[Zeon] Un atardecer como ninguno
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Última modificación: 12-05-2023, 03:17 AM por Muki Chikamatsu.
Era una tarde preciosa, el primero de marzo solía ser un día común de verano, y este no dejaba de serlo. Muki Chikamatsu, la marionetista, emprendió su viaje desde las lejanas tierras de Iwagakure no Sato y por fin llegaría a este lugar, luego de una buena tarde en una posada, la muchacha emprendió viaje a su reunión, una de las montañas del oeste de la ciudad, perfectas para escalar y ver al paisaje.

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Era relativamente hermoso, la vegetación no era mucha, pero la suficiente para amainar el alma, las nubes estaban en el cielo decorando los picos de las montañas a los alrededores y el sol se empezaba a posar por la planicie, ya iban a ser las seis de la tarde, hora pactada en el llamado de Akio y la joven Muki estaba nerviosa… - oh, cariño, mi intención no era enamorarte, simplemente confundiste la amistad con coqueteo corazón, aunque si quieres jugar un poco, puedes jugar conmigo y mis sentimientos, ya ni se dónde quedaron – decía entre risas mientras jugaba sobre una roca, sentada moviendo sus pies al son de una sonata que pasaba por su cabeza…

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En esta ocasión, Muki iba algo más reservada, un traje ceremonial chino de cuerpo entero, blanco con toques dorados en el pecho y negro para la parte inferior, desde el pecho hasta los tobillos, aun así era totalmente ajustado, con montón de adornos, algunos pompones rojos y cuerdas adornaban sus brazos, algunas gemas celestes estaban en aquellos adornos dorados, un tocado de plumas blancas y negras adornaban su cabello y aquel conjunto se cernía con telas azuladas que adornaban el cuerpo. Ambos dedos medios de sus manos estaban tapados por pantis negra, mientras unos protectores de brazo cubrían desde sobre su muñeca. La joven marionetista estaba leyendo un libro mientras esperaba la llegada de su compañero, simplemente era un momento de pasarla bien y aclarar los puntos finales, aquel libro no era nada más ni nada menos que un herbario, especializado en hablar de plantas venenosas… si… si iba a viajar a un lugar como este, debía a lo mejor encontrar material para sus creaciones…

Kuchiyose no Jutsu

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La hora estaba por llegar y la morena simplemente realizo sus sellos de mano habituales y, con un leve corte en uno de sus dedos, llamo a su compañera de cuartos… esa pequeña araña juguetona quien se posó en sus piernas y se dispuso a ver el paisaje – ¿para qué me llamaste? – dijo algo gruñona – pensé que te gustaría ver el atardecer, estúpida araña – dijo riendo la morena – ya cállate, estaba durmiendo, pero si… es un lugar pacifico – dijo soltando un par de lágrimas al poder ver aquel bello atardecer. Muki sonrió.

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Es extraño, pero estas dos muchachas simplemente no se llevaban mal, una depresiva como Muki y una eufórica como Kumoko, quien iba a pensar que sus personalidades encajarían tan bien…
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Última modificación: 13-05-2023, 02:05 AM por Musacus.
El día ya había concluido para Satoru, o al menos eso pensaba... Luego de su peculiar Reunión con los Shinobis de Zeon para nada casual, un montón de personas nuevas para nada convencionales que sin más, tras las ultimas palabras la mayoría se dispersaron rápidamente... Esto lo dejo un tanto desorientado pero no desmotivado, era un lugar completamente nuevo y lleno de vida. El atardecer pintaba todo de naranja mientras que las sombras de las montañas iban ganando terreno...Se dedico a buscar algún lago o fuente de agua, quizá tuviera suerte y pescaría algo, como de costumbre tenía su caña de pescar ya preparada.

Luego de avanzar unos largos minutos, de silencio y suave brisa, a lo lejos pudo escuchar una voz traída por el viento, entonces Satoru de pura curiosidad apuro el paso, para comprobar de quien se trataba, siendo un lugar tan a la deriva seguro serian shinobis y no había mucho mas por hacer. Solo esperaba no ser inoportuno.
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Satoru se asomo desde un costado, algo torpe, sentía que estaba interrumpiendo algo... Y pudo ver a una Shinobi, una joven algo particular, de hecho lo que mas le llamo la atención fue su compañera araña, parecían estar disfrutando del paisaje o tramando algo... pero sin duda se las veía en sintonía. -hacen buen dúo- Pensó al verlas. Tal fue el asombro que Satoru inmediatamente pregunto por ella. Vestía una abrigo de cuero animal completamente blanco, por debajo un kimono azul oscuro y una máscara de madera cubriendo su rostro, a su espalda colgada su caña de pescar junto con un pequeño bolso.

-Hola...!Lamento interrumpir...Pero no pude evitar escuchar- Dijo Satoru en un gesto inseguro. 
-He escuchado de Shinobis que hacían pactos animales..Increíble!- Exclamó Satoru mientras hacía un sutil gesto señalando la invocación.

Luego se quedo esperando una respuesta de aquella Shinobi, realmente no le interesaba saber que hacía ahí, simplemente coincidía en que era un buen sitio para un atardecer, también se había propuesto conocer un poco mas a sus compañeros, por lo que era la situación ideal, la buena compañía nunca estaba mal. Luego preguntaría por un sitio para pescar.

-¿De casualidad habrás visto algún lago cercano? Siempre es un buen día para pescar...!- dijo Satoru con ánimos de conversar un poco. 
-Ahh..! por cierto mi nombre es Satoru El Ermitaño...- Levantando su mano en gesto de saludo.
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Luego de días de viaje desde la aldea de kirigakure, recién había logrado llegado al lugar, me encontraba siguiendo las indicaciones de Akio, quien me había dejado una nota suya invitándome para un encuentro, no sabía bien que pensar en cuanto a esto, pues podría ser una trampa o algo peor, sin embargo, no pensaba en dejar a un compañero de aldea a su suerte, por lo que no dude en llegar hasta el punto de reunión, mientras me acercaba, había podido notar el rastro dejado por unas pisadas, las cuales al parecer seguían la misma dirección hasta la que yo me dirigía, una vez llegue al punto seleccionado, pude notar a lo lejos a dos personas conversando.
 
Estaba Intrigado por su presencia, esperaba ver a Akio desde el primer momento, sin embargo, por la distancia no estaba seguro, por lo que decidí acercarme cautelosamente, en ese momento, estaba vestido con mi larga capa negra, mi atuendo tradicional de shinobi, me aproxime hacia ellos a paso lento, observando como ambas personas comenzaban a tomar forma, en ese momento me percate, de que una de ellas era la mismísima, la bruja de Iwagakure, en ese momento no sabia si alegrarme o enfadarme, pues tenia sentimientos encontrados con este personaje, sin embargo, la otra persona era un completo misterio para mí, nunca la había visto en la vida, todo esto hizo que mi curiosidad aumentara, por lo que me acerque hasta ellos.
               
                Conociendo a la bruja quizás tenía a Akio capturado y estaba a punto de capturar a este pobre hombre, debía advertirle, sabia que la gente mayor caía fácilmente ante los encantos de este tipo de señoras, pero gracias a kayosama, yo era inmune a sus engaños, no obstante, temía a sus venenos, ante esto simplemente me acerqué y dije animadamente -"¡Cuidado!", interrumpiendo su conversación. "Esta bruja esta loca, es capaz de cualquier cosa, si valoras tu vida aléjate de ella” le dije como advertencia al joven mientras, mostraba desde mi bolso un Raid anti arañas, agitándolo y preparándolo para vaciarlo completamente sobre aquella bola de pelos “estoy listo para enfrentarlas, ¿Qué le hiciste a Akio eh?” dije con seriedad, mientras miraba a la bola de pelos y mostraba mi veneno contra las arañas.
||| Pienso || Hablo |||

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Akío se dirigió al lugar que había acordado al enviarles las cartas a ambos shinobis de Iwagakure. Había tenido que calcular la hora aproximada de su reunión puesto que no sabría cuanto tiempo iba a tardar en terminar su charla con la organización. De todas maneras el camino hasta aquí era moderadamente largo, así que esperaba que no hubieran tenido que esperar demasiado. 

Se había quedado un bonito atardecer, que iba a bañar con sus rayos anaranjados el lugar en el que se iban a ver. Aquél día iba vestido como siempre, con un kimono blanco cómodo para poder maniobrar, solo que guardó su bandana con eldistintivo dela aldea entre su ropa, era poco probable que hubiera ojos indiscretos en aquél lugar, pero cuando se trataba de asuntos extraoficiales lo mejor era no dar ninguna pista.

Llegó el último al lugar, vaya, esperaba no dar demasiada mala imagen por ello. Pudo ver como estaban hablando entre si, pero decidió interrumpirles cortésmente.

Se llevó la mano a la cabeza para disculparse mientras daba los últimos pasos hasta acercarse a ellos.

- Disculpadme, disculpadme. Se ha alargado otro asunto que tenía por estos lares, no podía especificar una hora exacta debido a la naturaleza del encuentro, espero que no hayáis esperado demasiado. - Les dijo.

Justo cuando terminó de disculparse vio a una tercera persona. Tardó unos segundos en reconocerle, pero había estado presente en la reunión de Zeon, se trataba del Ermitaño. Le dirigió un saludo solemne con la cabeza. - Hola! No esperaba verte por aquí también, bien, cuantos más mejor. - Les dijo. - Bien bien, veo que ambos recibieron mi mensaje. Hay un buen viaje hasta  aquí, pero la ocasión lo amerita. Al fin y al cabo, todos los caminos llevan a Roma ¿no? Os irá bien recordarlo. - Dio otros pasos y se acercó a ellos dos en particular.  - Muki, Centy, araña extraña... ¿Araña? Bueno... ya no me sorprende nada. Agradezco de corazón que hayáis podido venir hasta aquí con tan poca antelación y sin apenas información. Vivimos tiempos convulsos, y no podía escribir mucho más en la carta sin poner en peligro la integridad de esta reunión. El caso es que hoy aquí hemos sembrado las semillas de la revolución. - Cuando dijo eso, miró al ermitaño. - Y creo que vosotros dos, podríais servir para ese mismo propósito. No me corresponde a mi tomar esa decisión, pero vale la pena que lo experimentéis por vosotros mismos. - Cuando dijo eso, se acercó para ver la araña más de cerca.  - ¿Esta cosa... habla? - Se alejó de nuevo, le daba algo de repelús el bicho. - Como he dicho, creo que juntos podemos hacer algo grande de verdad, algo que deje huella y haga de este mundo un lugar mejor. Sin bandos, ni imperiales con delirios de grandeza. ¿Qué me decís? Puede sonar algo repentino, pero si no creyera en lo que digo no os hubiera hecho venir hasta aquí. - Cuando terminó, les dejó un tiempo para reflexionar sobre todo lo que les había contado.

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La primera reunión de Zeon había finalizado con éxito, el nombre clave de todos y cada uno había sido asignado y además de eso, ya podían decir que se conocían, todo lo que faltaba era la base que tomarían por la fuerza allí mismo en el país de los Pájaros, base que estaría bajo las manos de un grupo de imperiales que sin duda estaban muy lejos de su hogar. Con esto en mente, Deikum ya podía sentirse en paz, había logrado el primer paso y sentía que aquello había sido lo más difícil, después de todo, encontrar personas en las cuales confiar era una tarea ardua en el mundo shinobi.

Fue luego de un par de minutos cuando había escuchado por parte de Akio de que había invitado a un par de ninjas de su aldea que quizás servirían para la organización, esto fue una pequeña sorpresa para el rubio, sabía que en el mundo todavía debía haber personas que compartieran su mentalidad, pero había encontrado seis en poco tiempo y esto aumentaría su número por dos. Cuantos más seamos, mejor. Pensó el Chikamatsu, quién decidió seguir al joven hasta el sitio donde había acordado reunirse con sus conocidos.

Cuando llegó, observó como allí no solo se encontraban dos jóvenes, un hombre y una mujer, sino además, una no tan pequeña araña con colores únicos y El Ermitaño. Dejó que Akio hablase, escuchando atentamente sus palabras y sonriendo mientras lo hacía, se sentía orgulloso por haber impartido su ideología y que la misma hubiese sido aceptada en tan buena manera, era casi innecesario para él estar allí, puesto que con los dos miembros de su organización ya parecía suficiente para persuadir o demostrar lo valioso que sería unírseles.

Sin embargo, decidió dar un paso al frente, aclarándose la garganta y mirando a todos los presentes. —Así como dijo La Templanza, sería un placer tener a nuevos integrantes que compartan el mismo ideal, el de Zeon —dijo, luego dándose cuenta de que no se había presentado—. Mil disculpas —se llevó su mano derecha a su corazón, dando una pequeña reverencia—, mi nombre es Deikum Chikamatsu, o mejor conocido como La Torre, líder de esta organización que los invita a ser parte de sus filas, cualquier pregunta puede ser respondida, así que no duden en hacerla. —Se quedaría allí de pie, observando a los invitados, su mirada llena de calma, no pretendía comenzar una pelea y tampoco sentía que aquella se daría.
La Torre
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La cara de decepción al ver a un desconocido llegar en Muki era bastante evidente, no le agradaba para nada ver a aquel sujeto en vez de a Akio-san en frente de ella – por allá – dijo señalando a cualquier lado, con evidente desprecio mientras acariciaba la cabeza de su acompañante, para luego, sentir un escalofrió correr por su espalda… la caricia dejo de serlo y empezó a apretar con sus dedos la cabeza de esa araña ponzoñosa – y tu porque no me avisaste que ese terrorista estaba cerca – le dijo a Kumoko quien riendo dijo – ah no te dije, llego el niño ese – dijo mientras una gota de sudor le bajaba por la cara, al escucharlo, Muki se enrabio como de costumbre – haber terrorista, deja de llamarme bruja maldito Ashira – dijo mientras con el dedo del medio bajaba el parpado inferior de su ojo izquierdo mientras aun sostenía la cabeza de su acompañante arácnido con la mano derecha.

Mientras empezaba a molestarse y cabrearse poco a poco, nuevamente una persona llego y esta al aparecer ilumino la carita de nuestra joven morena, sonriendo le vio y empezó a escucharle atentamente, olvidándose de todo lo que tenía alrededor… hasta que noto que venía acompañado, acerco a su araña a su rostro y con molestia le apretó más y más la cara – que clase de radar eres si no me avisas de nada maldita ingrata – cada vez más y más molesta – ah sí, vienen otros dos a tu derecha – decía mientras se reía de Muki y con sus patitas intentaba alejar uno de sus dedos para que no le aplaste el cráneo.

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Las palabras de Akio le distraían un poco, pero cada vez hablaba más y más sobre revoluciones y cosas por el estilo - y para que invitaste al imbécil de centy - murmuraba entre sus palabras, la joven Chikamatsu simplemente estaba cada vez más aburrida de la conversación y tomaba a su arañita de sus patas y las estiraba, aquel hombre con quien venía también empezó a hablar y decir tonteras, en un acto de proeza, la arañita se soltó de sus manos y se posó en la cabeza de Muki ágilmente, está en cambio, apoyo su mano en su mejilla y abrió sus piernas para seguir sentada en una pose ahora más arrogante que antes, ya le habían echado a perder su atardecer. Ya quería puro irse del lugar… hasta que… lo dijo… “Deikum Chikamatsu” … el rostro de Muki mostro total asombro, abrió los ojos de par en par y, dejando de dar media espalda, giro su cuerpo hacia él y dijo – espera, ¿eres un Chikamatsu? Entonces… provienes de Sunagakure… dime, ¿conoces a alguien más? No puede ser… eres… - dijo esperanzada, mientras se aproximaba a Deikum lentamente, luego dijo – oh si, disculpa mis modales, soy Muki Chikamatsu… y soy exonerada política en la aldea de Iwagakure… sabes, no he conocido a ningún ninja de la ex Sunagakure – dijo sonriente, mientras con su mano izquierda sacaba un pergamino pequeño, lo desenvolvió y de este una marioneta Karasu con cuerpo femenino salió de el – es un honor para mí ver a otro miembro del clan, ¿quieres examinar mi creación? – dijo mientras acercaba a la marioneta a Deikum y abría todos sus compartimientos, mostrando el armamento típico y, lo especial, dos botes de veneno en el compartimiento del pecho que alimentaban a sus armas. La joven sostenía la marioneta con una de sus manos hábilmente mientras que la pequeña araña en su cabeza bailaba mostrándole el trasero a Centy y le hacía burlas.


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Al parecer Satoru estaba en lo correcto, estaba interrumpiendo una reunión, luego de la respuesta de la Joven, Satoru se alejo un poco y se paro sobre una roca para intentar dar con alguna fuente de agua cercana al parecer su intento de simpatía había fallado, por lo que sin mas tomo distancia para no seguir molestando. Tras esto empezaron a llegar otros Shinobis entre ellos La Templanza y La Torre, quienes muy amablemente extendieron un saludo el cual Satoru devolvió. Luego Satoru se hizo a un lado pues no quería quedar como un entrometido. Tomaría algo de distancia con lo shinobis para seguir contemplando el amanecer. Era extraño, probablemente se tratase de la incorporación de nuevos miembros a la facción por ello la llegada de nuevos Shinbois al territorio que por si fuera poco estaba bastante alejado de las urbes. Luego de la honrada presentación tan emblemáticas de La Torre empezó una serie de interrogantes por parte de los allí presentes, la mayoría dirigidas a Dekium. Luego Satoru se acerco un poco mas a Dekium para preguntarle acerca de su base.

-Por cierto... ¿Tenemos novedades de nuestro refugio?- Pregunto Satoru a Dekium
-Aquella montaña parece un buen lugar para uno...- Dijo señalando el horizonte a la distancia.

Luego Satoru quedaría escuchando las conversaciones de sus compañeros...Mientras la Luna empezaba a asomarse y las sombras iban tomando las rocas y montañas de allí. La noche estaba dando inicio, algunas aves empezaban sus cantos, otras regresaban a sus hogares, no era casual la magnitud y grandeza de aquellos animales, este era su País por lo que abundaban por donde se  mirase.
Satoru
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En medio de nuestra conversación, pude notar cómo dos siluetas comenzaban a acercarse buscando congregarse en el lugar, entre ellos, rápidamente divisé al joven Akio, quien, para mi sorpresa, estaba totalmente sano y salvo, en perfectas condiciones, lo cual para mí fue un gran alivio, el cual me invadió al verlo, lo que de inmediato calme el nivel de agresividad con el que había llegado al lugar, ante esto, lentamente, bajé mi brazo con el mata arañas, el cual solía llevar siempre como un elemento fundamental en mi mochila de viajes, aunque en ese momento no pude evitar lanzar una mirada de desconfianza y desdén a esa bola de pelos que acompañaba a la bruja.
Akio nos reconoció de inmediato y comenzó a exponer sus planes e ideas con respecto a la revolución, dejando claro que su posición parecía ser en contra del imperio, Instantáneamente, aquellos difíciles recuerdos resurgieron en mi mente, recordando el tiempo en el que compartí con Muki en el equipo de Akaza, cuando este último perdió el control atacando a la gente una fuerza desmedida, poniendo en peligro la vida de un gran grupo de civiles, para luego abandonarnos a nuestra suerte en medio del campo de batalla, esto era algo  difícil de olvidar, un evento traumático que dejó una profunda marca al menos en mí considerando que era mi sensei y una sensación de que el imperio, no era para nada como yo pensaba.
 
               Mientras Akio hablaba, mis dientes se apretaron involuntariamente la duda comenzó a surgir en mi interior, en ese momento mi mirada se desvió hacia Muki, Sabía que la bruja, también debía recordar claramente aquel oscuro episodio y las heridas que dejó en nuestro equipo, era difícil de aceptar, pero ambos compartíamos una extraña conexión especial después de haber pasado por esa experiencia traumática juntos, por lo que simplemente me limite a escuchar a Akio.
 
                Luego de dirigí mi atención hacia el siguiente personaje, este se había presentado hacia nosotros como Deikum, un personaje totalmente enigmático que parecía tener un conocimiento aún más profundo sobre el tema, sentí un impulso irresistible de descubrir más. Sus palabras estaban cargadas de un lenguaje codificado, mencionando términos como la templanza, Zeon, la torre y la organización, por lo cual no quería asumir nada aun, intrigado por la misteriosa naturaleza de su discurso, decidí escucharlo atentamente, mientras mis dudas comenzaban a relucir «¿Qué significaban realmente esas palabras? ¿Qué conexión tenían con esta mencionada organización y la lucha contra el imperio? ¿Era Deikum un aliado confiable o había algo más oculto tras su aparente conocimiento?»
 
            Al descubrir que este personaje era un Chikamatsu, no pude evitar notar la particular atención que Muki le prestaba, observé cómo la bruja se enfocaba en cada palabra que salía de los labios de Deikum, mientras de reojo también notaba a su bola de pelos, «"Así que un radar, ¿eh? Más bien una bola de pelos"», pensé para mí mismo, dejando escapar una pequeña sonrisa.
 
           Era evidente que la presencia de un miembro de su mismo clan había tenido un impacto profundo en Muki, sin interrumpir el flujo de información que Deikum estaba compartiendo, escuché atentamente y observé con curiosidad, Muki comenzó a mostrar su marioneta, demostrando sus habilidades y conocimientos.
 
           En ese momento, pude escuchar las dudas expresadas por el joven de pelo blanco, quien también tenía sus propias dudas, este al parecer también era parte de la organización, pues sus preguntas resonaron en mi mente, «me doy cuenta de que al parecer aún no tienen un refugio o base de operaciones, por lo que quizás están recién comenzando», ante esto, decidí tomar la iniciativa y añadir mis propias inquietudes a la conversación, dirigiéndome respetuosamente a Deikum, expresé mi deseo de comprender mejor la naturaleza de la organización y su propósito, -“¿Entonces son del bando rebelde?” pregunte tranquilamente,  quería conocer más detalles sobre su estructura, sus objetivos y cómo podíamos contribuir de manera efectiva.
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Parecía quizás que tanto sus palabras como las de Akio habían causado algo en el par de jóvenes frente a él, aunque más de parte del joven rubio que de la fémina, la cual dejó ver como su ánimo aumentaba una vez se enteró de que Deikum era también un Chikamatsu, por sus palabras y su presentación, así como la acción de sacar una de sus creaciones, dejó un tanto anonadado al líder de Zeon, quien se limitó a soltar una pequeña carcajada, ¿cuáles eran las posibilidades de conocer no solo a uno sino a dos miembros de su clan que estuviesen interesados en su ideal? Esto es algo impresionante. Pensó.

Para este momento, sin embargo, muchas preguntas se habían formado a su alrededor, por un lado, tenía las hechas por Muki, por el otro las hechas por El Ermitaño y por último las hechas por el rubio, necesitaba escoger un orden de cómo contestarlas, por lo que decidió ir en orden de “prioridad”. —La base que tendremos no está muy lejos de aquí, pero primero hay que limpiarla de unas cuantas alimañas que se han reunido allí. —Su respuesta era para el Hyuga, tratando de dejar en claro, así fuese de manera tácita, que la planeación vendría después.

Miró entonces al rubio que aún no se había presentado, su única pregunta le daba a pensar que quizás era el que más serio se estaba tomando esta reunión, a él le ofreció una sonrisa un tanto vacía. —No, preferimos no aliarnos con ningún bando, somos Zeon, buscamos nuestro propio camino haciendo uso de cualquier medio para poder llegar a nuestra meta, ni el Imperio ni los Rebeldes se han apegado a nuestras necesidades, nosotros luchamos por ofrecer un hogar a aquellos sin poder, sin ocultarnos y sin involucrarlos en nuestras guerras. —A veces se le era difícil explicar como buscaba lo mismo -en esencia- que los rebeldes, pero que no compartía su manera de hacerlo, una que consideraba como cobarde y desmedida, esperaba que sus palabras expresaran lo que pensaba, pero solo podría estar seguro al ver la respuesta del joven.

Por último, respondió entonces a las preguntas de aquella que “compartía” su sangre, no necesariamente porque no fuese importante, sino porque iba más apuntada a una conversación amena más que algo serio como lo son los temas de la organización. —Conozco de cerca otro, mi alumno, a quién llamamos “La Justicia”, lo acabas de perder, ciertamente necesita conocer a más de nuestro clan, pero conozco a muchos, todos esparcidos por distintas aldeas, algunos sin practicar nuestras artes, pero que igual portan nuestro apellido. —Recordó su infancia y aquellas pequeñas reuniones en los lugares más apartados, en estas siempre había al menos una decena de Chikamatsus, casi siempre caras nuevas, todos compartiendo como si fuesen una gran familia.

Observó entonces la creación de Muki, analizando los tallados y los agregados decorativos y bélicos en la misma, su mirada completamente analítica, apreciando aquella arte como si estuviese viendo la personalidad de la marionetista, quién probablemente había plasmado cosas de ella en su creación. —Está bastante bien cuidada y debo admitir que soy un fan de algunas de las libertades creativas que le has dado, siempre me sorprende ver las creaciones de nuestra gente, puedes ver claramente el amor y el cariño que les tienen… —Se quedó pensando por unos segundos, incluso llevando su mano derecha a su barbilla—. Podría mostrarte las mías, de seguro las sabrías apreciar, además, no es siempre que puedo mostrarlas sin estar involucrado en alguna pelea. —Finalizó, sacando cuatro pequeños pergaminos de su bolsillo, que con un lanzamiento y un sello de mano, se abrieron para dejar aparecer cuatro marionetas, ordenadas en nivel de “rareza” si así se les pudiese llamar.

—Eres libre de examinarlas —dijo, haciendo lo mismo que ella al mostrarle todos los compartimientos, no tenían mucha distinción, con excepción de que todas poseían el compartimiento secreto que él mismo había diseñado y que, además, una de las cuatro marionetas era completamente distinta en todos los sentidos, siendo esta misma hecha por él, sin seguir los planos de las más comunes—. También tengo una más que podría enseñar, pero solo cuando escuche las respuestas sobre mis palabras anteriores. —Terminó diciendo a la vez que colocaba su diestra en el enorme pergamino que estaba acostado en su espalda, esto podía hacer con sencillez dado que las marionetas frente a él estaban siendo controladas todas con solo cuatro de sus dedos de la mano izquierda.

Marionetas
La Torre
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Akío observó como Centy tenía bastantes más dudas sobre el tema que Muki, que se había quedado obnubilada con las creaciones de La Torre. Había visto (y sentido) algunas de esas marionetas  y a pesar de ser muy bonitas, su uso en combate podía llegar a ser terrorífico.

Escuchó las dudas del rubio y sonrió, la verdad es que se parecían mucho a las que él mismo les hizo a Adan y a Deikum en su día, dejó que el propio Deikum las contestara, pues al fin y al cabo no había nadie mejor para resolver aquellas inquietudes que él. Mientras se desarrollaba la conversación observó como Satoru se alejaba un poco a mirar el horizonte para después volver hacia Deikum. 

Parecía que se había alejado un poco del grupo metafóricamente hablando, así que se acercó a él para ponerle un poco en situación y que no se sintiera desplazado, el sol ya había bajado y el ambiente empezaba a ser mucho más acogedor por ese mismo motivo. Una vez estuvo a su lado, le puso una mano encima del hombro de forma amigable, y se dirigió directamente a él. 

- Les he citado yo aquí después de nuestra reunión, me parecieron buenos candidatos para Zeon, si es que desean unirse a la causa, son buenos chicos. - Le dijo.- ¿Buscas un lago? Quizás haya alguno oculto entre los picos de las montañas, las aves se pondrán finas si es que lo hay. ¿Qué opinas de ellos, te parecen competentes? - Terminó pidiéndole su opinión sobre Muki y Centy.- 

Después, volvió a dirigirse a Centy y a la bruja, o sea, a Muki.

- No podía haberlo explicado mejor, al fin y al cabo no hay nadie mejor que La Torre para ilustraros sobre los objetivos de Zeon, pues podría decirse que la torre es los mismos cimientos de estos ideales. ¿Qué ós parece todo esto? Espero que de momento os esté mereciendo la pena el haber hecho todo este camino hasta aquí. - Les dijo a ambos. -

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Muki no paro su asombro al ver las marionetas del prodigioso Deikum – humm... ya veo… al igual que yo manejas modelos kuroari y Sanshouo… pero este de acá – dijo mientras se detenía en la última marioneta – no había visto estas uniones antes… tampoco estos dispositivos… ¿Qué harán exactamente? – se preguntaba en voz baja mientras los observaba con el ojo y examinaba cuidadosamente con la yema del dedo índice, aquel dispositivo especial que nunca antes había visto, sin embargo, cuando dijo tener una última marioneta más que pudiese examinar… Muki rechisto y apretó los dientes tras escuchar la condición… se sentía presionada a responder algo que le estaba incomodando.

Si, Centy parecía estar muy atento a la conversación y Akio alababa a “La Torre” Deikum, sin embargo, Muki ocultaba su rostro entre las creaciones de este mismo… si, le gustaba las manufacturas de sus marionetas, pero eran los mismos modelos trabajados de la misma forma, la que ofrecía todo el conocimiento era la última marioneta… sin embargo en este momento ya no la estaba examinando – chico, no lo entiendes – dijo la araña a Akio – lo que pasa es que… - un golpe en su cabeza de parte de un dedo de Muki le hizo callar en el instante – no necesitas explicarlo – dijo, mientras se paraba lo más erguida posible y miraba de reojo a Centy… no la cagues idiota.

Luego de un silencio incomodo que se generó ante la actitud de la muchacha, esta miro directamente a Deikum y dijo mientras resoplaba finalmente luego de pensárselo un poco – la verdad… no me gustan los discursos de política, solo has hablado de tu organización y el no bando que tomas, pero no has hablado realmente de ningún objetivo – atrajo a su marioneta y volvió a expandir su pergamino donde le guardaba, principalmente para empezar el proceso de guardado – no han hablado sobre plantar la semilla de la libertad y cosas así… no has dicho que es lo que planeas hacer realmente. ¿quieren tomar algún país? ¿para quienes está dirigido este cambio? ¿Por qué diablos dicen que es la semilla de la revolución si no estás a favor de la rebelión? ¿es acaso esto una secta? Sus nombres parecen los de un grupo sectario… no es que no me guste, pero no quiero aceptar ser parte de algo que no me ha dicho la verdad desde el comienzo.

Su araña, apabullante, asentía cada palabra que Muki decía, mirando con sus ojos extras tanto a Centy como a Akio, ambos muchachos eran ninjas de Iwagakure, y aunque recién estaba conociendo a Akio y este le había tratado de “cosa” era demasiado guapo como para dejarlo fuera de la mirilla de su ojo.
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Última modificación: 16-05-2023, 12:25 AM por Musacus.
La tarde estaba dando fin y aún seguían en aquel risco a mitad de una montaña como si se tratase del acceso a una cueva en medio de la ya nocturna cadena de montañas. El ultimo en llegar un joven Rubio, aparentemente otro candidato más, le resultaba muy reconfortante saber que habría más shinbois a disposición de la Facción. La Torre aclaro las dudas de Satoru dando a entender que la base no estaría muy lejos de donde estaban, por lo que se dispondría a analizar el terreno e intentar hacer un perímetro...Aunque su prioridad en ese momento era conseguir comida.


 —La base que tendremos no está muy lejos de aquí, pero primero hay que limpiarla de unas cuantas alimañas que se han reunido allí. —

A lo que Satoru amablemente agradeció la respuesta de La Torre.

- Mañana me pondré en marcha para investigar la zona- Dijo Satoru.

Luego los Shinobis empezaron a inspeccionar sus herramientas a lo que Satoru sin mas que hacer decidió retirarse puesto que desconocía completamente aquellas herramientas aunque no dejaba de darle curiosidad su hambre era mas fuerte. Antes de retirarse su compañero lo detuvo, La Templanza. 

Les he citado yo aquí después de nuestra reunión, me parecieron buenos candidatos para Zeon, si es que desean unirse a la causa, son buenos chicos. ¿Qué opinas de ellos, te parecen competentes? - Le dijo.-

Satoru observo una vez mas a aquel sujeto que transmitía cierto halo de calma a simple vista le agrado, y entiendo en parte su nombre... Al mismo tiempo observo a los mencionados Shinbois para devolverle una sonrisa, aunque su máscara la ocultase, Satoru asintió tras la pregunta.

- No me caben dudas... debo admitir que estoy ansioso por vernos en acción- Respondió Satoru a su compañero La Templanza

- Creo que podemos cambiar las cosas...- Dijo mirando a las primeras estrellas del cielo nocturno.


 ¿Buscas un lago? Quizás haya alguno oculto entre los picos de las montañas, las aves se pondrán finas si es que lo hay. 

Satoru agradeció entusiasmado por la información era justo lo que buscaba y sin mas se despidió de los allí presentes mas precisamente de La Templanza que estaba a su lado, a los otros tres Shinbois les hizo un saludo general aunque no supo si fue escuchado ya que estaban desplegando semejante cantidad de marionetas... A paso lento en dirección a la cima de la montaña - Este debe ser el Legendario Arte de Marionetas...- pensó
Satoru
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La pequeña reunión que se habia formado sobre las montañas del pais de las aves, estaba cargada de tensión y expectación por parte de todos, los presentes fijaban sus miradas en Deikum y Muki, quienes sin ningún mayor problema, mostraban lo que parecía ser una impresionante colección de marionetas, las que cuidadosamente estaban dispuestas en una exhibición verdaderamente imponente, ante esta gran oportunidad de ver las marionetas y además el gran hambre de curiosidad que necesitaba saciar, hicieron que observara detenidamente cada una de ellas, me encontraba completamente impresionado por su elaboración se notaba a simple vista que en batalla deben ser muy fuertes.
 
       Cuando Muki planteó la pregunta clave sobre el plan que tenían en mente, decidí unirme a la conversación, añadiendo mi voz al debate. "Buen punto", dije, asintiendo en señal de acuerdo. “sin embargo, al igual que Muki siento que aun te limitas y no nos dices tu real objetivo, ”, intentando presionar un poco para obtener más información, en ese momento ojos recorrían el lugar, mirando a cada uno de los presentes, intentando evaluar las reacciones de los demás, el silencio pesado llenaba el ambiente, mientras esperábamos con ansias la respuesta de Deikum, quien parecía considerar cuidadosamente cada una de sus palabras antes de hablar.
||| Pienso || Hablo |||

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Akío observó como hablaban de las terroríficas marionetas, parecía que entre ellos se entendían bastante bien, así que mientras hablaban de ese tema dedicó casi toda su atención a Satoru, parecía que la pesca le gustaba mucho, pues cuando le mencionó el lago llegó a irse hacia allí. Se despidió de él alegremente y miró durante unos segundos sus pasos que terminaron por perderse en el horizonte.

- ¡Hasta la próxima! - Le dijo. 

Cuando se fue, dirigió de nuevo toda su atención a los que quedaban presentes. Le echó otro vistazo a la araña peluda, le había parecido escuchar que quería decirle algo, pero Muki la interrumpió y no pudo terminar la frase. La miró un rato fijamente, quizás no le diera tanto repelús como había pensado, parecía ser un ¿bicho? bastante majo.


Una vez terminaron de mirarse las marionetas, Akío escuchó atentamente las dudas que estaban planteando los dos posibles candidatos de Zeon, eran preguntas más que lógicas, sobre todo al ser esta una invitación bastante repentina, prácticamente habían llegado y les había soltado todo el rollo sobre la libertad y la rebelión, era lógico que tuvieran sus reservas sobre el asunto.

Akío se acercó a ellos mientras pensaba algo.

- Ojalá pudieran ver lo que Adan me hizo ver con su jutsu... - Pensó. - 

Después, se dirigió a ellos, no había nadie que pudiera esclarecer mejor aquellas dudas que el propio Deikum, así que le dejaría el grueso de la explicación a él.

- Entiendo vuestras dudas, Centy, Muki, esas mismas preguntas me las hice yo mismo el primer día que conocí a La Torre, estoy seguro que una vez que salgamos de aquí, todas esas dudas quedarán contestadas. Zeon no busca unirse a ningún bando en concreto, ni a los rebeldes ni a los imperiales. Buscamos un término medio, dónde sin importar tu procedencia o lo que pienses, puedas estar en paz contigo mismo y con los demás.

Sobre los planes a futuro no me corresponde a mi el explicarlo, puesto que yo tampoco tengo toda la información, sin embargo debes saber, - dijo mirando a Muki especificamente - que no estamos ocultando ninguna información, esa no es la intención de éste encuentro. Por eso mismo os he hecho venir personalmente, porque pensé que vuestras personalidades podrían servirse de Zeon para enriquecerse. Estoy seguro de que cualquier duda que tengas te será contestada, lo mismo te digo Centy, aquí os podeis expresar sin reparos. - Les dijo a ambos. -

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Era ahora el momento, por fin las preguntas habían aparecido en el ambiente, las mismas cayeron como si hubiesen sido retenidas por mucho tiempo, soltándose como un gran caudal en tiempos lluviosos. Deikum no se sintió abrumado, sonriendo a la vez que guardaba las marionetas frente a Muki, quien ya las había terminado de examinar o al menos eso pensaba el rubio. Escuchó con atención todas sus interrogantes, incluidas las de Centy, las inquietudes eran normales, y la verdad, en la situación en la que estaban, era delicado divulgar más información de la requerida.

Afortunadamente, Akio se encontraba allí con él, con su ayuda, la cual vino después de ver las verdades del mundo, las palabras que el marionetista tendría que decir serían pocas, solo quedaba decir los planes de la organización, quizás aclarar un poco mejor las cosas en otros aspectos, pero parecía que la preocupación mayor era por sobre el objetivo general de Zeon. —Como dijo Akio, no estamos ocultando nada, solo basta con preguntar —dijo mientras centraba sus orbes azulados en la morena—, los planes de Zeon son convertirse en un país, libre de presencias imperiales o rebeldes, un lugar seguro para cualquiera que ya esté harto de tantas guerras, la semilla de la que de seguro Akio habló fue sobre la revolución de dicho país que queremos formar… —Tomó una pausa, pasando por las preguntas nuevamente—… El país que tomaremos será este mismo, al menos parte de él en un comienzo, lo demás, conforme pase el tiempo, se tendrá que ir viendo, los aliados vendrán en distintos tipos y colores, pero solo nos quedaremos con aquellos que nos sirvan de algo, no se equivoquen, nuestros planes son nobles, pero nuestros medios, sacando aquellos que dañen a civiles, no lo serán.

Dejó mermar aquella idea, ellos querían escuchar la verdad y esa era parte de ella, Deikum no pretendería ser un héroe enmascarado, por el contrario, así como su carta lo designaba, él era un agente del caos, alguien a quien quizás la miseria lo perseguiría por el resto de su vida. —Como ya dije, esto va dirigido a todo aquel que desee vivir en paz, especialmente los civiles, quienes son los que más se ven envueltos en las guerras entre rebeldes e imperiales, es de hecho por eso que no decidimos estar de lado de ningún bando, el Imperio es ciertamente el mal superior, como quizás todos aquí lo hayan podido presenciar, pero los Rebeldes no pueden ser exonerados de culpa, siempre ocultos entre la multitud, poniendo en peligro a los débiles por una oportunidad imaginaria.

Su ira se estaba haciendo más clara, solo recordar todas las guerras que vio en sus viajes hacían que algo dentro de su ser despertase, mostrándose en su mirada mientras buscaba elevarla al cielo, suspirando al poder divisar los primeros rastros de una estrella en el cielo oscuro; tomó el enorme pergamino en su espalda, sacándolo de las correas que lo ataban a él y colocándolo en el suelo. —Es por eso que este ideal nació, por una tierra libre, por un lugar donde sus habitantes no tengan que ser puestos bajo las riñas de dos bandos errados, eso es Zeon, no un culto, nuestros nombres no son más que para aquellos que deseen aún ocultar sus identidades, pero yo no lo haré y tampoco lo he hecho, yo soy el líder de este grupo con grandes ambiciones —estiró el pergamino en el suelo, abriéndolo y dejando ver un sello enorme—, nuevamente me presento y los invito a ser parte de este plan, mi nombre es Deikum Chikamatsu y esto es solo el comienzo de Zeon. —Finalizaría, haciendo un único sello de mano y mostrando su técnica definitiva, aquello que sin duda se volvería una señal de esperanza y terror.

Zaku
La Torre
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Las palabras de Deikum eran algo inspiradoras, al menos esta vez hablaba un poco más en concreto, sus ideales eran para un pueblo libre, para quienes deseasen estar lejos de la guerra… si… tal vez eso le enganchaba un poco… pero algo le daba como una daga en el corazón en sus palabras de revolución y esperanzas…


No podía dejar de pensar en todas las vidas de la gente de la antigua Sunagakure que fueron desperdigadas por el continente entero y más allá, no dejaba de pensar en que esto era sin lugar a dudas una declaración de guerra contra el mundo y el imperio, no dejaba de pensar en que los rebeldes pudiesen estar detrás de algo como esto, no dejaba de pensar en que quizás esta era una propaganda barata… pero luego, apareció aquel gigante ser de madera y metal de 12 metros de altura… era más grande que el mismísimo Sanshouo, era impresionante… este ser estaba dispuesto a destruir a un país si así lo requería, pero en vez de eso, quería librarlo tanto de imperiales y rebeldes, purgarlos de entes militantes y quedarse con quienes aporten a su causa… era un militar.

Muki rechisto sus dientes y no paro de observar la magnificencia de aquel ser gigante que se posaba frente suyo y no pudo evitar dar uno o dos pasos para atrás… - entiendo tu punto. Lo se… lo entiendo… - dijo, para bajar la mirada amenazante de siempre hacia aquel hombre y decir – pero, que pasara con nosotros. ¿Acaso seremos renegados de nuestros pueblos para seguir un ideal? ¿Qué pasara con nuestros hogares y familias? Si tuviese una familia, al menos me gustaría mantenerlos lejos de esto… pues será un campo de batallas y no hay quien quiera volver a vivir una guerra.

Tomo a su arañita de su cabeza y la extendió hacia Centy, quien estaba a un lado suyo y le dijo – sostenme mi arañita un segundo – la soltó en el hombro del muchacho y dio un par de pasos hacia Deikum – este pendejo que ves acá, rubiecito y bonito es, de hecho, un imbécil de tomo y lomo, aun es un niño y ya conoce el olor de la gente muerta, entiendo lo que dices, pero es un buen chico, un hijo de familia y un ninja prometedor… ¿acaso seguirte significa perder todos nuestros lazos? – dijo, para luego sonreír de oreja a oreja – aparte, no sé si sus padres le darán autorización para algo así, si quieres yo puedo conseguirle el permiso – miro de reojo al niño y volvió a hablar – aunque no lo parezca, no quiero ver a la gente que aprecio morir… pero si me gustaría volver a ver a mi pueblo reunido otra vez… - su cara se volvió sombría – acaso, ¿puedes traerlos de vuelta? A los nuestros… no solo a los Chikamatsu… a los Jiki y Amaguiri, a los Pakuras y Yoichis… puedes traer a la gente de nuestras tierras natales a un nuevo país en donde podamos crecer en armonía… puedes devolverme a mi familia… puedes traer… a la gente del inframundo… porque si es así… yo firmaría el pacto con el diablo y traería a todos desde roma a este lugar… si es así… yo te vendo mi alma – fueron sus palabras, mientras una lagrima decoraba el lagrimal.
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Escuché atentamente las palabras de Deikum y la conversación entre él y la bruja, en ese momento sentía que las palabras dichas por ambos resonaban en mi interior, ambos parecían haber perdido a muchos por culpa de las condiciones políticas actuales, lo cual hacia muy tentadora la idea de crear un país sin conflictos ni guerras, me daba una buena razón para pelear, algo que no tenía hasta este momento, sin embargo, luego de escuchar a Muki recordé, no podía simplemente abandonar a mi familia y unirme a Zeon, todo esto sin tener en cuenta las consecuencias para aquellos a quienes amo «¿seré un renegado?».
 
La gran marioneta de 12 metros de altura apareció repentinamente ante nosotros, en ese momento no podía creer lo que estaba viendo, mis ojos se abrieron de sobre manera y un escalofrío recorrió mi espalda, no podía creer lo que veía, ¿Cómo era posible que una marioneta pudiera ser tan enorme y detallada?, estaba boquiabierto, sin palabras ni reacción inmediata, simplemente era algo asombroso, no pude apartar la mirada de esa maravilla mecánica que se alzaba sobre nosotros.
 
Después de un momento de silencio, decidí hablar, Me acerqué a ambos, dejando a la peluda araña en el suelo diciendo – la bruja tiene razón, Deikum, entiendo la importancia de un país sin guerra y la búsqueda de la paz para todos, pero aun asi tengo un par de inquietudes con respecto a lo que nos dices- Suspiré y miré directamente a los ojos de Deikum. - no soy muy cercano a mi familia, sin embargo, si decido unirme a Zeon, necesito saber qué sucederá con ellos y la aldea shinobi, ¿Seremos renegados?, ¿no podremos volver a ver nuestra la aldea? Estaba dispuesto a escuchar las respuestas de Deikum y evaluar si Zeon era realmente el camino correcto para mí y para aquellos que me importaban.
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Akío escuchó atentamente a Deikum, aquellas palabras ya las había escuchado antes, pero aun así seguía queriendo sentirlas, al final llegaría a saberse el discurso de memoria. Cuando le vio realizar un sello, pensaba que iba a sacar otra vez las marionetas, pero no se esperaba el ver aquella creación descomunal.

Menos mal que esta no la había utilizado en su combate, parecía una ilusión de lo grande que era, quizás incluso llamaría demasiado la atención aunque se encontraran en lo alto de una montaña, con suerte no llamarían atenciones innecesarias. Se quedó un rato mirándola y después recobró la compostura y se dirigió de nuevo al grupo. 

Por primera vez estaba escuchando a Muki hablar en serio, aquello contrastaba bastante con la imagen que tenía de la "bruja" como gustaba llamarle Centy, a pesar de que todavía no se conocían demasiado, habían interactuado lo suficiente como para que aquello resaltara.

Cuando terminó de hablar y vio sus ojos vidriosos, se acercó a ella y a Centy, y le intentó poner una mano en el hombro.

- Tranquila, sé como te sientes. Centy estará bien, estaremos bien. De momento no deberíamos tener problemas con nuestro país o nuestra aldea, en el futuro imagino que será algo que no se podrá garantizar. Yo también tengo familia en la aldea, no les quiero involucrar. Nos cuidaremos entre nosotros. - Les dijo a ambos, luego, regresó a su sitio donde estaba antes, cerca de Deikum. 

- Sobre lo de vuestro país, la verdad es que no sé que decir. Veo difícil que nos podamos centrar en un sector de la población en concreto, por lo poco que sé, la mayoría de habitantes de Sunagakure se han repartido por el mundo. Cualquiera que así lo desee podrá formar parte del futuro enclave que tengamos, sin que importe su procedencia. Si actuamos con cabeza y lo hacemos bien, no tendríamos que temer represalias para nuestras familias. De nuevo, os he invitado a este pequeño encuentro, pero no tenéis porqué sentiros presionados. - Les dijo con voz tranquilizadora. Después, miró a Deikum para que continuara la explicación, sin duda él sabría explicarse mejor que Akío.

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Luego de su discurso, Deikum miró al mar de ninjas de Iwa, tratando de analizar sus respuestas como mejor lo pudiese hacer, la primera en hablar fue Muki, quien esta vez parecía por fin tomarse a pecho toda esta conversación, el rubio sentía que finalmente estaba viendo los verdaderos deseos y emociones de la morena, tomándolos de brazos abiertos y tratando de contener la sonrisa, una que no tenía la intención de ser burlona, más bien de felicidad, poco a poco la joven frente a él estaba entendiendo el ideal de Zeon, aunque ella no lo notara.

El segundo fue Centy, quien expresó una inquietud bastante similar a la ya expuesta, este joven parecía cargar determinación en su sangre, pero al igual que Akio, los lazos familiares lo retenían, lo anclaban a la conformidad en la cual muchos han vivido en todas las aldeas, ciertamente hubiese sido fenomenal que Adan estuviese allí, mostrándoles la verdad del Imperio y de como esos familiares de los que tanto se preocupan corrían el mismo o quizás más riesgo dentro de sus hogares que luchando por lo que es justo.

—Primero —dijo, tocando el Zaku y haciéndolo desaparecer de vuelta en su gran pergamino—, no habrá necesidad de que renieguen, admitiré que a este ideal aún le queda mucho camino por recorrer, primero necesitamos obtener fuerzas, un lugar para defender, luego allí podremos nombrarnos como país y empezar a proteger a los habitantes —Él hablaba de mucho tiempo, pero la velocidad con la que los días y meses avanzaban le daba una seguridad de que sus sueños ocurrirían en poco tiempo—. Segundo, la razón por la cual nos han escuchado llamarnos por nombres extraños es para ocultar la identidad de quién lo desee, justo uno de nuestros miembros, El Juicio, está infiltrado dentro de las filas del Imperio, sus identidades estarán a salvo, puesto que no deseo forzar a nadie a caminar bajo el foco, solo yo cargaré con ese peso si es necesario —De vuelta a una mirada seria, ya esa decisión había sido tomada desde hace tiempo, él no obligaría a nadie a ponerse en la mira de distintos grupos, solo necesitaba gente que confiara y que lo ayudara desde atrás—. Por último —dijo, mirando a Muki—, mis habilidades no me permiten devolver la gente a la vida, pero si puedo prometer que nuestras tierras serán liberadas de esos malditos Yakuza que ahora la llaman hogar, Sunagakure será libre nuevamente y nuestro pueblo podrá volver, eso al menos lo puedo asegurar.

Se alejó un poco del dúo luego de decir aquellas palabras, se posó encima de una gran piedra y observó como el último rayo de sol se escondía en el horizonte. —La decisión es de ustedes, como dije, no tienen por qué renegar, pueden volver a sus vidas, pero deberán atender a los llamados de Zeon, pronto atacaremos el lugar que servirá como nuestra base de operaciones, si se unen, participarán en el ataque, sino, es mejor que partan inmediatamente o se verán envueltos en la pelea… —Ya no había más que decir, para ese punto todas las preguntas debieron haber sido respondidas.
La Torre
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Las palabras de Deikum tenían cierta razón en sí mismas, sin necesidad de que estas fuesen adornadas con ese insaciable énfasis en dar esperanzas a cada zanjada que daba, Muki observo a Centy de reojo y sonrió… - por mí, no hay problemas… solo tengo una consulta… - dijo, mientras observaba a su compañera araña y a sus compañeros de Iwagakure – ¿cuál sería mi nombre clave? – una sonrisa de oreja a oreja brotaba de la boca de la bruja, esta miro nuevamente a Deikum con esa pesadez que solo ella sabe tener – espero me den uno bueno, tengo una reputación que cuidar – dijo, mientras caminaba a la roca donde estuvo antes sentada.

Kumoko, por su parte, al bajar de las manos de Centy se sintió desagradada, le saco la lengua y ágilmente corrió en dirección de Muki, para subir por su pierna y posarse en sus piernas – hay tonta, ¿estas seguras de esto? – dijo con dudas – ¿acaso no te parece divertido? Estamos ante un conquistador – dijo mientras su carcajada empezaba a resonar… un toque eléctrico le paralizo en ese instante, la arañita se molestaba – que te pasa idiota, no pienso perder la vida luego de haber encontrado departamento – Muki, tras unos segundos de parálisis, se recompuso y tomo a su arañita de las patas – Maldita alimaña, si algo te pasa te vas al reino de las arañas y te jodes, no tienes para que electrocutarme – decía, mientras más chispas volaban entre ambas en un acto cómico entre araña y morena – suéltame bruja estúpidacállate maldita araña te matare¡te cobrare la renta! – y ante sus palabras, la araña se detuvo y empezó a llorar – no lo haríasno me tientes


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