[Libre] Kaimono
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30 de Noviembre del 14 D.Y - 01:20 p.m
Calle comercial, Ciudad Kouten

Había surgido un problema. En principio debería estar tomando un dirigible para volver a Kumogakure y dar el informe sobre su última misión, pero de camino había acabado discutiendo con su compañero y recibiendo un puñetazo en la cara que le partió el labio. Obviamente, tuvo que limpiarse toda la sangre así que por culpa del tiempo perdido no llegaron a la hora acordada, así que deberían quedarse unas horas más en la capital antes de tomar el siguiente.

Maldito imbécil... Con lo bonita que es mi cara, y ahora mi labio parece una salchicha de lo inflamado que está ─refunfuñó el Genin en voz baja mientras paseaba por la zona comercial de Kouten. Aquel día había mercado, así que estaba repleta de puestecitos donde vendían tanto ropa como la típica comida callejera del País del Rayo. Las tripas del hombre reptil habían comenzando a rugir hacía ya más de media hora, así que el olor que le vino por aquella calle le hizo la boca agua. Quien tampoco pareció mostrarse indiferente por la comida fue su pequeña lagarta, Lady, quien salió de su bolsillo y se subió a su hombro mientras sus diminutos ojos observaban los alrededores con tentación─. No robes nada Lady, que te conozco, y si te ve algún vendedor probablemente te aplastará o te partirá en dos con un cuchillo ─la reptil se puso tiesa al escucharle, por lo que Ryu no pudo contener una risa─. Es broma. Pero no hace falta que robes, acabo de cobrar así que puedo comprarte algunos tomates.

Lady

Aquellas últimas palabras parecieron convencer a su ninseki, así que volvió a bajar por su ropa hasta meterse de nuevo en el bolsillo. Kutsuki negó con la cabeza─. Mira que es glotona. Le ofreces comida y automáticamente ya te hace caso ─pensó divertido, para después dirigirse a un puesto que tenía muy buena pinta. Echó una ojeada a todo lo que había expuesto y acabó señalando unas empanadas de carne─. ¡Hey, oye! Ponme cinco de estas ─alzó la voz para llamar la atención del vendedor, quien se acercó rápidamente─. Y cuatro de estas ─señaló unas empanadas de queso de cabra─. Mmmm... Y no sé si algo más ─llevó la mano a su barbilla, pensativo─. ¿Más? Hijo mío, cada empanada es lo suficientemente grande para llenar a una persona ─le comentó el comerciante mientras arqueaba una ceja, incrédulo ya que normalmente las personas solo le pedían un par─. A mi seguro que no, además necesito proteína para cuidar este cuerpo. Ponme cuatro más de las de carne.
[Imagen: Picsart-24-07-19-18-56-40-740.jpg]

Lady
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El vendedor decidió solo soltar una risotada por el comentario del Genin, al fin y al cabo le iba a pagar una buena suma por todas esas empanadas así que era mejor no intentar que cambiara de opinión─. Pues aquí tienes: 9 empanadas de carne y 4 de queso de cabra ─le dio un total de 3 bolsas de papel para que se pudiera llevar la comida- Ryu sacó un billete de su cartera, se lo entregó al vendedor y se alejó de la tiendecilla mientras sacaba una empanada y se la llevaba a la boca. Le dio un mordisco con ganas, comiéndose de una la mitad, y su cara expresó el puro placer─. Mmmm, aún están calentitas. Joder, que ricas están.

Mientras disfrutaba de su comida buscó algún puesto de frutas y verduras. No fue demasiado complicado, ya que había una plaza que estaba repleta, así que se dedicó a pasar por delante de cada uno para buscar los tomates más rojos y brillantes. Al final, después de 5 minutos se decidiría por una tienda, así que se acercó mientras hacía algunos gestos al vendedor y señalaba lo que quería─. Quiero ese tomate ─el mercader rápidamente fue hacia él, como una hiena sedienta de dinero─. Claro caballero, ¿cuántos quilos quiere? ─le preguntó con una amplia sonrisa mientras frotaba sus manos─. ¿No me has escuchado? Quiere ESE tomate, nada más.

Al frutero le sorprendió el pedido, pero prefirió no hacer preguntas y con una cara algo confundida le entregó el tomate al Tokage─. Quédate el cambio ─pagó con un par de monedas, y satisfecho se alejó de la tienda. Caminó para salir de la zona comercial, aunque antes de eso se encontró un banco y se senó. Ahí podía ver a toda la gente que pasaba para no aburrirse, además podría acabar de comer con tranquilidad.

Sacó más empanadas, las cuales engullía prácticamente enteras una detrás de otra. Pero cuando iba por la quinta, sintió un fuerte pellizco en su oreja─. ¡Au! ─exclamó mientras llevaba la mano a su cuello y agarraba a su pequeña lagarta, quien se había escapado de su bolsillo porque tenía hambre─. Te he dicho miles de veces que no hagas eso. Anda, toma tu tomate ─dejó al reptil sobre el respaldo del banco, agarró el tomate y sacó un kunai de su cinturón. Cortó varios un pedazos diminuto, del tamaño de su compañera y se lo ofreció.

Este tema ha sido cerrado.

[Imagen: Picsart-24-07-19-18-56-40-740.jpg]

Lady
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