[MISIÓN RANGO B] Akuma no Ame [PRIV. Saito Yamamoto]
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Última modificación: 14-05-2023, 11:41 PM por Hozuki Jinta.
Oye, Saito. Tú puedes ver espíritus, ¿no? Leí tu expediente. Mejor dicho, me hicieron leerlo. 
Habían pasado ya unas seis horas desde que el barco que nos llevaría a la Isla de Oeste había dejado la bahía de la gran isla central y aún faltaban noventa minutos para legar a destino. Yo me encontraba recostado en la bamboleante cama de nuestro camarote con las manos entrelazadas por detrás de la nuca, haciendo de soporte a la cabeza, y la mirada clavada en el techo. Durante las primeras horas había dormido con la esperanza de que al abrir los ojos ya nos encontraríamos en la infame Isla del Oeste, pero ahora me hallaba en un estado de gran vigilia. No sentía el más mínimo ápice de sueño y desde que había despertado me había dedicado a mis propios pensamientos. Me preguntaba porque me habrían asignado el transporte de un bien preciado como primera misión, especialmente teniendo en cuenta que debíamos trasladarlo desde un lugar peligroso como lo era la mencionada isla. Quizá había escasez de personal. Yo no tenía experiencia en combate real y mi repertorio de jutsu era prácticamente nulo, pero era ahí donde entraba mi compañero. Por lo que tenía entendido, Saito sí tenía experiencia de campo como shinobi y, por su expediente podía deducir que debía de encontrarse en un nivel distinto al mío. No sabía si sentirme aliviado de tenerlo a mi lado o molesto porque, con toda seguridad, en esta misión yo sería un decorado. Debo admitir que sentía cierto recelo hacia él. 
— Oye, dime, ¿hay algún espíritu aquí con nosotros? — pregunté con burlona sonrisa, dejando ver mis afilados dientes. — Quizá al tal Muyi ya le hayan cortado la cabeza y su espíritu haya viajado hasta aquí. A lo mejor ahora está quejándose de que no llegáramos antes y nos maldice lleno de furia. Aunque claro, yo no sería capaz de verlo ni escucharlo. Tú te comerías el garrón solo. — solté una carcajada. — Y en cuento al caballo, con suerte se escapó y corretea libre por ahí. 
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Kirigakure no sato/ayer


Que bien, una carta, espero sean buenas noticias-Saito se encontraba en su hogar relajado de la vida, le habían llevado una carta por lo que tras tomarla cerró la puerta y leyó el contenido.

"Esta carta es un pedido exclusivo para Saito y Aiko Yamamoto. Gemelos, algo horrible amenaza el mundo nuevamente, Jashin, el Dios de la inmortalidad ha despertado y con un sequito esperando esto desde hace tanto tiempo esperamos lo peor.

Varios casos de asesinato han aparecido y todo indica que el culto se esconde en la Isla Oeste del Pais del Agua. Les pedimos confirmar esto y de ser posible detenerlo, solo pedimos que en caso de encontrar a un seguidor que haya firmado un contrato con este Dios maligno lo dejen en paz y huyan."

Firma: Los monjes del templo de las 12 gotas

Sudor frio empezó a recorrer la espalda de Saito, no habia peor noticia que esa. Su abuela le habia contado sobre ese Dios que exige sacrificios y los poderes que le concidia a sus seguidores. 

No puedo... No puedo dejar que Aiko lea esto. Debo marchar ya mismo-
con prisa, el Onmyõji tomó lo necesario para su viaje y ae dirigió al tablon de misiones, visitar la Isla Oeste no es algo que alguien cuerdo haga por lo que necesitaba una misión para cubrir cualquier sospecha.

Esta está bien... Espero no meter en problemas a mi compañero-con la misión en mano Saito partió a reclamar su participación mientras exigia los datos de cualquier otro inscrito.

Presente

Tal vez si lo dejo inconciente... Eso deberia bastar-su compañero era solo un muchacho recién graduado. Normal que tomara la misión a ser de bajo rango pero... Corria peligro junto a Saito por lo cual debía alejarlo de su misión secreta.

¿Mi expendiente? ¿Como te lo dieron? Ea normal que a mi me dieran el tuyo por ser un novato pero un novato no tiene permiso de leer el expendiente de alguien, ni siquiera de otro novato-Saito le pareció raro pero tal vez aquel que le dio a Jinta ese expendiente solo quería molestar al Onmyõji.

Jinta se burlaba de Saito por su capacidad de ver seres de otro mundo y aunque era ofensivo, el que estuviera tan relajado e ignorante le ayudaba a Saito a no sentir una presión mas grande de lo que sentía ahora.

De hecho, si. En el mar existe tantas criaturas como espiritus y la mayoria gritan ayuda-el Onmyõji hablaba muy enserio, de hecho, su vista se encontraba viendo el oceano.

Je, supongo que tienes razón. Este es un tormento que solo yo recibiré. Dime ¿es tu primera misión? Si es así pondré una regla "solo te ayudaré si tu vida está en peligro" si no es así te dejaré todo el protagonismo ¿está bien?-Saito esperaba ser un buen ejemplo para la nueva generación, pues su ascenso apenas comenzaba y no habia olvidado aun lo que se siente ser una carga.
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— ¡Ja! Un novato no tiene derecho a leer el expediente de otro shinobi... — pronuncié aquellas palabras en tono de mofa y un tanto irritado, pero ignoraba como las habría interpretado Saito. Lo cierto era que no tenía la intención de burlarme de él, sino de algo más grande y más etéreo, algo que me parecía ajeno y que aun no llegaba a entender. — No te preocupes demasiado por eso. El caso es que lo he leído, en parte al menos. Mucho estaba clasificado y me han dado una copia con todo lo que podía saber. — hice una pausa, me serené y dejé que mis pensamientos hablaran por mi. — Ambos somos shinobi de la niebla. No debería haber problema con que leyera tu expediente...sobre todo si vamos a trabajar juntos.
Jamás se lo habría dicho a Saito (ni a nadie, siendo honesto), pero la verdad era que yo había solicitado leer su expediente ex profeso y, por mucho que intentara convencerme de lo contrario, lo había hecho impulsado por el miedo.
La inmensa mayoría de mis compañeros de la academia soñaban con el día en que se convertirían en ninja y se aventurarían al mundo exterior. Deseaban con todas sus fuerzas probarse a sí mismos en batalla y en guerra. A mi aquel anhelo me resultaba de lo más extraño pero, siendo que todos eran participes de él, no podía más que aceptar que el extraño era yo mientras me esforzaba (quizá inconscientemente) por retrasar el día de mi graduación y mi primera misión. Ese día finalmente había llegado y mi miedo se había convertido en algo similar a una piedra en el zapato: me molestaba allí donde fuera. No quería salir de la aldea, pero eso no podía decírselo a nadie. Tomé la misión para obligarme a ver por mi mismo que era tan fascinante sobre la vida del shinobi en el mundo exterior y exigí entre plegarias leer el expediente de Saito porque creí que sabiendo más sobre mi compañero estaría más seguro.
Ahora Saito me había dicho que solo me ayudaría si mi vida estaba en peligro y pensé que entonces, si apareciera alguien más fuerte que él, yo moriría. Quizá esa había sido una realidad que había ignorado hasta aquel momento. Me dí cuenta de que fuera de la aldea, mi vida y mi muerte estaban en las manos de shinobi más fuertes. Quizá incluso dentro de la aldea esto fuese así. Pensé que nunca había sentido ese tipo de impotencia.
— Ya, está bien. — fue lo que alcancé a responder. — Pero si yo cargo con todo el trabajo, ni se te ocurra hacerte el héroe cuando regresemos. 
Cerré los ojos y dí por terminada la conversación. Una hora y veinte minutos más tarde, desembarcamos en la Isla del Oeste.
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Última modificación: 03-05-2023, 10:11 PM por Saito Yamamoto.
Saito escuchó la imitación de Jinta, si no fuera por la paciencia que el sacerdote poseía aquel chico hubiera acabado en un viaje directo de regreso a la aldea. Saito no dijo nada ante la burla, simplemente sabia que así era Jinta por su expediente y lo dejó ser pues algún día se tropezaría y entendería la terrible personalidad que había tomado.

Los genin no ven los expedientes para prevenir situaciones injusta en los exámenes chunin. Pero ya que yo soy uno supongo que no hay problema que me conozcas-acabo dándole la razón mientras le hacia entender el por que no debía hacer ese tipo de cosas, alimentar su ego podía ser la clave de que acatara mejor las ordenes.  

Por otro lado, Saito colocó una regla, pues quería medir las capacidades del muchacho mientras le daba lo oportunidad de disfrutar su misión. Jinta aceptó pero claro, solo si el se llevaba todo el crédito por lo que Saito solo accedió con la cabeza y la conversación se cortó pero el Onmyoji después de media hora se le ocurrió algo.

¿No te apetece ser mi pupilo? aprender técnicas es mas fácil si tienes un maestro-Saito le dejó la oferta así sin mas, si había leído su expediente debía saber que poseía capacidades físicas de buen nivel, al igual que ninjutsu medico, afinidad al viento y agua y habilidades espirituales.

El tiempo continuo y al fin llegaron pero apenas Saito puso un pie en la Isla empezó a sentir una horrible jaqueca-¡Aaghr! Mierda...-sujetando su cabeza con fuerza para que no explotara el Onmyõji empezó a sudar frío... Y una extraña voz le hablaba en una lengua extranjera que curiosamente podía entender.

Pu-en-te... Puente... Poder...-¡¿Puente?!-Saito sintió como depronto una mano sujetaba su rostro y lo hacia levantar su mirada... Un hombre de palida piel y sin rostro estaba al frente de él-Onmyõji...-de pronto la figura desapareció y Saito cayó al suelo agotado.

Me quiere... Ese imbecil me espera. Pero-el muchacho miró a Jinta y cerró sus ojos para calmarse y recuperar fuerzas-No puedo dar marcha atrás. Que pase lo que tenga que pasar-Saito se puso de pie y se sacudió el polvo de encima-Lo lamento, esta isla tiene a tantos espiritus en pena que me sentí abrumado. Ya estoy mejor-sonrió como pudo y dejó que el menor lo guiara.
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Su pupilo. Saito me había ofrecido convertirme en su pupilo. Inmediatamente sentí el impulso de aceptar pues mis instintos me decían que junto a aquel shinobi podría aprender lo que tanto anhelaba conocer. No pensaba en técnicas ni tácticas de combate sino en algo más cercano a la condición de existencia de los ninja. Yo quería saber sobre el mundo, sobre mi profesión, sobre mi familia en tanto linaje de guerreros, sobre la influencia de los shinobi en nuestras vidas y sobre su razón de existir. Esas eran las cosas que desde mis comienzos en la Academia habían llenado mi mente pero a las que jamás había tenido la oportunidad de acercarme. Ahora aquella oportunidad se presentaba ante mi. Apenas conocía a Saito y era consciente de que seguramente estaba proyectando demasiadas esperanzas y anhelos en él. Aun así quería aceptar su propuesta, pero algo muy dentro de mi similar al orgullo me lo impedía. Guardé silencio por unos minutos y aun sin abrir los ojos respondí:
— Me lo pensaré.
Le di la espalda a Saito y fingí dormir.
Una hora más tarde llegamos a destino y al desembarcar Saito se llevó las manos a la cabeza como si estuviera sufriendo de un gran dolor.
— ¡O-Oye! — intenté llamar la atención de mi compañero que miraba hacia la nada en trance. Instantes después Saito colapsó en el suelo. — ¡Saito! ¡Ey, chico fantasma! ¡¿Estás bien?! ¡¿Qué ha pasado?!
Saito me observó e inmediatamente cerró los ojos. Cuando volvió a abrirlos parecía encontrarse un poco mejor. 
Al parecer la inusual cantidad de espíritus en pena que habitaban la Isla del Oeste era la causante de aquel incidente que había afectado a mi compañero. No pude evitar pensar que el chiste que había hecho durante el viaje se volvía de mal gusto (aun más si cabía). Saito no comentó nada y nos dispusimos a caminar hacia la posada donde debía de encontrarse Muyi junto al caballo, sin embargo lo que acababa de ocurrir pesaba en mi mente.
— Oye, has dicho algo de un puente, ¿qué era eso? — pregunté cuando ya llevábamos unos minutos caminando por los escalofriantes senderos de tierra que nos conducían a la aldea más cercana.
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Jinta en realidad que era un chico bastante orgulloso, apenas y se imutó ante la propuesta de Saito pero bueno, eae tal vez al menos no era un no, por lo cual Saito esperaria la decisión final del Hozuki.

A pesar del viaje calmado, el llegar a la isla fue desastroso ante el ataque de Saito. El Onmyõji se encontraba mentalmente agotado y habia dejado a Jinta preocupado pero al menos podía caminar y continuar la misión, aquella voz se había ido pero Saito aún podia sentir aquella presencia obsevandolo.

Siento sueño... Ese infeliz agotó mi mente... Pero con trabajo fisico deberia de estar bien. Mmm con esa habilidad obtenida me indica que su culto es bastante grande o al menos, bastante fiel-Saito se encontraba pensantivo pero no por ello distraido asi que pudo escuchar la pregunta de Jinta aunque a decir verdad, no sabia si responderla o no.

Veras Jinta, los Onmyõji somos expertos en el Onmyõdo, un arte que combina los elementos Yin y Yang. Gracias a eso nuestra fuerza espiritual nos a ayudado a ligarnos con los Yõkai y todo lo relacionado a la otra frontera-Saito explicaba de forma calmada, asi, si Jinta queria preguntar algo él podia responderle.

Como seres vivos pertenecemos a la frontera mayor pero como sacerdotes también estamos ligados a la frontera menor. Por lo tanto, somos un puente ante ambas fronteras. Normalmente esto no es algo malo pero si puede llegar a serlo. Jinta...-se detuvo un momento y colocó su mano en el hombro del Hozuki.

Es posible que esta misión sea mucho mas dificil de lo que ya era. Si deseas volver a la aldea está bien, no le diré a nadie. Pero so te quedas, dejo mi vida en tus manos-Saito tal vez estaba siendo algo duro com el muchacho que ya de por si tenía sus propios problemas pero ocultarle la verdad podia empeorar mucho las cosas.
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Según lo que Saito me había dicho, las habilidades de su familia permitían que sus miembros obraran como intermediarios entre el mundo espiritual y nuestro mundo. Parecía ser que cuando Saito dijo “puente” durante el extraño episodio que aconteció apenas hubimos desembarcado en la Isla del Oeste, se estaba refiriendo a si mismo.
Pero aquella explicación que mi compañero me había brindado daba lugar a una nueva duda en mi: ¿por qué Saito había hablado de si mismo en aquellos términos en aquel momento? Contrario a lo que me había imaginado en un principio debido que sus habilidades relacionadas con el mundo de los espíritus, Saito no me parecía alguien excéntrico. Debía de haber un motivo que lo llevó a hablar de puentes y conexiones entre el mundo espiritual y el mundo tangible en medio de lo que a mi me pareció un colapso en toda regla. 
Yo comenzaba a sospechar que algo siniestro estaba ocurriendo a nuestro alrededor y sin lugar a dudas los poderes de mi compañero tenían mucho que ver. Se me ocurrió que realmente no se trataba de algo que estaba ocurriendo a nuestro alrededor sino que ocurría en torno a Saito y yo tan solo me había visto involucrado por mala fortuna. Saito confirmó mis preocupaciones al admitir la posibilidad de que nuestra misión fuera más complicada de lo que originalmente habíamos creído (o mejor dicho, de lo que yo había creído, pues era claro que él sabía algo que yo ignoraba). Se me ocurrió preguntarle sobre el significado detrás de sus palabras, pero decidí desistir de momento.
—Si tu vida está en mis manos, es que estamos en un buen lío.— Reí. No esperaba que Saito depositara tanta confianza en mi y aunque sabía que sus palabras podían ser carentes de intención (después de todo, él era mucho más fuerte que yo, que su vida dependiera de mi era algo poco probable.) se me ocurrió que también existían shinobi como él, dispuestos a brindar algo de autonomía a los ninja más débiles como yo.

No respondí a la propuesta de Saito, en su lugar deje que mis acciones hablaran por si mismas y continué caminando hacia donde esperábamos encontrar a Muyi.
Al cabo de media hora entramos en la aldea y sin pausa nos dirigimos hacia la posada donde se hallaba nuestro contacto. De camino allí unos cuantos locales nos lanzaron miradas hostiles y algunos incluso se encerraron en sus precarias chozas al vernos llegar, sin embargo aun podía sentir sus punzantes miradas acechándonos desde las grietas de las persianas y las sombras de los oscuros callejones. Estaba seguro de que Saito también podía sentirlas, pero no le comenté nada.
Cuando llegamos a la posada, el dueño, un hombre más hospitalario que el resto se los habitantes de aquel lugar, nos dirigió al segundo piso, donde se encontraba la habitación de Muyi y nos dejo solos.
Muyi era un señor de avanzada edad, escuálido y paliducho.

—Gracias por llegar dentro del horario estipulado —nos saludó con una reverencia— Veo que los dos son muy jóvenes, espero que acompañar a este anciano hasta Kirigakure no les resulte una tarea demasiado aburrida.

—¿Dónde está el caballo? —pregunté, ansioso por tomar la mercancía y regresar a nuestra aldea.

—En el patio trasero de la posada. Yo ya tengo la maleta pronta y la habitación esta paga, sugiero que partamos de inmediato.

Asentí y nos dispusimos a emprender la marcha. Cinco minutos más tarde caminábamos por las siniestras calles de la pequeña aldea de la Isla del Oeste siendo víctimas una vez más de las miradas de los lugareños. Yo llevaba las riendas del caballo en la mano derecha y avanzaba a paso apresurado
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Última modificación: 07-05-2023, 02:11 PM por Saito Yamamoto.
Jinta se concentraria en escuchar las palabras de Saito, algo de confunsión azotaba su rostro pero aún así no preguntó nada y comprendió que había cosas que solo algunos clanes podían hacer. El hozuki sin duda posee un gran espiritu, pues mantuvo su calma y rió ante la insinuación de Saito acerca de su vida pero el rostro frio del Onmyõji reflejaba que lo antes dicho era cierto y contaba con su decisión.

Jinta tenía la oportunidad de marcharse, dejar a Saito a su suerte y esperar lo mejor pero en ve de eso continuo su caminar, eligiendo continuar con la misión y con el Onmyõji.

No caminarían demasiado hasta llegar a un pueblo, la gente de este parecia no querer a los forasteros, pues sus miradas y aptitudes demostraban miedo y desprecio. Saito aún tenía algo de sueño pero sin peligros hasta ahora la misión ya casi estaba hecha.

Los shinobi de la niebla al fin encontrarian al señor Muyi, un anciano bastante escualido. Jinta no perdia el tiempo y pasó a buscar el caballo mientras Saito ayudaba al anciano a llevar su equipaje.

Aquel corcel tendria que llevar no solo el equipaje, sino también al señor Muyi, pues un hombre viejo no podía caminar tanto tiempo y menos a la velocidad que Jinta queria ir. Para mala suerte de los shinobis, apenas salir de la posada, se encontraban 4 hombres esperandolos, de hecho, dos de ellos llevaban unas guadañas gigantes.

¡Muy bien hecho señor Muyi! Como prometió, nos trajo dos shinobis ¡para ofrecercelos a nuestro amado Jashin!-declaró uno de los hombres con guadaña mientras apuntaba con la enorme arma a los ninja.

¡Lo lamento mucho jovenes. No querian que me fuera de la isla y no se interesaban en mi dinero, no obtuve opción!-el viejo Muyi se veia arrepentido pero los hombres se veian mas que emocionados por empezar.

Jinta yo...-Saito antes de poder dar una orden comenzó a tomar su cabeza de nuevo adolorido por la voz que lo llamaba-Muere... Debes... Ahora-Sal de mi cabeza...-Saito se reincorporó y miró a Jinta-Yo lucharé con esos dos de ahí, te encargo el resto-y tras un sello un remolino rodeó a Saito para luego transformarse en una armadura espiritual. Se lanzó en contra del primer sujeto con una patada para enviarlo 10 metros hacia atrás, mientras, el segundo pasaba a atacarlo con su gran arma.
[tecnicainvalida=pjsaito201]
Tercera Postura – Byakko

Cuarta Postura – Seiryuu

Dainamikku Entorii

Mientras Saito se ocupaba de ese par, Jinta tambien le tocaba luchar un 2 vs 1-Ese tipo es fuerte... Pero este niño debe ser facil. ¡Cuando te matemos al fin tendremos la bendición de nuestro Dios!
Estadísticas de Saito Yamamoto

Chakra: 782/842

Mimbros de Jashin

Lacayos

Mi batalla quedará en segundo plano. Así nos concentramos en tu combate (se me hará mas facil de esta forma)
Narro-Pienso-Hablo

Pasivas
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Instintivamente me volteé hacia el señor Muyi mostrándole mi rostro desfigurado por la ira y el miedo. El anciano nos había vendido para salvar su pellejo. No fue hasta que reparé en su expresión arrepentida y rebosante de tristeza que logré calmarme. Volví mi mirada hacia los cuatro asaltantes y escuché la voz de Saito, que previo a lanzarse al combate me ordenaba que me hiciera cargo de los únicos dos hombres que no portaban una de esas monstruosas guadañas. Sin lugar a dudas eran los que parecían más débiles, pero yo jamás había estado en un combate real. Intenté dejar mi mente en blanco, teniendo fé en que así lograría alejar el miedo y las dubitaciones pero entonces una interrogante surgió en mi mente: ¿Que ocurriría con el señor Muyi y el caballo? ¿Debía intentar protegerlos o era mejor que los dejara a su suerte? A pesar de que fuera para salvarse a sí mismo, Muyi nos había traicionado…
—Vuelve a la posada, Muyi. Y haz con el caballo lo que quieras — fue lo que alcancé a decir. Yo era un genin con un repertorio muy limitado de jutsu y sin nada de experiencia, y el combate sería un dos contra uno. No tenía los medios para pelear contra esos sujetos mientras protegía a Muyi. Por fortuna parecía que los bandidos me querían a mi. Quizá dejarían que el anciano se retirara de la escena.
Tenía miedo. Mis piernas temblaban y un sudor frío me recorría la espalda. Intentaba tranquilizarme recordando que Saito estaba allí pero no era suficiente. Resignado a lo que fuera a ocurrir, utilicé mis afilados dientes para morderme la lengua hasta sangrar y el dolor me despertó del trance. Por primera vez en un combate real, realicé sellos de mano.
—Kirime no Jutsu — susurré para recordarme que era lo que estaba haciendo. De inmediato el cielo se cubrió de nubes negras y una leve llovizna comenzó a caer.
Pero no termine ahí. Respiré hondo y me concentré durante dos segundos. De pronto mis cuerpo comenzó a crecer. Mis músculos eran mas grandes y en ellos se dibujaban las siluetas de mis venas. Mi estatura aumentó medio metro.
—Suiton: Gosuiwan no Jutsu.
Me había preparado tan bien como había podido, pero no me atrevía a dar el primer paso. Esperé a que los bandidos me atacaran. 

Estadísticas de Hozuki Jinta


Técnicas usadas y gastos de recursos


Anotaciones


Pasivas
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Última modificación: 07-05-2023, 09:46 PM por Saito Yamamoto.
El ataque vertical con la guadaña seria facil de leer por lo que Saito primero se agacharia para esquivar y luego con una poderosa patada ascendente desarmar a su contrincante. La guadaña saldria volando hasta una de las chozas a mas de 10 metros por lo que era una amenaza menos. 
Kage Buyō

Mientras tanto el otro miembro de Jashin se colocaba de pie y se apuñalaba asi mismo con extasis ¿su objetivo? Crear un circulo con su sangre con el simbolo del Jashinismo en el centro, asi, solo le haria falta sangre de Saito para comenzar el ritual.
Jujutsu: Shiji Hyōketsu

Bien, aprovecharé que estas distraido-el Jashinista haria sellos y de pronto, alrededor de Saito apareció un anillo de fuego que impactó en el, por fortuna, su armadura protegió la mitad del del daño.
Hibashiri

El cielo de pronto se puso negro pero no era parte del embrujo de aquellos dos, sino, de Jinta que tenia sus propios problemas. Mientras aquel muchacho hacia llover y se concentraba, sus enemigos rodeaban su retaguardia y frontal, pues, Muyi acató la orden del shinobi y regresó por donde vino.

Contra él-ordenó el "lider" y cada uno se abalanzó contra Jinta, el chico aumentó su tamaño y musculatura por lo que el "lider" se detuvo en pleno ataque, pero por otro lado el que se encontraba detras de Jinta no se detuvo y clavaria su cuchillo en la espalda del joven.

Mantenidas

Miembros de Jashin
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Mis enemigos habían aprovechado mi lenta preparación para obtener posiciones ventajosas en el campo de batalla. Ahora en mi flanco trasero uno de los bandidos aguardaba pacientemente la orden de su compañero (quien cubría mi flanco delantero) para comenzar el ataque. Con los nervios a flor de piel esperé hasta que la orden llegó y ambos rufianes acometieron contra mi. El repentino aumento de mi masa muscular parecía haber causado mella en el frenético ataque del bandido que acometía mi delantera, pues este se freno de golpe. Sin embargo, su compañero continuo la embestida. Yo sabía que venía: había escuchado al otro rufián dando la orden de ataque y podía oír el rítmico retumbar de unos pies chocando contra la mojada tierra a medida que se acercaban a mi. Podía sentir la adrenalina correr desbocada por mi cuerpo junto a mi respiración volviéndose acelerada y rotunda.
La hoja del cuchillo penetró en mi espalda y atravesó mi abdomen. Escuché al bandido que tenía detrás soltar un quejido prepotente y vi una sonrisa dibujarse en el rostro del rufián que tenía delante.
La llovizna se había transformado en tormenta y a medida que el lugar se inundaba, incluso granizo comenzó a caer.
Mi cuerpo se derritió en tibia agua alrededor del cuchillo que lo atravesaba y cayó al suelo formando un charco sobre el cual las gotas de lluvia caían como meteoritos.
—¡¿U-Un clon de agua?! —dijo el hombre que había intentado apuñalarme.
—¡¿Dónde está el verdadero?! —se alarmó el otro sujeto.
Yo continuaba haciendo esfuerzos por calmarme. Por ahora todo iba bien pero para vencerlos no bastaría con esquivar sus ataques, yo debía atacar también. Sin embargo, yo jamás había acometido contra alguien con el propósito de...
¡No puedes dudar, no puedes dudar, no puedes dudar…!” Mi voz retumbaba en mi cabeza.
Mi cuerpo comenzó a surgir del charco que era mi cuerpo y mi brazo que era una Tanto se clavo en el estomago del bandido que había intentado apuñalarme, perforándolo.


Técnicas usadas y gastos de recursos.


Anotaciones


Pasivas


Daño causado
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Última modificación: 09-05-2023, 12:28 AM por Saito Yamamoto.
Entre la humareda, Saito apareció en pie, había amortiguado el daño muy bien y no tardó  . Salir a por su agresor, aquel Jashinista de elemento Katon no tardó en realizar sellos y disparar de su boca una llamarada. Saito sin dudarlo se lanzó en una patada frontal y empezó a dividir aquellas llamas por la mitad.
Goukakyuu no Jutsu

Mae Geri Kekomi

¡Imposible!-el Jashinista acabó recibiendo la patada de Saito en todo su rostro, la lluvia estaba aumentando y Jinta habia logrado borrar la marca de sangre, sin saberlo, estaba evitando una situación peligrosa a futuro. 

Mientras el otro Jashinista parecia estar preparando una técnica con su puño concentrado, Jinta se convertia en agua y evitaba la ofensiva de los consusos lacayos.

Desde el charco, Jinta apareció con su brazo convertido en Tanto para apuñalar a su agresor.. Pero, aunque fue un buen comienzo, desaparecer y aparecer en el mismo punto no fue un buen uso del elemento sorpresa, por lo que apenas el bandido fue atravesado, su compañero le regreso el favor a Jinta desde la espalda y el que fue atravesado tampoco dudo en clavar su cuchillo en el brazo del muchacho.

¡Debiste huir!-gritó el herido. 

Saito tomaria su distancia apenas culminó su patada pero al hacerlo el otro Jashinista se abalanzó contra él con un golpe lleno de chakra-¡Desgraciado!-Saito apenas pudo bloquear el golpe directo a sus organos al usar sus brazos en X pero acabó cayendo en el suelo por la onda y rebolcandose en la tierra, desactivando no solo su armadura, sino también una de sus posturas.
Oukashou

Mierda... Este mareo me tiene mal...
Enbu

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Última modificación: 10-05-2023, 11:49 PM por Hozuki Jinta.
Un alarido de dolor escapó de mis fauces y se intensificó a medida que el frío y mojado hierro de los cuchillos se adentraba en mi carne. Agonizante, pude escuchar como la sangre emanaba de mis heridas y sentí como su pegajoso calor corría por mi espalda y mi brazo. Finos hilos de rojo escapaban de entre las grietas que separaban al cuchillo de mi dermis. Sin lugar a dudas, una vez los bandidos retiraran sus puñales los hilos se transformarían en poderosos ríos torrentosos que fluirían de la vida hasta fusionarse con la muerte. Mi plan tuvo éxito, pero terminé perdiendo más de lo que gané. Vislumbrando mi muerte volví al charco que ahora era una laguna. Ya no eran solo gotas de lluvia las que caían sobre mi cuerpo líquido, sino que ahora unas perlas carmesíes brotaban desde filo de los cuchillos y volvían a su origen. El charco que era mi cuerpo se tiño de rojo con la sangre que ya no era la mía. Después este rojo se difuminó en la laguna hasta desaparecer. 
Las torrenciales lluvias se envalentonaban segundo a segundo, cayendo en más abundancia y con más fuerza sobre nosotros y sobre la tierra bajo nuestros pies, que ahora se hallaba sumergida en treinta centímetros de agua. El Kirime no Jutsu era una técnica fundamental para mí y por eso la había invocado antes que ninguna otra: sumergido y fusionado con el agua de lluvia mi cuerpo se hidrataba y un poco de vitalidad regresaba a él. Me desplacé entre las aguas de la llana laguna mimetizándome con ellas y permaneciendo imperceptible a ojos comunes hasta resguardarme detrás de la pared exterior de una choza de la villa, a unos 10 metros de mis atacantes y fuera de su rango de visión. El dolor de haber sido apuñalado y la desesperación de sentir mi muerte cercana y segura mermaban en mi coraje. Dentro del agua estaba más a resguardo que fuera de ella y la tentación de permanecer allí, oculto, me acobijó en un abrazo maternal. Pero podía escuchar a Saito peleando contra dos sujetos muchos más fuertes que aquellos a los que yo me enfrentaba. Sí, Saito era fuerte y puede que su amabilidad lo llevara a perdonarme si yo decidía escapar ahora que podía, pero el orgullo que tantas veces mostré a mi compañero me impedía optar por vivir con la marca de la cobardía en mi frente.  
Aun bajo agua, desactivé el Gosuiwan no Jutsu. Mis reservas de chakra no eran muy grandes y no debía malgastarlas. Al ser dos contra uno mi desventaja se veía potenciada en combates cuerpo a cuerpo: ahora lo había aprendido. “Pero solo conozco una técnica de ataque a distancia, y no puedo disparar proyectiles veloces...” 
Con un plan en mente, emergí del charco y permanecía a resguardo. Hice sellos de mano. 
¡KIBAKUHŌ!” 
De mi boca comenzó a formarse una gigantesca burbuja que alcanzó el metro de diámetro antes de desprenderse y comenzar a viajar lenta y tambaleante hasta mis oponentes, que aun mantenían sus posiciones, buscándome con la mirada en el inundado suelo. 
—El chico volvió a desaparecer... 
—¡Ja! No importa, tarde o temprano tendrá que salir de abajo del agua si no quiere morir ahogado. 
—¡O-Oye! ¡Mira! ¡¿Q-Qué es eso?! ¡¿Una burbuja?! 
—Con ninjutsu de ese nivel no podrás ni rozarnos, ¡esquivemos! 
Cuando la burbuja estuvo lo suficientemente cerca de ambos, lancé una piedra del tamaño de un puño hacia la Kibakuho, haciéndola estalla justo frente a las narices de mis oponentes. Los rufianes llevaron sus manos a sus rostros en desesperación y se contorsionaron en dolor antes de levantar la mirada y volver a escudriñar el terreno. 
—¡Tuvo que haber sido el niño! ¡¿Dónde estás, rata de la niebla!? 
Volví al charco. 

Técnicas utilizadas
 

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Estado de los combatientes
 
Anotaciones
 
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Saito habia caido pero eso no significaba que no pudiera levantarse. Su enemigo realizó sellos y empezó a cargar electricidad en su puño pero Saito simplemente se levantó y chocó su puño en respuesta. Destellos, electricidad y multiples impactos daban a flote pero Saito poseía un nivel mas alto en taijutsu que su enemigo por lo que logró impactarle dos golpes, los suficientes para hacerlo retroceder.
Atsukau no Jutsu

Muga

Mejor acabo-Saito queria acabar con su oponente pero notó que el otro Jashinista estaba apunto de arremeter con su arma. Saito acabó esquivando por los pelos y pasó a saltar hacia atrás para rodar y separarse un poco.

¡Ya quedate quieto! ¿No ves que te intento matar?-sin pensarlo dos veces volvió a lanzar ataques con su gigante arma pero Saito solo esquivaba, en un tajo vertical aprovechó para dar un salto, logrando esquivar la ofensiva y atacar a su contrincante con un golpe al cuello que desactivó su brazo. Oportunidad que aprovechó el muchacho para tomar el arma y lanzarla lejos.
Sasu

Sin armas, ambos jashinista pasaron al ataque a puño limpio contra el Onmyõji. Por otro lado, Jinta tras ser lastimado activó su habilidad de supervivencia y de forma ingeniosa atacaba a los lacayos mientras todo el entorno se inundaba.
[spoile=Mantenidas]
Tercera Postura – Byakko

Vida: 435/513

Chakra: 588/842

Jashinista
Narro-Pienso-Hablo

Pasivas
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Última modificación: 12-05-2023, 03:17 PM por Hozuki Jinta.
Mi plan había funcionado y ahora tenía claro que solo utilizando mi jutsu más poderoso, el Kibakuho, podría vencer a mis adversarios antes de quedarme sin chakra. Sin embargo, la situación apenas había mejorado. Yo, como novato que era, no conocía como usar mis recursos de forma óptima y mis reservas de chakra bajaban drásticamente minuto a minuto. “¡Mierda! ¡Mierda! ¡Incluso mantenerme con vida usando el Suika no Jutsu supone un coste de energía demasiado grande! Solo podré usar la Kibakuho una vez más...y debo asegurarme de que impacte. No puedo confirme en que esos dos caigan en el mismo truco dos veces. Si fallo ya no tendré chakra que usar.” 
Con un último plan en mente, apostaría todo a al menos acabar con uno de los lacayos. El charco que era mi cuerpo se movió camuflado entre las aguas de la inundación, que ya alcanzaban los 65 centímetros de profundidad, hasta situarse justo detrás del lacayo al que hace unos minutos había logrado apuñalar. 
—Llegados a este punto, está claro que esa rata de la niebla posee algún ninjutsu que le permite respirar bajo el agua. Ten cuidado, podría estar en cualquier lugar de esta laguna provocada por la lluvia. 
—Inundar toda la villa solo para salvar su pellejo. ¿Qué tan egoístas pueden llegar a ser los niños? 
Poco a poco, sigilosamente, emergí del agua sin que ninguno de mis oponentes lograse percibirme. Como había deducido, ellos esperaban que continuara atacando a distancia, evitando el cuerpo a cuerpo que era una sentencia segura de mi muerte. Rebusqué en mi portautensilios y coloqué un kunai en mi boca, sosteniendo su empuñadura con mis dientes. Para mi desgracia, el metálico sonido del kunai alertó a los bandidos. 
—¡Oye! ¡Detrás de ti! 
El rufián al que pensaba atacar se dio la vuelta y, utilizando su cuchillo, volvió a apuñalarme, esta vez en estómago. Permaneció empuñando su arma hundida en mi carne, moviéndola y retorciéndola para causarme dolor más allá de la imaginación. 
—¡Ja! Niño idiota, ¿de verdad creíste que un plan tan estúpido funcionaría? ¡Muérete de una vez y permite que nos unamos a las filas de Lord Jashin!. 
Luchando contra el dolor, contorsioné mi torso para tomar impulso y arremetí con el kunai en mi boca contra el cuello del bandido. Incapaz de reaccionar a tiempo debido a que su mano aún se hallaba conectada al cuchillo que me atravesaba, recibió la puñalada del kunai en el cuello. Sin perder tiempo, abrí la boca y liberé el kunai que permaneció clavado en mi oponente. El otro sujeto comenzó a correr hacia mí, cuchillo en mano, para darme el golpe final. Realicé sellos de mano. 
¡KIBAKUHŌ!” 
La burbuja se formó a partir de mi boca y estalló al instante, haciendo contacto con el hombre que tenía en frente y me había apuñalado el estómago.  La explosión también atrapo a su compañero, que corría a darme muerte y se hallaba demasiado cerca. Por supuesto, la explosión también me atrapó a mí. 
Una vez la cegadora luz de la Kibakuho hubo desaparecido, uno de los rufianes yacía en el inundado suelo, sin vida. El otro se arrodillaba y mantenía las manos en la tierra, haciendo de soporte a su cuerpo. Yo aún estaba de pie, tambaleándome.. Sentía como los ojos se me cerraban y veía borroso. A lo lejos escuchaba como Saito se batía en combate contra los hombres que antes empuñaban monstruosas guadañas. También escuchaba un pitido que, parecía, sería eterno.
—Ja...al menos... el chico fantasma... no podrá... volver a la aldea... diciendo que él... hizo todo el trabajo...

Técnicas utilizadas
 

Pasivas
 

Estado de los combatientes
Lacayo 1: 0/70 (-18 por apuñalamiento con kunai, -20 por Kibakuho)
Lacayo 2:  30/70 (-20 por kibakuho)
Jinta:  24/70 15/125

Anotaciones
 
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El combate habia pasado a ser cuerpo a cuerpo, golpes, giros, patadas y piruetas. Tanto Saito como los Jashinista recibian, bloqueaban y daban ostias bajo la lluvia, de hecho, estaban tan concentrados en ello que nisiquiera habían usado la técnica de caminar por encima del agua pero tras gritos y estallidos ya Saito se estaba preocupando por Jinta.

En uno de sus giros el Onmyõji pudo divisar que eo muchacho estaba de rodillas en el suelo al igual que uno de los lacayos aunque estaba a cuatro patas parecia estar buscando algo. Saito volvió a ver a los Jashinista, debía darle fin a la pelea pronto.

¡Ya muere!-el desesperado hombre lanzó un derechazo que Saito esquivaria, dandole la oportunidad a su puño para impactar el estomago del rival y enviarlo 10 metros hacía atrás.
Gouken Ryuu

¡No te creas tan...!-el otro Jashinista ni siquiera tuvo oportunidad de reaccionar cuando la rodilla de Saito ya lo habia impactado, por el dolor se incrinó un poco y el Onmyõji le daria un cabezazo para tirarlo en el suelo.
Zutsuki

El lacayo no encontraba su cuchillo tras la explosión pero si a su compañero, aquel kunai que lo habia llevado a su muerte ahora era el arma perfecta para vengarlo-¡Hasta aquí llegas muchacho!-su brazo levantó el arma por encima de su cabeza, se preparaba para atacar al Hozuki cuando de pronto su pecho era atravesado por la mano de Saito.
[tecnicainvalida=mejsai301]
Veo que has estado ocupado, Jinta-el muchacho lanzó el cuerpo a un lado y tomó al Hozuki para llevarlo detrás de una casa para que los Jashinista no lo encontraran.

Descansa aquí-Saito aplicó chakra medico en el cuerpo de Jinta para curar todas su heridas en un segundo y suspirar, estaba agotado y sentía su cabeza caliente tal vez si no fuera por la lluvia caeria inconciente por aquel ardor.
Shousen no Jutsu

Busca otra ruta, lleva a nuestro amigo y su caballo al puerto, te veo allá. La gente está encerrada en sus casas con miedo, puedo verlo. Cuanto antes nos vayamos mejor-tras esas palabras Saito haria desapareceria para reaparecer en frente de ambos Jashinista, arriba de un tejado.

¡Vaya Dios poseen! Ni siquiera es capaz de salvarlos de mi-para mala suerte de Saito eso no era tan cierto, el dolor de cabeza empeoró y volvió a arrodillarse, nuevamente podia ver a aquella figura delante de el, sosteniendo su cabeza con la intención de retenerlo para el proximo ataque de sus subditos.
Vida: 395/513

Chakra: 498/842

Mantenidas
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Pasivas
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Última modificación: 14-05-2023, 02:17 AM por Hozuki Jinta.
—Ja... ”veo que has estado ocupado, Jinta” — me burlé de Saito —Deja de hacerte el héroe, chico fantasma. Estaba a punto de acabar con el otro... —musité con voz debilucha. 
Jadeaba. Con mi cuerpo flojo e impotente apoyado sobre la espalda de Saito, podía escuchar mi propia respiración volviéndose cada vez más tenue y lejana. Poco a poco se convertía en una brisa de otoño que se llevaban consigo las marchitas hojas que eran mi vida. 
Saito me dejó detrás de una choza venida a menos de las que abundan en la Isla del Oeste. La lluvia provocada por mi jutsu había inundado la aldea y la profundidad del agua era ahora de un metro, pero no subiría más. Pronto la lluvia comenzaría a disminuir, transformándose en llovizna y el granizo cesaría en su caída. 
Saito curó mis heridas y la vitalidad regresó a mí, pero aún me encontraba cansado debido a la poca cantidad de chakra que recorría mi cuerpo. “Con todo lo que me costó ese combate y él va y cura mis heridas como si nada... Je, supongo que los ninja veteranos juegan en otra liga.” 
En cuanto Saito se hubo ido, acaté sus órdenes. Busqué al señor Muyi que continuaba escondido dentro de la cabaña. Al verme el miedo y la pena se vertieron sobre su rostro, pero con un gesto lo tranquilicé y lo incité a guardar silencio. Juntos fuimos a buscar al caballo que, gracias a la inundación, se encontraba un poco agitado. Logramos calmarlo y partimos sigilosamente hacia el puerto. Muyi cabalgaba sobre el equino mientras yo lo llevaba de las riendas, tambaleante por el agotamiento. 
—T-Tu compañero, —habló Muyi —¿Qué le ha pasado? ¿No vendrá con nosotros? 
—Nos encontraremos con él en el puerto
Muyi empalideció. 
—¿A-Acaso sigue peleando contra esos hombres? 
—Nos encontraremos con él en el puerto. 
—¡P-Pero ellos son cuatro! ¿¡Y sí-!? 
—¡NOS ENCONTRAREMOS CON ÉL EN EL PUERTO, MUYI! ¡AHORA CIERRE EL PICO Y HAGA UN ESFUERZO POR NO VENDER NUESTRAS VIDAS A MÁS DELINCUENTES HASTA QUE LLEGEMOS A KIRIGAKURE! 
La preocupación de Muyi era injustificada. Yo había visto pelear a Saito y sabía que esos hombres no eran rivales para él. Sin embargo, me costaba no compartir la angustia del anciano.
El chico fantasma, ¿mi maestro? ¡Ja! Quizá si sobrevive a esto...” 
Estado de Jinta

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Última modificación: 14-05-2023, 09:18 PM por Saito Yamamoto.
Lo sé, pero que yo lo matara se veía mas genial-respondió el onmyõji entre una risa antes de irse.

Jinta se encontraba agotado, pero toda herida del combate habia sido curada, ¿su deber? Culminar la misión con exito, para eso, el Hozuki iria  a por el señor Muyi y claro, al caballo también. 

El Hozuki buscó un camino un poco mas agitado y rebaladizo por la lluvia pero parecia mas seguro. Poco a poco fue llegando hasta el puerto costero, los bandidos de la zona querian haber ido contra él pero sabian que si un shinobi habia podido salir del pueblo con vida, significaba que era un demonio al cual no debian molestar. Naciendo ese dia la historia de "Akuma no Ame".

Contenido Oculto
Horas mas tarde Saito llegaria al puerto, lleno de sangre que no era suya no parecia consciente, era como un zombie, caminando en modo automatico, mentalmente agotado y con sus reservas de chakra bajas. Al encontrar a Jinta se arrodillaria y caeria al suelo dormido, dejando al Hozuki la responsabilidad de subirlo al barco e irse al fin de aquella isla.

Saito dormiria eb todo el viaje a Kirigakure, siendo bañado y cambiado de ropa por asistente medico dentro del barco. Si Jinta preguntaba por el bienestar de Saito las enfermeras le dirán que no saben nada, pues, los signos vitales del muchacho eran muy bajos pero no presentaba complicaciones para respirar, de hecho no poseia ninguna herida (nueva al menos) y su cabeza estaba bloqueada por una energía que causaba daños a quien quisiera entrar.
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Cuando Saito se desplomó frente a mi (exactamente en el mismo lugar en donde lo había hecho tan solo unas horas antes) yo me limité a observar su demacrado cuerpo enchastrado en el barro sobre el que caían las diminutas gotas de lluvia que lavaban la sangre de los hombres que nos habían atacado. Muyi observó en horror y pena el estado de mi compañero para luego apartar la mirada. No pronunció palabra mientras yo cargaba con Saito y lo subía al barco. Lo llevé con el equipo médico de la tripulación y se los entregué en silencio. Luego ayude a Muyi y al caballo a subir a bordo. 
Me recosté en la cama. Las enfermeras me habían dicho que Saito se encontraba en un estado delicado: sus signos vitales eran muy bajos. Sin embargo, lo que más los preocupaba era el hecho de que Saito no parecía haber recibido heridas nuevas durante el combate y la sangre en la que estaba bañado cuando llegó al puerto no era suya. Una vez en la aldea, lo trasladarían al hospital. En aquel momento toda aquella información no significó para mi nada más que una cosa: Saito había vencido a aquellos monstruos sin haber sido herido y su deplorable estado físico después del combate se debía a algún problema interno y, sí así era, entonces Saito no había estado en condiciones de pelear con todas sus fuerzas y aun así había ganado. Así de fuerte era. Sí yo quería tener las riendas de mi propia vida en un mundo en donde los shinobi poderosos lo controlaban todo, necesitaba a Saito. 
Cuando regresamos a Kiri pude ver como el equipo médico se llevaba a Saito al hospital. Yo me encargué de llevar a Muyi y al caballo con los Masakaki, luego hice el reporte de misión. 
Escribí una nota para Saito. Visité el hospital y le pedí a una de las enfermeras que se la entregara una vez hubiera despertado (al parecer continuaba durmiendo, pero su estado ya era estable). La carta decía algo así. 

“SI TU PROPUESTA DE ANTES SIGUE EN PIE, ENCUENTRAME EN LA AZOTEA DEL HOSPITAL. QUIERO ACEPTARLA."
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Jinta ante la situación de Saito haría lo correcto, el Onmyõji setia antendido por el equipo médico del barco y al llegar a Kirigakure fue enviado al hospital. La entrada a este alarmó un poco a algunos médicos y enfermeras que conocian al muchacho pero al igual que el equipo médico del barco no entendian a la perfección el estado del shinobi.

Harley, la maestra de Saito, se quedó a cargo de la recuperación del muchacho y sería ella la que recibió la carta de Jinta. Al dia siguiente Saito despertó y encontró a su maestra dormida al pie de la cama, miró hacía la ventana y confirmó lo que temía.

Harley sensei, ya despierte, sabe que dormir así es medicamente dañino-con sutileza el muchacho logró despertar a aquella torpe rubia que andaba babiando las sabanas de su cama.

Buen dia Saito... ¿Saito? ¡Despertaste!-lenta pero segura, la rubia captó el "milagro" y se puso de pie-Si, ahora solo quiero ir a casa asi que llena el formulario de salida-comentó mientras se quitaba los tubos y apagaba el equipo.

Debo hacerte un chequeo antes, dormistes 18 horas-Harley solo seguia las reglas pero Saito se negaba-Estoy bien, o mi cuerpo lo está, la medicina no cura lo que tengo, por ello debo ir a casa-la rubia entendió en ese momento lo que Saito queria decirle asi que no insistió y entregó la carta.

El chico con quien trabajaste te dejó esta carta y no, no la leí. Pasa por aquí si llegas a decaer-Harley le dio la nota a Saito y salió del cuarto para que el joven se cambiara la bata por su ropa la cual fue lavada.

El Onmyõji leyó la nota y si, decia Jinta por donde lo vieras. La verdad no tenía animos de nada pero creía justo darle una respuesta al Hozuki por lo que iria a su encuentro.

Este tema ha sido cerrado.

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