La noche de festejo avanzaba con gozo y dicha. La gente en la aldea de Kirigakure se mostraba feliz y con esperanza. Casi hacia parecer que no había un régimen autoritario gobernando en ella. Más a Izanami no le daba importancia a eso, ella servia a quien más le convenía y en esos momentos era el Imperio. Los rebeldes a su vista eran unos sin techo que luchaban como podían, vivían mal y no eran mejores que los Imperiales, por lo menos nunca escucho en sus batallas oír a ninguno un buen sustituto al estado actual. Solo daba la sensación que era remplazar un gobierno por otro, una cabeza por otra, lo cual puede ser bueno y malo. Porque viendo la ciudad y los habitantes en un día como este, hacían pensar que para que había que cambiar la situación. Solo porque algunos son nostálgicos del anterior sistema, tan solo porque no gusto como el actual gobierno se hizo con el poder. Fue simple en realidad lo que paso en Yugata y a partir de ahí en todo el mundo. Un nuevo poder se impuso sobre el viejo, los rebeldes aunque digan que su causa es justa y moralmente mejor están intentando hacer lo mismo, reunir todo el poder que tienen a su disposición, derribar al actual e imponer un nuevo sistema que es muy probable que no se parezca al que se tuvo antiguamente y en el que los partidarios del imperialismo serán castigados casi en su totalidad, una cosa por otra.
Cuanto más veía a la gente comer en familia, correr los niños con los conejos que se repartieron por la aldea con gozo y disfrutar de este evento que al final del día había creado esa gente a la que tanto quieren sacar algunos del poder, era imposible no ver a los revolucionarios como los malos de la película. Con Izanami observando bajo la luz de la luna el ambiente dando unos tragos a su copa de sake mientras observaba desde las alturas mientras con la otra mano jugueteaba con algunos de los huevos de chocolate que le habían regalado en los comercios no hacia ni un par de horas.
Pero entonces algo llamo la atención de Izanami desde las alturas. Un niño que intentaba llegar al canal principal llorando. Eso llamo la atención de la joven y descendió interceptándolo – ¿Que te ocurre pequeño? – Aunque de buenas a primeras el niño se asusto por la repentina aparición de la chica y su sombrío porte. Pero sus lagrimas no eran por ella y al ver que aunque asustaba un poco la chica le tendía glacialmente la mano, el niño se aferro a ella y llorando le contó todo – Un señor con capucha, ataco a papa, esta herido, se llevo el huevo dorado – Un atracador, no sonaba a algo muy importante, pero ella como jounin de Kiri tenia una mínima responsabilidad – Vale pequeño calmate y cuando ve al canal hacia la derecha donde veras un puesto de vigilancia, allí diles que tu papa esta herido y te acompañaran con un medico, yo me ocupare de atrapar al hombre malo – Le diría al niño para en cosa de un instante desaparecer de su vista saltando sobre el tejado siguiendo el camino por el que lo vio venir.
Cuando en cosa de apenas unos escasos minutos pudo ver la figura de un hombre encapuchado corriendo por las calles hacia las afueras de la aldea, se dio cuenta que era su hombre, de hecho no era ni un shinobi dada su forma torpe y lenta de correr, a ella no le costaría nada alcanzarlo, aunque ese hombre desde su punto de vista estaba huyendo a toda velocidad como si su vida fuera en ello. Y no se equivocaba.
Izanami se abalanzo sobre el asaltante, el cual apenas pudo girarse un poco cuando vio como una sombra se cernía sobre él. Para al instante sentir el impacto del suelo de rocas contra su cabeza mientras Iza aterrizaba sobre él aplastando su cabeza contra el suelo, el hombre dejaría caer de sus manos una figura de un huevo dorada. Al parecer parte del evento consistía en que no todos los huevos eran de chocolate, algunos eran dorados y muy valiosos como premio especial para unos afortunados. Lastima que eso avivo la codicia en algunos corazones. El hombre con su mano libre, busco un cuchillo de su kimono para intentar en una postura ineficiente completamente trazar alguna puñalada o corte sobre la shinobi, más esta sin mover ni un ápice de su cuerpo hizo brotar una hoja de guadaña de su cuerpo que ensartaría la muñeca del hombre clavándola en el suelo.
Ahí todo termino, el hombre fue arrestado, el huevo dorado fue retornado a sus dueños, los cuales estaban en el puesto de vigilancia donde trataban la herida de puñal que había sufrido el padre del niño. Todo acabo bien al final del día.
Aunque dejo reflexionando a Izanami sobre algo. Aunque la aldea se ve bien, hay algunos rastros de miseria, hambre y pobreza. Eso era algo que el gobierno intentaba subsanar o por contra algo intencional para mantener cierto sistema de jerarquía social. Algo sin duda a reflexionar.
Cuanto más veía a la gente comer en familia, correr los niños con los conejos que se repartieron por la aldea con gozo y disfrutar de este evento que al final del día había creado esa gente a la que tanto quieren sacar algunos del poder, era imposible no ver a los revolucionarios como los malos de la película. Con Izanami observando bajo la luz de la luna el ambiente dando unos tragos a su copa de sake mientras observaba desde las alturas mientras con la otra mano jugueteaba con algunos de los huevos de chocolate que le habían regalado en los comercios no hacia ni un par de horas.
Pero entonces algo llamo la atención de Izanami desde las alturas. Un niño que intentaba llegar al canal principal llorando. Eso llamo la atención de la joven y descendió interceptándolo – ¿Que te ocurre pequeño? – Aunque de buenas a primeras el niño se asusto por la repentina aparición de la chica y su sombrío porte. Pero sus lagrimas no eran por ella y al ver que aunque asustaba un poco la chica le tendía glacialmente la mano, el niño se aferro a ella y llorando le contó todo – Un señor con capucha, ataco a papa, esta herido, se llevo el huevo dorado – Un atracador, no sonaba a algo muy importante, pero ella como jounin de Kiri tenia una mínima responsabilidad – Vale pequeño calmate y cuando ve al canal hacia la derecha donde veras un puesto de vigilancia, allí diles que tu papa esta herido y te acompañaran con un medico, yo me ocupare de atrapar al hombre malo – Le diría al niño para en cosa de un instante desaparecer de su vista saltando sobre el tejado siguiendo el camino por el que lo vio venir.
Cuando en cosa de apenas unos escasos minutos pudo ver la figura de un hombre encapuchado corriendo por las calles hacia las afueras de la aldea, se dio cuenta que era su hombre, de hecho no era ni un shinobi dada su forma torpe y lenta de correr, a ella no le costaría nada alcanzarlo, aunque ese hombre desde su punto de vista estaba huyendo a toda velocidad como si su vida fuera en ello. Y no se equivocaba.
Izanami se abalanzo sobre el asaltante, el cual apenas pudo girarse un poco cuando vio como una sombra se cernía sobre él. Para al instante sentir el impacto del suelo de rocas contra su cabeza mientras Iza aterrizaba sobre él aplastando su cabeza contra el suelo, el hombre dejaría caer de sus manos una figura de un huevo dorada. Al parecer parte del evento consistía en que no todos los huevos eran de chocolate, algunos eran dorados y muy valiosos como premio especial para unos afortunados. Lastima que eso avivo la codicia en algunos corazones. El hombre con su mano libre, busco un cuchillo de su kimono para intentar en una postura ineficiente completamente trazar alguna puñalada o corte sobre la shinobi, más esta sin mover ni un ápice de su cuerpo hizo brotar una hoja de guadaña de su cuerpo que ensartaría la muñeca del hombre clavándola en el suelo.
Ahí todo termino, el hombre fue arrestado, el huevo dorado fue retornado a sus dueños, los cuales estaban en el puesto de vigilancia donde trataban la herida de puñal que había sufrido el padre del niño. Todo acabo bien al final del día.
Aunque dejo reflexionando a Izanami sobre algo. Aunque la aldea se ve bien, hay algunos rastros de miseria, hambre y pobreza. Eso era algo que el gobierno intentaba subsanar o por contra algo intencional para mantener cierto sistema de jerarquía social. Algo sin duda a reflexionar.