Un invitación. [Priv. Aiko] [Zeon]
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5 de febrero
Ubicación Desconocida
14 horas


Luego de la misión de infiltración y extracción finalizara, días habían pasado, Deikum había quedado con Aiko, gracias a una pequeña nota que le dio al final de todo, en encontrarse en una ubicación en específico, la misma era quizás desconocida para la kunoichi, puesto que se trataba de un pueblo muy pequeño al borde del mundo explorado.

Dicho lugar no contaba con mucho, apenas cinco casas podían ser vistas, parecía más un sitio de granjeros, dispuestos a tratar de vivir una vida honrada y solitaria. Pocos eran los visitantes, alguno no eran más que locos que decidían aventurarse más allá de la frontera ninja, dentro de lo desconocido de lo que muy poco se sabía, otros simplemente viajaban e iban de paso, igual a como una vez el rubio lo hacía, de hecho, fue gracias a sus años como nómada que fue capaz de dar con tal lugar, conocer a sus lugareños y lo que tenían que ofrecer.

La población, que apenas sumaba a cuarenta y tantos, se conocían muy bien entre ellos, eran para este punto considerados una gran familia, valientes, que decidieron alejarse lo más que podían de los conflictos entre bandos y del dominio del imperio mismo, que a pesar de todo su poder, decidía no molestar a lugares tan apartados.

El punto de encuentro había sido escogido por lo mismo, era vital estar fuera de las miradas y oídos de aquellos que solo buscaban el mal, después de todo, el marionetista había invitado a la fémina a un encuentro para tratar temas importantes, mismos que tenían que ver con Zeon, organización a la que Deikum esperaba que ella entrase. Sentado entonces en lo que sería el salón central del pueblo, se encontraba el nómada, bebiendo un vaso de un licor local, hecho a base de papas, las cuales luego de un poco de fermento destilaban unas tres veces, logrando un fuerte trago que no muchos aguantaban solo.

—Supongo que faltará ver si viene. —Se dijo a sí mismo, no tenía mucha gente a su alrededor más que el tabernero, quien se encontraba haciendo cosas más importantes dentro del local como para entrometerse en las conversaciones privadas de un hombre.
La Torre
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No había pasado mucho tiempo desde aquella misión en Suna aún tenía alguno traumas de saber lo inútil que era en cuestión de infiltración y recolección de información pero eso no le quitaba su potencial a la hora de atacar como de defenderse.

Uno de los integrantes de aquel equipo solicito la presencia de la Onmyōji en un remoto pueblito que hasta fue difícil encontrar en un mapa que cargaba la joven, el lugar más parecía un pueblito granjero rodeado de corrientes de aire que levantaban polvo que en cualquier momento se iría la gente de aquel lugar, al llegar solo podría notar unas cuantas casitas como un local muy humilde dónde servían una bebidas la poca gente que habitaba el lugar se le quedaba mirando a la kunoichi muy fijamente talvez solo se conocían entre ellos y era muy extraño ver a otra persona deambulando por su hogar.

Aiko llego al lugar gracias a la nota que le entregó Deikum al final de aquella misión, ella vestía una capa color arena con capucha que cubría todo su cuerpo y parte su cabeza era principalmente para protegerla del sol abrasador del medio día, al entrar a aquella cantina ella se retiro la capa tenía el mismo cuerpo que Aiko solo que vestía ropa más entallada color negro como un corset del mismo color, una chaqueta y lentes oscuros, la joven era de piel más clara las facciones de su rostro era más delgadas y su nariz era ligeramente más puntiaguda y elegante era una mujer que no conocía el sin aldea, su cabellera esa blanca y usaba lápiz labial rojizo.

Rápidamente camino a la mesa donde se encontraba Deikum se sento a su lado puso sobre la mesa aquel mismo papel que le entregó a Aiko también puso la misma Katana que usaba la Onmyōji en la vaina decía "la apertura del cielo" escrita con Kanjis lo que la hacia la espada de la joven, al quitarse los lentes sus ojos eran color morados iguales a los de Aiko otra referencia más a qué se trataba de ella -Sabias me agrada salir a beber  con camaradas y más después de un trabajo pero hubiera estado mejor cuando salimos de aquella ciudad, conozco un local cercas de una playa muy hermosa no dudo que a Adan le hubiera gustado estar allí- aún con otras apariencia era la misma voz de la kunoichi de Kirigakure y era hora de saber cuál sería el motivo para tener a la joven en ese poblado tan desolado.

apariencia de Aiko
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El rubio estaba sentado, bebiendo tranquilamente de aquella bebida espirituosa, cuando escuchó el pequeño ruido de una puerta siendo abierta, la mirada de los pocos en el establecimiento se voltearon, apreciando la figura de una mujer con cabellos blanquecinos, con una vestimenta similar al cuero que sin duda llamarían la atención de cualquiera -como lo había hecho exactamente-. Espero que no sean problemas. Pensó Deikum, olvidando por completo que la primera vez que había conocido a Aiko esta misma iba disfrazada de una persona distinta.

Casi como si fuese una pequeña señal, forzándolo a recordar, esta mujer se sentó a su lado, ofreciéndole unas palabras que confirmaban su identidad e incluso mostrándole sus orbes púrpuras, mismos que terminaban de colocar el clavo en el ataúd. —Probablemente, sí —dijo, respondiendo a los comentarios referentes a la playa que esta mencionaba—, el problema es que prefiero lugares apartados, lejos de miradas chismosas, no se me ocurrió un mejor lugar que este. —Mientras hablaba, su rostro nunca dejaba de ver hacia el frente, bebiendo pequeños sorbos del licor en el vaso y sonriendo entre cada palabra—. Espero que tu viaje no haya sido muy arduo, no era mi intención que fuese así, ¿deseas algo de tomar? —Le ofreció, captando la mirada del tabernero, quien limpiaba un vaso con la expectativa de usarlo para servirle a la kunoichi.

El marionetista ofreció un par de segundos de silencio, suficientes para que la chica pidiese algo si así lo quería y quizás respondiese o preguntase lo que estuviese en su mente, luego de ese pequeño plazo de tiempo, el Chikamatsu habló: —Verás, la verdad por la que te llamé aquí era para hacerte una pequeña invitación, espero que la misma sea distinta a la de la mayoría —dijo mientras sonreía de nuevo, esta vez en una manera un tanto más pícara, tratando de dejar entender que no se refería a un avance amoroso o similar—, me sorprendieron tus habilidades en el poblado de Suna, aunque me sorprendió aún más la confianza que pudimos desarrollar en tan poco tiempo, me preguntaba, quizás, si deseabas ser parte de algo grande, de un grupo que busca un cambio general y propio...
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Al entrar al bar llamo la atención de los pocos hombres que había pero su objetivo era hablar con Deikum, al llegar puso las cosas sobre la mesa he indirectamente confirmo ser Aiko ella no podia revelar que estaba de pasada en esa ciudad para no levantar alguna sospecha para el imperio, su principal comentario fue por el lugar y que conocía uno mejor que podría llamar la atención de Adan.

Deikum confirmo que el camarada de Konoha si le gustaría más un lugar paradisíaco con vista a una playa que una cantina a la mitad de la nada, al contrario el sin aldea prefería lugares más apartados lejo de los ojos del imperio y ese lugar parecía ser el indicado, Aiko se acercó para susurrarle al oído de su camarada -Podria ser un buen lugar pero el imperio tiene oídos por todos lados- ella solo fingió reír para no aparentar que solo estaban bromeando entre ellos y no levantar alguna sospecha al rededor.

-Fue fácil llegar no te preocupes, conoció lugares con un difícil acceso pero este estuvo bastante tranquilo, algo de agua estaría bien dudo que sirvan algún licor dulce- ya con su vaso de agua en mano continuaron su conversación.

Después de unos segundos la conversación se reanudó Deikum quería hacerle una propuesta que sería diferente a las que estaba acostumbrada -Créemelo los hombres que conozco nunca me han hecho ese tipo de propuestas- ella río de manera coqueta sus mejillas se tornaron con un ligero color rojo, pero las siguiente palabras del ruido cambio la situación al parecer llamo su atención su estilo de pelear que vio de ella en Suna pero no solo eso también quería extenderle una invitación a su grupo que buscaba algo grande -Bueno ambos somos de habilidades destructivas, aunque si me llama la atención pero ¿Que tipo de cambio quieren hacer? porque el imperio ya hizo sus cambios junto a sus bandas de criminales, además ¿Que país buscas cambiar? aún tengo esa duda- el no parecía ser de algún pais en específico y saber si buscaba derrocar a un imperio en concreto o solo causar caos en algún lugar.
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La conversación era bastante amena, corta, directa, pero amena, Aiko pronunció su interés en un vaso de agua, el cual no fue desatendido, aunque con un poco de tristeza en sus ojos, el tabernero llenó el vaso con agua y lo colocó frente a la kunoichi. —Aquí tiene. —Fue todo lo que alcanzó a decir antes de darse la vuelta para atender a otro cliente.

Luego de eso, la peliblanca continuó hablando, dejando en claro que le llamaba la atención la idea que el rubio le había propuesto, pero era de entender que dudas aparecieran por su mente, mismas que las hizo saber. El marionetista terminó de tomarse su trago de vodka con otro sorbo, sonriendo mientras ordenaba las palabras en su mente. —El cambio es general, no buscamos apoyar ni al Imperio ni a los Rebeldes, pues no compartimos ideales con ninguno, buscamos la paz, pero para quienes de verdad lo necesitan, los civiles, los humanos normales que se ven forzados a solo seguir al más fuerte, incluso si este abusa de ellos, ¿no te parece raro? Como de tantas personas en descontento con el Imperio, solo algunos son los que se unen a los Rebeldes, como estos desaparecen solo para mostrar su cara en ataques desmedidos que terminan afectando a los más débiles —dio una pequeña pausa para tragar un poco de saliva—, he visto guerras, he visto campos desolados, llenos de cadáveres causados por simples luchas por un control, por dominar, no por proteger ni por ayudar. Ahí es donde nos diferenciamos, Zeon busca ser el agente del cambio verdadero, sin ocultarnos, si ponernos una máscara, nosotros liberaremos a quienes de verdad lo necesitan, usando cualquier método necesario, traición, asesinato, todo menos violencia desmedida… —Tomó otra pausa, esta vez una un poco más larga, su discurso fue largo y la verdad se le hacía agotador, aún necesitaba poder, aún necesitaba eso que no tenía, un dominio, un grupo, una victoria.

Sonrió entonces, recordando que aún había una pregunta por responder, suponía que con sus palabras anteriores se podría entender que buscarían a un grupo o terreno en específico, si no más bien un lugar en general, pero de igual manera, debía dejar en claro sus intenciones, las cuales nunca fueron tomar un control. —Buscamos formar el nuestro propio, un lugar capaz de verdaderamente proteger a sus habitantes, donde todos son bienvenidos, por supuesto, ayudaremos a los vecinos que lo necesiten, probablemente nos involucremos en las peleas por liberación de las grandes aldeas, pero no te equivoques, esto lo hacemos por nuestro propio beneficio, por nuestras propias metas, por Zeon. —De repente, se levantó de su asiento, dejando unos cuantos ryos en la mesa que cubrían no solo sus tragos, sino el vaso de agua de Aiko y un poco de propina—. Entonces, ¿deseas ser parte de este equipo? —Le ofreció su mano a la kunoichi, su rostro mostrando amabilidad, pero sus ojos llenos de determinación.
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El tabernero solo pudo entregar el vaso con agua a la joven con una desilusión en su rostro para luego ir a servir a otra persona, lastimosamente la kunoichi bebía cosas dulces y ese extraño brebaje que servía no lo era -Gracias ya me hacía falta- esas serían las palabras para el cantinero por su atención.

Aiko tenía algunas dudas sobre que tenía planeado aquella organización que quería crear Deikum y aparentemente su amigo Adan pero también cuáles eran sus objetivos y a qué país ayudaría, al parecer el cambio que quería hacer Deikum era general no apoyaban al imperio pero tampoco a los rebeldes pensó por unos segundos la kunoichi -Que clase de fama tienen los rebeldes para ser tan odiados, si somos los Shinobi's originales- pero los objetivos de la organización serían ayudar a los civiles que eran oprimidos por los fuertes, bebió un trago de su vaso Deikum. Luego comento las cosas que a visto muchos de los mercenarios han visto lo mismo el imperio no tiene alguna piedad con las personas y hará cualquier cosa para mantener el control, pero Zeon buscaba el cambio sin ocultarse una medida muy arriesgada, quieren  ayudar a la gente que la necesite eso significa que ellos tienen una brújula moral muy fuerte y conseguirían eso a cualquier método todo menos con sacrificios desmedidos -Pone demasiados límites y el imperio hace lo contrario, además tener nuestras identidades tan expuestas podría ser perjudicial para mí- penso la joven Onmyōji unos segundos después de que terminó de hablar Deikum.

Bebió un poco de su agua observado a su alrededor le daba vuelta a su vaso agitando su agua -mmmm- parecía algo indecisa -Tus metas son nobles algo de difícil de conseguir pero conociendo el potencial que tiene Adan y tú se que es posible lograrlo, pero solo pediré unas cositas, primero que me dejes utilizar esta apariencia como el nombre de Elma Joui ante el imperio aún soy una de ellos así que exponer mi identidad es perjudicial para mí y la segunda es la posibilidad de que si encuentro ADN interesante me lo pueda quedar. Claro si ya pasó a mejor vida- después de escuchar alguna duda que tuviera Deikum respondió -Fuera de eso mi espada y yo estaremos gustosos de ayudarlos- Aiko alzo su vaso para esperar que lo chocará con Deikum para cerrar el trato -Kanpai?-
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Su discurso había llegado satisfactoriamente a la kunoichi, quien luego de expresar unas preocupaciones finales, decidió aceptar, sus palabras le recordaban a las mismas que Adan llegó a hacer en su momento, era evidente que muchos se tomaban su privacidad muy en serio en el mundo de los shinobis, esto, sin embargo, no le molestaba al rubio, quien entendía muy bien la preocupación y decidió responder de la misma manera en la que le había respondido a Adan: —Me disculpo, cuando hablaba de dar la cara, hablaba como organización, no me gusta andar por ahí como un grupo secreto, misterioso, en su debido caso yo solo daría la cara, después de todo fui el de la idea jajaja… —A pesar de que su vaso ya estaba vacío, el marionetista lo levantó, chocándolo con el de Aiko—. Bienvenida, sobre el ADN, todos podrán tomar las recompensas que crean necesarias, también, si necesitas ayuda, estaremos contigo.

Tocó el hombro de la chica entonces, dispuesto a salir del lugar, no sin antes ofrecerle unas cuantas palabras más para cerrar la conversación: —Te espero entonces el ░░ de ░░░░░, en ░░░░ ░░ ░░░░░, allí nos reuniremos todos y planearemos tomar el terreno que será nuestra base, además, así conocerás al resto y bueno, podrás lucir de nuevo tus habilidades. —Le ofreció una sonrisa, ya con esto tendría la última pieza en su rompecabezas, justo lo necesario para dar el siguiente movimiento y obtener su “hogar”, o mejor dicho, el hogar de Zeon.

Con esto, Deikum partió, saliendo del bar y dejando atrás a la kunoichi, ya la información había sido impartida, confiaba en que ella cumpliría por su lado y que no lo traicionaría. El rubio aún tenía planes por completar, pero con cada paso que daba, sentía que estaba por fin en camino al futuro que soñaba.

Este tema ha sido cerrado.

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