¿Salvación? [Entrenamiento] [Bishamon]
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Última modificación: 27-01-2023, 03:22 AM por Rhooh. Razón: Cambio de Tag de combate a entrenamiento
13 de Enero 15 D.Y
País del Fuego, Bosque de Sakura
9:30 AM

Habían muchas cosas por hacer en la agradable mañana de hoy. ¿Cuál era la principal? Una negociación. Rhooh estuvo durante varios días cazando a un pequeño grupo de rebeldes acusados de actos de vandalismo en la Aldea Kisaragi, siendo una muy mala elección. La pequeña aldea está bajo la protección del Jōnin, alguien quien no perdona a quien tenga la osadía de ocasionar disturbios. Lugar donde sus padres yacen metros bajo tierra descansando en paz. El albino, oriundo de Kisaragi, logró acorralar en la zona central del Bosque de Sakura, exactamente a  dos Ninjas rebeldes y una Kunoichi.


— Ese aspecto, y esa Katana... Tiene que ser un espadachín entrenado. — Shin mantenía una postura de guardia, conservando una distancia de nueve metros del cazador albino, quien se mostraba seguro y confiado, además de tener una botella de Sake en la mano derecha — No, no nos vamos a rendir. Derrotaremos a este Imperio de mierda, cueste lo que cueste. — Shin suelta un gruñido y desenfunda un Tantō y  separaría un poco los pies, afilando la mirada.



— De eso no hay duda, es un auténtico espadachín. Mató a Kenta y Shuhei de tajos tan precisos y limpios, que ni siquiera la hoja de su sucia Katana se manchó con la sangre de nuestros amigos.  — Hyuna destaca por ser la más inteligente del grupo y entre lo que habla, buscaba medidas para poder abatir al cazador, aquel que tuvo el atrevimiento de beber un sorbo de la botella de Sake, tambaleándose un poco, en su diálogo — Es un hecho que no vamos a rendirnos, tenemos una opción atacaremos todos al mismo tiempo y buscaremos abrumarlo con un aluvión de ataques, agotaremos todas nuestras energías... Puede que resulte. — La Kunoichi habló, teniendo un tono de voz bastante serio, firme y confiado. Volteó la cara hacia Kentaro, el hermano del difunto Kenta. Kentaro está asustado y no habla, no reacciona a las palabras de sus compañeros.


— ¿Ohhhh? ¿Pelearan todos a la vez? — Los cabellos del Jōnin se levantan poco a poco, y un aura violenta de Chakra es expulsada a través de sus Tenketsu, como una muestra de intimidación y superioridad. — ¡¡¡.....!!! —. ¿Qué quería lograr? Provocar que se rindieran. Pero eso no bastó.

Minutos después, se escucharían el sonido del metal chocando continúas veces y produciendo aquel eco que abraza gran parte del Bosque de Sakura. Rhooh estaba blandiendo la Katana con solo una mano, realizando movimientos gráciles y graciosos. El soniteo metálico cesó y lo último que pudo escucharse fue el grito desgarrador de uno de los rebeldes...

*¡SWING!*

— ¡AGHHHHHHHH¡ — Shin cayó al suelo, boquiabierto y ojos en blanco, todo apuntaba a que no había sido cortado. ¿Qué pasó? Durante el corto enfrentamiento, recibió un potente golpe con la parte sin filo de la Katana del cazador albino en la nuca, lo suficientemente fuerte para dejarlo fuera de combate.

*¡SWING!*

— ¡SHIN! ¡DESPIER...! — Hyuna cuando volteó a ver a Shin de reojo... Descuidado un punto ciego, bastó para que recibiera un golpe de potencia similar en la misma zona. La fémina escupiría algo de sangre, antes de caer a un lateral con todo su peso levantando una polvareda.


— P-parece que solo queda uno de ellos. Los voy a vender al País del viento a un buen precio, tal vez pida unos veinte mil por cabeza. Me servirá para comprarle a mi pequeña hija algunas cosas que necesita... Hmmm. Ahora que lo pienso, requiere un mejor armamento. — El borracho y despiadado espadachín pudo incapacitar a dos de ellos, pero aún quedaba uno. Uno que estaba frente a él. Tenía ojos llorosos, un Kunai empuñado y las rodillas casi juntas, debido a los temblores que recorren todo ser. — ¿Eh? ¿Y tú qué tienes? Tienes el valor para colaborar a armar disturbios, pero una vez que llega la hora de pasar factura por tus actos, lo afrontas, pero con una despreciable cobardía, debería matarte sólo a ti. — Devolvería la Katana a la funda, en un enfunde suave y despreocupado,produciendo tal sonido seco. Y de un movimiento fugaz con la mano, imperceptible por los ojos de Kenta, Rhooh le lanzó un Kunai que estaría destinado a impactar entre ceja y ceja.


— M-m-mierda... — La luz en sus ojos abandonaron a Kentaro enviándolo a los brazos de la muerte y al mundo impuro. Primero cayó arrodillado y luego se desplomó hacia un lateral. Leyendas cuentan que al borde de la muerte, ves pasar tu vida entera en un parpadeo, pero Kenta no tuvo esa suerte que pocos han llegado a tener, ni siquiera pudo dar un último aliento, tuvo una muerte rápida.


— Serán dos... Tendré que encontrar mi contacto y enviarlos vendados al desierto infernal. — Murmuró Rhooh, bebiendo un sorbo más de Sake y esta vez, guardó la pequeña botella. El mayor desprendía aquel olor a alcohol, combinado con un hedor a sangre fresca. Anteriormente había abatido a dos más, por lo que su vestimenta estaba repleta de sangre y su pecho descubierto igual.

El viento sopla en dirección al Oeste, trayendo una calma y silencio mortal a la escena del "crimen". ¿Crimen? Es un Shinobi, por supuesto tiene el permiso para actuar de esta forma. El albino acompaña esta tranquilidad con un retorcido silbido.
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Día a día, la rubia solía inmiscuirse en los terrenos aledaños a la aldea de la hoja, fueran estos lugares tranquilos, turbios o en su defecto lugares impregnados por la guerra. Bien era sabido que imperialistas salían todo el tiempo de cacería a buscar a quienes no lo fueran y viceversa, quienes no compartían los ideales del imperio también acababan con algunos que si lo eran. En ese afán de alinear al pueblo era lógico que se presentaran muchas bajas de ambos lados. Ella, casualmente tenía dos labores, una con cara al imperio que simplemente servía para dar apoyo a los suyos, ser el soporte en campo de batalla y retribuir con informes al cuartel general de la aldea y otra, con cara a lo que ella sentía y era como médico, o sea, salvar vidas. Muchas veces aquello le traía problemas, dado que entre la razón y el corazón se había topado con la necesidad de salvarle la vida a niños y al mismo tiempo de ayudar a quienes les habían herido.

Todo aquello era una batalla interna que día a día la rubia libraba día tras día y quizá nunca tendría final. Al menos por ahora seguía como si nada logrando hacer cuanto pudiera, pero entonces, algo inesperado tuvo lugar, aquel día por la mañana, la rubia saltaba de árbol en árbol nada más que revisando el lugar y entonces escucharía a lo lejos el sonido de armas batirse entre ellas. Gritos, sollozos y uno que otro alarido de dolor. Sus sentidos se alertaron. Si bien era cierto que su imagen era famosa en la hoja y que su atuendo y bandana ninja la hacían reconocible, también era cierto que imperialistas iban de la nada matando a todo el que se encontraban, total, cosas como atuendos, bandanas ninja y apariencia de shinobi se podrían obtener en el mercado negro y con un simple jutsu de cambio físico, así que solían no fiarse de nadie.

Ella, por su parte, obviamente tendría que buscar defenderse en caso de ser atacada y demostrar quién era en combate si llegaba a requerirse. Esperó este no fuera el caso, pero poco a poco, el sentimiento de agonía y de ansiedad en sus entrañas crecía, era tal y como creía que podía ser, sería atacada sin estar intrínseca a ningún bando, aunque claro, era cierto que pertenecía al imperio. Poco a poco, terminó por acercarse, sus pies bajaron de la corteza de los árboles no sin antes planear una serie de artilugios con uso de chakra y demás cruzando respectivamente sus dedos. Aquella rubia se acercaría por la izquierda del sujeto de pelos blancos y sin más se detendría a unos quince metros.

¿Puedo ayudar en algo? Soy ninja médico de konoha.— diría mientras posaba su mirada en los cadáveres, en los heridos y claro, sin perder de vista al contrario. Buscaría indicios de saber o siquiera conocer de qué lado iba cada uno, aunque viendo a los derrotados no sería difícil saber quiénes iban de parte del imperio y quienes no.

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Última modificación: 27-01-2023, 03:30 AM por Rhooh.
— Ehhhhh, ahora que lo pienso veintemil por cabeza es muy poco, mejor unos treinta. Habría un obtenido un poco más si no me fuera asesinado a ese chiquillo rebelde. — Los silbidos retorcidos fueron silenciados. Rhooh estaba hablando consigo mismo sobre lo que acaba de hacer, al parecer, está mostrando arrepentimiento por haber asesinado a Kentaro, aunque... Vamos, lo hizo sin cuidado, su mano se movió sola intencionalmente, en el fondo esperaba que detuviera el proyectil y continuara atacando... — Un trago para los muertos, es lo menos que puedo hacer por ti. — Destapa la botella de Sake y la voltea, vertiendo un poco de Sake en el suelo y luego bebe un fuerte trago — Vaya, vaya. Que pensará mi pequeña hija de mi si descubriera lo que soy en realidad. En la aldea me conocen por ser alguien justo y ejemplar, pero una vez afuera ese monstruo interno toma el control. —


Es cierto, en Konoha lo conocen por ser justo y ejemplar. También muy amigable con los aldeanos, en especial los de tercera edad, ya que le recuerdan a sus padres que fallecieron hace muchos años. Sin embargo, algo que Rhooh reconoce es esta actitud bastante fuera de lugar, no titubear a la hora de lidiar con criminales o rebeldes, aunque es más flexible con los criminales debido a los acuerdos que estos suelen mantener, diría que tienen cierto tipo de impunidad igual que los Shinobi y Kunoichi.



"Será mejor que los amarre y vende los ojos, pero no traigo vendas... Rayos. " Rhooh guardó desanimado la botella de Sake. ¿Porqué estaba desanimado justo ahora?. Se debía a qué no tiene vendas y debe taparle los ojos, para que no sepan que ruta usa el albino para vender a estos insurgentes y enviarlos al matadero en el Desierto Infernal, hay una pequeña localización donde Ganster organizan torneos clandestinos. 
— Ohhhh.... —


Una voz fémina, claramente desconocida alerta al adulto quien voltearia a ver en dirección de dónde provenía tal voz. Se trataba de una muchacha  rubia, tal vez de unos treinta o veintiocho años (siendo cálculo que hizo con solo verla).  " ¿¡Ninja médico!? ¡Me ha caído del cielo!" El semblante desanimado del albino, cambió a uno que mostraba interés, pero no en ella como tal, solo en lo que sospechaba que podría portar — Buenos días, señorita. — Colocaría una mano en el pecho haciendo una ligera reverencia — Por supuesto que puede ayudar. Necesito unas vendas para hacer algo con estos revoltosos. ¿De casualidad,  usted trae algunas?— Omite gran parte de lo que pretende hacer realmente aunque se trate de una aliada de la Hoja — También soy de Konoha. Mi nombre es Harataka Rhooh, disculpe mis malos modales, debí presentarme antes. — [color=#000000]Vuelve a tomar un sorbo de la botella de Sake y conserva la misma distancia de quince metros que los está separando, mientras el viento sigue soplando ahora en dirección al Sureste. Claramente no pretende revelar los motivos por los cuales asesinó a uno de ellos y dejó fuera de combate a dos, ya que motivos personales relacionados con la Aldea Kisaragi, su lugar de nacimiento, lo impulsaron. 


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Había visto demasiadas escenas del crimen pero aquella había sido demasiado consistente y abrupta. El sujeto ante ella, por el contrario, parecía bastante tranquilo, jocoso y si quería verse así, estaba hasta orgulloso de lo que había hecho. No estaba mal, entendía que era su trabajo, pero no entendía del todo como era que podían hacer tanto daño el uno al otro sin siquiera sentir un ápice de dolor por los demás, por sus familias, por sus cercanos, finalmente eran seres de la misma tierra y podría ser que hasta parientes lejanos. Negó con la cabeza despacio ante de la pregunta, antes de poner sus orbes sobre el otro.

No te disculpes, Rhooh de konoha, mi nombre es Bishamon Senju. — esbozó una sonrisa tranquila. —Por otro lado, los kit médicos no vienen dotados de vendas, por lo que no podría darte lo que quieres, pero lo que sí podría hacer es ayudarte a revisarlos. No sea que mueran de camino a donde sea que los lleves.— comentó con cierta tranquilidad indicando que el final del chico era dejarlos con vida o eso esperaba ella.

Desconocía la razón por la cual quería vendas. Se veían en mal estado, el tipo en ningún momento había sido compasivo y por lo mismo, querer usar bandas no tenía ningún sentido. No podría con ella sanar sus heridas y dudaba por completo que aquella fuera su intención. Sin embargo, tampoco se movió. No se atrevía. Sentía que estaba dentro del rango de ataque de ese sujeto, lo desconocía por completo y aunque frente a ella se hubiera demostrado amable y servicial, no podía darse el lujo de confiarse. Era su naturaleza y era apenas normal ir a la defensiva.

Sus pies estaban listos para moverse hacia cualquier lado evitando cualquier ataque y al mismo tiempo, su cuerpo pareció concentrarse y el punto en su frente estuvo casi que listo para dejar libre aquel derroche de energía que solía almacenar.

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A la espera de una contesta. Rhooh esbozaría una pequeña sonrisa, luego de escuchar el nombre completo de la fémina, una Senju. Conocía algunas que otras historias del legendario clan y aún tiene el recuerdo de un compañeros caído en Yugata, hace aproximadamente unos quince años, antes del que mundo cambiara y la dictadura Imperial cambiara todo. Ahora sentía curiosidad, los Senju eran reconocidos por un extraño poder, según la historia que le permitía rivalizar contra los Uchiha " Ohhh, esto es totalmente inesperado." 

Algunas veces, en su juventud, formó equipo con varios y varias Senju, pero ninguno destacaba o dejaba su clan en alto y en el estatus social que merece. Ahora puede ser diferente, la mera presencia de la dama de cabellos dorados y ojos púrpura mantienen a Rhooh en alerta. Su falta de expresiones y palabras casi cortantes, daban a entender que no le gusta jugar " Ninja médico sin vendas... ¿Ahora falta que aparezca un Uchiha sin saber usar Dōjutsu?" Eso sonó gracioso para él en el fondo.


— Es una pena, solo quería vendar sus ojos. — Mantendría un tono decepcionante, que los Kit médicos no trayeran algo tan básico definitivamente es culpa de la incompetencia del mismo Imperio, aunque no le extraña. La aldea de la Hoja a diferencia de las otras aldeas ocultas en los últimos años se las ha visto más difícil, económicamente. — No. No quiero ayudarlos, solo están desmayados me aseguré de no matarlos. A diferencia ese... — Señala al muchacho que tenía clavado un Kunai entre ceja y ceja — Son muy buenos en combate, casi consiguieron abrumarme. Pero el desempeño de ese chico si que fue lamentable, no me malinterpretes. Me gusta combatir con quién sea, estar al borde de la muerte es emocionante. — Claramente estaba mintiendo, si no estuviera bebiendo Sake, le habría costado menos dejarlos en tal lamentable estado, pero sus palabras respecto al combate son verdaderas, le gusta medir sus capacidades y llevar sus habilidades al máximo — Me tomé la libertad de observarla mejor, con tan formidable cuerpo usted debe entrenar mucho. — Sonríe de una forma infantil cerrando sus ojos para luego abrirlos. Aunque ella se haya presentado como una Kunoichi de la Hoja, no le creería hasta que mostrara su identificación — Últimamente hay muchos rebeldes sueltos por ahí, haciendo de las suyas. Lo único que hacen es darnos más trabajo a nosotros. ¿Acaso eso no le ha llegado a molestar alguna vez? ¿Ha atrapado rebeldes, señorita Bishamon? — Ahora mostraría cierto fastidio a la hora de hablar, tanto que soltó un escupitajo hacia un lado. Bishamon, seguía conservando esa misma distancia y Rhooh haría lo mismo, por ahora pretende tener una conversación entretenida y "sana" con la fémina.


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Última modificación: 02-02-2023, 04:14 AM por Bishamon. Razón: Stats!
Tenía clara su posición allí. Ese, era el lugar de Rhooh, de nadie más y ella había entrado en aquella zona sin siquiera tener un as de prudencia. De todas formas, ella era así. El campo de batalla había logrado romper con sus formalidades y el buen juicio de las personas. De hecho, era aún más desconfiada que en ataño. Ahora mismo, para la rubia cualquier podía ser un sospechoso y cualquiera podía ser la persona que acabaría con su vida. El chico, de alguna forma no le estaba representado problemas, pero sabía perfectamente como iba todo aquello. Socializar, y cuando crees que tienes su confianza, te traicionan.

Lo creerás raro, pero un médico a estas alturas no guarda vendas, se supone que curamos las heridas, así que… Podría ayudarte a buscar con qué hacerlo, si quieres.— comentó con cierta tranquilidad y encogiendo un poco sus hombros al tiempo que sus manos acompañaban aquel ademán dejando las palmas señalando el cielo. Sus palabras, por otro lado, eran sinceras en ese aspecto. No andaba con cosas para parar hemorragias, lo suyo era tratar las heridas. Quienes no eran expertos si buscaban de alguna forma aliviar y mantener con vida a los demás, pero ella era quien definitivamente los salvaba de una muestre inminente.

Sonrió tranquila. Claro, que no estuvieran muertos le daba cierta tranquilidad. —¿Rebeldes o los culpas por algo más?— inquirió tratando de saber que lo había llevado hasta ese punto. Con lo primero bastaba y ella lo sabía de sobra, pero no estaba de más preguntar si aquellos sujetos de verdad merecían tal castigo. Sobre lo demás, negó un poco desinteresada. No era su campo de acción y, en definitiva, estar al borde de la muerte era de las pocas cosas que se podía permitir, ella, por su parte, siempre daba con algo que la salvaba, ya fueran sus reservas de chakra, su babosa, o su habilidad para poder huir de donde su vida corría peligro.

La verdad es que no. Sirvo al imperio desde la medicina, así que, podría decir que sé lo necesario para sobrevivir, pero el combate no es mi fuerte.— respondió sin más. —Soy consciente de ello, por eso siempre cargo mi identificación, no sea que me confundan… Y no, señor Rhooh. No es mi labor capturar rebeldes, es mantenerlos con vida como objeto de estudio y claro, en mis jornadas de campo, salir a dar apoyo médico a quienes, siendo imperialistas, careces de su destreza en combate.— hablaba claramente de los cientos de chicos que afanados por salir de la pobreza y del estado en el que el imperio los había sumido, se enlistaban y no eran más que bala de cañón para quienes de verdad tenían el poder.

¿Puedo saber en qué punto sacias tu sed de combate y cuando el de beber?— aquella pregunta iba más a lo que acababa de decir sobre el placer con estar al borde de la muerte. Si en algo podía ayudar, y de paso, probarse, era en tener, así fuera ficticio, un combate con el borracho que tenía en frente. Claro, era quizá demasiado pronto para sacar tal conjetura, pero sentía que el chico no estaba muy lejos de aquel estado.

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Última modificación: 02-02-2023, 07:03 AM por Rhooh.
Debía analizarla muy bien. Prestar atención ante el mínimo gesto que vaya a realizar. Durante la era de Yugata, después de la masacre vio un gran número de Shinobi y Kunoichi habilidosos que disponían de tácticas de combate muy peligrosas. Lo que los hacía especial, era que no poseían ningún tipo de Kekkei Genkai o Técnica secreta, nada de eso, eran tácticas puras orientadas sobre todo a la cacería. El ambiente, casi silencioso, le decía que mantuviera los ojos bien abiertos, por esa misma razón, mantiene una postura tranquila.  Por un momento creyó que la fémina iba a tratar las heridas de todas formas pese a que Rhooh reveló su verdadera intención, obviamente no quería curarlos y arriesgarse a que alguno intentara escapar.



La respuesta de Bisjamon fue bastante lógica, un Ninja médico no debería portar tal cosa. Pero Rhooh consideraba que nunca estaba de más — Oh, señorita. Tranquila no tiene porque molestarse en ayudar, solo necesitaba esas vendas. Pero si así lo desea, intente revivir a ese chico con el Kunai en la frente.— Respondería cortésmente, pero su tono de voz era uno serio. No quería que ninguno de los dos se levantara o arruinarían los negocios y, como consecuencia, no le compraría nada a Yumeko, así que le soltó ese posible desagradable comentario. Para Rhooh su hija e hijo lo son todo.   Procura que estén bien y no les falte nada, pero pobre de Rhooh en cuanto descubran sus hijos lo oscuro que suele ser como Shinobi, actúa a la antigua. Las historias del salvajismo de los Ninjas del pasado, siguen perdurando en su memoria.


Una pregunta lo incómodo totalmente. Y no podía darse el lujo de revelar que hay cierto motivo personal, ya que podría identificarse cómo un signo de debilidad que podría ser usado en su contra, es la primera vez que interactúa con la muchacha, así que debía ser bastante cuidadoso, hasta cierto punto — Nada interesante, pretendo venderlos en el desierto infernal. Podríamos compartir ganancias, claro no estoy comprando su silencio... Después de todo, no soy el único que lo hace. — Revela clavando una mirada pesada en la fémina, ahora sí se había dejado de rodeos. ¿Aceptaría la mitad o tal vez no? Alguien que apoya al Imperio no podría negarse, eso creía Rhooh en el fondo.



Sin embargo, lo siguiente captaría del todo su atención. Rhooh se tambaleó ligeramente a un lado y respondió — Ni siquiera yo mismo lo sé. ¿Impulso? — Deslizó la mano izquierda colocándola encima de la Tsuka(mango de la Katana) — Solía fumar y beber, pero luego reconocí que mi esperanza de vida estaba reduciéndose rápidamente. Al final me quedé con el Sake. ¿Usted no bebe, señorita? — Suele fumar a solas aún, todavía no dejó del todo ese vicio, pero cada vez que puede dice que lo dejó, por miedo a que sus hijos se enteren y le caigan a sermones — Está bien, no importa... ¿Le interesa tener un encuentro amistoso contra mi? — Desde hace un momento quería atacar sin previo aviso, pero pertenece a Konoha y no debía darle el mismo trato que a un rebelde, aunque ponga en duda sus ideales. — ¡He bebido algo, pero puedo mantenerme de pie! — Por última sacó la botella de Sake nuevamente y bebió un trago.
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Alzó una ceja de forma inevitable ante el comentario del otro. No sabía ni por qué se sorprendía. El calor de la batalla y la formación durante años bajo los mismos preceptos, lograban amoldar a personas sin ciertos escrúpulos al hablar. Sin embargo, sabía bien que debía modularse, no podía empezar una batalla con un total desconocido como si nada.

¿Tengo cara de tonta acaso?— acotó sin poder reservarse la peor de las respuestas. —No sé a qué tipo de mujer te habrás acercado antes, pero en efecto no soy del tipo de mujer con la que puedes ir barriendo tu casa, Rhooh. Esa persona, evidentemente está muerta y lo sabes mejor yo.— sentenció con fuerza.

Casi que preparada para lo peor la verdad, esperaba que el sujeto entendiera que, si el mundo era de carácter, entonces le pertenecía. Su cara permaneció estupefacta, aún con su ceja levantada y con especial cuidado sobre su entorno ¿Había algo raro allí? A veces, algunos de los mejores guerreros shinobi eran dados al genjutsu. El clima en su piel, el olor de la naturaleza, lo que sus ojos podían ver y lo que pudiera captar con sus oídos eran elementos clave. Si estaba cayendo en una especie de trance lo iba a saber y si no era el caso, entonces sabría posiblemente que las formas de combate de su compañero de aldea estaban enfocadas en otro campo. Era quizá apresurado, pero necesitaba empezar a leerlo de alguna forma. La katana y la versatilidad y la precisión con la que podían verse las cortadas y las heridas de los rebeldes podrían dar también cuenta de su estilo de lucha.

Tras el tenso silencio, el chico volvería a comentar algo más. Ese tipo de trabajos solía verse y era demasiado común. Incluso, no era primera vez que se veía envuelta en esos problemas. Parpadeó un par de veces y respondió después de un largo suspiro.

Ahora mismo no tendría nada mejor que hacer. Estoy de ronda y escuché algunos gritos. La verdad, creí que tendría trabajo, pero… Si no hay nada por hacer dentro de mi labor, podría acompañarte.— diría buscando pasar de largo sobre los comentarios anteriores.

Luego, la mano del chico se movería con ligereza sobre su Katana, confirmado un poco el estilo de lucha del mismo. Los movimientos quizá daban cuenta a la cantidad de alcohol que había consumido o podía ser un estilo de lucha. Si se estaba preparando para un enfrentamiento o no, poco podía hacer. Bisha estaba lista para reaccionar a cualquier cosa. Sus pies estaban semiflexionados, aunque lo mismo era casi imperceptible y había planeado una huida perfecta de aquel lugar si hacía falta transando una especie de línea recta.

Afirmó despacio a las palabras del chico. No se inmutó, era de nuevo, normal. La gente del imperio solía salir con ese tipo de comentarios y no estaba mal, pero no era su estilo, ni su trabajo. Pero entonces llegaron a un tema en el que capaz se entenderían.

¿Beber?... Bueno, si quieres competir conmigo en algo y quieres perder… sería bebiendo— comentó en medio de una risa franca. No bromeaba, la regeneración de células, actuante en la rubia todo el tiempo no solo la mantenían joven, sino que también todo efecto físico que sufriera su cuerpo por agentes externos sería identificado y erradicado, impidiendo que se embriagara con facilidad. Aquello, funcionaba como la técnica médica que le permitía sacar veneno del cuerpo.

¿Un… combate?— algo no le sonaba del todo, incluso la propuesta la había tomado por sorpresa. Pero tampoco tenía mucho por perder. —Bueno, la verdad es que no soy dada en ello. Como le dije, mi labor es ser médico y por lo mismo, no me especializo en combate, pero podría ser… Claro— comentó sonriente aún conservando aquella fuerza en sus pies.

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Última modificación: 13-02-2023, 06:27 AM por Rhooh.
Prestaría una especial atención ante el movimiento de la ceja. El albino dejaría escapar un chasquido con la lengua y mostraría un semblante gracioso. Acto seguido alzaría las manos a la altura del pecho y las movería rápidamente, era una señal que le pedía a la fémina que se calmara, en lo que una gota de sudor se desliza desde la sien de Rhooh.  — Oh, señorita, no era mi intención hacerla ver cómo una tonta, discúlpeme. — Entrecerraría los ojos y bajaría las manos. — Pues, a la mujer que me he acercado no tenía tu mismo carácter, tal vez... Era algo inocente. — La inocencia de la difunta Asako, era lo que más le agradaba a Rhooh de ella, claro que se volvió algo amargada luego de tener a Ken y Yumeko, pero era porque se tomaba aquel rol materno bastante en serio.


La vida le ha dado golpes fuertes, y la pérdida de aquella luz, que iluminaba aquel sendero oscuro por el día a día andaba, sigue pesandole. Pero, alguien como él, aprendió a escapar de la realidad con los vicios y dedicación a su labor como Shinobi... Si es que podía decírsele así ahora, ya que sus ideales son todo lo contrario a lo que eran antes: una combinación entre frialdad y maldad pura, oculta en un disfraz de oveja. ¿Qué era Rhooh exactamente? Un lobo disfrazado de oveja, un "Shinobi" nefasto del cual no se debería tener ni una pizca de confianza.


Entre la observación, y las intenciones de iniciar un combate cercano. El albino comenzó por estirar poco a poco sus músculos, a la par que escuchaba las respuestas de la Senju y suspiró para decirle — Usted va rápido, señorita Bishamon. No la conozco lo suficiente, pese a que pertenezca a la Hoja, cómo para llevarla a dónde suelo hacer negocios en el bajo mundo. — Acabaría el estiramiento de músculos, posando la mano izquierda sobre la Tsuka de la Katana. 

— Interesante, puedo invitarle algunos tragos dentro de... — Levantaría la derecha viendo la hora en el reloj — Unas dos horas. ¿Le parece bien? Así veremos quién pierde. — Sonrió amablemente entrecerrando los ojos, para luego clavar la vista en la pelidorada. — Patrañas. — El semblante amistoso lentamente se desvanecía — Perteneces al clan Senju... Es un legendario clan y siempre quise medir mis capacidades contra un portador de la auténtica de la voluntad del fuego. Así que... Eso lo voy a comprobar justo ahora. ¡Claro, cómo combate amistoso y luego iremos a beber! — El cambio de "personalidad" podría llegar a confundir, pero ya son cuarenta y cinco años que tiene encima, y ya está pisando la locura. Sumando a eso, los daños mentales que sufrió durante el periodo de guerras y la llegada del Kami-sama.


— Voy a mostrarte la técnica insignia de la Familia Harataka. — Ya que Bishamon le había dado luz verde para iniciar el enfrentamiento. Se tomó la molestia de revelarle algo de una forma breve, relacionado a su auténtico poder. Rhooh da una fuerte zancada, corriendo hacia la fémina y una vez que acortó los diez metros de distancia. La mano izquierda desenvaina la Katana rápidamente, en un corte ascendente que se vería amplificado por el chakra, aumentando el alcance del mismo a diez metros, teniendo como intención cortar su pie derecho y seguir el trayecto hasta el abdomen. Pero ese no era el único detalle, una cuchilla Rotatoria color rojo con forma de media luna, que medía cuatro metros de ancho y largo, acompañaría el trayecto del corte dibujado, pero cambiaría su dirección, queriendo impactar en la rodilla izquierda de la rubia, rotando de forma horizontal.

Chakra Shōgekiha Saibansho

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En efecto se había sobre saltado, pero tantos años trasegando con imperialistas le habían enseñado a la rubia que en ocasiones debía ser más que ruda. Mostrarse contundente y si era el caso, librar batallas a sangre fría en tal de no caer ante las voluntades de otros. Se había vuelto imponente y bastante agresiva sobre el tipo de temas que le disgustaban y aún más cuando trataban de verla como débil o tonta.

Había tenido inicialmente, justo después de Yugata, una época en la que se había considerado objeto útil de muchos hombres e incluso de mujeres, pero ese tiempo había pasado. Ahora estaba más dada a imponer su voluntad si hacía falta y a mostrarse como una fiera cuando se requería. Soltó un respiró con fuerza y evidentemente sonoro justo después de recibir las disculpas de Rhooh, al tiempo que se cruzaba de brazos y parpadeaba un par de veces mirándole.

Es lo mejor que puedes hacer, tratarme suavemente.— replicó con un tono mucho más apacible.

Luego, las palabras del chico a pesar de sus formas habían dejado ver a alguien que aún extrañaba a la que había sido la luz de sus ojos y eso, efectivamente afectaba a la rubia, quien de inmediato suspiró esbozando una mueca de apocamiento.

Lo lamento…— comentó tranquila y desviando un poco su mirada a la izquierda.

Verás, no es como si no hubiera estado allí antes y tampoco pensé que lo consideraras una cita, así que, en ti está que vayamos o no a tu famoso sitio de negocios— bromeó.

Mientras también empezaba a estirarse, la rubia pensaba en que seguro estaba oxidada, no esperaba demasiado de aquel combate en términos de lo que ella tenía para dar, pero seguro podría divertirse un rato. Afirmó a la invitación de los tragos mientras su mirada se afilaba en el otro.

Bueno, ya veremos quien pierde.— Replicó y entonces sucedió: el combate daría inicio.

La verdad es que no muchos por tener apellido Senju poseemos el control de las habilidades clan. Yo lo he intentado pero, parece que mi destino era otro.— comentó con un tono de voz un tanto triste. —Pero soy médico, espero lograr el dominio del mokuton alguna vez, así que, vamos a ello, seguro esto será divertido.

La rubia empezó a realizar un par de sellos al tiempo que Rhooh soltaba sus últimas palabras, mismas que no serían respondidas por la rubia, dado que habrían empezado el combate. La rubia sacó de su boca una estela de humo violeta al tiempo que sus pies la impulsaban hacia atrás a ras del suelo. El jounin de konoha quedaría en medio de aquel gas venenoso mientras que Bisha se situaba a unos diez metros más desde su punto de partida y emprendía al menos tres tandas de sellos y ponía especial atención al movimiento de la nube de humo que abarcaba cinco metros de radio y tres de altura.

Espadachín ¿uh?— anotaría casi que para sí misma.

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— Entendido, de ahora en adelante, le trataré con cierto cuidado y cariño. — Devolvería la mirada hacia la Rubia,  sonriendo con los ojos cerrados, hasta que los volvió a abrir y estiró un poco el brazo izquierdo. Posó una mano sobre el hombro para luego toser, borrando tal amigable sonrisa.


Tenía cierta incomodidad en el hombro, puesto a que hace días, tuvo un entrenamiento algo brutal con sus dos hijos. Los entrena en el Arte del Kenjutsu, y pretendía enseñarles los fundamentos básicos del cortar y envainar. Yumeko, pudo entenderlo bien y en cuestión de dos horas ya sabía usar la técnica secreta de la Familia Harataka. Sin embargo, no podría decir lo mismo de Ken, ese no pudo dominar la técnica, la razón era sencilla: no le tenía mucho interés y quería crear una técnica que llevara su propia esencia y sea adaptable a su forma de combatir, es decir, a larga distancia.


¿Acaso ella comprendía a quién se estaba refiriendo él? De todas formas, no le diría sobre lo ocurrido — No hay nada que lamentar. — Era cierto, realmente, no había nada que lamentar. Ya no estaba en el mundo, y debía enfocarse en otras cosas que no le hicieran recordar la angelical sonrisa de ella.



— Creo que acá hay un pequeño malentendido. — Decía en referencia a la mención de la cita, cosa que Rhooh, no lo había considerado de tal forma. Simplemente, no quería tener a nadie cerca en donde hace negocios — No lo consideré una cita, señorita. Sólo cuido de mis espaldas. — Claro que debía cuidarse las espaldas, ya que ese tipo de negociaciones, algún día podrían traerle problemas. Aquel mundo, es mucho mas oscuro de lo que parece. Sobre todo a la arena clandestina y subterránea, dónde niños con habilidades especiales combaten hasta desfallecer. Rhooh, suele realizar apuestas allí. Ha perdido algunas, ha ganado otras, no es un tipo con tanta suerte. Pero, las veces que gana se lleva buen dinero para el bolsillo.


Entonces, algo más fuerte que la decepción se mostró en la cara del peliplata. ¿Ella estaba mintiendo? ¿Entonces sólo es una falsa Senju?, eso por supuesto que lo llegó a desmotivar, pero no lo suficiente como para marcharse. ¿Cuál fue su respuesta? Fue un simple bufido, que diría más que las palabras.  — Hmph. — 



El combate para aquel entonces ya había empezado. Una especial atención que puso el soldado malvado, fue a aquella realización de sellos. Pero eso no era todo, Rhooh no solo detalló aquello, la mujer retrocedió saliendo del rango de la técnica Kenjutsu previamente realizada, cómo si conociera el rango de esta perfectamente, por lo que envainó la Katana" Vaya, vaya. ¿Me habrá visto combatir antes?" Pensó en aquel intervalo cuando la nube de humo se acercaba hacia él. A juzgar por su apariencia, no parecía ser una común y corriente. Y, ese simple detalle, bastó para que él tuviera cuidado, actuando de inmediato. Bishamon vería como el peliplata salió de la nube de humo, a la par que hizo su primera tanda de sellos, con un salto  rápido que lo ubicaría ocho metros a la izquierda, la altura del salto sería de dos metros aproximadamente. El semblante del borracho,  era uno normal,  tendría cierto toque de seguridad, cómo si le invitara a que acercase — ¿Acaso usted le tiene miedo a usuarios de Kenjutsu, señorita? — Ambos oponentes estarían alejados entre catorce o quince metros aproximadamente.





datos


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Las palabras y las cordialidades habían quedado atrás. Lo último dicho por el peliblanco capaz habría sacado de los labios de la rubia una sonrisa. Pocos le habían tratado con tal ironía y salían vivos. Normalmente solían ser machos de bares o borrachos en tabernas de las que ella les sacaba sin mayor problema y estaba absolutamente bien con ello, le divertía.

Al tema de la cita tampoco contestaría, era claro que sus palabras tenían un poco de sarcasmo y pasaba de explicarlo, así que posiblemente el gas habría entrado, aunque en leve medida, por su sistema respiratorio, pero lo demás habría sido esquivado perfectamente con un salto que los dejaba ahora a quince metros del otro.

De hecho, mis habilidades fuertes van a corta distancia— comentó mientras afilaba su mirada hacia el otro. —Sin embargo, lo primero que hago es medir capacidades, habilidades, velocidades, alcances— hablaba como una estratega, quizá dejando ver que efectivamente era una veterana de guerras. Había visto demasiadas y este combate no sería sino uno más.

No haría nada más que esperar las acciones del jounin mientras su chakra se seguía canalizando.

Off. Perdón la demora y el post tan corto, baja motivacional. Ahora, a terminar esto (?)
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Seguía en la misma postura, limitándose a escuchar la madura voz de la fémina. Mencionó que suele calcularlo todo ¿Tal vez para crear una estrategia que le acerque a la victoria? o ¿Simplemente está siendo cuidadosa con el Jōnin? Rhooh no lo sabía, y sea cual sea la razón le daba igual. Luego de escucharla, esbozó una sonrisa lubora y llena de sarcasmo. Una repentina brisa chocó contra los largos cabellos blancos y plateados — Actualmente nos encontramos a catorce metros de distancia, no es mucho la verdad. Me atrevo a decir que cualquiera de los dos, podría acortar esta mínima distancia en un abrir y cerrar de ojos. — Realizaría una leve pausa para seguir hablando, solo era un entrenamiento con una compañera de la aldea y no estaría para nada mal que siguieran hablando un poco de vez en cuando para "conocerse" mejor — Mi hija cumplirá años la siguiente semana y ciertamente no tengo idea de qué poder regalarle. Toma muy en serio su labor como Kunoichi, y tan solo tiene diez años. ¿Cree que pueda darme alguna sugerencia? — Claramente si necesitaba de una opinión femenina para darle un bonito regalo a su hija y que sea de su agrado, la ultima vez que lo intentó... Rhooh le regaló un Kunai de tres puntas que ella inmediatamente se lo regresó, arrojándolo a la cabeza de su padre, Asako no lo respeta, y Ken, el menor, igual.


— Por cierto, ya que estamos en confianza. ¿Qué componentes traen ese gas? — Diría poco después de comentarle aquellas cosas, se tomaba la libertad de hablarle como si le conociera desde hace un tiempo y tal vez así, pueda generar una pizca de confianza — En Yugata, hace años, ví una extraña forma de vida gaseosa. Pero dudo que tenga que ver algo con lo que haz hecho. ¿Me haz envenenado y apenas comienzo a darme cuenta? — Comentaría con cierto desánimo, como si le preocupara aquello que sus fosas nasales acaban de inhalar inevitablemente — Veo que tú experiencia en combate es digna de admirar, así que apreciaría una pequeña orientación que me sirva a futuro, en tal caso de que deba lidiar con algún enemigo de tu calibre. — 


Off rol: Bueno ya que está el code de personaje lo puse, deberías hacerlo. Mi pj se queda hablando un rato con el tiyo
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Afirmó despacio. Sabía de sobra que 14 metros eran irrelevantes para dos jounin. Ella estaba lista, la pregunta real era ¿Lo estaba él? Como fuera no diría nada, se dignaría a escucharle a sabiendas de que seguramente ganaba tiempo para algo más, capaz ella hacia lo mismo, pero ¿cómo iba a saberlo el pelilargo?

Bueno, es tu hija, seguro tienes más de una idea en mente. Parece, incluso, más calculador y preciso que yo— esbozó una sonrisa ladina. ¿Bromeaba? —Dependerá de sus gustos, podrían ser cosas ninjas relevantes a su clan, o cosas de niños de diez años, no sé… La verdad, no es que haya tenido una vida de princesa a esa edad.— comentó sobre su pasado.

Bueno, si llegamos a cierto punto, sabrás para que sirve, pero te diré que es una toxina, un poco inoficiosa, pero me da tiempo para preparar otras cosas y hacerte creer que… Efectivamente podría hacerte daño. ¿No es lindo? Digo, finalmente es algo que te puede dar algo de tiempo contra oponentes admirables.— era simpática cuando quería. ¿El otro se quedaría solo hablando o le daría algo de diversión?

¿Qué tal si nos ponemos serios? y luego de esto… bueno, podemos ir a mirar el regalo para tu hija o lo que sea— sentenció. Nuevamente dejando su estado de alerta activo aunque, posiblemente ya no hiciera mucha falta.

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Última modificación: 27-06-2023, 02:17 AM por Rhooh.
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En efecto, la muchacha de rubios cabellos había percibido una perturbación en el ambiente. Su instinto, le indicó que algo no andaba bien y que su oponente en el entrenamiento, solo estaba tramando algo. La charla sobre el regalo de la hija de Rhooh, no fue más que una fachada que usó para ganar tiempo. Tiempo que le resultó bastante útil para reunir la energía natural suficiente. Los músculos del ancianito se hincharon, notandose como su traje de batalla le quedaba ajustado e incluso, en zonas como los brazos y piernas, tenían rasgaduras, debiéndose al repentina incremento en sus capacidades físicas. Los cambios más impactantes, fueron sus cabellos y ojos: sus cabellos adquirieron una tonalidad oscura que se mezcló con su natural plateado brillante, y sus ojos, simplemente eran los de un Halcón — Hoooh... — Una sonrisa se dibujó en los labios, a la par que una serie de franjas carmesí rodeaban sus ojos, uniéndose en la frente y formando una luna creciente — Calculo hasta el mínimo segundo, señorita. — Ella no podía percibir como la energía natural brotaba desde el cuerpo del sabio, formando un aura tan pura, que su tranquilidad podía compararse con la de una planta o algún inofensivo animal (hide revelado).

Modo Sennin Perfecto



La explicación sobre la toxina, alertó todos los sentidos del sabio. Él es una persona de poca confianza y pudo percibir cierta malicia en sus palabras, pero no intenciones asesinas, lo cual estaba bien ya que, después de todo, siguen perteneciendo a la misma aldea oculta — Entiendo. — Respondería el asintiendo ligeramente. Una mano permanecía a la altura del porta arma y la otra encima de la empuñadura de la Katana, apenas escuchó las palabras de la fémina, de un rápido movimiento de mano, digno de un especialista en armas tanto de largo alcance como corto, arrojó dos veloces Kunai a la muchacha. Los proyectiles acortarían los catorce metros de distancia prácticamente en un parpadeo e irían con la intención de impactar uno en su rodilla izquierda y otro en antebrazo izquierdo. — Luego de esto, podré incluso invitarte a beber Sake. — Conservaría su natural semblante engreído y desafiante al decir tales palabras.



Kunai:
Clavar: 47
Cortar: 30

X2 (Se lanzan a 115 Destreza en una distancia de catorce metros)



off rol
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Estaba en lo cierto. Aunque la idea de comprar un regalo para su hija pudiera ser real, la verdad tras aquella palabrería no era más que acumular chakra natural. De inmediato, la rubia se alertó dejando su mirar completamente serio y enfocado, sus piernas se flexionaron listas para su movida, la misma que estaba lista desde hacía tiempo atrás. La ropa del hombre empezó a rasgarse, producto del incremento en sus músculos.

"Su velocidad… Esto no es bueno"— pensó mientras tragó saliva con esfuerzo. —Senjutsu...— le dijo al otro sin que pudiera oírla. Sabía bien como iba aquello, lo había visto y ella misma era usuaria del chakra natural que anteriormente había reunido. Luego de sus palabras, Bishamon supo que la pelea tendría otro tinte. Terminada la charla, a velocidad abismal, dos kunai tendrían como finalidad la parte izquierda de la rubia, quien solo giró su tronco hacia atrás para dejar que ambos proyectiles pasaran de largo sin siquiera rozarla.

No había tenido más opción que por simple reflejo moverse hacia el lado opuesto y posteriormente se abalanzó con la derecha para romper la distancia en cinco metros y liberar lo que sus sellos habían preparado. Un río de lodo de quince metros que de pillarlo lo dejarían pegado al suelo— ¡DORYUU TAIGA!— mientras el río se desarrollaba ejecutaba una nueva tanda de sellos, de ahí, surgiría la cabeza de una dragón de lodo — DORYUUDAN—y detenida tras este, la rubia haría una nueva tanda de sellos. —KATON GŌEN NO JUTSU— lanzando una llamarada que alcanzaría cerca de veinte metros y justo se fusionaba con el disparo que el dragón acababa de emitir.

Tras el violento combo, la rubia daría un salto hacia atrás alejándose nuevamente en los quince metros iniciales. Si su estrategia daba resultado, entonces tendría que socorrerlo, sino, una nueva movida estaba en marcha.

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Última modificación: 01-07-2023, 04:17 AM por Rhooh.
Modo Sennin Perfecto


Realmente, es que no tenía un as bajo la manga. Se quedó y pensativo, casi con una cara que representaba aburrimiento. El lanzamiento certero de los Kunai, destinados a impactar ferozmente en puntos "vitales" por así decirlo, no dieron en el blanco. Al contrario, solo bastó con que la fémina realizara un elegante movimiento con su cuerpo, lo cual permitió que el par de proyectiles pasaron de largo, emitiendo ese característico sonido al cortar el aire a su paso — Nada mal. — 


Habían diferentes maneras de iniciar una ofensiva que bien podría resultar en nada o podría resultar mortal. Rhooh se define como un Shinobi frió y absolutamente calculador. Desde que era apenas un Genin, tuvo que lidiar con bastantes usuarios bendecidos por Gekkei Genkai que lo superaban en un abrir y cerrar de ojos. Los envidiaba bastante, quería haber nacido con tal don otorgado por los "Dioses", pero su destino fue seguir la senda del Ninja sin nada especial, tuvo que volverse especial él mismo con el uso de una técnica antigua que miembros de su Familia han usado durante cientos de años. " ... " 


Un chasquido con la lengua expresaría su desagrado, tras percatarse del río de lodo que se avecinaba hacia él — Doton — Musitó sonriendo, la verdad es que le veía más pinta de Usuaria de Suiton, tal vez Raiton. Rhooh sin dudarlo, inició una veloz carrera hacia su derecha, sin quitarle la vista de encima a la menor. El movimiento ejecutado, le permitió no ser arrollado por el río de barro, alejándose unos seis metros de este " Veo que se acercó solo cinco metros para lanzar eso, quiere decir que su rango de alcance es..." Esbozó una sonrisa, visualizando una nueva tanda de sellos. Sentía curiosidad.

Mientras continuaba con su típica carrera estilo Naruto: brazos extendidos hacia atrás y cuerpo ligeramente inclinado hacia adelante. De un rápido salto (derecha, hacia la misma dirección que corre) combinado con una pirueta, aterrizaría ahora a cinco metros, evadiendo por muy poco el peligroso proyectil de barro y la pequeñísima bola de fuego, la cual le quemó unos pelos. Cómo una rápida respuesta realizó un sello característico de naturaleza Katon, era el sello caballo, moldeando chakra en su interior y transformándolo en fuego, corrió hacia la muchacha, acortando cinco metros y lanzarle un chorro igneo (se ha alejado a quince de un salto) — Somos como dos gotas de agua, vaya sorpresa.— Decía en referencia, tras saber que posee Katon y Doton, las mismas naturalezas de Chakra que posee Rhooh.

Katon: Ryūga Gotoku


El poderoso chorro de fuego, que antes de iniciar su recorrido, se podría visualizar el batir de alas de un dragón europeo y se transformó en unas hambrientas llamas tan poderosas y de gran rango, lo suficiente para ocultar el cuerpo de Rhooh, que iban abriendo el suelo a su paso, iluminando el terreno con un sangriento rojo. La intención es que impactase contra ella y la envolviera en fuego, no creía que algo como eso la fuera matar, ya que desde hace poco ha mostrado gran agilidad para evadir cualquier ataque que le sea lanzado. Tal vez, una experiencia cercana a la muerte, le daría un buen susto y algo de calor.

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stats y gastos
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Habían empezado a bailar y hasta ahora las cosas pintaban interesantes. Una sonrisa ladina se esbozó en sus labios cuando el jounin hablaba sus movimientos. Si, Bisha tenía muchos años de experiencia, así como Rhooh, pero por lo mismo, aquella batalla estaría a otro nivel.

Las acciones de la rubia, sin embargo, llevaban al pelilargo a moverse hacia su izquierda y posteriormente esquivaría todos sus ataques uno tras otro. Sabía perfecto como se podía llegar a mover con el Senjutsu y no era para nada irrisorio que sorteara como si nada todos los ataques de la Senju.

Ella lo siguió con la mirada y supo entonces que algo estaba tramando. Después de sus piruetas y evitar por poco el ataque de la rubia, haría un único sello de manos para posteriormente empezar a inflar sus mejillas y pulmones, el color rojizo era notorio y era señal, por técnicas que ella conocía, que lo que se avecinaba no era bueno.

Correría hacia la rubia y esta en su lugar abriría los ojos perpleja y hacia una tanda de sellos. La velocidad del chico sobrepasaba la suya y claro, no tendría demasiado tiempo de reaccionar hasta que llegaron a diez metros, cuando un chorro de fuego ígneo correría directo a la rubia quien buscaría meterse debajo de la tierra a varios metros con el fin de esquivar el ataque ígneo.

Al disiparse, Rhooh vería el campo impregnado de fuego, mismo que empezaba a desvanecerse y posteriormente, un agujero en el piso, señal de que la rubia ahora estaba debajo de él.

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Última modificación: 09-07-2023, 02:38 AM por Rhooh.
En su ejecución de la peligrosa técnica ignea, no escuchó los gritos de dolor de la fémina. Lo cual sería lógico, conoce el potencial de su ardiente técnica y sabe que esta puede quemar hasta la muerte a múltiples enemigos, de agarrarlos descuidados. " Es más ágil de lo que parece o su defensa es bastante... " Abrió los ojos de par en par, cuando el fuego se deshizo con el aire. Ella ya no estaba ahí, no habían cenizas de su formidable cuerpo, en teoría no quedó rastro de la Senju. Y una vez más, reconociendo la capacidad de su propia técnica, supo que algo no estaba bien.

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— Vaya, creí que me habías dicho que tus "habilidades fuertes" son a corta distancia. ¿Así sueles entrenar, señorita Bishamon?— Vociferó con los brazos extendidos a los lados, mientras una media sonrisa adornaba sus labios.¿Acaso le estaba invitando a que siquiera se acercara a intentarlo? Vamos, ella anteriormente había dicho que sería divertido, y esa diversión se esfumó desde que el sabio comenzó a hacer uso de la energía natural. 


Sea cual sea la razón de su inexplicable desaparición, el albino mantiene una profunda respiración y concentración, como si se estuviera preparando para ejecutar una mortal técnica que incendiaria todo el campo de batalla. Una mano permanecía en la empuñadura de la Katana y emitió unos espeluznantes silbidos.
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Quizá se había movido con rapidez y salvado por los pelos, pero lo cierto era que los movimientos de la rubia no eran más que una fachada para lograr pillar al pelilargo. Poco a poco, el tiempo seguía avanzando y lo que había comenzado como un entrenamiento sin ninguna intención, se estaba convirtiendo en un combate un tanto acalorado. Pronto, según sus cálculos, el jounnin de konoha empezaría a sentir la fatiga por el uso del senjutsu, una fatiga que bien conocía ella. En ese momento, atacaría ella.

La pregunta era ¿Estaba el chico listo para ver a la rubia en todo su esplendor y combate? Oculta, y a pesar de escuchar las palabras del contrincante, empezaría a tratar de avanzar con su plan siempre y cuando el otro le permitiera. Ambos eran doton, seguro aquella estrategia no era lo suficientemente buena, pero nada perdía con intentarlo.

Por otro lado, la batalla estaba a punto de dar un giro un tanto especial. El área donde estaban los chicos había empezado a oscurecerse un poco, consecuencia del clima y claro, probablemente empezaría a llover. Vientos gélidos empezaban a hacer presencia en el campo de batalla.

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