Recuerdos (Priv)

Última modificación: 20-01-2023, 03:24 AM por Rhooh.

5 de Enero 15 D.Y
6:30 AM

Aldea de la Hoja, País del Fuego, Casa de Rhooh

— ¡Padre! ¡Padre! ¡Hoy es mi primera misión oficial! — Mostraría alegría la Kunoichi, informando al padre sobre tal misión. La noche anterior se la habían asignado y esperó a que él llegara para decírselo. ¿Qué esperaba? ¿Qué se sintiera orgulloso o algo por el estilo? Tal vez, pero es una misión bastante simple, sólo debe ir a encontrar un perrito perdido que ha perdido entre las iluminadas calles — Bueno, tampoco es la gran cosa. Debo encontrar un perrito gris, la última vez que fue visto fue cerca de un Restaurante lujoso. — Revelaría apenada chocando los dedos índice con la mirada baja. — Ken... no está aquí. ¿Dónde anda? — Todas las mañanas el primero en levantarse era Ken, y precisamente por esa razón, no verlo fue lo que ocasionó cierta curiosidad en Yumeko.


Rhooh yacía sentado en la cocina, encima de la mesa había una gran taza de té que estaba por la mitad, y ya no estaba caliente. Leía detalladamente un pergamino hasta que escuchó la tierna y escandalosa voz de Yumeko. Reveló que hoy sería su primera misión, y cómo sabe que apenas es Genin, pudo intuir de que se trataba. Por esa razón, no levantó la mirada, solo seguía deslizando el pergamino hasta que escuchó que preguntó por Ken. — Está en una misión en el País de los Osos, volverá en una semana. — No quitó los ojos del pergamino — El último lugar donde fue visto ese perro es un buen lugar para comenzar, ten cuidado y no te metas en problemas, pequeña. — Seguía sin verla a los ojos.


Yumeko notaría la actitud de Rhooh y despegó los dedos, posando su vista en él. Claramente le sorprendió que Ken estuviera fuera del País y no quiso seguir indagando — Padre... Se que día es hoy, no eres así conmigo. Pensé que la noticia iba a alegrarte un poco... Bueno. ¿Iremos por las flores favoritas de mamá? — Era el día, aquel oscuro día donde Rhooh perdió a su razón de vivir. Yumeko lo sabía bien y comenzaría a comportarse de una forma más madura — Hace dos días limpié su tumba, estaba  cubierta por algo de polvo y hojas, la dejé impecable. — Yumeko cuida de la tumba de Asako cómo si de una diosa se tratase, todos los días va a rezar y hablar con ella, a diferencia de Ken, que no le importa. 

Cuándo Yumeko tocó el tema, Rhooh desviaría la mirada del pergamino para verla con unos casi llorosos ojos. Ken no siquiera le dijo algo a él, simplemente tomó sus cosas y se despidió con frialdad. La verdad es que Rhooh no le dice que cambie su actitud, ya que es muy parecido a él cuando tenía menos edad. Yumeko es la viva y alegre imágen de Asako— Lo lamento pequeña, por días como este preferiría desaparecer y pasarlo a solas... Aún sigo sin superar lo que ocurrió aquella noche. — Frotaría sus ojos con las manos, dedicándole  una sonrisa a la pequeña Yumeko — ¿La limpiaste? Ohhh, vaya, te lo agradezco en el alma, pequeña. Tu madre debe estar muy orgullosa de ti, allá donde quiera que esté, bailando y riendo con los caídos, transmitiendo su buena vibra. — Se levantaría lentamente y deslizó una mano sacando la billetera, una antigua, tenía la forma de rana — Camelia roja. Tal vez consiga una Flordragon para ti y Ken.—Entrecerraria los ojos, aún sonriendo, está vez se tornó más amplia, la sonrisa cambió a una infantil.