Llegaríamos al dichoso pueblo, un sitio bastante pequeño en comparación a la propia aldea de este país o de otros.
- ¿Y cómo es que llegaste acá? - Lanzaría la pregunta, curiosa de mi pasado, quizás por que aún quería entender el porque de mi desaparición, pues había dejado bastante en el aire, cerca de una década de información que desvelar para ellos.
- Es un lugar tranquilo, mira a tu alrededor, esta gente vive tranquila, ignorantes de lo que pasa en el mundo, ignorantes de los horrores de los últimos años. - Señalaría saludando a algún que otro pueblerino que me alzara la mano como señal.
- Pero parece que muchas cosas han estado pasando últimamente. Vivir así no suena tan mal si lo pones de ese modo... - Se cruzaría de brazos pensativa, los engranajes en su cabeza trabajando a un ritmo bastante rápido solo para detenerse en seco al darle la razón
- No, no suena tan mal... - Diría con cierta pena en el rostro, mi voz ligeramente apagada al señalar aquello.
Pero cambiar el tema no sería tan complicado.
- ¿Crees que le alcance los Ryos para las especias? - Se detuvo en seco.
- ¿Eh? D-Debería haber sido suficiente, no creerás que está regateando con el sujeto ¿Verdad? Oh no... - Su hermano tenía razón, era tan paranoica como su padre, suspiré y puse mi mano en su hombro para calmarla, dejaría caer unos cuantos Ryos entre sus manos.
- Haha... Ten, no debería estar muy lejos, yo daré una vuelta por la plaza. Si te sobra un poco... Dense un pequeño gusto. - Terminaría desenmarañando un poco su cabello y me dispondría a dar una pequeña vuelta por la zona, había algo curioso en el ambiente.
Botan POV
No había sido un accidente, no me pregunten como, pero sabía que había sido a posta. Quien sabe que más pudiera haber pre-planeado, era excesivo, el detalle, las situaciones, todo lo que decía parecía tener un propósito... Mi mente trabajaría a mil por segundo mientras corría a toda velocidad por las calles de nuestro nuevo hogar hasta escuchar una conversación familiar.
- Lo siento hijo no puedo bajar más el precio. - Ahí estaba el cabezota, intentando regatear con el mercader.
- Mierda, supongo que volveré con las manos vacías. - Estaba frustrado, quizás esperaba una reprimenda por parte de papá, pero sabía que no era así, claro estaba que no podía simplemente decirlo. ¿Cierto? ¿Debería delatarle? No es que me beneficiara en nada pero... Parte de mi quería ver en que terminaba todo esto... Casi me tropezaría contra él.
- ¡Ahí estás! Hahh... Hahhh... Toma, papá te dio la cantidad equivocada... Hahhh... - Exclamaría agotada al poner los Ryos en su mostrador, no estaba segura de cuanto era, solo sabía que tenía que entregarlos.
- Incluso él no es tan metódico como dijeron que era. Vaya... - Oh hermanito si tan solo supieras...
El vendedor contaría los Ryos y añadiría unos pequeños trozos empaquetados de... ¿Carne seca? Una especie de aperitivo que no conocía, pero que mi querido hermano no dudaría en clavar el diente de buenas a primeras.
- Bien, todo parece en orden, las especias. - Entregaría el paquete solicitado.
- Y un poco extra por esos Ryos de más. - Diría con una sonrisa algo burlona mientras nos íbamos en busca de papá, quien curiosamente estaba sentado junto a un chico rubio de peinado extraño.
- Que estafa... - Murmuraría Shion al estar lo suficientemente lejos del lugar.
Mientras Tanto...
No podía creer que le había dado la cantidad incorrecta, imagina no saber puto contar... Hahhh... En fin, un chakra en el ambiente llamaría mi atención, y con algo de concentración sabría exactamente donde buscar, un conocido de hace no mucho que parecía visitar la zona.
- Te estaba buscando. - Me sentaría a su costado tomándole por sorpresa.
- Pequeño mercenario. ¿Algo que llame tu atención muchacho? - Le diría mientras observaba a los niños caminar en dirección mía, sus ojos clavados en ellos por una mente curiosa que asumiría lo obvio.
La voz de Botan interrumpiría la conversación mientras sentaba el diente en un aperitivo que había conseguido junto a su hermano, quien peleaba contra el empaquetado usando los dientes.
- Y ahí estás tu. Parece que alguien encontró un amigo para si mismo. - Dijo a modo de burla, había agarrado confianza muy fácilmente, no me disgustaba, pero sentía que podía darle problemas en un futuro.
- Haha... Niños, Zamuro. - Decidí abrir presentación al ser quien tenían en común.
- Es originario de estas tierras. Zamuro. Él es Shion. - Ambos saludarían a su modo, Shion cruzándose de brazos y haciendo una seña con la mano desde su cien apuntando al rubio
- Y Botan. - Quien se limitaría a apresurar lo que estaba comiendo y hacer una pequeña reverencia mientras veía como su boca aún masticaba el dichoso aperitivo.