[Misión Rango A/B] Yōhin
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Dakar

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El grupo de kurosame llegaría al mediodía a la base de suministros donde seria recibido por el líder del lugar –Buenos días, ustedes deben ser los refuerzos enviados por el imperio, mi nombre es Dakar y soy el líder de la base sean bienvenidos. – Al ingresar los shinobi pueden tomar lugar donde deseen. La base estaba rodeada por un grueso muro que dificultaba el paso, contaba también con 4 torres de vigilancia con 5 hombres en cada una, junto a un jutsu de barrera que duplicaba la defensa del lugar. Este era uno de los motivos por la que el Senchō tenía confianza que los rebeldes no tendrían ninguna oportunidad de apoderarse de la base de suministros.  El lugar contaba con alrededor de 50 hombres y con la llegada del grupo de Kurosame ahora el numero aumentaba a 60.


0500 Horas


La noche pasaría tranquila sin ningún problema, pero antes de que callera el sol todo se complicaría, 4 explosiones consecutivas prenderían fuego las 4 torres de la base, terminado así con la defensa más importante del lugar. -Todos a sus puestos. – Gritaría Dakar, levantando sus hombres a las armas, -Proteger la base a toda costa, tomen sus posiciones y acaben con cualquiera que intente ingresar. – tomando su espada –¡Markus! prepara un equipo saldremos de caza. – Explosiones se seguían escuchando desde afuera de la base, cuando de repente 3 serpientes gigantes se hicieron presente a las afuera del muro. –Mierda, alguien que detenga a esa otra cosa. – Dakar corre y con un fuerte salto se sube al muro ESTE, concentrando chakra en su katana este lanza un fuerte corte al aire liberando su energía la cual va en dirección del animal. El impacto parecía seguro, pero antes de llegar un shinobi rebelde se interpone a la técnica creando un muro de chakra, aunque este mitigo parte del daño no lo llego a cubrir todo, provocando que sea cortado en dos por la técnica del líder imperial, aunque pudo defender a la serpiente que aún se dirigía hacia el muro. Markus fue el segundo en atacar a la serpiente, pero este no tuvo el nivel necesario para matar al reptil. Por el OESTE se acercaba la segunda serpiente la cual tendría que ser detenida o el muro también sedería dándole paso a los bandidos, la puerta principal también estaba siendo atacada por una serpiente, pero los primeros en tener contacto fueron los shinobi rebeldes que iban a pie, entraron rápidamente en conflicto con los guardias de la puerta.


Líder Rebelde

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Normas Básicas


Importante
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Ey, la orden de tu líder indica que hay que acabar con todo enemigo que encontremos. Una persona como yo no quita vidas, así que te dejaré esa parte del trabajo. De todos modos, te cubriré en todo momento. — Se refirió al tipo de la rebelión que dio las indicaciones como líder de su compañero únicamente para molestarlo un poco. La instrucción era clara, así que supuso que se desarrollaría una guerra brutal, pues dudaba que los imperiales se contuvieran en su defensa. Solo de pensar en eso lo estresaba un poco. Aunque Samuru ya haya obtenido una fuerza relativamente decente con los años, no es un ninja. Tiene conocimientos, pero hasta ahí. La experiencia no es algo que le sobre. Por lo mismo es que seguirá a Hirose, y espera que no lo decepcione.

El camino fue tranquilo, pero se notaba en el grupo que los ánimos estaban tensos. El nerviosismo abundaba en el aire, lo cual provocaba risitas en Samuru, las cuales intentaba disimular. Le parecía chistoso que luego de haber mostrado tanto entusiasmo y energía en la base, ahora, cuando de verdad se ve quiénes están preparados y quiénes no, la mayoría dude de lo que vaya a pasar. — Supongo tú no dudas de nuestra victoria, ¿no? No te preocupes. Me tienes de tu lado. Sé sobrevivir y ganar. — Y sí, desde niño, cuando toda tu familia fue cazada, tuvo que sobrevivir a la fuerza en este mundo tan cruel. La experiencia en ese rubro la tiene y de sobra. 

Una vez llegaron, todos se dividieron. Aparentemente había más de una entrada y atacar por distintos flancos parecía ser la mejor opción. — Ey, vayamos por el frente. Si vamos con el líder, quizás sea más complicado. Será más sencillo si algún pez gordo va a por él y no por nosotros. — Por consiguiente, la decisión de Samuru fue ir por la puerta sur, esperando que Hirose hiciera lo mismo.  Eso sí, no fue tan osado como para tomar la iniciativa. Dejaría que un grupo de rebeldes se adelantara y fueran primero hacia la entrada elegida. Aunque el sin aldea no tuvo prisa, no tardó mucho en llegar. Ahí al frente de él se veía el conflicto entre los guerreros de ambos bandos, además de la presencia de una enorme serpiente. 

Me pregunto si pudimos elegir una estrategia que no haga tanto escándalo. — Le comentó a su compañero. Por ahora se mantuvo al margen, en la parte trasera de F8. — ¿Cuál es tu estilo? Atacar a esos tipos o esperar a alguien más divertido. Ir a todo ese caos no suena entretenido. — La opinión de Samuru es clara, pero de todos modos dependería de lo que decida Hiroshi. Si él quiere ir hasta allá, lo seguirá. Ya dijo que lo seguirá. No permitirá que muera tan fácil. Igualmente, la máxima prioridad era su propia vida. 



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La comitiva de Kurosame llego cuando el sol estaba en lo más alto al lugar. Seguramente nada pasaría en el día de hoy, pero aun así, no todo estaba tranquilo. Algunos hombres del imperio ahí asentados se mostraban inquietos ante lo que pudiera pasar. Pero bueno contándolos a ellos eran cerca de seis decenas de shinobis, que podría pasar... Por lo menos así pensaba Izanami. Siguiendo las instrucciones de Kurosame como el líder del equipo, junto a las del dirigente Dakar el grupo se repartió con los guardias del lugar para vigilar - Si... si... tranquilo, estaré por aquí y por allá... - Claramente no tenia mucho interés. 

Pero efectivamente cualquiera pudo ver a Izanami pasear por todos los muros de la pequeña central de suministros. No era un lugar tan grande y ella se aburría mortalmente. Pero aun parecer estar por todas partes, si os preguntáis con cuantos de los guardias del lugar interactuó la cifra se reduce a cero. Como mucho respondería antes sus superiores, pero los demás importaban muy poco.

La noche transcurrió aburrida, o eso diría puesto que una voz de alarma apareció en el ultimo momento para intentar salvar el aburrimiento de aquella noche. Izanami aparecería frente a Kurosame desde el centro de los almacenes, cuando este le pregunto por su posición vagamente respondió - De por ahí... - Señalando al muro norte o los almacenes, desde su posición eso casi abarcaba cualquier lugar; una forma sutil de decir que estaba procrastinando. Pero independientemente de aquello, el jounin de la niebla movilizo a los muchachos hacia la puerta Sur en busca de proteger la entrada principal de una amenaza de dimensiones considerables.

- Ohh vaya, que llamativos son estos rebeldes - Indicaría la Yuki nada más subirse a la parte superior de la entrada al lugar por la muralla, observando el campo de batalla que se extendía tras las puertas, con la inmensa serpiente - Sin duda la discreción no es un punto fuerte en ellos - La verdad es que atacar con serpientes gigantes un lugar como aquel, indicaba lo desesperados que estaban por una victoria. Ante tal visión aproximándose Izanami realizo un sello de manos, tras el cual iría separando lentamente las manos mientras se formaba un remolino de agua entre ellas a lo largo de dos segundos tras los cuales lanzaría la lanza de olas de cinco metros de diámetro directamente contra la serpiente desde la parte superior de la muralla - Atrás asquerosa criatura...
Yarinami

Cabe destacar que por el camino la lanza de olas se toparía con Alfonso y Manolo, dos shinobis rebeldes que eran de los más motivados y se lanzaban hacia la muralla en primerísima línea sin tener en cuenta sus limitaciones y sus capacidades, pero siempre con el animo al máximo y la motivación a tope. Pero serian brutalmente arrollados por la lanza que buscaba ensartar a la serpiente.
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Bajo las órdenes de Kurosame el grupo de Kirigakure llegó a la fortaleza donde se guardaban los suministros, ahora Saito sabía por qué se sentía seguros de su seguridad. Ahí fueron recibidos por Dakar, el líder en ese ese lugar, Saito decidió entablar conversación con Yum, un hombre de mediana edad de su unidad, quería conocer un poco sus habilidades, y a cambio le mostró una habilidad suya, el onibi negro.
Akuun

Furyoku

Me pregunto si la mala suerte que le provoqué tenga un castigo más adelante-murmuró mientras veía su onibi y al Yõkai junto a Yum.

Y si, la mala suerte acechó y el ataque rebelde comenzó. Yum parecía muy feliz, él quería morir de forma Barbara así que esa era su oportunidad... Saito lo siguió junto a Dakar a la zona Este, ahí vió la enorme serpiente y decidió preparar sellos.

Yum, tu felicidad es la clave ahora ve y muere con honor-bromeó pero aquel hombre no dejó de reír fascinado por el calor de la batalla. Tras finalizar los sellos Saito canalizó esa felicidad en contra de la serpiente y en un área de 10 metros cientos de bebés Yõkai aparecieron, atacando a la serpiente y los hombres alrededor.
Yōkai no yoroi

(Felicidad)

Veré si lo detengo-haria sellos y repitió su técnica en contra de la serpiente, su siguiente acción sería detenido por la fuerza de un Yõkai invisible ante el ojo humano, ojalá Dakar pueda matarla ahora.
Akuun

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— ¿Vidas? — Preguntó Hirose un tanto exaltado.  Su mirada se perdió en los alrededores, sus párpados se entrecerraron ligeramente a medida que llenaba su pecho de aire y procedía a dar una respuesta más concreta.  — No pretendo quitar vidas, únicamente defender la mía.  — Quizá aquello era la justificación más barata nunca antes dicha.

Hirose abrió sus ojos y mostró bastante determinación. Las manos del chico se frotaron entre sí y dio pequeños brincos en forma de "calentamiento".  — No te preocupes, solo debemos sobrevivir.  — Añadió sonriente. Hirose intentaba simplificar la situación y no complicarse, después de todo la finalidad de aquel movimiento no estaba totalmente definida y para él; aquello no era más que una matanza.

Aquel pensamiento era redundante en su interior y bajo dicha premisa se movía entre los miembros del bando rebelde a medida que compartía comentarios con su colega.  — ¡Claro que no! — Levantó su pulgar con un semblante muy enérgico.

—¿Qué opinas tú? — Devolvió la pregunta al joven del gran sombrero que por el momento reposaba en su espalda.  Le interesaba conocer la opinión del joven Samuru al respecto y por el momento, pretendía guardar silencio posterior a la respuesta de su acompañante, al menos hasta alcanzar una nueva ubicación...

Una vez posicionados en la puerta sur, siguiendo aquella "idea" del joven Samuru, los pies del rubio fueron pisando cada vez con más fuerza para detener su movimiento corporal.  — Cualquier cosa podría ser menos escandalosa que lo que está por ocurrir.  — Admitió.

— Quiero ir por el que haga más estruendo. La defensa es mi estilo, supongo... — Dejo entrever su interés en defender en contra de aquel que poseyera la mayor fuerza de impacto.  — Hasta entonces, creo que deberíamos mantenernos al margen de la situación.  — Expresó, aguardando en compañía de Samuru (F8) y observando como un grupo de ellos avanzaba con cautela.


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La misión habría transcurrido con total normalidad; tan solo tenía que estar de guardia por un rato, jugar a las cartas o entretenerse de algún modo hasta que terminara el tiempo y ya pudiese irse a su aldea. Sin embargo, ya estaba preparado para la peor de las circunstancias y directamente asumía que el ataque rebelde era inminente, tan solo era cuestión de esperar y poco más. Y reconocer y saber ese detalle era suficiente indicador de que podía relajarse hasta que los rebeldes atacaran, y una vez atacaran, pues llegaría la acción pero no era necesario darse mala vida hasta entonces. Durante un par de horas, Kurosame tan solo patrullaría la zona un par de veces y daría pequeñas al resto del escuadrón pero no mucho más.

Hasta que la Nación del Fuego atacó, y a muy tempranas horas todo el escuadrón fue alarmado de la amenaza inminente. Here we go again… Diría en un extraño lenguaje. Izanami, vayamos a la puerta Sur y contengamos la amenaza. 

Aunque no lo sabía exactamente, sabía que tres extremos de las murallas habían sido atacados. Kurosame se movilizaría hacia la puerta sur junto a Izanami. ¿Dónde está Saito? Preguntaría extrañado, cuando a lo lejos, sin siquiera estar atento a órdenes el chico se aventuraría a la zona Este. ¿Qué demonios está haciendo apartándose del escuadrón? Bueno, espero no muera como su padre.

Tras subir la muralla y estar encima de esta, alrededor de D7, podía expandir la mirada para ver todo el ataque rebelde. Serpientes gigantes en cada extremo del lugar, era una amenaza interesante después de todo, pero poco más que preocuparse, tan solo le importaría cumplir su misión.

Pues, toca crear un obstáculo para los rebeldes y detener a la serpiente al mismo tiempo.

Realizando sellos rápidamente, Kurosame de un salto descendería por la muralla por la parte externa y al llegar al suelo, lo pisaría con fuerza, y tras agrietarse un poco, cuatro géiseres muy potentes aparecerían en cada extremo de la serpiente y empezarían a escupir agua potentemente. La potencia sería suficientemente fuerte para dañar a la serpiente y los rebeldes a su alrededor.

Sosumosu - Kai


Y tras su acción, Kurosame subiría de nuevo a la muralla y quedarse en D7.

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Con la ayuda de Saito la derrota de la serpiente por la parte ESTE había sido solo un juego de niños, al mismo tiempo el líder se encargó de matar a cada uno de los rebeldes de esa zona, pero para su mala suerte su mano derecha y compañero había caído en batalla.

Desde el OESTE el jefe rebelde había logrado tirar la muralla, pero al igual que su contra parte, este perdió a todos sus aliados, pero al mismo tiempo se encargó de todos los imperiales del lugar. La serpiente gigante por su parte al terminar su trabajo fue desinvocado y enviado nuevamente a la cueva Orochi.

El avance de los rebeldes de la zona SUR había sido detenido por los dos shinobi de kirigakure, los cuales fueron los únicos que quedaron de pie en esa zona.

Por su parte Samuru y Tamashi se quedaron lejos de la acción, pudiendo así observar la situación de la base de suministros, estos ahora tenían dos opciones, apoyar al líder rebelde y seguir peleando contra los últimos imperialistas o salir de la zona de batalla.

Al ver lo sucedido en la zona ESTE, Dakar se mueve rápidamente para detener el avance del líder rebelde, pero a mitad de camino su cuerpo sede y se desploma contra el suelo, empezando a convulsionar y echar espuma por la boca, para unos segundos después quedar frio en el suelo.



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Makoto se coloca a 70 metros aproximadamente de Kurosame, teniendo un kunai en la mano. 


Makoto



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Última modificación: 24-02-2023, 05:42 PM por Samuru.
Los imperiales no tardaron en lanzar su contraataque, centrándose en el exterminio de las serpientes. Samuru se quedó el margen, solo observando, pues como ya dijo anteriormente, él quería mantener perfil y dejar que sea su compañero el que resalte. Sin embargo, este le dijo que prefería defenderse más que atacar, así que el sin clan debería tomar una postura aún más reservada. Después de todo, su objetivo para ir ahí es para ver cómo se comportaba Hirose en situaciones de alto riesgo. Lamentablemente, ese plan llegaría a su fin antes de comenzar. De la nada, este le dijo que se comunicaron con él mediante un soldado para indicarle que lo necesitaban en otro frente de batalla, pero que él (Samuru) debía quedarse ahí para ayudar al resto.

Lo anterior no se podría completar, puesto que antes de que se diera cuenta, todos los soldados habían caído, por parte de ambos bandos. — ¿Cómo es posible que sea casi un empate? — Ni se dio cuenta en qué momento murieron todos, aunque esto poco le importaba. Sin embargo, hizo que los sobrevivientes quedaran fácilmente a la vista, incluido él. Sobre el portón de la entrada que él vigilaba, se encontraba una mujer. Lo más lógico es que ella se encargó de vencerlos, aunque cerca de ella había un tipo azul, pero aparentemente ese era acechado por uno de los tipos que vino con él por parte de los rebeldes.

¿Debo pelear? No me importa si los rebeldes ganan o pierden, no vine hasta aquí para eso. Maldito Hirose, arruinó todos mis planes. — Al percatarse de ella al momento en que todos fueron derribados, supuso que ella podría llegar a considerarlo un enemigo, por lo que simplemente fingir que no está involucrado no tendría sentido. En ese momento realizó sellos manuales y aquel peculiar chakra que poseía se expresaría a través de su cuerpo y lo más resaltable serían aquellas alas del pavorreal en su espalda. — No queda de otra. — 

Sin embargo, no iría a atacarla directamente, no sería un movimiento inteligente. Él ve que en el exterior del lugar no hay soldados, pero no tiene cómo saber si es que hay gente escondida en el interior. Lanzarse así como así lo dejaría en una desventaja tremenda, ya que la información que sí tenía segura es que aliados no tenía. No podía confiar en un regreso de Hirose, dejar su bienestar a él era demasiado arriesgado.

Sin embargo, luego de activar la técnica base de su clan, inmediatamente realizó una nueva secuencia de sellos manuales, aunque este jutsu será efectivo segundos después. Mientras realizó esta segunda tanda de sellos, trotó hacia delante, buscando quedar a una distancia de 30 metros de Izanami. Tomar en cuenta que poco a poco agua comenzaba a inundar el lugar, así que para evitar resbalarse, su chakra fue concentrado en la planta de los pies. Volviendo a lo otro, en el mejor de los casos, ella no lo consideraría una amenaza y no lo atacaría. Pero, viendo que este ya evidenció su chakra, se podía tomar como una proposición de combate. La lucha estaba a punto de comenzar.



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El doble Suiton de Izanami y Kurosame logro aplacar con suma facilidad la serpiente atacante que volvería de golpe ha la caverna de la que salió mientras desaparecía entre una nube de humo. Pero la batalla estallo frente la puerta principal mientras rebeldes e imperiales se mataban entre si tiñendo de carmesí las aguas ascendentes que el tiburón de Kiri había invocado y que poco a poco se elevaban por el terreno de combate...

En cosa de un instante todo fue una carnicería. La mayoría de los shinobis habían muerto de forma miserable entre ellos, los pocos supervivientes caían presa de sus heridas sobre el agua y el fango aun tras su victoria, producto de las heridas acumuladas - Pero serán idiotas, a este paso no ganara ningún bando, sencillamente no quedara nadie - Lo cierto es que era muy miserable ver tal espectáculo. Pero las cosas no iban mal, en el Este se pudo observar como la serpiente gigante tambien desaparecía, era una buena señal de que el lugar resistiría. Más luego la tortilla se giro cuando en el Oeste el muro cayo dejando expuestos los almacenes de suministros - Vaya... Que mal, tocara proteger ese sector antes de que ent... - Ahora si que Izanami no entendía nada, el objetivo de los rebeldes era destruir los suministros o robarlos, entonces porque una vez tirado el muro desinvocan la serpiente y de hecho... - Ese esta dando la vuelta hacia aquí... - Estar en lo alto de la muralla tenia sus ventajas de visión, pero apenas le dio tiempo a ver como alguien, la única persona que quedaba tras el muro en lugar de entrar al lugar, decidió rodear la estructura hacia la entrada - Ahora si que de verdad no se que busca esta gente - Comentaría Kurosame que se encontraba cerca suyo sobre el muro Sur. 

Más el tiempo de hablar se agotaba, no quedaba casi nadie en aquel lugar, que pronto seria conocido como un cementerio más que como un cuartel de suministros. Y uno de los últimos supervivientes avanzaba de forma muy extravagante desde una larga distancia - Sin duda busca pelea... parece una vela de cumpleaños andante - Diría refiriéndose al pomposo chico de chakra rosado que se divisaba acercándose hacia las puertas de la muralla - Bueno, bajare a evitar que tire esta puerta, tu si puedes lidia con el rarito ese que viene del oeste - Le comentaría Izanami a Kurosame como si este fuera su subordinado o igual más que su superior. La joven Yuki se deslizaría paralela al muro, mientras comenzaba a ejecutar una veloz y sencilla secuencia de sellos "No es que parezca del todo una llama ese chakra como para considerarlo Katon, pero si lo fuera no iría bien eso... Así que mejor busco la neutralidad" Por esa razón ejecutaba esa cadena de sellos en concreto.
Suimen Hokou no Gyou

Aterrizo con gracilidad sobre la superficie de agua creciente canalizando su chakra en la planta de los pies para mantenerse sobre la superficie mientras su cuerpo se rodearía de fuego que iría siendo absorbido por su cuerpo mientras observaba como el joven que se acercaba tambien preparaba una cadena de sellos "Vamos a ver, que llamas son más intensas" Tras absorber todas las llamas Izanami exhalaría una gran llamarada que tomaría forma de un gran dragón de fuego que al avanzar por encima de la superficie del agua hacia Samuru dejaria tras de si un leve rastro de vapor por la fricción de la calor con el agua.
Honoryu no Jutsu

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La serpiente cayó a manos de Saito y este pasó a mirar el campo de batalla en la zona Sur, ahí estaba Kisame y la chica... Saito nunca le preguntó el nombre... Al parecer estaban ganando pero el estruendo en la zona Oeste dejaba en claro que aún no lo hacian. El muchacho miró su entorno para pedir refuerzos y quedó completamente confundido...

¡¿En que momento murieron todos?!-gritó extrañado. ¿Era eso siquiera posible? Dakar seguia vivo así que lo siguió para poder enfrentar a los rebeldes que buscaban entrar cuando ¡pam! Cayó y le dio un ataque todo raro como si hubiera tragado veneno y pos... Murió.

Saito por un momento creyó que andaba en un Genjutsu muy potente pero sus ojos Onmyõji le dejaban ver las almas de aquellos guerreros caidos por lo que en efecto, la situación era verdadera, una verdadera mierda...

Oh Bishamon... ¿Cuando me quedé dormido? Esto es demasiado raro...-rascó su cabeza y empezó a caminar. Tantos cuerpos y él de lo mas sano... La serpiente fue des-invocada y al parecer el unico sobreviviente era él (o al menos dentro del cuartel).
Furyoku

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Narro-Pienso-Hablo

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Lo que sería una misión sencilla de patrullaje y guardia se convirtió en poco tiempo en una carnicería entre imperiales y rebeldes. Todos, absolutamente, todos a su alrededor fallecieron en instantes excepto por su escuadrón imperial y por un par de rebeldes que veía en la zona. Era un paisaje extraño, mientras los géiseres seguían escupiendo agua en el firmamento, los cadáveres se apilaban y empezaban a hundirse en un agua que iba en aumento para inundar toda la zona alrededor. Al menos, extrañamente, la amenaza de las serpientes había sido eliminada.

Esto es muy extraño, pero no hay de otra, debemos cumplir con la misión. Diría calmadamente a Izanami, aunque debía casi exclamar para ser escuchado desde la torre. Sí, sí, capitana. Respondería. Y efectivamente, desde la zona Oeste solo quedaba una amenaza, un rebelde situado a muchos metros de él pero que justo habría sellado su destino al decidir amenazar al tiburón con su mirada. Es el único que queda por esta zona, no queda más de otra. Pensaría.

Kurosame descendería directamente del muro de un salto y bajaría para estar al mismo nivel que su oponente rebelde. Se sostendría encima de la superficie del agua mojada utilizando la típica de caminar sobre el agua, lo cual claramente todavía le permitiría concentrar cualquier otra técnica, obvio. Mientras descendía, Kurosame sacaría un kunai y se cortaría superficialmente la palma de su mano, lo cual provocaría solo un poco de sangre escapándose de la mano, pero nada de lo que preocuparse.

Suimen Hokou no Gyou

Kurosame no perdería tiempo y empezaría a moverse encima del agua para situarse en B6, a 20 metros de su enemigo. Mientras se movía, se preparaba para el combate y realizaba una secuencia de sellos.

No sé quién eres, pero todavía tienes la oportunidad de huir. No necesito derramar tu sangre.

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Extrañas eran las circunstancias en las que decenas de aquellos shinobis imperiales parecían haber perdido la vida. Un grupo considerable dado de baja por el mismísimo Makoto, teniente rebelde a cargo de la incursión en aquella base, y otro grupo cayendo por el sur, dejando completamente solos a una pareja de shinobis de la Niebla que se encargaron de, en parte inundar el terreno, y en parte atacar a un pobre diablo de raíces en Hoshigakure que osaba activar su técnica insignia para hacerles frente. La joven de pelo gris, tras deslizarse por la pared y reptar hacia el agua creciente del campo de batalla, lanzó un dragón de fuego a Samuru que avanzaría hasta él buscando darle de lleno. Sin embargo, mientras el muchacho respondía a dicha ofensiva, una sucesión desafortunada cambió el rumbo de las cosas y movió las piezas de lugar.

Kurosame comenzó a moverse en dirección a Makoto, diciendo unas palabras mientras corría. El teniente concentró chakra en sus pies a medida que el agua comenzaba a dispersarse y el nivel crecía desde la fortaleza, tomando un kunai de tres puntas de su bolsillo. Dentro de las murallas, aún estables, el agua no conseguía penetrar, pero poco a poco la zona se transformaba en un pequeño mar donde aquella fortaleza se alzaba como la isla a atacar por los "piratas" de la rebelión. — Se me ríen los huevos, amigo azulado. Un tipo como tú no puede ser más que un vomitivo dictador de aquellos recordados como la Niebla Sangrienta. — Y tras chasquear su lengua, bastante soberbio, Makoto, que había visto la jugada de antemano y había tenido un ojo en el Hoshigaki y otro en lo que sucedía detrás, desapareció de la vista del Kirinin, con un Shunshin que lo llevó a posicionarse a otros 45/50 metros de Izanami. Le bastó con aprovechar el impulso para lanzar el kunai especial hacia la kunoichi de la Niebla, y aparecérsele por el flanco derecho una vez lanzado su jutsu Katon. — Un gusto, amor. — Dejó caer mientras la tomaba con una llave por el cuello, dominándola totalmente en cuanto a fuerza bruta, y, como llegó, con su kunai en zurda, se desvaneció dejando una estela de imágenes residuales que conducían a un bosque que se abría paso al este del campo de batalla.

Suimen Hokou no Gyou

Shunshin no Jutsu

Hiraishin no Jutsu

Los únicos en aquel paraje acuático de las afueras eran Kurosame y Samuru, que tenían perfecta visual el uno del otro, a unos 70 metros aproximadamente. Por el sur, desde los árboles parecían llegar refuerzos, pero todavía les quedaba algo de trayecto hasta alcanzar el terreno natural del Hoshigaki y su pseudo-férrea defensa de la base. Solamente uno de ellos, bastante audaz, parecía tomar la delantera, el joven Jikaro Sarutobi.

Dentro del lugar el panorama no era mucho más alentador. Pese a no estar mojándose, la mayoría de imperiales habían caído, más no todos. Las torres ardían, presagiando no menos que una dura caída para el Imperio de la Hierba, pero aquellos shinobis darían pelea. Dakar cedió en una convulsión, y lo que en principio parecía ser un ataque fortuito, pronto cobró sentido. Varios otros shinobis imperiales yacían tirados, aparentemente sin razón y sin heridas mortales provocadas por los atacantes, a lo largo de todo el campo. ¿La razón? Un posible envenenamiento se dejaba ver en sus morados labios y ojos hinchados. Sin duda algo evitable, pero una muestra más de las influencias rebeldes, que habían llegado a infiltrar comida envenenada en aquella base previo al ataque. Saito, al pasearse por el lugar, fue testigo de una escena bastante conmovedora: un ninja médico, el mejor aprendiz de Dakar, lloraba su cuerpo junto a él. Parecía ser uno de los pocos que no se habían visto afectados, y sus manos temblaban. — Debo hacerlo. ¡T-Tú! — Señaló al Onmyoji al verlo andar por el lugar. — Acompaña al maestro, y dile lo importante que es. — Así, un aura azul se desprendió de sus manos, que apoyó en el pecho del cuerpo inerte de Dakar, para poco a poco devolverle su vitalidad. — Dakar-sama, debes luchar. Todo lo que he aprendido a tí te lo debo, te debo más que mi vida. Sálvanos, salva a Kusa. — Exclamó entre llanto mientras sus lágrimas caían sobre el rostro del envenenado capitán imperial.

Kishou Tensei

En total el saldo de muertos había sido alto, pero aún quedaban imperiales en la base (unos 10 contando a Kurosame y la ahora raptada Izanami), que comenzaban a salir de los cuarteles. Algunos de ellos, intentaban auxiliar sin éxito a los caídos en combate y a los envenenados. Otros, comenzaban a saquear los cuerpos de los rebeldes en busca de algún dato útil, en vista de que el combate parecía haberse ido fuera. — Todos, refuercen las entradas. Que nadie entre. — Exclamó en un tono extremadamente neutro el más valeroso, un chunin de Kusagakure de nombre Akeru, que era muy respetado por sus compañeros por haber sido sometido a los más crueles tratos y las peores torturas para convertirse en un shinobi de élite. Él había esquivado a la mismísima muerte por haber estado meditando dentro del cuartel, aguardando sin temor a la llegada de la ofensiva enemiga. Se tronó el cuello y comenzó a andar rumbo a la puerta Oeste, muy tranquilo.

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Finalmente su técnica se activó y aquellas maravillosas alas de color verdoso se hicieron presentes, permitiéndole ascender luego de que su enemigo cayera. La distancia entre ambos era harta aún, así que, aunque comenzó los sellos manuales con un poco de retraso, no tendría problemas para ocasionar una especie de contraataque. Un dragón de ataque emergió desde su cuerpo y se impactó contra el mismo animal, pero de llamas. En esta ocasión fue la creación de Samuru la ganadora, por lo que el daño residual llegaría hasta la figura de la kunoichi. Sin embargo, la situación tendría un nuevo vuelco. Como si la retirada de Hirose y la muerte de todos los soldados no fuera suficiente, una figura que conocía apareció de la nada realizando movimientos realmente increíbles. — ¿Cómo diablos hace eso? — Es como si apareciese y desapareciese. La cosa es que la muchacha que iba a ser su rival, se fue con él, obviamente sin querer.

Sinceramente, esto me está cansando. Me metí en un problema que no tiene nada que ver conmigo. Bueno, eso me hace recordar a alguien. — En fin, ahora el cara a cara era con el tipo azul. Una distancia de 70 metros lo separaba. La única diferencia es que el Hoshigaki estaba en tierra firme, o algo así, puesto que el suelo cada vez tenía más y más agua. Samuru, en cambio, se mantenía elevado 30 metros. Una ligera sonrisa iluminó su rostro y comenzó su ataque.

El desplazamiento ofensivo del sin clan fue en diagonal y recto hasta quedar de pie sobre el agua, concentrando chakra para caminar sobre él. El movimiento fue uno que en dos segundos fue suficiente para romper estos 70 metros de distancia y quedar de frente al tiburón. Sin embargo, al estar en el aire la distancia con Kurosame no era solo 70 metros, sino que 76, ocasionando que quede a seis metros de él. Lo peculiar de este movimiento es que dos segundos fueron muy claves. ¿Por qué? Porque la técnica ofensiva que usaría necesitaba ese tiempo para realizarse. Sin la necesidad de realizar un sello de manos, a dos metros de distancia delante de él y a cuatro del de Kiri, se creó un tornado de pétalos afilados que iría en dirección hacia el querido amigo de azul.

Este tornado no era una simple técnica de viento, puesto que tenía consigo incrustado el chakra especial de aquellos pertenecientes al clan Kujaku. Podría decirse que era el resultado tras dominar dos ramas en el ninjutsu luego de su arduo entrenamiento de años.

El movimiento de Samuru no terminó ahí, ya que apenas lanzó su jutsu ofensivo, alzaría las alas y se elevaría a la vez que se alejaba, buscando tomar una altura de 40 metros y que además lo alejara 30 metros respecto al frenter a frente con el Hoshikagi. La diagonal que mediría 50 metros en caso de que Kurosame se mantuviera en tierra firme. De todos modos, mientras creaba distancia entre ambos shinobis, la mano izquierda del de color normal se metió en el bolsillo correspondiente de su pantalón, mientras que la diestra se mantendría a la vista.

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¿Qué me ha pasado?, me siento extraño. Mi cuerpo se siente extraño, y mi brazo izquierdo no reacciona. ¿Cómo he llegado a esto? - Cuando Jikaro empezó a pensarlo, era demasiado tarde. Los shinobis no eran así, no trabajaban tan mal, no se sentían mal, yo creía que estaba en mi peak. Pero me han demostrado que ya pasé, era momentáneo. Maldición, debo ser mejor. Jikaro, se empezaría a mover al rededor de la fortaleza (F5), Fijándome de lo que pasaba. Me di cuenta lo rápido que lo hizo mi líder en acabar con la shinobi de cabellos blancos, sorprendente, ¿no?, me di cuenta de que me faltaba mucho para lograr un nivel siquiera competente.No tengo el nivel… Pero, vine aquí sabiendo que sería mi última misión. Así que hay que ser un Hombre honrado. Y pelear, no voy a abandonar a nadie, ¡POR SER UN SHINOBI HONRADO!! - Pensé para después correr hasta (H3), Al ver que el shinobi que parecía un tiburón y el otro empezaban a pelear se movía hasta su lugar. Y miró a un shinobi que estaba en las puertas, Jikaro con gracia. Empezó a hacer sellos de una técnica común de su clan, Jikaro al terminar los sellos, comenzó a tirar una grandiosa cantidad de fuego por su boca, era gigante, 5 metros de ancho y 45 de Largo. Intentaría que chocara contra ese shinobi, si lo lograba hacer. Volvería hacer sellos, y con su dedo, formando como una pistola, topando con su corazón el mismo, apuntaría hacia el Shinobi de ropajes raros. Esperaría a que todo eso si sea acertado. Pues después de eso, intentaría escapar, pero a la vez tener la mirada fija al Shinobi.

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La base estaba llena de cuerpos, cadavares. Todos poseían la misma causa de muerte: envenenamiento. Saito no podía hacer nada por ellos, ya habían fallecido... Solo le tocaba darles unas palabras y ayudarlos a cruzar la linea de la muerte para que su juicio sea justo en el mas allá.

Un llanto lo alarmó y corrió hasta el origen, regresando a donde habia dejado el cuerpo de Dakar encontró al fin un sobreviviente. Pero, no estaria en este mundo mas tiempo, le pidió a Saito algo muy sencillo y aceptó.

Das la vida por tu maestro, por tu heroe. Le pido a mi Dios que te llene de gloria por este acto noble-diría mientras se encontraba en posición de rezo. Saito sabía que esta técnica tardaba por lo cual se quedaria con él pero algo raro pasó, si, otra cosa rara para rematar el dia.

Una pequeña cantidad de shinobis salió del refugio y empezaron a brindar ayuda... Aunque llegaban tarde. Saito les miró y no pudo entender el por que estaban ocultos. De pronto un sonido aterrador se escuchó en el Sur y se dio cuenta que era un tifón que se acercaba.

¿Eh? Todavia hay rebeldes... En el Sur fue Kurosame de seguro necesitará un poco de apoyo-sonrió al ver que al menos podria ser util en algo.

Pero antes que pudiera dirigirse al Sur escuchó como la muralla Este es destruida, humareda entra a la base y Saito tose un poco.

¿Por el Este? Pero ví que no quedaba nadie. Joder, tendré que ocuparme de eso-Saito corrió hasta las puertas y las atravesó por el Hueco creado por el Katon. Cuando el humo se dispesó pudo ver a lo lejos una figura que se le hacía conocida. Un nuevo Katon sería disparado y Saito estaba listo para bloquearlo cuando... Pufff... Quedó corto el ataque.

¿Ah? Debió medir mejor la distancia-diría en tono burlón y al fin reconoció la figura. Era Jikaro, el hombre inutil de la misión en las montañas, vaya, había sido tan lastre que Saito creia que no podía usar jutsus.

Te salvé en aquella vez. No pasará lo mismo hoy. Atacaste a la base equivocada-sonrió y pasó a salir corriendo en forma de C y la mano abierta buscaba dar un simple golpe blanco al rostro de aquel hombre ingenuo, quizás de una cachetada reacionaba.
Furyoku

Daño: 75 + 1/6 (fue) + 20% (Cck) = 103
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Chakra: 732 + 30 = 762
Resumen
Narro-Pienso-Hablo

Pasivas
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Aquella misión que debía haber sido relativamente sencilla, pasó a ser un desastre confuso en instantes. De base, primero todo se había ido a la pija cuando los rebeldes decidieron atacar la base con tres serpientes, una en cada extremo, sumado a muchos rebeldes que invadieron. Pero de pronto, la mayoría de los rebeldes e imperiales cayeron en combate; algunos rebeldes murieron y al parecer los imperiales caían por lo que parecía ser veneno. Primera vez que decido no beber en una misión y pasa esto, qué suerte la mía.

Su enemigo rebelde, con quién creía que se enfrentaría, desaparecería en instantes secuestrando a Izanami. ¿Cómo hizo eso, se ha teletransportado con Izanami? Mierda. Debía rescatar a Izanami, definitivamente. Sin embargo, no podría actuar inmediatamente con aquello porque mientras habría volteado la mirada para buscar a su enemigo quién habría desaparecido, percibiría a un shinobi de alas verdes. ¿Esas alas parecen… lo que creo que parecen? Sería un pensamiento inmediato al recordarle el parecido de las alas a algo muy inapropiado para aquel campo de batalla.

Al ver que éste shinobi se alzaba en el aire, Kurosame sentiría la amenaza. Por suerte habría cargado una técnica para defenderse ante cualquier ofensiva. Por lo que cuando el shinobi se acercara a una distancia de 20 metros del tiburón, directamente ejecutaría su técnica. (Revelo hide del turno anterior).

¡Suiton: Suishouha!
Suishouha


Exclamaría, reconfiando en sus habilidades, aunque esto no habría sido suficiente todavía porque aquel remolino de agua que expulsaría a 20 metros de la redonda, no sería suficiente contra la habilidad del gran y poderoso shinobi de 19 años, Samuru, del clan Kojaku Myoho con maestría de médico, de clase S y 25 de reputación (esto obviamente no lo sabe Kurosame on-rol, pero como es narración decido mencionarlo de todos modos. La reputación también estaría mal porque al ser Chuunin debería tener 50 de reputación, ya alguien debería corregírselo luego). Kurosame retrocedería un poco tras recibir el impacto de la técnica del shinobi.

Este enemigo no será fácil de vencer.

Para aquel punto, el campo de batalla se encontraba inundado gracias a los géiseres que habría utilizado contra las serpientes. Así que Kurosame directamente sumergiría la mitad de su cuerpo en el agua.

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Inventario

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Tras efectivamente quemar la entrada Este, el joven Jikaro localizaría a su objetivo exorcista, pero sería incapaz de alcanzarlo. Sin embargo no debía desanimarse y debería hacerle frente, pues Saito se acercó con hostiles intenciones de darle un cachetazo. El combate se había puesto putas.

El hombre Hoshigaki contra el joven Kujaku Myoho era la otra contienda, entre un terreno acuático que se había formado. El aire y el agua, ¿quién vencería?

OFF
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El combate ya comenzó y Samuru fue quien tomó la iniciativa. Empezó con algo de fuerza, pero no fue suficiente para acabar con su oponente. Eso le dio la información de que su rival no era alguien débil, no podía confiarse. Sin embargo, este no es un dato que recién se le ocurre, sino que simplemente lo confirmó. Aplicando la lógica, la mayoría del mundo perdió la vida y él no. Eso servía para entender que aquellos que siguen en pie son diferentes a los rebeldes e imperiales normales. Están uno o varios escalones por encima. 

Pero el amigo de azul no realizó un contraataque inmediato, pero eso no significa que no hizo nada. Ya lo vio con anterioridad, pero ahora ya era mucho más claro. Si antes el piso estaba mojado y tal, ahora la altura del mismo creció. Desde donde estaba no podía saber con exactitud la profundidad, pero no era demasiada. Al menos, no considerando que el piso debía seguir ahí abajo y él hace pocos segundos estuvo sobre él. 

¿Qué hace? — No entendió nada al ver a Kurosame hundirse hasta la mitad dentro del agua. Apenas realizó esa acción el hombre tiburón, Samuru tomó un kunai con un sello explosivo y los unió mientras volaba aún manteniendo los 40 metros de altura (del suelo, no desde los 2 metros del agua). — A ver si con esto sales, Fishboy. — No tenía la fuerza necesaria para arrojar el kunai con todas sus fuerzas, pero el clavarle con todo el filo no era su intención, sino que la gracia aquí era la explosión. El kunai haría peso justo por encima de la cabeza de Kurosame. La idea era que el sello explote al contacto al chocar con él pescado o con el agua. Su intención era intentar sacarlo de ahí.

Sorpresivamente, fue su único movimiento. Su posición se mantendría al final justo encima de Kurosame a 40 metros de altura, mirándolo directamente hacia abajo. Sí, él era un rey, y debía mirar a los súbditos hacia abajo. — Así es cómo debe ser.
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Datos


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Última modificación: 03-03-2023, 04:39 PM por Jikaro.
- Ni siquiera sé quién eres. - Respondí cuando el al parecer era mi nuevo rival, empezó nuestro combate, o quizás ni llamarlo combate pues lo que era es un reparto de palabras idiota. Tanto que me quedé mirando algo tonto cuando empezó a hablar, no sé puede ser tan idiota como para gritar en medio de un combate, y pensar que la persona con la que peleas te conoce. - Realmente, ¿Alguien lo conoce de algo?, No tengo ni puta idea de quién será. - Intentó hablar con sus voces interiores pero no tuvo respuesta, pues se dió cuenta que el chico se había movido de lugar, y… ¿A dónde se movía?, No lo sé. Preparé un Rasengan con mi mano derecha mientras pude observar como llegaba, dando cátedra. Esperando a que el chico llegase. Cuando se materializó el Rasengan, el chico ya cuando estaba justo de darle la cachetada a Jikaro, no pudo evitar que el Rasengan impacte en sí mismo, de una vez no perdí el tiempo y con un fugaz movimiento, con mi otra mano, la izquierda hice un movimiento y una ráfaga de aire cortante dió en toda la cara del shinobi, si este ataque que da por hecho que se logra. No dudaría, ni siquiera lo pensaría y tiraría una bola gigante de aire, mandando a volar por los aires al shinobi. Al concretar mi ataque, me quedaría esperando un momento. A ver qué hacía.

Rasengan

Sotoni no Shipai

Kami Oroshi

Shunshin no Jutsu
 





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Última modificación: 03-03-2023, 09:10 PM por Saito Yamamoto.
Saito se lanzó contra su enemigo, el cual, se hizo el loco al decir que no lo conocia, eso no fue molesto, al contrario, le daba mas razones al muchacho de matarlo, pues, si no eran conocidos, significaba que era solo un rebelde que debía morir. 

Jikaro creó una esfera de chakra y la mano de Saito se rodeó de agua y su cuerpo de un aura especial-Te tengo-sonrió al ver que su puño era repelido dandole la oportunidad de lanzar otro con su otra mano a las costillas del albino y nisiquiera ese viento lo salvaria, una serie de patadas haría que Jikaro quedara desprotegido para su siguiente ataque.
Han Men

(Libero hide) (50 VS 90 = 40 - 15 = 25)
Primera Postura – Genbu

Ashi

Adios-diría serio y con un rápido y punzante golpe atravesó el pecho de su oponente. Si hubiera sido el Jikaro que conocia solo lo hubiera apresado y llevado a juicio como a los bandidos de aquella misión, pero ya no importa.
Shigan

Saito retiró su mano y suspiró, debía ayudar a Kurosame pero esa esfera habia lastimado su mano. Vio a Jikaro, con su corazón herido tendria algunos segundos de vida pero serian segundos dolorosos.
Furyoku

Stat y daño

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