Haciendo la ronda [MISION-C]
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Iwagakure no Sato, distrito inferior
20 Ichigatsu, por la mañana.

Iwagakure no Sato, capital shinobi del Imperio de la Tierra, un ejemplo de disciplina y victoria para las demás naciones que cayeron tras ella por la mano de Yogensha y sus seguidores, terror y orden era lo que traían sus fuerzas, pero también una extraña sensación de paz y prosperidad económica, ero solo era eso una sensación. No había pobreza en las calles porque los imperialistas se encargaron de reunir a lo que ellos consideraban "morralla" en los barrios obreros y mas pobres de las aldeas, solo gracias a duros años de esfuerzos es que el nivel medio se consolidó habiendo una clase media. Sin embargo los tres estamentos estaban claramente diferenciados, no solo por sus derechos o el dinero que ganaban, sino también por la cantidad de sol que podían ver. 

La Aldea de la Roca era única y especial, pues mientras que las demás aldeas se expandían a lo ancho, Iwagakure lo hacía verticalmente, aprovechando las cavernas bajo el suelo de la aldea original, creando una aldea que nacía en el corazón de la tierra y florecía hasta la superficie. Los agentes de paz se esforzaban en mantener el orden en las calles, sin embargo los últimos reportes indican una fuerte presencia de bandas y maleantes en el nivel inferior, era hora de dar fin a tanta batalla estúpida; pero los agentes ya no eran capaces de mediar con el conflicto por si solos. No, muchos ya no se sentían capaces de controlar esa zona, algunos pensaban que sería mejor sellar la entrada desde el nivel intermedio y dejar que se matasen, pero eso influiría en la economía general de la aldea, era una solución inviable. En cambio, decidieron tomar una más comedida y con un factor psicológico mayor, contratar shinobi para que hiciesen el trabajo sucio. 

Así pues, un joven Ashira sería llamado por un pergamino, tenía un nuevo encargo, hacer una patrulla por los tres barrios mas peligrosos del distrito inferior, tenía que poner orden y acabar con toda pelea que viese, mas no servirían las palabras, aquellas personas, frustradas y cansadas, habían encontrado una forma de vida mas productiva que luchar contra el imperio, luchar entre ellos mismos, generando un microclima propio allí. 

El primer barrio se encontraría en la zona norte del distrito inferior, podía verse el inicio de la decadencia en la entrada a la primera calle de este, donde las pintadas se acumulaban en las paredes y en las farolas colgaban unos faroles diferentes a los demás, adornados con sandalias de distintas tallas y procedencias. ¿Qué podría hacer nuestro héroe? ¿Sería capaz de luchar contra los suyos? Solo él devenir de los acontecimientos podría decirlo.
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[espe=GEN][maestria=YIN]
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Última modificación: 24-01-2023, 06:41 PM por Akaza.
Había vuelto a Iwagakure tras un largo viaje, este había sido muy nutritivo, había aprendido y había servido de impulso para coger perspectiva de como funciona el mundo fuera de este agujero. Mis padres habían estado preocupados pues temían que me hubiese pasado algo ya que retrasé la fecha de vuelta a causa del mal tiempo en mis viajes, pero ahora estaban contentos de poder recibirme, había llegado en la tarde-noche del día anterior y me había pasado toda la cena contándoles historias sobre lo que había visto. Tras la cena se hizo entrega en mi casa de un pergamino, un encargo de la policía militar, probablemente el rubiales me estaba dando trabajo y eso implicaba ayudar al imperio lo cual, al menos en parte, detestaba.

Tras abrir el pergamino y leer su contenido me alegré mientras mis padres hacían lo contrario, debía patrullar la zona para evitar revueltas, peleas y problemas, mis padres estaban preocupados pues conocían las complicaciones que podía tener un trabajo como aquel, había gente peligrosa y bruta entre las bandas de aquel distrito. Por mi parte me arregle, en los últimos años las bandas ni si quiera peleaban por obtener justicia o evitar que el imperio les pisotee, no, peleaban entre ellas por el poco poder que quedaba a repartir. Sería el trabajo perfecto si podía ganarme la confianza del imperio con aquel trabajo mientras demostraba a los rebeldes que tienen que dejar de pelear entre ellos para organizarse. Cabe decir que era consciente del peligro que aquello significaba, como mis padres temían las bandas tenían gente realmente peligrosa, incluso conocía a algunos de ellos, me iba a preparar en condiciones para aquel trabajo.

Llegó la mañana siguiente, me levanté, duché y desayune fuerte para comenzar con los preparativos, llevaría el atuendo habitual, pantalón flexible, camiseta, sandalias de madera y capa ancha. Portakunais en el muslo derecho e izquierdos y porta utensilios en la cadera ladeado hacia la izquierda y derecha, los 4 ocultos por mi capa. Usé la boca de mi mano para crear 5 hormigas, utilicé pintura negra de mi padre que trabajaba en la construcción y una brocha para con suma delicadeza pintarlas todas de negro y finalmente dejé un kunai atado a 5 metros de hilo metálico que después guardé en su respectivo lugar. Mentalizado para la labor que me esperaba salí tras tranquilizar a mis padres, directo a la zona norte donde debía de empezar con la guardia, uno de los peores barrios. Me puse la capucha y me pegué a las paredes para caminar por aquel lugar, las hormigas de arcilla me seguían de cerca intentando camuflarse con las irregulares calles de la zona. Patrullaría cuanto fuese necesario intentando seguir rutas irregulares, si no encontraba mayor problema pasaría al siguiente objetivo.
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Técnicas, objetos y atributos iniciales
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Última modificación: 24-01-2023, 07:48 PM por karibachi.
No pasó mucho tiempo hasta que llegase nuestro patrullero, preparado y totalmente mentalizado par llevar a cabo su ronda, encapuchado y cubierto por su capa, caminaba discreto cerca de los soportales, procuraba no ser observado, pero no se dio cuenta que esa vestimenta en aquella zona era lo menos común del mundo, parecía un payaso en un entierro. Eso fue lo que hizo que no tardasen demasiado en ir a molestarle las moscas, pues en uno de los callejones por los que cruzó tres ratas lo estaban esperando. 

Vestidos con ropas ligeras, pues el calor del distrito inferior era elevado, tres tipos rodearon al sujeto, sin darse cuenta que escondidas por los recovecos y bolsas de basura estarían sus creaciones de arcilla blanca, aquellos despojos que la sociedad había dejado de lado se conformaban siendo dos delante del ninja y uno detrás, todos a unos cinco metros de distancia del shinobi. Uno de ellos, el de la izquierda, rapado y con una camiseta de tirantes blanca y ajustada reía. -Vaya, vaya... Parece que hemos encontrado un donante.- Este sacaba una navaja de su bolsillo, mientras el de la derecha, vestido con una chaqueta verde y unos pantalones anchos desenrollaba de su brazo una cadena de un metro de largo. En aquel momento el de la trasera aprovecharía, cargando con un bate contra su objetivo, intentando darle un golpe en su cabeza como si quisiera sacar le pelota del campo, proveniente de la izquierda del shinobi. 

Esa sería la señal, el que habló en primer lugar atacaría sin miramientos, yendo a apuñalar su costado derecho, el tercero, portando su cadena esperaría a ver que sucedía con sus compañeros, con suerte él no tendría que participar en aquella contienda. 

movidas
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[espe=GEN][maestria=YIN]
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Última modificación: 24-01-2023, 09:40 PM por Akaza.
Pronto comenzó el primer conflicto, había cometido un error con las ropas, si bien me ayudaban a no ser reconocido llaman la atención a causa de que el resto vestía con ropas mas sueltas. Un grupo de maleantes me acorraló y me hizo darme cuenta de que aquel trabajo iba a ser mas complejo de lo que yo creía, no por aquellos tres tipos sino porque intentar predicar como si de un cura se tratase que debían de unirse para pelear contra los de arriba sería una tarea que involucraría a los líderes de aquellas bandas, peligroso. No sabía como lo iba a hacer, pero estaba empeñado en arreglar las cosas de verdad, desde abajo, matar a aquellos tres tipos no era una opción, quería intimidarlos para después influir en sus decisiones. Mientras me rodeaban jactándose de su buena presa las hormigas se posicionaron cerca de ellos, iban armados y aunque probablemente podría vencerlos en cuerpo a cuerpo prefería no tener que verme en esa tesitura.
 
Me parece que os habéis equivocado.
 
Dije con un tono serio y turbio buscando intimidarlos junto con mi siguiente acto, golpeé con fuerza el suelo con mi mano en un movimiento lo mas veloz posible, aquella técnica que había aprendido generaba un pequeño seísmo zonal. Habían avanzado aproximadamente un par de metros cuando el temblor se produjo, las hormigas se elevaron en el aire a causa de este precipitándose después contra el suelo y explotando al contacto junto a cada uno de ellos, si bien no era un estallido del otro mundo si esperaba que la combinación de acciones les intimidase lo suficiente para dar por finalizado el encuentro. No obstante, para cumplir tal objetivo mis palabras tenían que ser tan agudas como mis jutsus, tenía que dar en el clavo y eso no era fácil. Comencé a hablar mientras me apartaba hacia un lateral intentando ocupar una posición en la que mis espaldas estuviesen cubiertas, en cuanto estas lo estuvieron caminé hacia atrás mirando hacia ellos. Mientras tanto mis manos inquietas comenzaban a hacer sellos para realizar otra técnica por si mi sátira no era suficiente.
 
Habéis tenido mala suerte, habéis dado con alguien de un nivel diferente al vuestro. Ahora tenemos dos opciones, os aplasto el cráneo ahora mismo acabando con vuestras vidas o paráis de asaltar a la gente de la calle. Si os obliga vuestro jefe me lleváis ante él, no hay segundas oportunidades.
 
En todo momento un tono de voz serio y directo, quería dejar claro que no iba de farol y evitar si es posible dejar KO a aquellos tipos. Siempre buscaría situarme a unos 5 metros del más cercano atento a cualquier percance que pueda surgir o a cualquier objeto que me puedan lanzar.
 
 
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Técnicas
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El ninja se desenvolvió de una manera excelente, su preparación hizo que sus enemigos no supiesen de donde les venía el ataque, pues tras aquel golpe contra el suelo, logró que sus enemigos cayesen al suelo desequilibrados y que las pequeñas hormigas que se habían ocultado previamente rebotasen contra el propio suelo para detonarlas cerca de ellos. Aquella explosión hizo que sus ropas y su piel se llenasen de hollín y sus mentes se enfriasen un poco, aunque no demasiado. 

quemaduras de primer grado poseían sus cuerpos ahora, nada grave, pero desde luego molesto, sorprendidos tardaron un instante en reaccionar, pero no se lo pensaron mas antes de volver a cargar contra el ninja, ahora casi apoyado sobre la pared de la derecha.-No sabes con quien te la juegas payaso.- Así pues, aquel que portaba el bate se arrojaría de nuevo, intentando dar un golpe a la pierna izquierda del shinobi, mientras que su compañero rapado arrojaba su navaja hacia el torso del ninja que, de ser golpeado en su pierna, su cabeza se interpondría en la trayectoria del proyectil. Su ultimo compañero, el mas sensato al parecer, corrió por el callejón, huyendo despavorido mientras dejaba a sus compañeros en medio de la batalla. ¿ Qué pretendía con ello? ¿Estaría huyendo realmente? Si así era quedaba claro que la lealtad no era su mayor virtud. 

Aquellas explosiones no pasaron desapercibidas, por la estrechez del callejón el sonido reverberó, provocando un gran estruendo en las calles aledañas, lo que hizo que algunas cabezas sobresaliesen por las ventanas con cautela para ver que había pasado, observando que desde la entrada de la bocacalle salía una ligera humareda de color negruzco. 

movidas
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[espe=GEN][maestria=YIN]
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Todo aconteció como esperaba, el temblor tiró al suelo a los maleantes y a su vez hizo de detonador natural para las pequeñas creaciones de arcilla, por desgracia mi sátira no sirvió de nada y pronto contestaron con amenazas. Uno de ellos si que abandonó la zona corriendo por un callejón, pero los otros dos volvían a la carga, el del bate y el de la navaja, acabé de finalizar los sellos que había comenzado preparando un arma de doble filo, defensa y ataque. Tres rocas de un tamaño similar al de dos cabezas humanas se generaron a mi alrededor, las tres levitaban en el aire protegiendo mi parte frontal. La primera buscaría interrumpir la carrera del tipo del bate con un fuerte golpe en la cabeza, la segunda buscaría bloquear la navaja que había sido lanzada hacia mi mientras continuaba cogiendo velocidad y la tercera buscaría realizar un impacto directo en el macarra con bate.

¡¿Eres ciego o sordo?! No estáis al nivel.

Dije enfadado mientras sacaba un kunai de mi estuche derecho y la piedra que solo había bloqueado cogiendo velocidad impactaba ahora en la cabeza del tipo del bate, lancé finalmente el kunai hacia el pecho del tipo del bate intentando prestar parcial atención al de la navaja que ahora había perdido su arma predilecta.

¡Hostigáis a la buena gente que casi no tiene para alimentar a sus familias mientras los de arriba os tratan como a la peste! ¡¿Quién es vuestro verdadero enemigo?!

Grité a pleno pulmón sin darme cuenta de que la gente había salido a las ventanas a ver qué pasaba. Estaba listo para continuar combatiendo, pero esperaba que los matones al verse superados acabasen entrando en razón, si me era posible colocar desde el interior de mi capa un sello explosivo en uno de los kunais aplicándole un mínimo de chakra para activarlo. Nuevamente con pasos cortos y seguros trataría de avanzar un poco hacia mi espalda con cuidado de no chocar contra la pared para combatir siempre a una distancia prudencial que no implique jugarse el pescuezo a corta distancia dónde todo puede salir mal o un golpe azaroso te puede dejar inconsciente. Sabía que algunos de los malhechores que frecuentaban la zona eran cabezas huecas, pero… ¿Hasta qué punto iban a insistir en una batalla fuera de su alance? No quería tener que matar a nadie y si era posible ni si quiera dejar a alguien inconsciente, creo que el mensaje cogería más fuerza sin heridos.

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Tecnicas, daños y atributos
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Fiel a sus amenazas el ninja volvió a golpear a sus atacantes, esta vez no usaría su artístico estilo, no, usaría algo mas tosco, pero también mas efectivo, pues gracias a tres rocas que comenzaron a levitar a su alrededor con velocidad, atacó al hombre armado con la madera, no sin ingeniárselas para detener la trayectoria de la navaja del segundo macarra con el que tenía que vérselas también. Esto provocó que el pobre hombre saliese despedido contra la pared, quedando gravemente herido, la verdad era que utilizar esas técnicas a tan corta distancia podía ser fatal para el afectado, aquel pobre alma pudo escuchar el crujir de dos de sus costillas al chocar contra la fachada; cayó al suelo escupiendo sangre, por suerte venía de su boca y no de sus pulmones, parecía ser que se le habían saltado unos cuantos dientes, los suficientes para no sonreír en las fotos. 

No obstante su compañero no se quedaría rezagado.-Tu no sabes con quien te metes idiota.- Dijo en el momento que vio que las rocas iban a por su amigo, este cargó contra el ninja para hacer un barrido que dejase a ambos en el suelo, ese tipo parecía saber algo del combate cuerpo a cuerpo, para ser más exactos sobre judo, un arte marcial que busca inmovilizar y dislocar las articulaciones de su oponente. Si lograse tirarlo al suelo este intentaría ponerse encima para inmovilizarlo de las cuatro extremidades ¿Qué pretendía con eso? Quizás dar tiempo a su amigo a recuperarse un poco para que lo ayudara, pues se podía ver al otro que, aunque estaba lastimado, comenzaba a levantarse muy lentamente. 

Del tercero no se supo nada ¿Era cierto que había huido? Pudiera ser, pero si se presaba atención podían escucharse voces lejanas, voces que no parecían demasiado contentas, estas se acercaban hacia la posición del Ashira, seguramente para nada bueno. ¿Qué es lo que nuestro héroe podría hacer? Desde luego la situación podía ponerse verdaderamente peligrosa para él ¿Sería su valor y fuerza lo que prevaleciese, la astucia y la estrategia o la cobardía y el miedo? 

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Última modificación: 25-01-2023, 02:01 PM por Akaza.
Había noqueado con éxito al tipo del bate, no presté mucha atención a cuan grave había sido la retahíla de impactos rocosos contra su cuerpo, pero por lo que percibía con la visión periférica si que había sido una buena tunda. Metí mi mano en el estuche para preparar una treta, pero el tipo que me había lanzado la navaja no parecía desperdiciar un segundo, emprendió una carrera hacia mi posición acortando mi plan de acción, tan solo me limité a sacar un shuriken sin ningún tipo de accesorio, un arma más pequeña y mas ágil, la sostuve con la izquierda.

Por suerte para mi aún no había desactivado el jutsu anterior y las rocas estaban listas para servirme, a toda la velocidad posible se dirigieron hacia el único matón que seguía en pie, dada la situación actual las rocas venían esta vez desde su ángulo ciego, buscaron impactar la espalda baja y las piernas del tipo para así derribarlo. Por mi parte me preparé para esquivar la embestida, en cuanto vi la carrera comencé a desplazarme a velocidad media para añadir distancia a la carrera del matón y así dar tiempo a mis rocas a alcanzarlo antes de que este me impactase. Si todo iba bien las tres rocas le darían en el cuerpo, momento en el que yo aprovecharía para darle una fuerte patada en el cuerpo, finalmente si la situación me lo permitía lanzaría el shuriken hacia el pecho del tipo del bate.

¡Tu quieto!

Grité al darme cuenta de que mis voces no eran las únicas que se escuchaban, algo o alguien se acercaba. ¿Refuerzos? Era lo mas probable, por un lado, el tipo que había salido corriendo bien podía haber dado la voz de alarma y si eso no fuera suficiente el ruido de las explosiones habría llamado la atención de muchos. Tenía la pequeña esperanza de que las nuevas incorporaciones al terreno de batalla fuesen de una banda rival a la que acababa de atizar, eso me daría cierta ventaja táctica. Todos estos acontecimientos habían sucedido en un corto periodo de tiempo, si me daba tiempo en cuanto obtuviese confirmación visual de haber noqueado a aquellos dos comenzaría a prepararme.




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Técnicas, daños y atributos
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Los pobres hombres no supieron de donde les vino el golpe, pues el ninja, astuto y hábil, decidió moverse a un lateral con respecto al hombre, entrando mas en la calle para poder esquivar aquel barrido desesperado que el rapado aconteció, haciendo que derrapase por el suelo para frenar con los pies en la pared. Ese fue su momento, Akaza aprovecharía esa situación de asueto para atacar con aquellas rocas que había formado previamente, golpeando por la espalda a aquel hombre que intentó cargar contra él, justo en el momento que se levantaba del suelo, para mas inri. El golpe sería muy doloroso, haciendo que incluso saliese despedido hacia la dirección del shinobi un metro, quedando malherido y, con muy mala suerte, quizás paralítico. Eso no le bastaría, no Akaza necesitaba terminar con eso, golpeando su cabeza ahora que el pobre chico estaba de rodillas, dejándolo totalmente noqueado mientras un charco de sangre salía de su boca, al menos aún respiraba. 

Solo quedaba uno en escena, un hombre al que le estaba costando horrores levantarse, lográndolo poco a poco solo para verse con el infortunio de tener que seguir luchando, aunque no le daría tiempo a ello, ya que el shinobi sabía que se estaba levantando, no pasaba nada por alto, arrojándole un shuriken al pecho, impactando en la zona alta izquierda, quedando mas o menos al lado del hombro, logrando causar daño suficiente para colapsar la mente de ese tipo, pero sin alcanzar ningún órgano vital, sobreviviría, por el momento. 

Todo parecía haber acabado, pero no era así, al contrario, pues desde el fondo de la calle podían verse a otros tres hombres llegando hacia el Ashira, uno de ellos ya era conocido por él, el tipo encadenado y de chaqueta verde de antes, por lo visto no había huido sin mas, solo fue a buscar refuerzos, para desgracia para sus compañeros llegó demasiado tarde. Los dos nuevos mirarían desafiantes y extrañados por partes iguales al ninja mientras su compañero de verde ropaje lo señalaba con pocos modales. -Es él, es quien nos ha dado una paliza.- Dijo victimista, aunque tampoco es que les importase demasiado a sus aliados que la pelea la originasen ellos. Estos eran algo mas corpulentos, mas por su tamaño que por sus músculos, pero lo suficiente como para que una persona de a pie se cambiara de acera al verlos de frente en la calle. El de la izquierda, Sin camiseta y tatuajes de dragones chinos dorados en sus brazos portaba un puñal largo, mientras que su compañero, cuyo rasgo más característico era una perilla trenzada que tapaba su cuello, al igual que una larga trenza muy bien hecha y recogida salía de su cabeza, portaba un palo de gran longitud, para ser exactos de un metro setenta de tamaño, todos preparados para atacar.

El primero en abalanzarse fue el que tenía aquella espada corta, arremetiendo contra su enemigo para dar un corte horizontal a la altura del vientre, su intención era cortarlo en dos para dar por zanjado el problema, incluso se agacharía un poco para que su otro compañero, el que cargaba aquella cadena atacaría hacia la cara del shinobi, parecía que querían acabar con el pobre ninja con premura, seguramente solo buscarían inutilizarle para poder torturarlo antes de matarlo, triste realidad. Por otro lado, el tercero, que portaba aquella vara de madera, parecía ponerse en posición, preparado para atacar si todo salía mal. 

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Última modificación: 26-01-2023, 09:41 PM por Akaza.
Las rocas, el shuriken, el golpe, todo funcionó correctamente y dejó a ambos tipos inconscientes, estaba seguro de que cuando se levantasen recordarían el dolor de los impactos y esto les haría reflexionar. Por ahora me había salvado de todas, pero me repetía a mi mismo una y otra vez que no debía confiarme, en cualquier momento las cosas podrían torcerse mas de la cuenta y meterme en un callejón sin salida. ¡La guardia alta! Los ruidos que había escuchado a lo lejos se hicieron más prominentes así que me giré hacia ellos, allí estaba a lo lejos, el tipo de la cadena con dos nuevos matones acercándose hasta mi posición, por lo que intuía no venían a agradecerme el trabajo de limpiar las calles de delincuentes.

Al parecer el de chaqueta verde no era tan cobarde como parecía, había ido a por refuerzos en el momento en el que me vio utilizar el primer jutsu, intuí entonces que sus acompañantes quizás eran combatientes más hábiles que sus antecesores. Uno de ellos, muy tatuado, portaba una especie de puñal de buen tamaño, el otro portaba una elegante perilla y una especie de bō, eran mas grandes que los anteriores, debía de esperar mas resistencia y la primera manera de comprobarlo era reutilizando mi primera técnica bélica, un fuerte golpe al suelo capaz de generar un pequeño seísmo zonal.

Sabía que aquello no era suficiente por lo que en cuanto golpeé el preparé una nueva treta sin darles la espalda, había realizado aquel jutsu para ganar tiempo, tiempo que invertiría con mis manos bajo mi capa, busqué coger dos sellos explosivos, uno con cada mano, para así apretarlos y arrugarlos aplicándoles un ápice de chakra. Los lancé, uno cercano a cada uno de los dos que se habían adelantado a golpearme, un poco pasados de fuerza para que explotasen ligeramente en su espalda. No desperdiciaría un solo segundo y trataría de dar un par de saltos sin perderles de vista para recuperar la distancia.

¿¡No habéis aprendido la lección!?

Grité tratando de captar su atención para que no se percatasen, o al menos con dificultad, de los extraños movimientos que realizaba bajo mi capa. La cosa se estaba complicando, mis reservas de chakra no eran ni mucho menos infinitas, contenerme en combate solo complicaba aún más el asunto y si seguía llegando gente podía caer en cualquier momento. No necesitaba vivir lo que ocurría cuando una de las bandas peligrosas te capturaba, bastantes testimonios de familias desoladas habían escuchado ya. Ser capturado no era una opción así que la opción de contenerse quedaba oficialmente descartada.


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Técnica, daños y gastos
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Aquellos hombres parecían confiados de su fuerza, no se lo pensaron dos veces antes de abalanzarse contra ese chico, ni siquiera pensaron en como sus compañeros podían hacer sido tumbados de forma tan desmedida, estaba claro que el tipo que tenían delante no era un hombre normal, y esa falta de pensamiento sería castigada. 

Los dos primeros en cargar contra él fueron los primeros en sentir el temblor, perdiendo el equilibrio antes de llegar a su destino, caerían al suelo, pero no les daría tiempo a llegar antes de escuchar una ensordecedora explosión, dos sellos explosivos que el shinobi había arrojado de forma astuta y rudimentaria. Aquella explosión, tan cerca de sus cabezas, no lograron mantener la consciencia de los cerebros que encerraban, aquel impacto, con suerte, los dejaría con graves cicatrices en sus rostros, rebotando sus cárneos contra las dos paredes de los lados para acabar yaciendo en el suelo sobre crecientes charcos de sangre. El tercero, aunque mas precavido que sus compañeros, no logró prever aquel golpe contra el suelo, haciéndolo caer en la misma trampa que los dos anteriores, siendo desequilibrado y sintiendo dos explosiones frente a él, por suerte, para este sujeto, la distancia entre los sellos explosivos y él fueron suficiente para que el daño no fuese tal como el de los dos caídos. 

Salió despedido dos metros, quedando unos seis metros del ninja, que tras sus pequeños saltos serían hasta ocho metros los que les separaban, así pudo levantarse con dificultar, había recibido mucho daño, seguramente tuviese un par de costillas rotas y su nariz ya no estaba colocada de la misma forma que cuando empezó el combate, ensangrentada e hinchada se veía rota. Sin importar su estado se sujetó a si mismo usando el palo de bastón, mientras con su otra mano sacó una navaja de su trasera, arrojándolo contra su enemigo, tal así tenía la esperanza de poder acertarle en una pierna, quizás eso no lo mataría, pero lo dejaría tocado, él sabía que sus compañeros lo buscarían. 

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[espe=GEN][maestria=YIN]
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Última modificación: 27-01-2023, 12:44 PM por Akaza.
El temblor tumbó a los tres matones en el acto, la potencia de aquella técnica parecía ser increíble, no era su daño sino su aspecto defensivo de interrumpir cargas enemigas lo que me hacia apreciarla tanto. Tras tumbarlos los sellos explosivos explotaron en posiciones cercanas a donde había apuntado, si bien mi precisión no era nada del otro mundo la distancia era tan corta que poco podía equivocarme. Aquella pareja de “Booms” llamaría la atención de más de uno, no era algo excesivamente positivo pues podría llamar a más hombres, así como alertar a los vecinos, no obstante, en algún momento aquel grupo de matones se sentiría amedrentado por sus derrotas. ¿O no? Tenían que tener un límite.

¿Qué coñ…

El tipo del Bo seguía consciente, dos explosiones en sus narices y aun conservaba fuerzas para levantarse. ¡No solo eso! Parecía querer emprender un ataque, no podía ser menos perseverante que el si quería cerrar aquel asunto. Iba a aprovechar que mi único enemigo actual estaba dolorido para no desaprovechar chakra y tratar de rematarlo sin el uso de este. En cuanto lo vi recomponerse avancé ligeramente para asegurar mi próximo lanzamiento, nuevamente no era la persona mas diestra del mundo en lo que a las armas se refiere así que si podía obtener una seguridad adicional de acertar mi ataque mejor que mejor. Mientras avanzaba dos escasos metros mis manos buscaba dos Shuriken en mis estuches, uno con cada mano, no me dio tiempo a lanzarlos, de algún modo aquel tipo se las había apañado para lanzarme un proyectil de filo. Hice mi mayor esfuerzo para apartarme hacia un lateral y esquivarlo mientras preparaba mi lanzamiento que se haría efectivo justo después, tanto si mi esquiva tenía éxito como si no.

La zona estaba hecha un cuadro, heridos por todas partes, marcas negras en el terreno de las explosiones, manchas de sangre, armas desperdigadas… Mas que una calle aquello parecía un campo de combate, no sabía si había acabado con mi cometido, pero por si las moscas en cuanto comprobasen la efectividad de mi lanzamiento comenzaría a preparar nuevas tretas y recursos que aumentasen mis probabilidades de supervivencia por si las cosas se ponían feas. Hice un barrido visual para tratar de situar a los heridos y a las armas que estos habían soltado al caer inconscientes, quería hacerme una idea de cuales me podían servir y cuales no.
 
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Armas, daños y atributos
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Las heridas de aquel tipo parecían algo graves, pero no mas que su tenacidad y decisión, pocos se habrían levantado después de semejante explosión, pero ese hombre daría la vida por sus compañeros, era encomiable la fidelidad que poseían todos y cada uno de ellos. Sin embargo los daños, aunque no le impedían seguir luchando, si que le dificultaba el hacerlo, su precisión , aunque famosa en las tabernas de la zona, ya no era la misma, sobre todo con el rostro inflamado, al igual que la fuerza de su brazo no era la misma tampoco, parecía tener algún musculo desgarrado. Aquello sería una fortuna para el ninja, que gracias a eso sería capaz de esquivar el torpe lanzamiento de su adversario, y no solo eso, logró acertarle dos pequeñas estrellas ninja a la altura de las clavículas, al menos no lo mataría, pero ese impacto le haría caer hacia atrás, golpeándose la cabeza y quedando inconsciente. 

Hasta ahora Akaza no había tenido demasiada suerte, nada mas comenzar su redada habían empezado los problemas, uno tras otro de forma incesante, tenía que aprovechar cualquier momento de tranquilidad que tuviese para reabastecerse y moverse, pues las explosiones y los temblores que él mismo había provocado llamarían la atención de mas personas, vecinos, civiles, pero seguramente también a mas amigos de los ya tumbados. Al menos tendría un par de minutos para respirar y, habiéndose hecho una idea de lo que le esperaba, para prepararse y pertrecharse de manera adecuada, pues quedaba claro que lo que estuviese por venir no sería menos duro que aquello. 

Los vecinos que miraban, mas que por miedo, era por morbo, parecían bastante acostumbrados a ver altercados y disturbios por aquella zona y era normal, pues el Ashira se encontraba en el barrio mas pobre de la aldea, cerca de locales sórdidos y las zonas de excavación, un ambiente muy poco aconsejable para vivir de ninguna manera. Quien sabe, tal vez aquellos chicos no serían así si su entorno hubiera sido distinto, si tan solo pudiera saberse, pero todos tenemos que jugar las cartas que nos han tocado, ni una mas ni una menos, el como jugarlas ya era cosa de cada uno. 


movidas
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[espe=GEN][maestria=YIN]
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La navaja pasó cerca de mi mientras que mis estrellas ninja impactaron en aquel tipo dejándolo inconsciente, menuda sangría. Parecía existir un momento de calma, no percibí ruidos de gente corriendo hacia mi posición o declaraciones de guerra que vaticinaban mi muerte, tenía que aprovechar aquello y comenzaría recogiendo alguna que otra arma mientras pensaba mis posibles jugadas, cabe decir que las recogí lo más pronto posible. Cogí dos shuriken y la cadena que enrosqué en uno de mis brazos, mientras recogía la boca de mi mano preparó 5 nuevas creaciones, en este caso pájaros de diminuto tamaño que pronto cobrarían vida revoloteando frente a mí. Saqué mis dos sellos explosivos restantes y los coloqué en dos de los pájaros aplicándoles solo un poco de chakra, después los 5 pájaros levantarían el vuelo buscando un lugar en el que pasar desapercibidos, o al menos la parte de que están hechos de arcilla. Buscarían moverse cerca de los tejados de las casas de la zona, expectantes a los nuevos retos de Akaza mientras yo me acercaba a los cuerpos mas dañados, los que habían recibido la explosión mas directa, me fijé en el de la cadena pues ahora portaba su arma y tome una decisión, finalmente colocaría su cuerpo boca bajo y arrancaría su camisa para tratar de hacer menos evidente la suplantación de identidad.

Continuar la ronda después de aquel desgaste no me hacía ilusión, pero era mi trabajo, aunque no me pagasen lo suficiente por ello, me desvíe un instante hasta el callejón para transformar mi apariencia en la del tipo de camisa verde y cadenas. Justo después me dirigí hacia la calle principal para seguir inspeccionando el barrio, las cadenas descansaban en mi mano izquierda, tan inquietas como yo. Estaba haciendo justicia, si bien aquellas gentes compartían levemente mis ideales sus caminos se habían torcido en gran medida, ya no sabían lo que estaba bien ni lo que estaba mal, tampoco eran capaz de distinguir al enemigo de sus aliados. Si se corría la voz de que alguien ajusticiaba a quien comete este tipo de actos quizás y solo quizás estos comiencen a cesar, no obstante, los líderes de las bandas son de naturaleza avariciosa, estaba seguro de que no dejarían sus negocios y su relativo poder, así como así. Si de verdad quería detener aquello debía de dar un golpe encima de la mesa mucho mas fuerte, que deje claro a los malhechores que hay una fuerza mas poderosa que ellos. ¿Era lo suficientemente fuerte para enviar ese mensaje? No lo sabía.


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Aquel ninja decidió hacerse de nuevo con sus armas, incluso con una de los asaltantes, agarrando la cadena para tener al menos algún arma contundente que pudiese serle de utilidad, también usó sus conocimientos ninja para ir preparado al hacer que dos pequeñas bocas que estaban en las palmas de sus manos masticasen arcilla blanca y la escupiesen moldeada en cinco formas de ave de pequeño tamaño que volarían cerca de su posición, apoyándose en los canalones y balcones del sitio, aparentando ser aves normales y, en ocasiones, esculturas decorativas. También pensó en que podía ser peligroso ir por ahí con un aspecto tan reconocible, era mejor pasar por morralla delate de la morralla, por ello decidió disfrazarse utilizando la técnica de imitación, adoptando la apariencia del mismo personaje a quien le robó su arma.

Prosiguió su ronda como debía, saliendo de aquel callejón y remontando la avenida principal del barrio, pudiendo así apreciar lo que se cocía por allí: Locales de dudosa legalidad, prostíbulos, calles sucias y desatendidas, neones que parpadeaban por a falta de mantenimiento; y gente por la calle, ruidosa y ciertamente poco cuidadosa de su aspecto, se notaba la humildad y austeridad en las ropas, al igual que en el ambiente, pues satisfacían sus de manera simple y básica, a diferencia de los ricos de la zona superior, envueltos en mantas y aún así siendo insuficiente para ellos, gente así era la que provocaba que aquella zona estuviera en tan deplorable estado. Durante su camino terminó escuchando un sonido sospechoso preveniente de una de las bocacalles, algo estaba ocurriendo entre aquellas callejuelas, voces y risas se escuchaban, pero también llantos y peticiones de ayuda ahogadizas, si el Ashira profundizaba, haciendo su trabajo por otra parte, podría ver como tres hombres estaban amedrentando a un pobre trabajador, delgados y musculosos todos, con ropa ajustada y oriental en la parte de arriba y unos pantalones bombachos negros, todos tenían peinados cortos o rapados y sus ojos tenían maquillajes que asimilaban a las escamas de una serpiente en tonos dorados. Sus cuellos se adornaban con gruesos collares dorados. 

Uno de ellos estaría sujetando por el pescuezo al pobre hombre, calvo por arriba, rellenito y, desde luego, aterrado, pero no sorprendido. Los otros dos lo miraban entre risas a la par que se burlaban del tipo. -Venga Gordo, solo queremos que aflojes la pasta y te vayas, esto puede durar lo que tu quieras.- Su compañero lo miró con algo de enfado, no parecía estar de acuerdo con lo dicho. -No jodas, yo he quedado mas tarde, yo digo que lo dejemos tieso y nos llevemos la cartera.- El tercero, que sujetaba a su presa, sonrió al escuchar eso, comenzando a apretar un poco mas. 

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Última modificación: 28-01-2023, 06:07 PM por Akaza.
Tras la preparación para la guerra, una transformación y un vistazo a la zona continué mi guardia ligeramente indeciso. Aquel lugar era la decadencia de la civilización humana, por mucho que caminaba no veía un solo local en buenas condiciones o en el que sus actividades fuesen mínimamente morales. Me encantaría acabar con todo aquello, pero no era mi labor, esta simplemente se limitaba a limpiar las calles, meterse a los locales era algo bastante más complicado, no obstante, una vaga idea comenzaba a rondar mi cabeza sin acabar de coger forma.

Pronto llegué a otra zona del distrito, igual de deprimente, en una de las bocacalles alguien gritaba, con mucho cuidado me arrimé lo suficiente para desde la distancia ver como tres tipos muy característicos abusaban de otro. Estos tres eran totalmente diferentes a los anteriores, si eran matones, pero vestían un estilo de ropa diferente, portaban peinados diferentes y sobre todo su maquillaje simulando unas escamas de serpiente doradas, eran de otra banda. Estaban amedrentando a un tipo exigiéndole dinero por algún motivo, desde la distancia mi mente comenzó a divagar olvidándome de aquella pobre alma por una causa mayor, el plan comenzaba a coger forma.

Si culpaba a unas bandas de los ataques que yo cometía en los territorios de otras se desataría una guerra, no tenía mucho sentido ir con mi apariencia a aquel lugar pues claramente era el terreno de otros malhechores, yo me había criado cerca de aquellas zonas y siempre había tenido conocimiento de ellas, podía preparar algo, aunque los riesgos eran altos. Una guerra en los distritos bajos implicaba daños colaterales y muchos, destrucción de zonas, torturas para obtener información, hasta podría salpicar a los barrios más tranquilos. ¿Merecía acaso la pena? Si, hacer que las bandas repletas de seres humanos sin moral se autodestruyan entre si sirviendo yo de mecha, aunque explote con ellos, creo que es una idea con una gran meta. No obstante, necesitaba un adalid, una figura que guíe. ¿Lo era yo? No, no creía tener tales capacidades, pero debía de ser alguien justo que junte fuerzas y evite que esto vuelva a ocurrir.

Agité la cabeza sacudiendo todas aquellas ideas, o mas bien, posponiéndolas, no podía comenzar a dinamitarlo todo como a mi me gustaba hacer mientras un pobre hombre estaba al filo de la muerte, lo primero era lo primero, aunque si mantuve mi apariencia actual para ir tejiendo las redes de aquel plan. Podría efectuar una explosión contra los tres tipos, pero el civil estaría en el rango de acción y resultaría gravemente herido, dejando las explosiones de lados mi potencia bélica se veía bastante limitada así que estaba en aprietos. Realicé una serie de sellos creando un clon ilusorio listo para seguir una única orden, correr a toda velocidad hasta pasar justo al lado de los matones y continuar por la calle de la izquierda que tenían justo al lado en plena carrera, no obstante este acontecimiento tendría que esperar al momento que yo había planeado.

Comencé a reducir la distancia respecto a aquel cuarteto despacio mientras agarraba la cadena por un extremo con la diestra y cogía un total de 3 shurikeins con la siniestra. Una vez alcancé la distancia de 5 metros con las espaldas de los matones hice una breve pero intensa carrera para reducir mi distancia con ellos y agitar la cadena de derecha a izquierda buscando golpear de una en una la cabeza de aquellos 3 tipos, mientras agité la cadena lancé los shurikeins a sus espaldas. Aprovecharía dicho movimiento de brazos para continuar con el desplazamiento de la cadena en 360º como si fuera un cowboy, en la segunda vuelta dejaría ir la cadena contra uno de los maquillados, concretamente al de mas a la derecha. Entonces retrocedería todo lo rápido posible hasta el ocultarme con el puesto que tenía detrás, justo en ese momento, como yo había intentado planear el clon saldría corriendo a toda pastilla por la calle de la izquierda, con suerte quizás aquellos matones lo seguirían o al menos se verían distraidos. 

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Aquellos hombres estaban muy centrados en su pequeño atraco, reían confiados y fanfarrones mientras ese pobre hombre se traumatizaba mas a cada segundo que pasaba, uno de ellos incluso se jactaba de su triunfo. -Estoy seguro de que este gordito tendrá una buena cantidad de dinerito. Vengo Masu, reviéntalo y cojamos el dinero.- No estaban siendo conscientes de que, entre las sombras, se acercaba aquel shinobi justiciero para aplacar esa fechoría, acechante se acercaba cuidadoso mientras preparaba una estrategia, generando una pequeña ilusión de si mismo, aunque con el aspecto que mostraba ahora, claro. Esta copia no se movería por el momento, pero mas adelante tendría una misión crucial, sin embargo, la atención se centraría ahora en el ninja real, ocultando su identidad con una artimaña básica de su entrenamiento. 

Se acercó hasta estar a una distancia bastante cercana, unos cinco metros, mientras aquellos tipos, mas o menos de su altura, centraban su atención en el delito que realizaban. No obstante, sin saber muy bien por qué, a esa distancia comenzó su carrera, desvelando su presencia a los demás con sus pasos, haciendo que dos de ellos, los que tenían las manos despejadas, rápidamente se giraron, sin poder preparar un contragolpe ante la arremetida de la cadena, pero si podrían defenderse. El mas cercano a Akaza levantó su brazo y lo recogió para poder cubrirse del golpe y coger con la otra mano aquella cadena. -Será cabrón. Este quiere aprovecharse, Masu suelta a ese y ayúdanos.- Dijo el mas alejado del Ashira mientras se abalanzaba contra él, sacando una navaja de su bolsillo, parecía bastante diestro con esta. El tercero, molesto por tener que interrumpir lo que estaba haciendo lanzó a su víctima contra el callejón y comenzó a correr contra el tipo que los había atacado, sin embargo se distrajo con algo, un hombre exactamente igual al que los estaba golpeando sin mediar palabra alguna corría hacía el interior de los callejones. -¿Qué demonios?.- Dijo este mientras corría hacia el tipo para perderse por las calles. 

Desde luego el plan no había salido como el pensaba, si tan solo hubiese mantenido su estado sigiloso y se hubiese acercado mas a sus agresores antes de atacar, su inexperiencia e impulsividad le costó una victoria rápida, tendría que luchar como se hacía antes, al menos había conseguido distraer a uno de sus atacantes con su copia ilusoria. En aquellos barrios los errores podían ser fatales, podían resultar en una muerte fatal o algo peor, sobrevivir con secuelas graves. 

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Última modificación: 30-01-2023, 12:06 PM por Akaza.
Cauto, despacio pero de manera segura, me estaba acercando mientras ya había preparado mi trampa, llegaba el momento de actuar y no me temblaba el pulso, esperaba que aquellos tipos no reaccionarían a tiempo si yo recorría una distancia pequeña y después utilizaba la longitud de la cadena para alcanzar sus cuerpos con éxito. Me equivoqué, la inexperiencia era un factor a tener en cuenta y que sin lugar a dudas me pasaría factura, no obstante la única manera de adquirirla era mediante el ensayo y el error aunque eso no me consolaba al ver en la situación en la que había metido. Un impacto, fue lo único que logré, las cadenas se enredaron en el primer tipo así que las solté de inmediato para no recibir un tirón y/o posible agarre por su parte.

Tuve suerte, en ese momento mi yo ilusorio pasó como un rayo al lado de nuestra posición alarmando y desconcertando a los matones, uno de ellos cayó en la treta iniciando una persecución, bien, uno menos.

¡Sal de aquí! ¡Rápido!

Le grité al hombre que estaba siendo extorsionado y que ahora había sido liberado de todo agarre, solo esperaba que fuese lo suficientemente listo como para aprovechar la situación para emprender una huida exitosa. El tipo que se me encaraba era el que no había recibido el impacto de la cadena, como no había sacado de su bolsillo una navaja, comenzaba a preguntarme dónde las fabricaban.  Mientras, dos de mis aves que no portaban sellos explosivos se acercaban descendiendo hasta la zona de batalla, el objetivo sería utilizarlas como arma distractora. Tenía dos opciones, tratar de realizar una técnica de seísmo para desestabilizarlos o bien invocar las tres rocas que ya antes me habían servido de ayuda, la primera opción implicaba un problema importante, el civil seguramente recibiese el mismo daño que mis oponentes durante la realización de aquella técnica, estaba descartada.

Comencé a hacer sellos tan pronto como me fue posible mientras daba tres salto hacia atrás tratando de esquivar el envite directo de aquel matón. Si las piedras se materializaban a tiempo, las tres buscarían impactar una tras otra en el tipo de la navaja para así interrumpir su ofensiva y dañarlo lo más posible, como ya había decidido antes no me iba a contener. Traté de sacar 3 shurikens con cada mano en cuanto me fue posible, si utilizaba aquellas armas, las rocas y los inocuos pájaros de arcilla como distracción tenía una buena combinación de recursos para plantar batalla.

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Técnicas, daños, gastos...

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Akaza había tenido un golpe de mala suerte, o mas bien poca preparación, así que tuvo que salir de la situación con habilidad y fuerza, algo que durante este día no le había sido desconocido, su nuevo disfraz era prueba de ello. Lo primero de lo que se preocupó fue de que aquel hombrecillo, ahora yaciente en el suelo, tembloroso y atemorizado, saliese de allí, dándole un fuerte grito que lo hizo reaccionar e intentar salir de allí lo mas rápido que pudo gateando, los nervios ni siquiera le dejaron pensar que pudiera levantarse y correr, aunque seguramente sus piernas tampoco le habrían respondido. No tendría mucho tiempo de ver si aquel tipo  huía o no, rápidamente tuvo que dar tres saltos hacia atrás para no ser apuñalado sin miramiento alguno, también tuvo que hacer uso nuevamente del chakra, convocando tres rocas que volarían contra el tipo que lo amenazaba con un cuchillo, dejando al otro que quedaba para después, ninguno de los dos pareció percatarse de lo que se avecinaba sobre sus cabezas, por suerte para el shinobi. 

Su plan había salido bien, ahora, pero el hombre que había agarrado la cadena se acercaba peligrosamente a él mientras mientras alzaba el brazo para golpearlo con dicha arma en la cabeza de forma circular, como el propio ninja hizo antes. Estaría cerca del shinobi, debería darse prisa  si quería evitar dicho golpe, pues además parecía tener las manos ocupadas bajo su capa, mas ¿Qué sería lo que tenía preparado? Solo el lo sabía. 

Por otra parte, aquel que había recibido el duro y frío golpe de aquellas tres enormes piedras, se levantó mientras se sacudía la cabeza y se reponía lentamente, aquel golpe fue duro, peor no suficiente para noquearlo, cuando ya se habría recuperado saldría de nuevo a la carrera contra su enemigo, procurando apuñalarlo en el estómago de nuevo, no obstante, esta vez no sería tan ingenuo como la primera vez, el ataque frontal era mas complicado, así que procuraría tomar una trayectoria cuerva para llegar a su oponente por la izquierda. 

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Última modificación: 31-01-2023, 10:03 AM por Akaza.
No se en qué idioma debía gritarle a aquel civil para que saliese del campo de batalla echando pies en polvorosa, casi necesita un cartel indicador. Finalmente y a duras penas comenzó a salir del escenario arrastrándose por el suelo presa del pánico, no tuve tiempo para seguir su salida de escena, todo se precipitó, comenzando por el matón que empuñaba la navaja. Pude evadir su ataque con sumas dificultades y realizar los sellos muy justo de tiempo para materializar aquellas tres piezas rocosas que hoy ya me habían servido de suma utilidad. Las tres impactaron en aquel tipo permitiéndome ganar tiempo y distancia, no obstante al no haber noqueado a ninguno de las dos las cosas seguian estando bastante feas. Gracias a haber retrocedido ahora me había situado frente a uno de los puestos cerrados colocados en el centro de la calle. Lance sin contemplamientos los shurikens que mis manos sostenían, 1 de ellos iría en dirección al tipo de la navaja, los otros 5 al que ahora agarraba con fuerza las cadenas, siempre apuntando al pecho.

Por desgracia el oponente tampoco iba a cesar de hostigarme, el de la cadena queria darme pesadillas con aquel arma, estaba empezando a cansarme de verla en todas partes y el se la navaja emprendía un nuevo ataque buscando uno de mia flancos. Decidí aprovechar aquel puesto cerrado que tenía a mi lado para ganar altura y así facilitar la defensa, lo más rápido posible ascendí con mis piernas mientras las rocas que aún se mantenían formadas iban a por un segundo envite, directas al ángulo ciego del que portaba la navaja.

Si la situación me lo permitía y alguno de los dos matones  quedaba realmente tocado no dudaría en saltar desde las alturas para buscar rematarlo usando mi codo y la gravedad como armas.
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