¿Amistad o beneficio? [Kakusei] [Samuru]
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— Un poco de esto y quizá un poco de esto otro...— El silencio inundó la habitación por unos pocos segundos y fue irrumpido nuevamente por la voz del rubio — ¡Ah! Casi lo olvido, también un poco de chakra. — El chico unió ambas manos y dejó una estela de chakra de color marrón sobre el artilugio en cuestión. ¿En qué se ocupaba Renji? Sencillo. Durante una de sus tantas expediciones alrededor del continente, se topó con unas edificaciones un tanto curiosas. Estas edificaciones se posicionaban exactamente en las tierras del rayo, precisamente, se trataba de una especie de "guarida" oculta en lo alto de una de las tantas montañas del País. Sinceramente, ni él sabía cómo habría llegado allí, pero lo hizo.

Dentro, se topó con un extraño libro. Este poseía técnicas y ejecuciones muy extrañas, que incluso para su avanzada lectura le fue imposible entender. Sin embargo, unas cuantas páginas más adelante, muy cerca del final del tomo en cuestión, logró descifrar unos cuantos documentos dentro de la cubierta posterior, todo esto bajo un pequeño símbolo que indicaba "Sensatez" y muy por debajo, un nombre; Hamura.

La expedición fue catalogada como un total desastre. Renji no parecía estar muy consciente, pero casi 6 meses más adelante, incluso antes de su reclutamiento por parte de Kakusei, habría hecho algunos avances en cuanto a las lecturas que realizó. Era una "receta" por así decirlo. Una conjunción de sellos, Fuinjutsu y algo extrañamente llamado "Juinjutsu". El rubio habría descubierto, o quizá, redescubierto una rama perdida ya hace mucho tiempo atrás, claramente esto no lo sabía, él simplemente adquirió la técnica por medio de una compra, invirtiendo algo de los puntos que habría transformado mediante sus puntos de habilidad.

En resumen, allí habría citado a Samuru. Su colega, con quien hasta ahora parecía tener más química del resto del grupo, excluyendo a su antiguo camarada Arata, quien era un compatriota de tierras lejanas, Iwagakure. ¿La ubicación? El laboratorio de Kakusei...



— ¿Acaso no le habrá llegado la invitación? — Se preguntó en voz alta. Renji ya casi lograba descifrar el meollo de todo el asunto, incluso habría dado su propia forma a todo el proceso en una semilla de color blanca que brillaba con una intensidad peculiar. Esta semilla era albergada en el centro del laboratorio en un pequeño podio de forma redonda, era de roca cincelada, pero poseía algún que otro artefacto tecnológico que el rubio habría logrado "armar" a partir de desechos que encontraba en Kusagakure, muy escasos, ciertamente, pero lo logró.

El rubio esperaría por la llegada de Samuru, por mientras, dedicó los próximos minutos a revisar las notas y cada una de sus investigaciones, así como los resultados fallidos. Claramente, era un "experimento" y esperaba poder contar con la confianza que Samuru tuviese en aquel momento y claro, su gran humildad. ¿Sería Samuru lo suficientemente humilde como para colaborar con Renji?
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Vaya, han avanzado muy rápido con todo esto. Menos mal dejé que otros hagan el trabajo pesado. — En más de una vez ha pensado que fue la mejor decisión el hacerse a un costado públicamente del liderato de la organización, permitiendo que sean otros la cara visible de la misma. Esto le permite moverse con más soltura y sentirse más relajado, pues desaparece toda carga de sus hombros. Aunque claro, llegado el momento de la verdad, es consciente de que deberá dar un paso al frente. Después de todo, el objetivo principal fue dado por él. No puede simplemente desentenderse de todo y al final sentarse en el trono. Para lograr algo hay que trabajarlo, y eso hace cada día a su manera.

Era todo muy amplio y aún no se acostumbra, pues no tiende a estar mucho tiempo ahí. De hecho, es apenas su segunda visita, así que se siente un poco perdido. — Ey, que alguien me dé un mapa. — Lamentablemente, nadie lo escucha.

Pero a ¿qué se debe su visita? Le llegó un mensaje, uno que captó inmediatamente su atención. Si lo que ahí decía era verdad, podía valer oro. Samuru confía en que algo puede conseguir de todo esto, así que recorrió el largo camino hasta la base. Ante los ojos de todos es solo un comerciante y uno de los encargados de la economía, pero unos cuantos seleccionados a mano son conscientes de que es alguien con habilidades shinobi de un nivel medio alto. Probablemente ese sea el motivo por el cual se le seleccionó como objetivo del mensaje.

Y, finalmente, llega hasta el tan escondido laboratorio. — Más vale que valga la pena, Renji. Esto ha sido peor que un laberinto. — Revela el nombre de quien lo invitó, aquel rubio de Iwagakure al cual reclutó él mismo luego de investigar ese país. Cree que hizo una elección correcta, pero, a fin de cuentas, todo es una apuesta. Puede salir bien o mal, con cualquiera que pertenezca a Kakusei.

Desciende por las escaleras hasta llegar a la zona en donde se encontraba el autor intelectual de este encuentro. Observa a su alrededor y mira lo bien equipado que está el laboratorio. — No pareces el tipo de persona que trabaja en un lugar así. Supongo que los humanos tenemos como cualidad sorprender a otros. — Curiosamente, esta vez no carga con su típico saco con mercancía, así que se podría asumir que vino algo más cómodo. Se quitó su sombrero y lo dejó sobre un mueble en el que había espacio.

¿Estás seguro de que lo lograrás? — En este tipo de experimentos siempre existe el porcentaje de error, de fallo. Nunca hay un 100 % de posibilidad de éxito. Él lo sabe, Renji también, cualquiera persona debe estar al tanto de ello. Pero, independiente de su duda, no da marcha atrás. — No importa, miedo es un sentimiento que abandoné hace mucho.
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Última modificación: 10-03-2024, 05:58 AM por Renji Tanaka.
OST


— Es una locura, pero amo perderme por los pasillos. — Sonrió. Finalmente, su sujeto de prueba había llegado para presenciar el momento cúspide de las investigaciones del joven Renji. ¿Daría frutos? Probablemente, sí. No obstante, no nos consideramos tan seguros de nuestras acciones como para hacerlas sin posibilidad de reacción. Eso le corresponde a otros, a unos muy especiales y privilegiados...

— ¿Cierto? Me lo dicen mucho. — No era cierto, casi nadie le decía eso. Aunque ciertamente se sintió ligeramente agradecido ante el comentario de Samuru. Quizá lo tomó como un cumplido cuando no debería, pero bueno, es Renji. El rubio revoloteaba de una esquina a otra buscando notas y terminando de dar los últimos detalles, entonces se detuvo en seco y giró para observar a Samuru. — En teoría y según mis libros, vale la pena. — Comentó. Dicho aquello, continuaría levantando hojas de papel e instrumentos, realizando cálculos en una pequeña pizarra que había no muy lejos del centro de la mesa. Pasaron un par de minutos antes de que Renji volviese en sí mismo, tanto que ignoró el último comentario del viajero.

— ¡Sí! — Dejaría las notas que tenía en sus manos caer a un costado del centro y caminaría en dirección a Samuru para observar su cuello. — Tienes buen cuello. El procedimiento indica que una mordida podría ser eficaz para el procedimiento. — El rubio se tanteó el mentón y negó después de unos instantes. — Aunque la verdad, no me agrada la idea. Sería muy raro, incluso para mí. — Soltó una corta carcajada mientras se retiraba hacia el centro de la zona y tomaba una daga que reposaba en uno de los niveles inferiores del pequeño altar.



— Seré breve. He logrado “transcribir” unas notas que encontré en lo alto de Kumogakure. Según esto, podríamos estar ante un avance en cuestiones de chakra y rendimiento. — Renji hizo una ligera pausa e invitó a Samuru a acercarse hacia la semilla que reposaba en el altar. — Esto que ves, son meses y meses de investigaciones, solo nos falta un último detalle y podrás ser el primero en intentarlo. — Renji colocó la daga a un costado del vidrio que resguardaba la semilla y ejecutó una larga cadena de sellos que pronto desplazaron un sinfín de kanjis que se extendieron a lo largo de todo el laboratorio.



— Ahora, daremos inicio al ritual de sellado maldito... — Su tono de voz ahora era distinto. Podría decirse que era la primera vez en que se le escuchaba de tal forma. — No te muevas. No quiero cometer errores. — El rubio ejecutaba cadenas y cadenas muy extensas de sellos hasta que finalmente se detuvo. — ¡Juinjutsu! — Exclamó. Y posteriormente posaría su diestra sobre el torso de Samuru.

Los kanjis comenzarían a propagarse de manera errática y redireccionarse en dirección al cuerpo del viajero. Los mismos kanjis se moverían hacia una dirección en particular (Lo dejo a tu elección), este proceso era lento y probablemente doloroso...

El rubio dio unos cuantos pasos para darle algo de aire al joven Samuru, no sin antes tomar la daga y realizarse un pequeño corte en la palma de su mano. Llevando la misma sobre la semilla y dejando gotear su sangre sobre la misma. — Que la lealtad y la humildad guíen este enlace. Y de ser quebrada, que perezcas el peor de los destinos. — Susurró.

La blanca semilla, que incluso parecía deslumbrar ligeramente a los más cercanos, acabó por tornarse de un rojo tan puro como la sangre propia. Era momento de culminar el proceso.

El oriundo de Iwagakure tomaría la semilla con suma delicadeza y la posaría frente a Samuru, claramente ofreciéndola. — Una vez comas esto, daremos por terminado el ritual... — ¿Había efectos adversos? Probablemente, sin embargo, el rubio quiso dejar todo muy simple y únicamente esperar la decisión de Samuru.

¿La tomaría? De ser así, la semilla deslumbraría totalmente la sala de laboratorio con colores rojizos y violáceos, lo que sucedería allí estaba por verse... 

— ¿Así qué? ¿Qué decidirás? ¡Samuru! —

Renji llamó con entusiasmo mientras sostenía la semilla frente a Samuru, esperando su respuesta con una mezcla de emoción y ansiedad. El tiempo apremiaba. Si el proceso era tan doloroso como lo describían las notas, el shinobi de Hoshigakure tendría que decidir en los próximos minutos. ¿Era una opción negarse a ello? Ni siquiera el propio Renji podría saberlo con certeza. La escena se tornó en penumbra y claramente obscura en cuestión de segundos...

Juinjutsu: Fase 1
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No fue hasta ahí con miedo ni duda. Según su experiencia, las oportunidades deben ser aprovechadas, por lo que si aquella investigación de Renji le permitía incrementar su poder y obtener habilidades inhumanas, no había nada más que decir. No es que confiara del todo en él, pero lo investigó mucho antes de reclutarlo, obteniendo información de gente cercana. No lo seleccionó al azar, todo siguió un procedimiento debidamente establecido del cual nadie podría confundirse. — Tampoco abuses de mi confianza. Hazlo de la manera menos rara posible. Aunque es extraño decirlo dentro de un laboratorio como este.

Suspiró profundo e intentó respirar relajado. Escuchó atento las palabras ajenas, más aún cuando notó esa seriedad en sus palabras. No jugaba, sino que finalmente un experto en experimentos ha tomado protagonismo en la escena. Mentiría si dijera que no atravesaron dudas por la mente de Samuru, pero se repitió a sí mismo una y otra vez que debía ser fuerte. Si bien tiene conocimientos ninjas, no es un sabelotodo. Conoce mucha teoría debido a su estudio, pero hay muchas cosas que en la práctica desconoce, sobre todo esta clase de jutsus de sellado. Cuando los kanjis se expandieron por la habitación, una gota de sudor recorrió su frente.

Solo hazlo. — Pensó, cuando notó que ya estaba a punto de iniciar como tal el ritual. Apenas sintió la mano tocar su torso, todo su cuerpo sufrió un dolor inexplicable, uno que nunca antes sintió. Es como si hasta respirar fuera un infierno, como si su cuerpo no quisiera existir. Cayó de rodillas y rodeó su propio cuello con las manos. Intentaba mantener su mente enfocada para evitar un intento de suicidio, pero costaba. — ¡AHHHH! — ¿Aquel era el precio de obtener poder? Algunos pueden creer que es mucho, que no vale la pena, pero esos son los humanos que no tienen la suficiente ambición, aquellos que no optan por tener sueños grandes que parecen imposibles, que no están dispuestos a darlo todo con tal de alcanzar la gloria.

Samuru no es como ellos. Desde que experimentó en carne propia lo horrible que es este mundo supo que no podía simplemente dejar todo así. Él nació para algo grande, para colocar el mundo de cabeza, para escribir nuevas páginas en una historia que demasiado rápido se va deteriorando.

Él era, es y será diferente al resto.

Los kanjis se transportaron hasta su brazo izquierdo, cerca del deltoide. Los gritos cesaron, aunque los quejidos se mantuvieron presentes. No tenía la fuerza necesaria para colocarse de pie, así que se quedó se rodillas. Levantó la cabeza y a duras penas observó a Renji, escuchando sus palabras. — Esa… semilla… — No dijo nada en voz alta, no podía. En su rostro, brazos y piernas se notaba el sudor que corría incesante. Su cuerpo estaba expuesto a sensaciones horribles que no acostumbra. Si fuera por él, utilizaría su ninjutsu médico a máxima potencia para ayudarse. Pero no, ese sería el mayor signo de debilidad posible. Y ahí estaba para todo lo contrario, para obtener poder.

Increíblemente fue capaz de soltar una pequeña risa. ¿Qué era tan divertido? Es como si se hubiera vuelto loco. De una forma un poco agresiva le quitó la semilla y, sin pensar de más, la comió. Nuevamente se incrementó el dolor, pero esta vez no gritó. Se mordió con fuerza los labios para reprimir cualquier expresión de sufrimiento. Poco y nada le importó que sangre y el líquido carmesí ensucie el piso. Todos los kanjis en su cuerpo comenzaron a brillar en un tono violeta, siendo el brillo tan potente que incluso sobrepasaba sus vestimentas, iluminando todo el laboratorio.

Los segundos parecían eternos, pero lograron llegar a su fin. El brillo se acabó y el dolor se fue. Sin embargo, aún aquellas marcas seguían visibles en todo su cuerpo. — Lo siento… Sí, siento la fuerza… — Es como si estuviera revitalizado, como si se sintiese mejor que nunca.

Y así, volvió a reír.

Es un éxito, Renji, ¡un éxito! — Se notaba la felicidad en sus palabras, pero quizás no todo terminaba allí. ¿Ese era el límite de los resultados del ninja de Iwagakure, o acaso aún hay más?

¿Cuál es el límite? Samuru no quiere detenerse, para él no existe el fin.
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Tirada de dados para sello fase 1 y 2 de Samuru

total 2 Marcas Malditas Permanentes
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- Master of puppets, I'm pulling your strings -
The Devil
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Información de Proceso de Sellado de Sangre


— Sí… — Susurró el rubio al ver la expresión de dolor en Samuru. Su faceta más macabra estaba saliendo a flor de piel… ¿Era esto obra de aquellas oscuras artes que habría estado estudiando? El Shinobi de la Roca observó como los Kanjis se arremolinaron sobre el brazo del viajero y allí, dejarían un Kanji en particular…

El viajero se tomó su tiempo antes de dar el paso final. El dolor, la angustia y una mezcla de distintos sentimientos seguramente recorrían su cuerpo en aquel instante, pero solo una única opción contó; ingerir la semilla. Samuru arrebató con tal agresividad que incluso ocasionó que Renji se sobresaltara ligeramente, sin embargo, no lo suficiente como para borrar aquella extraña sonrisa macabra que se dibujó ligeramente sobre el rostro del rubio… ¿Qué pensaba en aquel instante?

El característico violeta, que minutos antes habría adornado el laboratorio con haces de luz y destellos, volvió a aparecer. Esta vez con tal intensidad que incluso opacaba los ropajes del joven Samuru, finalmente, todo acabó. El silencio se hizo poseedor de la habitación y tan solo dos seres humanos comunes y corrientes yacían allí… ¿Murió o funcionó? — ¿Samuru? — Preguntó Renji, tanteando con cautela el estado de su compañero de organización.

Y en efecto. Parecía haber funcionado; sin embargo, aún faltaban algunas pruebas por realizar. De momento, Renji culminaría el proceso acercándose a Samuru y ejecutando una ligera cadena de sellos que le dotarían de un Kanji en la palma de sus dedos. El oriundo de la Roca levantó la manga de Samuru y posaría dos de sus dedos sobre la marca maldita que ahora yacía en su brazo.

De esta forma, Renji, pudo eliminar los “restos” del improvisado proceso que habría realizado. Incluso el Kanji cambió en ese momento, dejando de tener pequeñas aspas un tanto deforme alrededor del sello como tal. — Bien, debes reposar. Ya lo pondremos a prueba más adelante, ahora, ponte de pie. — Renji ofreció su ayuda por debajo del brazo del chico y lo intentaría levantar. — Vendrán cosas incluso mejores, solo estamos ante la punta del Iceberg. — Comentó en la cercanía. — Aunque claro, me llevará algo de tiempo perfeccionar las notas y manuales, debo reescribir toda la teoría, es muy confusa. — Acotó…

Renji ayudaría a Samuru a ponerse de pie y llevarlo a un sitio para que pudiese descansar. Para la suerte del viajero, allí contaba con algunos inmuebles improvisados que el propio Renji utilizaba para su descanso entre largas sesiones de estudio y experimentación. — Aquí. — Indicó, dejando reposar a Samuru sobre el pequeño “sofá”.

El rubio se mantuvo observando a Samuru de pie a cabeza. En principio no había cambios relevantes más allá del aumento de “fuerza” que el propio sujeto de prueba comentó. ¿Qué quedaría por explorar? Renji daría media vuelta y empezaría a recoger la mayoría de implementos y notas que previamente habría regado por allí, era hora de poner pausa y reordenar, pensar y crear.
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Última modificación: 11-03-2024, 03:22 PM por Samuru.
Durante un momento hubo calma, pero esta fue efímera, fugaz. De pronto, cuando Renji quiso acercarse, los ojos de Samuru volvieron a brillar y su cuerpo se transformó, adoptando una apariencia similar a una bestia, a un demonio. Su piel adoptó un tono rojizo, mientras en su cabeza crecieron cuernos y sus uñas se transformaron en garras. Una sonrisa macabra iluminó su sonrisa y, contra todo pronóstico, lanzaría un potente golpe a su compañero que podría mandarlo a volar algunos metros. — Te mataré… — Amenazó. A la vez, avanzó lentamente hacia él de manera amenazante. Pero al quedar a unos dos metros, una risa divertida escapó de sus labios. Poco a poco su apariencia fue regresando a la normalidad y aquellas marcas se unieron en una sola que estaba situada en su brazo, pero cubierta por la ropa.

Todo fue una simple broma, como cuando Vegeta en GT se transformó en gorila y amenazó a Gokú antes de convertirse en SSJ4.

Debo aceptar que dudé un momento, pero has logrado un descubrimiento bastante interesante. Con esto podremos incrementar mucho nuestra fuerza. — No entendió del todo los últimos sellos que hizo Renji al acercarse, pero sintió como si una energía negativa fuera expulsada de su cuerpo y absorbida por el científico. Su cara expresó incredulidad, pero prefirió no preguntar. En todo caso, quizás no entienda si es que el otro le da alguna explicación.

Nuevamente una risa escapó de sus labios, aunque esta era mucho más tranquila. No cabía duda que Samuru regresó a la normalidad. — Insisto, nadie te imaginaría escribiendo anotaciones y pensando cosas complejas. Arata dijo que solo eras un adicto a las papas. — ¿De verdad el usuario de arena lo habrá dicho o será un simple invento de Samuru para molestarlo de gratis y lavarse las manos? Eso nunca lo sabremos.

Caminó hasta el sofá y se sentó, suspirando relajado. Aunque parecía normal, se sentía muy cansado. Su fuerza incrementó de pronto y su cuerpo no estaba preparado para ello, por lo que sus músculos se exigieron demasiado. Sin duda deberá entrenar para controlar ese nuevo poder, aunque también le gustaría un espejo para verse la apariencia en esa última transformación. No quería verse como un coso muy feo, pero a fin de cuentas, a veces hay que sacrificar en algo para ganar en otro.

No todo es tan fácil.

Debo impedir que sigan muriendo, esto me ayudará. — En su mente no olvida a todos aquellos que ya han caído por esta causa. Aunque los considere solo piezas del tablero, desea ser un rey con propiedad.

Sello Maldito - Fase 2
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