[Misión Rango A/B] Yōhin (Imperial)
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Última modificación: 04-02-2023, 02:28 AM por Narrador M.
Oficina de planeación y avance. En algún lugar del pías de la Hierba
[Imagen: reichskanzlei-015.jpg]

TOC TOC TOC, la puerta suena y una voz grave se hace presente -Pase-, la puerta de madera se abre y una señorita con carpetas en las manos se hace presente - Buen día Senchō -  agachando la cabeza en forma de respeto, para luego continuar -Le traigo el informe de la novena división- dejo las carpetas en la mesa del Senchō el cual empezó a leer una de estas mientras la joven seguía hablando - se a detectado una llegada irregular de visitantes al país, cosa que no pasaba en un largo tiempo. - Senchō da vuelta la hoja de la carpeta -Esos malditos rebeldes, seguramente están planeando algo. - tirando la carpeta sobre la mesa -¿Se pudo sacar algo de información del rebelde capturado?- - Nuestros mejores shinobis están llevando la recopilación de información, pero el rebelde no a cedido aun. - enojado por las palabras de la joven el imperialista se levanta y se dirige hacia la puerta, -No te quedes ahí parada y sígame maldición.Al salir de la oficina los dos imperialistas se dirigen al sótano del edificio, en donde tenían encerrado al rebelde capturado y le estaban llevando acabo el interrogatorio.

Sótano de Interrogación.


Una vez en el sótano todos los presentes agacharon la cabeza en símbolo de respeto hacia el Senchō, pero este no se encontraba de buen humor -Dejen esas estupideces y díganme que tienen -, el primero en hablar es él encargado de la interrogación -Señor el rebelde tiene su mente bloqueada con distintos sellos lo cual esta dificultando el trabajo, pero como le señale en el informe si todo sigue como ahora en dos días tendremos todas la información que este rebelde posee. - con una cara enojada como si fuera a explotar -¡Crees que puedo esperar dos putos días, este bastardo se infiltro junto a otros 3 rebeldes a las oficinas de archivos y aun no sabemos que mierda se llevaron y esperas que me calme! - con enojo el Senchō empezó a observar a su alrededor intentando calmarse, pero no pudo aguantar y lanzo un fuerte rebes golpeando al interrogador en jefe en el rostro, este salió despedido hacia atrás para luego impactarse contra la pared. Un fuerte silencio se hizo presente en el lugar, algunas personas que se preocuparon se acercaron ayudar al interrogador en jefe el cual quedo inconsciente debido al fuerte impacto. -Sera mejor que se muevan y me consigan esa información para hoy o les juro que los matare y mandare a llamar nuevo personal. - enfurecido sale del lugar -Maldita mierdas, no se porque carajos tenemos personal tan inútil, los mandaría a quemar. Inútiles, realmente inútiles. -Tomare el lugar del interrogador en jefe, sino quieren que sus cabezas rueden será mejor que me apoyen . - Con un movimiento de sus cabezas todos los presentes se pusieron en disposición de la joven.



-TOC TOC TOC- la puerta del despacho sonaba una vez mas -Pase - -con permiso Senchō- con un aura de muerte que lo rodeaba -Y ¿ya tienen la información que pedí? o ¿Tengo que buscar personal nuevo? - -No señor, ya tenemos los datos que pidió- Coloco una carpeta sobre la mesa -tuvimos que presionar mas la mente del interrogado, pero al final logramos conseguir la información que deseaba, aunque en el proceso el rebelde termino muriendo. - -A nadie le interesa un asqueroso rebelde - menciono mientras tomaba la carpeta de la mesa. -Háblame de lo que consiguieron. - -Tienen información confidencial de algunas de las bases de suministros del imperio, ubicadas aquí en el País. - el Senchō se toma la barbilla mientras observa los papeles -Esos estúpidos rebeldes - soltó los papeles en la mesa -No tiene los números para atacar ninguna de las bases de suministros del imperio, silo hicieran acabarían muertos jajaja - se levanto de su silla -estúpidos desgraciados, solo se llevaron mierda.- -Pero señor, no se olvide de la información recolectada por la novena división - -Eres molesta lo sabes. Te preocupas por nada, esos bastardos rebeldes no tienen nada que hacer contra nosotros, solo son una bola de pusilánimes, las bases de suministros están bien cuidadas - - ¿Pero si por suerte logran tomar una? no creo que al Ten'nō le agrade eso. - -Cuida tus palabra mocosa o te arrancare la cabeza. - -Me disculpo por mi insolencia, pero señor son cosas que podrían pasar. - soltando un largo suspiro el Senchō lo empezó a meditar, por un segundo el despacho se mantuvo en silencio -De acuerdo, manda a llamar algo de apoyo de los demás países, daremos algo de apoyo extra en las distintas bases de suministros. - bajando la cabeza en reverencia la joven se retira del despacho a llevar acabo las ordenes del Senchō.

Los refuerzos caerían unos días después del llamado, estos listos para servirle al Senchō el cual estaba confiado que los rebeldes no podrían poner un solo dedo en los suministros del imperio. Al llegar al lugar, estos serian recibidos por la joven secretaria quien los guiaría a un descampado con un gran escenario, a simple vista se podía intuir que alguien daría un discurso a los integrantes nuevos.



Norma Básica


Información
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El imperio era muy fastidioso en ocasiones. O por lo menos eso pensaba Izanami. Que bien es cierto que el resultado final era el mismo que planeaba cuando ilusamente contemplaba tener unos días libres, viajar. Aunque no era lo mismo un viaje ella sola, tranquilamente, hacia algún destino que aun no había definido; que viajar con una delegación imperial a una misión oficial. Una hermosa forma de arruinar unos días libres; la idea de que si tan solo hubiera decidido un par de días atrás un destino y salido de la aldea a tiempo ya no habría sido convocada al no encontrarse allí la martilizaba... Sin duda la indecisión es un problema grave en la vida.

En el barco que llevo la delegación hasta el continente no hacia más que reflexionar contemplando el horizonte apoyada en la barandilla del navío con una mirada perdida que podría helar el océano en lo mal que había evolucionado todo. De unos días libres a una aburrida misión. Si os preguntáis porque la consideraba aburrida era sencillo. Por lo que le habían informado los refuerzos solicitados eran para refuerzos de seguridad ante posibles ataques. No se le habían dado más detalles aun, pero lo de posibles ataques rebeldes ya daba a entender que muy seguramente solo estarían movilizados y vigilando un lugar por unos días sin que nada pasara, es decir un aburrimiento.

Conforme la comitiva se adentraba en el país de la hierba se iba dispersando a distintas localizaciones que tenían asignadas dar apoyo. El grupo con el que viajaría ya era muy reducido, aunque probablemente en el cuartel que los habían convocado se reunirían otros imperiales de distintas naciones. Los rebeldes eran muy molestos, bastaba con un aviso de que igual hacían algo para que el imperio se tuviera que poner en alerta, unas molestias sin duda alguna. Izanami transcurriria el camino hasta el cuartel sin mediar palabra salvo que alguno de sus acompañantes se dignara a dirigirse a ella. Simplemente caminaria estoica como un tempano hasta alcanzar el destino, formando con los demás a la espera de las instrucciones.
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Aiko se había ido a saber donde, por lo cual Saito se encontraba preocupado por su hermana pero no podía continuar de esa manera ya que una nueva misión se había presentado. El informe decía que debían viajar hasta el País de la hierba para servir como defensa en una de las bases de suministros del imperio de dicho País. Kirigakure había sido amable y movilizó una tropa de apoyo la cual viajó en barco mas de la mitad del viaje.

En dicho barco, Saito, merodeó curioso para observar que tipo de shinobis habían ido con él y para su sorpresa ahí se encontraba la presencia de Kurosame Hoshigaki. Saito lo evitó para no molestarle pero verlo lo hizo reflexionar una cosa: Si había un shinobi de alta categoría en rumbo a la misión, el rumor de un ataque rebelde era mas un hecho ahora.

Me pregunto si lo haré bien-Saito no se sentía a gusto con su nivel actual, se había concentrado en tantas ramas de combate que no se había especializado en ninguna, primero tenia su estilo de combate basado en posturas (Gotai) del cual aún le falta dominio, después su ninjutsu médico, aunque conforme con este sabia que apenas rozaba la punta del iceberg en cuanto a dominio de tal maestría. Por ultimo sus elementos, su Fuuton era de nivel genin y su Suiton era nulo... Debia apoyarse en su taijutsu y las técnicas de su clan al quería servir de algo. 

Al fin llegaron al País de la hierba donde fueron guiados por shinobis de la aldea para llegar al "Salón de planeación y avance" para acatar instrucciones sobre los últimos detalles de la misión. Saito se encontraba un poco mas sereno y mantenía su postura militar pero no pudo evitar mirar a una Kunoichi de la niebla, pues, su porte imponía y su mirada enserio era fría.

Es muy guapa pero parece que solo necesita mirarte para matarte de frío-pensó intentando usar esa broma para mantener su mente distraída. Su ropa era el uniforme reglamentario Imperial de la Nación del Agua por lo que su chaleco táctico lo hacia ver común mientras mantenía su pergamino de armas en su espalda baja y un Gigashuriken decoraba su espalda a pesar de que Saito no era de usarlo pero mas vale tener y no necesitar que necesitar y no tener.

En los bolsillos delanteros del chaleco guardaba sus píldoras del soldado y su kit médico. Sus porta objetos y porta kunais se encontraban atados como lo ataría cualquier otro shinobi sus guantes y sandalias negras tampoco destacaban. Sip, parecía el tipico personaje secundario, no se rían eh. A ver, analicemos ¿hay algo que tenga diferente a otros? Tal vez el vendaje de sus brazos, si, técnicamente eso es distinto a los otros...

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Narro-Pienso-Hablo

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Última modificación: 06-02-2023, 02:49 AM por Kurosame.
Otra misión oficial que requería los servicios del Hoshigaki. La delegación imperial se dirigiría al País de la Hierba, aunque esta vez no poseía la información de antemano. A este punto, poco le importaba donde el destino lo llevara, tan solo se encargaría de seguir órdenes y cumplirlas a rajatabla, sin pensar mucho más allá al respecto. Al menos viajaría en barco y podía disfrutar del océano, eso siempre lo tranquilizaba pero poco más podía hacer que reflexionar y aquello era lo que menos deseaba. Prefería mantener su mente ocupada a cada instante, definitivamente. Lo que más temía, sin embargo, era que aquella misión lo obligaría a vigilar una zona de amenazas rebeldes sin mucho más qué hacer, y no le preocupaba el aburrimiento, estaba acostumbrado a estarlo, sino al hecho de pensar sobre todo aquello que le daba pesar. Al menos, quizás, tendría una interesante compañía.

No mires tanto al océano, que si no chocaremos con los glaciares. Jocoso, dejaría entrever una sonrisa afilada a Izanami, quien permanecía estática en la barandilla en la que el tiburón recién se acomodaba. Izanami no era completamente una extraña para él, y a pesar de su frialdad, sospechaba que aquella kunoichi tenía mucho que ofrecer.

Me alegra verte por aquí, Saito Yamamoto. Parece que estaremos juntos en esta misión.Le diría en algún momento durante el viaje en el barco. Lo habría conocido por primera vez en la cena imperial, junto a su hermana. Reconocía que bien Kurosame tenía cierto remordimiento al no poder salvado a su padre y fallar la promesa con su madre, pero poco podía hacer más allá, al menos, se encargaría de cuidar al pequeño durante el viaje y aprender un poco más de él.

El trayecto transcurriría y eventualmente el destino los llevaría hasta el cuartel al cual los habrían convocado. En el camino hablaría poco, tan solo siguiendo las órdenes de dirigirse al cuartel, aunque buscaría fastidiar a Izanami de vez en cuando con algún comentario, para que ésta lo fulminara, o más bien, congelara con su mirada.

Al llegar al cuartel, Kurosame se presentaría. Vestía su uniforme shinobi imperial, luciendo impecable. Serían dirigidos a un descampado donde quizás le darían más detalles sobre la misión que debían enfrentar. Otro día más, supongo.

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En el lugar se presentaron alrededor de 50 shinobi de todas las aldeas del imperio, se encontraban reunidos frente al escenario, no tenía una formación aun por lo que el bullicio era constante, pues nadie ponía orden. De repente una figura se alza sobre el escenario y se dirige al centro de este, en donde estaba ubicado un micrófono. Esta era una joven de cabello negro y largo, sus ojos no mostraban emociones y estaba vestida como una oficinista en su hora libre. Una vez llego al centro golpeo el micrófono 3 veces y un fuerte ruido se hizo eco en los parlantes, la mayoría de los presentes se tomó los oídos, mientras que otros ni se inmutaron.

-Todos en formación, esto es una base del imperio, no un conventillo de aldea. – la voz retumbo en los parlantes y los shinobi presentes empezaron a tomar su lugar, adelante se establecían los Jounin, seguidos de los Chunin y los Genin. La mirada de la joven era penetrante y ni una pisca de emoción salía de ella –Ahora sí, sin más preámbulos les presento al Senchō del país de la hierba. – Un silencio se hizo presente mientras el Senchō del imperio subía al escenario, en dirección al micrófono. Agachando la cabeza en forma de respeto la chica salida a su mayor y se sede rápidamente el lugar.

-Como sabrán gusanos rebeldes ingresaron a la base y robaron información de algunas de nuestras bases de suministros. – observo las escaleras y dio una señal con la mano, desde estas suben al escenario un grupo imperial junto a 4 presos encadenados, estos son colocados a la vista de los shinobi mientras caminaba cerca de los detenidos –Estos perros inútiles bajaron la guardia y dejaron al imperio expuesto. – observo a los presentes –y es algo que como Senchō no tolerare. – concentrando chakra en su mano el Senchō hizo un rápido movimiento y corto el cuello de un preso. La sangre brotaba por todos lados y la cara de los 3 restantes se llenaron de lágrimas –El imperio no es algo que se deba tomar a la ligera y mucho menos en el país de la hierba, ahora ustedes aquí presentes serán enviados a servir de apoyo a las bases de suministros, para tapar el error de estos inútiles, por esa razón les doy las gracias. - sacando un pañuelo de su bolsillo este empieza a limpiar su mano. –Esos gusanos rebeldes no tienen ninguna posibilidad contra el imperio y no creo que tengan los huevos de atacarnos, pero sí de casualidad esas basuras llegan, solo tienen un deber. – con una sonrisa observo a los 3 presos restantes y con el puño cargado de chakra empezó a golpear a cada uno de los responsables de la filtración de información –Golpéenlos, aplástelos, rómpalos, hagan lo que quieran, pero no quiero ver ni un puto rebelde con vida, si llegan a pisar alguna base del imperio. - la golpiza duro unos minutos y una vez termino, agitado se aleja de los cuerpos -Ahora mi secretaria les dirá el destino que les toca y espero que no me decepcionen. - tras decir esas palabras el Senchō escupe los cuerpos y se aleja del escenario dejando el resto a su mano derecha. 

La joven se acerca al micrófono, mientras evita ensuciar sus zapatos con la sangre de los cadáveres, con una seña de mano hace que algunos guardias del lugar se lleven los cuerpo que estaban tirados en el escenario -Se formaran en escuadrones de diez personas, el primer escuadrón esta formado por el Jounin Kurosame y ...... Personas. Estos saldrán en dos horas en dirección oeste junto a un guía, prepárense y esperen instrucciones en la puerta oeste.- la joven siguío hablando pero ya no era importante para los integrantes del grupo de Kurosame. 

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No es que se molestara mucho cuando gastaban bromas sobre ella; aunque no daba ya mucho crédito a la broma sobre la frialdad que desprendía. Habían sido formularas metáforas al respecto sobre su mirada, su corazón, sus palabras, su propia aura; algunas más elaboradas, otras muy simples, y siempre lo mismo. Era fría, lo sabia, pero tampoco es que pensara cambiarlo por cuatro personas que no le importaban en lo absoluto. Y por lo menos ahora mismo Kurosame era uno de ellos, uno más soltando bromas evidentes - No sufras, si llegara a causar algo como eso me haría cargo - Simples y cortantes palabras. No le merecía demasiado su atención. El único respeto que por ahora le podía procesar a esa persona es que técnicamente es su superior, de forma que debía ser bastante capaz, pero no para el humor. No obstante fue el único en el navío que tuvo el atrevimiento de hablar con ella.

Ya en la fortaleza de la hierba terminarían de brindar a todos los convocados la información. Como les adelantaron hubo una filtración de información. Algo bastante patético para ser sinceros y el dirigente del lugar trataba de dar ejemplo e imponer temor ejecutando y desfogando su furia contra los que estaban de guardia aquel día "Patético... Unos hombres son tan capaces como lo es su líder e intentar intimidarnos de esta forma lo demuestra" Un intento de demostrar su rudeza y su castigo al fracaso, como si fuera una advertencia para los recién llegados de que pasaría si fracasan "Fallan en sus defensas, se les escapan los rebeldes y ahora nos pone la soga en el cuello cuando venimos a solucionar sus problemas, simplemente incompetente" Todo era decepcionante cuanto menos.

Finalmente dejo su lección de tiranía y se digno a detallar la información de la misión. Medio centenar de shinobi reunidos, que serán divididos en 5 equipos para custodiar la misma cantidad de almacenes de suministro. Sinceramente ella no esperaba que los rebeldes fueran tan idiotas de atacar tras dejar tanto tiempo de preparación. Al tener la información imperaba un ataque relámpago antes de que el imperio pudiera responder. Ya cuando dejas pasar un tiempo sabes que la seguridad subirá y teniendo la ubicación no hay que hacer más que vigilar a que vuelvan a descender los refuerzos. Pero era mejor hacer perder el tiempo a la gente.

En lo que culminaba su palabrería y empezaba a nombrar los grupos, la chica ya había sacado un pequeño libro de bolsillo y puesto a leer en medio de la multitud, prestando solo un veinte por cierto de su atención a lo que el hombre decía. Izanami había quedado designada en el grupo que lideraría Kurosame "Cinco grupos y justo estoy en el mismo que él, es más él es el líder" La chica no pudo evitar soltar un suspiro algo sostenido mientras cerraba su libro dejando en medio el marcapaginas, al imaginarse el mismo tono de humor que vivió en el barco. Para variar ella no dirigiría la palabra a nadie, si ellos no lo hacían previamente, simplemente seguiría al resto del comando hasta el puesto de suministros donde pasaría vigilando un tiempo indefinido, ya que tampoco les dijeron cuantos días se quedarían en guardia... 

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Así parece. Trabajemos bien-Saito no sabía de qué hablar con Kurosame y por eso lo evitó el resto del viaje ya que no sabía qué hacer con tanta gente.

Luego, en la reunión, pudo notar que en efecto, eran muchos pero muchos menos de los que esperaba. Formándose en la línea de Chunin escuchó las palabras del Sencho de la hierba y presenció el innecesario sacrificio de los hombres que sirvieron (algo mal) a su país. Pero no eran del país del agua y Saito no poseía voz en ese territorio por lo cual solo cayó y escuchó.

Al final Kurosame fue nombrado como líder del primer escuadrón, en el cual Saito también pertenecía, posiblemente por ser todos de Kirigakure.

Confiaré en tus ordenes-mencionó hablando con Kurosame directamente y miró al resto del equipo el cual no conocía en lo más mínimo.

Creo que presentarnos sería bueno. Soy Saito Yamamoto y pertenezco al cuerpo médico por si necesitan ayuda-agregó tranquilamente para dejar la presentación como algo profesional y no algo de mero gusto, hacer amigos no era la misión al fin y al cabo.

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El Senchou del país de la aldea se presentó frente a la aldea. Explicaría los detalles de la misión que debían ejecutar. Debían servir de apoyo a las bases de suministros y eventualmente los llevarían a dichos lugares. Claro, esto sería relativamente fácil de indicar pero no bastaba con eso, era necesario un espectáculo cruel y violento hacia los miserables rebeldes.

La actitud poco seria de Kurosame desvanecería tras estos actos. Él sabía reconocer cuándo podía jugar y divertirse, y cuándo enseriarse para cumplir órdenes y la misión. En el presente era un shinobi de la Niebla realizando una misión para el País de la Hoja y la llevaría a cabo exitosamente.

Los escuadrones se formarían posteriormente y Kurosame sería el encargado de nueve almas imperiales. Otra responsabilidad más que cumpliría. El tiburón se reuniría con todo su escuadrón y les indicaría las próximas instrucciones.

Me presento para aquellos que no me conozcan, mi nombre es Kurosame Hoshigaki, Jounin de la Niebla. Rostro serio, voz determinada y precisa, postura intimidante pero con el resto del cuerpo completamente relajado, como si no sufriera ningún tipo de presión. Ya conocemos nuestra misión y nos dirigiremos a la puerta oeste para encontrarnos con el guía. A partir de este punto, soy responsable de cumplir la misión de este escuadrón y seré responsable de sus vidas. Seamos eficientes, en caso de encontrarnos con rebeldes, exterminémoslos sin contemplaciones. No mucho más allá de eso. Antes de movernos hacia las puertas, tomen un tiempo para presentarse y presentar cada una de sus fortalezas. Empiezo yo, me especializo en Ninjutsu y en técnicas Suiton, puedo actuar tanto en posición ofensiva como defensiva. ¿Preguntas? Si no, continuemos.

Kurosame se dirigiría directamente hacia la puerta junto a su escuadrón. Otro día más, otra misión. El tiburón trataba cada misión como una oportunidad más para enfrentarse a la muerte, la cual nunca llevaba, y mientras vivía, tan solo vería cada día para cumplir sus órdenes y misión, esto no era más que otro día para él.

Gracias por confiar, me aseguraré de completar esta misión con éxito. Le respondería a Saito.

En el camino se dirigiría a Izanami. Ahora que estamos en el mismo escuadrón, confío en tus habilidades. De ocurrir algo conmigo, eres la segunda al mando. Le indicaría con total seriedad, las bromas habrían terminado tan pronto el Senchou del País de la Hierba habría dado sus instrucciones.

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