[Saibo no Kibō S+] El camino de un shinobi
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Última modificación: 04-02-2023, 02:21 PM por Narrador General.
OST
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— ¿Los Shinobi estan listos?
— Aún quedan reclutamientos por hacer, parece que son miembros prometedores.
— No me interesan promesas, me interesan resultados…. Los recursos gastados para esta misión hacen inviable la derrota.
— Pero Nao… sabes que el imperio tiene tropas bastante fuertes, además no le llaman “fortaleza” por nada.
— Es por eso que dividiremos las fuerzas de ataque, la entrada norte es la más resguardada por el imperio… junto a un grupo de asalto llegaremos por este lugar; mientras tanto, un segundo grupo de asalto tomara la entrada sur, ellos son quienes abrirán la fortaleza desde dentro. Una vez ahí las alarmas estallaran por lo que será necesario llegar a la torre de control para abrir las celdas, y las puertas. Los barcos estarán en la entrada sur, debemos mantener el mínimo de bajas para el siguiente movimiento.
— Sigo pensando que es demasiado arriesgado, podrías incluso morir durante el asalto ¿Has pensado en eso?
— Somos Shinobi, lo más importante es el cumplir con la misión; si mi muerte se encuentra en el campo de batalla, la tomaré con gusto.
 
La ciudad acuática de Kirigakure se encontraba bajo punto de mira, los últimos acontecimientos en el mundo habían sacudido un poco el futuro de la ciudad rebelde, ¿Habrá guerra? Era la pregunta de casi todos los habitantes, en aquel salón acordado iluminado por piedras marinas y algunas linternas de chakra. La plática entre Hozuki Nao y Hozuki Aku decidían aquel futuro, los representantes de las facciones y países no querían que estallase la guerra bajo ninguna circunstancia; el imperio tenía el absoluto control, ¿Pero que harían al respecto?
 
Nao quería apresurar las cosas, lo había dicho inclusive Takaedo. Pero el aviso sobre esta tarea salió al mundo, disfrazada principalmente entre vendedores ambulantes y vagabundos. Tal vez, los más valientes y aventurados responderían al llamado de la misión clandestina, una asalto a una fortaleza no era algo que todo mundo estuviese dispuesto a hacer. Los reclutas llegarían a una pequeña isla, situada al este del mar del este, dónde se encontrarían con Hozuki Nao, la información era básica pero bastante precisa, llegar al punto acordado el 30 de Ichigatsu, a las 0100 Horas. La madrugada podría ser arriesgada por las grandes mareas, pero el mantenerse silente hasta el asalto era primordial.
 
Una sombra se movió por un costado de la habitación, al parecer todo este tiempo los vigilaron. En pocas horas la información llegó al palacio de la Shoadai Suijin, inclusive la ciudad sin ley era vigilada por la diosa. Quien tomaría cartas en el asunto, la fortaleza se había mantenido intacta 13 años.
 
Inclusive ante esta situación la fortaleza no fue descuidada pues ahora estaba bajo la protección y supervisión de Kenju Rashōn, quien se mantenía al tanto de la situación tanto dentro como en sus fronteras de la fortaleza, pero ahora vendría preparar una lógica de defensa o si se tenía suerte, contra ataque.

— Parece que pediremos apoyo de los criminales, seguramente lleguen grandes tropas, encárgate, Ameki….
— Por su puesto, Suijin – Sama.
 
Mientras tanto en el Viento;
 
— Nidai – Sama, los preparativos para ir a la tierra del agua están listos.
— Perfecto, recuerden que solo se priorizará el escape de Takeoshi…. Si alguien traiciona la cabeza del dragón será tu responsabilidad.
— Pero señor, aún no soy Senchō….
— Parece que está podría ser una oportunidad, tráela, si se muere en el camino me conformaré con su cadáver.
 
La charla entre el Nidai Ataima no Ryuu y uno de sus seguidores parecía tener relevancia en el asalto a la fortaleza ¿Quién era Takeoshi? Se decía que era una gran guerrera espiritual, quien no envaina armas, lucha con su voz en contra del imperio y fue encarcelada por lo mismo, ¿Por qué era tan importante un civil?
 
Las preparaciones fueron realizadas y Keiko partió del salón de la cabeza del dragón, no podía permitirse fallos o lo matarían y el huir no era opción tampoco. Un miedo indescriptible recorrió el cuerpo del joven, pero continúo adelante, sabía que solo tenía un camino por delante. Los citados llegarían a la frontera con el país del fuego, dónde las tropas criminales están en mayor auge. Para ser trasladados en una carreta que los llevaría hasta el mar abierto del este, y de ahí tomarían un barco hasta la fortaleza para coincidir y camuflarse entre las tropas rebeldes.
  
Rules

Off
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Como kunoichi del Imperio, Kiyoko había sido llamada a asistir a la defensa y custodia en la Fortaleza Shoseki. La misma era dirigida por uno de los oficiales criminales del Agua más temidos y respetados, por lo que la posibilidad de ver en acción a personas tan fuertes incrementaba las ansias de la muchacha. En un barco junto a un grupo de imperiales y otros criminales y mercenarios llamados a defender Shoseki ante una amenaza de ataque rebelde, la Kurama arribó durante la mañana del 29 de Ichigatsu, al lado de su ahora compañero Hikaru Yuki, a quién había conocido unos días antes mientras lo vigilaba y espiaba, pero de quien descartó toda sospecha, o al menos eso decía su informe al Imperio del Agua. Hikaru fue calificado por Kiyoko como "un simple treintañero deprimido que posee dificultades para concentrarse y estar enfocado, pero con grandes aptitudes en combate. No representa una amenaza para el Imperio", por lo que el peliblanco se había librado del seguimiento fácilmente.

Contenido Oculto
Kiyoko no era especialmente una amiga del Yuki, pero ya llevaban varios días juntos y ahora estaban en el mismo grupo en Shoseki. Desde su combate, la joven había desarrollado una gran admiración por él, a diferencia de la totalidad de personas con que se había enfrentado. Quizá su gran habilidad para el combate le llamaba la atención de sobremanera, aunque no coincidía en ideas con él. De cualquier manera, no podía huir de verse endosada a su presencia, así que debía lidiar con intentar hacerlo lo más llevadero posible. — ¿Qué dices? ¿Serán verdad los rumores del ataque? ¿O es otra movida rebelde para desviar la atención del Imperio? — Preguntó a Hikaru mientras se acomodaba su chaleco Jounin en uno de los cuarteles y vestidores de la fortaleza, allí donde los guardias y shinobis se cambiaban. — Me vendría bien una opinión de un tercero, malnacido. — Le susurró al oído acercándose por el costado mientras se colocaba su haori blanco por encima y ataba su cinturón. Se colgó la su katana envainada en la cintura y la acomodó con la zurda, tratando de que quedase firme.

— Como sea, sólo resta esperar órdenes, ¿no? No veo la hora de ver a Rashōn en persona. Quiero comprobar si se ve tan fuerte como dicen. — Chasqueó la lengua, como descreyendo de toda historia y fabulación acerca de la mítica figura del Segundo Oficial criminal del Agua. Sin dudas la pequeña era bien altanera y soberbia, y creía que ninguno de aquellos altos mandos la superaba en un duelo. Excepto Momochi Zaruko, el único nombre al que respetaba aún sin haberlo visto jamás en persona.

OFF

RESUMEN
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Última modificación: 05-02-2023, 10:10 PM por Rukasu Uchiha.
26 de Ichigatsu
Frontera Sur del País de los Fideos

 
El tiempo avanzaba sin detenerse, dejando en su camino un montón de recuerdos y experiencias. Parecía ayer aquel tenso momento vivido en el bosque cercano a la frontera del país del fuego donde el profundo sueño del Uchiha se vió momentáneamente interrumpido por los suaves movimientos de aquella bella joven de rubios cabellos que se encontraba en su búsqueda y por esas cosas del destino ahora era su compañera. Ambos shinobis avanzaban dejando atrás el País de los Fideos rumbo hacia Konohagakure, ambos habían recibido la citación por medio de uno de los cuervos de Rukasu, siendo solicitada su presencia en la aldea antes del 30 del mes corriente para participar en una misión especial. Pese a saber el motivo de dicho llamado, los shinobis continuaban a paso tranquilo rumbo a la aldea que los vió nacer.

- Se siente raro regresar tras tanto tiempo fuera...

Comentaría Rukasu a su compañera Bishamon mientras continuaba avanzando saltando entre árbol y árbol, una mezcla de sensaciones abordaban el cuerpo y la mente del Uchiha quien tras años moviéndose entre las sombras haciendo el trabajo sucio regresaría a la aldea, pese a que con otros fines, regresaría al lugar donde todo comenzó veintiocho años atrás. El retorno fue realizado en dos etapas, saliendo bien temprano desde el país de origen y deteniéndose a almorzar en las cercanías de un rio una vez dentro del País del Fuego. Llegando al atardecer, la pareja comenzó a divisar la grandes puertas de la aldea donde ambos presentaron sus documentos y procedieron a ingresar nuevamente. Tras quince años trabajando fuera de la aldea, Rukasu había vendido su departamento y se veía obligado a buscar un alojamiento o un lugar seguro donde pasar la noche y para su fortuna su compañera se ofreció a compartir su morada, lo cual con algo de vergüenza el Uchiha aceptó. Una vez instalados la citación no tardaría en llegar, solicitando la presencia de los shinobis el día treinta del mes en curso.
28 de Ichigatsu
Salida de Konohagakure

 
La estadía y el descanso en Konoha fue breve aunque suficiente, el Uchiha no recordaba cuándo había sido la ultima vez que había descansado en una cómoda cama y mucho menos compartirla con alguien. La hora de partir había llegado, ambos compañeros se encontraban listos para partir, era fundamental que ambos cuidaran sus movimientos y sobre todo tener bien en claro los objetivos de Yūgure de cara a esta importante misión y lo que podría ser el primer paso de la organización como tal.

- Estas lista?

Preguntaría Rukasu mientras miraba a Bisha, ciertamente se sentía extraño volver a partir de la aldea en rumbo a una misión, esto posicionaba la mente del Uchiha en el pasado donde compartía misiones con el equipo 10 y los momentos felices superaban en gran escala a los tristes algo totalmente opuesto a la realidad de hoy. Tras realizar la pregunta el experimentado Jounin reviso por última vez su equipaje para esperar a la confirmación de su compañera para emprender el viaje rumbo hacia el primer objetivo de la misión. El viaje fue tranquilo pero se podía sentir la tensión entre los allí presentes, el dúo de Konoha finalmente llegaría  el 29 a la Fortaleza Shoseki cercano al mediodía donde una vez en el lugar solo restaría esperar órdenes y sobre todo la llegada del resto de sus compañeros.

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La reunión había sido cuando menos, todo lo que se había esperado. Aquel grupo simpático de personas ahora tenía un plan tranzado y era claro. Habían acordado términos, funciones, y todo lo que había tenido que pactarse, incluso, la visión del mundo por el que todos lucharían. Así, la nueva integrante de Yūgure iba con su pareja hacia Konohagakure no sato, justo después de que uno de los cuervos del Uchiha les indicara casi que, con urgencia, que debían volver a la aldea. Sus pasos, pese a eso eran tranquilos. Disfrutaba la compañía de Rukasu y poco a poco sentía que se llevarían bastante bien, más allá de ser un equipo bastante versátil.

Bueno, yo no puedo decir lo mismo. A diferencia tuya he vivido aquí, pero nunca me he sentido parte de…— comentó tranquila.

No esperaba darle ánimos al pelinegro. Si bien era cierto que konoha le había dado a Bishamon todo lo que tenía hasta ahora, la rubia no tenía familia, amigos o lazos con personas de la aldea más allá de los formales, los militares y los que tenía como exigencia dentro de su trabajo. Quizá, personas como Shikabira, Rhooh y otros shinobi, habrían hecho mella y conformaban allí su grupo cercano, pero con nadie tenía un lazo tan fuerte como el que tenía con Gea, con Toji, con Rukasu y mucho menos con Shujin.

No tardaron mucho tiempo antes de entrar en las fosas del león, nuevamente. Rukasu, por su parte, había expuesto su carencia de habitación, por lo que la rubia amablemente le había propuesto quedarse en su casa. No era un lugar grande, de hecho, solo tenía una habitación y una cama, misma que habrían tenido que compartir a expensas de que otras cosas pasaran. El 26 de Ichigatsu había sido quizá, un día tranquilo, aunque la pareja estuviera todo el tiempo asumiendo que ya estaban en el radar de alguien, así no fuera cierto.

El 27 fueron llamados y asignados a la misión en el país del agua. Volverían a casa por una noche más luego quizá de un entrenamiento de todo el día. En la madrugada del 28 de Ichigatsu, la rubia empacaría sus cosas y armaría sus herramientas básicas como de costumbre. Solía dejar todos los artilugios que pudiera utilizar para combos en combate y claro, aquello implicaba el manejo de técnicas ninja y de incluir en sus cosas todos los componentes de su equipamiento. Ataba cosas aquí y allá y cuando estuvo listo, saldrían a las puertas de la aldea. Estaba establecido, debían marcharse ese día por la mañana para estar en la fortaleza Shoseki sobre el 29 sobre el medio día si no tenían contratiempos.

De aquel lugar sabían que estaba situado al oeste del archipiélago sobre un pequeño islote. En antaño aquella fortaleza había sido ocupada por el legendario Sannin Orochimaru de Konoha, y la misma, había sido utilizada como laboratorio avanzado. Actualmente se usaba como una gran cárcel en la que se encerraban personas de todo tipo a lo largo del mundo, pudiendo encontrarse desde algunos disidentes del régimen de Pain hasta piratas y bandidos. Al llegar, Bisha y Rukasu habían podido notar que la misma contaba con diferentes niveles bajo el agua e infinidad de salas excavadas en la roca. En esta fortaleza se sabía que se castiga duramente a todos los reclusos, probando en ellos crueles castigos que excedían la imaginación de cualquier persona.

Llegados a la fortaleza, la rubia mostraría la invitación a la misma, siendo este el panfleto donde se les había ordenado a ella y a Rukasu, la asistencia por parte de Konoha, a aquella misión. No entendía por qué tenían que acudir ellos a este tipo de misiones. Por su parte, ella hacía labor médica y pocos conocían el poder que la rubia ostentaba y de Rukasu solo se tenían informes desde hacía quince años. Pero bueno, tampoco tenían opción como para preguntárselo. Entraron y fueron ubicados en donde estaban los imperialistas aliados a las aldeas shinobi. Quizá, una cara más era reconocía para ellos en ese lugar, su nombre era Toji, shinobi activo aún de Kumo y con quien se había visto en más de una ocasión. Esperarían allí hasta que les entregaran las órdenes de lo siguiente y de lo que se esperaba para la supuesta invasión.

La rubia vestía un kimono rojo con hombros descubiertos, mangas largas y laterales en la parte inferior abiertos adornado con bordes negros. Un cinto con los mismos dos colores en la cintura. En la derecha un guante negro y en la zurda un guante de todo el antebrazo incluyendo la mano, también negro. Su equipamiento preparado ubicado donde siempre. Finalmente, botines negros casi a la altura de las rodillas y que en absoluto impedían su movilidad, contrario a su kimono que en algunas ocasiones lograba por completo ocultar lo que sus manos hacían.

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Hablo - Pienso - Narro
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Última modificación: 06-02-2023, 01:09 AM por Yatako.
Tras la fructífera reunión del 25 de Ichigatsu, el grupo comenzó a trabajar separando sus caminos. Los ocho integrantes de aquella inesperada colección de personalidades se llamó “Yūgure” en honor a la ciudad de Yūgata, el símbolo de alianza sin fronteras por excelencia.

Varios grupos se formaron, en pos de asegurar el éxito de la misión y la supervivencia de todos. A la hora de la verdad, sabrían reconocerse y operarían desde distintos ángulos con cautela, velando unos por los otros.

Yatako y Kureha formaron un dúo que la pelirrosa se empeñó en llamar “el grupo Gesshoku”. La Uchiha no tenía ni idea de por qué, ni a qué se refería su alocada amiga, pero aceptó de buen grado y con una sonrisa su entusiasmo y ayuda. Después de mucho tiempo, Yatako sentía de nuevo la agradable sensación de que alguien cubriese sus espaldas -aunque Kureha llevase haciéndolo desde siempre.

Partieron del País de los Fideos rumbo al Fuego, pasando desapercibidas con uso de Henge, capas y capuchas. Lo primero que debían hacer sería presentarse a la facción rebelde y alistarse entre sus filas para la misión de asalto a la fortaleza. Los ánimos entre los rebeldes parecían estar altos, pues la reciente ejecución de un anciano en el Rayo había levantado las ansias de libertad de las gentes. Yatako pensó que quizá en otra época habrían servido de algo, pero el tiempo para insurrecciones ya había terminado. Sin embargo, era una oportunidad perfecta para usar a los rebeldes, su deseo de libertad y su ejército, para sus propios fines.

Con suerte, tan fuerte era el llamado que no les fue difícil ingresar el día 29 al País del Agua y, bajo el amparo de las sombras, dar con el grupo rebelde del Agua e ingresar a sus filas para participar de aquella operación que Yatako consideraba un suicidio sin propósito para la mayoría de los shinobi; si bien era cierto que evitó el contacto con nadie —salvo para escuchar órdenes de los superiores—, y por lo tanto no llegó a escuchar sus crónicas. De momento, la única historia que le importaba era la suya propia, y no había tiempo para la pena en los demás. La había dejado atrás hacía mucho tiempo, pues cargar con el peso de las vidas y el pesar de los demás encendería un fuego que no podría apagar e interferiría en su misión y el estilo de vida ajeno a los problemas… hasta ahora.

Ataviada con una capa gris gastada, y la capucha puesta ocultando parcialmente su rostro desmaquillado y sucio para la ocasión, Yatako se mantuvo al lado de Kureha en todo momento, para cuando llegase la hora, partir en barco y dar comienzo al asalto.

PJ

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Acostado en una pequeña barca de madera en medio del rio, cerca de la costa de una isla del oeste, Muken se encontraba observando el cielo, junto a él una caña de pescar con el anzuelo en el fondo del agua –Que lindo día para pescar- pensó mientras la caña empezaba a moverse, -Puta que suerte, uno más para casa- agarrando la caña rápidamente el Chunin empieza a forcejear para traer a la barca la pesca del día.  Tras la misión en el país del agua el Rōnin se había tomado un pequeño descanso en la misma isla, los pescadores del lugar ya se habían acostumbrado al joven, quien siempre se la pasaba en el bar o pescando.

Desembarcando en la costa de la aldea, Muken se mueve en dirección al bar, mientras llevaba los peces atados y colgados en su espalda el cual transportaba en su hombro. –Hoy la pesca ha sido buena, la señora del bar tendrá que darme por lo menos una botella entera de sake. -  Habían pasado dos días de la ejecución de Taka No Ayō, cosa que no afecto mucho al Rōnin, quien siguió su vida pacíficamente en las islas del país del agua.

Una vez en el bar Muken comenzó a beber alcohol y comer unas bolitas de pulpo con salsa picante –esta cosa sí que esta buena. – pensaba mientras devoraba y bebía. –Oye oye eso no puede ser verdad- -Claro que sí, es algo que se está diciendo entre los vendedores ambulantes y vagabundos, al parecer los rebeldes tienen pensado atacar la fortaleza- -eso es imposible ese lugar está lleno de criminales peligroso- -los rebeldes solo quieren números, no les importa de donde venga - -Esos malditos dejaran…- la conversación seguía, pero ya no era un tema de interés para el Rōnin.

Al día siguiente Muken se encontraba temprano en el puerto esperando su barco para partir, pocas cosas eran las que motivaban al Uchiha a intervenir en el mundo y una de ellas era la liberación de presos. Aunque el sistema de justicia no era perfecto, era el único que tenían y aunque tal vez haya personas que no se merecieran estar en la fortaleza, hay otras que sí y por eso el joven ayudaría al imperio a detener la huida de esas ratas bastardas.

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Aquella podía ser perfectamente la mejor representación de lo que Shujin había conversado con Bishamon días antes de la conformación del grupo. Estaba por iniciar la primera operación conjunta de un grupo que tenía el potencial de despertar a las voluntades del mundo pero que por ese entonces no estaba más que enfocado en el rescate y recuperación del hermano menor de Yatako. Para el Enmascarado era claro que incluso antes del inicio aquella búsqueda no tendría fruto alguno, aquello que había despertado el interés de la hija del antiguo Hokage no eran más que rumores anclados más en una ciega esperanza que en datos más sólidos... Entonces ¿Por qué participar de ello? ¿Con qué motivo él había apoyado una misión cuyo logro final sería sí o sí la decepción de aquella mujer? Podría haber muchos motivos, pero principalmente el que motivaba al antiguo ninja de Iwagakure era la idea de que se necesitaba de un escenario perfecto. Bien sabido era por todos que aquel asalto correspondía a una operación Rebelde cuya idea central era el rescate de una personalidad importante, muchas de las esperanzas de personas que creían en los cambios estaban supeditadas justamente a la realización con éxito de dicho propósito... Quizás eran aun más las personas que teniendo participación directa de lo que allí iba a suceder, conocían irremediablemente que aquel operativo no era más que un sinónimo de muerte y abandono. Un asalto imprevisto, bien planificado y ejecutado a la perfección no se podía descartar como una mala idea, jugando las piezas correctamente era probable hacer caer a cualquiera, el único problema era que el grupo rebelde carecía de elementos cuyo poder fuese significativo, por momentos sólo se reconocían diferentes células independientes que, ocasionalmente, reconocían tener los mismos intereses y decidían operar juntos...  Estaban carentes de unión, sus corazones probablemente se habían abandonado los unos a los otros y, en dicho punto, aquel hilo conductor debía ser la hija de "La Voluntad de Fuego". Toda revolución se trataba de inconformidad y poder, toda revolución era apuesta y sacrificio, toda revolución necesitaba obligatoriamente de un estandarte de fe, un símbolo reconocible, un lugar en el cual centrar los pensamientos y en donde se pudiese vivir la alegría de un sueño o potencial realidad, un rostro: Yūgure.

El movimiento debía realizarse con la mayor discreción posible, desde la última reunión del grupo en el País de los Fideos hasta el punto final en la frontera del País del Fuego se mostraba una distancia digna de tener en consideración si es que se deseaba ir a pie, pero él estaba acostumbrado a ese tipo de desplazamientos: Cuando los humanos están derrotados, difícilmente sus miradas se posan en los cielos. El viaje se realizaría arriba del lomo de "Kenshiki", miembro de la familia real de murciélagos pertenecientes al pacto de invocación, una criatura orgullosa y bastante despreciativa en cuanto al género humano pero con la cual Shujin ya tenía años de experiencia a la hora de hablar .-¿Por qué mierda tenemos que traer a más gente? Ya decía yo que los años te han vuelto más idiota chico.- A medida que revoloteaba por los cielos, la enorme criatura se quejaba y quejaba, llevaba varios minutos únicamente refunfuñando y es que, fuera de estar únicamente con su invocador, también Airine se encontraba presente .-Creo que lo más idiota sería exponer a un antiguo criminal cuya máscara se reconoce en todo el bajo mundo.- Se encogió de hombros y, sin siquiera disimularlo dio media vuelta y observó a su "acompañante" .-Y a una "Pequeña Gigante".- Suspiró .-No molestes Kenshiki, sólo preocúpate de seguir el rastro y llévanos al punto de encuentro...- El sol comenzaba a caer en el horizonte y pareciera ser que el tiempo corrió más rápido de lo esperado, al menos para el Enmascarado aquel viaje no se había vuelto un tormento o algo parecido e incluso le parecía bastante bien que la noche fuese el manto protector para ellos en esa oportunidad.

.-Oye, "Enana", Ni sueñes con volver a ponerme un pie encima ¿Escuchaste?.- Parecía ser que Kenshiki se había cansado de estar en silencio para el punto en que finalmente habían logrado dar con la ubicación presente .-Creo que, es este el punto de reunión rebelde, ¿No es así, Airine?.- Era obvio que, dadas las circunstancias el discurso de Shujin sería algo más serio y seco .-Creo que lo mejor será tomar algo de distancia, no nos interesa mezclarnos con ellos, en cualquier caso.- El Enmascarado observó la situación .-Parece que avanzarán sobre el agua, la fortaleza fijará sus ojos en ellos o...- Observó a Airine .-Espero sepas nadar, puede que el distractor seamos nosotros.- Dividir el grupo de esa manera pudiese ser una jugada algo arriesgada pero al mismo tiempo daba luces de lo que implicaba moverse sigilosamente, el enemigo debería centrar su resistencia en dos puntos diferentes, algo que siempre venía bien si es que acaso el primer objetivo únicamente era llegar hasta la fortaleza. Llegados a ese punto, aun sobre aquella bestia nocturna, al menos para Shujin sólo restaba esperar y observar los movimientos rebeldes.

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Resumen
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Desde que habia decidido dedicarme a la tienda en vez de seguir como Shinobi de Konoha, mi vida habia sido mas sencilla en muchos ambitos, poda entrenar con mayor tranquilidad y hacer cualquier cosa sin rendirle cuentas a nadie o por lo menos no estar explicando cada uno de mis movimientos. Aunque ahora tuviese otro trabajo, no dejaba de entrenar, de prepararme.

Una de las cosas que deseaba era sacar al imperio de la aldea porque no estaba de acuerdo con  los movimientos que hacen este "grupo" solo por eso me identificaba como rebelde pero tampoco es que apoyara mucho a estos, aun asi: El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Habia logrado contactar con uno que otro que tambien estan de parte de los rebeldes y justamente uno de estos me informo la siguiente movida, sin necesidad de hacer mucho "ruido" me encargue de empacar todo y tomar rumbo al pais del agua. La tienda quedo a manos de mi madre quien se iba a encargar de  esta mientras no estaba, la excusa era que iba a investigar unas flores en Kiri. 


Ya saliendo del pais del fuego, me encargue de estar en incognito, me puse una capucha que no dejaba que se viera mi rostro de buenas a primera, de esta forma buscaba pasar desapercivido o por lo menos no dejar recuerdos por donde pase, de igual forma mis movimientos eran silenciosos, precavidos, siempre atento de que nadie me siguiera.  Ya pasada los dias, el 29 fue mi llegada al pais del agua, logre entrar sin mucho problemas y estando ahi, gracias a algunas "mentes" leidas, pude dar con el lugar donde comenzara todo con los rebeldes, aun en completo silencio llegue hasta el lugar y me mantuve mezclado entre la gente sin necesidad de ser llamativo, siempre atento..."Esperando ordenes".


La mision ya sabia cual era pero aun no sabia con claridad que movimientos se iban a ejecutar, por eso estaba buscando el orden, el comienzo y el fin de este objetivo... Estar en Kiri me ayudaba en muchas cosas, realmente queria conocer el lugar por completo, estar "de turismo" y si todo sale bien, podre estar unos dias aca. 

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Personaje
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Como estaba planeado en la gran historia que se estaba montado, la reunión de cierto grupo dudaría bastante. Un grupo de personas con personalidad bastante variopintas que no vería con gran aprecio, por el momento, pero que me daba buena espina. El plan era sencillo, nada complicado ni que nos fuera a poner el peligro, al menos, eso parecía. También estaba el hecho de que no me importaba demasiado ponerme en peligro, de hecho, agradecía volver a estar rodeada de un grupo. Al parecer no era la única que tenía un poco de ganas de estar en grupo. Además, me daba buena espina el hecho de que la rubia estuviera conmigo, aunque me daba miedo en especial que en algún momento se descubriesen según que trapos sucios de los que todavía tenían lazos donde no debían tenerlos.

La reunión del día 25 de Ichigatsu terminó con fructuosa y buena conclusión. Y tras eso, nos dividiríamos como buenamente nos fuera posible, yo saldría dirección al Fuego, de nuevo y desde el País de los Fideos. Por mi parte aunque el enmascarado fuera amable y ofreciera de sus servicios para ir mucho más rápido, prefería ir bajo la protección de los bosques, yendo de lugar en lugar, de rama en rama, saltando mientras que veía como el amparo y protección de la naturaleza me daba todo lo que quería. Ahora, como integrante de Yūgure, tendría que tener en cuidado cuales cualquiera que fueran mis movimientos, pues lo dicho en aquella reunión era más que importante para depende que personas. Conocía las habilidades para descubrir mentiras e interrogatorios, y sabía que si la información caía en manos que no debía podía ser peligrosa. Por eso mismo prefería, por el momento, pasar desapercibida y no ir en un vuelo.

Tardaría más en llegar que los demás, seguramente sobre el doble, pero era la forma más agradable para mí. Pasó el tiempo necesario y aunque habría en varias ocasiones que tendría que usar henges y la protección del bosque para no ser descubierta, llegaría a mi destino de forma satisfactoria. Juntándome de nuevo con la loca de los zancos y el enmascarado paranoico cuyo rostro todavía no habíamos visto del todo. Intrigante, y más cuando la conversación de cualquier tipo surgía. Solía cambiar de tema, por lo que más curiosidad me entraba por conocerle.

Para cuando hubiera llegado al lugar destinado, Airine y el Shujin podrían darse cuenta de que me habría cambiado de vestuario. No era culpa mía haber pasado por un pueblo que justamente había un traje a medida que me gustaba… para nada había sido mi culpa. ¿Ese podría haber sido el motivo de ir a pie? Nadie lo sabría. El caso es que vestiría un mono completo negro con una capa con capucha gris por encima para usarla en caso de que necesitara algo de protección frente a miradas curiosas, aunque por debajo llevaría el chaleco reglamentario para protección extra. En las caderas llevaría el armamento suficiente entre estuches y demás compartimentos que haría que estuviese completamente preparada. La emoción de estar de nuevo en una misión dónde un grupo tuviera un objetivo en común era bastante, ahora solo quedaba ver cuánto quedaba para cada uno tras aquello.

De nuevo me juntaría con el dúo de personalidades múltiples, saldríamos los tres en camino a nuestro objetivo, con el soplo que nos habían dado. – Atentos – Sería lo único que diría mientras que mantenía aquel radar de forma pasiva que me daban mis habilidades sensoriales. Sabía que estaríamos en medio de una misión un tanto peliaguda, pero conocía mis aptitudes y algo me decía que estaba también en buena compañía. Todavía había una pregunta que me rondaba la mente cuando este tipo de cosas pasaban: ¿podría confiar en ellos?


Información
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La joven viajaba con su compañera de largo tiempo atrás. Más esta era la primera vez en años de viajes juntas que lo hacia estando en el mundo exterior a la sombra de la Uchiha. La sonrisa y alegría seguía caracterizando a la joven de cabellos rosados, una vez roto el trance en el que entro de llanto y risa, ahora volvía a reinar la serenidad en su espíritu.

El cuerpo de Kureha ya se habia recuperado. Aunque su tono muscular era reducido habia recuperado el volumen y su piel no se pegaba a los huesos. Su estatura se habia visto afectada de forma permanente, nunca acabando de desarrollarse como era debido, un mal momento la adolescencia para entrar en una crisis autodestructiva. Pero para variar no le importaba mucho. Ella seguía feliz. La ropa nueva que habia elegido era... Por definirla de alguna forma, llamativa, muy extravagante y buscando explotar en colores llamativos ante la vista de cualquiera.

La chica antes de partir denomino a su alianza con Yatako "Gesshoku", una pequeña referencia a un vieja idea que que surgió con el padre de la Uchiha cuando entrenaba a Kurhea. Pero por ahora no era el momento de contar eso. Y menos porque Kureha estaba refunfuñando un poco a Yatako al obligarla a usar un henge, cubrirse de una capa y le advirtió que estuviera calmada, no era tan estúpida como para no entender la situación, más no le gustaba.

El viaje con los rebeldes, fue muy soporífero. Yatako de por si no era muy sociable con los demás, cosa que a Kureha le importaba más bien poco, no obstante habia de mantener el perfil bajo como su compañera. De modo que seguía a la Uchiha como una hermana menor tímida que buscaba obedecer a su hermana sobreprotectora en todo, solo atendiendo al llamado de algunos superiores que organizaban y distribuían a la gente durante el transcurso de aquellos días. 

Ambas aguardarian a la partida hacia el deber. Más el dueto tenia intereses propios que priorizar si los acontecimientos terminaban esdeviniendo de cierto modo. Pero ahora el objetivo estaba muy claro y habia que abatir al Imperio. Y por el bien de la misión Kurhea permanecía estoica, oculta bajo la capa y bien escondida tras la espalda de su hermana mayor, con lo enana que se habia quedado daba el pego completamente, a la espera de que todo empezara. Cualquiera pensaría en que era una niña arrastrada a esa situación por no tener ningún lugar más al que ir que al lado de su hermana la cual desprendía una frialdad y distancia digna de quien habia sufrido una perdida importante y que solo seria una mocosa miedosa, tímida y que rehuiría del conflicto o se volvería un estorbo para su hermana. Pero la realidad es que Kureha estaba cultivando en su interior un sentimiento de lanzarse a la acción que pocos conocían, demasiados años sin movimiento, sin juegos, sin acción, sin diplomacia kurehiana.

Personaje

Resumen
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Nota para Kitzin
No tienes que leer desde el 25, puedes saltar todo hasta el 29.
25 de Ichigatsu del 15 de D.Y
País de los Fideos
Templo Abandonado
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Aquel fue un día de cambios y de nuevas experiencias para más de una persona, ya que, en aquel día, un grupo de variado origen, y variadas personalidades, se habían reunido en un lugar que cuanto menos era inesperado, aquel grupo de personas, se encontraban reunidos en lo que eran o por lo menos en lo que aparentaba ser un antiguo templo, que, aunque se encontraba abandonado, sus bases se mantenían en buen estado, aquel templo en el que aquel grupo se habían reunido, se encontraba oculto, como si aquellos que lo construyeron no quisieran que fuese encontrado por nadie, y que se mantuviese oculto para la eternidad; Aquel templo se encontraba construido dentro de una cueva, cuya entrada se encontraba en la cara interna de un cañón, y que por si fuese poco, se encontraba ubicado en un país donde la mano del hombre era casi nula, aquel era el “País de los Fideos”.

Dentro de aquel templo, ocho figuras podían distinguirse sin problemas, la primera de aquellas figuras y una de las más destacadas, era una joven ¿Niña? de cabellos rosados, cuya personalidad y actitud aun frente a un grupo de desconocidos, se mostraba alegre y positiva, y lo más destacado de la joven, era su forma de reír, y que cuando lo hacía retumbaba con fuerzas aquel “Nikakakakaka” que para algunos quizás sería algo difícil de olvidar, debido a lo peculiar que resultaba; Justo al lado de la joven, una mujer cuyo cabello era tan negro como la noche misma, al igual que sus ojos, sobresaltados por aquel maquillaje rojizo que decoraba sus parpados superiores, y unos labios pintados de una tonalidad oscura, aquella era la mujer responsable de haber reunido a aquel grupo de personas en dicho lugar, cuyo nombre era Yatako Uchiha, y la joven a su lado respondería al nombre de Kureha Nara.

La explicación del porque aquel grupo fue reunido, no tardo en darse a conocer, Yatako, la responsable de la reunión, fue víctima de una de las movidas realizadas por el Imperio de Boshuko, pues el imperio termino secuestrando a un hermano menor, y en su búsqueda termino recurriendo a una vieja amistad, quien, escondido en las sombras del mundo se habían enterado de dicho suceso y fue en su ayuda, aquel era el hombre parado a la izquierda de Yatako, el cual respondía ante el nombre de Rukasu Uchiha, el cual al igual que Yatako, poseía un cabello negro azabache, y en su rasgo más distintivo era el hecho de usar una capa aun incluso dentro de una cueva; La conversaciones continuaban, hasta el punto que llegaron a una mujer joven, quizás tanto como la morena, pues aquella mujer de cabellos rubios, y un cuerpo que seguramente asfixiaba a los hombre de tantos suspiros, fue quien en última instancia termino salvado la vida de la más pequeña del grupo, aquella mujer era Bishamon Senju, y a su lado, una vieja conocida, Gea Suzume, la cual tenía una amistad con Bishamon, y armada con una capacidad de rastreo exquisita, se había ofrecido a ayudar en dicha situación.

Las conversaciones continuaron, profundizándose cada vez más, hasta el punto en que se había mencionado varias veces, al culpable del secuestro del familiar de Yatako, un hombre cuya audacia era suficiente como para inmolarse a sí mismo sin dudar si quiera de ello, y que, para intentar dar con dicho sujeto, se había adherido a aquel grupo de personas, otro viejo conocido, uno cuyo rostro no era conocido, y cuyas conexiones por el bajo mundo eran casi envidiables, aquel sujeto era Shujin (El Enmascarado Fav. de todos nosotros, sí que sí) una entidad cargada de misterios e incógnitas que seguramente ni el mismo podría resolver, pero obviamente, no todos estaban reunidos en aquel lugar por la bondad de su corazón, o por lo menos ese era el caso de Toji Zennin, un Shinobi, o más bien, un mercenario afiliado al imperio, cuya motivación y causa para verse involucrado, fue quizás la alta suma monetaria que le había sido ofrecida por sus servicios, y puesto que al ser un Mercenario, le seria fiel siempre a sus ganancias que al imperio mismo. Y ya en último lugar, pero no menos importante, se encontraba ella, la única del grupo cuya piel era la más oscura (Seguro para rellenar el cupo, y decir que era un grupo inclusivo, y no racista, ¡JA!) pero cuyas razones eran bastante más simples que el resto, su razón para estar en aquel lugar, era deberle un gran favor a Gea, ya que la misma le había salvado de una situación que pudo haber terminado en desastre, y por ello se sentía en deuda con ella, por lo que había aceptado sin rechistar su petición, aunque en aquel momento, más que una petición fue una exigencia.

Aquella reunión daría pie a la formación de aquel grupo de personas cuyas personalidades eran tan diversas que imaginarlas trabajando juntas, bien podría ser una pesadilla para todos ellos, o una pesadilla aún peor para aquellos a los que se enfrentarían, YŪGURE, sería el nombre que representaría la unión de aquel grupo variopinto, y cuyo próximo objetivo sería la participación en el asalto planeado por los rebeldes a la Fortaleza Shoseki, aquella información fue provista por Shujin y sus varios contactos con el bajo mundo, pero más que asaltar aquella Fortaleza por simpatizar con los objetivos de los rebeldes, lo cual era completamente todo lo contrario, poco o nada les podría importar, pues lo que aquello que realmente les llevaba a actuar era el remoto rastro del familiar de Yatako, que indicaba que podría estar atrapado detrás de aquellas murallas; Ya con la información de los próximos movimientos de YŪGURE, aquel grupo variopinto empezó a dividirse, partiendo cada quien, por su rumbo, y solo quedando unos pocos en aquel lugar, siendo estos: Yatako, Kureha, Shujin, Gea y Ella misma, los restantes en el lugar, en aquella tarde un suceso tuvo lugar, y fue la irremediable paliza unilateral a la morena por parte de Yatako, y todo debido a la insistencia de la primera, en su afán de luchar contra Yatako.

Ya bajo el manto de la noche misma, el resto abandonaría aquella locación para dirigirse, por sus propios medios, al lugar destinado para la reunión con sus respectivos bandos, puesto que cada quien se tomaría el trabajo de unirse a una fuerza distinta, buscando tener las máximas posibilidades de tener éxito en su accionar; Pero para suerte o quizás infortunio, opto por acompañar a Shujin en su viaje, montando a la espalda de su invocación, la cual desde el minuto uno, no paraba de quejarse hasta el cansancio...Aquel viaje, definitivamente seria largo, pero largo de cojones.

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29 de Ichigatsu del 15 D.Y
País del Agua
Mar del Este
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Ya habían pasado varios días desde que el trio más disparejo de la historia había vuelto a reunirse, alguno de ellos, por no decir sencillamente Gea, había cambiado su forma de vestir para aquella ocasión, aunque por más que la joven morena intentase sacarle la verdad, Gea sencillamente se negaba a admitir, que el hecho de que haber rechazado el viaje en la invocación de Shujin, estaba expresamente ligado a sus nuevas vestiduras, por más que lo intentase, simplemente obtenía la negativa por su parte, y la excusa de que sencillamente había sido “casualidad”, durante aquellos días, tanto la morena como Gea, se vieron casi en obligación de pasar más tiempo en convivencia, debido a que Shujin paraba más oculto que en medio de las multitudes, ya que parecía tener cierta “fama” en el mundo, y no le gustaba exponerse de forma innecesaria, por lo que aquellas dos, pasaban más tiempo juntas que separadas, ya que el interactuar con el resto, era sencillamente contra producente por culpa de la morena, quien simplemente buscaba luchar contra cualquiera que se le cruce, y Gea debía de detenerla por cualquier medio posible, lo que se había convertido en la “niñera” de la morena, por decirlo de alguna manera. 

El velo nocturno había caído, y aquello significaba que la hora de la verdad empezaba a acercarse de forma indiscutible, las personas reunidas en el lugar empezaban a preparar todo para la partida de diversas embarcaciones, suministros, personal, y todo lo necesario fue cargado a las embarcaciones, y antes de la media noche, aquella flotilla de embarcaciones de la facción criminal, zarparían a altamar con la intención de llegar al mismo tiempo que la flotilla rebelde, para así mezclarse con la misma, e ir directamente por su objetivo. Por otro lado, la joven morena, junto al enmascarado de Shujin, subirían de nueva cuenta sobre la espalda de dicha invocación, y empezarían a surcar los cielos, siendo lo primero que escucharía la joven morena, era nuevamente a aquella criatura quejándose.

Por supuesto Rata con Alas, lo que tu digas. -Comentaba- Pero ya bájale a tus quejas, maldita sea ¿Acaso solo sabes quejarte? ¿Ni si quiera peso tanto, sabes? Solo son Sesenta y un kilos, ni que fuera demasiado.

Al termino de sus palabras, esta terminaría por chasquear su lengua, demostrando de aquella forma que estaba ya un poco irritada por la personalidad del animal, pues el parecido a su invocador era temible, no sabría cuál de los dos podría ser peor, si la invocación o el invocador, ambos en algunas ocasiones podían ser exasperantes, pero en cuanto esta intentaba volver a relajarse, la voz de Shujin se hizo presente, pero esta vez no era para algún comentario irritante o molesto, sino para hacer una pregunta que a la joven no le costaría responder, mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

Estas en lo correcto, definitivamente es el lugar.

Aquella gran sonrisa en su rostro, mostraba cierto nivel de felicidad y éxtasis, puesto que la visión que podía observar desde los cielos, era magnifica, observaba las embarcaciones avanzando hacia su objetivo, el cual se dibujaba a lo lejos, y no era otra que aquella enorme estructura conocida como Fortaleza Shoseki, el éxtasis de la joven empezaba a desbordarse mientras seguía observando todo desde las alturas, en ese momento, la gran invocación de Shujin, Kenshiki, sobrevolaría nuevamente las embarcaciones, y al hacerlo, en los oídos de la joven morena se escuchó la voz de Gea, la cual había dicho una simple palabra “Atentos”.

La sonrisa y las ganas de la joven de cabellos claros estaba en su punto más alto, al igual que Kenshiki quien se había elevado a las alturas, las últimas palabras de Shujin, no le causaban mucha gracia a la joven, quien podía decir que apenas sabía nadar al estilo perrito, pero no era algo que ella fuese a revelar en dicho momento.

Olvidémonos de todo...y -Hizo una pausa- ¡¡VOLVAMONOS LOCOS!! ¡¡KEKEKEKE!!

Las ganas de que iniciara aquella batalla se habían apoderado de ella por completo, por lo que no tendría mucho más que decir, puesto que su rostro lo expresaba todo al lujo de detalles, ya que luego de la paliza que le había dado Yatako, y del bloqueo de “diversión” impuesto por Gea, esta era su oportunidad para descargar todas aquellas emociones, y luchar hasta que su corazón estuviese satisfecho y mucho más.
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Resumen


Personaje
Especialización en Ninjutsu
Ninjutsu - Estilo Cauteloso
Maestría: Ninshu
Maestría: Ankoku Ijutsu
Pasiva Clan Tenbin
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Llegó puntual junto a Kiyoko al barco que partiría hacia Shoseki, cargado de imperiales y criminales que fueran a apoyarlos en la misión de defender la propia fortaleza del sitio rebelde. El hecho de haber limpiado su nombre ante las recientes sospechas lo dejaba en una posición aún mejor que la que ostentaba incluso antes de ser descubierto, puesto que ahora -cortesía del informe de Kiyoko- no tendría que molestarse en disimular demasiado. 

El pasar tiempo con Kiyoko le resultaba bastante extraño, pues se trataba de una chica por momentos indescifrable. Lo único que era seguro era su pasión por el combate, lo cual probablemente se encontraba en el primer puesto de su lista de prioridades, aún por encima de su ideología o el propio motivo de cualquiera de sus desenfrenadas luchas. Pronto llegaron a la fortaleza y se dirigieron a uno de sus cuarteles, donde aquellos de bando imperial podrían prepararse cómodamente para la batalla.

-Mmmh, diría que es cierto. Aunque sería muy inteligente hacernos ir a tantos hacia allá y aprovechar la oportunidad para, por ejemplo, atacar la aldea.- Se rió mientras terminaba de colocarse su campera, dejando ver un sello justo a la altura de su escápula, pues le hacía gracia la capacidad de Kiyoko de tornar de un tono agresivo hasta el más banal de sus comentarios.
-Espero que estés tan afilada como tu Katana hoy, ¿eh? De seguro tendremos que cubrirnos las espaldas.- Preparó su portutensillos en su cintura y encintó su portakunai al muslo derecho. A pesar de tener entrenamiento en el arte del Kenjutsu, no llevaba ninguna espada encima. Probablemente porque sabía que contaba con Kiyoko, y sus habilidades no podían ni sentarse a discutir con las que la Kurama había mostrado en su enfrentamiento.

-Así parece. Sí.- Se detuvo tras el comentario de su compañera respecto a la posibilidad de ver en acción a Rashon, el cual suponía le enésima prueba de que la Kurama no estaba para nada bien de la cabeza. Cualquiera en su sano juicio y en su misma posición, se encontraría esperando exactamente lo opuesto. 
-¿Acaso siquiera te interesa algo fuera del combate?- Preguntó entre risas, dejando claro que se trataba de una conversación amistosa.

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Última modificación: 07-02-2023, 12:27 AM por Toji Zennin.
Era dura la vida de un shinobi, ir y venir constantemente, viajar de un pais a otro realizando misiones, no era tarea para cualquiera. Por suerte Toji estaba mas que acostumbrado a llevar ese tipo de vida, ya desde adolescente el Zennin habia recorrido gran parte del mundo como mercenario. Actualmente Toji se encontraba en Kumogakure, habia regresado hace poco y sin embargo ya tenia que volver a marcharse para otra mision, aunque esta seria especial. El joven preparo sus cosas, tomo una mochila la cual lleno de provisiones, ropa y un atuendo que ahora siempre llevaria por si necesitaba ocuparse de algun asunto como miembro de la nueva organizacion a la que pertenecia, y con todo listo procedio a marchar hacia el Pais del Agua, precisamente a la fortaleza mas grande del continente, SHOSEKI.


Viajar hasta alli no demoro mucho, y Toji amaba viajar en aeronave, eso era una de las cosas que mas le agradaba de vivir en Kumogakure, volaba a diario por todas partes, ademas la vista de las islas flotantes del Pais del rayo eran un paraiso, normal que los lideres del rayo se sintieran como dioses en el olimpo viendo el mundo desde esa posicion tan elevada, literal y metaforicamente. La aeronave descenderia del cielo y aterrizaria en una zona de aterrizaje, no permanecio mucho tiempo alli, de hecho en cuanto Toji descendio de la nave esta ultima partio nuevamente hacia Kumogakure. Alli un oficial lo estaba esperando, estrechandole la mano y presentandose como su guia por las instalaciones. Toji se presento cordialmente y juntos comenzaron a recorrer las instalaciones de la fortaleza hasta llegar a la zona de los vestidores donde podria dejar sus cosas y preparar su equipo. Alli lo dejaron solo para que pudiese vestirse si es que lo necesitaba, sin embargo Toji ya llevaba encima todo lo que precisaba o al menos eso creia, asique ya listo, se dirigio junto al oficial que lo guiaba hacia la zona donde se encontraban los demas shinobis que se encargarian junto con él de custodiar la fortaleza.

Al llegar a la zona vio a algunos shinobis que no reconocia en lo absoluto pero si reconocio a una rubia pechugona casi al instante. Toji se acerco a paso acelerado hacia ella por detras, abrazandola como se de una amiga cercana se tratase. — ¡Ey rubia! No esperaba verte por aqui — Le dijo coqueto y sonriente, luego saludaria a su compañero, Rukasu, estrechandole la mano y se quedaria con ellos todo el resto del tiempo libre que tenian. Si en algun momento el trio se quedaba apartado del resto entonces Toji se pondria serio y les susurraria. — ¿Diganme, hay alguna novedad? — Aquellos dos eran mas que meros conocidos, eran sus compañeros y complices de lo que sucederia mas adelante.



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Edit: Bando Imperial (sorry xd)
Narro - Hablo - Pienso
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Fortaleza Shoseki | Entrada Principal
 Bando: Imperial (Muken, Bishamon, Toji) | Criminales Rebeldes (Shujin, Airine, Gea)
 
Las horas pasaron y así avanzo el plan, ya era la hora acordada y una vez en la isla acordada algunos veleros arribaron al lugar, estos lucían grandes banderas rebeldes y esperaban liberar a la gente recluida en aquella fortaleza, o casi todos. El barco que se dirigía a la entrada principal de la fortaleza surco los mares, Keiko, el comandante del viento estaba esperando abordo a los reclutas, Shujin, Airine, Gea. El ninja del viento esperaba en la popa, acompañado por cientos de rebeldes, algunos parecían más experimentados que otros, pues en algunos se notaba el nerviosismo de estar en batalla por primera vez en su vida.
 
Algunos rezaban a sus dioses, y otros compartían los últimos recuerdos y esperanzas, aquello podría ser un total suicidio pero se tenía que intentar. Las imagen de Taka no Ame se mantendría viva, pero su fuerza física ya no estaba entre los vivos para ayudar a la causa, todo lo que quedaban eran cenizas de lo que alguna vez fue una llama bastante avivada. El bote zarpó, la marea mecía con fuerza la embarcación gracias a la luna llena. El comandante del viento esperó que el trío se reuniese para finalmente dar sus instrucciones. — El encargo es solo sacar a una sola persona, yo me encargo de eso, solo intenten mantener a salvo la embarcación y cubrirme lo suficiente. Si intentan traicionar las ideas del Nidai Aitama no Ryuu, yo mismo los mataré en ese instante, de este momento está será su única tarea… Ya están los preparativos hechos de todas formas…. Repasemos sus nombres. — Keiko no era una persona muy agradable, y el estar bajo presión no ayuda demasiado.
 
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Mientras tanto, en la fortaleza se iniciaron las alarmas. Todo presente se vio ensordecido por la fuerte alarma y una luz roja parpadeante, los altos rangos de la prisión se comenzaron a mover rápidamente. Los oficiales y custodios llevaban un comunicador, una sola señal para cada grupo y capitán, Muken, Bishamon, Toji, tenían la señal 750, lo último en tecnología con un radio de alcance de 25 metros y resistente para el combate.
 
Las primeras embarcaciones rebeldes habían llegado, entre ellas el navío de Keiko y el resto, el comunicador imperial sonó rápidamente. — Los necesitan en la Torre principal de la fortaleza ahora. — Esperaba que la indicación fuera clara, después de todo en la fortaleza habían cámaras que vigilaban absolutamente todo, y algunos oficiales de ese lugar eran sumamente devotos al imperio. Traicionar seguramente saldría demasiado caro a estas alturas, los ninjas en caso de llegar a lo torre verían un total de 15 embarcaciones, los gritos de los rebeldes resonaban junto a la enfurecidas olas del mar. — ¡Escúchenme! ¡Hoy es el día de la libertad! ¡Hoy cambiaremos el mundo! ¡Este día será recordado por la eternidad! ¡Aquellos que mueran serán recordados en sagas y canciones! ¡Ataquen! — El grito de guerra hizo eco en todos los navíos, respondiendo con un alarido bastante largo, un grito que salía de lo más profundo de sus corazones. Era momento de atacar y penetrar aquellos muros impenetrables desde hacía más de 15 años, los ninja comenzaron a saltar al mar, armados hasta los dientes para la causa y con una furia temible reflejada en sus miradas, Corrieron sobre el mar para dar el inicio del final del imperio, los ayudantes e imperiales también comenzaron con la defensiva, los muros no caerían, no está noche. — ¡Protejan la fortaleza! ¡No dejen pasar ni a un solo bastardo! — Los gritos de ambos bandos llenaron el lugar, ¿Qué pasaría en la entrada principal?
 
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Mapa
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Fue en aquel momento cuando los barcos llegaron al lugar indicado donde vería aquella fortificación bien preparada para el ataque. No era como que los hubiéramos pillado de improvisto, pero era algo bastante secundario teniendo en cuenta la misión principal a la que habíamos venido y a la que nos ateníamos. En el barco donde estábamos estaba bastante segura de que no me podía poner en peligro por un simple nombre, pedido en parte por el capitán de aquel barco. Keiko parecía un hombre bastante extraño, directo y sin muchos pelos en la lengua. – Gea – Expresé respondiendo su pregunta de forma escueta mientras que miraba hacia mis compañeros, ya fuera en las alturas o una vez que hubiera bajado hasta estar a nuestro lado. Para cuando llegásemos al objetivo y sabiendo cuales serían las indicaciones, un rápido sello se haría en mi pecho con ambas manos para rastrear en su máximo esplendor y sin moverme. Un total de noventa metros serían escaneados y de un momento a otro tendría captados los colores y su fuerza. Captaría los chakra que me interesaban para saber dónde estaban además del número de personas con chakra similar dentro de aquellas murallas. Suficiente para lo siguiente. Así mismo, miraría hacia las alturas y tapando ligeramente mis labios, pronunciaron las palabras mágicas. – Imperialistas captados – Mencionaría hacia las alturas donde mis compañeros seguirían volando a según qué distancia. Solo esperaba que me pudieran escuchar. Tras el mensaje de bienvenida, todos se empezaron a echar a la mar. La misión había comenzado. Yo por mi parte solamente caminaría hacia la tierra todavía en el barco, un paso lento que se empezaría a aumentar a medida que llegara al final del navío.

Un salto del barco sería suficiente para pasar de la protección de este a dar con un gentío tremendo que se dirigía a la fortaleza, todavía en el agua e imbuyendo mis pies en chakra, comenzaría a correr hacia tierra. Entre tanto miraría varias veces hacia la altura, buscando a mis compañeros mientras que seguía usando aquella habilidad de rastreo, aunque en un nivel que me permitiese correr sin problemas, pues no quería que cualquier ataque me pudiera venir desde cualquier sitio y sin darme cuenta pudiera poner en peligro la misión. Así mismo, andaría mirando la fortaleza al mismo tiempo que corríamos por aquel lugar que no tardaría en bajar la distancia hasta el mínimo. Por mi parte iría esquivando cualquier pelea que se pudiera ir causando, tenía un objetivo claro, así que seguiría corriendo a una velocidad no muy notoria para no dejar nada a la suerte ni el azar.

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Datos del turno
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Última modificación: 09-02-2023, 10:38 PM por Shujin.
Kenshiki descendió lo suficiente para escuchar las indicaciones de quien parecía ser el encargado de liderar al bando rebelde en aquella misión, si bien a Shujin no le interesaba en lo absoluto cual fuese la posición de aquel hombre, en vista de la situación y considerando que todo el mundo que los rodeaba en aquel momento probablemente eran subordinados, la mejor opción era cooperar con lo que se les estaba solicitando por parte de Keiko .-Kōmori.- El Enmascarado habría dirigido su rostro fijamente al encargado o líder del asalto y no emitiría otra palabra durante algunos segundos, con ello al menos podía ser identificado de alguna manera por parte de los Rebeldes pero, en el fondo, bien sabía el antiguo shinobi de Iwagakure que probablemente no volvería a ver a la mayoría de ellos en alguna otra oportunidad. Cuando finalmente se fueron acercando a las inmediaciones de la fortaleza el maestro de murciélagos realizó rápidos sellos de manos antes de tomar distancia volando sobre el lomo de Kenshiki junto a Airine .-Mantendremos la comunicación, eres nuestros ojos, Gea.- Sobre los hombros de él, Airine y Gea habría aparecido en ese momento un murciélago de tamaño mediano que se mantendría aferrado a uno de sus hombros permitiéndole al grupo mantener un intercambio fluido de mensajes sin que oídos  indeseables pudiesen entrometerse .-Cubren sólo 200 metros, en principio debiese servirnos, si alguno de nosotros deja de emitir señales será razón para pensar en que se ha alejado lo suficiente o su criatura ha desaparecido, la información es lo más importante.- Tras esa indicación, probablemente centrada en Gea, el Enmascarado y Airine volverían a emprender el vuelo, separándose del grupo rebelde a 30 metros sobre el cielo.
Hibikisotsu

Desde las alturas el panorama era mucho más fácil de apreciar, aquellas barcas no habían tardado en llegar rápidamente a la orilla y rápidamente un sinnúmero de shinobi creyentes en un futuro mejor, comenzaban un desembarco que aparentemente a nadie había tomado por sorpresa... Muchas batallas comenzarían incluso antes de ingresar a la fortaleza en sí misma y, probablemente, aquel gran cúmulo de personas sería ideal si es que acaso él y Airine pretendían hacer un ingreso mucho más directo y silencioso .-Gea, necesitamos un mapeo de la zona.- La comunicación había comenzado .-El hermano de Yatako probablemente se encuentre en una celda aislada del resto, es un personaje político importante, no sería lógico exponerle al peligro junto a los otros presos.- Claramente estaba mintiendo ¿Gea podría darse cuenta de ello? Quien sabe, sólo en ese instante se podría saber con seguridad .-Si es que existe alguna concentración de chakra que se mantenga aislada o separada del resto, sería ideal que nos dieses instrucciones, estaremos atentos.- ¿Por qué el Enmascarado solicitaba ese tipo de información? La realidad era mucho más simple, probablemente lo que él estaba buscando era el objetivo principal de aquella misión, el rescate no podía efectuarse por parte de los Rebeldes por sí solos, no, la nueva cara de la esperanza debía supeditarse en la nueva organización formada y, después de todo, la captura de un personaje político importante siempre serviría para negociar en un futuro.

Así, sin obstáculos aparentes en el camino, Shujin realizó una última tanda de sellos antes de ordenar a Kenshiki rodear la torre más cercana que tuviesen por delante, un grupo de murciélagos pequeños comenzarían a revolotear por toda la zona, aquello no lo alertaría sobre el poder ni cantidad de chakras presentes, pero sí le daría un conocimiento exacto del mapeado del lugar.
Zankyou

Datos

(Edit para agregar el resumen)
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Su emoción por aquella batalla venidera, poco o nada seria lo que durase, puesto que la invocación de Shujin, Kenshiki, empezaba a descender hasta estar a la altura de aquel bote, cosa que eliminaría la sonrisa del rostro de la joven morena, lo primero que pudo observar fue a aquel que lideraba aquellas fuerzas reunidas, las palabras que el mismo sujeto pronunciaba, profesaban amenazas de muerte, y poca gracia le hacía aquella a la morena, puesto que su nivel de tolerancia a las amenazas era mucho más bajas de lo que sería normal para otros, pero antes de que esta reaccionase de forma errónea, tanto Gea como El enmascarado (Shujin) hablaron primero, revelando sus nombres, a lo que simplemente dejaría salir un leve suspiro para seguido responder a lo pedido.

Airine.

Diría la joven girando los ojos, y desviando la mirada, como si aquello no le importase en lo mas mínimo, y ciertamente, no le importaba, puesto que, si el plan de los provenientes del viento era rescatar a una persona, bien podía decir que sus motivos también eran otros, como lo era el rescate del hermano de la Uchiha; Pasados algunos momentos, finalmente aquella fortaleza estaba frente a sus ojos, el momento finalmente había llegado. Observo a Shujin realizar unos sellos, y tras ellos, un murciélago de tamaño medio apareció en el su hombro, ya tras aquello, y unas palabras por parte de Shujin, Kenshiki volvería a alzar el vuelo llegando ahora hasta unos treinta metros sobre los aliados.

La vista desde aquellas alturas, era digna de un premio, ver como aquellas batallas iniciaban nada más tocar el agua o incluso llegar a tierra, hacia que la joven de claros cabellos sonriese de gran manera, aquella felicidad reflejada en su rostro, no disminuiría, las palabras que estuviesen saliendo por parte de Shujin, probablemente no las estaba escuchando, su cabeza estaba envuelta en otros temas.

“Si me lanzo desde aquí...no seguro moriría al llegar al suelo...pero ¿Y si me lanzo al agua? Quizás me duela un poco, pero seguro quedaría con vida, y ya me podría curar yo sola...Kekekeke.”

La sonrisa de la joven seguiría presente mientras observaba las vistas, en su cabeza estaba todo claro, lanzarse al agua, curarse y luego unirse a la batalla, pero aquella cambiaria en el momento en que notaba como Kenshiki empezaba a acercarse a una de las torres de vigía de aquella fortaleza, al mismo tiempo en que Shujin realizaba otra tanda de sellos. En definitiva, la joven estaba ya cansada de esperar alguna acción, así que la provocaría ella misma.

No hay necesidad de ser pasivos, ya saben que estamos aquí, así que vamos a causar más caos.

Las palabras de la joven morena, como era de esperar, terminarían con una gran sonrisa en su semblante, al mismo tiempo en que su mano se alzaba apuntando a aquella torre de vigías, mostrando en la misma una mutación que la misma termino sufriendo luego de dos segundos, una apertura de cañón se formó en su mano, y a los pocos segundos una inmensa ola de chakra natural puro seria disparada hacia aquella torre buscando destruirla, o por lo menos una buena parte de esta.

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Personaje

Técnicas y Consumos

Resumen
Especialización en Ninjutsu
Ninjutsu - Estilo Cauteloso
Maestría: Ninshu
Maestría: Ankoku Ijutsu
Pasiva Clan Tenbin
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Las alarmas hacían eco en el lugar mientras que Muken se encontraba tomado una pequeña siesta, contra una esquina de la fortaleza, la alarma estreso su sueño y tras un leve espasmo el Chunin abrió levemente sus ojos, su humor no era bueno –Puto ruido de mierda, en esta mierda de lugar uno no puede ni dormir tranquilo. – levantándose lentamente del suelo el Uchiha se reincorpora –Creo que al fin llegaron. AH… – estirando sus brazos y cabeza hacia atrás, el joven shinobi se estaba desperezándose de una buena siesta. Con cada estiramiento que hacia sus huesos sonaban, parecía como si estuvieran golpeando algo –tengo que agradecer que los huesos humanos no son de hierro, sino ya estaría oxidado todo por dentro. – siguió largando bostezos tras bostezos y sus ojos apenas si se despegaban, su boca se sentía pastosa por lo que de su porta objetos saco una cantimplora de agua y bebió de esta.

Su intercomunicador sonaba y ordenes eran dadas al Uchiha el cual apenas si sabía dónde se encontraba, –Torre principal de la aldea, bien, bien, bien. – observo sus alrededores y con enojo golpeo la pared con un puño –Ah… ¿Dónde mierda estoy y en que piche dirección se encuentra la puta torre principal?, dios esta mierda tendría que tener flechas o alguna indicación, ni para crear una fortaleza decente sirven los kirigakurenses bastardos. – Se tomó su tiempo, pero después de muchos insultos y quejas el joven llego a la torre principal desde donde observo la llegada del enemigo.

Activando su sharingan mapeo toda la zona que tenía a la vista, esperando identificar a los más fuertes. –Puta mierda, sí que vienen en patota esos desgraciados. – tocando su katana la cual portaba en su cintura, el Uchiha se quedó lejos de la acción, este esperaría a tener más información antes de tirarse de cabeza al campo de batalla.


[tecnicainvalida=UCH301]


Chakra = 1018 - 5 => 1013
Resumen

Muken se dirige a la torre principal donde activa su sharingan y observa la llegada de los rebeldes, este se queda en el lugar mapeando la zona antes de actuar.
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Todo estaba tranquilo. Hasta ahora, lo único que habían hecho era socializar y claro, las acciones de Toji sacarían a la rubia una sonrisa de oreja a oreja justo en el momento en el que la había abrazado. A su pregunta la de cabellos dorados solo había negado dejando claro que no hubo anomalías ni indicaciones antes de su llegada. No sabían con certeza a qué hora debía empezar la movilización, pero una cosa era segura: Debían estar alerta.

No pasaron demasiadas horas realmente, antes de que se disparara una alarma contundente con luces rojas. La rubia estaba sentada en un banco junto con sus compañeros, Rukasu y Toji. Conocía a Muken, sabía del Uchiha y había tenido acercamiento con él en el pasado, pero su lazo no era tan fuerte como para acercársele. Sin embargo, sabía bien que debían cooperar por lo que su mirada le buscaría en algún momento.

Ha empezado… ¿Están listos?— indagó a sus compañeros al tiempo que hacía una tanda de sellos tras morder su pulgar para sacar un hilo de sangre del mismo.

¡Kuchiyose no Jutsu!— gritó la rubia al tiempo que de una estela de humo salía la babosa conocida como Katsuyu.

La babosa media exactamente cien centímetros. Bisha la miró y afirmó. El entrenamiento conjunto con Katsuyu le había dado completamente certeza de lo que debía hacer. De inmediato, la babosa se dividió gracias a sus habilidades en cuatro partes, cada una de veinticinco centímetros. Una buscaría a Rukasu y se posaría en su hombro. Las otras tres partes harían lo mismo con Bisha, quien cargaría dos, una a lado y lado de su cabeza y finalmente la última a Toji. Tras esto, sabrían que era hora de partir a la torre principal.

Vámonos…— dijo a Toji al tiempo que entendió por la cara del Uchiha, que él iría a otro lado. —Cuídate, estaré atenta.— le dijo —Y mantenme informada de todo, Katusyu— sentenció con su rostro completamente serio antes de ponerse en marcha con Toji a la puerta de la torre principal.

Una vez divisada la bahía se podrían ver cerca de quince navíos perfectamente. Los gritos de guerra no se hacían esperar, pero entonces, un susurro había llegado a sus oídos sacándole una sonrisa imperceptible al resto del mundo.

Están aquí, que empiece el juego.— dijo a Toji quien estaba a su derecha.

Tras esto, otra serie de sellos se haría por parte de la rubia creando de inmediato un clon que se movería con una de las dos partes de Katsuyu que cargaba la rubia al campo de batalla al igual que ella. No sabían del todo cuanto tiempo iban a durar allí, pero fuera que estuvieran por largo rato o no, la rubia debía estar preparada para usar todas sus habilidades y fuerzas. La misión era clara y aunque sabía que no tendría sentido todo aquello por el conocimiento que había obtenido del enmascarado, entendía que aquella jugada podía ser su expulsión de la aldea y su llamado como renegada o criminal de la misma.

Shujin pudo ser identificado a la vista sobre Kenshiki y claro, Airine igual, parecían empezar a bordear la torre y planear una especie de ataque. El clon de la rubia notaría lo mismo, así que harían una tanda de sellos al tiempo que Airine concentraba su energía y para cuando hubiera disparado, habrían puesto las manos en tierra creando dos barreras de tierra de diez metros una tras otra, que se alzarían para interponerse entre lo que era la torre y el disparo de chakra lanzado a ocho metros del suelo por la morena. Bien sabido tenía que no podía entorpecerles, pero tampoco daría indicios de no hacer bien su trabajo.

Si las cosas resultaban bien, el disparo impactaría sobre la pared de tierra destruyendo la primera completamente y terminando por afectar la segunda logrando evidentemente que varios pedazos de tierra cayeran al agua. Mientras una de las rubias en tierra firme se dedicó a observarles flexionando un poco sus piernas. ¿Estaría planeando algo más? Su sonrisa pareció ladina. Hasta ahora, no había tenido la oportunidad de enfrentarse a Airine y aquel parecía ser buen momento para buscar una divertida confrontación.

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Toji se mantuvo socializando un buen rato con Bisha y Rukasu, aunque realmente hablarian de cosas banales para pasar el rato sin levantar sospechas. La respuesta de Bisha ante su pregunta habia sido mas que clara, por ahora todo seguiria acorde al plan sin ningun cambio de por medio. Luego de unas horas las alarmas finalmente sonaron por toda la fortaleza alertando a todo el mundo, los oficiales se movian de aqui para alla asi como sus compañeros de mision, por su parte Toji siguio a Bishamon hacia la zona donde habian sido llamados, no se despegaria de ella al menos por ahora, recibiendo la babosa que la rubia habia invocado, escondiendola bajo su ropa. — Se siente... extraña, pero menos desagradable de lo que imaginaba. — Comentaria Toji haciendo una mueca.

Al llegar a la puerta de la torre principal, Toji observo los navios que se acercaban a la isla y escucho los alaridos de los rebeldes con sed de sangre y libertad, asi como tambien oyo un susurro al igual que la rubia, pero no mostro reaccion alguna a ello. — Sep, lo se. Esto sera divertido. — Le contesto el Zennin a Bishamon.

A lo lejos diviso al resto de su grupo secreto acercarse hacia las puertas dispuestos a atacar, sin embargo Toji no tenia ninguna prisa por lanzarse hacia ellos, queria esperar a que ellos vengan hacia él y Bisha para comenzar a pelear, eso los pondria a la defensiva y tendrian una mejor coartada que permitiera no exponerlos y a su vez sus camaradas podrian adentrarse poco a poco en la fortaleza. De momento se mantuvo de pie junto a Bisha quien si tomo la iniciativa pero para defenderse de un ataque de Airine, quien parecia muy emocionada por pelear, solo esperaba que esa emocion no le hiciera perder la cabeza. — Sabes deberiamos ir a tomar algo luego de terminar con todo esto ¿No te parece? — Le sugirio Toji a la rubia muy relajado mientras el ataque de Airine chocaba contra el Doton de Bisha. Acto seguido de un salto el Zennin subio a lo alto del muro de Doton que aun quedaria en pie, observando a Airine y los demas acercarse, esperando que alguno se lanzase hacia él.



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