[Misión Rango A/B] Yōhin (Rebelde)
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Base rebelde, en algún lugar del país de la Hierba
[Imagen: bilgewater-fantasy-art-pirates-ports-wal...review.jpg]

Escondidos en el fondo de una cueva rodeado de armas viejas y oxidadas, una reunían rebelde se llevaba a cabo con las cabezas principales del área. El ambiente en cuestión era algo tenso por lo que ningún integrante menor se encontraba en la cercanía. En total 7 miembros rebeldes se encontraban en plena discusión sobre los pasos futuros de la rebelión.

Con una voz enojada uno de los presentes se dirigía a sus compañeros –Como que dejaron a Kiki atrás, todos ustedes debían volver a salvo. – acercándose a su compañero -Deja de gritar, él sabía que la misión era peligrosa y que todo se podía complicar, pero aun así la acepto, no manches su sacrificio con temas personales- -Temas personales, de que mierda está hablando viejo estúpido, nosotros no dejamos a nadie atrás, ese es el lema de nuestra organización.- -pero tampoco dejamos que nuestros amigos mueran, como escuchaste de ellos 3, si Kiki no les hubiera cubierto el escape, la información que tenemos ahora nunca hubiera llegado a nuestras manos. - -No me interesa, Kiki era m…- una joven chica se acerca a su compañero y le da un fuerte puñetazo en el estómago evitando que pudiera seguir hablando. –Deja de hablar y hacer berrinche, eres molesto. - -COFF COFF COFF, pero Mari tu deberías entenderlo, coff coff, mejor que yo. - - Te equivocas, tú no entiendes, Kiki se sacrificó para que nosotros tengamos un futuro, no voy a deshonrar su sacrificio, hare todo lo posible para que la información que nos entregó nos sirva de algo. - -pero…- -Si no estás centrado en estos momentos, te pido que te retires, solo retrasaras la reunión y es algo que no nos podemos permitir. – apretando sus puños el hombre intenta calmarse, pero no lo logra y se retira de la reunión.

El lugar se mantuvo en silencio por algunos segundos, pero el Taka del país de la hierba dio comienzo de nuevo a la reunión –Hay que ser sinceros con nosotros mismos, la información que obtuvimos es algo que podría servirnos para el futuro de la rebelión, pero no contamos con los hombres necesarios para dar el golpe. – observo sus alrededores –Apenas tenemos hombres para mantener este lugar y sobrevivimos de misiones que hacemos a escondidas como Rōnin. – apoyo sus manos en la mesa y continuo – Debido a las constantes bajas por mano del imperio casi no nos queda fuerzas para seguir.

PAFF, una joven chica de no más de 26 años golpea la mesa fuertemente – No es bueno que el Taka de la organización hable de esa manera, cada uno de nuestros hermanos dieron la vida por la causa, nosotros no nos podemos cagar en su sacrificio y bajar los brazos ahora. – observo a los presentes con cara seria –Recomiendo pedir ayuda a los demás países, estoy segura que si le ofrecemos una parte de los suministros aceptaran y mandaran algunos hombres. No nos podemos dar por vencidos sin siquiera a verlo intentado.

-Es demasiado peligroso, no todos los rebeldes están apoyando la causa por ser algo noble, hay quienes lo hacen por su propio beneficio, si alguno de esos insectos entrar en nuestra base u organización podrían traer más caos que soluciones.-

-Eso es peor que nada, si seguimos de esta manera la rebelión del país de la Hierba se extinguirá y no abra un mañana para los jóvenes que vienen. Por eso estoy de acuerdo con lo que Mari propone, si damos incentivos seguramente personas vendrán apoyar la rebelión. -

-Ustedes viven en una nube de pedo, no podemos confiar en fuerza extranjera, no son confiables. -

-Pensamientos como ese hizo que nuestro país caiga fácilmente, nos cerramos a la ayuda externa y el imperio nos arraso sin dejar a nadie en pie, no quiero volver a cometer los mismos errores, estoy a favor de pedir ayuda de otros países, por lo que apoyo a Mari en esta ocasión.

-No puedo creer que sean tan estúpidos, enserio quieren pedir ayuda a los países vecinos, solo traerán caos a la rebelión, deben darse cuenta malditos bas...-

El Taka de la organización se mantuvo cayado durante la conversación de sus Senchō, pero interrumpió cuando noto que la conversación se estaba saliendo de control - Creo que deberíamos calmarnos un poco, el enemigo esta afuera, no se olviden de eso- largo un fuerte suspiro y quedo meditando unos segundos, tenia una decisión difícil por delante, pero el Taka sabia muy bien lo que tenia que hacer –las dos partes tienen un punto, pero esta vez Mari tiene razón. No podemos dejar que el sacrificio de Kiki sea en vano, pediremos ayuda externa a otras organizaciones y ofreceremos también un incentivo a todo aquel que de su apoyo. – observando a los presentes – No nos rendiremos, el imperio caerá cueste lo que cueste. – Tras terminar de decir las últimas palabras el Taka de la organización da como terminada la reunión, pero antes manda a llamar a Mari para hablar a solas.



Una vez estuvieron solos, la conversación empezó.

-Escucha con atención Mari, eh decidido que participare en esta misión, por lo que en mi ausencia tú te quedaras a cargo de la base. -

-Pero señor eso es… -

-No puedo dejar que mis hombres se sigan sacrificando y que yo me quede atrás sin poder hacer nada. - observo a sus alrededores -Sé que tu cuidaras bien de ellos si algo me llegara a pasar. -

-No diga eso señor, es como si pensara morir. -

-Claro que no pienso eso niña tonta, mírame soy hermoso, todos saben que la gente linda no muere. -

-Eso es realmente asqueroso-

-Esa no es forma de hablarle a tu superior sabes- la cara de la joven quiso mostrar una leve sonrisa, pero su tristeza era mayor –Cuando Kiki se fue rumbo a la misión, me hizo prometerle que cuidaría de su estúpido hermano Kakio y de ti. – sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas –Pero no voy a mentirte, no sé cómo hacer eso, ese estúpido era el pilar de todo esto. Si alguien debía ir y morir era yo no él – golpeo la pared con la mano –Le dije que yo era la mejor opción, pero el insistió, si tan solo yo hubiera… hubie…- Mari se acerca a su amigo y le dio un fuerte abrazo, la partida de Kiki era algo que afectaba a más de uno en la rebelión, pero que al mismo tiempo motivaba a otros a seguir, para que la muerte de su ser querido no sea en vano. 



El mismo día Mari junto a su escuadrón, empezó a repartir la petición de ayuda a los otros países, esto no era tan fácil de lograr debido a que la mayoría de las mensajerías eran cuidadas por el imperio, pero la rebelión tenia su propio método de comunicación. La petición seria enviada a todos los rincones del planeta, a cada aldea, cada país, cada rebelde que halla, todos recibirían el comunicado de ayuda. 

Comunicado Urgente




Normas Básicas


Información
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A pesar de que cuando finge ser un humilde comerciante pareciera que tiene una vida pacífica y que disfruta de ella, la verdad es que en el fondo posee ese espíritu aventurero que solo algunos poseen. Desde pequeño ha tenido que moverse de aquí para allá buscando sobrevivir, pero ya ese no es su objetivo, sino que el camino que trazan sus pasos tiene la finalidad de ayudarlo a comerse el mundo y volverse su rey.

Normalmente siempre se movió solo, aunque intentó ser social en cada parada que eligiera a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo, no hace mucho se alió con cierto muchacho cuya forma de ver el mundo le pareció interesante. No ha andado de un lado para otro con él, pero de manera seguida busca encontrárselo para ver qué avances ha tenido. Hasta el momento, no muchos, pero quizás eso puede cambiar. — ¿De verdad quieres involucrarte en esto? Atacar una de sus bases podría ser peligroso. — Realizó una leve pausa y mostró una sonrisa maliciosa, aunque al estar caminando por detrás del otro, aquel no podría verlo. — Puedes morir. — Solo quería ver si lograba causarle una pequeña sensación de duda o temor.

El viaje hasta el País de la Hierba fue tranquilo. Para Samuru no fue problema, es un caminante, un nómada, moverse por todo el territorio es tan natural como desayunar para él. Pero el encontrar la base de los rebeldes fue un desafío mayor. Hubo que recurrir a tácticas de recolección de información, pero en tiempo récord dieron con el lugar. — Es un sitio exótico. No diría que es mi estilo, pero me agrada. — Comentó. Había mucha gente cuya apariencia daba miedo. Claro, no cualquiera se presenta ahí dispuesto ir al combate. Además, gran parte de ellos deben ser creyentes fieles en la causa rebelde. No así Samuru, quien solo acompaña a Hirose.

El viajero desentonaba bastantes, pues usaba una vestimenta particular y ese sombrero que siempre llamaba la atención. Parecía sumamente débil en comparación al resto, pero en su rostro destacaba una tranquila e incluso alegre sonrisa, obviamente fingida. — ¿Crees que nos envíen en equipos pequeños o grandes? Nunca he participado en algo así con tanta gente. — Y claro, con tanta gente alrededor, le es más difícil guardar las apariencias y mantener su personaje de persona humilde. No puede dejar su espíritu ególatra de rey, le haría salirse de personaje. No es conveniente.

Por ahora se mantendría tranquilo en el lugar, esperando a que suceda algo. Probablemente pronto darán instrucciones para partir. — Debe ser una simple reunión estratégica. Espero no tarden.

OFF ROL


Datos
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Sus manos chocaron entre sí y dejaron entre ver por escasos segundos algunas virutas de polvo que se esparcían con lentitud y desaparecían con las suaves corrientes de aire del alrededor.  — Hay que apoyarlos, podrían ser una pieza relevante para nuestra planificación.  — Respondió con mucha emoción al joven del sombrero. Pronto una sonrisa se dibujó en aquel rostro de tez blanca, casi inevitable ante el comentario del joven Samuru.

— Siempre hay riesgo de morir. De hecho, aquello es lo que vuelvo esto interesante.  — Su confianza no hacía más que subir y subir. ¿Era aquello una desventaja? Quizá sí, pero era un arma de doble filo en todo caso. La creciente confianza del Tamashi ocasionaba que sus pasos fuesen firmes, pero la caída podría ser estrepitosa…

En resumidas cuentas todo había sido bastante tranquilo. El viaje no habría tenido sobresalto alguno más que la presencia de algún que otro individuo que llamaba el interés del Hyouji, fuera de aquello no hubo novedades o relevancias que se pudiesen mencionar. Una vez ambos Shinobis hicieron acto de presencia en la hierba, ejercieron táctica de recolección de información muy bien ejecutadas que los acercaron parcialmente a su objetivo: Encontrar la base rebelde.

— He visto mejores.  — Contestó, apoyando el comentario de su compañero de viaje. Los pasos del rubio lo acercarían mucho más al punto de encuentro. Las presencias en aquella zona aumentaron considerablemente, los aspectos eran muy llamativos y de toda clase.  — Pequeños, los números de rebeldes pueden ser reducidos en cuestión de segundos.  — Explicó.  — No considero conveniente que hagan un movimiento en gran escala.  — Finalizó.

— Esperemos aquí, quizás alguien alce su voz de entre las demás para dar las instrucciones.  — Comentó casi susurrante a su compañero mientras estudiaba visualmente la zona.

OFF


Inventario
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El encontrar la base rebelde sería lo más difícil hasta ahora, pues sabía muy bien que sólo un grupo de personas selectos sabían dónde se encontraban. La cadf que mandaron daban algunas pistas, de las cuales podíamos tomar sugerencia, pero no teníamos el lugar exacto. -Sería difícil lograr llegar a ellos, si tan solo puidiese preguntar. Fuera un total éxito.- Cuando Jikaro pensó con claridad esto, y fue lo que hizo.

Tarde o temprano, Jikaro había conseguido dar con el lugar, habían personas con caras de pocos amigos y tal. Pero ese era el chiste. No vienes a una Base rebelde a hacer amigos, ¿No?


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El llamado a las armas de parte de Mari, había convocado a cientos de individuos de distintas partes del mundo, gente de Konoha, Iwa y Kiri y estas solo eran una pequeña parte. A simple vista se podía saber que más de cien personas estaban presentes. Los nuevos llegados estaban todos en el centro del refugio, en la zona más amplia del lugar, ya que la llegada masiva no era algo que tenían en mente los integrantes de la rebelión del país de la hierba, pero era un acto que los dejaba soñar la posibilidad de poner sus manos en los suministros del imperio. Sobre la sima de un edificio pequeño una figura se hacia presente, con vos gruesa se dirigió a los presentes.

Hanasu


-Buenos días a todos, para las personas que no me conozcan mi nombre es Rabits y soy el líder de esta rebelión. – las personas podían escuchar como Rabits les hablaba, pero les era imposible poder ver su rostro, esto se debía a que quería proteger su identidad. -Antes de empezar me gustaría darles las gracias por apoyar a la rebelión con esta invasión, si todo sale bien el imperio recibirá un fuerte golpe, no solo en términos de suministros sino donde mas les duele, el orgullo. - desde los costados aparecian distintos integrantes de la rebelion - las personas que ingresaron seran los lideres de escuadron, atacaremos al amanecer a las distintas bases de suministros, cada grupo estara formado por 60 shinobis, el objetivo es acabar con todo shinobi del imperio que se encuentre en el lugar. - un leve silencio se hizo presente y continuo -Les deseo suerte en sus destinos. - tras terminar de hablar el Senchō se retira del lugar.

Resumen
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Su compañero opinó que lo mejor sería utilizar grupos pequeños y el tipo que estaba a cargo de todo este alboroto mencionó que los equipos estarán conformados por 60 personas. ¿Eso será mucho o poco? — Ey, ¿crees que es un buen número? No sé si nos podremos mover con libertad entre tanta gente. — Respondió, a la vez que sus pies avanzaban en la dirección correspondiente. No conocía a nadie más a su alrededor, así que menos mal no le harán separarse de Hirose. Después de todo, fue hasta ahí a apoyar a los rebeldes solo para acompañarlo a él. Sinceramente, a él poco y nada le importa si triunfan los rebeldes o los imperiales. Solo quería conocer un poco más lo que era este conflicto del cual ha intentado mantenerse al margen a excepción de situaciones puntuales.

Podían esperar hasta el amanecer, así que había tiempo de prepararse. Él en particular no había participado de cosas así. Al viajar siempre solo, cuando se entrometía en asuntos externos para divertirse, siempre se aseguraba de que sus movimientos actuaran de forma individual. Esta vez sí o sí será diferente. No lo ve como algo negativo, puesto que un futuro monarca como él debe estar acostumbrado a tratar con amplias cantidades de gente. — Supongo que tú sí estás más afiatado a este tipo de cosas, ¿o me equivoco? — Esperaba no tener una respuesta negativa o ambos estarían en problemas.
Contenido Oculto

Pasado el tiempo, llegó el momento de partir. Bien temprano por la mañana todos ya parecían nerviosos, pero preparados, motivados. Probablemente muchos no lograron dormir ni siquiera un poco. Este no fue el caso de Samuru, quien con los años se ha acostumbrado al peligro y su actual personalidad confiada le permite cerrar los ojos durante horas confiando en que nada va a pasar. Por consiguiente, se encuentra descansado.

Espero esto valga la pena y no me decepciones. Necesito que destaques porque si me miran mucho, luego no podré seguir yendo a donde me plazca como un humilde comerciante. — Su sombrero lo dejó colgado y pegado a su espalda. Si lo usaba en la cabeza llamaría mucho la atención. Muy bien, Samuru ya está listo. La acción probablemente pronto comenzará.

OFF ROL


Datos
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Última modificación: 11-02-2023, 01:44 PM por Jikaro.
El lugar estaba muy solitario, sólo habían tres personas y sin contar a Jikaro eran dos. Se podían escuchar los grillos cantar mientras jugaba con la hierba, pero de la nada. Sin siquiera darme cuenta; Se sentía el lugar abarrotado de gente, tal que perdí de vista a los dos que estaban conmigo. - Esto se llena más rápido que oferta de supermercado. Quizás todos quieran ayudar, aunque no creo que tanta gente sea un Rebelde, en mi caso; Me da un poquito igual.- Pensé mientras me daba cuenta que un señor empezaría a Hablar, con cautela. Quise escuchar mejor e intenté averiguar de dónde venía. Al final no pude, simplemente me quedé esperando a que terminé y se me asignara un equipo.

Llegué y observé como mi grupo era de 60 shinobis cómo normalmente debe ser. Pero era diferente, pude observar como los antiguos shinobis que había visto estaban ahí. Me acerqué dónde ellos estaban y con cautela empecé la conversación. - Al parecer no era el único que estaba absurdamente enojado por la cantidad de personas, se darán más cuenta. - Comenté mientras observé cómo el individuo de sombrero. - Jikaro Sarutobi, de la aldea de la hoja. ¿Ustedes son? - Pregunté esperando respuesta, si no la obtenía me iría a acostar rápidamente.

Al despertar, era muy temprano. De hecho; Fue en la madrugada sin que se dieran cuenta. Pude hasta entrenar un poco, estaba nervioso claro. Pero debía esperar a que se concretará el curso para poder ir a combatir.

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— ¿60?  — Era claro que la cantidad indicada por el aparente “líder” no causaba una buena sensación para el rubio.  — No lo es.  — Su tono de voz e incluso su semblante había cambiado radicalmente, pues un ápice de preocupación se asomaba ligeramente sobre su rostro.

“¿No muestras tu rostro…?” Pensó justo al finalizar la primera indicación verbal continuada por la inserción de distintos individuos a la escena. Los ojos del rubio bailaron de un costado al otro antes de expresar nuevamente algo al respecto de toda la situación que lo rodeaba a él y a su colega.  — La precaución es importante, pero este toque “excesivo” no acaba de generarme confianza en lo más mínimo.  — Incluso para alguien como él, aquel acto por parte de “Rabbits” no era precisamente algo motivador.

Avanzaría con lentitud a medida que acompañaba los pasos de su compañero.  — Claro que lo estoy.  — Respondió con bastante seguridad — ¿Cómo crees que he aprendido todas técnicas que me permite mi rango? — Preguntó a medida que su diestra se posaba sobre el hombro más cercano del pelinegro para dar un par de palmadas.

Las prioridades de Samuru siempre estaba muy presentes, para Hirose era satisfactorio tener a alguien tan directo junto a él.  — Siempre pongo el pecho por el equipo, no te preocupes.  — Acompaño sus palabras con otras dos palmadas antes de darle el espacio de siempre al chico y avanzar hacia el escuadrón con menos cantidad de personas en aquel instante.

Allí, decidió descansar un poco antes de que se diese todo el movimiento. Su cabeza estaba serena y calma, pero algunas ideas iban y venían de vez en cuando, especialmente aquellas que señalizaban este acto rebelde como una simple matanza.

Resumen


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