El bullicio de la ciudad (ft Olielle Kurama)

Última modificación: 07-06-2023, 04:46 AM por Aiko Yamamoto.

La mañana en el país del agua eran tranquilas bueno exepto por el bullicio de la gran ciudad que era algo común, en un parque cercano a la academia se encontraba un grupo de Shinobi's y Kunoichi's que practicaban el Kenjutsu, ellos vestían Kosode de color negro debajo un Shitagi de color blanco ambas prendas tienen mangas pequeñas y va a juego la Hakama negra con el Kosode, como era de esperarse el calzado eran sandalias normales y una katana.

La práctica era algo normal dónde una pareja chocaba sus katanas practicando golpes y combos entre ellos, el grupo práctico desde que se levantó el sol hasta que se puso el medio día, Aiko se encontraba practicando con aquel grupo vestía el mismo uniforme solo que tenía su cabello negro trenzado y usaba lentes redondos, para finalizar su práctica del día iba a cortar un tronco utilizando su arma, rápidamente desenvaino su arma en la hoja de la katana hizo fluir agua como si un mini tobellino se tratase y  de un rápido tajo corto el tronco, el agua que envolvía el arma se disipo y la kunoichi volvió a envainar el arma.

Aiko se sentó en una banca del parque cercas de la banqueta -Ufff estoy cansada, fue un buen día de entrenamiento pero hay más cosas que perfeccionar- su katana reposaba en la banca una fresca brisa movía ligeramente su trenza, todo estaba en relativa calma el grupo parecía tomar un descanso de sus actividades.

Aiko vestimenta

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La calma matutina de Kirigakure era algo que me levantaba el ánimo en cierto modo ya que nunca fui amiga de las muchedumbres ni de las situaciones con enorme bullicio así que en la academia decidí sentarme en uno de los bancos a fin de ver a la gente entrenar, al menos no me iban a molestar y, seguramente para ellos yo no era más que una mera observadora, seguramente invisible a ojos ajenos, algo que me relajaba enormemente.

Me mantuve durante unos minutos en silencio, meramente bebiéndome un vaso de té helado de frambuesa, tranquila hasta que una de las chicas vino a sentarse a mi lado a la que no le hice demasiado caso esperando pasar inadvertida hasta que la misma habló a lo que suspiré.

- No entiendo el propósito de la academia, creo que el entrenamiento de los padres si se tratan de ninjas de rango alto puede suponer una forma más segura de entrenar que no siguiendo un programa el cual quizá no llegue a ser tan práctico- comenté ante el comentario del cansancio de la chica, a lo que miré mi té- En fin ¿Quieres un poco? No te vayas a deshideratar.- pregunté en lo que se lo ofrecía.

Era de tomar un descanso Aiko se sentó en una banca en el parque cercas de dónde practicaban no pudo evitar demostrar que estaba cansada lastimosamente no podía ocultarlo su ropa estaba sudada por el esfuerzo que hizo, al lado de la espadachín se encontraba otra joven sentada tenía un aspecto más oscuro de cabellera corta y algo distintivo era aquel parche que usaba en su ojo, no parecía ser muy alta y su piel es blanca algo normal en Kirigakure dado a qué no pega mucho el sol.

Las joven pregunto que porque era necesario la academia si era mejor que los padres los entrenarán en casa en forma tranquila respondió la Onmyōji -Muchos son huérfanos y otros pierden a su papá o mamá en misiones o son sacrificados por el imperio y no pueden hacerse cargo de uno, luego desde la academia nos inculcan el valor del imperio y lo importante que somos en sus filas- una respuesta algo simple y oscura de la vida como mercenarios del imperio pero era la verdad.

Luego la joven ofreció un poco té -Gracias así me recupero más rápido- la kunoichi sujetó la bebida de su compatriota para luego empinar el envase un poco, luego se lo regreso -Muchas gracias, mmm perdona soy Aiko Yamamoto es un gustos conocerte- después de unos segundos de silencio algo incómodo hizo una pregunta para romper el hielo -Yyy.. te gusta el arte de la espada o tienes otro tipo de interés?- para nada era malo si tenía otros intereses pero aunque fuera una desconocida saber algo de su compatriota sería lo mejor así talvez podría ayudarla en su camino o solo conocer al alguien nuevo en su vida.

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A decir verdad, escuchando las palabras de la chica me hubiera gustado que al menos fuera el imperio lo que me hubiera llevado actualmente a la academia como a uno de esos niños y, no haber vivido el infierno de mi entrenamiento en mi hogar, por lo que miré a la chica con cara ahora de curiosidad sincera.

- No sé como sea el entrenamiento aquí, a mi me entrenaron mis padres adoptivos y, créeme, no fue una clase de entrenamiento “grato” ni mucho menos, quizás puedas ilustrarme en como funciona el tipo de entrenamiento en la academia- comenté con calma.

Para mi sorpresa y, en cierto modo alegría ella aceptó la bebida y me lo agradeció. Al ver su ropa me di cuenta que había estado entrenando y pese a todo parecía una chica muy enérgica, algo que contrastaba con mi personalidad, para muchos otros, incluso antipática para, acto seguido recuperar su habitual actitud charlatana, aunque en su caso no me resultaba tan molesta, parecía honesta y no de las que hablaban conmigo por “conveniencia” o “educación”.

- Me alegra ser de ayuda, me llamo Olielle Kurama y, no descarto la idea de practicar con armas, aunque en toda mi vida fui entrenada en el arte del Suiton. Y, no, tal como te referí antes no vine a la academia aunque si fui inculcada con la ideología del imperio, más allá de ello, me gusta el te, las hamburguesas y los videojuegos ¿Que hay de ti?

Parecía ser bastante tranquila la joven kunoichi aunque parecía no saber cómo era el entrenamiento en la academia pero luego comentó que fue entrenada en su casa por sus familiares de una manera estricta al parecer no le gusto como fue entrenada pero lo importante fue que la instruyeron en el arte shinobi, pregunto cómo es el entrenamiento en la academia.

-No es tan especial, te enseñan a leer y escribir, luego en lo que vas creciendo te ayudan a entrenar tu físico te inculcan un amor por tu patria como al imperio aunque en los libros siempre hay un vacío o algo así y cuando estás entrando en la adolescencia te gradúas y ellos te dejan escoger cuál será tu maestría pero eso lo descubrirás después de algunas misiones- Aiko trato de ser lo más clara posible.

Después de que compartió la Kurama su bebida parecía que todo iba bien, no parecía estar forzando está interacción como con sus otros compañeros era algo extraño la conversación fluía algo que nunca había sentido desde hace años.

Ambas se presentaron su nombre es Olielle Kurama era la primera vez que escuchaba ese nombre pero era notorio que fue educada en casa, sus habilidades se basan en el Suiton y sus gustos son las hamburguesas el té y los videojuegos -Bueno yo soy más de libros jaja- de entre su Obi sacó un libro -Principalmente la taxidermia, aunque también uno que otro videojuego, me gustan los dulces mi hermano dice que me dará algo por comer tantos jajaja. Mi mamá es experta en ese elemento y me enseñó bastante del suiton ¿Dominas algún jutsu en específico?- era hora de saber cuál era el jutsu insignia de su compañera.

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Última modificación: 10-07-2023, 05:43 PM por Olielle Kurama.

Hmmm… curioso, en cierto modo se podía decir que en mi familia el entrenamiento era igual pero mucho más severo, tanto que no sabía si la chica era capaz de entenderlo de todos modos, ni yo misma sabía explicarlo, aunque quedé agradecida intermanete por lo que me estaba refiriendo Aiko la verdad.


- En mi familia, en el momento en que supieron que tenía aptitudes para se Shinobi gracias al dominio temprano del Suiton, he vivido recluïda, solo siendo entrenada para ser un arma al servicio de la nación, apenas me daban de comer y solo salía de mi habitación al jardín para entrenar y al baño para ducharme y hacer mis necesidades- comenté sin un atisbo de vergüenza- Luego fue reclusión y malos tratos psicológicos y golpes. Hicieron que tuviera lealtad al Imperio más luego ellos empezaron a comportarse como rebeldes, los asesiné cuando robaron a mi hermano cuando cumplió los 4 años al negarse a obedecerlos sabiendo que estaban adquiriendo una mentalidad rebelde, luego los testigos abogaron a mi favor ante el responsable y me dejaron libre- comenté sin vergüenza ni pena, eran tiempos difíciles.


Me alegraba que con ella hubiera existido una interacción tan directa, aunque ella fuera más de libros, la chica me estaba resultando bastante grata.


- Tampoco digo que no a una buena lectura- sonreí- Salvo que mi infancia fue muy lectora y, me evoca recuerdos de mi época en casa, aunque ¡Vaya! Taxidermia… admito que bien hecha es un arte, aunque no tengo ninguna en casa. Los dulces me gustan mucho de todos modos, bueno, comer en general y ¿Los hace ricos?- pregunté, pero ¿Que me estaba pasando con ella? Y lamento haberte referido cosas tan fuertes, no quise asesinarlos pero tampoco veía otra opción para salir de aquél infierno… Ni siquiera eran mis verdaderos padres, sinó unos que me “robaron” cuando los míos murieron en Yugata. No me siento orgullosa, espero que esto no afecte el aprecio que te empiezo a tener, por favor- derramé unas lágimas, odiaba llorar pero... no sentía que podía ser juzgada por ello, o al menos no por ella- y no, actualmente no, llegados a determinado punto me centré en la lectura para evadirme y creo que necesitaré refrescarme un poco para poder volver a dominar algún Jutsu

Aunque ambas eran kunoichi de Kirigakure ambas tuvieron crianzas diferentes por su parte Aiko vivió sin su padre pero tuvo suerte de tener a su madre cerca para entrenarla y enseñarle sobre el mundo, el arte ninja y la verdad que la rodeaba. Lastimosamente para Olielle fue todo lo contrario ella fue recluida dentro de su hogar para ser entrenada y convertirse en Arma del imperio, apenas comía tenía poco tiempo libre y pocos minutos en el baño una historia triste sin lugar a dudas.

Otra de las cosas que comento Olielle fue que los tratos empeoraron pero una cosa en su historia la hizo pensar en algo sobre que sus tutores la enseñaron a servir al imperio pero ellos pasaron a tener una actitud rebelde -Eso es raro casi nadie cambia su actitud de la nada algo debió pasarles, y como se dieron cuenta de su error con Olielle trataron de tomar a su hermanito para que él fuera un rebelde, tal vez perdieron la esperanza de que Olielle se volviera una rebelde como ellos- pensó la joven mientras escuchaba la historia de la kunoichi.

-En el imperio el entrenamiento es casi igual solo que un poco más ligero, las familias Shinobi's de alta estima suelen ser muy estrictos con sus hijos pero lo bueno es que ahora tú puedes escoger tu destino Olielle-.

Parecía que tenían algunas cosas en común pero algo fue una pequeña diferencia entre leer libros y vídeojuegos, lo bueno fue que Olielle también leía bueno le traía malos recuerdos pero aún lo hacía también le sorprendió la taxidermia aunque confirmó que no tenía nada así en su casa -No te preocupes yo tampoco solo suelo practicarlo cuando estoy lejos de casa- luego preguntó sobre dulces pero rápidamente comentó sobre la muerte de sus tutores y la de sus padres en Yugata -No te preocupes todos hacemos cosas para bien o mal, y te comprendo yo perdí a mi papá en Yugata son cosas que muchos niños ahora casi adultos vivimos, no hay problema aun nos vamos conociendo cosas así no alejan a nadie- de entre sus ropajes sacó dos daifuku de fresa envueltos -Ten, come uno- Aiko le ofreció un pastelito a su camarada mientras recargaba su cabeza contra la de Olielle mineras frotaba su cabellos con sus manos para tratar de reconfortar a la joven -Si quieres podemos ir a la academia para que vuelvas a leer los pergamino de técnicas y así recuerdes como hacer algunos jutsu- no era la mejor respuesta pero significaba que pasarían más tiempo juntas.

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Resultaba aterradoramente fácil decirlo... cambiar el destino no era algo que me hubiera planteado en toda mi vida enclaustrada, claro que tampoco se me dio la posibilidad de hacerlo antes de acabar con la tiranía de mis "Progenitores" y, aunque pudiera hacerlo ¿Que debía hacer? ¿Como? ¿Por qué los imperiales darían la posibilidad a sus shinobi de cambiar el destino si eso suponía aumentar los grupos rebeldes o criminales también? Muchas preguntas se agolpaban en mi mente generándome una sensación de confusión que no me era grata aunque... debo añadir que la amabilidad que procesaba esa chica no tenía nada que ver con la que me procesó el mismo chico que me quitó el parche y me atacó en la academia, ésta chica rebosava bondad por los cuatro costados.

- ¿A que te refieres con elegir "nuestro propio destino"?- pregunté, ahora con un deje de curiosidad en mi voz- Elegir el destino... suena a tener libertad para hacer lo que desees siempre y cuando no vaya en contra de las normas imperiales.

De todos modos, la chica comentó que también había perdido a su padre en Yugata haciendo, quizás, que pudiera conectar con su dolor de forma muy profunda ¿Que me estaba pasando? Estaba tratando a Aiko como una amiga y ni siquiera sabía exactamente por qué pero... me ofreció un Daifuku mientras decía que este tipo de cosas, al estar conociéndonos no alejaban a nadie, palabras que... por una vez, agradecí desde el fondo de mi corazón dirigiéndole una sonrisa mientras lo aceptaba.

- Gracias...- pero apenas acabé de decirlo cuando Aiko apoyó su cabeza contra la mía mientras me acariciaba el pelo a fin de consolarme mientras me ofrecía ir a examinar juntas unos pergaminos a fin de poder quizás, recordar algunos jutsus que me ayudaran a defenderme- Y-Yo, acepto- comenté mientras le daba un mordisco al daifuku de fresa para sonreirla- está delicioso, muchas gracias Aiko, de corazón. Me haces sentir extraña, como si no quisiera separarme de ti y eso... en mí, es raro- comenté'dándole un abrazo una vez la chica había acabado de acariciarme el cabello.

Aiko no sabía si la respuesta que le dió traería dudas a Olielle pero ahora todo estaba en sus manos, la forma de crecer su poder, el cambio en su vida y las decisiones que tomaría para cuidar a su hermanito, por ahora debía mantener lo que sabía en secreto para no dañar a Olielle.

La idea de crear tu propio destino si afectó la mente de la kunoichi ahora debía decir algo para salir de esta antes de que descubriera su conexión con los tres grupos rebeldes que ayuda -Ahora tú puedes vivir o creer en el tipo de vida que quieras- la mentalidad de Olielle casi descubre la treta del imperio sobre lo que pasó hace quince años atrás -Casi somos libres, ahora podrías dejar de ser shinobi y vivir una vida más normal claro bajo las leyes imperiales o continuar tu vida como shinobi pro imperio, si gustas algún día te llevó a conocer Yugata- ella sonrió a su compañera.

Ambas Kunoichi's habían perdido a su padres en ese lugar los problemas que arrastraba la Kurama era algo normal muchos quedaron huérfanos y no tenían la influencia correcta para ayudarlos a crecer por eso Aiko no debía sentir miedo por su compañera al contrario debía apoyarla, después de comer y acariciar su cabellos Olielle le agradeció comentado que no se quería separar de ella - Mamá atendía un orfanato cuando ella estaba en servicio así que se como tratar a la gente que perdió a su familia en ese lugar, también se lo que se siente perder a alguien- una lágrima todo por la mejilla izquierda de Aiko pero debía recordarle algo a la Kurama -Recuerda que viajo mucho entre islas y países, en algún momento tendré que partir a alguna misión igual que tú, si quieres te acompaño a otra parte?- no debía ser tan dura con ella pero era la cruel realidad de sus trabajos.

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Vivir o creer en el grupo de vida que quiera ¿eh? Mentiría si dijera que esas palabras no me habían afectado, porque lo habían hecho, aunque quizás… no en el modo al que ella se refería. Si me dedicara a pensar o creer en el tipo de vida ¿Que resultados tendría? No conozco otro tipo de vida, solo el tipo de vida que tengo, ugh… esto era complicado, además, soy shinobi… no era ella la única que me había comentado algo sobre el cambio de vida.


- M-Mi vida como Shinobi… No sé qué diferencia existe entre Shinobi y arma del gobierno. No conozco otra vida y, creo que aún si lo hiciera, sería traicionar la memoria de mis padres, los biológicos- comente con las manos apoyadas en el regazo sacando un termo de té para servirme y servirle a mi compañera- Claro que estaría encantada de conocer Yugata… te tomo la palabra Aiko-san.


A veces, sin embargo, yo misma me tildaba de patética… comentarios como no separarme de nadie, me hacían ver hasta infantil en muchos aspectos, quizás una niña rebelde que hacía pataletas en búsqueda desesperada de atención, aunque cierto es que… en toda mi vida, no he tenido a nadie en quien confiar, pensaba que eso iba a facilitarme las ganas de separarme de los demás, sin embargo, parecía que, por el contrario, tenía una imperiosa necesidad de no caer en el olvido. Aiko me contaba que por sus misiones iba a tener que irse de la aldea, así como yo, no obstante, era algo que yo ya tenía que saber, lo sabía y no le culpaba, era nuestra realidad. Aunque acabó diciendo que si quería me acompañaba a otra parte, a lo que asentí.


- Sé que nuestro trabajo es duro, más quiero ser Shinobi, en realidad, es lo único que aun ahora me une a mis padres biológicos y, ahora- la miré- A tí, amiga mia, podemos...serlo ¿no? Y… sobre llevarme, prometimos mirar algún pergamino para ver si podía recordar Ninjutsu ¿cierto?