En el nuevo mundo [Priv. Nagi]
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Aldea oculta entre la niebla
Año 14 D.Y
 
La segmentación de facciones que ha sufrido el mundo ninja en poco más de una década parece haber alcanzado su punto más alto, las nuevas generaciones y aquellos que decidieron sumarse a los ideales del nuevo dios, apoyaban desde luego al Imperio. Los opositores, por su parte, añoraban que la sociedad regresara a los días antiguos de antes de la intervención de Yogensha, estos eran conocidos como rebeldes. Un tercer grupo era catalogado como criminales, no habían adoptado alguna ideología en específico pero se encontraban en una especie de tregua con los imperiales, fungiendo como perros de caza de estos últimos y obviamente sin tener el mismo respeto o reconocimiento que ellos.
 
Eso último irritaba un poco al chico de cabellera rubia y desordenada que caminaba con semblante molesto -como de costumbre- a lo largo de la avenida principal de la aldea. Toda su familia era fiel partidaria del régimen imperial, su padre incluso dio su vida para apoyar la causa y su madre simplemente no podía concebir la idea de que su propio hijo no siguiese los mismos pasos. Pero, para Katsuki, esas eran simplemente tonterías, él no quería ser un cordero más con una idiosincrasia establecida por los mandamases, aunque tampoco quería ser un alborotador rebelde que simplemente organizase revueltas sin un objetivo en concreto. Si tuviese que elegir, él optaría por trabajar para la facción criminal, después de todo, fue entrenado para ser un ninja y los trabajos que ellos realizaban estaban más apegados a ello, además, no tendría que seguir de manera estricta el protocolo imperial y tendría un poco más de libertades.
 
Pero esa mujer simplemente no lo entiende —. Una vez había llegado a una zona verde más alejada del bullicio céntrico de la villa, se dejó caer de manera brusca sobre una banca de madera y dejó escapar sus pensamientos a modo de queja. — También puedo conseguir méritos sin la necesidad de ser un esclavo sin pensamientos —. Así se refería Katsuki para con los imperiales, pero eso era algo con lo que debía de tener cuidado, ya que estaba al borde de ser considerado como blasfemia y esa expresión ya le había traído problemas y amenazas anteriormente.
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Ya veo, con que un chico “especial”. — Pensó en voz alta mientras se encontraba de pie sobre un edificio. Entre sus manos tenía un documento con cierta información de un individuo. Cuando ya la memorizó, la hizo picadillos y se marchó. Al parecer tendría un día divertido y eso se reflejaba en su cara, pues durante todo el camino sonrió. Aunque, sinceramente, esto no es raro. Él siempre sonríe.

¡Hola! — Gritó. Sí, él no era de esos ninjas que guardaba silencio y hacía todo con sigilo. No es su estilo. Sin embargo, antes de que probablemente Katsuki reaccione a su saludo, ya recibiría una patada en la espalda que lo mandé a volar unos cuantos metros. Esta fue dada con cierto grado de fuerza, pero nada del otro mundo. Solo lo hizo para llamar su atención mientras soltaba una pequeña risa. ¿Sabrá el otro que deberá pasar el día con un supervisor o lo habrá tomado totalmente por sorpresa? tarde o temprano se descubrirá.

Así que tú eres el niño problema. Tu informe decía que tu carácter era muy peculiar. —  Antes de las presentaciones más formales, Nagi haría demostración de su hiperactividad y saldría corriendo a gran velocidad, pasando por el costado de Katsuki. Descendería la zona y correría en una dirección que parecía azarosa. — ¡Sígueme! ¡No seas lento! — ¿Adónde iba? Es como si supiera de antemano lo que tenía que hacer. Si lo conocieras, diría que está simplemente improvisando, como siempre. Pero esta vez es distinto. Había una misión de por medio.

Aprovechando su velocidad, se adelantaría aunque Katsuki intente alcanzarlo, y se perdería entre los edificios. Habían llegado a una zona de la aldea no muy segura que digamos. Aquí normalmente ocurren problemas y se encuentran individuos poco deseados para la comunidad general. Por ese dato en específico es que el chuunin los llevó en esa dirección. Cuando el de cabello explosivo llegue intentando seguir al Yuki, se encontraría con una pequeña sorpresa. Rebeldes ya estaban realizando emboscadas en la zona. Planearon todo desde el anonimato, sin que nadie se diera cuenta, o eso creían. Si Nagi sabe es por algo.

Ahora, nuestro pequeño amigo genin tendrá dos opciones. Si decidió saltar por los tejados y avanzar principalmente por las alturas, cuando llegue a una parte en donde hay edificios paralelos, dos hileras arrojarían kunais hacia el sector opuesto, queriendo herir a la víctima. En caso de que vaya corriendo por el piso, al llegar a la misma zona se encontraría con pequeñas bombas ocultas bajo tierra, por lo que al pisar sufriría el daño de una explosión a mediana escala. ¿Qué hará y cómo se defenderá? Ya estaba siendo a prueba y al mismo tiempo la misión había comenzado.
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No pudo seguir ofuscado en sus pensamientos, antes de siquiera darse cuenta, había recibido un impulso desde atrás que lo arrojó de la banca y le hizo dar un par de vueltas en el suelo. — ¡¿Maldito lunático por qué has hecho eso?!  —. Exclamaría el rubio tan pronto se incorporaba nuevamente y limpiaba las motas de polvo de su vestimenta. Una vez de pie, miraría que un hombre joven le saludaba sonriente, esa misma persona era, sin duda alguna, quien lo había arrojado anteriormente.
 
Katsuki no tardó nada en gesticular su peculiar semblante molesto, esa actitud tan confianzuda que había adoptado Nagi, le resultaba en exceso fastidiosa. — ¿Yo soy el problemático? Tú eres el que me ha pateado, bastardo!!! — Apresurándose hacia la dirección de su contraparte, el genin de la niebla tenía la intención de atraparlo para desquitarse de lo anterior, pero el Yuki era -por mucho- más rápido que Katsuki, y comenzó a correr mofándose de este. 
 
El chico, desde luego, que no dejaría escapar a alguien que se había burlado de él y emprendió carrera con la intención de darle caza. Nagi habiendo avanzando antes, tenía ventaja sobre Katsuki, pero eso no era todo, él incluso era más rápido que el rubio, por lo que no tardó en perderse entre los edificio y escapar de la vista de su perseguidor. «No escaparás tan fácil, te encontraré, maldito» el pensamiento fue acompañado con un aumento en los pasos, pero el esfuerzo sería en vano. 
 
Pronto llegaría a una zona de la aldea que se caracterizaba por ser un poco más marginal y, aparentemente, no había rastros del pelinegro allí. Katsuki optaría por continuar la búsqueda desde las alturas, quizás desde allí, con suerte, tendría alguna pista. Lo que no sabía es que llegaría a un punto en el cual sería emboscado por una lluvia de kunais desde dos flancos.
 
Mierda... —. No había tiempo para pensamientos innecesarios, había que actuar, las armas arrojadizas que se acercaban eran numerosas.
 
Retrocediendo un par de pasos, Katsuki se afianzó en una mejor posición. Luego recubrió ambas manos con chakra y ejecutó una secuencia de golpes contra los kunais que se dirigían hacia su tronco para desviarlos hacia los costados.
Chishi Kumiawase

 
El método había sido efectivo casi en su totalidad, había evitado los puntos vitales y algunas otras zonas de importancia, pero su habilidad aún no era la suficiente como para librarle del daño total. Ambas piernas habían sufrido heridas de roce producto de los cuchillos arrojadizos.
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Lo hizo de una manera aceptable, aunque Nagi esperaba algo más. Quizás confió demasiado en él, pero no era momento para pensar en eso. El chuunin estaba enterado de todo lo que podría pasar debido a que esta misión/entrenamiento fue planeada cuidadosamente un jounin de la aldea. Este le comentó que veía mucho potencial en el genin y que incluso ya alguien se encargaría de él, pero que aún era necesario que más ninjas le dieran una mano para que de a poco pueda ir explotando su potencial y no termine siendo un cualquiera a medida que pasa el tiempo y se estanque. Eso no se puede permitir. Kiri debe tener ninjas fuertes tanto ahora como en el futuro. Al menos eso se le dijo.

Mientras Katsuki se fijara en sus piernas heridas, desde una ventana aparecería un hombre de tes morena con un cuchillo kunai en la mano. Corrió hacia el genin intentando atacarlo y aprovechar la sorpresa de antes. Para el Yuki sería sencillo quedarse quieto y solo mirar, pero podía ser peligroso. Es obvio que no solo un individuo entraría en escena, no subestimarían a un ninja.

Ya sería cosa del menor el defenderse de su agresor. El verdadero problema vendría cuando dos individuos cuyos rostros estaban cubiertos por máscaras. De pronto verían como no eran capaces de seguir avanzando. El rival de Katsuki y el mismo compañero de Nagi tampoco podría dar atisbo de movilidad con sus piernas. Los pies de todos estaban congelados. — Myogen, completado. — Detrás de Katsuki estaba el Yuki manteniendo un sello de mano, el cual después de haber liberado al genin, deshizo. Los otros tres siguieron congelados.

Hyōton: Myogen


Bien, niño problema, usaremos el modo divertido. — De una patada mandó a volar desde las alturas a uno de los individuos que quiso atacar por la espalda. — Pregúntale al de ella en voz baja dónde se esconden sus amigos. Yo le preguntaré a este y luego compararemos respuestas. Si no nos dicen lo mismo, los castigaremos de una forma muy cruel y despiadada. — Hizo especial énfasis en estas últimas palabras para que ambos rehenes entendieran que hablaba en serio.

Luego de un minuto hablando con el tipo que le tocó, volvió hacia Katsuki y preguntaría cuál será la información que obtuvo. Esto será muy importante debido a que el futuro de esos sujetos dependería de ello. Aún era temprano por la mañana, así que había tiempo para continuar con las preguntas. — ¿Y bien?

OFF ROL
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No sabía como la persecución de un bromista se había tornado en esto. Él simplemente quería alcanzarlo para enseñarle una lección y ahora se encontraba con ambas piernas heridas. «Juro que una vez te encuentre, me las pagarás» reprocharía en pensamientos el rubio. Sin embargo, el chico ni siquiera podría pensar en ello, su atención ahora debía de centrarse en la nueva amenaza que tenía en frente, eso si es que no quería resultar con más heridas. Un hombre negro aparecería en escena sosteniendo un kunai en mano y acercándose hacia el genin para atacarlo.
 
¿Qué diablos les pasa? ¡Ni siquiera los conozco! — Exclamaría Katsuki. Toda esta situación le parecía demasiado rara.  Si bien era cierto que había ingresado al sector más marginal y peligroso de la aldea, no es como si les hubiese dado algún motivo para ser atacado. Sin perder más tiempo, el chico se apresuraría para cargar contra su nuevo agresor, el taijutsu era casi siempre su opción predilecta y aquello que también usaría esta vez, o al menos esa era la idea original, su plan se iría al caño cuando toda la superficie fue congelada, inmovilizando a los allí presentes, incluido él.
 
 Girando un poco su torso, Katsuki podría ver, con algo de esfuerzo, como Nagi se encontraba a sus espaldas con un sello de manos sostenido. No era demasiado trabajo mental llegar a la conclusión de que había sido él el ejecutor de la técnica de hielo. Eso le enfureció un poco, no solo había sido burlado por él anteriormente, ahora incluso lo había atrapado con un ninjutsu. «Resulta que se cabrón también es un shinobi, era de esperarse» sin embargo, lo que más le molestaba al chico, era el hecho de que el Yuki evidentemente era más hábil que él.
 
Lo siguiente que pasó lo desconcertaba aún más. ¿Era el muchacho de los ojos amarillos amigo o enemigo?. De alguna manera no le daba la sensación de ser una mala persona, incluso ahora hasta parecía que lo estaba ayudando, pero, ¿podría fiarse tan fácilmente de un desconocido?.
 
Está bien, pero no creas que me he olvidado de lo que has hecho, ¡eh! — Exclamaría "el niño problema" una vez se había librado del hielo de sus pies. Posteriormente caminaría hasta donde se encontraba el negro, bastaría una simple patada sobre su brazo para que este soltase el kunai que mantenía en su mano izquierda, antes de que pudiera caer al piso, Katsuki lo tomó.
 
No me gusta divagar — Tras pronunciar estas palabras, usaría el cuchillo para producir un corte sobre la zona abductora de su muslo derecho. — El corte que te he hecho está a media pulgada de la "vena cava", si no me dices lo que quiero oír, el siguiente corte hará que te desangres dolorosamente. Así que, ¿dónde están tus compinches? —. El hombre moreno podía notar por la mirada de Katsuki que hablaba en serio, consideró que no valía la pena encubrir a sus compañeros, ni siquiera eran tan unidos como para morir desangrado por su bien. — En.. en la bodega abandonada de la fábrica textil, en la zona norte de la isla —. Respondió con un pequeño titubeo al principio.
 
Mientras tanto, del lado de Nagi, la respuesta emitida sería la siguiente. — Sector sureste, antiguo parque de diversiones... —. Este hombre tenía más tiempo al lado de sus compañeros, ¿acaso les estaba protegiendo? o también le importaría poco la integridad de los "suyos".
 
Un minuto más tarde, el par de kirinines caminaría hasta el centro de ambos para intercambiar respuestas. — Asegura que están en la bodega abandonada de la fábrica textil, al norte —. Comentó en primera instancia.
 
¿Pero me puedes decir de qué diablos se trata todo esto? —. A Katsuki le irritaba un poco el no saber lo que estaba pasando y ver a Nagi tan despreocupado y quitado de la pena.
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La mano diestra se posó en el cuello del rehén y apretó con fuerza, casi como si no quisiera que le responda y solo tuviera la intención de provocarle tanto temor como sufrimiento. Lo más peculiar es que esa sonrisa casi inocente jamás desapareció de su rostro. Cualquiera podría malinterpretar y pensar que disfruta ocasionándole dolor, pero eso está muy alejado de la realidad. Él simplemente siempre está feliz, es así. Pasados unos segundos, lo soltó. — ¿Y bien? Ya debes haber entendido que si no me dices lo que quiero, tu final será lento. No me gusta que las cosas acaben tan pronto. — Ahí fue cuando abrió la boca y reveló el dato. Ahora debía contrastar la información con la recopilada por el genin.

Caminó hacia el centro y se encontró con él. — ¿Y bien? — Lamentablemente lo dicho por ambos no coincidía. Literalmente ignoró la última pregunta hecha por Katsuki y tras colocar la diestra bajo su mentón, pensó durante breves segundos. — Debemos seguir con el experimento. — Fue hasta el tipo que él interrogó y tras tomarlo de la ropa luego de descongelarlo, lo arrastró hacia donde estaba su compañero. — De acuerdo. Esto es simple. No dijeron lo mismo, así que necesito que me digan cuál está mintiendo. Golpéense. El que quede en pie lo tomaré como el sincero. Si se rehúsan a atacarse, mataremos a los dos. — Ni bien terminó, el tipo de que sufrió el corte lanzó un golpe certero a la nariz del otro, noqueándolo al instante.

Hmm… — Juzgando la expresión que tenía en su rostro, lucía desesperado. No debía mentir, o al menos eso esperaba. — A la fábrica entonces. — Le dio un golpe en la cabeza, dejándolo inconsciente. Solo Nagi y Katsuki quedaban despiertos. — Vendrán a recogerlos luego. No tenemos tiempo que perder. ¡Vamos! — Y nuevamente sin dar demasiada explicación, se fue corriendo del lugar. De nueva cuenta el otro muchacho tendría que seguirle el paso.

Pasado el tiempo necesario, Katsuki debería llegar a la tan famosa bodega. Curiosamente no vería a Nagi por los alrededores, pero sí a dos guardias derribados en la puerta trasera. Es una pista clara de que ahí es la entrada. Ahora, él explosivo joven tendrá nuevamente dos opciones como cuando estuvo en los cielos. La primera es acercarse a la puerta y encontrarse que la puerta estaba trancada con algo por dentro. Podía usar la fuerza y alguna técnica para abrirse paso, o romper una ventana que estaba al costado, aunque eso alertaría a los que están en el interior.

La segunda opción es la que se encarga de no limitar la imaginación. Existe la posibilidad de que el muchacho quiere explorar y buscar otra forma de entrar. Lo que sí, es obligatorio el ingreso. De no hacerlo, podía meterse en graves problemas. ¿Qué pasa con Nagi mientras tanto? Él anda en la suya, como siempre. De lo que sí se puede estar seguro es que Katsuki siempre estará siendo vigilado por él. El cazador nunca pierde a sus presas.
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El chico de ojos amarillos parecía hacer las cosas muy a su manera, ni siquiera dedicó segundo alguno para la última pregunta planteada por su compatriota. «¿Dijo seguir con el experimento?» Katsuki se empezaba a preguntar si había al menos algo de seriedad en todo lo que estaba pasando, o si se trataba de alguna treta organizada por el Yuki. Pronto lo averiguaría.
 
Los métodos de Nagi, para hacer las cosas, eran demasiado particulares. Pronto encararía a ambos sospechosos y determinaría que, aquel que se mantuviese de pie hasta el final, sería el acreedor de la verdad. Al genin le costaba demasiado trabajo aceptar esa resolución como válida.
 
Espera, no puedes simplemente decir que ese cabrón no mentía porque quedó de pie —. Le increpó el rubio tratando de detenerlo, sin embargo, sus intentos serían en vano. — ¡Y deja de arrancar a correr cuando te de en gana!. ¡Nosotros aún tenemos asuntos que resolver! — Katsuki sentía que Nagi le debía algunas explicaciones. Primero, por qué demonios lo había pateado, y segundo, de qué se trataba todo este lío. 
 
El chico veía al usuario del hielo, como una persona que causaba revueltos a donde quiera que fuese. Sería mucho más sencillo simplemente ignorarlo y regresar a su rutina habitual, sin duda alguna eso le ayudaría a librarse de muchos problemas innecesarios, pero por alguna razón, no hizo nada de eso. Su instinto preservaría sobre su lógica, algo le decía que al final de todo, valdría la pena seguir al muchacho y que se arrepentiría si no lo hacía. — ¡Al menos anda un poco más lento! — Gritó mientras le perseguía tan rápido como podía.
 
Instantes después, Katsuki llegaría a la mentada bodega. Respiraba agitado y con un poco de pesadez, puesto que se había exigido mucho físicamente para alcanzar al muchacho, pero, lastimosamente para su causa, aún así no pudo lograrlo. Fuera de la bodega había dos personas noqueadas, probablemente eran aquellos encargados de hacer guardia. «Esto tuvo que ser obra de ese chico» pensó mientras comprobaba que el par efectivamente estaba fuera de acción.
 
Cuando intentó entrar por la entrada principal, notaría que estaba se encontraba trabada desde dentro. Recorrió visualmente la estructura del almacén y vio que había algunas ventanas altas, aunque todas estaban recubiertas por cristales. Para ingresar sí o sí debía destruir algo.
 
Si al final no hay nada malo acá, me meteré en grandes problemas — Dijo para sí mismo antes de tomar su siguiente curso de acción. Probablemente lo más lógico sería entrar desde algún punto discreto y hacer el menor ruido posible, sus habilidades como ninja podrían facilitar eso, pero si había una entrada disponible justo frente a él ¿por qué no tomara?.
 
Katsuki formó un único sello y posteriormente concentró chakra en su diestra. Dos segundos después, soltaría un puñetazo que liberaría una ráfaga violenta de aire, misma que terminó de abrir la entrada.
Juuha Shou

 
Con el camino despejado, el genin ingresaría al almacén...
 
Off Rol
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Podríamos decir que el genin tomó la opción más divertida, pero también la más descuidada. Cuando ingrese al almacén, el peligro para él comenzaría al instante. Un individuo lo estaba esperando para aprovechar la sorpresa y derribarlo. Lo embistió con el hombro y una vez lo tuviera en el piso, le lanzaría golpes tanto a la cabeza como directamente al rostro. Un segundo tipo estaba a su costado dándole patadas al pobre muchacho. Lo positivo es que estos dos no eran fuertes, así que, independiente de que Katsuki reciba unos cuantos golpes, podrá encargarse con facilidad de ellas.

Una vez lo haga utilizando el método que quiera, podrá seguir avanzando por la fábrica.  Las luces estarán apagadas, pero como fuera ya es de día, por las ventanas entraría un poco de luz, al menos lo suficiente para que pueda ver en qué dirección camina y percatarse si hay personas a su alrededor. Sin embargo, no sería tan fácil como él pueda esperar. En esta oportunidad, Katsuki no será el cazador, si no el cazado.

El edificio se compone de tres plantas y cada piso es bastante grande con pasillos, cuartos y sectores amplios con diferentes máquinas. Hay sitios para esconderse por montones. Desde los pisos superiores, Katzuki podría escuchar muchos murmullos. Si hasta ahora hubo mucho silencio, a excepción de la rencilla cuando entró, ahora será diferente. Incluso si se concentraba escucharía ciertos diálogos que podrían interesarle, al menos para entender el contexto en el que estaba.

Menos mal nos encargamos del tipo gritón. Ahora solo resta encargarnos del otro tonto. Se rompió un vidrio, así que debe ser él. ¡Todos! Búsquenlo y acábenlo. Es peligroso si lo dejamos moverse y que descubra nuestros planes. — La información más interesante sería que, al parecer, capturaron y derrotaron a Nagi. Juzgando sus palabras, podría incluso interpretar que lo mataron. ¿Cómo usará esta información?

Respecto a la búsqueda que harían los rebeldes, estos se separarían en grupos de tres en los pisos uno y dos. Sin embargo, no andarían pegados. Cuando deciden un cuadrante, se separarán máximo diez metros del resto para buscar a la rata fugitiva. Es aquí donde Katsuki nuevamente debe tomar decisiones. Ser silencioso e ir uno por uno, quizás evadirlos y buscar la escalera que lo lleven a los pisos superiores. ¿Creerá que Nagi está muerto o capturado? También es una decisión clave, pues si confía en que ese hombre falleció, no tiene mucho sentido buscarlo en específico.

Ahora, ya se sabe que ahí están planeado cosas turbias en contra de la aldea, específicamente el dominio imperial. ¿Qué resoluciones tomará nuestro amigo genin?
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Entrar galantemente por la entrada principal no era precisamente el mejor de los planes, tan pronto como puso un pie dentro del lugar, sería interceptado por sorpresa por un hombre gordo que lo embestía con el hombro, arrojándolo al piso. «¿De dónde salió este cerdo?» Katsuki no esperaba que hubiese alguien tan pronto entrar, aunque ahora que lo pensaba, el derrumbe de la puerta quizás había llamado la atención de los cercanos. Un segundo individuo se sumaría a la defensa del sitio, y entre ambos intentaron moler a golpes al genin.
 
¿Ya tuvieron suficiente, malditos? —. Una corriente de aire apareció rodeando al rubio, después de que este hiciera los sellos de manos correspondientes. El tornado impedía que cualquier intento de ataque enemigo se efectuase, pues únicamente empleaban sus puños como golpes blancos.
Tsukodome no Jutsu
 
Katsuki, fastidiado por haber recibido los golpes previos, no se tentaría el corazón con los adversarios y daría sendos golpes potentes al dúo para dejarlos fuera de combate.
Gouken Ryuu

 
Ahora, con el camino despejado, suponía que debía seguir avanzando, aunque ignoraba el para qué. El interior de la bodega era mucho más espacioso de lo que podía haberse imaginado, incluso contaba con tres niveles, estando él en el más inferior. La luz solar que se filtraba de los ventanales le proporcionaba suficiente iluminación como para deambular por ahí y apreciar los suficientes detalles. En el primer piso no encontró algo que le pudiese dar una pista de qué iba todo esto. Él recorrió el recinto desde las zonas laterales, casi pegándose a los muros, pues era mucho más fácil esconderse en alguna de las pilas de objetos acumulados ahí. Finalmente, llegaría a una zona que conectaba el primer nivel con el segundo, desde allí pudo escuchar un fragmento de conversación que le pareció interesante. 
«El tipo gritón seguramente es ese tío de ojos de gallina, pero, ¿atraparlo?. Imposible, seguramente les está jugando una broma el bastardo» Katsuki sabía que Nagi era mucho más fuerte que él físicamente y que también era más diestro usando ninjutsu, incluso manejaba el elemento Hielo, simplemente no había manera de que algunos vandaluchos lo hubiesen atrapado. Ahora la pregunta era, ¿qué quería ganar con todo esto?.
 
Supongo que ahora no hay vuelta atrás —. Comentó en voz apenas audible para si mismo.  ¿Cuáles eran los planes a los que se referían?. Solo había una manera de averiguarlo y eso era lidiar con ellos.
 
Katsuki contemplaba dos vías para hacer las cosas. La primera opción era evadir a todos los enemigos y avanzar tanto como fuese posible hasta poder reencontrarse con el Yuki, junto a él, sería más fácil encarar todo, aunque existía el riesgo que después todos los bandidos se agruparan y los superaran con gran diferencia numérica. La otra vía era ir lidiando uno por uno, o interceptarlos e pequeños grupos, pero eso era más tardado, y aún así estaba la opción de que algo saliera mal y, de igual manera, terminara alertando a todos los presentes.
 
Optaría por aquello que parecía la opción más rápida, así era él, el camino directo debería ser siempre el mejor. Una nueva secuencia de sellos le haría mimetizarse con el aire y volverse invisible e indetectable para el ojo humano corriente y enemigos normaluchos.
Tobidasu

 
Gracias a su jutsu, lograría subir con facilidad las escaleras que conectaban con el segundo nivel, situándose en la nueva planta. Apenas subir, vería que esta era algo diferente a la inferior...
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La decisión por parte de Katsuki fue tomada. Decidió no combatir contra los bandidos rebeldes y buscar la forma de ascender hasta la segunda planta sin ser descubierto. Lo logró, puesto que no había ninjas sensoriales en el grupo del primer piso, pero en el nuevo sector ya estaba todo preparado. Es como si el pequeño genin todo este tiempo hubiera estado recorriendo una historia que fue escrita con anterioridad, poseía un destino quizás imposible de cambiar. 

Tal como vio al final de la escena anterior, el nuevo escenario en donde se desarrollaría esta historia era diferente al anterior. No había una inmensa cantidad de pasillos y oficinas, sino que todo lo contrario. Había unos cuartos por ahí, pero lo que destacaba era el gran espacio que había en el centro. Debido a polvo y marcas en el suelo que indicaban el movimiento de muebles, se podía prever que en el pasado el espacio no estuvo desocupado. Puede ser que para lo que sucederá a continuación todo fue colocado de esa forma. Ya se descubrirá.

Lo primero que Katsuki presenciaría sería a un Nagi en tirado en el piso y amarrado. En su rostro se veían signos de haber sido golpeado, además de que su ropa también mostraba ciertos daños. Le dieron una paliza y lo tenían ahí como rehén. A su alrededor había cinco tipos en donde destacaba uno en particular. Este estaba atrás del todo, en una línea recta desde la posición de Katsuki. Se encontraba sentado y mantenía un sello de mano activo. Esto dio la pista inmediata de que era un ninja, o que al menos utilizaba ninjutsu. 

Menos mal llegaste. Pensé que causarías más problemas para venir, pero usaste la vía fácil. De todos modos, fue inútil.

Hizo una seña y de inmediato desde la espalda del genin emergerían todos los soldados que evadió en el primer piso. Todos lo apuntaban amenazantemente con cuchillos. Estaba completamente rodeado. Lo que parecía ser una etapa de supervivencia muy simple para él, se complicó más de la cuenta. Además, Nagi no podría ayudarlo debido a su estado de inconciencia. El líder de la banda revolucionaria soltó una molesta risa, burlesca, obviamente mirando en menos al ninja recién llegado. Considerando la explosiva personalidad de él, esto podría hacerlo enfadar, pero actuar de manera desconsiderada podía llevarlo a su perdición. 

El mandamás arrojó un kunai a los pies del rubio, y con un simple movimiento de cabeza le ordenó que lo tome. Luego, uno de sus esbirros tomó el cuerpo de Nagi desde el cuello de la camisa y lo arrastró hasta el genin, provocando que quede de rodillas ante él. Tras hacerlo, retrocedió.

Ese tipo ya estropeó nuestros planes muchas veces antes. Es un completo estorbo. Acaba con su vida y te permitiremos escapar. Prometemos no hacer la del topo para que no te metas en problemas. Por el contrario, si te niegas, daré la señal y mis hombres dispararán al unísono. Tú decides.

Las cartas ya estaban sobre la mesa. Katsuki era quien debía decidir nuevamente el destino, tal como ha sido desde el momento en que conoció al chuunin ahora inconsciente. ¿Qué hará? La decisión que tome es vital tanto para su supervivencia como para los planes de aquel grupo que mucho daño podía hacerle a la aldea. ¿Se sacrificaría a sí mismo? ¿Pondría como prioridad su propia vida? Pronto se sabrá.

Contenido Oculto
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Última modificación: 17-03-2023, 06:16 AM por Katsuki.
Tan pronto como subió las escaleras y llegó al segundo piso, el chico se daría cuenta que la distribución espacial distaba con respecto a la de la planta baja. Todo parecía como si hubiese estado especialmente preparado para ello. ¿Estaba acaso anticipada su llegada?.

Si bien eso le parecía un poco anormal, tampoco era al grado de que disparara su sentido de alerta, después de todo, se trataba de una bodega abandonada, tan raro no era. Con el ceño entre fruncido, Katsuki dio los primeros pasos para adentrarse a la nueva planta, apenas pudo tener una mejor panorámica del sitio, se daría cuenta de que había un bulto recostado y atado sobre el suelo, precisamente en la zona despejada. 
 
Estás de joda con esto... —. Se quejó para si mismo cuando contempló la escena completa. La persona en el suelo, con rastros de haber sido herido, era el Yuki. Además, alrededor de él, se encontraban cinco individuos, presumiblemente quienes le habían maniatado. 
 
Era demasiada información para procesar. En primer lugar, si bien no lo conocía de demasiado tiempo, Katsuki se había hecho a la idea de que Nagi era un shinobi capaz, al menos era más habilidoso -y con creces- que él mismo, de modo que encontrarlo en ese estado sugería que los vándalos eran al menos igual de fuertes, de ser así, el rubio no tendría ni la más remota oportunidad de hacer algo.
 
"Supongo que escapar ni siquiera es una opción" pensó en la inmediatez. No dejaría a su suerte al Yuki, aunque le parecía una persona molesta y no era para nada de su agrado, Katsuki no era un hijo de puta que simplemente huiría para salvar su propio pellejo. Y, aunque lo fuese, dudaba mucho que sus habilidades le permitiesen realizar una salida limpia. 
 
La persona que parecía estar al mando, rompió el silencio y, tras un ademán, emergerían desde las escaleras más de los integrantes del grupo criminal para rodear por completo al genin. "Maldita sea, lo que faltaba". El chico estaba más molesto que preocupado, quizás aún no era totalmente consciente de la situación que encaraba, o quizás era simplemente que su enojo se anteponía sobre todo. En principio este era un día común y corriente, y él estaba descansando tranquilamente en el parque, cómo diablos involucrarse con Nagi había ocasionado que las cosas se tornaran así, y por si fuera poco, el cabrón se hallaba inconsciente en el piso. 
 
No te alegres tan pronto —. Le reprochó con evidente disgusto al líder después de escuchar su risa burlona. Si ya estaba jodido, al menos haría el alboroto más grande que pudiera.
 
Mientras Katsuki trataba de idear algún plan que, literalmente, volase las instalaciones. El jefe del grupo revolucionario se volvió a manifestar, "ofreciéndole" una vía de escape a razón de acabar con Nagi.
 
¿Me estás diciendo que lo único que tengo que hacer es acabar con este bastardo? — Exclamó el usuario de los toons con una sonrisa de gracia en su rostro. Se inclinaría para tomar el kunai que había sido arrojado y caminaría lentamente hasta quedar frente al Yuki, quien había sido sujetado por uno de los esbirros. 
 
Durante esos cortos segundos la mente de Katsuki maquinó a mil por hora. Contempló varios escenarios, trató de simular en mente con las técnicas que conocía, su armamento, su "compañero" caído. Y sería precisamente cuando pensó en la situación de Nagi que le causó un poco de conflicto mental todo esto. Para empezar, no había rastro alguno de pelea, si lo habían sometido a base de fuerza solo había dos escenarios que podía imaginarse. El primero de ellos era que los enemigos fueran muchísimo más fuerte que él, de ser así, no tenía sentido pensar en más. El otro posible escenario era con el chunin perdiendo tras encarar una batalla, pero eso era inviable porque no había rastros de chakra en el sitio, ni nieve presente. De modo que no había usado su elemento hielo en lo absoluto. Pensado lo anterior, todo se resumía en dos opciones. O era una treta del lunático, o estaban jodidos los dos.
 
Que así sea —. Dictó mientras con un movimiento rápido de su mano armada realizaba un corte limpio que destruía las cuerdas que aprisionaban al Yuki. Siguiendo la inercia de su movimiento, un ligero giro bastaría para que, con su otra mano, liberara un corte de aire para derribar al lacayo que se encontraba tras del chunin. — ¡ARRIBA!. Más te vale que no me hagas quedar como un tonto —. Gritó. Una mezcla entre su rápido razonamiento y quizás un poco de fe, le hicieron tomar esa decisión. De no ser ese el caso, efectivamente, ambos estarían jodidos.
Sotoni no Shipai
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Finalmente, Katsuki tomó una decisión. Decidió confiar en que Nagi no fue derrotado como aparentaba ser y buscó liberarlo al mismo tiempo que atacaba al hombre que había arrastrado el cuerpo del Yuki segundos antes. Para empezar, el movimiento del genin funcionó. Las ataduras de Nagi se rompieron y el tipo fue derribado con la técnica de viento. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Aunque tuvo éxito, sigue estando rodeado por una buena cantidad de individuos. Estos no tardaron en reaccionar y lanzaron sus kunais en su dirección. ¿Sería el fin para nuestro querido amigo? Por supuesto que no. La teoría en la que basó su movimiento tenía cierto porcentaje de correcta. Nagi, ya liberado, realizó una técnica de hielo que creó una cúpula a alrededor suyo y de Katsuki. Los kunais chocaron y cayeron al piso.
Contenido Oculto

Maldición, caímos en la trampa.

Estas palabras debieron tomar por sorpresa al rubio, sobre todo cuando una luz comenzó a brillar creando una explosión. El pecho de Nagi tenía un sello explosivo que detonó justo cuando ambos quedaron encerrados. El suelo que ambos pisaban fue derrumbado y cayeron al primer piso. Junto al techo del entrepiso, los escombros fueron en gran cantidad. Cuando Katsuki se levante y vea a su alrededor, no encontraría a Nagi. Aquí es donde podría tomarse el tiempo de buscar su cuerpo entre tanta rica apilada, pero la verdad es que no tendrá tiempo. Primero, porque escucharía múltiples gritos desde la planta superior. En cuestión de segundos descendería el tipo de antes, el jefe. En sus manos portaba una katana y se posicionó a 10 metros de Katsuki.

Por no hacerme caso, tu amigo murió y ahora tú correrás el mismo destino. Espero que sepas que no es nada personal. Yo tengo mis objetivos y tú los tuyos. Por no sacrificar una simple vida, ahora perderás todas tus metas.

Por ahora, no habría respuesta respecto a los gritos del segundo piso, aunque estos cesaron una vez el hombre que amenazaba a Katsuki descendió. Se colocó en posición de combate y tras blandir su espada hacia el frente, esta arrojaría cuchilla de chakra en forma horizontal en dirección del pecho del rubio. El combate comenzó y Katsuki está en la obligación de triunfar, ya que si no, su aldea correrá peligro.

Y a todo esto, ¿Y Nagi?

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Daños
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La apuesta de Katsuki no lo conduciría al fracaso, o al menos ese aparentaba ser el caso. Después de lidiar con el lacayo, múltiples kunais fueron lanzados por el resto de los malhechores, pero el movimiento oportuno de Nagi, quien se re incorporaba, los salvaría de ser alcanzados. El rubio pudo respirar con tranquilidad al ver que ya no se encontraba solo en la encrucijada, pero nada es tan bueno como parece.
 
¿De qué hablas...? —. Las palabras del chico le tomaron por sorpresa y lo siguiente que pudo apreciar sería una luz destellante que precedería a una explosión. Un sello explosivo se había activado de entre las vestiduras del Yuki.

El curso de acciones fue caótico. La detonación implicó el colapso del suelo del segundo piso y generó un agujero por el cual caerían tanto Nagi como Katsuki, aterrizando sobre el piso de la planta baja. Los oídos del genin retumbaban por el sonido de la explosión, además, había adquirido algunas quemaduras leves y daño por el impacto de la caído y los escombros.

Sin poder ver rastros de su compañero y temiendo que este se encontrara aplastado por tanto escombro, tendría que ignorarle de momento, pues frente a él ya había nuevamente amenaza de peligro.

Si caigo, te arrastraré conmigo al infierno, bastardo —. Replicó Katsuki con una sonrisa altanera mientras se preparaba para encarar su destino. No hacía falta decir que no era muy optimista de la situación, quizás, en el mejor de los casos, alguien de los alrededores escuchó la explosión y se aventuraba para averiguar lo que había pasado.

No tendría mucho tiempo de más para pensar, pues pronto una rápida cuchilla de chakra sería disparada con el blandir de la katana del enemigo.

Tch —. Chasquearía la lengua mientras, con todo su esfuerzo, alcanzaba a conjurar una técnica fuuton de respuesta rápida para interceptar el ataque enemigo. Katsuki liberaría una onda de viento que apenas y sería suficiente para menguar un poco el daño recibido.

El genin retrocedería un par de metros más por la fuerza del impacto y lo haría semi doblegarse. Apoyando su mano izquierda y su rodilla derecha contra el piso. Lentamente se trataría de reincorporar, aún con algo de dificultad para respirar.

Ni si quiera me dolió — Volvería a decir en el mismo tono, aunque cualquiera que lo viera pensaría que claramente estaba mintiendo.

Off Rol
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Una gran carcajada escapó por parte del mandamás al escuchar el último comentario de Katsuki, quien notoriamente se veía afectado por la explosión y su técnica con la espada de madera. Sin duda su forma de ser le parecía muy divertida. Al detenerse, volvió a envainar su espada, aunque mantuvo sujeta la empuñadura con la mano derecha. — Debo aceptar que has superado mis expectativas. Pero no soy el tipo de hombre que da segundas oportunidades. Te atreviste a venir a mi guarida y por eso pagarás... — Una leve pausa con una tranquila sonrisa, cuya calma reflejaba la serenidad y confianza con que el espadachín confiaba en su siguiente movimiento. — ...con tu vida. — 

Flectó muy poco las piernas y dio un movimiento cuya velocidad sería increíble, llegando hasta la posición de Katsuki en una milésima de segundo. Su espada ya había salido de la funda y rozaba el cuello de su divertido amigo. Sin duda, la intención que tenía era la de decapitarlo y mandarlo directamente al infierno. Sin embargo, no todo siempre sigue el curso natural. Hay ocasiones en donde los protagonistas tienden a ser impredecibles, que tienden a mover los hilos de una forma que no estaba premeditada desde antes. Sí, porque ir actuando por la marcha e improvisar es lo que más lo caracteriza. ¿A quién? A él.

Quizás este ataque tampoco te hubiera dolido. — Esta vez Katsuki escucharía una voz conocida. Sí, era de Nagi. El jutsu de transformación desapareció y el que amenazaba la vida del chico explosivo era el mismo chuunin. A la vez, desde los escombros, se veía aparecer un poco de agua, hielo derretido. Esas pistas podían darle un acercamiento al panorama a Katsuki, para que entienda o tenga una idea al menos de lo que ahí ocurrió. 

Nagi soltó una pequeña risita y apartó la espada de madera, dándose la vuelta y caminando unos cuantos pasos mientras miraba a su alrededor. — Creo que no queda ninguno de ellos. Me encargué de sus secuaces luego de la explosión. — Esa era la explicación de los gritos que se escucharon con anterioridad. Al final, todo fue obra del Yuki. Él fue quien terminó controlando todo desde el principio, incluso desde que lo encontró por la mañana.

Utilizando el jutsu del cuerpo parpadeante, desapareció. Pero en pocos segundos regresó de la misma forma. Dejó en el piso el cuerpo inconsciente del verdadero mandamás, el cual estaba amarrado y con una cinta en la boca. Probablemente Nagi lo interrogó mientras Katsuki llegaba al lugar e ingresaba. 

Lo mejor será que tú lo entregues. Tu personalidad te ha metido en problemas, así que si creen que tú desarticulaste a esta banda, recuperarás algo de reputación. — ¿Tendrá algunas preguntas el rubio o simplemente acatará todo lo sucedido y no le dará vueltas? Esta historia aún no termina.


PD: Liberé Hides en turnos anteriores.
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