[Combate de coliseo] Gea vs Jikaro y Ryu
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A aquella hora, el humor del público del coliseo no estaba en su mejor momento. Había sido un largo día de combates sin mucha espectacularidad, así que era de esperar que la mayoría estuvieran esperando a que acabara el último para poder irse a cenar y comentar con conocidos todo lo que habían visto. Prácticamente solo estaban llenas 1/3 parte de las gradas, ya que ninguna figura famosa iba a batallar así que solo los más aficionados y curiosos se encontraban por allí.

El presentador carraspeó la garganta antes de tomar el micro para que su voz resonara por todo el coliseo─. Señoras, señores... Ha llegado la hora de que empiece el último combate de hoy ─el público no parecía prestar mucha atención a las palabras que salían de los altavoces, ya que muchos estaban hablando con el de al lado─. Este va a ser un poco más especial que los demás. 3 personas van a hacer hoy su debut, ¡y va a ser nada más y nada menos que en un 2 contra 1!

Los enormes portones por donde los combatientes iban a salir comenzaron a alzarse lentamente, hasta que llegaron a su límite y soltaron un fuerte chasquido. El primero en salir sería un hombre enmascarado (por Q7) y con ropas que recordaban a las escamas de un dragón, un disfraz el cual le había costado gran parte de sus ahorros y ahora lucía con orgullo─. ¡Os presento a Dragon Fists! ─Ryu levantaría el puño tras su presentación, mientras exclamaba un rugido para ganarse la atención de todos. Su corazon bombeaba con fuerza por la adrenalina; visto desde dentro, el coliseo se veía gigante y era un paisaje que le encantaba. Las batallas probablemente eran lo que más le gustaban al hombre reptil, así que el poder participar en un sitio así para él era casi un regalo.

El campo de batalla en aquella ocasión consistía en un terreno llano lleno de enormes rocas, la mayoría lo suficientemente grandes para cubrir cuerpos enteros.

Apariencia Ryu
Stats y Inventario
Campo de batalla
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Lady
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Última modificación: 26-02-2023, 05:58 PM por Jikaro.
- ¿Seguro qué quieres participar shinobi?, Tienes el riesgo de tener fama de peleador. - Dijo un Señor ya viejo al lado de otro un poco más joven, estaban de visita en el país del viento y se habían encontrado con esto. Un coliseo que ya estaba en cosa de cerrar, ya los combates no pasaban de puros golpes y no eran tan increíbles. Pero; Aún se podían inscribir algunos, pues era para ya acabar. - Si ganó, tendrás que pagar mi mes de renta. Y si pierdo, tendré que hacer lo que me pidas por dos días. ¿Te sirve? - Dijo el más joven de ellos, el mayor simplemente asintió y con un rápido movimiento inscribió al shinobi, el cuál solo sonrió. Iba a mostrar de que era capaz.

Sentado, esperando a que fuese su turno. El primer chico salió y pude escuchar como su rugido fue estremecedor. Tanto que hasta me dió un poco de miedo, pero era mi turno. - ¡Su Acompañante, e increíble chico!, JIKAROOOOOOOOO SARUUUTOBIII. - El público ni aplaudió. Estaban más enfocados en el shinobi vestido de dragón, era más llamativo que el atuendo que llevaba Jikaro no era sorprendente, todo negro con unas pesas abajo de sus pantalones. Las cuales limitaban su movimiento un poco. Si acompañante levantó su puño, en cambio el de la Hoja simplemente levantó la misma y con una sonrisa fantasiosa, hizo ver que tenía en sus manos una cicatriz falsa.

Procura no morir. - Fue lo único que dijo a su compañero.

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Era mi primera vez en aquel lugar preparado para la lucha entretenida con un público que gritaba cada vez que uno salía. Las posiciones estaban listas y cada uno fue saliendo de uno en uno. El día de hoy y mi estreno en aquel lugar era nada más y nada menos que una lucha en la que dos almas en pena intentarían batirse en duelo conmigo. Un dos contra uno en toda regla, aunque algo me decía que aquellos dos no se conocían mucho. Quizás me equivocaba. Cuando el segundo de ellos salió, aquel nombre me hizo recordar un joven que habría conocido en pleno País del Fuego, aunque seguramente hasta que no alcanzase a rastrear su chakra no sabría si realmente le habría pillado la pista.

Para cuando me tocara salir a mí, el público gritaría mientras que el presentador de toda aquella parafernalia gritaría el nombre de “Atsuko”, pues era el nombre de pila que me había puesto me abuela y que claramente le tenía cariño por su significado. Nos separaba todavía la distancia y pretendía dejar unos segundos antes de ponerme manos a la obra. – Con que Dragon Fists y un Sarutobi… a ver que tenéis para darme – Expresé lamiéndome el labio superior y dando una medio sonrisa mientras que el ensordecedor público se calmaba un poco. ¿Trabajarían en grupo el dúo o se dedicarían a atacar sin cerebro para ver si lograban pillarme?

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No te preocupes por eso, todos dicen que la seguridad de este coliseo está a otro nivel. Lo máximo que me puede pasar es que me den una buena paliza ─le respondería a Jikaro el hombre dragón sin miedo y con confianza. Realmente no le importaba tanto ganar, ya que lo que más le llenaba de los enfrentamientos era el poder desatar todo su potencial y la adrenalina de estar constantemente en peligro. Un punto de vista un poco masoquista, pero tratándose de un lagarto tampoco es que fuera una sorpresa; los reptiles son los animales más instintivos que existen, así que el simple hecho de poder dejarse llevar por esos impulsos ya era suficiente para que se sintiera satisfecho─. ¡No te contengas, Atsuko! ¡Debes ser muy fuerte si te han puesto contra dos! ─excamaría con confianza a su oponente antes de que el presentador diera el pistoletazo de salida.

Pues nada, parece que ya estamos todos. Entonces... ─el Tokage nada más escuchar la voz por los altavoces se tensó y juntó los dedos, listo para hacer sellos nada más empezara la batalla─. ¡QUE COMIENCE EL COMBATE! ─sin pensarlo dos veces, el enmascarado comenzó a correr abriéndose por su derecha, con el torso ligeramente inclinado para aprovechar la cobertura de las rocas. Además, durante el trayecto habría hecho varios sellos y tras acabarlos una pequeña bola de fuego se formaría en la palma de su mano. Su objetivo sería llegar hasta K4, y cuando eso pasara flexionaría su codo para lanzar el Katon hacia arriba, en dirección a donde se encontraba su oponente. La trayectoria llegaría hasta E6, desatando una explosión de llamas en un área de 5 metros nada más tocara algo.

Napāmu

Después de eso se quedaría en el mismo sitio, esperando a ver cómo reaccionaba Gea y las acciones de su aliado para decidir cual seria su siguiente movimiento.

Chakra: 255-25= 230

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Campo de batalla
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Lady
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-¡Ja!, Ese chico, ese Dragon Fist, ese tiene algo en especial.- No pude evitar sonreír cuando escuché lo que dijo,  ¿Cómo no le importaba que le dieran una paliza? O bueno: Lo entendí yo así. - Debería ir a la acción yo también. No quiero ser el único sin diversión.-
Su ruta se encargaba de la misma forma que el shinobi de Kumo, rodear todo hasta quedarse en una esquina.(K10) El punto era, es que intentaría atacarla sin más, si no podía. Su plan iba ser el siguiente: Con su mano haría unos cuantos sellos, al detenerse en el último saltaría lo más cerca hasta (K9), y haría se quedaría mirando a los dos participantes, expectantes de todo lo que pase en el lugar.


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Sin duda estaría en clara desventaja, al menos numérica, pues nada que más que se dio el poder dar el primer movimiento mis manos se juntarían en un sencillo sello mientras que, tras aquello, yo me movía con un salto hacia atrás e impregnaba mis pies de aquel chakra que me dejaría pegada a la pared. Aquel sencillo sello habría sido óptimo para empezar a rastrear a una distancia máxima de noventa metros, cazando a mis presas y dándome cuenta de quienes eran. Era gracioso que se tratase de dos individuos cuyo chakra ya habría saboreado. Por una parte teníamos a aquel tipo que se habría querido hacer el héroe de una pequeña jovenzuela asustada, y por otra parte teníamos al galán cuya lengua me habría hecho tener curiosidad por saber que era lo que podía hacer. Gracioso cuanto menos, pero esta vez para él no iba a ser una velada tranquila donde tomáramos café y comiéramos a la luz del sol. Esta vez le sacaría centavo a centavo lo que habría costado aquella comida. – Una pena volver a encontrar así, Dragon Fist… o debería decir Ryu... te arrepentirás de haberme dicho que no me contenga – Expresaría a la vez que empezaba a moverme por la pared buscando a mi primer oponente. Claramente aquel mensaje solamente sería capaz de escucharlo el lagarto que tendría por rival. Cuando me empezara a mover de forma rápida, mi radar bajaría a un nivel más cotidiano, estando este en veintidós metros y medio, para ser exactos, o eso parecía. El movimiento en la pared sería dirección a donde estaba el de Kumo.

El tiempo me diría que sería usuario del elemento Katon, así que por el momento me dejaría mis jutsus más mortíferos escondidos pues sabía que le darían más fuerza a su fuego. El movimiento se paró cuando aquella esfera de fuego fuera lanzada y esta estallaría cuando yo llegara a estar encima de la piedra cercana (F2), esquivando por los pelos. Una vez estuviera ahí haría una rápida secuencia de sellos mientras que saltaba para que las piedras no estuvieran en el camino del dragón de Raiton que se extendería desde mi posición hasta el objetivo que sería el hombre lagarto, o Dragon no sé qué que parecía querer llamarse ahora. ¿Quizás había empezado fuerte? De seguro, pero claramente no pretendía dejar ese dos contra uno en sus manos y que me pudieran poner contra las cuerdas. El viento se movería expectante, sin duda aquello era un hecho interesante. Quería ver cómo se las veían para las estrategias que estaban por venir. Para cuando el dragón saliese y yo callera en la misma piedra, rotaría la posición para intentar encontrar al otro chico que parecía haber tomado un camino distinto. El viento de movería ágil, sin duda, susurrando en cada lugar de aquel ring de combate, ululando por las piedras y recovecos. Mis manos estaría ya listas formando una cruz con mi cuerpo. – ¿Preparados? – Preguntaría tras la máscara, aquello claramente podría ser escuchado por ambos.

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Datos turno
Uniforme

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Última modificación: 03-03-2023, 12:40 PM por Ryu Kutsuki.
Algo que descolocó bastante a Dragon Fists, es cuando su oponente le habló llamándole por su nombre real; y no solo eso, la voz le sonaba de algo. Sin embargo, no tuvo tiempo de hacer suposiciones ya que la contraria se puso en movimiento. Como tenía costumbre de hacer, el Tokage había efectuado el primer movimiento con la intención de tomar el ritmo de la batalla. No esperaba que sus llamas fueran a golpearle, ya que no había que ser muy listo para saber que había sido un jutsu muy predecible, sino que había planeado obligarla a avanzar por el lado donde estaba su aliado. Sin embargo, rompiendo todos los esquemas de Ryu, la enmascarada había saltado y se había pegado en la pared para ir directamente hacia el─. Grrrr... Eres un hueso duro de roer ─gruñó mientras hacía un sello con sus manos. Su piel se endureció hasta tener las propiedades de las escamas de un reptil, dotándole de más resistencia a los ataques.

Kitsui Hakari

Nada más vio que la mujer había comenzado a hacer sellos de manos, se escondió detrás de la roca que tenía al lado mientras se preparaba para un inminente contraataque. Pudo ver como un enorme dragón de Raiton se le abalanzaba, chocando primero contra la roca que le mantenía cubierto y destrozándola causando un fuerte estruendo. La mayoría de los espectadores habrían pensado que el hombre lagarto iba a intentar esquivar aquel jutsu tan poderoso, pero a diferencia de eso, su brazo se había extendido como si se tratara de una cola para dar un fuerte latigazo al Raiton. Tampoco es que tuviera muchas más opciones, ya que no era lo suficientemente ágil para evitar algo así sin ayuda de sus técnicas.

Shita Nameru

Una fuerte explosión sería el resultado del choque, donde la tensión se respiró en el campo de batalla ya que nadie sabía si el Genin había sucumbido a la fuerza de su oponente o había resistido. Sin embargo, todos podrían ver como el hombre corría apenas con unos rasguños, retrocediendo hasta M6─. ¡Jikaro, échame una mano! ─ La reacción del público no fue otra que aplaudir y gritar, ya que por fin había empezado el verdadero espectáculo.

El corazón del reptil bombeaba con fuerza, y tras su máscara mantenía esbozada una sonrisa tensa mientras no le quitaba un ojo de encima a Atsuko─. He aguantado por los pelos... Si sigue tirando técnicas así, tarde o temprano va a superarme por puro desgaste. ¿Quién coño es esta tía y por qué me conoce?

Daño técnica Gea: 100 - 40 (resistencia roca) - 35 - 20 (pasiva y técnica escamas)= 5 
Vida: 265-5= 260
Chakra: 230 - 25 - 15= 190

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Campo de batalla
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Lady
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– ¡El contrincante Jikaro abandona el combate! – Expresaría el megáfono con el árbitro avisando de la retirada del joven Sarutobi. Me extrañaba en sobremanera esa actitud, mas tampoco podía hacer nada ante aquello. Si el del País del Fuego había decidido hacer aquello era simplemente su responsabilidad, aunque ahora eso dejaba en muy mal lugar al joven reptil del País del Viento que quedaba a merced de mis grandes ataques. Con ambas manos extendidas hacia los lados estaría aguardando un Atsugai que de seguro barrería una gran cantidad de terreno, pero viento que aquel chakra del joven seguramente no consiguiera aguantar semejante daño, preferí bajar la intensidad del ataque y no atacar de una forma tan abrupta. Si no que, más bien, lo que haría sería saltar entre rocas, haciendo un recorrido entre las rocas que más cercanas estuvieran a mi lado derecho (F4 a G5/6 hasta terminar en I7)

Cuando estuviera en la roca que confrontaría casi el centro del terreno, miraría hacia el shinobi. Se le notaba ligeramente agitado, sus movimientos sin duda eran ágiles e inteligentes, por eso mismo pensé que quizás un combate más igualado le interesaría más. Apenas un segundo fue el que me paré en la roca para saltar de este y comenzar a correr hacia el chico sin importar mucho lo que me lanzase teniendo mis manos con un sencillo sello en el pecho para defenderme. Cuando llegase hasta su posición y estuviera en un relajante cuerpo a cuerpo, intenté insertar un puñetazo rápido hacia su pecho con la energía que me caracterizaba como usuario de poca fuerza. Aún así seguramente aquel ataque fuera bastante fuerte para el chico, pero de seguro se quedaría perplejo como me había quedado yo con cierta rubia de Konohagakure no Sato. El puñetazo iría cargado de ganas de disfrutar de aquel combate. – ¿Dónde dejaste a tu amiga la lagartija? – Le expresaría en el camino antes de intentar pegarle.


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Última modificación: 07-03-2023, 06:30 PM por Ryu Kutsuki.
¿¡Qué, me vas a dejar tirado!? ─gritaría el hombre enmascarado nada más escuchara el anuncio de la retirada de Jikaro. No es que le diera miedo enfrentarse a alguien más fuerte que él, algo que era evidente solo por la primera técnica que le había lanzado, pero que su aliado no fuera a ayudarle reducía considerablemente sus posibilidades de ganar. Ryu era orgulloso, pero no imbécil─. Como sea, he venido aquí a repartir hostias así que eso es lo que voy a hacer.

Atsuko se movía a una velocidad impensable para el reptil. Apenas pudo darse cuenta de que se estaba acercando a él, cosa que aprovecharía evidentemente. Justo cuando la mujer se posó sobre la roca, él habría desactivado el jutsu que endurecía su piel mientras hacía un sello con las manos─. ¿Qué hace acercándose? ¿Acaso ella también se centra en el combate cuerpo a cuerpo? ─estaba algo confundido después de haber sido atacado a distancia con tanta fuerza, ya que de aquella manera fácilmente podría haberle humillado, pero al parecer su oponente tenía otras intenciones. 

A simple vista los músculos de todo su cuerpo crecieron un poco, y unas pequeñas escamas más visibles que las anteriores aparecieron en su piel. La kunoichi se abalanzó contra él, y lo único que le dio tiempo a hacer fue a cubrirse su pecho con los brazos en postura defensiva─. ¿Pero también conoces a Lady? ¿Eres una acosadora o qué? ─en otra situación probablemente Kutsuki se lo habría tomado con humor e incluso habría respondido a su pregunta, pero realmente le molestaba no saber la identidad de la enmascarada y más tratándose de una ninja tan habilidosa.

Seki Iken

El puño de Atsuko chocaría contra sus brazos, los cuales ofrecieron una resistencia digna de alguien que estaba especializado en el Taijutsu. Sin duda Ryu iba a aprovechar la cercanía, por lo que nada más bloqueara el golpe haría un movimiento rápido con sus manos para apresar la extremidad de la contraria, las mismas que en el pasado ya habían tocado otras partes de su cuerpo aunque él en ese momento no lo recordara─. Como sea, gracias por acercarte ─comentaría y si todo salía bien, y ella no se defendía de alguna manera, aprovecharía su gran fuerza de agarre para lanzarla contra la roca que había en M4.

Kara Hasamu
Daño: 60 (+20 si llega a estamparla contra la roca)

Daño puñetazo Gea: 60*0'1 (Porque Ryu bloquea y tiene 10 de resistencia menos) - 5 (por rama estoica) = 1
Vida: 260-1= 259
Chakra: 190-20-15= 155

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Lady
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Sonreiría desde la lejanía que me daba mi posición real, aunque el reptil no lo viera (libero hides de ambos turnos pasados), desde la posición donde las rocas me dejaran protección por si le necesitase, podría ver que el clon habría intentado dar el golpe, que el chico lo habría defendido y que tras eso, pretendía devolverle el favor con una llave. No iba a dejar que eso ocurriese, pues no daría punta sin hilo ni movimiento sin intención. En mi privilegiada posición viéndolo todo, desharía mis técnicas de espionaje y con un sencillo sello de mis manos, dejaría que el clon se desestabilizase, estallando este en una bomba de energía digna de una pequeña explosión que de dar en el blanco dejaría con serios daños a mi objetivo.

Sin esperar para ver si aquella estrategia habían funcionado, me subiría a la roca de mi derecha de nuevo (N8) y con una rápida secuencia de sellos y posando mis manos en la roca haría que esta mis se resquebrajase y salieran despedidas cinco rocambolescos proyectiles en dirección al chico. Cada uno saldría con medio segundo de diferencia, cubriendo varios metros a su izquierda y a su derecho. – Salta, pequeño reptil… quizás así me recuerdes – Expresaría dejando que solamente fuera él el receptor. Me hacía mucha gracia que no supiera quién era, hacía que tuviera tantas ganas de jugar como ese día. Se notaría que estaba disfrutando el combate, sin duda, no estaba atacando con la mayor de mis fuertes de daño, pero estaba siendo divertido, buscaba eso mismo con estos combates. Pasármelo bien y ver hasta qué punto estaba la humanidad corrompida viendo como una pelea era el entretenimiento de un estadio entero.


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Definitivamente estaba jodido. Desde el inicio del combate, su adversario ya había ideado una inteligente estrategia que le había engañado totalmente; se había obcecado tanto en atacar, que se había olvidado de algo muy importante, pensar. No es que fuera a deprimirse por haber caído en un truco tan simple, de hecho cuando decidió ir al coliseo ya se había mentalizado de que cometería muchos errores. Aún era un novato, y era consciente de ello, por eso quería enfrentarse a oponentes muy poderosos para aprender de los talentosos y los que ya llevaban muchos años de experiencia en sus espaldas. Él no tenía a nadie que le entrenara, así que esa era la única manera que conocía para mejorar y identificar sus puntos flojos; al fin y al cabo, Ryu era de aquel tipo de personas que necesitan duros golpes de realidad para avanzar.

Después de bloquear el puñetazo del clon, sus manos actuaron como las fuertes mandíbulas de un reptil para atrapar el brazo de la kunoichi, pero en lugar de eso una poderosa explosión impactó contra él─. ¡Será hija de.... AGH! ─su taijutsu mitigó gran parte del daño, pero aún así la carne de sus manos y antebrazos se había chamuscado un poco por las zonas donde no tenía escamas.

Además, no tendría tiempo de idear nada ya que la contraria habría hecho sellos de manos a una velocidad digna de una experta. Vio como resquebrajaba la roca en sus pies para después lanzarle 5 proyectiles, a lo que él reaccionó cerrando los puños con fuerza y gruñendo. Atsuko no podía verlo, pero debajo de la máscara le estaba enseñando los dientes como si se tratara de un animal, estando completamente metido en la batalla por la adrenalina─. Me da mucha rabia admitirlo... ─dijo mientras canalizaba chakra en sus puños─. ¡Pero esa jugada ha sido genial! ─un total de 5 puñetazos irían directos a por los proyectiles, destrozando los 4 primeros sin ningún tipo de problema. Sin embargo, no tuvo la suficiente fuerza para destruir el quinto, que le golpeó el hombro y le sacó un leve quejido de dolor.

Chishi Kumiawase
Daño: 30+10= 40

Quizá aún no esté a la altura de acabar contigo yo solo, pero esa máscara te la voy a arrancar a mordiscos si hace falta ─amenazaría mientras flexionaba un poco las rodillas, y sin pensárselo dos veces se abalanzó contra ella a una velocidad superior a la que había mostrado anteriormente para patear su barbilla y mandarla a volar. No sabía si ella aún tenía algún engaño más entre manos, pero dada la situación no podía pararse a planear algo. Su objetivo era algún día convertirse en un muro inquebrantable, así que pondría todos sus esfuerzos en resistir lo máximo posible.

Kage Buyō

Daño Bunshin Bakuha: 70-60-5= 5
Daño Gaia no Hitokajiri: 50-40-5= 5
Vida: 259-5-5= 249
Chakra: 155-25-20-20= 90

Técnica mantenida:
Seki Iken

Stats y Inventario
Aclaraciones
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Lady
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Teniendo por sabido que nuestras fuerzas eran tan dispares y sabiendo que ahora mismo estaría solo frente a mí, me relajaría ligeramente atacando de manera más esporádica, sin tener una estrategia común para hacer el enfrentamiento más divertido tanto para la gente que nos estaría viendo como para el chico. Si bien fuera tan sencillo como volar todo por los aires, eso no sería divertido. Desde la piedra en la que estaría de pie, tranquila, vería como el chico reaccionaría rápidamente al Doton que le volaría desde la piedra donde yo estaría, su reacción fue rápida y sencilla, dando una serie de golpes de chakra cargado a cada una de las rocas. Fue muy rápido, pero la última pedrada fue la orna de su zapato y no pudo ni esquivar ni protegerse. – No sería la primera vez que me arrancas algo a mordiscos – Expresaría, pícara, mientras que veía que el combate iba a seguir su curso.

Cuando el chico estuviera de nuevo preparado y dejándole el espacio suficiente para sus quehaceres, me prepararía también cargando chakra en mis puños y bajando de la roca para darle una nueva distancia a la que acomodarse. Parecía que el combate empezaría de nuevo en las distancias cortas, y aunque yo no era muy dada a ello, mi taijutsu estaba a un buen nivel frente a rivales de menor escala como era el caso de Ryu. Esperaba no arrepentirme. Para cuando el chico viniera en dirección a mí el chakra de mis puños estaría preparado y frente al rodillazo que me quería dar sería sencillo para mí dar un pequeño paso hacia atrás para esquivarle tratándose de un ataque directo y luego volver de nuevo a la posición para intentar golpear su pecho con un puñetazo cargado. Mi ceño estaría fruncido, pues quería denotar concentración al mismo tiempo que mi cuerpo se ponía al paso. Mi zurda estaría en puño cerrado a la altura de mi rostro bajo, mis hombros elevados para cubrir el espacio de mi defensa y mi mandíbula ligeramente baja para no dar chance a que me noqueasen rápidamente. Además, en mi cuello, y si Ryu se daba cuenta, una pequeña sanguijuela negra y fina como un dedo estaría pagada a mi piel con sus dientes insertados en ella misma, siendo la responsable de mi incremento de fuerza y demás atributos. Tendría que terminar el combate antes de que aquel pequeño golpe de energía se terminase. – Haz memoria, Ryu – Expresaría intentando golpearle.


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