Monstruos en el bosque
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La acometida de Toji fue interrumpida por Bisha quien se interpuso en mitad del camino, esto tomo por sorpresa al pelinegro pero tuvo el tiempo justo para poder endurecer su cuerpo antes de recibir un golpe muy fuerte en la mejilla que le mando a volar varios metros hasta estrellarse contra un arbol. El arbol se resquebrajaria pero no llegaria a partirse del todo, y Toji estaria sentado con la espalda apoyada en el tronco, viendo a la rubia mientras pensaba en la enorme fuerza que poseia. — Si no hubiese usado el Utsugi Ryoushi el daño hubiese sido mucho mayor — Se murmuro a si mismo, luego se levantaria del suelo y volveria a adoptar su postura de pelea.

Veo que tienen ganas de bailar un poco. — Toji sonrio desafiante y de pronto su chakra se disparo estrepitosamente. Su cuerpo nuevamente adoptaba un color rojizo, sus venas resaltaban y su aura era verde e intensa, no paraba de emanar de su cuerpo. "¡Voy a mostrarles lo que es la verdadera fuerza!" Ya sea que la rubia tuviese habilidades sensoriales o no poco importaba, pues se podia escuchar y ver con claridad como el chakra emanaba de su cuerpo sin control, incluso llegando a levitar pequeñas porciones de tierra en el aire y una rafaga de viento era expulsada a su alrededor. — Hachimon Tonko... Keimon.

Sin vacilar el Zennin se lanzo contra la rubia a toda velocidad partiendo la tierra en el camino, y buscaria asestarle un puñetazo directo en las costillas que la estrellaria contra la estructura de Doton al estar tan cerca de ella, al mismo tiempo que la rubia podria escuchar: — ¡Te la devuelvo!

Si todo ocurria de esa manera entonces Toji envolveria de aire sus nudillos y lanzaria un puñetazo hacia la rubia que liberaria una onda de destruccion que dañaria todo en un area de 15 metros delante suya, probablemente destruyendo la estructura de Doton por completo. — ¿Aun quieren bailar? — Les preguntaria esperando que asi fuera, sonriendo emocionado por la pelea.


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No sabía cómo había pasado todo, pero tranquilamente mientras mis primeros movimientos eran dados y aquel chakra fuuton corría por mis venas, un gran mastodonte de piedra me caería encima, con la forma de un jabalí, y mientras que me preparaba para el siguiente movimiento, me vi… encarcelada.

Mis ojos se abrieron en sobremanera y grité fuerte para mis adentros, pero no para afuera, pues aunque estaría preparando un Raiton (libero hide sin completar turno anterior) que me salvaría del siguiente movimiento, no contaba con aquella piedra que me taparía la vista, por lo que cambié de parecer y un simple sello me hizo rastrear a la vez que seguía con el siguiente movimiento de sellos. Este último me introduciría en la tierra escapando de aquella masa que tendría encima, aunque todavía estaría rastreando el chakra que se estaría acumulando en la superficie.

Para cuando saliera por la parte derecha de aquella placa que la kunoichi me habría lanzado, vería como la situación se habría salido de madre, así que marqué el suelo con mi pies derecho de un pisotón tras una secuencia de sellos que haría que una corriente de chakra Raiton se extendiese hacia todos los lados posibles en quince metros, dejando en claro objetivo los dos enemigos que me había ganado que estarían a unos diez metros de mí, en acción. > No me puedo creer el chakra tan potente que tienen estos dos < Pensé. > ¿Esto es lo que el Imperio entrena? < Volví de nuevo a pensar para mí.

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Datos Turno
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La rubia miraría de soslayo a Toji mientras seguía pensando en lo que estaba sucediendo. No entendía nada, pero algo era fijo, a Gea algo la había afectado y debían buscar la forma de repararlo antes de que estuviera completamente fuera de sí, o peor, que no pudiera contenerle de alguna forma. A las palabras de Toji no dijo mucho más, sus pulmones se inflaron mientras seguía pensando en la situación.

Sin embargo, no pudo seguir mucho tiempo allí, el pelinegro había llamado por completo su atención y claro, notó el color rojizo en su piel, el mismo que había tenido la oportunidad de ver. Era demasiado peligro y no le conocían como para saber si les atacaría con intención de matarlas o si solo buscaba asustarlas. Arrugó su entrecejo y entonces las palabras mágicas serían pronunciadas. Definitivamente era peligroso.

Había sido tan rápido que no había podido esquivarlo ni queriendo, pero entonces, justo al momento que el chico mencionaba que devolvía el golpe, la rubia se convertía en una estela de humo y dejando en su lugar a un tronco familiar a su cuerpo. El potente ataque habría terminado con la estructura al frente suyo y claro, posiblemente generaría afectaciones a Gea.

Acto seguido, la rubia aparecía, sin hacer ruido, a diez metros detrás de Toji, o sea, a veinte de Gea. Desde allí, un salta hacia atrás a ras del suelo mientras hurgaba en su porta utensilios. Al detenerse, arrojó una bomba de humo y en medio de esta realizó una tanda de sellos, quizá no seguía siendo ella misma.

Tks… No sé como parar esto…— se dijo así mismo la rubia mientras trataba de pensar en al mejor forma de librarse de aquello. ¿Podía ser hablando? Todo seguiría su curso entre tanto la misma Gea no entrara en razón. Toji seguro no iba a bajar sus revoluciones luego de llegar a ese punto.

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