Las palabras del Yamanaka tenían sentido, aunque un poco genéricas a primera vista he de admitir que su habilidad para meterse a urgar en las mentes de otros era probablemente la causa de que tuviera ese conocimiento y entendimiento en mi primer lugar. Un nivel de comprensión de la naturaleza humana qué jamás llegaría a entender de manera personal ni de manera tan íntima con el resto de mortales que plagábamos éstas tierras. Suspiré suavemente dándole un trago al Sake que había servido la casa, simplemente exquisito, un sabor qué me traía de vuelta a aquel viejo bar en el que solía pasar la mayoría de mi tiempo.
Iwagakure No Sato || Votre Destin
126 VDF || 0036 Hrs
Los suaves tonos de Jazz invadían el ambiente, y el suave olor a licor inundaba el lugar mientras risas llantos y charlas daban lugar en algo que podía llamar un santuario, donde los shinobi dejaban de ser shinobi para ser personas normales, sin preocuparse de los informes, ni las misiones ni los interminables asaltos qué demandaban sus líderes.
Un lugar ideal donde podía darles un pequeño momento de paz a aquellos que estén dispuestos a darse un gusto para ellos mismos.
- ¿Cómo está mi cantinero favorito? - Su voz resonaría en el lugar cerca de la barra mientras las bebidas seguían saliendo para los valientes qué osaran desafiar sus propios límites.
- ¿Les está tratando bien? - Una suave sonrisa pícara se dibujaría en su rostro al verme, un gesto cariñoso por su parte serviría de distracción suficiente para cambiar mis prioridades en el momento y robar unas cuantas miradas celosas de algunos.
- Qué tal bonita. ¿Te apetece un trago? - Preguntaría con un tono suave y amable, invitando a la mujer de pelo castaño a animarse y quitarse un peso de encima mientras me encargaba de mezclar los distintos brebajes para el resto de clientes.
El presente.
De manera bastante irónica era exactamente de lo que hablaba el rubio, recuerdos y vivencias qué te traían de vuelta a situaciones del pasado, las personas de ese entonces, los eventos que marcaban a uno como persona. Hahh... Habían pasado tantos años y aún lamentaba lo que había perdido, a las personas que sufririeron por mi culpa, en especial la madre de mis hijos y aunque aun no me perdonaba el destino qué había tenido por mi culpa. Lo haba superado sabiendo que se fue protegiendo lo que amaba.
- Creo que más personas deberían escuchar sobre esas "cosas sin mucha importancia" Hehe... - Comenté con una sonrisa suave antes de darle un mordisco a mi porción de comida, un filete de res asado al punto perfecto para el deleite del paladar.
Pensaría unos instantes en la pregunta que había lanzado
. - Ghmmm... Pensaba volver a mi campamento en el país de los pájaros, deberías darle una visita Haha, es un buen sitio turístico. - Señalaría con el tenedor en la mano.
- Aunque pensaba llevarme un recuerdo aparte de nuestro pequeño trato de todas formas. - Sonreiría suavemente, quizás empujando un poco más la curiosidad del contrario, después de todo sabía que había notado que faltaban un par de nombres si comparaba su bingo con el que le había dado, una pista in intencionada qué había dejado sobre mi identidad real. No es que importara mucho ahora, pero sabía que una o dos alarmas empezarían a sonar por ahí si el nombre aparecía de vuelta en el radar.
Luego de una pequeña pausa en la que consumía la mitad de mi comida soltaría la pregunta sin más.
- ¿Algo en mente? - La copa se llenaría por segunda vez.