo del lugar el cual ya estaba presente desde hace un buen rato, Aunque que dependiendo de que fuera lo que detectara en aquellas luces se acercaría con cuidado, para luego independiente si fuera alguien o no soltar un comentario. - si estás aquí sal de las sombras, quiero hacer negocios contigo, que espero que te puedan interesar - menciono inexpresivo tras esa máscara que ocultaba todo al igual que esa capucha. 


oof roll
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— Uno, dos y tres… — El sonido del instrumento resonó en la lejanía en el momento en que el Shinobi activaba su técnica de detección. ¿Había sido una coincidencia? Los pasos de Ukiso lo llevaron a adentrarse unos cuantos metros más hacia el interior de la "Aldea". El asentamiento, como se ha descrito previamente, era un lugar totalmente abandonado con una espesa neblina sobre sus hombros. Solo aquellos interesados en el poder e información lograban dar con las indicaciones iniciales; por ende, Ukiso era afortunado de poner pie allí después de mucho tiempo.

Poco o nada pudo detectar aquella técnica. Alguna que otra marca de chakra muy pequeña, nada de qué preocuparse, al menos dentro de la escala de poder conocida para el joven Shinobi. Sin embargo, justo a 25 metros, o quizás menos, se encontraba la fuente de chakra más "alta" que su rango podía detectar. No obstante, si Ukiso era lo suficientemente atento, podría notar una marca casi al margen de su rango de detección, exactamente a 175 metros de su posición actual.

— Tus palabras están llenas de valor y osadía. O debería decir… ¿Torpeza? — Hubo una última tonada del Shamisen antes de que el silencio tomara protagonismo. De entre la fuerte neblina y las tenues luces, Ukiso pudo percibir que la marca de chakra se movilizaba ligeramente. Sin embargo, había algo en particular. La marca de chakra era medianamente "grande"; quizás para alguien con una leyenda detrás de sí, aquello era sin duda decepcionante. — Eres afortunado de lograr poner pie aquí en la montaña. Como verás, no somos de recibir invitados, usualmente. — La silueta era casi visible a través de la neblina, pero no era más que un movimiento tenue, lo que "visualmente" podía percibir.

— Y dime… ¿Quién eres? — El Shamisen sonó por tercera vez. — ¿Qué te hace creer que una persona como "yo" pueda necesitar algo de ti…? — Estaba de más remarcar el énfasis que hizo al mencionar a Ukiso en la interrogante y, claro, el tono despectivo que utilizó debería dejar bastante clara su postura ante la presencia de Ukiso.

El movimiento cesó, pero la silueta giró ligeramente y, después de algunos segundos, continuó un andar de un lado a otro. — Te escucho. — Suscitó. La voz claramente correspondía a una fémina, pero su silueta y rostro eran difícilmente visibles desde la posición del chico. ¿Se acercaría? ¿Sería aquello razonable?
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Tras haber ejecutado, de forma oculta Ukiso aquella técnica de pronto un instrumento comenzaría a escucharse, después de tanto silencio aquello era algo más reconfortante, ya que por fin había algo de vida en la zona, pero, por otro lado, Ukiso con aquella técnica empleada y mientras se adentraba más y más en aquel lugar se podía dar cuenta el peli verde de algunas cosas que le parecían interesante, lo primero era que independiente de que este pudiera sentir el chakra en un radio bastante amplio, no había casi nada con chakra que fuera de interesantes o muy peligroso para el shinobi, pero había dos cosas que realmente le llamaron la atención más que todos los demás detectado, eran dos fuentes de chakra una estaba casi a los límites del alcance de la técnica, la otra la más alta o eso parecía por el momento estaba relativamente más cerca del Tatsumaki, aunque esta misma entidad oculta en la niebla parecía comenzar a moverse.

- Esta situación es algo extraña, sin duda... - pensó el joven enmascarado de zorro aunque miedo no tenía, ya que sabía que si buscaba a esta persona se encontraría con un lado de la humanidad que sin lugar a dudas era posiblemente el más oscuro, pero que por las intenciones de Ukiso y por sus objetivos estaba obligado a tener contacto con la oscuridad del mundo con lo turbio, pero sobre todo  a hacer tratos con gente de este estilo y estaba dispuesto a todo con tal de que su objetivo en este lugar se cumpliera, de pronto una voz se escuchaba entre la niebla, parecía que el llamado a que apareciera de una vez había hecho efecto, pero las primeras palabras de la voz femenina eran curiosas para el joven Ukiso las sentías entre un halago y un cuestionamiento si creía que lo hacía estaba bien, aunque sin lugar a dudas Ukiso sabía que no lo estaba, pero sus acciones, sus actuales motivaciones y como líder de la organización que dio contra Hoshi tenía que hacer estas cosas y más si quería lograr sus fines.

Luego de aquellas palabras y un silencio que había dominado el lugar de nuevo, Ukiso se podía percatar que las la marca de chakra se estaba moviendo de forma ligera y en particular aquel chakra que detectaba no era tan grande como el peli verde podría esperarse, aunque sabía con quién estaba hablando, sabiendo de demás que estaba aquella niebla que no dejaba de ver con claridad fácilmente podría ser un despiste, para hacer caer al joven de la hoja en la confianza, algo que en con la shinobi con la que lidiaba no era lo mejor idea. Aunque el siguiente comentario que diría aquella shinobi confirmaría que aquella dos entidades de chakra que percibía efectivamente tenían alguna conexión como tal. - Los cuerpos que estaban atrás en el camino me lo confirman de más, aunque no me esperaba que tuvieras otra visita. - diría señalando hacia la dirección de la otra entidad que estaba en el lugar.

Luego de responder aquel comentario, Ukiso el encapuchado, escucharía las preguntas que esperaba que digiera ella. - ¿Quién soy?... pues fui uno de los shinobis que invadió Hoshigakure hace unos días  - dijo sin expresar ningún sentimiento visible debido a lo arropado y oculto que estaba todo su cuerpo. - Pero bueno, vengo a hacer un intercambio de favores si es que estás interesado claro... - dijo haciendo una pausa para seguir - Busco junto a mis Shinobis acabar con la yakuza y viendo que según cuentan los relatos sabes jutsus prohibidos e información única, quiero ofrecerte mi disposición al igual que las de mis aliados en ayudarte a conseguir lo que gustes, pero a cambio necesitó que me enseñes algún jutsu o información de interés para mis objetivos además te prometo que nadie fuera de mi organización sabrá de los tratos que hagas con nosotros. - dijo Ukiso serio, aunque como la guinda del pastel quería decir una última cosa. - además, si logro derrocar a la yakuza te prometo que te daré a todos los sujetos de pruebas que quieras para tus experimentos - dijo esperando que esto último le pudiera interesar también.

off rol
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Última modificación: 15-03-2024, 12:01 AM por Renji Tanaka.
La figura entre la neblina no pronunció palabra alguna ante la confirmación del Shinobi visitante. Era obvio que aquella pila de cuerpos camino arriba no era una señal de invitación en lo más mínimo. — Silente susurro que exploras estas tierras… — La suave voz se perdió en el aire antes de terminar de salir de entre los labios de la fémina. — ¿Invasión a Hoshigakure? — El tono de interés en la voz de aquella mujer hizo acto de presencia, pero quizá tampoco era tan importante. — Entiendo. — El Shamisen sonó una vez más antes de que la joven diera unos cuantos pasos hacia el costado, retuviera el movimiento y girando su cuerpo, acabaría por trazar una línea más alejada del chico.

— ¡Ah! Los dichosos relatos. Son demasiados, nada es cierto, nada es falso. — Se burlaba de él, claramente. La joven dio un pequeño paso hacia delante y la poca luz que se filtraba en el lugar emitió un contraluz a partir de la máscara de la joven, sin embargo, solo sería un instante en el cual un tono carmesí fuese visible para Ukiso. — Tú y estos Shinobis… — Su tono volvió a ser despectivo. — ¿Creen tener lo necesario para llevar a cabo tal hazaña? — Hizo una ligera pausa y esperando no ser interrumpida, tocó una vez más el instrumento de madera. — Estamos hablando de una de las facciones más presentes en la actualidad. — Acotó.

Rostro


— Si tu interés es obtener poder, obtenlo por tu cuenta. — Espetó con cierto enojo, pero en el fondo, seguía muy en calma; sin embargo, la segunda oferta que llegó a oídos de la fémina, sí que fue algo “interesante”. — Entiendo. — Replicó ante las ofertas del joven Ukiso, sin embargo, su interés fue algo efímero y fugaz, sus palabras solamente estaban basadas en promesas. — Solo son promesas, expectativas, nada tangible. — Cortó de tajo el argumento del chico y esperaba dejar clara su posición.

— Actualmente, tengo muchos recursos y conejos de india de donde puedo obtener. Es más, tengo probablemente a uno frente a mí. — La mujer guardó silencio y dejaría escapar una carcajada llena de maldad antes de retomar la palabra. — Como digo, todo son probabilidades. No me estás ofreciendo algo con tal fuerza que pueda considerar tu oferta, sin embargo, podríamos acordar una pequeña prueba. — Suspiró — Dame algo de tiempo. A ti llegará un mensaje, tan solo mantente atento. — La silueta no acabó por mostrarse, pero las habilidades sensoriales de Ukiso detectaron movimiento en aquel punto lejano, cerca del límite de la habilidad, parecía moverse de un sitio a otro con un margen de 40 o 50 metros, a una velocidad realmente importante, sin embargo, no fue más que eso.

— Moveré algunos contactos, obtendré algo de información y te haré llegar la oportunidad que buscas, solo entonces podré considerar mi colaboración. — La mujer empezó a alejarse lentamente hacia el interior de la estructura que Ukiso había logrado divisar en su llegada al páramo…

— No has demostrado el carácter suficiente como para obtener lo que buscas, jovencito, sin embargo… — Al borde de la entrada de la edificación, chasqueó sus dedos y de un centenar de marcas de chakra de muy bajo nivel empezaron a aparecer de entre los escombros, sombras y neblina. — Muchos no demuestran su carácter, pero se hacen valer mediante acciones, como he dicho. Recibirás información en unos cuantos días. Siempre y cuando no des palabra de esto a nadie, el trato seguirá en pie. — La mujer soltó una risa bastante burlesca y chasqueó dos veces los dedos.

Los cuerpos de chakra, aunque pequeños, eran demasiados, casi miles, y parecían buscar ascender desde la parte trasera de la montaña en dirección a Ukiso, no obstante, no mostraban señal de ser hostiles. Quizá era la forma de aquella mujer de dar por concluida la reunión.

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El encapuchado de la hoja, escuchaba atentamente como aquella figura entre la niebla de esta aldea muerta y abandonada hablaba, se notaba que le había interesado de primeras lo de Hoshigakure, a lo que le dé forma interna Ukiso había pensado que había conseguido llamar su atención, aunque rápidamente se daría cuenta de que aquella sensación era pasajera en la Shinobi, la cual incluso sus siguientes comentarios fueron en burla a Ukiso, aunque no los considero sumamente ofensivos, más bien era una incredulidad de la chica hacia el peli verde y era normal no lo conocía nada y mucho menos sabia si era de fiar. - Lidiar con personas con la fama de una leyenda sí que es difícil - pensó mientras hacia el exterior, como en todo momento se mantenía sereno, apreciaba por unos instantes parte de lo que parecía ser una máscara que aquella señora utilizaba.

Pero de repente hubo un tema que evidentemente había molestado a la Shinobi que Ukiso en su momento no había pensado en que podría llegar a molestarle aún que luego de unos segundos se daría cuenta de que era bastante evidente que reaccionaria así, de modo que el joven de la hoja en aquel momento al ver una reacción levemente agresiva paso levemente una de sus dos manos por el abanico, tan solo por unos segundos en los cuales, sé ligeramente preparaba por cualquier imprevisto después de aquella amenaza y carcajada que ella había hecho, pero aunque para este punto el shinobi realmente pensaba que no conseguiría nada, el siguiente comentario internamente cambiario el estado de Ukiso a uno ligeramente satisfecho, aquellos comentarios que estaba diciendo sobre una "Prueba" para la Organización y en especial para el era realmente de sumo interés y relevancia, era algo que en sí no perdería bajo ningún costo.

- Estaré atento a su mensaje - menciono el enmascarado, mientras detectaba una presencia bastante peculiar aunque se seguía, moviendo y que sinceramente en vez de darle curiosidad le daba hasta cierto punto inquietud de que era lo que se estaba moviendo en aquella zona, mientras Ukiso apreciaba como aquella persona se marchaba lentamente dando por lo que aparecía terminada la reunión el chico viendo que comenzarían aparecer cientos de cuerpos de chakra, más aquella cosa que se movía, tomaría la decisión de ejecutar una rápida tanda de sellos, con las cuales invocaría a Yoru su pacto un Murciélago de 3 metros de altura. - Yoru andando ya, termine lo que tenía que hacer aquí - exclamaste serio, mientras el impotente ser que ya estaba acostumbrado a esa personalidad y por el ambiente de la zona no dirá nada en especial para que acentuar con la cabeza y dejar que Ukiso se fuera montado en él, perdiéndose de aquella zona.

Y aun que al final no había conseguido exactamente lo qué quería, al menos había conseguido un camino un poco mas largo y peligroso, pero si ya había invadido una aldea con sus aliados fuera lo que le mandara hacer Ukiso ya se estaba preparando para lo que se avecinaría.
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Última modificación: 17-03-2024, 08:05 PM por Renji Tanaka.
Las pequeñas marcas de chakra asediaron al joven Ukiso hasta donde pudieron. Pues la intimidante presencia de un animal de gran tamaño, los hizo retroceder casi de inmediato, cual jauría temerosa. Los desahuciados que allí yacían, fueron visibles por instantes debido a la invocación, pues habría removido un poco toda aquella espesa neblina que los ocultaba.

La piel de algunos era de un tono grisáceo, bastante cenizo, mientras que las de otros era un rosa o rojo en tonos muy tenues. Además, varios de ellos poseían manchas y heridas de quemaduras alrededor de todo su cuerpo, sus huesos despuntaban en ciertas zonas, pero no todos. Era un variopinto de aspectos que causaba repugnancia sin duda alguna… ¿Qué eran?

De todas formas, Ukiso logró partir sin dificultad alguna y sí, su técnica aún estaba activa, pudo notar como la marca de chakra más lejana salía de su rango y posteriormente, aquella marca de chakra dentro del edificio también se desvanecería gradualmente hasta ser imperceptible. El murciélago entonces volaría cruzando las grandes alturas y sacaría al joven Ukiso del aquel estrepitoso sitio.

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