País de los Pájaros
Ubicación Desconocida
En un lugar remoto del País de los Pájaros, cercano a una gran montaña con una vista a casi todo el continente y el mar lejano, una figura rubia esperaba, sus ojos se mantenían posados sobre el vasto terreno, le parecía increíble que desde allí incluso podía ver el azul que separaba las distintas islas del continente donde se encontraba. Podríamos hacer algo aquí. Pensó, imaginando su país en aquel sitio, rodeado de montañas que los protegerían y de un clima bastante neutro en comparación a las grandes naciones.
Poco a poco sentiría como distintas personas llegaban cerca de él, no esperaba que ellos hablasen, pero tampoco se negaría a un poco de conversación amena, esperaría a que todos estuviesen allí, todas las cabezas que serían parte de la organización, al menos de la fundación de esta, no sabía cuanto tiempo se tardarían y sin duda esperaba a que ninguno haya dejado salir la información de este lugar de encuentro.
Luego de varios minutos, al menos de los que fuesen necesarios, se volteó, mirando a sus compañeros, dándoles una sonrisa en forma de saludo y preparándose para hablar: —Me alegra verlos a todos por fin reunidos, espero que sus viajes hayan sido amenos, como ya todos saben, el hecho de que estemos todos aquí es porque compartimos un mismo ideal, Zeon. Como les dije a todos, esta organización no será secreta, buscamos ser un lugar donde civiles puedan incluso vivir, mejor dicho, buscamos convertirnos en nuestro propio país, nuestro propio poder, sin necesidad de unirnos a alguno de los dos bandos más prominentes, con esto no les digo que muestren sus caras y se paren bajo el foco junto conmigo, yo estoy más que dispuesto a dar la cara siempre y cuando ustedes protejan mis espaldas… —Hizo una pausa, observando a todos y cada uno de sus ahora compañeros, luego, se aclaró un poco la garganta y continuó—. Por ello, respetaré las decisiones de cada uno de ustedes sobre mantenerse o no bajo las sombras, incluso, a partir de ahora, tendremos nombres claves cada uno, estos fueron los que se me ocurrieron basándome en varias leyendas y el arte de la adivinación…
Caminó entonces, posándose frente a cada uno de ellos y entregándoles una carta a cada uno en orden, en ellas, se encontraba un dibujo en específico representativo de cada nombre, luego de entregar la penúltima, Deikum mantuvo la última en su mano a la vez que se devolvía a su posición original. Cuando llegó, se dio la vuelta, observando a sus colegas y comenzando a decir: —Comenzaré por mi nombre, si no les molesta —dijo, levantando su propia carta, la cual tenía la imagen de una gran torre, siendo azotada por rayos y en llamas, la misma a punto de derrumbarse—, a partir de ahora, seré “La Torre”, podría darles una explicación de por qué elegí esta carta, pero no creo que sea necesario alargar tanto esta reunión… —Se aclaró la garganta, la verdad es que le hubiera gustado contarle sobre la decisión de asignar una carta basada en la personalidad de cada uno, pero no quería despotricar tanto al respecto—. Ahora tenemos al siguiente integrante, pueden dar un paso adelante conforme diga sus nombres, comenzando por “El Emperador”, quien ha estado ayudando desde el principio y quién sin duda lo continuará haciendo con sus grandes habilidades. —Daría tiempo suficiente para que esa persona diese un paso y quizás ofreciera un par de palabras si así lo quisiera, después de todo, esta reunión no solo era para oficializar la organización, sino para que todos se conocieran y expresaran lo poco o mucho que estuviera en sus mentes.
—Ahora tendremos a “El Juicio”, miembro reciente, pero en quién he desarrollado una gran confianza que sé que no defraudará. —Observaría con paciencia mientras esta persona tomaba su decisión sobre qué hacer.
—“La Templanza”, uno de los primeros miembros y quien quizás tuvo más preocupaciones sobre esto, pero logró demostrar de qué estaba hecho y confió en que será una pieza central en muchos de nuestros planes futuros. —No dejaría de esperar un par de minutos, aunque tampoco dejaría que se alargase en un silencio incómodo.
—“El Ermitaño”, alumno de uno de nosotros, joven aún, pero con un gran futuro por delante, al igual que el último integrante, dos piezas que sin duda evolucionarán bajo el manto de Zeon. —Había ya arruinado un poco la sorpresa sobre el último integrante, pero no por eso querría decir que no era importante.
—Por último, “La Justicia”, mi alumno, aun con muchas decisiones por tomar en su vida, pero me alegra que la primera haya sido acompañarme en este viaje. —Esperaría un poco, pero una vez todos hayan ofrecido sus palabras, comenzaría de nuevo a hablar, esta vez con una mirada un poco más seria—. Con esto, somos todos los participantes de Zeon en este momento, en un futuro esperó que seamos más, pero mientras tanto, la primera misión que tendremos en nuestras manos será tomar control de una base en donde podamos comenzar a construir nuestro nuevo hogar, ese mismo lugar se encuentra aquí mismo, en este país, bajo el control de alguien más probablemente, pero será con nuestra fuerza combinada que tomaremos control, algunos desde las afueras y otros con un ataque directo, los planes de esto serán discutidos en un par de horas, mientras tanto, pueden conocerse más si así lo prefieren, yo estaré aquí, tomando un poco más de esta vista.