[Misión Simple Rango B] [Evento Pascua] Protege los huevos del noble
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9 de shigatsu del 14 DY, a las 9 de la mañana.
Mansión Hitachi.
Mansión


Una hermosa mañana en konoha con el sol en lo alto, en el primaveral mes de abril. En las escalinatas de una enorme mansión, esperaba ansioso el mayordomo Albert a que se presenten los mercenarios contratados para la seguridad de la fiesta. Se paseaba de un lado a otro, muy serio y fumándose un pucho, mientras cada tanto revisaba su reloj de bolsillo. 
~¿A que hora llegaran estos infelices?, tengo que armar los preparativos para la fiesta y estoy atrasado. Espero que encuentren la mansión, les hice un plano sumamente detallado, igual tampoco hay tantas mansiones tan lujosas como esta~ Pensaba el mayordomo.
Albert

En efecto la mansión era enorme, en la entrada había un portón negro que se encontraba abierto para la llegada de los ninjas, una pequeña fuente en el medio con unos finos arbustos recortados en forma de redondel, más adelante una gran escalera, rodeada de un jardín con rosas rojas y en la entrada de la mansión, donde estaba parado Albert había 3 grandes puertas de madera, que para fines prácticos solo se encontraba abierta la primera. El mayordomo esperara a que estén todos, para guiarlos a la sala principal donde los estará esperando el noble.
También alrededor del jardín y algo escondidos por ser tímidos había unos pequeños conejos blancos, algunos estarían olfateando y comiendo algunas zanahorias que les habían dejado, otros se encontraban explorando y correteando la zona algo desorientados, como si fuera la primera vez que se encontraban en aquel lugar.
Conejos


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-Hablo-~Pienso~
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Última modificación: 23-03-2023, 02:59 AM por Samuru.
Samuru ha tenido una vida algo ajetreada los últimos meses, pero le estaba divirtiendo. Desde pequeño que el vivir en paz no es una opción, así que él mismo es quien se encarga de buscar y encontrar la diversión. Estas fechas tan especiales debido a la festividad en curso lo llevaron al País del Fuego. Como es normal en él, su estatus público de comerciante le permitía entrar a donde quisiera. De todos modos, nunca buscaba meterse en problemas. Aunque no estuviera afianzado a la ideología imperial, tampoco lo era del bando rebelde. Además, cuando ha llamado la atención, sobre todo en aquella especie de guerra, usó a uno muchacho de por ahí como escudo, quien se llevaría el odio de todos. 

Lo normal para esta labor para fungir como guardia era ir como tal, pero el estilo de nuestro protagonista es distinto. Prefirió buscar una alternativa. Ya sea que el mayordomo esté enterado o no, Samuru consiguió entrar a la mansión como mesero. Compró un traje con el dinero recolectado por su trabajo como comerciante y fue arreglado como se debe al sitio especial. Incluso llegó antes de la hora estipulada, dando la excusa a los encargados de la vivienda de que quería dar su máximo esfuerzo.

Tenía cierta experiencia en trabajos de ese estilo, además de que era bastante pillo y avispado, así que confiaba en que haría todo bien. Recibiendo instrucciones de los jefes de la cocina y meseros, fue encargándose de todo lo necesario hasta que llegó la hora correcta en donde más individuos se presentarían en la mansión. Pudo ver desde una ventana cómo los ninjas encargados de seguridad llegaban y eran guiados por el mayordomo mandamás de la mansión hacia el salón principal. Ahí, supuestamente, se reunirían todos con aquel que los contrató. 

Iré a atender al señor y a los invitados. — Mencionó Samuru a sus superiores.

Tomó dos bandejas, una en cada mano. Cada una tenía varios canapés de distintos tipos. Era un tipo millonario el que organizaba todo eso, así que la variedad de alimentos es lo mínimo que se podía esperar. Lo primero que hizo fue pasar por delante de los guardias y ofrecerles comida. — Tomen con confianza, caballeros. — Su tono de voz era bastante formal. Una vez les ofreció a todos, se dirigió a paso tranquilo al noble, sin demostrar nerviosismo ni nada. — Señor, pruebe, por favor. Sus cocineros quieren su opinión. 

Ya sea acepte comer o no, Samuru se apartaría y se quedaría de pie a un costado del salón, aún con las bandejas frente a él. Podía dar la excusa, en caso de necesitarla, de que estaría presente y atento por si a alguien se le apetecía otro bocadillo.

Resumen


Tema 1, Byakugou no Jutsu.
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Mientras transitaba la ruta que le llevaría a su misión iba sobreconsciente de su pelo. De normal no solía molestarle la apariencia de nadie ni mucho menos la propia, pero aquel trabajo al que le habían asignado pedía un grado de elegancia que honestamente no sabía si podía prestar. Hizo lo posible aquella mañana por arreglarse y deshacerse de sus usualmente desaliñadas pintas, pero los mechones de pelo eran tan difíciles de controlar como siempre.

— Tiene que ser una jodida broma. Mira que habían misiones a las que asignarme y justo me ponen en esta. — Murmuraba al tiempo que se desplazaba. Tampoco estaba en desacuerdo con trabajar para aquellos días festivos pues la paga era buena y siempre venía bien un poco de dinero extra. Pero justo esa misión era un despropósito para él.

Pasado el tiempo ya se encontraba de pie frente aquella mansión y se detuvo a contemplarla un par de segundos a pesar de haber llegado, probablemente, con unos cuantos minutos de retraso. Al caer en cuenta entró apresurado por los portones negros que la delimitaban y se acercó al mayordomo que estaba ahí postrado. Con la diestra saludó sin esperar nada a cambio, y alzando la voz una vez lo suficientemente cerca, se anunció.

—Buenos días, ¿Albert? — Preguntó. Tenía los datos de la misión y los había leído justo antes de llegar a la mansión, por lo que no estaba del todo perdido. Probablemente el mayordomo tendría pocas palabras que decirle al ojicarmesí y este igualmente tendría pocas palabras que devolverle, así que el trámite se haría tan sencillo como el hombre mayor lo desease, con todos los documentos que acreditaban a Isshin como uno de sus guardias a disposición. En cuanto a la ropa, era visualmente notorio que el shinobi no traía consigo nada elegante, por lo que pidió el comodín del traje prestado.

Antes de entrar se giraría sobre sí mismo para echar un vistazo a lo que se veía de los terrenos de la mansión en busca de algún detalle interesante. Buscaría ver alguna cara de entre los que llegaban tras él -si es que no era el último- y cualquier información que la vista pudiese darle.

Una vez dentro de la mansión y según las instrucciones le fueran dadas se pondría el traje que mejor se ajustase a su cuerpo y le incomodase lo menos posible al moverse. Intentaría acercarse a alguno de los mercenarios que tuviesen un aspecto más amigable para intercambiar saludos y, en caso de lograrlo, trataría de memorizar sus rostros.

A decir verdad el evento en sí le tenía sin cuidado. Estaba ahí por cumplir ordenes y por la paga, pero no iba a inmiscuirse en los asuntos de los acaudalados que se reuniesen allí. Se mantendría al tanto del perímetro por su propia iniciativa casi inconsciente y poco más. Su posición, en caso de permitirme elegir una, sería a un costado de la puerta principal del salón. Cuando uno de los mayordomos se acercó a ofrecer comida no dudó más que un segundo en tomar un par de bocados y llevarselos a la boca.

OFF
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Nah, no estoy de humor para trabajar hoy, mucho menos en una aburrida misión B —. En el jardín de su residencia, Khal se encontraba recostado boca arriba, con las manos entrelazadas detrás de la cabeza, simplemente observando las nubes transitar por el cielo. Junto a él se encontraba Khaeli, su hermana menor. Hacía días, quizás semanas, que el jounin no tomaba ningún trabajo y se la pasaba holgazaneando en casa, al punto de que su propia familia ya empezaba a preocuparse de tanto ocio que demostraba.
 
Pero esta puede ser divertida, ¡será en una fiesta elegante! —. Trataba de convencerle la chica. Ella misma había seleccionado y solicitado la misión para que su hermano se hiciese cargo.
 
Solo serán un montón de viejos fanfarrones —. Refutó el Uchiha mientras se daba un cuarto de vuelta para darle la espalda a la menor.
 
Seguramente habrá un gran y exquisito banquete.... — Finalmente, la muchacha empleó su último as bajo la manda, la carta del triunfo. Sabedora de que el pelinegro es un fanático empedernido de la comida gourmet, esas palabras serían imposibles de ignorar para él. Si había una oportunidad para comer delicioso, y encima, gratis, Khal no dejaría pasar esa chance. 
 
Fue así como la chiquilla logró persuadir al holgazán de su hermano para que este finalmente dejara la procrastinación y regresase de nuevo al trabajo. El Uchiha se vestiría con un traje claro y holgado de seda, después de todo, la fiesta sería durante el día. Si bien era que había sido contratado para fungir como guardia, lo más seguro era que podría convencer al encargado para actuar como un comensal encubierto.
 
Había sido citado para las nueve en punto de la mañana y llegaría a la mansión justo unos 15 o 20 segundos antes de la hora acordada. Aparecer con premura, sin importar la situación, era algo que simplemente no acostumbraba. De hecho, era raro que no llegase con retraso al escenario, seguramente el hambre lo movía.
 
Hey —. Saludaría apenas llegar e identificar al mayordomo senior del lugar. A pesar de su lenguaje informal, el ojiverde sabía moverse con etiqueta y tenía un porte digno. — Uchiha Khal —. Añadiría como presentación. Además, de ser posible, le comunicaría a albert su intención de actuar como un guardia encubierto, disfrazado entre la multitud de participantes en la fiesta.
 
No podría conocer a Samuru, que había llegado con demasiada anticipación y actuaba con discresión, ni a Isshin, que para entonces no había llegado aún.
 
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Khal: Hablando — || « Pensando » 
Khaleesi: Hablando — || ~ Pensando ~ 
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Unos días antes...
Albert es el mayordomo principal de la casa, es un señor muy obsesivo con la limpieza y los detalles por lo que no se le pasa una y es el encargado de supervisar todas las labores domesticas de la mansión incluyendo el contratado de empleados, no obstante debe comunicar al noble siempre que haga cambios importantes. 
Al principio no le gusto mucho la idea de que uno de los mercenarios fuese unos días antes de lo previsto a la mansión y se ofrezca a trabajar como mesero, estaba a punto de rechazarlo cuando por suerte el noble se entero e intervino. 
El noble era un señor gordo y rubio, que suele vestir trajes llamativos de alta calidad.
Noble


-Si quiere trabajar que trabaje, no seas tan estricto Albert, hasta se vino con un buen traje,  además una mano extra para la fiesta no viene mal ¿no crees?, últimamente te noto muy estresado, más de lo normal. Además yo fui el que te dijo que contrates seguridad extra para la fiesta, no viene mal que se vaya familiarizando con la mansión.- Le dijo el Noble al mayordomo.
-Puff, esta bien, esta bien- Respondió Albert
El mayordomo a regañadientes no le quedo otra que aceptar a Samuru como mesero, aunque cuando estuvo a solas con el le dijo.
-Más te vale que trabajes duro, o te echare de patadas a la calle- Dijo Albert en un tono bien serio.
De esta manera, Samuru logro entrar a la mansión como mesero, unos días antes de que empezara la misión principal. Gracias a esto, el habrá podido notar algunos detalles que podrían serle de utilidad. Notara que Albert es un jefe muy exigente y severo, que estará muy atento a todos los movimientos que haga Samuru corrigiéndole hasta los mínimos detalles e incluso a veces buscando escusas para regañarlo un poco. 
Para fortuna para Samuru, el no será el único mesero relativamente nuevo en la mansión, habrá dos meseros que serán bastante regañados por Albert, por detalles menores como equivocarse en el limpiado de alguna pared o en limpieza de algún plato, equivocarse de habitación, etc. 
Debido a la fiesta, el mayordomo principal estuvo contratando personal adicional, que serán bastante jóvenes e inexpertos. En contraste, también habrá un grupo de tres mayordomos algo más viejos pero con mucha habilidad y destreza, que al igual que Albert, se notaba que llevaban tiempo trabajando en la mansión y se la conocían bastante bien. Corría el rumor de que el cocinero también era nuevo, pero de el solo se escuchaban elogios por su comida, era tan bueno que hasta el noble estaba totalmente encantado por el.


Aquella mañana, el noble se levanto temprano y se encontraba desayunando un delicioso café que le dejo Albert, mientras leía un periódico. La mesa donde se encontraba sentado estaba llena de deliciosos dulces, tostadas, mermeladas, jugos, un verdadero desayuno digno de un rey. 
El primero en llegar fue Khal, que llego puntual y se presento con Albert.
Poco después llego Isshin, que se quedo mirando un poco el patio. Lo único que vería desde ahí son los adorables conejos, uno de ellos en cuanto lo vio le empezó a hacer un gruñido arisco y luego se escondió.

Albert recibió a los dos mercenarios que se presentaron a la misión, lo primero que hizo fue mirarlos de arriba a abajo y al ver que ninguno de los dos había traído ropa elegante, lanzo un soplido de decepción. Inmediatamente saco una cinta métrica y se puso a medirlos ahí mismo en la entrada, sin decirles nada. Si estos se dejaban, en cuestion de segundos tendría las proporciones exactas de cada uno de los shinobis y la anotaría rápidamente en una libreta. Todo esto mientras Samuru les ofrecía bocadillos.
Hizo una pequeño gesto con la mano e inmediatamente uno de los mayordomos aprendices apareció, se trataba de una joven morena con rastras.
Lisa

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Albert arranco la hoja de su libreta y se la entrego a la chica.
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-Lisa, Llévale esto al sastre, dile que lo tenga listo para la tarde-
-Entendido- Dijo la joven y salió corriendo de la mansión a una velocidad llamativamente rápida.
Luego el Mayordomo se dio vuelta y esta vez si respondió la pregunta de Isshin.
-Asi es, me llamo Albert, pasen por aquí por favor, el noble los espera en el salón comedor- Dijo el mayordomo mientras los guiaba hacia la sala principal y desde allí doblaría a su izquierda por unas escaleras para entrar en el salón comedor, donde se encontraba desayunando el noble.
Hall de entrada

salon comedor

-Caballeros, les presento al señor sir Daigo Hitochi, el les dará los detalles de la misión, aunque respondiendo a su pregunta, señor Khal, si pueden usar todas las estrategias que consideren convenientes para asegurar la seguridad de la mercancía y de los invitados.- Respondió Albert.
Entre tanto Samuru se encontraba entregando unos deliciosos canapes y le entrego uno al noble.
-Mm que delicioso, ¿Sanji hizo esto? ese chico me llena de orgullo, buena pegada tuviste ahí Albert.- Dijo el noble mencionando el nombre del cocinero
-Bueno señores, si gustan pueden sentarse y desayunar todo lo que gusten, el señor Samuru tuvo la audacia de ofrecerse como mesero y por eso esta desde antes que ustedes, me agrada esa actitud, yo siempre digo que al pais se lo saca adelante trabajando jaja-
-En fin, esta noche celebrare una gran fiesta, por la tarde a eso de las 18 hs llegaran mis huevos dorados, especialmente diseñados por los mejores artesanos del pais del fuego, con incrustaciones de oro, diamantes y rubíes, en definitiva una verdadera obra de arte y mi mayor orgullo. Para la ocasión, he invitado a varias de las familias más importantes y acaudaladas de Konoha, un importante pianista y a ustedes que naturalmente se encargaran de vigilar mis huevos... los de oro claro, los otros dos los tengo bien vigilados jaja- Dijo el noble tocándose su entrepierna y Albert se rio por compromiso.

-Ejem, Albert ahora les repartirá una lista a cada uno con el nombre y rostro de los 15 invitados que tenemos confirmados hasta ahora, más los empleados entre los que están los 6 mayordomos, el cocinero y el pianista. En caso de que vean a alguien no autorizado en la fiesta tienen mi aprobación para sacarlo a patadas-
Mientras decía esas palabras, Albert se puso a repartir unos volantes con los listados, estos incluían el nombre completo y la foto de cada invitado e incluso del personal de la casa que se encontraría trabajando esa noche.
-Los invitados deberian llegar a partir de las 19 hs, el pianista seguro llegue a eso de las 18:30 para probar el sonido y acomodarse, bueno creo que eso es todo, ¿alguna duda?- Dijo por ultimo el noble

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Dando más detalles del modo en que Samuru consiguió esa misión, su llegada fue con días de anterioridad. Aunque en un principio no lo querían aceptar como mesero encubierto, el noble fue más permisivo y aceptó la sugerencia del muchacho. Sin embargo, esto pareció no agradarle mucho a Albert, ya que los días venideros por cualquier cosa le llamaba la atención. Menos mal que él tiene mucha paciencia y en ningún momento se sintió mal por tanto regaño. De hecho, había otros dos meseros nuevos que la cagaban mucho y era Samuru quien debía hacerse cargo de solucionar las cosas. Llamó su atención que tanto Albert como los otros mayordomos eran tan exigentes en cuanto a la excelencia con que se debía trabajar y aun así aceptaron contratar a esos dos tan novatos. De todos modos, eso no le importa. Con él estar ahí para conocer los pasillos e interiores de la casa le bastaba.

Ya transportándonos al presente, todos se reunieron en el salón. Samuru dio los bocadillos, pero se dijo en voz alta que él también era uno de los guardias contratados. Escuchó atento toda la información que dio el mandamás, aunque no pudo evitar que le sorprenda su actitud. — ¿Así serán todos los nobles? Si los invitados son así, quizás decidí mal al querer este puesto como mesero. — Los huevos llegarían en cierto horario, luego el pianista y al final los invitados, en ese orden. Obviamente el resto de los meseros y los mayordomos estarían todo el día. 

Hojeó toda la información que se le entregó en formato impreso y trato de memorizar los rostros de todos y sus nombres. Para Samuru, estos datos no eran tan útiles. ¿Por qué? Porque si son famosos, un posible ladrón o infiltrado conocerá sus nombres. Si entran suplantando a alguno con el jutsu de transformación, no habría forma de darse cuenta de si eran el real o no. Al menos, el sin aldea no tenía cómo. Aun así, aprovecharía su posición como mesero para interactuar con ellos y ver sus movimientos. Al tener la excusa de servir los alimentos, podía ir hasta donde fuera cualquiera con la simple excusa de atenderlo. Si un individuo intentaba ir a donde no debía, no se vería sospechoso que lo siga. 

¿Todas las familias son de su confianza o hay algunas con las que tenga poco o nulo trato? — Si respondía a eso, los guardias tendrían posibles blancos en los que fijarse. Aunque uno puede suponer que hacerse pasar por alguien de confianza del jefe podría ayudar a ir directamente con los huevos, se necesitaría mucha información sobre la persona que suplanten para no levantar sospechas. Eso sería peligroso.

Tres guardias puede ser muy poco. También debemos arreglárnosla para vigilar el área exterior. — Y sí, la infiltración no era el único método. Podían simplemente planear un ataque a la mansión. Las posibilidades son infinitas y ellos solo tres. ¿Serán capaces? Su comentario fue dirigido en específico a Isshin y a Khal, como diciéndoles indirectamente que tengan ese detalle en cuenta.

Solo restaba escuchar la respuesta del noble y los comentarios del resto. Si luego de eso, se les llega a dar permiso de retirarse y esperar la hora adecuada en la tarde, Samuru volverá a su lugar predilecto durante estos días, la cocina. No le gustaba dejar mucho tiempo solos a los dos meseros. Podían cagarla y meterlo en problemas con Albert. Más aún.

Resumen
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La burocracia no era lo suyo. De hecho le costaba siquiera encontrarle significado a aquella palabra tan altisonante. Él prefería, como buena víctima de una mente simple, ir y cumplir su deber con el mínimo de los esfuerzos requeridos sin pasar por ninguna complejidad en el medio. Pero aquel idílico escenario era escaso y con el avanzar en los rangos se volvía cada vez más extraño. Sin embargo, aquella misión parecía lo suficientemente simple. Con algo de fortuna en la ecuación no tendría ni que sudar más de la cuenta salvo para sacar del panorama a algún aristócrata pasado de tragos.

Pero la zarandeada metafórica había comenzado temprano, a manos del jefe de los mayordomos. El ojicarmesí parecía ser el último en llegar y ser recibido, pero afortunadamente no recibió reprimendas al respecto. Se dejó guiar tanto como el personal de logística requiriese de él hasta que, eventualmente, se encontraría frente al noble que le daba sentido a la convocatoria. Además de Isshin, otros guardias parecían hacer acto de presencia al igual que camareros y personal de servicio.

Las palabras del mayordomo y el noble resultaron un despropósito a medias para el ojicarmesí, quien se encargaba de memorizar nombres y rostros incluso antes de recibir la información con más nombres y rostros. Intuyó que aquel mesero encubierto resultaba ser el mencionado Samuru, y escuchó otro nombre propio más que probablemente correspondiese al otro guardia. Cuando recibió el memorandum con los datos de los invitados trató de estudiarla con atención pero dedicó más procesamiento a los rostros que a los nombres. No iba a engañarse a sí mismo queriendo memorizarlos todos, pero al menos los rostros le resultaban fáciles de categorizar. — Esta de aquí se parece a mi vieja, este tiene la misma cara de aristócrata que mi viejo… — Pensaba. Y así iría, uno por uno, encontrando tonterías que le hicieran recordar los rostros.

No pudo evitar ser devuelto a la realidad con la pregunta de Samuru. Si bien era cierto que la información de los invitados estaba ahí, no resultaba de utilidad alguna para fines de seguridad. ¿Por qué no se le ocurrió a él esa pregunta? Se cuestionó y asintió con una cara neutra. Ante la otra intervención del peliazul tomó la iniciativa de alzar la voz. — Yo podría vigilar afuera. Prefiero estorbar lo menos posible en asuntos de la nobleza. — Fue claro y honesto, y no pensó mucho aquello, pero la propuesta era directa. Recordó la imagen visual del patio que transitó para llegar a la mansión y recordó un detalle curioso que salió más como un pensamiento en voz alta que una cuestión en sí. — Por cierto, ¿Estamos en temporada de conejos? ¿O tienen un problema de plagas? No pude evitar notar que hay un montón allá afuera. Si necesitan ayuda con eso puedo prestar mis servicios en otro momento. — Agregó, sin ánimos a salirse de la conversación con aquella despreocupación que le caracterizaba.

Durante toda aquella tertulia se mantendría parado a un costado de la gran mesa. Por más que la tentación estaba allí no tomaría nada de comida a menos que alguien se la ofreciese directamente, siempre y cuando no tuviese que acercarse a tomarla por él mismo. Cuando decía que prefería mantenerse alejado de asuntos aristocráticos también se refería a aquella situación.

Por los momentos esperaría por más instrucciones, guardando la información de los invitados en un bolsillo seguro pero accesible, recordando llevarlo consigo aunque se cambiase de ropa. Si alguien más tenía algo que decir, escucharía atentamente.

resumen
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Tan pronto como se presentó con  el mayordomo en jefe, Khal fue recibido con un suspiro de decepción. Al parecer las vestimentas que había seleccionado para la fiesta no daban el mínimo requerido para la etiqueta, de modo que enseguida comenzaron a tomarle las medidas para darle un traje más adecuado. "¿Cómo es que mi mejor traje no es suficiente para la ocasión?" pensó el Uchiha algo golpeado en su ego. Al menos, y como consolación para él, no era el único que pasaba por eso, pues Isshin también estaba siendo medido. 
 
Posteriormente, al entrar en la mansión, serían conducidos hasta el salón de entrada y conocerían al noble dueño de la propiedad y encargado de brindar la fiesta. Era un tipo regordete y aparentemente agradable, a Khal le agradó el humor que mostraba e incluso sonrió genuinamente con alguna de sus bromas.
 
Le tomaré la palabra —. Respondería con entusiasmo luego de ser invitado a desayunar todo lo que quisiese, solo esperaba que el noble no se arrepintiera de eso más tarde. — Y no se preocupe, la seguridad de su fiesta está garantizada —. Añadiría con su confianza habitual. El chico era siempre muy optimista, pero muchas veces se dejaba llevar por las circunstancias y no tomaba en cuenta la magnitud de sus acciones, además, ya no estaba más Stanley para actuar de contrapunto.
 
Una lista de todos aquellos que estarían presentes en la propiedad, así como imágenes de sus rostros, sería entregada a cada uno de los guardias. Khal puso especial atención hacia el más feo de todos, sin duda alguna alguien feo es alguien sospechoso. Los otros dos guardias igual pusieron detalle en las listas. Uno de ellos actuaría como un mesero, mientras que el otro insistiría en vigilar desde fuera de la mansión. El jounin, desde luego, estaría resguardando el banquete. Aunque quizás pudiera prestarle un poco de atención al pianista, la música siempre fue una de sus artes favoritas.
 
El guardia que se encontraba infiltrado como mesero, Samuru, haría una observación respecto a la cantidad de encargados presentes y que probablemente sería poco, haciendo la observación de que alguien debía vigilar el perímetro externo. "De alguna manera este chico me recuerda a él" pensaría Khal con nostalgia.
 
Isshin tomaría la iniciativa de vigilar los jardines, ante esto, el Uchiha solo asintió en señal de entendido. — Desde el banquete tendré una buena panorámica de todo el interior, así que lo haré mi estación base — Comentó sonriente.
 
A falta de recibir indicaciones extra, el ojiverde empezaría a darse gusto con la comida. Pues aún faltaba algo de tiempo para que empezase a llegar la gente.
 
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9:30 Hs
El noble abrió un espacio para que los mercenarios puedan hablar y preguntar lo que gusten. Samoru preguntó si eran familias de confianza los invitados.

-Mm si, yo diría que la mayoria si, pero bueno en las fiestas los nobles solemos aprovechar para hablar de negocios con gente importante de la aldea, así que siempre hay alguno que por ahí no conozco tanto probablemente de los 15 habrá dos o tres que conozco más de vista y nombre y con los cuales aprovechare para estrechar lazos con otras familias y con algo de suerte invertir en nuevos negocios. -
Isshin se ofreció a vigilar afuera y preguntó sobre los conejos, era natural cuestionarse porque había conejos en la mansión. 
-Ah los conejos, buena pregunta, de hecho fue idea de Albert, dijo que unos conejos blancos es tradicional en las fiestas de pascua, así que se los hemos comprado a un zoológico, igual me han asegurado de que son inofensivos, son simple decoración, aunque después de la fiesta se los llevaré al cocinero que hace una sopa de conejo riquísima.-
Por su parte Khal, parecía disfrutar de la deliciosa comida que les ofreció el noble y le aseguro que la seguridad estaba garantizada.
-Me alegra oir eso señor Khal- Respondió el Noble
-Bueno si eso es todo, de momento pueden relajarse, los hice venir temprano para que tengan tiempo de adaptarse a la mansión y planificar, más tarde les daremos un almuerzo- Respondió el Noble.
-Ah casi lo olvido, los invitados también traerán un sobre blanco con la invitación al evento, igualmente Albert estará en la entrada corroborando los nombres y la invitación de cada uno de los invitados.-


Samoru decidió ir a la cocina, allí se encontraría Sanji el cocinero, un señor rubio, alto y delgado. Había llegado hace poco a la mansión, pero se observaba una gran destreza y práctica en sus labores culinarias y aunque los nuevos meseros se mandaban algunos errores cada tanto, la maña de Sanji para resolverlos fácilmente era admirable, era como si hubiera dedicado toda su vida a cocinar y se notaba cuánto gusto y desempeño le ponía.
Sanji

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También  era habitual encontrar al cocinero en el patio fumándose un cigarro, a menudo preguntando por una tal “cisne Lisa”, aparentemente era un sujeto muy mujeriego.
12 Hs
Al mediodía, los shinobis serán invitados a comer un delicioso almuerzo con gran variedad de platillos deliciosos, desde estofado de carne, pollo, cerdo, pizza, cervezas artesanales, un verdadero banquete digno de un rey.
comida



18 hs
Por la tarde, llegaron los tan esperados huevos de oro, serían en total 7 huevos de oro, de tamaño mediano y pesarian alrededor de 5 kilos cada uno, todos con adornos de oro, tallados de distintos animales simbólicos y adornados con joyas de diamantes, rubíes y piedras preciosas. Los huevos tendrán una resistencia al daño de 30 pv y por cuestiones de seguridad serán expuestos a través de una vitrina de vidrio blindado, con una resistencia de 50 pv. El único que tenía la llave para acceder a esa vitrina seria el noble.
huevos

Hall de entrada

Estos vendrán en un carruaje blanco, dentro de una gran caja fuerte, y todos los mayordomos ayudarán a bajar los tan apreciados objetos con mucho cuidado y a colocarlos en la parte superior de la escalinata, dentro de un vitrina protectora especialmente comprada para exhibirlos. Por detrás de los huevos había una gran estatua del noble, hecha en mármol.
  • Mis bebés, llegaron mis bebes! - Dirá el noble emocionado al ver como sus tan apreciados huevos estaban listos para la fiesta
18:30 Hs.
Lisa llegará con 2 pares de trajes que se los dará a Albert y este se los entregará a Khal y a Ishin.
-Ah olvide mencionarlo señor Khal, usted tiene un buen traje blanco que podrá conservar en la fiesta, pero si gusta lucir como uno de los meseros le recomiendo usar este que hará juego con el que usamos nosotros habitualmente.- Dira Albert
-Usted, señor Isshin, por favor utilice este traje durante la fiesta, gracias caballeros, pueden usar los baños para cambiarse.- Dirá por último y se irá a preparar cosas.
Si lo shinobis se probaban los trajes notarán que estos estaban considerablemente apretados, esta incomodidad se traduciría en una reducción de -5 en sus atributos generales a menos que logren arreglarlos. ¿Por qué sería esto? ¿Acaso Albert tomó mal las medidas, será algún error de Lisa la mesera ayudante, sería error del sastre que estaba en un estado de realidad alterada? No había forma de saberlo, lo cierto es que en 30 minutos llegarían los invitados y sería de muy mal gusto que alguno de los presentes no vistiera ropa de etiqueta. Si intentaban pedirle ayuda a los meseros estos los ignoraran ya que estarán muy atareados con los preparativos de la fiesta, como poner las mesas, traer la comida, acondicionar el espacio, etc. El noble estará en su habitación cambiándose la ropa y alistándose.
El pianista también llegará a esa hora para comprobar el sonido del piano y afinarlo antes de que lleguen los invitados. Su nombre es Johan libert. Este será recibido por Albert en la entrada y tras comprobar su invitación y el nombre en la lista, lo llevará al piano, que se encontrará en el medio del hall de entrada. 
Pianista
  • Ohh que hermoso piano de cola tienen aquí, se nota que el noble es un señor de gustos refinados.- Dirá este al llegar.
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19 Hs.
Comenzarán a llegar los primeros invitados, estos serían recibidos en la entrada por Albert, que corroborora sus invitaciones y sus nombres. Y los invitara a pasar al hall de entrada, donde ya se escuchaba música clásica del pianista y los mozos repartiendo diversos tragos y comida para ir picando como sandwiches de miga y aperitivos, junto con champagne y copas con los mejores vinos.
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Entonces estaba decidido. Isshin se encargaría del exterior de la mansión, Khal de la zona del banquete, en donde probablemente esté la mayor parte de los invitados, mientras que Samuru intentaría aprovechar su posicionamiento en la cocina y constante movimiento para servir y así apoyar en todos los flancos. Además, tampoco había que ser muy ingenuos. En una tarea de este estilo, hasta los mismos trabajadores podían ser posibles enemigos. Incluso los otros guardias contratados. Recordaba una de las tantas enseñanzas sobre los shinobis que le dio Aeval en el pasado. “Si no son tus compañeros de confianza, no confíes del todo en nadie”. Dicho y hecho. No es que le importaba mucho el estado de los huevos del noble, pero la paga estaba bien y así quizás podría conseguir más trabajos del estilo en el futuro.

En su regreso a la cocina, se encontró con el experto en cocina. Le había agradado su forma de ser y su talento al cocinar era incuestionable. — Le pidieron encargarse de los trajes de los guardias nuevos. Probablemente esté ocupada durante unas horas. — Le respondió respecto a la mujer por la que preguntaba cada tanto.

Pasaron las horas mientras ayudaba en todo lo que se le pedía y además vigilaba que los otros meseros no cometieran equivocaciones irreparables. Fue de los que sirvió el almuerzo y para mantener la apariencia ante los otros trabajadores, él no comió en la mesa. Solo Albert, el noble, Isshin y Khal sabían de su doble puesto. El resto creían que era solo un mesero. Prefería que fuera así, así podría tener en sus ojos posibles movimientos sospechosos de los trabajadores y que, en caso de que intenten algo raro, no busquen hacerlo alejado de Samuru.

Ya por la tarde, no se perdió la llegada de los huevos. Estratégicamente estaba en un buen lugar. La puerta de la cocina era la que estaba más cerca de los objetos que debía proteger. Así que entrando y saliendo continuamente de ahí le permitiría tener sus ojos de forma permanente en ellos. Durante este espacio es que aprovechó para acercarse a Khal y hablarle sin que el resto pudiera escuchar. — ¿Podrías ver al pianista cuando llegue? Te lo encargo. — Ni se esperó a escuchar su respuesta. Había mucho trabajo en la cocina y no tenía tiempo que perder.

Los invitados están por llegar. Recuerden, solo una bandeja a la vez. Si ven que nadie está tomando los bocadillos, vengan por otro tipo. No sean vagos o le diré a Albert. — Les advirtió, aunque usando un tono divertido, no uno serio. A diferencia del resto, él sí llevaría dos bandejas. Confiaba en su capacidad, aunque le preocupaba aún la poca cantidad de guardias que tenían. Estaba un poco nervioso, o eso demostraba. Justo dos minutos antes de la llegada de los invitados, fue una última vez al baño. Debía estar al 100% para la velada que se venía.
Contenido Oculto

Obviamente, al terminar se lavó las manos y salió del cuarto emitiendo un suspiro de relajo. Regresó a la cocina y tomó dos bandejas, una con bocadillos y otras con copas de un licor bastante caro que se le entregó para repartir. Ingresó al salón principal en donde cualquiera se debería comer su papel de mesero. Recordemos que él fue con su propio traje, no recibió uno por parte de los contratistas como Isshin y Khal. No perdió el tiempo, debido a que ya habían pasado dos minutos de las 19:00, así que se dirigió a los invitados con tal de ofrecerles el contenido de una de las dos bandejas.

Buenas tardes, estimados. Por favor, los invito a probar lo que la casa les ofrece.

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Última modificación: 03-04-2023, 04:08 AM por Khal.
Un dato extra sería comentado a los encargados de la seguridad de la fiesta y era que todos los participantes tendrían que llevar consigo un sobre blanco con la invitación al evento. "Bien, lo tengo" recordaría el pelinegro.
 
El siguiente par de horas los dedicaría a dar un recorrido por las inmediaciones, tratando de grabar un mapa mental de la mansión, que no era para nada chica. Cuando dieron las doce del medio día, llegaría el primer momento esperado por Khal, el almuerzo. Se desplegaron unas largas mesas con manteles blancos que contaban con gran variedad de platillos de carne y bebidas espumosas. Muy a su pesar, el Uchiha no podría disfrutar de la cerveza, después de todo se encontraba trabajando y tenía que cuidar, hasta cierto punto, las apariencias. No obstante, nada ni nadie lo detuvo del festín que se dio con los estafados y el choripan. 
 
Más que saciado y sin nada que hacer hasta que la tarde noche llegase, el ojiverde encontraría un lugar para echarse una siesta en una de las ramas más altas de un frondoso árbol ubicado en los jardines traseros. ¿Algo displicente? quizás, pero aún no habían llegado los objetos a proteger, así que podía permitírselo. Poco después de las seis de la tarde, el hombre despertaría de su momento de sueño y se encaminaría para buscar, según las indicaciones previas, al mayordomo en jefe.
 
"Creo que esta es su manera de ser cortés..." pensaría Khal después de escuchar las palabras de Albert con respecto a su atuendo blanco pero aún recomendándole usar otro. — Seguiré sus indicaciones —. Respondió el Uchiha con cortesía y tomo el traje de manos de su contraparte. Tras acudir a una habitación para cambiarse las vestimentas, se daría cuenta de que el traje estaba especialmente estrecho, apretándole incluso en algunas partes. — Maldición, debe ser una broma —. Se quejó, pero tampoco le dio mayor importancia. Ahora sí, tendría que empezar a tomarse sus deberes con un poco más de seriedad.
 
"Ahora que recuerdo, ese chico me dijo que le pusiera atención al pianista" En algún momento de las horas previas, Samuru le indicó eso a Khal, pero no se detuvo para tener más interacciones con él, parecía ser alguien reservado. Lo cierto era que el ronin tenía un punto, si había alguien con quien se debía de tener especial cuidado, era con los músicos, las personas más sospechosas sobre la faz de la tierra.
 
Es un Bechstein BluthnerDiría al pianista después de que este se fijara en el piano de cola.Resalta mucho los bajos y los tenores de marcada profundidad, así que siento que estará complacido —. Concluyó sonriente. Khal no era precisamente un experto en la materia, pero algo de conocimiento tenía, su familia era muy rica también y no estaba desacostumbrado a estos escenarios.

Off Rol
Khal: Hablando — || « Pensando » 
Khaleesi: Hablando — || ~ Pensando ~ 
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El ojicarmesí no pudo evitar bostezar durante la intervención del noble. Claro, haciendo gala de su autocontrol intentó disimular tal acto reflejo de la mejor manera que se le ocurriese, pero la escena no dejaba de ser obvia. Sin embargo, aquello tuvo lugar cuando el noble estuviese distraído hablando con el resto de los presentes en aquel momento. Era burdo y tosco, pero trataba de hacerse pasar por educado de vez en cuando. Una vez acabada aquella charla se dispondría a alejarse del grupo y ojear un poco más las instalaciones, especialmente los rincones de aquel hall principal.

Llegada la hora del almuerzo, se acercaría a donde la comida abundaba para tomar suficiente para saciarse. Las ganas de comer más no faltaban, pero tener el estómago demasiado lleno era igual de contraproducente que tenerlo vacío. Andar famélico era igual de molesto que andar con las ganas de hibernar activas. Y, quisiera o no, la misión le pedía un mínimo de atención si no quería terminar sin paga.

Una vez la hora de la comida habría pasado, tomó la iniciativa de salir al patio. Recorrió el perímetro buscando puntos claves que vigilar y tener en cuenta durante sus eventuales rondas, pues nadie se había negado a su ofrecimiento de vigilar fuera. De encontrarse con aquellos particulares conejos les echaría un ojo pero sin prestarles demasiada atención. – Qué idea de mierda esto de los conejos. No voy a entender nunca a los aristócratas. – Murmuró, mientras andaba por aquel patio.

Sus investigaciones previas al trabajo le tomaron el resto de la tarde, con una probable siesta entre las ramas de un árbol frondoso que le prestase cobijo. Cuando se disponía a volver a entrar a la mansión, los huevos empezaban a llegar. Y como tal, sus funciones daban un paso más hacia el inicio, aunque seguían en fases preparativas. Desde las ramas de aquel árbol tenía línea de visión hacia todo el proceso de llegada de los huevos, por lo que dedicaría su atención a ello. De notar algo extraño, lo mantendría en mente para luego. Una vez terminado el movimiento de aquellos tesoros, bajaría del árbol con algunas hojas aún enredadas en el pelo y entraría a la mansión para ser atajado por Albert y el nefasto traje.

El ojicarmesí tomaría el traje que le era entregado y se iría de inmediato al baño. Su intención más que cambiarse era asearse y refrescarse un poco luego de pasar la tarde entera fuera. Si ningún percance lo evitaba, rápidamente tendría el traje puesto, quejándose con cada movimiento por lo ajustado de aquella ropa. – No jodas, si me muevo mucho esto va a estallar. – Dijo en voz alta sin pensar si alguien le escuchaba. ¿Y cómo no? Con lo corpulento que era él le costaba siquiera andar sin preocuparse por las costuras del traje.

Cuando los invitados empezasen a llegar Isshin ya estaría fuera nuevamente. Su posición sería en la entrada durante la llegada de los nobles, buscando ayudar a organizar la situación, dirigiendo amable y educadamente a quienes iban llegando hacia donde Albert iría identificándolos uno a uno. Si todo salía bien y todos los nobles entraban, se quedaría fuera por un rato más, montando vigilancia en la puerta. En caso de ser llamado, entraría.

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Última modificación: 05-04-2023, 04:40 PM por Izuku Uchiha.
19HS

Cada uno de los shinobis se repartió las tareas de vigilancia de manera ordenada, Isshin se mantenía en el patio vigilando los alrededores desde una posición estratégica, los únicos que sabían que estaba subido a ese árbol serian los conejos, que lo observaron al subirse y se fueron acercando poco a poco. Mientras tanto Khal interactuaba con el pianista y Samoru hablaba con Sanji y repartía aperitivos a los invitados que iban llegando, la fiesta parecía ir perfectamente y el noble llego para recibir a los invitados vistiendo sus ropas más elegantes.

-Oh Bechstein Bluthner, veo que es un hombre de cultura- Le respondería el musico a Khal.

20Hs

Ya por la noche, con todos los invitados reunidos, llegaría el plato principal, de la mano de Sanji y los meseros, para conveniencia la cena seria en el salón principal ya que ahí estaban los huevos y la grandiosa música. Para esto, se habria acondicionado el espacio con algunas mesas y sillas. La cena consistiría en una gran variedad de mariscos, sushi, Ramen, pollo, Yakiniku, y demás platillos deliciosos. Luego de la comida, el noble propuso un brindis.

-Bueno damas y caballeros, es un honor tenerlos a todos aquí conmigo, espero que esten disfrutando de la fiesta. Siempre he sido un gran aficionado por coleccionar cosas brillosas y redondas y debo decir que estoy muy satisfecho con mi coleccion de hue.... - El noble interrumpió su discurso a la mitad ya que se empezó a marear por alguna razón.

Albert inmediatamente lo atajo antes de que este se caiga.

-Señor! ¿esta bien? Señor responda- Dijo Albert con cara de preocupado. 

Pero esto no seria más que una actuación, inmediatamente el mayordomo principal le quito las llaves de la vitrina al noble y se las entrego a Lisa y a otro mesero más y luego saco unos guantes con unas poderosas garras como katanas. En un abrir y cerrar de ojos Albert tomo de rehen al Noble con una sonrisa malévola.

-Jajaja, Comienza la operación Atraco! MERCENARIOS MANTENJANSE ALEJADOS O LE SACO LA CABEZA AL NOBLE!.- Dijo Albert en tono amenazante.- 

Todos los invitados cayeron dormidos producto de un poderoso somnífero puesto en la comida y esto no podía ser obra de otra persona que no fuera el mismísimo cocinero Sanji.

-Sanji, ¿donde mierda estas? Sanji!- Gritaba Albert

-Aquí estoy mayordomo inútil- Respondió Sanji saliendo de la cocina, al lado suyo estaban los 3 mayordomos de mayor experiencia noqueados en el piso.
-Parece que ya es hora de servir el postre-
Hall de entrada


Lisa y otro mesero, intentaban abrir la vitrina con los huevos. Sanji miraba cómodamente desde arriba como se desenvolvía la situación. El pianista estaba asustado y miedoso y se escondía debajo de su instrumento, temblando.
Uno de los invitados resulto ser un infiltrado usando un henge, ya que rápidamente lo deshizo y se coloco cerca de la puerta para asegurar la entrada, mientras hacia sonar un silbato.
Al hacer este ruido, los conejos se pusieron salvajes y comenzaron a trepar el árbol donde se encontraba Isshin. Al parecer estaban entrenados para matar a la mínima señal.


patio de entrada

La puerta tiene una resistencia de 50 PV que deberas forzar para entrar con tus compañeros xd.

OFF
Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Samuru dedicó su tiempo en ir y venir desde la cocina con bandejas para atender a los invitados. No descansaba, además de tener que estar siempre pendiente de los meseros novatos para que no cometieran alguna imprudencia. Si llegan a molestar a uno de esos aristócratas con sus familias, todo se podría ir al carajo y volverse todo un caos. Sin embargo, todo fue marchando con relativa tranquilidad. Luego llegó el turno de servir la cena, para lo cual también ayudó. Incluso llegó a pensar que debería pedir un aumento en el pago. Desde que llegó a esa mansión no ha dejado de trabajar ni un minuto. Qué difícil resulta a veces ganarse la vida de manera honrada.

Detuvo sus pasos y se quedó quieto cuando el noble dueño de todo pidió atención para decir unas palabras. Le prestó atención, pero de la nada, la situación dio un giro tremendo. — Señor... — No tuvo que acercarse, ya que Albert, su hombre se confianza, estuvo ahí para socorrerlo. Los invitados se preocuparon por el estado de salud del anfitrión, pero, de pronto, todos comenzaron a caer. Sí, la verdadera fiesta comenzó. La sonrisa calmada que le mostraba a todos desapareció, emergiendo en él una expresión seria. Sabía, desde que aceptó el trabajo, que no sería difícil, pero una traición de muchos desde el interior no fue algo que se esperaba.

Samuru levantó las manos en señal de que no intentaría nada, aunque obviamente era solo una actuación de su parte. — Albert, Lisa, Sanji, también ese tipo. Al parecer, alguien no contrata bien a su gente de confianza. — Khal estaba cerca suyo, así que podrían cooperar para sacar esto adelante. ¿Qué será de Isshin en el exterior? ¿Se percatará de la situación ahí e ingresará? Giró levemente su rostro y vio que alguien aseguraba la puerta. Los dos guardias estaban encerrados con todos los enemigos, y encima con un rehén.

¿Me estás diciendo que aguanté tus regaños estos días por nada, Albert? — Tal como comenzó el espectáculo de los malos, también sería el de los buenos. — No muevan ningún músculo más. — Al mismo tiempo en que hablaba y los individuos esos estaban a punto de sacar los huevos, desde la espalda de Albert emergió la figura de Samuru, quien tenía un kunai en su mano diestra. La punta del cuchillo presionó la nuca del falso mayordomo, pero no le hizo daño. — ¿Apostamos cuál de los dos es más rápido? — Diría el clon, quien se mantuvo en esa zona oculta desde hacía rato. 

Aunque Samuru tenía la idea de que no debía confiar en nadie, no tenía en su mente revoloteando la idea de que aquellas personas que llevaban días en la mansión eran unos infiltrados. Las manos del Samuru original ya no estaban arriba, sino que juntas, amenazando con realizar sellos de mano en caso de ser necesario. Ellos tenían un rehén, pues él ahora también tenía uno.

No queremos tener víctimas, ¿verdad? Suelta al noble y deja que se aleje. Ustedes también, no se atrevan a tocar esos huevos. — Estaba atento, sobre todo para ayudar a su clon. Lisa y un mesero estaban detrás, pero en altura, para realizarle un ataque directo, probablemente, deberían moverse. El Samuru original estaba listo para cubrirlo mientras se encargaba de Albert. Le preocupaba la cercanía de Sanji desde su costado izquierdo, pero confiaba en que Khal también haría algo.

La acción comenzó y las primeras cartas fueron puestas sobre la mesa. Ahora, la pregunta es, ¿quién las jugó mejor?

Perspectiva inicial del clon:

Mientras se desarrollaron los hechos de servir los aperitivos, luego la cena y todo eso, la réplica de Samuru, desde el subsuelo, realizó sellos de mano y tocaba el piso sobre él. Así sería capaz de percatarse quiénes se acercan a los huevos. No tuvo que pensar demasiado cuando escuchó a Albert hablar, sumado a que los pasos de él y el noble iban uno tras otro. Como también escuchó que lo ayudó ante su supuesto problema de salud, tan solo esperó el momento oportuno para emerger. El primer diálogo del Samuru real le dio pistas, ya que mostrarse tan “normal” ante esa situación demostraba confianza en su plan. Plan simple, pero eficaz. Cuando comenzó su segundo diálogo es que el clon ascendió a la superficie y atrapó a Albert con su kunai. Desde su posición, además, podía ver al tipo que cuidaba la puerta. Podía avisarle al real si es que intentaba algo desde la retaguardia.

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Las hojas de aquel árbol, que se revoloteaban con el viento, le dificultaban mantener la concentración durante sus horas de vigilia. Los preparativos habían marchado bien, los invitados habían llegado, y él se estaba manteniendo tan lejos como podía con el puro pretexto de vigilar fuera de la mansión. La noche daba indicios de que sería larga pero tranquila, y esas eran las que más detestaba él. Si se quedaba dormido en aquel árbol probablemente no recibiría la paga completa, incluso.

Eventualmente su mente le llevaría a preguntarse cómo estarían las cosas dentro. Se imaginó a los pomposos nobles haciendo sus pomposidades y casi siente pena por los otros dos guardias que serían víctimas de ello. Entre sus cavilaciones no dejaba de quejarse por lo ajustado del traje que llevaba consigo, pero de nuevo, probablemente si se lo quitase encontrarían una forma para pagarle menos por no acatar órdenes.

Llegado el momento donde la acción empezaría dentro de las paredes de la mansión él no se enteraría de absolutamente nada. Lo único que le levantó sospechas fue el sonido del silbato. Era uno particular, que con dificultad podría describir, pero en contraste con el completo silencio que ahora reinaba en todo el perímetro no hizo sino ponerse en guardia. Instantes después, el sonido típico de los roedores haciendo de las suyas le invadió, viniendo desde debajo. Lanzó una mirada al tronco para notar como empezaban a escalar los conejos. – ¿Qué cojones? – Se preguntaría a sí mismo. Antes de que los roedores pudieran alcanzarle pegaría un salto fuera del arbol. Saltaría en dirección contraria a la mansión, dejando que el árbol se interpusiera entre él y el edificio.

En el aire aprovecharía para echar un último ojo al perímetro buscando a alguna otra persona o incluso más conejos, mientras se hacía con algo que llevaba dentro del traje. Si los conejos le seguían el paso, como supuso él que harían, buscaría atraerlos lo más lejos de la mansión posible y estallaría una bomba de luz contra el suelo mientras cubría su rostro, buscando cegar a las alimañas. Enseguida echaría a correr en dirección a la mansión. Su velocidad, en teoría, sería sustancialmente mayor a la de los roedores y de un par de zancadas recorrería suficiente terreno como para quedar cerca de la mansión, a un costado, y poder asomarse por uno de los cristales para observar la escena.

Vería entonces a uno de los mercenarios contratados, quien llevaba por nombre “Samuru”, manteniendo al jefe de mayordomos como rehén. – Hijo de p… – No alcanzó a terminar cuando su visión de túnel se expandió y entendió un poco más la escena, viendo al noble y al resto de los participantes que su línea de visión le permitía ver. Concentraría chakra en los pies para escalar las paredes -no cristales- de la mansión y buscar un punto estratégico para intentar seguir viendo hacia adentro y planificar su próximo movimiento sin poner en riesgo la integridad del noble ni sus compañeros. En caso de subir al tejado, buscaría alguna puerta o ventana por la que poder entrar a la mansión de nuevo.

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La fiesta ya había comenzado y todo continuó transcurriendo con tranquilidad, durante la siguiente hora no hubo ningún movimiento sospechoso, lo único llamativo había sido el pianista tocando un cover de Blue bird. Para cuando el festín de la cena se sirvió, el salón parecía un poco más alborotado, producto de la algarabía y del "climax" de la fiesta.
 
El anfitrión de la noche, el nombre regordete, estaba dispuesto para agradecer la presencia de todos y dar algunas palabras por la ocasión, pero su discurso tendría una interrupción que probablemente nadie se esperaba. «¡Laputamadre! no me puedo creer esto» pensó Khal cuando, en efecto, no podía creer lo que veía. Había pasado cerca de una hora observando con detenimiento los movimientos del músico por nada, los antagonistas se encontraban en casa propia, aquellos que los habían atendido desde temprano; Albert, lisa y un mayordomo extra.
 
Albert había decidido actuar, frente a la vista de todos, incluso sabiendo que había gente infiltrada como guardias. ¿Subestimaba demasiado a los "mercenarios? o era que estaban tan seguros de su plan que no contemplaban alguna opción de fracaso.
 
Los invitados a la fiesta poco a poco comenzaron a caer producto de un somnífero que había sido colocado en los alimentos, el Uchiha también se vería afectado por dicho efecto, aunque -gracias a su resistencia- en mucho menor cantidad. Aún así, decidió seguirles un poco el juego. Khal se recargaría en una de las paredes laterales y se dejaría caer lentamente sobre la misma, quedando sentado sobre el suelo y con los ojos casi entrecerrados, observando como Sanji el cocinero entraba a escena «Al parecer todos estos cabrones son traidores» pensó.
Contenido Oculto
 
El uchiha tenía que comprobar ahora quienes eran sus aliados y quienes los enemigos, aún quedaba la posibilidad de que alguno de los mercenarios contratados fuera también un criminal en cubierta, de quien más sospechaba era del tipo que se había ido a jugar con conejos y precisamente él no demoraría mucho en hacer acto de presencia.
 
Samuru estaba actuando contra el mayordomo en jefe, al menos él estaba descartado como enemigo. Probablemente él sería consciente de que Khal estaba fingiendo su malestar, probablemente esperando una oportunidad para actuar.
 
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Khaleesi: Hablando — || ~ Pensando ~ 
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El primero en actuar fue Samuru, naturalmente el era el que tenia la mayor cantidad de pistas e información como para anticiparse a la trampa que planeaba Albert, ya que llevaba un tiempo trabajando en la mansión y tendría sus razones para sospechar que algo malo podría pasar en la fiesta. Astutamente coloco un clon bajo tierra y este no tardo en emerger por detrás de Albert poniéndolo en jaque con un kunai en su cuello. Este movimiento tomo por sorpresa, a todos los bandidos que estaban presentes. pero sobretodo a Albert que se quedo boquiabierto ante el segundo Samuru.
-¿Que? en que momento lo hiciste.. Mierda- Dijo este al verse imposibilitado para hacer algo al respecto.
Sanji, el cocinero, miraba todo desde arriba y al ver el movimiento comenzó a reirse.
-Jajaja, mayordomo tonto, te dejaste atrapar- Era Notable la confianza que se tenia aquel cocinero, que ni siquiera parecía molestarle las acciones de Samuru.
Por su parte, Lisa quedo bien posicionada, ya que aquel Samuru, emergió justo en frente de el y al estar tomando de rehen a Albert, le estaba dando la espalda a ella, la que resultaba ser una habilidosa genjutser. Lo primero que hizo fue expandir chakra hacia el Samuru A y utilizando como cobertura, los mismos huevos de oro que tenia en frente realizo una tanda de sellos para un Genjutsu bastante simple con la intención de evitar las acciones ofensivas de aquel. Si en efecto, aquel era un clon, este simplemente se desharía en una nube de humo blanco al afectarse por el genjutsu.
Realista - Shidareyanagi no Eikyō

Albert por su parte se quedara alerta por si surgen más Samuru de la tierra y se moverá unos metros a la derecha, arrastrando al noble consigo. El ataque de Samuru lo había puesto nervioso y dudoso ya que no se lo esperaba y temía que tuviera más clones ocultos por algún lado, por lo que revisara con la mirada a cada rincon para asegurarse de que el plan siguiera yendo bien.

En cuanto Albert estuviera fuera de peligro, Sanji dará un brinco para saltar del primer piso a la planta baja y empezara a correr con la intención de darle una patada a Samuru B justo en la barbilla. Aquel era un gran taijutser, pero que prefería siempre usar los pies para atacar, nunca las manos ya que eran su herramienta de cocina y no debian ensuciarse.
Kage Buyō


En cuanto a sus compañeros, Khal fingía estar dormido, algo que le resulto muy bien, ya que toda la atención estaba centrada en Samuru, por lo que tanto sus acciones como las que ocurrían afuera con Isshin, pasarían por completo desapercibidas.
Hall de entrada

Por su parte, Ishhin realizo una gran maniobra para deshacerse fácilmente de los conejos, salto del arbol y hecho a correr, los animales lo persiguieron pero fueron cegados por la bomba de luz y se quedaron aturdidos sin poder hacer nada. De momento, los conejos seguirían rondando la mansión pero si nada los atraía de vuelta, con el tiempo se irán yendo de la misma. Probablemente a buscar más comida apetitosa cerca.
Isshin al ver por las ventanas, fácilmente pudo darse cuenta de lo que ocurría en la mansión o al menos lo que se podía deducir a simple vista. Luego este subiría por las paredes donde desde allí podía llegar al tejado o si lo deseaba también podía "romper" alguno de los grandes ventanales de la mansión para colarse dentro, aunque el sonido podía alertar a los bandidos.
Si decidía continuar hasta el techo, se encontraría con una pequeña terraza, con algunas chimeneas de donde salía olor a comida recién preparada. También habría ropa y sabanas colgadas de una soga, ya que los mayordomos solían lavar la ropa allí. Finalmente también encontraría una pequeña escotilla de madera. Esta a diferencia de la puerta de entrada seria fácilmente forzable con algo de fuerza bruta y de abrirla esta daría acceso a la cocina.
techo

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Pasivas

-Hablo-~Pienso~
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Isshin no hacía amague de aparecer y Khal probablemente estaba dando gala de sus dotes actorales porque tenía un plan secreto, o al menos eso esperaba Samuru. Si se las tenía que arreglar solo contra todos los malos, la tendría muy difícil, sobre todo si tomaba en cuenta de que no podía pelear con todas sus fuerzas. Hay muchos civiles desmayados dentro de la mansión, por lo que si usaba técnicas que abarquen demasiado terreno, se llevaría demasiados inocentes por el medio. Al menos tenía un plan B que podía ayudarlo a controlar la situación, aunque este resguardo que tenía en cuestión de instantes se esfumó. Su clon al recibir el genjutsu, fue destruido, a la vez que el Samuru original recuperó el chakra repartido. — Mierda. Quizás debí haberlo matado de inmediato. Fui demasiado blando. — Su inexperiencia como ninja le pudo haber pasado factura en esta oportunidad, pero todo aprendizaje siempre es positivo.

Albert se alejó con el noble, pero Samuru no tuvo tiempo para ir por él. Sanji, quien se encontraba en la segunda planta, descendió. — Deberé encargarme primero de él. — Como pudo verlo desde que empezó a caer, no tendría problemas para bloquear su veloz ataque. Esquivarlo era imposible, pero atacar de esa forma a alguien como él era realmente un error. — Así que Taijutsu. — Un simple ademán con su mano diestra hizo que hacia abajo saliera dispara una corriente de aire cortante que dio contra la patada de Sanji, siendo el contraataque del sin aldea un poco más fuerte. 

Sin embargo, no sería lo único que haría, sino que solo el comienzo. Aparentemente, Samuru era un experto en realizar técnicas que no requieren sellos de mano. De entre sus dos manos se creó una bola de aire hacia abajo, la cual chocaría contra el de cabellos rubios. Este movimiento tenía dos usos que nuestro protagonista quiso se ejecutaran al mismo tiempo. El primero, lograr desestabilizar ahí abajo a Sanji, quien ya debería haber quedado no en la mejor de las posturas tras perder el enfrentamiento contra el Sotoni no Shipai desde esa posición inferior. El segundo, impulsar a Samuru hacia arriba, en dirección al techo. De este modo, ganaría distancia con su oponente.

Aún no. — Samuru no quería darle oportunidad al traidor. Compartió mucho con él durante varios días como para que ahora se cambie de bando. Se la pagará.

Mientras era impulsado hacia arriba, ejecutó un solo sello de mano y creó un clon debajo suyo. Este clon, fue empujado por el original hacia abajo, mientras que este segundo colocaba un sello explosivo en la espalda de la réplica. La idea es que cuando este fuera a llegar hacia Sanji, el Samuru original ejecutará un nuevo sello de mano para que ocasionar la explosión y afectar también al cocinero. Y, como último movimiento, ya estando en el techo desde luego de la creación del clon, se dejó caer hasta la baranda del segundo, mirando hacia abajo, teniendo en su rango de visión a todo el mundo, al menos en el hall principal.

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Con la breve y efímera victoria de haber sorteado el obstáculo que los conejos asesinos representaban, el pelilargo ahora se había postrado en los tejados de aquella magnífica mansión. No sin antes, por supuesto, haberle dedicado unos momentos a observar a través de una de las ventanas la situación que transcurría dentro.
Contenido Oculto

Una vez en el tejado buscaría una manera de entrar, localizando la escotilla con cierta facilidad pero considerando si tomar o no ese camino. – Tch, qué dolor de cabeza. – Con un rechistar los dientes y una queja que fácilmente podría tratarse del gruñido de un animal, se rascó la nuca.

Tardó unos momentos más en decidir, y terminó pegando saltos y quedando en el pilar que soportaba el ventanal más al “norte” del hall de entrada (F0). Estando ahí se pegó a la pared utilizando chakra y buscó mantenerse oculto mientras evaluaba la situación de nuevo, esta vez con actualizaciones visuales. El noble se había movido junto con quien lo mantenía de rehén y la chica, Lisa, lucía desprotegida y confiada. Sanji y Samuru danzaban a un ritmo vertiginoso mientras Khal parecía víctima de lo que sea que había provocado el sueño colectivo. Más allá de todo, el pianista y un aparente vigía también eran parte del panorama.

Kinobori no Waza
Contenido Oculto
– Hora de actuar. – Murmuró para sí mientras dejaba escapar todo el aire que tenía preso en sus pulmones y adoptaba una de sus posturas preferidas; Byakko. Y más allá de eso ejecutaría el sello pertinente para ganar aún más control sobre su cuerpo. – Vamos. – Terminaría diciendo.

Tercera Postura – Byakko

-10 CK (Bonos aplicados)

Gotai: Kinkou

-10 CK (Bonos aplicados)

Acto seguido se lanzaría a través del cristal (E0) casi a la altura del suelo dentro de la mansión, cubriéndose el rostro para no hacerse daño al atravesarlo. Al instante de tocar el suelo se lanzaría en una carrera vertiginosa, esquivando los huevos y confiando en haber llamado la atención de todos los presentes tras romper el cristal y buscaría encajar una patada de naturaleza similar a la que Sanji había usado momentos antes en la barbilla del jefe de mayordomos. De todo salir bien, el sujeto volaría por los aires habiendo soltado al noble, haciendo una parábola que terminaría más allá del pianista. Si el noble quedaba libre, Isshin le tomaría por la ropa para llevarlo hasta G3 (debajo del saliente, en la planta baja). Ahí se colocaría frente al noble, buscando protegerlo.

Kage Buyō

60 de daño | 110 de velocidad | -15 de CK (Bonos aplicados)

OFF
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El fingir su estado de sueño tuvo buenos resultados, pues el Uchiha pasaría desapercibido por todos los bandidos presentes. Ahora, él se enfrentaba a una encrucijada mental, seguir actuando y ver como se desenlazaba todo le parecía una opción atractiva pero también consideraba que eso sería algo poco serio de su parte. Tampoco tenía la certeza de poder descifrar el comportamiento mental de los contrincantes, qué tan en serio irían con el asunto. ¿Serían capaces de matar al noble aún cuando la situación no ameritara demasiado?. Simplemente tampoco podía asumir riesgos innecesarios.
 
Decido actuar, solo era cuestión de sincronizar bien los tiempos para tomar acción en el momento más adecuado, y lo encontraría cuando el clon de Samuru desapareció de manera fugaz. Su visión estaba centrada en Lisa y vio como esta realizó un movimiento sospechoso, aunque tampoco tuvo una apreciación precisa de los hechos, puesto que todo aquello cuanto podía ver se limitaba a una pequeña rendija al tener los ojos entrecerrados. - Libero hide del turno pasado donde menciono la expansión de chakra -.
 
Aún desde su posición en el piso, Khal abriría los ojos totalmente a la par que realizaba una secuencia de sellos para completar su técnica visual. La expansión de chakra se había hecho segundos antes y la víctima, al estar enfocada en otro objetivo, no esperaba para nada caer en un Genjutsu. Lisa quedaría en un estado de parálisis y al no acontecer nada anormal en la escena, nadie tendría que darse cuenta de que ella estaba atrapada en una técnica ilusoria. "Más tarde me encargaré de ti" pensó el pelinegro. El efecto de estado era limitado, pero aún le daba algo de margen para no actuar a las prisas.
 
Mientras tanto, el resto de los presentes también se involucraba en sus respectivos escenarios. Siendo el enfrentamiento entre Sanji piernas locas y Samuru el más vistoso. El Kujaku se desenvolvía perfectamente y no parecía tener ningún problema con su adversario de turno "Bueno, parece que él no necesita nada de asistencia". Visto lo anterior, centraría su atención ahora para con el que parecía ser la amenaza principal, Albert, quien tenía de rehén al noble gordo. Su sorpresa sería mayúscula al observar como los cristales de la mansión se rompían de un solo impacto y como Isshin entraba a escena tras ello, con la intención de encajar una patada en el mayordomo en jefe. "Parece que este de aquí también es confiable. Creo que lo mejor será lidiar con los estorbos"
 
Khal había obtenido una buena impresión de sus compañeros en turno y estaba interesado en ver las habilidades que estos tenían, pero eso tendría que esperar un poco hasta que se encargara del par restante. Avanzó tan rápido como pudo hasta la zona donde se encontraba el mayordomo restante y la paralizada Lisa, y ahí, apenas llegar intentaría encajar un rasengan en contra del primero.  La reunión de chakra la hizo desde que empezó el desplazamiento, así que los tiempos encajarían perfecto. De lograr su cometido, avanzaría tranquilo hacia Lisa para tratar con ella.
 
No temas. Tan solo necesito que no intervengas —. Su apariencia era demasiado juvenil, de hecho, hasta parecía una chica pequeña. El jounin sentía algo de culpa por tener que dejarla inconsciente, pero no podía dejar cabos sueltos.
 
Un rodillazo a la altura del abdomen y un cabezazo contra su frente sería el combo elegido por Khal para ejercer un daño contra ella que la pondría en grandes aprietos. Posteriormente, arrojaría uno de sus hilos metálicos hacia ella.
 
Ata tu mano izquierda a tu pie izquierdo, si no lo haces, la próxima vez no seré tan gentil — Sentenció.
 

Estadísticas de Khal Uchiha
Rasengan
Zutsuki

Chakra: -65,-60, -55 = 859.

Resumen:
Khal: Hablando — || « Pensando » 
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