[MISIÓN D] - REHABILITACIÓN
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Muki se encontraba aun dentro de la sala, estaba cuidando de Makoto, ella se había hecho daño en las muñecas tras tanto forcejeo y también de su labio brotaba sangre, la marionetista parecía preocupada, era una situación que no estaba deseosa de mantener así… sus sentimientos eran claros, pero no era capaz de expresarlo a los demás, simplemente la quería mantener con vida y cuidarla a toda costa, pero el destino había sido cruel con esta armera y Muki no dejaría que se desperdiciara una vida…

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Al otro lado de la habitación, Centy y Akaza seguían conversando, no se sabía que es lo que hablaban, pero de seguro era algo importante… la reunión que tuvieron aquel día 23 de enero tras declarar la guerra entre las bandas había sido crucial, al menos para ellos, pero, para Makoto, simplemente había sido una cruel espera por sus drogas y vicios…

Centyman, luego de tu conversación, decidiste ir a visitar a Muki de nuevo a la sala que se encontraba al final del pasillo… por favor, procede a contarnos lo que paso.

OFFROL
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Me sentía feliz, todo había salido precisamente como lo esperaba y dentro de poco el estilo de vida que llevaba hasta ese momento terminaría, me sumergiría en un nuevo tipo de entrenamientos más difíciles, en el cual sería especializado en las extrañas y antiguas técnicas que utiliza mi clan, había tenido mucha suerte de lograr encontrar a alguien que pudiera orientarme en mi camino shinobi y lo mejor de todo que compartiera el mismo clan conmigo, este era un gran día y además me sentía de excelente humor, por lo que me una vez terminada nuestra conversación con el capitán Akaza, estaba ansioso por salir a festejar, simplemente con comer algo estaría bien ya que aún quedaba misión por realizar, me dirigí hacia el pasillo, iba con la intención de salir lo antes posible del edificio.
 
                Estaba caminando por aquel largo y angosto pasillo, dirigiéndome hacia la escalera para bajar del edificio, fue entonces cuando pude escuchar un peculiar sonido, el cual se repetía a ratos irregulares, esto había llamado mucho mi atención, tanto así que deje de lado mis intenciones de salir del edificio, para tomarme un pequeño momento para investigar, comenzando a buscar la fuente del sonido, sin embargo muy en mi interior ya sabia de lo que se trataba, en ese mismo instante fue inevitable para mi notar como mi buen humor estaba cambiando, llegando al punto de comenzar a apretar los dientes «Tsk… no lo puedo creer… esta bruja y sus cabos sueltos», en ese momento llegue frente a una puerta, tras la cual era evidente que venían todos esos extraños sonidos de forcejeo, por lo que sabiendo que se trataba de Muki y su nueva acompañante comencé a golpear de forma calmada.

                A pesar de golpear la puerta calmadamente, estaba dispuesto a decirle a aquella bruja todas sus verdades y no de la mejor forma, pues a nivel de una misión profesional estaba claro que la había cagado, en ese instante Muki abrió la puerta de la habitación, por lo que antes de que dijera nada, me dispuse a comenzar a hablar, pero fue ahí que lo note, su cara no era la misma de siempre, parecía estar realmente preocupada, algo realmente difícil de ocultar hasta para un habilidoso ninja, quizás era la razón de que en la reunión se mostrara mas apartada, hasta distraída, en ese momento ambos nos miramos, serios y en silencio, mientras que tras su hombro izquierdo igualmente se podía ver a la joven muchacha atrapada a la silla.

                Fue en este momento en el que mirándola fijamente a los ojos le dije Este… ¿Muki no?... sabes, te voy a ser sincero, pensé en decirte lo primero que se me venia a la mente, pero creo que cuidare un poco mis palabras… sin embargo, supongo que ya sabes de que te vengo a hablar ¿verdad?... este arrebato de parte tuya puede influir directamente en el resultado de la misión que tendremos mañana... no nos conocemos mucho, pero poner la vida tuya y las de tus compañeros en peligro durante una misión es algo totalmente estúpido… en ese momento levante mi puño apretándolo frente a nuestros rostros diciéndole – supongo que te abras dado cuenta de la cara que puso nuestro capitán al percatarse de tu sorpresa… ¿qué harás si un gran grupo viene en su búsqueda? O peor aún, ¿Qué harás si se te escapa? Revelara nuestra posición, nuestros planes y peor aun moriremos todos en la misión… en ese momento me quede mirando sus ojos... esperando su respuesta.
||| Pienso || Hablo |||

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La cara de Muki se veía cada vez más sombría, apagada y reprochada ante las palabras de Centy, esta no pudo evitar ocultarla tras su hombro mientras el niño le reclamaba… empezó a apretar los dientes, sabía que lo que había hecho era una imprudencia, pero… no lo quería admitir. Estirando el brazo, la muchacha golpeo la puerta y cerró el paso hacia el interior – QUE TE PASA, ¿ACASO CREES SABERLO TODO? – pregunto en tono irritante, pero con la voz resquebrajada – No podía… no pude matarla… ¿Cuánta gente has matado tú? – con su mano libre empujo al niño y dio un paso fuera de la habitación – ayer fue mi primer asesinato, mi vida nunca ha sido fácil, he tenido que sobrevivir de la carroña y el escape, ya he visto la muerte de primera mano, pero ayer tuve que matar por primera vez en mi vida, y aun así, no quise volver a hacerlo… esta niña… no merece la muerte, SOLO ES UNA DROGADICTA. – tras esto, Muki se encerró en la habitación nuevamente, se sentó en la puerta y empezó a llorar…


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Por otro lado, Makoto, en su asiento, extrañamente guardo silencio ante todos los sucesos que habían vivido, de hecho, presto mucha atención, más que nunca… no entendía muchas veces lo que pasaba, pero algo si sabía… su vida estaba más segura dentro de esta habitación que en cualquier otro lugar… este extraño umbral de lucidez que vivía era, sin lugar a dudas, una bella señal de que la falta de drogas en su cuerpo le hacían razonar con mayor fuerza… Makoto… eres sorprendente… de todos los momentos en que pudiste guardar silencio, escogiste este…

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El ambiente se puso tenso, pero, era una tensión distinta a la que habían vivido estos días… Centyman no pudo hacer otra cosa más que esperar, al otro lado de la puerta, sentado en silencio aguardando a que la muchacha se calmara… habría tardado aproximadamente una hora hasta que el silencio reinara el lugar nuevamente… esperaste un momento más, a pesar de que el ambiente se había calmado, aun el aura se sentía muy pesada… no esperabas ver a Muki así, tus pensamientos te inundaron en ese momento con miles de explicaciones, pero lo que si sabias es que esa bruja, era al fin y al cabo, una mujer, una humana, alguien que sentía igual que tu - … necesitas que te ayude en algo? – preguntarías instintivamente luego de la larga pausa – solo… me falta una cama… un lugar para dormir – dijo la muchacha, con la voz apagada… en situaciones naturales ninguno de los dos se hubiese hablado así, pero esta no era una situación normal

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La petición de Muki era simple, podías buscar incluso en las inmediaciones del lugar, pero, no es necesario que lo cumplas… si tu no le llevas una cama, ella misma ira a buscarla, eres libre de elegir… pero no olvidemos que el día de mañana será un día especial para ambos shinobis…


offrol
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En ese preciso momento, para mi fue completamente imposible no percatarme de lo apagada que estaba actuando Muki, esto en comparación a como se le ve habitualmente, parecía estar bastante afectada y mas aun, le costaba mucho hablar de todo lo que tuviera que ver con respecto a la misión o eso era lo que yo pensaba en ese momento, mientras escuchaba atentamente cada reproche que Muki hacia, fue ahí cuando esta me empujo y luego de algunas palabras cerró la puerta encerrándose en la habitación, escuchándose casi sobre la misma como rompía en tristes llantos.

                Ante esto un leve pensamiento invadió mi mente, una triste realidad, llevándome inevitablemente a apartar la mirada de aquella puerta, mientras me sentía visiblemente afectado por el sonido de los llantos de Muki al otro lado, lo que me llevo a empuñar con fuerza mi mano, apretándola hasta un punto en donde algunas gotas de sangre brotaron de ella, mientras intentaba conseguir algo de coraje para aceptar aquella triste realidad y es que por mas roces que tuviera con ella y a pesar de tener una personalidad bastante peculiar, al final del día ella también es un ser humano, una persona y como tal tiene sus emociones y sentimientos, siendo también fuertemente afectada por este mundo shinobi, por lo que luego de reunir un poco de coraje le dije – si te digo la verdad… no lo sé… te mentiría si te dijera que se o que tengo alguna idea de lo que tuviste que pasar en la ultima misión, fue en ese momento de rabia e importancia en el que apreté aun mas fuerte mi puño – pero…¿qué te hace pensar que lo mío fue diferente?... también fue mi primera misión y ¿sabes?... sentí el dolor de hacerle daño a otra persona… de hacer que alguien me odié con todo su corazón… el dolor nos hace crecer… pero hace falta conocer el dolor para entenderlo… ante esto un breve instante de silencio se apodero del ambiente, sin embargo, casi de inmediato Muki volvió a romper en llanto como nunca antes la había oído.

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                Era muy extraño que una kunoichi con entrenamiento ninja, es decir, una persona que estaba entrenada desde muy temprana edad para ocultar sus sentimientos y emociones, expresara tanta tristeza, toda esta situación sin duda me tenia bastante preocupado, por lo que enojado y decidido me senté en el suelo, apoyando mi espalda silenciosamente sobre la puerta de Muki, escuchándola llorar, mirando hacia el suelo, mientras que desde mi capa saque mi reloj de bolsillo, comenzando a ver como la hora pasaba, espere y espere, hasta que esta se calmara, llegando al punto en el cual ningún sonido salía desde la habitación, en ese momento y solo en ese momento, luego de aproximadamente una hora mis labios se movieron, saliendo de estos unas palabras poco usuales pero necesarias al menos para mi y mi conciencia, -¿quieres que te ayude en algo?, fue ahí que Muki me pediría una cama.

                En ese momento y sin decirle absolutamente nada, me puse de pie rápidamente, caminando hasta una de las habitaciones aledañas, abriendo la puerta de esta y buscando en cada lugar, rápidamente pude encontrar algunas sabanas y frazadas, excelentes para pasar la noche, el único problema es que las camas que había encontrado eran muy grandes como para llevárselas hasta ese lugar, por lo que luego de un rato buscando bien, logre encontrar un colchón ideal para que durmiera bien, justamente de una plaza, por lo que lo lleve a rastras hasta fuera de la puerta de Muki, golpeando levemente y diciéndole con una suave voz  – te dejare las cosas aquí afuera…¿necesitas algo más?
||| Pienso || Hablo |||

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Ya había pasado un tiempo, se había logrado calmar poco a poco, ya el llanto no era tan evidente, pero aun así estaba desbordando en pena, la joven Chikamatsu había logrado recuperar su temple, sentada ahí en silencio, esperando a que Centy volviera… - hey tú, dime, ¿necesitas dinero? ¿Armas? Lo que sea, si me das algo de sustancia yo podría conseguírtelo, tu dímelo – rogaba la joven Makoto, pero a sus preguntas no había respuestas, gritaba buscando atención, pero nada funcionaba… hasta que volvió al silencio.

Al poco tiempo, Centy volvió a llamar a la puerta, traía la cama, Muki abrió la puerta lentamente y vio lo que trajo. Su maquillaje estaba todo corrido, estaba seco y estaba toda su ropa desarmada, no traía ya su porta utensilios ni kunais, sus coletas estaban sueltas y había posado sobre su espalda una sábana blanca que había encontrado, miro para afuera y dijo – ¿no había una más grande? La cama no es para ti pulga – dijo en tono despectivo, pero sin mostrar mayor emoción

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Si, el ánimo de Muki estaba volviendo, y al menos en este momento del día, quería volver a tener esa interacción irracional que tenía con el joven bombardero.

Sin importar las respuestas del joven Ashira, Muki saldría de la habitación, abrazaría al muchacho y le acariciaría la cabeza, callándolo con su acto – está bien niño, no sabías que los adultos usamos camas más grandes – sonriendo nuevamente y viéndolo para abajo mientras posaba sus brazos en los hombros del niño, sus pechos estaban a la altura de su rostro, pero no le importaba, tenía esa risa burlona de siempre – mejor vete a dormir, yo me hago cargo a partir de ahora.

En este momento de la historia, deberás irte y no volver al lugar, estás cansado y deseas prepararte para mañana.

Muki entrara el colchón a la habitación, se percatará del detalle, este había traído además sabanas y frazadas, era una buena persona… con algo de esfuerzo lo arrastro por la habitación, coloco sobre el, la sabana que trajo el niño, luego, acostó sobre el colchón a Makoto, esta se resistiría un poco, pero no importaba, la taparía con la sabana que había encontrado en la habitación y sobre ellas una frazada marrón cortesía de Centy. Se desnudaría e ingresaría a la cama, se acostaría con ella, le acariciaría el cabello y la mejilla, lloraría un rato a su lado hasta quedarse dormidas… el día siguiente sería una calamidad.

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24 de enero
Luego de que Muki se marchara en su misión junto a Centy y Akaza, Makoto quedaría sola en la habitación, atada y vendada de los ojos… las explosiones se escucharían a la distancia, la habitación se arremetería, se escucharían gritos en la calle, pero ella estaría en silencio… la falta de drogas la tenía desorientada. El polvo de la habitación caía sobre su cabeza y luego la calma volvió, pasaron horas y horas, ella estaba ahí esperando…

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Casi al atardecer, Muki ingresaría de nuevo en la habitación, traería consigo sus dos marionetas, las dejaría caer en una de las paredes y luego se apoyaría sobre la misma… frente a ella un pequeño tarro de basura estaba volteado… Muki empezaría a patearlo con fuerza mientras gruñía… estaba frustrada…

El tiempo pasaría, solo en esta habitación reinaría la paz… Muki no hablo durante el resto del día hasta la mañana siguiente… tampoco lo hizo Makoto.

Centy, el ese día no aparecería… pero al día siguiente, volvería a rondar en el edificio.
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Mi vida en estos últimos días viviendo en el nivel inferior de la aldea de Iwagakure habían sido una completa locura, teniendo que superar un conjunto de misiones verdaderamente peligrosas, en las cuales tuve mucha suerte de salir sin que algo pasara a mayores, esto a pesar de lo cerca que estuvo de salirse de las manos, todo lo ocurrido me había llevado a meditar bastante en cuanto al significado de la vida misma como un ninja, el ver tanta gente herida y estar tan cerca de las bandas mas peligrosas de la zona me habían hecho ver las cosas de otra forma.

                Esa noche había sido bastante difícil para mí, no había logrado conciliar bien el sueño, mis pensamientos no dejaban de acosarme, recordándome las fuertes imágenes vistas el día de ayer, por lo que apenas me percate de que el sol había salido, de inmediato me levante con la intención de comprar cosas para tomar desayuno, mientras caminaba por la calle, a ratos me volvían a venir las imágenes, mas concretamente de la gente que estaba herida en esa plaza, muchos sin poder moverse pidiendo ayuda, en ese momento el olor a sangre del campo de batalla venia a mi de forma muy molesta y desagradable, llegando al punto de quitarme el apetito, por lo que sin saber que hacer comencé a ver a mi alrededor, fue entonces cuando a lo lejos pude ver el edificio en el que de seguro debería estar Muki, por lo que recordando su situación actual me puse en marcha, con la intención de ver como seguía todo.

                Una vez logre llegar hasta las puertas del edificio de Muki, entre un poco mas confiado que la ultima vez, subiendo por las escaleras con relativa tranquilidad, pero sin bajar la guardia en ningún momento, sin embargo, esta vez enfocado y preocupado por Makoto, sensación que logro distraer mi mente al punto de dejar mis demonios internos para otro momento, una vez llegue a pararme en frente de la puerta de la bruja, me percate de que todo estaba en completo silencio, por lo que no sabia si esto era algo bueno o malo, diciendo – eh…¿estás ahí?, mientras comenzaba a golpear con mis nudillos la madera de la puerta de una forma relativamente tranquila
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¿Tú eres Centy? – pregunto una voz misteriosa, era un Anbu, el mismo de la máscara de mono que había visto el día anterior – ¿ahí es donde esta Muki verdad? Supongo que dentro debe estar Makoto… - dijo, mientras se acercaba lentamente, tenía una manta blanca sobre su cabeza y la poca luz le hacía ver bastante tenebroso – sabes que ella es peligrosa, ¿verdad? No quiero generar conflicto… pero, tu puedes acabar con esto. Te lo encargo… estaré atento… cualquier cosa, solo lanza una bengala y acudiré ante ti. – fueron sus palabras antes de desaparecer.

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Muki se tardó unos instantes, abrió la puerta mientras se acomodaba un vestido suelto en el hombro, vio al joven rubio y le sonrió – ¿qué haces acá enano? ¿No tenías nada mejor que hacer? – pregunto de manera apagada.

El interior de la habitación se veía bastante oscuro, la joven Makoto aún estaba acostada en la cama, se veía algo de desorden y algunos potes de ramen instantáneo apilados junto a unas latas de cerveza y varias botellas de agua. Un cubo despedía un olor horrible, tenía heces y vomito. Las marionetas de Muki estaban sentadas en la pared y la iluminación era bastante deplorable.

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Muki se estiro a un lado de la puerta y tomo un cubo que no se veía bien desde la puerta, era una cubeta llena de mierda y vendajes – este ya está lleno, me haces el favor de botarlo? El alcantarillado de este edificio está roto y Makoto tuvo que defecar en estos cubos que encontré – dijo con una risa falsa – ¿no me digas que te da asco? - las moscas e insectos se notaban muy cómodos en este ambiente tan deplorable, llegaba a dar asco, pero por suerte, un poco de aromatizante trataba de amainar el olor, parecía como el caldero de la bruja estuviese revoloteando en el lugar, pero no, simplemente era la escena de una mujer en desintoxicación, Makoto había causado este hedor y era natural en una situación así.
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Poco a poco el corazón me comenzó a latir acelerado cuando escuché la misteriosa voz justo detrás de mí. Era un cazador especial Anbu, el cual, sin problemas, inmediatamente reconocí por la máscara de mono que llevaba puesta. Me miró fijamente y me preguntó si yo era Centy, ante esto Asentí con bastante cautela, sin saber qué debía esperar de este inesperado encuentro.

      En ese momento me dijo "¿Ahí es donde está Muki, ¿verdad?" continuó el Anbu mientras continuaba acercándose lentamente, en ese momento mis piernas comenzaron a temblar, había escuchado de ellos en la academia, pero nunca creí llegar a tener un encuentro con uno de ellos, su presencia era inquietante, envuelta en una manta blanca que le confería un aspecto tenebroso, sin embargo, intente no demostrar ninguna señal que diera a entender que estaba asustado, ahora era un shinobi y debía mantenerme a la altura de las circunstancias. En ese momento Habló sobre la peligrosidad en la que estaba envuelta Muki y cómo yo tenía la capacidad de resolver esta situación, confiándome la tarea y me asegurándome que estaría atento, dispuesto a acudir si se necesitaba su ayuda, todo este encuentro me dejo bastante pensativo, no sabia realmente que esperar de toda esta situación.

      Pasaron unos instantes antes de que Muki por fin abriera la puerta y me recibiera con su característico tono burlón, Vestida con un vestido suelto que caía en su hombro, de inmediato me sorprendí, expresándolo con claridad en mi rostro, la verdad, nunca pensé verla así, «si no la conociera incluso pensaría que es una mujer común y corriente», ella en ese momento me observó con una ligera sonrisa socarrona, parecía no estar de buen humor, incluso algo desanimada e indiferente ante la situación desoladora que se presentaba ante nosotros.

      Una vez logre ingresar hasta el interior de la habitación todo era oscuro y muy deprimente. Makoto yacía acostada en la cama, rodeada de desorden, de inmediato pude ver los potes de ramen instantáneo apilados junto a unas cuantas latas de cerveza y botellas de agua vacías. Un cubo que emanaba un olor nauseabundo, revelando sin la necesidad de mirar su contenido de heces y vómito, además de esto pude fijarme casi de inmediato en las marionetas de Muki, las cuales se encontraban sentadas en la pared, siendo testigos silenciosos de la triste escena. La iluminación era pobre, y los insectos zumbaban alegremente en este ambiente el cual era totalmente insalubre.

       Muki se estiró a un lado de la puerta y de inmediato agarró un cubo que contenía algunos vendajes y excrementos. Con una risa totalmente falsa, me pidió que me encargara de deshacerme de él, mientras Me hablaba del problema del alcantarillado roto en el edificio y cómo Makoto se había visto obligada a utilizar esos cubos para salir del paso. Era obvio que esta bruja parecía disfrutar de mi posible incomodidad ante esta situación.

       El olor era algo realmente repugnante, este me golpeó con fuerza, pero de milagro me mantuve firme, no podía permitir que eso me distrajera de mi objetivo, en ese momento y ante las palabras de la bruja, la miré directamente a los ojos, tratando de transmitir mi determinación a través de mis ojos mientras me dirigía a ella diciendo - "Tsk...Muki, entiendo que este lugar no sea precisamente un paraíso, pero alguien debe estar aquí para cuidar de Makoto", le dije con voz calmada pero al mismo tiempo bastante firme. -"Sé que estás pasando por un momento difícil, pero todos merecemos una oportunidad de redención y lo que estás haciendo… la ayuda que le estas dando es algo sorprendente, Makoto no es una excepción, merece una oportunidad".

        En ese momento me acerqué decidido a la cama, sorteando cuidadosamente cada obstáculo en mi camino, dándole mayor énfasis al cubo de desechos, y luego miré a Makoto con una sensación total de compasión, quería transmitirle la sensación, de que no estaba sola, que yo también estaba allí en ese lugar para apoyarla en su camino hacia la recuperación, por lo que le dije -"Makoto, sé que te encuentras en una situación complicada, pero quiero que sepas que no estás sola", con voz bastante suave, sin saber si quiera si esta me podía escuchar o no, solo con la intención de ayudarla.
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Enojada, la muchacha escuchaba las réplicas de aquel muchacho, era algo molesto, pero en parte tenía razón – no son las mejores condiciones para nadie, me he esforzado por mantenerla viva, pero estamos en los barrios bajos, no pude encontrar mejor escondite para ella… - dijo mientras caminaba por la habitación, nada más observaba los botes de basura y el actuar del muchacho, era tierno con la pobre Makoto, pero más que eso no podíamos hacer nada por ella, su semblante y su cuerpo… se notaba que necesitaba ayuda más capacitada, ni el niño ni ella eran capases de cuidar de mejor manera a esta niña, necesitaba cuidado médico… y mejor aún, un mejor vivir.

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Muki, tan sensual y bien parada, tan confiada y despiadada ahora estaba sentada sobre una caja de madera, sosteniendo su cabeza y mirando al suelo, desesperada y abrumada, no tenía un poco de buen semblante, ya no podía contener más sus emociones y la desesperación de ver como cada día Makoto evolucionaba a paso lento le volvía loca – ya no sé qué hacer, esta puta situación se nos escapa de las manos… dime, ¿qué podemos hacer? No lo entiendo… - dijo mientras tapaba su rostro con sus manos.

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El instante que estaban viviendo era bastante pesado, Makoto yacía sobre la cama, Centy trataba de consolarla y Muki estaba abrumada, el ambiente olía a putrefacción, las moscas se regodeaban de la hediondez, las condiciones eran por lo mucho insalubres y la sensación de que alguien hace no mucho te dijo que le avisaras ante cualquier necesidad resonaba en tu cabeza, si había que hacer algo es pedir ayuda y apoyo… y quiéralo o no, ni tu ni Muki actúan en contra de los pensamientos de la aldea…

Centy, tienes que tomar una decisión, en tus manos está la vida de Makoto, que harás… tus opciones son las siguientes:

  1. Lleva a Makoto ante la cárcel, pídele al Anbu que se la lleve a un lugar donde le puedan rehabilitar mejor y luego que cumpla condena en una cárcel de la aldea. Puede que tome venganza a futuro por esta decisión, o que se reforme de buena manera.
  2. Busca el exilio de Makoto, habla con el Anbu para que Makoto salga de la aldea en busca de un lugar distinto al actual donde vivir, mejoraría sus estándares de vida y eliminaría la necesidad de gastar mayores recursos en ella, de todos modos, deberá pasar un par de días de cuidado en el hospital antes de poder irse. Puede que tome un rencor en contra de la aldea o puede que se vea favorecida por ustedes.
  3. dejarla en libertad, no sabes que destino puede ocurrir con esto, pero al hacerlo los Anbu pueden tomar una represaría en su contra o la misma Makoto puede re-crear la facción de los armeros en Iwagakure.
  4. Matarla, puedes hacerlo tú, o solicitar al Anbu especial que lo haga, en cualquier caso, deberán afrontar las consecuencias de lo que esto significa.

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Dependiendo de tu decisión Muki aceptará luego de ver su reacción ante tu sugerencia, se hará lo que digas, aunque Muki esté en contra de tu determinación. Para efectuar cualquiera de las opciones te recomiendo llamar al Anbu usando una bengala o tu cerdo de humo.
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La escena era realmente desoladora, el aire pesado y viciado llenaba la pequeña habitación donde Muki, Makoto y yo nos encontrábamos sumidos en una situación desesperada, la chica, frágil y enferma, yacía en la cama, mostrando los estragos de una vida difícil en los barrios bajos de la aldea, Muki, con el rostro cubierto por las manos, expresaba su impotencia y desesperación ante la difícil situación en la que nos encontrábamos.
 
En ese instante, tomé una decisión, sabía que no podíamos seguir así, que debíamos buscar una solución para darle a Makoto una oportunidad de vida mejor, al menos antes de que fuera demasiado tarde, por lo que me levanté de mi asiento, miré fijamente a Muki y le dije con voz decidida: - "al parecer, esta situación nos supera, la salud de Makoto se deteriora cada día más y necesitamos actuar, creo que lo mejor es buscar el exilio de Makoto". En ese momento sentí como Muki alzó la mirada, con una mezcla de sorpresa y esperanza en sus ojos, por lo que continué explicando mi plan - "Deberíamos hablar con los cazadores especiales Anbu, para explicarles la situación y pedirles su apoyo para que Makoto pueda salir de la aldea en busca de un lugar donde vivir que mejore su calidad de vida y, sobre todo, su salud, ellos podrían ayudarnos a encontrar una solución más adecuada para su caso". En ese momento la idea resonó en el aire, cargada de esperanza y anhelo por un futuro mejor para Makoto, sabía que conseguir el exilio no sería algo fácil, menos aun con los antecedentes que Makoto tenia, pero era la mejor opción que teníamos en ese momento, el bienestar de la niña estaba por encima de cualquier obstáculo o desafío que pudiéramos enfrentar.
 
Miré a Muki, extendí mi mano y le dije -"Dale bruja, vamos, no podemos perder más tiempo, debemos buscar a los Anbu y hacerles entender la urgencia de esta situación juntos, encontraremos una solución para Makoto y le daremos la oportunidad de una vida mejor". Con determinación en mis ojos, pusimos en marcha la idea, camine hasta una de las ventanas y encendí mi bengala, con la esperanza de que el Anbu llegara a nuestra posición y explicarle nuestra situación, la situación no era fácil, pero a Makoto no le quedaba mucho tiempo, además de otra forma a solo le esperaba el encierro en prisión y el resentimiento.
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El joven Ashira se acercó a la ventana, activo una bomba de humo y el humor de Muki se desvaneció completamente… si… ella estuvo ahí, escuchándolo atentamente, rechistando y al borde del llanto… no quiso contestarle directamente, solo murmullaba una que otra palabra, nada fácil de entender, solo estaba ahí… enojándose y frustrándose poco a poco. Comprendía que las palabras de Centy estaban en lo correcto, pero no lo quería admitir… comprendía que ellos no estaban en condiciones de ayudarla, pero tampoco quería pedir ayuda… comprendía que este niño era su apoyo… pero ya no lo creía así.

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Aquella bengala por la ventana, era una señal… un montón de ideas pasaron por su cabeza y repentinamente se levantó de su asiento, Muki estaba furiosa, se abalanzo contra Centy y empezó su griterío – PERO QUE HACES PEDAZO DE IMBECIL, ¿ACASO ESTAS LLAMANDO A ALGUIEN? A QUIEN LLAMAS, ¿A AKAZA ACASO? ¿LLAMARAS A TU PUTO PROTECTOR? ESE MALDITO TERRORISTA SOLO QUERRA MATARLA, Y A NOSOTROS DE PASO – empezó a gritar mientras se abalanzaba… tal cual la primera vez que se conocieron… su puño estaba que ardía y su cuerpo se acercaba a cada metro a toda velocidad, sus marionetas se activaban y empezaban a acercarse, pero su cuerpo se detuvo en el aire, era aquel Anbu que le sostenía de los brazos – Señorita Muki, espero me recuerd…- intento decir, pero ella dijo – PERO QUE PUTAS ES ESTO, ¿TRAJISTE REFUERZOS? – el temperamento de Muki… era sin igual… pero ya la conocías bien… una bruja temperamental y a la vez amorosa…

Luego de que se calmara, ambos ninjas explicaron la situación, Muki rechistaba más que nada, mientras que Centy le calmaba y explicaba paso a paso lo sucedido… era, obvio… Iwagakure no tenía espacio para albergar otra alma en pena, y a diferencia del resto, no había cargos a nombre de Makoto, más que el hecho de que ella era hija de aquel infame líder de la facción Armera…

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El Anbu del mono comprendió inmediatamente, tomo a la joven Makoto y se la llevo a un hospital donde recibiría atención médica de urgencia… luego de un par de días seria liberada y entregada en custodia a Centy, pero eso es historia para otro cuento… Muki, por su parte, aunque culparía de lo sucedido a ese niño, al final estaba agradecida, ya que ella no pudo haber hecho algo mejor por la vida de esa muchacha.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado… continúen sintonizando para más aventuras de Centyman y su compañera de viajes, Makoto.


Al recordar esta misión, haz de hacerlo con este tema en concreto... una pelea tras otra entre Muki y Centy, una mirada bella hacia Makoto o esta gritando y llorando en su rehabilitación...



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