TOC TOC TOC, la puerta suena y una voz grave se hace presente -Pase-, la puerta de madera se abre y una señorita con carpetas en las manos se hace presente - Buen día Senchō - agachando la cabeza en forma de respeto, para luego continuar -Le traigo el informe de la novena división- dejo las carpetas en la mesa del Senchō el cual empezó a leer una de estas mientras la joven seguía hablando - se a detectado una llegada irregular de visitantes al país, cosa que no pasaba en un largo tiempo. - Senchō da vuelta la hoja de la carpeta -Esos malditos rebeldes, seguramente están planeando algo. - tirando la carpeta sobre la mesa -¿Se pudo sacar algo de información del rebelde capturado?- - Nuestros mejores shinobis están llevando la recopilación de información, pero el rebelde no a cedido aun. - enojado por las palabras de la joven el imperialista se levanta y se dirige hacia la puerta, -No te quedes ahí parada y sígame maldición.- Al salir de la oficina los dos imperialistas se dirigen al sótano del edificio, en donde tenían encerrado al rebelde capturado y le estaban llevando acabo el interrogatorio.
Una vez en el sótano todos los presentes agacharon la cabeza en símbolo de respeto hacia el Senchō, pero este no se encontraba de buen humor -Dejen esas estupideces y díganme que tienen -, el primero en hablar es él encargado de la interrogación -Señor el rebelde tiene su mente bloqueada con distintos sellos lo cual esta dificultando el trabajo, pero como le señale en el informe si todo sigue como ahora en dos días tendremos todas la información que este rebelde posee. - con una cara enojada como si fuera a explotar -¡Crees que puedo esperar dos putos días, este bastardo se infiltro junto a otros 3 rebeldes a las oficinas de archivos y aun no sabemos que mierda se llevaron y esperas que me calme! - con enojo el Senchō empezó a observar a su alrededor intentando calmarse, pero no pudo aguantar y lanzo un fuerte rebes golpeando al interrogador en jefe en el rostro, este salió despedido hacia atrás para luego impactarse contra la pared. Un fuerte silencio se hizo presente en el lugar, algunas personas que se preocuparon se acercaron ayudar al interrogador en jefe el cual quedo inconsciente debido al fuerte impacto. -Sera mejor que se muevan y me consigan esa información para hoy o les juro que los matare y mandare a llamar nuevo personal. - enfurecido sale del lugar -Maldita mierdas, no se porque carajos tenemos personal tan inútil, los mandaría a quemar. Inútiles, realmente inútiles. - -Tomare el lugar del interrogador en jefe, sino quieren que sus cabezas rueden será mejor que me apoyen . - Con un movimiento de sus cabezas todos los presentes se pusieron en disposición de la joven.
-TOC TOC TOC- la puerta del despacho sonaba una vez mas -Pase - -con permiso Senchō- con un aura de muerte que lo rodeaba -Y ¿ya tienen la información que pedí? o ¿Tengo que buscar personal nuevo? - -No señor, ya tenemos los datos que pidió- Coloco una carpeta sobre la mesa -tuvimos que presionar mas la mente del interrogado, pero al final logramos conseguir la información que deseaba, aunque en el proceso el rebelde termino muriendo. - -A nadie le interesa un asqueroso rebelde - menciono mientras tomaba la carpeta de la mesa. -Háblame de lo que consiguieron. - -Tienen información confidencial de algunas de las bases de suministros del imperio, ubicadas aquí en el País. - el Senchō se toma la barbilla mientras observa los papeles -Esos estúpidos rebeldes - soltó los papeles en la mesa -No tiene los números para atacar ninguna de las bases de suministros del imperio, silo hicieran acabarían muertos jajaja - se levanto de su silla -estúpidos desgraciados, solo se llevaron mierda.- -Pero señor, no se olvide de la información recolectada por la novena división - -Eres molesta lo sabes. Te preocupas por nada, esos bastardos rebeldes no tienen nada que hacer contra nosotros, solo son una bola de pusilánimes, las bases de suministros están bien cuidadas - - ¿Pero si por suerte logran tomar una? no creo que al Ten'nō le agrade eso. - -Cuida tus palabra mocosa o te arrancare la cabeza. - -Me disculpo por mi insolencia, pero señor son cosas que podrían pasar. - soltando un largo suspiro el Senchō lo empezó a meditar, por un segundo el despacho se mantuvo en silencio -De acuerdo, manda a llamar algo de apoyo de los demás países, daremos algo de apoyo extra en las distintas bases de suministros. - bajando la cabeza en reverencia la joven se retira del despacho a llevar acabo las ordenes del Senchō.
Los refuerzos caerían unos días después del llamado, estos listos para servirle al Senchō el cual estaba confiado que los rebeldes no podrían poner un solo dedo en los suministros del imperio. Al llegar al lugar, estos serian recibidos por la joven secretaria quien los guiaría a un descampado con un gran escenario, a simple vista se podía intuir que alguien daría un discurso a los integrantes nuevos.