[Flashback] El laberinto escondido
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Varios días llevaba ya en el País del Agua, concretamente en aquella Isla del Norte donde lo hospitalarios que habían sido los lugareños me había resultado hasta preocupante. No eran para nada lo que me esperaba o lo que se esperaba del tan aclamado nombre de la “Niebla de Sangre” de aquel País. Hacía ya días que estaría por allí y por el día de hoy tocarían las doce en el reloj de la recepción del hostal donde me estaría quedando. Mis pasos tocaron el último escalón de las escaleras que comunicaban las habitaciones con la puerta de salida en el mismo instante que el tercer “gong” de aquel reloj sonaría. Su sonido era fuerte, y aunque ya llevaba días allí hospedada, todavía me costaba acostumbrarme a no asustarme cuando pasaba por allí justo cuando el primer golpeteo del péndulo hiciera eco por la recepción.

Para cuando me embarcara en el viaje y llegara a mi destino darían casi las 2PM. Conociendo las habladurías de aquel lugar, me embarcaría en una serie de laberintos de los que había escuchado. Muchas eran las leyendas de las que se hablaba de aquel lugar. Muchos decían que era una antigua cárcel para bestias, otros decían que allí se orquestaron muchos de los asesinatos satánicos de antiguas religiones, mientras que otros simplemente dejaban las historias de magias y creían que era un lugar donde la gente sin techo se resguardaba. Hacían ya años que aquellas ruinas estaban muy descuidadas, a su alrededor más que vegetación no había y la civilización más cercana estaba a unos treinta minutos corriendo a buen ritmo. La luz entraba bien por muchas de las aberturas que había en el techo fruto de años y años de deterioro, por lo que se podía ver sin mucho problema. Se podía percibir un ligero olor a humedad y excrementos de ratas. La temperatura era de unos cinco grados y el frío calaba, se podía notar en mi respiración, pues el humo salía de mi boca a cada exhalación que hacía.

Caminaría tranquilamente mientras iba observando todo sin mucho problema, me gustaban aquellos sitios. El gusto por los sitios más abandonados donde las historias se contaban por decenas era simplemente algo que me llamaba demasiado la atención y cosa que llamaba tanto mi curiosidad que, teniendo tiempo libre, no me molestaba caminar los kilómetros que hiciera falta para llegar a mi destino. Así mismo y sabiendo que venía a estos sitios, iría vestida para la ocasión con un mono negro completo, una chaqueta verde oscura para resguardarme del frío y mis pertenecías en sus respectivos estuches repartidos por mi cuerpo; cintura, brazos, piernas… Iba preparada para cualquier cosa que pudiera pasar.


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Última modificación: 03-02-2023, 09:22 PM por Saito Yamamoto.
La isla del Norte, uno de los centros turísticos mas visitados del País del agua, aquí deciden gente amable compuesta mayormente de monjes y miembros del clan Onmyõji, dichos miembros poseen tradiciones de lo mas variopintas pero una de ellas se llamaba "el olvido del laberinto". Esta tradición consistía en que si un miembro del clan pasaba por dudas en su corazón y sentía que estaba tomando un mal rumbo debía entrar al "laberinto escondido" este enorme laberinto según dicen, ayuda al afectado a borrar sus dudas y guiarlo de nuevo a su camino fijo pero si el afectado llegara a no tener solución nunca mas saldría del laberinto pues acabaría entrando en otro plano terrenal donde podría reflexionar para siempre.

A pesar de esto, Saito, decidió viajar hasta la isla para realizar el ritual del olvido, el muchacho simplemente deseaba aclarar su mente tras su primera ejecución pública y sus deseos de ser un ninja medico. Este viaje desde Kirigakure no sato hasta la Isla Norte lo haría solo, sin su hermana, sin su madre y sin su abuela, sabia que podía ir al templo de las doce gotas en el caso de acabar el ritual con éxito y querer descansar así que no llevó mucho dinero ni armas, solo su traje de sacerdote

Visitar la isla solo me recuerda mi otro problema-suspiró al darse cuenta que un problema se unía al otro. ¿Enserio fue tan malo querer una amiga?

Ahora en la entrada (o al menos en una de ellas) Saito miró el imponente lugar antes de ver su botella de agua-Solo espero que me dures. Hace frío pero estoy seguro que esto me dará sed a la larga...-entrara sin mas que hacer, ante sus ojos, toda una civilización de yokai abarcaba el lugar, pequeños, grandes, medianos, con muchos ojos o sin ninguno, muchos de apariencia indescriptibles y otros tantos con similitudes animales o humanas.

Vaya...-Saito caminó entre ellos, ninguno parecía ser maligno y casi todos poseía al menos un siglo de edad. Aunque claro, esto solo era visto por el muchacho gracias a su don pero en otro lado de este mismo laberinto una chica solo logra contemplar la belleza de la estructura en ruinas y su fétido olor.

Quizás sus caminos se crucen y suceda algo genial.   
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Varios minutos pasarían hasta el momento en el que unas sombras del otro lado del laberinto me llamarían la atención. Unos pasos me alertaron de que no estaba sola. Y cuando me daría cuenta de la posición del chico, me intentaría esconder tras una de las paredes colocando mi espalda pegada a esta. ¿Me había metido quizás en algún lugar que no debía? Estaba alejada por bastante de la civilización, sola, con apenas mi repertorio y varias armas corrientes que me servirían en caso de que aquel visitante no fuera alguien con buenas intenciones. El laberinto quizás estaría encantado y fuera algo más o menos normal, aunque no lo creía, era realmente alguien que estaría metiéndose allí también. Estaba segura de que me había visto, aunque por lo propio haría un sello de manos para canalizar aquella técnica que me serviría para ver que su chakra estaba bastante por encima de la media, también podía advertir que estaría calmado, ninguna técnica en movimiento ni nada, por lo que quizás aquel hombre simplemente había venido de manera esporádica como yo. Solo me quedaba averiguarlo de manera poco ortodoxa. Mi madre me había enseñado que siempre atacara primero antes de que me intentase volar la cabeza.

No sabía que intenciones tenía, pero sabía que quizás no eran buenas. Seguían las preguntas en mi mente de donde me había metido, quizás era algo parecido a un lugar sagrado donde antiguos monjes lo usaban para sus rituales en los que, claramente, yo estaba metida en donde no debía. No quiera hablar mucho, ni hacer demasiado ruido, aunque me sería complicado debido al eco que allí había debido a las instalaciones, aunque gracias a tener el control suficiente en mi chakra lo infundí en las plantas de los pies para caminar de forma sigilosa sin apenas hacer un solo ruido mientras que escuchaba los pasos del joven. Por mi parte intentaría moverme de manera totalmente sigilosa sin que pudiera darse cuenta de que estaba allí, aunque estaba casi cien por cien segura de que ya me había visto. Tocaba defenderse o atacar antes de que el propio monje con un chakra bastante alto, lo hiciese.


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Última modificación: 05-02-2023, 07:33 PM por Saito Yamamoto.
Los Yokai ahí presentes parecían darle vida al laberinto, aunque la luz del sol aún brillaba en el cielo estos espíritus de múltiples formas y tamaños se comunicaban entre ellos, algunos parecían estar jugando o bailando se encontraban alegres por algo y Saito decidió preguntar.

¿Por que festejan el día de hoy? Perdonen mi intromisión-tras su palabra, se detuvieron los espíritus y para luego rodear al muchacho-Tenia razón/Es uno de ellos/Si, uno de ellos/La chica no/Chica no vernos, no-murmuraban mientras veían y tocaban a Saito, podían hacerlo sin necesidad de traspasar la frontera mortal por lo que estaban maravillados.

Había pasado mas de 15 años desde que tuvimos visitas/Y hoy tenemos dos/Dos, dos-Saito miró a los espíritus y rascó su cabeza confuso-¿Dos? Pero yo vine solo-diría pero los juguetones yokai solo se burlaron de él y empezaron a cantar una extraña letra que Saito creía conocer.

Chica llegar antes/Si, antes. Ella perdida/Por eso celebrar/Pronto tener nueva amiga-ahí cachó el muchacho, esto eran los espectros de la duda. Cada uno representa las dudas de los antiguos Onmyõji que usaron estos pasadizos para aclarar sus mentes, de hecho, era posible que algunos fueran viejo Onmyõji que no lograron salir por culpa del buen vivir de estos Yõkai.

Que tal si me llevan con esa chica. Así le ayudo a que pueda hablar con todos ustedes-los Yokai se emocionaron por la propuesta y tomaron la mano y las prendas del muchacho para guiarlo en el laberinto, mientras avanzaban Saito se dio cuenta de los Eye, ojos sin cuerpo que observan y atormentan a la gente, traen mala suerte y si muchos se arremolinan en una sola persona puede inducirlo al suicidio.

Ellos deben ser los primeros...-murmuró mientras avanzaba mas por obligación que por fijarse del camino.

Stat

Ubicación: 6 cuadros a la izquierda del punto morado y uno hacia arriba (todavía no te veo por la pared)
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El eco del lugar fue testigo de los pasos del chico, además, mi sensor que estaría todo el rato indicando dónde y cuándo estaría aquel chico. Además, podría escucharle hablar, aunque solamente a él, sus palabras se extenderían por el lugar sin mucha complicación. ¿Con quién estaría hablando? Quizás estaría hablando a un usuario de mi mismo clan. Estaría algo confundida. ¿Habría venido solo? Me estaba poniendo ligeramente nerviosa a medida que podía darme cuenta de que aquel chico se estaría acercando. Sus palabras también me habrían avisado de que sabía que estaba allí, ¿se trataría de un sensor como yo? Era algo extraño y sin explicación más allá de que me hubiera visto o tuviera una forma de rastrearme. De nuevo, incógnitas sin respuesta que tampoco me interesaba preguntar.

La defensa siempre era un ataque mejor, así que para ahuyentar a aquel chico y que no se acercase demasiado hasta donde yo estaba, me apresuraría a sacar un par de utensilios. De mi mano derecha sacaría un shuriken mientras que se juntaría con el papel explosivo que juntaría de mi izquierda, haciendo volar el arma con indicaciones claramente explosivas hasta chocar contra la pared desde donde venía el chico. En mi mente era una estrategia maravillosa, pero lo que no me daba cuenta era que aquellas paredes eran de piedra y que, no solo el shuriken no se clavaría, si no que en cuanto el impacto diera contra la pared, este explotaría en rango dando a conocer que yo también sabía de su lugar. – Mierda – Susurraría mientras que saldría corriendo para resguardarme tras la pared que tendría pegada a mí. Seguiría rastreando al chico y daría un par de rodeos para intentar tomar su espalda y reconocer realmente si el joven tenía forma de rastrear mi posición o solamente era que no estaba solo y mi sensor estaría dañado.

Cuando estuviera en su espalda, le vería claramente. Al parecer estaba solo, medíamos más o menos lo mismo y sus ropajes parecían ser de monje, ¿podía parecer que estaba siendo demasiado histérica? Quizás, pero toda preocupación era poca teniendo en cuenta que estábamos tan lejos de la civilización. – Ey, alto ahí chico, ¿qué se supone que quieres de mí? – Preguntaría directamente desde una distancia de unos ocho metros, sin esconderme ya demasiado, pues estaba claro que aquel chico conocía de mi ubicación y sabía que allí había alguien más que yo. ¿Hacía donde se dirigiría aquella conversación?
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Última modificación: 05-02-2023, 07:31 PM por Saito Yamamoto.
Los espíritus guiaban a Saito de forma algo emocionada, como cuando un niño pequeño jala a su padre para guiarlo hasta un juguete con la ilusión de que se lo compre apenas lleguen al local. Pero para desgracia cuando iban a girar en una esquina una fuerte explosión sonó destruyendo un poco la pared del laberinto. 

Mierda...-el chico estaba bien y los espíritus... Pues, seguían siendo espíritus pero de pronto un aura negativa empezó a rodearlos, los Eye de la pared infectaron a los Yokai buenos y el ataque de la chica empezó a enojarlos.

Ella fue/Ella fue/Ella fue/Morir/Debe morir/Comerla para morir-Saito empezó a tocar su cuerpo y se acordó: ¡No había traído nada! Ahora no podía evitar el remolino que se estaba formando.

Esto es malo....-el chico retrocedió unos pasos y de pronto un ayakashi cangrejo apareció, abrió su boca para mostrar sus numerosos ojos y Saito quedó suspirando por lo molesto que iba ser acabar con esa cosa.

El chico empezó a correr, esa cosa media al menos 3 x 3 metros así que si cruzaba el primer muro podía atacarlo... *Crack* funcionó-Huele bien/Huele bien/Huele bien...-Saito quedó confuso, si decían eso era por que alguien debía tener miedo u otro sentimiento negativo pero él no era.... Y de pronto la voz detrás de él lo dijo todo.

Yo nada, pero mi amigo desea devorarte....-diría mientras el Ayakashi lanzaba un estruendoso grito. Su unión sentimental lo dejaba a la vista de la chica que podía reaccionar como deseara.

¡¿Por que atacaste el laberinto?!-acabó preguntado mientras realizaba un kanji en el aire, sus dedos índice y corazón brillaban como fuegos fatuos y tras escribir "purificación" un haz de luz se lanzó en contra del espíritu para rebanarlo.
Itsubun

El espíritu soltó otro grito y se convirtió en una masa viscosa para después formar una figura negra con ojos y boca-Se nota que son espíritus viejos....-murmuró retrocediendo algunos pasos, un onibi blanco apareció y miró su botella de agua, sabia que él no era el objetivo así que debia reaccionar rápido si el ayakashi buscaba atacar a la chica.
Furyoku

Onibi Harai: 1
Chakra: 797 - 55 = 742

No había notado que lo ultimo de mi post salió mal. Perdón. Mi ubicación final es a 4 metros de tu posición.
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Con mi nueva posición, confrontaría a aquel chico buscando saber que quería de mí y porque estaba hablando con alguien para que le llevaran hacia mí. No parecía tener un radar de rastreo como el que tenía yo, pues hasta que no escuchó mi voz no se daría la vuelta, pero todavía quedaba la incógnita de qué o quién era lo que le estaba llevando a saber que yo estaba allí y donde estaba. Ahora sí, quedaría ligeramente confundida cuando aquel joven me intentaría hacer ver que algo venía contra mí. > ¿Algo me quiere comer? < No entendía nada, mis ojos volarían hacia todos los rincones de la habitación donde estábamos, mirando hacia mi espalda por si era algo que venía desde la retaguardia, pero nada de nada, en cambio, el chico parecía acercarse muy rápido, y con una secuencia de acciones, lanzó una especie de llama después de escribir un kanji en el aire. ¿Eran esas sus habilidades? No parecían algo tangible, no entendía muy bien, pero parecía que ese haz de luz que habría lanzado golpearía contra algo en el ambiente y lo haría estallar en unas luces.

Seguía confusa, sin entender nada, pero el chico habría aprovechado aquella acciones para acercase. Tenía que seguir teniendo mi seguridad y protección de forma proactiva, por lo que subí mis manos hacia el pecho y me preparé. – ¿Cómo que por qué? ¿Con quién hablabas y que era eso que te estaba llevando hacia mí? – Pregunté con el ceño fruncido, molesta y preocupada, buscaba respuestas. Así mismo, estaría con mi técnica de rastreo preparada y aquella forma pasiva por si el chico decía alguna mentira o tenía alguna intención malvada preparada. – No me ando con tonterías así que mejor responde si no quieres tener un problema conmigo – Mencionaría mientras que mis ideas sobre formas de defenderme volarían por mi mente. Una secuencia de ellas pasaría por mi mente, más mis manos no se moverían. Tragaría saliva a la vez que le miraba fijamente. ¿Qué sería lo siguiente?

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Saito tenía al Ayakashi detenido por lo que buscó cominicarse con la chica atras de él pero por alguna razon la chica no podia ver el espíritu a pesar de su conexion con él y juzgaba al joven exorcista. Saito atacó al espectro y logró bajar su poder pero no eliminarlo.

Ya veo... eres escéptica. Por eso no lo ves a pesar de tenerlo tan cerca... no importa-el muchaho metió a su onibi en su frasco de agua. El Ayakashi se lanzó a por la chica y Saito rápidamente aplastó el perol para que el agua bendita quemara al espectro dejando ver una estela de humo negro para cualquier ojo.

Eso debe aquietarlo un rato-si. Esa no es una palabra pero es su lenguaje natural. Saito buscaba acercarse a la chica, ella debia saber que no tenia ningun motivo oculto.

Mi nombre es Saito. Soy sacerdote y este laberinto es un lugar sagrado. Destruirlo enfado a los espiritus y casi te devoran pero logré retenerlos-explicó mientras su onibi Harai revoloteaba a su alrededor.

¿Y tu eres?-preguntó ya que estaba.
Furyoku

Onibis harai: 1
Chakra: 742 + 30 = 772
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Todavía seguía bastante confusa con todo aquello que estaba pasando. No entendía que era aquello que me estaba intentando comer, no entendía que había sido lo que había hecho aquel chico para frenar aquel espíritu. Una mueca de confusión se instaló en mi rostro mientras que aquel chico parecía estar realmente diciendo la verdad, no entendía nada, aunque en ese instante en el que pareció intentar dejar quieto aquello a lo que estaría solo viendo él. Seguía sin entender nada, pero el que parecía no entender nada tampoco era aquel chico, pues todo parecía ser lo que realmente no era. Pues la chica que estaría viendo delante (Libero Hides de los post #5 y #7) no era más que un clon de sombra que habría estado todo ese rato actuando como la chica real, mientras que la real estaría viajando por la tierra, lenta pero tranquilamente, hasta estar posicionada debajo de aquel chico.

– No estoy entendiendo nada de nada, ¿explícame? ¿Sacerdote? – Mientras que este realizaba sus rituales y estaría viendo a la Gea falsa delante de él, hablándole para llamar su atención, sin preocuparse en lo que podría estar surgiendo a su espalda, yo emergería lentamente, muy lentamente de su espalda a unos dos metros. El movimiento era lento pero eficaz, y para cuando el chico preguntase quién era yo, ya sería muy tarde. – ¡Tu peor pesadilla! – Expresaría la persona real que había estado todo el tiempo en incógnita. Un sello de mis manos ya emergida de la madre tierra abalanzó varias sanguijuelas desde mi posición, buscando morder su tronco superior y hombros, mas no buscaban hacer daño, solamente dejarle quieto y paralizado durante cuatro segundos. No era un ataque, era más bien una defensa por la falta de información de aquel chico.


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La chica parecía confundida con toda la situación y Saito tampoco sabía cómo explicarle, al fin y al cabo era algo que no todos asocian fácilmente cómo verdad. Saito preguntó el nombre de la chica con la intención de conocerse y convencerla de irse del laberinto pero... Siempre hay un pero, una segunda ella salió por la espalda de Saito el cual no tuvo tiempo de asimilar el ataque sorpresa y acabó paralizado por la influencia de unas sanguijuelas que alteraban su chakra.

Dios... ¿Por que las lindas están locas? Las sanguijuelas... es lo de Aiko.... no puedo ni hablar ... Mierda....-pensaba molesto por ser traicionado de tal manera justo después de salvarla.

Los Ayakashi aparecieron en las paredes, solo eran ojos pero Saito escuchaba su risa, se burlaban de la inocencia del muchacho y su situación tan patética. Quizás había llegado a su fin.

Onibi harai: 1
Chakra: 772 + 30 = 791
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Tras aquella pequeña estrategia que me había montado y tras desaparecer el clon, las sanguijuelas hicieron su trabajo y mordieron de manera agresiva el cuerpo del chico, inyectando su toxina y haciendo que las acciones del chico se vieran interrumpidas por mi ataque. Así mismo, viendo como estaba fuera de peligro y con las vivencias que habría visto mi clon volviendo a mí, podría tener aquel recuerdo de ver como el actualmente autollamado sacerdote habría peleado contra algo que mis ojos no podían percibir. – Escéptica – Pronunciaría para dar un salto hacia delante y posicionarme donde estaría el clon anteriormente.

De esa forma, hablaría. – No entiendo cuáles son tus propósitos yendo a buscar a alguien en un lugar abandonado y fuera de la protección de las aldeas en las que normalmente estáis – Mencionaría carraspeando y fijándome en su chakra. No quería sorpresas. – Pero la próxima vez que te cruces con alguien que no está bajo la influencia de las aldeas, ten más cuidado. Primero observa antes de hacerte el inocente, mucha gente no tiene tan buen corazón como yo lo he tenido hoy contigo – Expresaría para finalizar mientras que la toxina irían finalizando y el chico pudiera moverse con libertad.

Mi mirada estaría clavada en aquel que podría haber sido pasto de mis técnicas oscuras y que, sin embargo, se habría ganado el beneficio de la duda de seguir vivo. No sería así la próxima vez.


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El clon desapareció y la original se colocó en la posición donde quedó. Saito la miraba preocupado por lo que sucedería y escuchó sus palabras, por cómo hablaba era obvio que era una kunoichi errante pero... ¿Solo eso? ¿Ronin o rebelde? Quizás si supiera quien era Saito lo mataría sin dudar pero no, solo le advirtió de la gente mala y dejó que el efecto de su técnica pasara... 4 segundos...

Yo... emm... gracias.... por no matarme y eso...-se sonrojo levemente por la vergüenza que sentía, un imperial siendo reprendido por una kunoichi errante... Terrible y para empeorar, las voces de los Ayakashi burlándose de él.

Nosotros los sacerdotes de la isla del Norte le tenemos mucho respeto a este laberinto que alberga muchas almas... vine por que estaba realizando un tipo de ritual y tu destrucción acabó poniéndote en peligro... pero al parecer los espíritus te perdonan.... ya que te burlaste de mi-culminó su explicación mirando a otro lado apenado mientras su onibi revoloteaba a su alrededor.

Con las cosas explicadas Saito miró a la chica y volvió a preguntar su nombre ya que le causaba curiosidad aunque a diferencia de siempre donde daba su mano para saludar solo la miraría ya que sentía sus manos sudorosas por alguna razón.
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Última modificación: 11-02-2023, 09:59 PM por Gea.
Negué con la cabeza al tiempo que parpadeaba tranquilamente con una mirada directa hacia el autodenominado monje. En realidad ni yo sabía por qué no le habría llevado hacia la muerte. La Gea de hacía varios años desde luego se habría bañado en su sangre mientras que sumaba conocimientos de los antepasados a mis filas. Quizás era que ya no era una loca sanguinaria, o quizás era el hecho de que mis propias manos nunca se habrían llevado la vida de alguien de forma directa, siempre había alguien que mataba por mí, yo solo ayudaba y me llevaba el gato al agua.

Así mismo cuando el chico expresé su visión de seres espirituales, elevé una ceja y mi rostro de confusión se hizo visible hasta para aquellos espíritus que mis ojos no podían ver. De nuevo, negué. – No te he humillado, simplemente mi sentido de la supervivencia ha ganado, nada más – Mencionaría encogiéndome de hombros. Era la realidad, pues había pasado muchos años corriendo por delante de los Imperiales, escondiéndome y sin asomar las orejas para no ser cazaba. Ahora las cosas eran un poco distinta, me había cansado de huir y ahora prefería darme la vuelta y atacar antes de ser atacada.

El rastreo todavía estaba siendo efectivo, teniendo el chakra del chico bien controlado por si quería hacer alguna acción extraña. No captaba nada, pero seguiría atenta. – Mi nombre es Atsuko, encantada, ¿a ti te tendré que seguir llaman sacerdote? – Preguntaría. Estaba claro que no sabría que le había dado un nombre que no era el mío, aunque había mucha gente que me llamaba así, quizás era por eso por lo que me salía tan natural y no parecía ninguna mentira.

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Última modificación: 12-02-2023, 12:11 AM por Saito Yamamoto.
La chica no creía en las palabras de Saito pero ya no podía hacer nada para demostrarle lo contrario, al menos no nada que ocasionara heridas. La chica aclaró el porqué había ganado y el chico lo vió válido, aún así se apenaba en perder tan rápido.

Ganaste. Pero me gustaría intentar de nuevo luchar contra ti... Afuera, para no molestar a los seres del lugar aunque parecen interesados en querer ver el combate-mencionó mientras veía a los Ayakashi y otros Yokai curiosos rodear a los vivos.

La chica se presentó y Saito miró los huecos en su ropaje que habían dejado las sanguijuelas cuando le preguntó sobre su nombre-Era un clon pero debiste de escuchar... Soy Saito, es un gusto Atsuko ¿Que trae a una Kunoichi errante al País del agua? En especial la isla del Norte que bueno, es tranquila y eso pero sin  un buen guía puede ser aburrida-buscó conversación aunque quizás ella quisiera combatir, dependiendo su decisión Saito cambiaría su postura.

Por cierto, está flama blanca es mi onibi, puede convertirse en un Shikigami si lo deseo, deja muestro-realizó unos sellos y convirtió a la flama en una lechuza blanca que voló contra la chica, Saito sabía que podía defenderse de algo de un nivel tan bajo por lo que solo esperó su reacción.
Fantastico-Yobareta Ushi-Oni

Chakra: 791 - 20 = 771
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Una nueva mueca de desconcierto. – No pretendía ganar nada, solo defenderme, es lo que suele pasar cuando pasas toda tu vida desconfiando de la gente – Expresaría al joven que parecía seguir interesado en un combate conmigo. Seguramente fuera por el hecho de haberse dado cuenta de que no le mataría aunque tuviera la oportunidad, pues su cuello habría estado ya a mi merced y no habría hecho nada. – En realidad no es aburrido si sabes donde buscar – Expresaría elevando mis hombros. A mí personalmente me gustaba estos lugares, abandonados, con historias que contar y muchas veces desiertos de la mano de Dios, aunque si entendía que pudiera pensar que resultaban aburridos para otras personas que no para él y sus espíritus.

Yo seguía escéptica, a decir verdad no entendía que era lo que decía que se podía ver y no ver, para mí – siendo yo una persona bastante de las que pensabas que lo que no se veía no existía – resultaba bastante complicado entender lo que aquel hombre me decía, aunque rápido buscó una pequeña demostración. Aquella pequeña llama blanca que le estaría todo el rato rodeando reaccionó a los sellos que el propio chico hizo para transformarse en una lechuza, o Shikigami como él lo había llamado, y alzó el vuelo para empezar a devorar el espacio que nos separaba y, supuse, intentar atacarme. Aunque me hubiera gustado reaccionar de una forma más espectacular, simplemente daría un salto cuando aquella pequeña alma llegara hacia mí, pasando de largo. Necesitaba recuperar chakra, por lo que simplemente opté por el esquive de forma física.

Está bien, bailemos fuera de aquí, pero no hagas que me aburra, ¿sí? – Diría de forma irónica, ya había descubierto que aquel chico tenía un chakra prometedor, tan solo era algo inocente y no estaba demasiado curtido en la vida normal de la gente que viajábamos fuera de la protección de un Imperio o una aldea. > ¿En qué te estás convirtiendo, Gea? < Pensaría para mí misma. ¿Le había salvado la vida a un Imperialista?

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Desconfianza... Ya veo-sí, lo que a ella le sobraba a él le faltaba, quizás por su religión, quizás por su similitud a sus padres. Tal vez por enseñanzas de los difuntos que les daba un fin pero era algo que debía de cambiar pero no hoy.

La isla del Norte alberga más misterios de lo que la mayoría pensaba, todo esto por su gente religiosa y hoy Saito y "Atsuko" lo verían. Tras esquivar el pequeño ataque de Saito la chica podría ver como una camino de llamas azules aparecía de repente junto a una rara brisa que los invita a avanzar.

Te dije que son reales-sonrió triunfal y avanzó por el camino de fuegos fatuos. Llegando a una salida completamente distinta a la que ellos entraron y lo primero que observaron fue un extenso Bosque que no aparecía en el mapa de nadie.

Parece que entramos en terreno Yõkai si que quieren ver nuestro combate-diria mientras miraba el lugar, escuchando un sin número de sonidos poco comunes que no recordaban a ningún animal de la tierra.

Cada árbol empezó a brillar con pequeños espíritus azules, eran como luciérnagas, bueno, si las luciérnagas tuvieran forma humana y rostros deformes quizás si pero el brillo es parecido.

Son Kodama. No son peligrosos pero porfavor. No les dañes-advirtió y pasó a realizar un sello para absorber a algunos de estos Espíritus para formar una armadura samurái espectral. El muchacho elevó su chakra para rodearse de energía mientras adaptaba una postura de combate .
[tecnicainvalida=pjsaito201]
(Rango A)
Tercera Postura – Byakko

(Rango S)
Cuarta Postura – Seiryuu

(Rango S)

Los Kodamas nos curaran al final así que no se preocupe-comentó para dar a entender que podían luchar abiertamente pero si podían evitar destruir el lugar sería mejor.

Con eso aclarado el muchacho daría su primer movimiento, una patada frontal al pecho de la chica que buscaría darle un gran daño, alejarla e incapacitar su red de chakra.
Dainamikku Entorii

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Chakra: 771 - 30 - 15 - 15 - 15 = 696
Daño: 30 + 10 + 20 = 60
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Era gracioso como el chico se sorprendía ante el hecho de que fuese una persona desconfianza. No era realmente que hubiera sido así siempre, si no que la vida con sus ideas y venidas, me había hecho convertirme en aquello que era hoy. – Quizás por eso sigo viva, porque no confío en cualquiera – Expresaría dejando caer que él si había sido confiado y que de no ser porque hubiera tomado otra decisión, ahora mismo estaría desangrándose o con su cabeza separada del cuello. Por un momento elevé una ceja medio sorprendida de aquella escena que se me había preparado ante los ojos, pero seguí escéptica, bien podría haber sido una ilusión ahora que mi radar ya no andaba rastreando la zona.

Acto seguido, ambos nos dirigiríamos hacia la salida, aunque siempre tomando una distancia con aquel chico que seguramente tomaría aquella distancia como simple y llana forma de tomar control sobre la situación. No iba a confiar todavía en nadie, y menos en un seguidor del Imperio. Cuando llegásemos a fuera del laberinto, el bosque se hizo uno con nosotros y varias llamas se crearon alrededor. Según el chico esos espíritus eran bueno, y salvadores, así que actuarían de curanderos cuando la carnicería hubiera terminado. Yo no me movería lo más mínimo, de hecho, conocía mis propias técnicas curativas, así que no pretendía usar aquello que no sabía si podía ser un simple truco del sacerdote.

Para cuando el movimiento hubiera empezado y el chico danzara con el aire para acercarse a mí, extendí una mano hacia delante y el viento del lugar se hizo uno conmigo para ayudarme a atacar de forma evidente. Una ráfaga de viento que volaría por detrás de mí, moviendo mi cabello y adelantándose por mis lados me atacar violentamente al chico que se acercaba. Con destreza, elevó una pierna para hacer una técnica que yo misma conocía, una técnica básica de taijutsu pero que no fue lo suficientemente fuerte como para poder con mi ninjutsu. – No creo que vayas a poder acercarte, así que toma otra forma de pelear – Expresaría dando un salto hacia atrás. En el mismo salto mis manos expertas harían una cadena de sellos que culminaría cuando mis pies se posaran de nuevo en el suelo a unos ocho metros del sacerdote, desarmaría un potente dragón eléctrico hambriento que volaría hacia el militar que ansia de dañarle y dejarle paralizado un rato. Así mismo, si el sacerdote se fijaba, me vería meter la mano diestra en mis ropajes en busca de algo, sacándola después con el dorso de la mano escondiendo lo que fuera.

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Última modificación: 14-02-2023, 09:13 PM por Saito Yamamoto.
Atsuko había sobrevivido gracias a su desconfianza pero a pesar de ello, hoy, le dejaba a Saito tener un pequeño grado de confianza mientras que él le regalaba la maravillas del mundo Yõkai.

Aún así, la chica era simplemente escéptica y solo caminaría separada del muchacho. El bosque era hermoso a su modo pero ambos decidieron que sería su campo de batalla. Saito comenzó con preparándose físicamente y luego se lanzó al combate, Atsuko por su parte se tomó las cosas con más calma y buscó defenderse con una técnica Fuuton conocida por el muchacho.

Para desgracia del muchacho, la defensa era mayor y la ráfaga de viento detuvo su avance contra ella.La chica saltó para buscar distancia, Saito apenas había sentido dolor por lo que usó las ventajas del Taijutsu que es su rapidez en ejecución saltando a por ella al mismo tiempo podría golpearla en un ataque perforador. Tristemente Atsuko era rápida y frenó suavance con un gigantesco dragón eléctrico.
Shigan

Quizás tengas razón pero hey, ahora conozco tus elementos-explicó y sonrió alegre por la diversión del combate en si.

Chakra: 696 - 50 - 15 - 15 - 15= 601
Vida: 469 - 10 - 3=456
(La armadura samurái baja los daños a la mitad)
Mantenidas
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No sabía hasta qué punto aquel combate sería interesante hasta el momento en el que vi que mi rival era alguien al que le gustaba pelear en lo más cercano. Sin duda sus movimientos iban a resultar interesante para alguien al que le gustaba mantener las distancias como a mí. Era gracioso, y el combate iba a ser cuanto menos peculiar. Cuando mi técnica comenzase a barrer la zona y fuera directa hacia el militar del Imperio, aprovecharía para meter la mano en mis ropajes que, de no verlo, sería el momento perfecto para liberar una estrategia más dentro de mi repertorio. – No te preocupes, tengo más por mostrar – Expresaría al tiempo que mi técnica sería destrozada por el chico. Dicho movimiento hizo que estuviéramos a una distancia de más o menos cinco metros, habiendo reducido aquella distancia de ocho que yo misma había tomado.

Para cuando mis palabras terminasen, lanzaría aquello que tenía en la mano (libero hide) hacia el suelo, estallando una humareda suficiente para enmascarar mis movimientos durante el tiempo necesario, además de pillar también al joven casi al final de la humareda. ¿Qué haría el chico de los espíritus? Lo único que podría escuchar bien sería un golpe en la tierra, ¿de que se trataría?


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Un pequeño choque de técnicas nació en el comienzo del combate y ahora Saito conocía los 3 elementos de la chica, esperen... ¿Tres? Primero lo atacó con Doton bajo tierra, se defendió con Fuuton de su patada y lo atacó con un dragón eléctrico así que eso era Raiton ¿Cierto? Bueno, Saito sabía que algunos diestros ninjutser tienen más de dos elementos pero era la primera vez que se enfrentaba a uno.

Saito miró a la chica con una sonrisa y está le respondió segura, cuando lanzó la bomba de humo el muchacho empezó a cargar chakra en su puño derecho. Tras dos segundos golpeó el suelo, quizás no podía verla pero si se quería ocultar en el humo la expansión de poder de 10 metros debía tomarla de sorpresa, además, eso debería despejar el humo ¿No? Bueno, el suelo acabó bastante mal visto...
Oukashou

Habilidad de supervivencia, con solo esas palabras ya he descrito la unica ventaja que ella necesita para ganar. Pero aún asi. Quiero divertirle como prometí-pensó siendo sincero consigo mismo.


Chakra: 601 - 15 - 15 - 30 = 541
Posible daño: 55 + 10 + 20 = 85
Enbu

Mantenidas
Narro-Pienso-Hablo

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