Cerca de las periferias de la aldea, en el sector oeste, se encuentra una zona residencial que mantiene el estilo arquitectónico clásico de antaño. No es un sector muy grande, tan solo comprende alrededor de una docena de casas y aunque estas podrían considerarse como pequeñas y nada ostentosas, era reconfortante para los habitantes, que los vestigios del pasado no desaparecieran del todo.
Los hogares estaban ubicados dentro de una zona con basta vegetación, había presencia de muchos árboles y extensiones suficientes de tierra como para que cada familia tuviera sus sembradíos primordiales, quizás el hecho de que estuvieran tan alejados del centro de la aldea influía para que aún mantuviesen su estilo tradicional. Un pequeño riachuelo también aparecía para agregar un toque más pintoresco. Precisamente cerca de ese pequeño riachuelo, sobre un basamento de roca ígnea, se encontraba erigida la casa de Katsuki. En ella vivía únicamente con su madre, su hermana menor, y un gato peli naranja que habían adoptado.