New people. Old Tales Ft. Karibachi
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La lluvia Golpeaba con fuerza a los oscurecidos gigantes de cemento gris que poblaban la ciudad, enormes bultos de hormigón y concreto que evitaban que de por sí la poca luz que salía de aquel cielo nublado entrase a la calle. Allí debajo de todo, en donde la lluvia apenas se notaba como un mero chubasco gracias a la amplia cobertura de edificios y tubos que los conectaban entre en si, se encontraba un pequeño local, un puesto de comida para ser precisos, tan solo disponía de una pequeña barra donde no cabrían mas de cuatro adultos sentados y por detrás de esta, estaba el señor que atendía y cocinaba a la vez. ¿El producto?  Un sanguche de carne, precisamente un embutido de cerdo. El dueño, en un arrebato de originalidad que haria envidiar al mismo Kami-Sama si este asi lo desease, llamo a su invento "Chori-pan".

-¿Como algo tan sabroso y original es tan poco conocido? Una comida asi debería ser el plato principal de cualquier sede de comida rápida-Pensó el muchacho mientras dejaba que los picante e intensos sabores de la carne condimentada se agazapara en su boca mientras se fundían a la para de la mayonesa y el pan. -Supongo que de la misma forma en la que mama murió sin mostrarle al mundo la excelente prosa que poseía-Se respondió así mismo mientras que la mano libre daba vuelta a la hoja de un cuaderno, el mismo parecía tener cada una de sus páginas completas, apenas dejando espacio para las sangrías y signos de puntación, aunque la caligrafía en sí era prolija, se notaba que cada hoja estaba atiborrada de letras y paréntesis con anotaciones. La calidad de la narración en sí, donde la había y no era una explicación de un hecho o suceso como tal, no era realmente asi de bella como el muchacho pensaba, tan solo era la prosa de una escritora amateur promedio, la cual fue enaltecida por la subjetividad del hijo, quien hacia la de lector en este momento. El único lector a quien iba realmente destinado este libro, pues no estaba escrito para nadie mas. Eran vivencias de viejas épocas, con mayor gloria para un rubro, que hoy en día si no se te ve mal por ejercerlo, obtienes mucho dinero por ello. El libro en principio hablaba principalmente de las hazañas de su padre como Shinobi mas algunas secundarias vividas por su madre, eso en primera mitad, la segunda mitad del manuscrito era toda la información que la madre tenia sobre su sangre, su ascendencia y parientes, no es que la mujer supiera mucho sobre los Tenbin de Otogakure, pero mas allá de lo que Culturalmente e históricamente se conocía de ellos en lo a qué conocimiento general respecta, el verdadero secreto del libro estaba en que allí venían todas las técnicas que su madre conocía del clan, mismas que el ronnin de cabellos rojos aprendió al dedillo, tan solo faltándole unas pocas para dominarlas a todas completamente, por lo menos las que su madre conocía.
-Ay padre, se que eres un tipo fuerte que puede contra 20 hombres a la vez en una pelea, lo he visto ¿Pero de eso a decir que has levantado tu espada contra un rey? ¿Y que fuiste salvado gracias a que un loco enmascarado con ideas similar a las del imperio irrumpió en el acto atentando contra la vida de todos y la del mismo rey que tú también querías matar? Me parece un poco irreal y conveniente, incluso para alguien de tu calibre-Aunque amara esa parte del libro; toda la mística que poseía aquel arco de un torneo de ninjas mundiales, el grupo de terroristas, el rey de los esclavos dando órdenes de ejecutar a todo el mundo, a veces quedaba en eso, en tan solo un cuento, un mito del pasado, una historia mas como la de los mangas que le regalaba su padre hace tan solo unos años, cuando apenas había empezado con el oficio de mercenario. Otras veces era la verdad absoluta y el muchacho la defendería a capa y espada. 

Por eso fue que el joven decidió abandonar el nido, un rato, para dar vueltas por el mundo(a veces se cruzaba a su padre en alguna parte del camino y recorrían un trecho juntos, pero nunca por demasiado tiempo) para asi confirmar que si las cosas que le contaba su padre y que escribió su madre eran verdad, que no fueran tan solo delirios contados por dos imaginaciones hiperactivas que no querían aceptar la realidad que acaecía sobre sus ojos. Por eso mismo ahora, Colt Tenbin necesitaba corroborar si todo eso era verdad o tan solo fantasía ¿Acaso Creía en algo que paso o era tan ingenuo como aquellos tontos que creían en Kami-sama? ¿Era un defensor de hechos verídicos? ¿O solo un fanático que se diferenciaba por escoger otro veneno para adormecer a su mente?

-Oye ¡Está muy bueno! Sírveme otro, por favor-Le exclamo en tono jovial al vendedor del lugar mientras intentaba pasar otra página de libro, aunque esta vez algo se lo impidió por unos segundos - Perdona amiguita, no hay néctar por aquí que puedas llevar, pero a 400 metros podrás conseguir - Una pequeña abeja se había posado sobre el cuaderno del joven, para suerte del insecto, aquel humano sabía entenderle e incluso era mas comprensivo y piadoso que el resto de su especie, hasta le había dado indicaciones sobre donde conseguir miel. Lo que no se dio cuenta el idiota de Colt, es que la abeja la iba a tener difícil para entrar a una florería con las persianas bajas y con malla mosquiteras en las pocas ventanas que poseía abiertas.
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Última modificación: 22-12-2022, 06:24 PM por karibachi.
Hacía tiempo que no visitaba la Aldea Oculta de la Lluvia, la verdad es que su tono lúgubre y triste no había cambiado un ápice, no obstante su arquitectura se había perfeccionado, ahora sus edificios eran más altos y estos conectaban en las plantas superiores por túneles de cristal. Al verlo, alzando la vista al cielo, mientras sujetaba mi sombrero, No pude hacer otra cosa mas que quedarme maravillado, observando con ánimo y fascinación. "Caminan por el cielo" Sonreí tontamente al ver la imagen mientras me mojaba poco a poco con aquella lluvia fina y dispersa que lograba caer desde los soportales hasta el suelo, ocultando así también gran parte de la luz que el sol pudiera proveer, quizás por eso los faroles siempre estaban encendidos. Los transeúntes eran variados, se notaba que aquella ciudad era bastante comercial y cosmopolita para su reducido tamaño, se respiraba un crisol de culturas en las venas y arterias de la aldea. Las ropas de la gente que paseaba por las avenidas principales, extravagantes y de vivos colores parecían seres de otro mundo, uno más benévolo y hermoso, un mundo mas abstracto y espiritual, un mundo lleno de magia y misterio. 

Sabía cual era mi objetivo, debía partir raudo al País de las Olas, mas fui incapaz de hacerlo, no de momento. No podía irme de aquella hermosa ciudad sin pasear por sus calles y desentrañar los secretos que guardaba en su interior. Deambulé durante un rato, quedándome embelesado por sus faroles y los rótulos de sus escaparates, observando a sus gentes y sus edificios, sus puentes y sus túneles, las fachadas estaban adornadas con rostros de fría piedra hecha por el hombre, pintadas con inspiración Kabuki, todo aquello no hacía otra cosa sino dar aún mas misticismo a la urbe. "Podría quedarme aquí atrapado por siglos, encerrado en toda esa fantasía..." Sin embargo, por mucho que quisiera permanecer bajo la lluvia terminaría cogiendo una pulmonía, además empezaba a sentir los estragos del hambre. Miré a los lados, pero con tanto trote sin destino acabé un poco... Perdido. No es que fuese una situación desconocida para mi, era increíble lo mucho que me perdía para llevar años viajando. 

No encontraba ningún local de comida, además parecía que la gente de mi alrededor empezaba a mirarme raro por mi comportamiento ¿Parecería un provinciano? Quién sabe. Debía buscar algún sitio, así que realicé un sello disimuladamente bajo mi manto haciendo que un centenar de abejas apareciesen bajo mi ropa, sujetas al tejido a la espera de órdenes, podía sentir cierto cosquilleo con sus patas y sus alas, al igual que el calor que propiciaban tantas abejas encima; en parte de agradecía con el tiempo. -Bien pequeñas, buscad un restaurante.-  Tras aquellas parcas palabras las abejas comenzaron a salir de forma escalonada volando, así no asustaría a ningún pobre ignorante que paseara cerca. 

Paso un rato, uno no demasiado largo, los enjambres tomaron los puntos cardinales como referencia, escrutando las calles desde las alturas, soportando la lluvia, menos mas que era bastante fina, no quería que se cansaran demasiado. Poco a poco los enjambres volvían dando su reporte uno a uno de lo que habían encontrado por las calles, no parecían haber tenido mucho éxito. Por lo visto en el norte las tiendas eran de ropa y telas, hermosas, si, pero no era lo que buscaba, en el este parecía que se dedicaban a vender alfarería y objetos artesanales varios, al oeste no había otra cosa mas que tiendas comerciales de ocio y consumismo, puro consumismo; solo el enjambre del sur llegó con buenas nuevas. Una triste abeja es la que consiguió volver, por lo visto el resto fue atacado por un violento aguacero por uno de los soportales, la altura del edificio hizo que la fuerza fuese demasiado para su pequeño cuerpo, siendo aplastadas; aún así aquella pequeña luchadora siguió con su misión llegando a un puesto de comida que daba al exterior, su olor había llamado al insecto.  Esta entró curiosa y zumbante, acabando sobre el blanco papel teñido por la tinta, el libro de un muchacho de corazón puro, así me lo contó ella. Solo por la curiosa y aventurera historia decidiría ir a aquel lugar, si, sería un buen lugar donde comer y conocer a alguien agradable. Desinvoqué los enjambres y con una sonrisa en el rostro comencé a caminar.


Así tras unos minutos el interior de aquel puesto vería mi figura llegar desde el norte hacia el sur, con un paso tranquilo y sin amenaza, pudiendo notarse mi presencia y escuchándose mis pasos chapoteando en los charcos formados. Entré por la puerta, quitándome mi sombrero mientras saludaba con la otra mano. -Buen día caballeros.- Diría a los presentes, pasando a mirar los platos expuestos en los cartelones de la barra. "Vaya... Es todo bastante... Caro..." Bueno, era fácil que cualquier plato fuera caro para mi, no llevaba ni un solo ryo. 
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Última modificación: 29-12-2022, 10:32 AM por Colt Tenbin.
Ya había terminado el segundo sandiwch para cuando el sujeto de vestimenta curiosa había entrado al puesto, se notaba a leguas que no era oriundo de ahi, no solo lo delataban sus ropajes, sino que también a los ojos del tenbin, la completa ignorancia frente a la economía local era suficiente para suponer que aquel hombre no era uno de ciudad, mas bien debia provenir del campo o las montañas, no podía suponerlo bien pero ambas posibilidades estaban presentes. 

-Si esto te parece caro ¡Mejor no vayas al centro que te da un infarto!-Comento el vendedor de forma jocosa mientras pasaba desengrasante por la planchuela donde se calentaba la carne. -Anda, sírvele uno, yo le invito, de seguro cuando lo pruebe desembolsará los ryos que tiene para repetir - Acoto el Tenbin de forma cálida a la vez que con una mano le invitaba a sentarse a su lado -¿Donde estan mis modales? Me llamo Colt, un gusto compa- Una vez que el hombre tomara asiento a su lado y se le sirviera el bocata, volvería a hablar antes de que pudiera dar el primer bocado -Se que es una comida gratis, pero ya que te la he pagado ¿Me podrías dar tu opinión acerca de este escrito? -Dijo mientras le acercaba el libro abierto en una página que él escogió, una de las que si se leía, parecía mas un cuento de fantasía y acción que un diario escrito por dos shinobis -Es una novela que ha escrito un ser querido mío... Que por lástima hoy en día no se encuentra entre nosotros, los vivos... Pienso publicarlo para mantener viva su memoria, asi que por favor te pido completa sinceridad-Irónico que pidiese eso cuando él verdaderamente no lo estaba siendo en ese momento, pero esa era su forma de actuar, cuando veía a alguien que le llamaba fuertemente la atención, y que seguramente quizás también aparentaba algo que no era realmente usaba la misma artimaña, de esa forma podía dilucidar si verdaderamente era un civil, un imperialista o alguien como él... Un detractor del régimen.

Extracto del libro
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Puede que no tuviera ni la menor idea de como pagaría la comida, pero estaba claro que el destino proveía, pues un joven muchacho me invitó a comer algo llamado... Choripan, comida local, supongo. Lo miré curioso antes de sentarme, su ropa, si bien no era demasiado elegante, si portaba los colores típicos de la región. "Un oriundo de aquí" Mis ojos se encendieron en aquel momento, si el aspecto de la ciudad era tan mágica y asombrosa, la gente de aquí tenía que serlo mas aún, sonreí alegre y agradecido mientras me sentaba a su lado y el mesero traía la comanda; procuré no molestar demasiado ni armar revuelo, ya era bastante con que me mirasen raro por mi ropa. 

Las facciones del chico eran duras y angulosas, aquello imprimía carácter y decisión en su presencia, además de su descaro y picardía le aportaba cierto magnetismo, su pelo, rojizo como el fuego, apuntaba todas las direcciones pareciendo que portase sobre su testa una corona de estilo solar; pero lo más peculiar de aquel chico era su dentada, toda ella puntiaguda, sin saltarse ni un solo diente. "Parece una piraña" Pensé cuando lo vi. Lo raro no era ver aquella característica, aunque tampoco era demasiado común hoy en día, sino encontrarlo en esta región, debía tener un pariente del País de las Olas. -Agradezco tu hospitalidad, chico. Es difícil encontrar monedas en esta ropa.- Saqué los brazos del manto para señalarlo, una pequeña broma para romper el hielo, pero le serviría para ver los tatuajes de mis brazos, escritos en un idioma antiguo y olvidado, y los de los enveses de mis manos, dos complejos mandalas. Miré el plato cuando fue servido, el jugo rojizo de la carne rebosaba por los bordes y el pan estaba tostado a la perfección, teniendo un suculento color dorado, ciertamente parecía una delicia así que no me lo pensé dos veces antes de hincarle el diente, saboreando esos toques salados y fuertes del porcino, aderezado con un pan crujiente que lo endulzaba todo, un bocado celestial. No tuve demasiado tiempo para regodearme en esa delicia culinaria para que el tipo me pidiese algo a cambio, que juzgase un escrito de uno de sus antepasados. 

Miré su rostro, transmitía amor, dulzura y admiración, aquella historia tenía auténtico valor para él. Sonreí amable y simpático mientras me limpiaba las manos con una servilleta para no manchar las páginas. -Eso ni se pregunta, trae aquí a ver que tienes entre manos.- Cogí el libro con cuidado y me detuve en un extracto, algo que no viví, pero si conocía a uno de los protagonistas. "Hagiri... Interesante" Pensé mientras sonreía al leerlo, aquella historia me hizo recordar mis años de servicio. -No sé si esto ocurrió en la realidad, pero conociendo al general Pakura... Es mas que posible que sea real.- No conocía en profundidad a aquel hombre, Hagiri, pero lo había visto en el campo de batalla, durante la batalla contra el Imperio del Rayo, un hombre lleno de cicatrices y con varias prótesis, un tipo con tesón y cabezonería, pero también un excelente shinobi. No siempre comulgué con su opinión, mas si respetaba su habilidad con la espada, eso si pude verlo, al igual que su perseverancia en el combate. Le devolví el libro a mi nueva compañía, agarrando otra vez mi sanwich, no quería que aquel manjar se enfriase, así que le di nuevamente un bocado y, con la boca algo llena todavía afirmé.-Yo me llamo Karibachi, encantado.- Procuré no lanzarle, no por educación, sino por no desperdiciar ni una migaja. 
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Última modificación: 22-01-2023, 04:06 PM por Colt Tenbin.
-¿El general Pakura, eh? Yo nunca dije que fuera un general...-Una de las cejas del Tenbin se arquearon mientras seguía formando deducciones en su cabeza, aquel sujeto que parecía un campesino aparentaba ser mas de lo que era.  -¿Como abordo la situación ahora?-Es lo que había pensado, estaba claro que el hombre conocía a Hagiri Pakura y que por su forma de hablar estaba casi seguro de que era una persona que perteneció al ejército, uno que seguramente respetaba la cadena de mando, su padre jamás le había dicho general Pakura, siempre se refería a el cómo el borracho de la arena o el espadachín etílico - Padre siempre decía, que Hagiri Pakura era de todo menos un ejemplo a seguir, pero que jamás conoció a alguien tan diestro en el uso de la espada, era lo único que admiraba del borracho-Aunque su mente le barajo varios escenarios distintos sobre como podía tratar el hecho de estar al frente de un ninja de antaño, prefirió la confrontación como mejor carta, no tenia que enredarse en mentiras ni sacarle información a cuenta gotas.  - Un gusto Karibachi ¿Sabes algo? Viéndote bien, creo que debes tener la misma edad que mi padre, quizás eres un poco mas grande pero no por mucho. - Suponía que entendería por donde estaban viniendo los tantos. Colt por su parte, estaba finiquitando el sandwich cuando el picor llego a su punto álgido en el paladar -Esto es un manjar pero mierda que da sed-Dijo aún con la boca llena, tragando poco después de terminar la frase para volver a hablar, esta vez con mas claridad para que el cantinero le escuchase. -¡Una cerveza, por favor! Y para mi nuevo amigo... -Paro unos segundos, pensando en que tipo de bebida podía invitarle -No se que tipo de bebidas te gusten, asi que ordena tú- Estaba claro que iba a pedirle algo a cambio de nuevo, solo que esta vez esperaría una respuesta a su próxima pregunta -Yo nunca dije que Pakura fuera un general, pero claro esta que lo es. Dime Karibachi ¿Eras un Shinobi de la vieja escuela? ¿Un soldado del viejo pacto de Jigoku?
Era una bendición tener toda la información de las viejas facciones gracias a su padre, hasta el momento pensaba que eran nombres inventados, cuentos escritos para alimentar la imaginación del joven, una excusa para alejarlo de la brutal realidad que se cernía sobre él -Padre siempre dijo que la mayoría de "ustedes" lo veían con respeto, para muchos de la alianza, Hagiri era considerado un loco, y unos cuantos como mi viejo, solo le veían como una figura a superar en lo que a poder de pelea respecta-

Colt en ese momento agarro el libro que ahora se encontraba en la mesa, moviendo sus páginas de forma gentil hasta llegar al capítulo que deseaba que leyera el supuesto ninja -¿Crees poder decirme si estos nombres de verdad existieron? ¿O son solo fábulas que se han escrito para agitar la imaginación de un niño?.-

extracto
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Había hablado de mas, pude notarlo con su reacción facial, levantando una ceja de forma sospechosa, había dado cierta información que no debía ser de conocimiento público, sin embargo, seguí comiendo y fingiendo normalidad mientras comía aquel exquisito manjar, aunque si me di cuenta tarde de algo que él me señaló. Había comido muy deprisa, sin haberme percatado del picor que aquella comida producía en mi manjar, un picor que solo podía describir de una manera: un castigo para la lengua. Procuré aguantar el dolor, poniéndose mi cara rojiza y aguantando una pequeña lagrimilla, empecé a buscar un vaso de agua con la mano, alcanzando el que te daban de cortesía con el plato, menos mal que lo daban previendo lo que les pasaba a los clientes insensatos. 


-Uuuf... Y que lo digas... Pica a rabiar.- Dije intentando desviar el tema de conversación, por como ese chico la dirigía comparando la edad de su padre y la mía. "Diablos... si sigue hablando él solo se dará cuenta... Maldito Hagiri, incluso muerto me trae problemas" Pensé mientras fingía normalidad, preocupado de que su acompañante descubriera, no su oficio, sino desde cuando lo ejercía. Colt me decía que ordenase cualquier cosa mientras él se embriagaba con alcohol, quizás la borrachera podía ser una manera de que se le olvidara lo que tanto quería saber, sonreí al mesero, no solo por ser amable, sino porque podría ser una salida creíble para no tener que responder. -Un vaso de agua, por favor.- Miré de nuevo a aquel muchacho de rojizos cabellos para explicarme.-Yo no bebo alcohol, soy religioso.- Dije mientras me limpiaba las manos con una servilleta para poder coger la nueva comanda. Aquel muchacho, contrariado y pensativo, se quedó callado unos segundos, llamando mi atención su silencio, la verdad es que era muy dicharachero y parlanchín, al menos durante el poco rato que llevaba conociéndolo, se hacía extraño el silencio a su alrededor, aunque no duró demasiado, como bien había deducido mis palabras habían sido demasiado explícitas, tanto que un simple habitante de un país menor me había descubierto. Cogí el vaso de agua cuidadosamente y bebí un poco para calmar mi sed, después terminé mi plato devorando su ultimo bocado y me limpié con calma la boca antes de responder al chico. -Lo siento chico, no se de qué me hablas, yo soy un simple viajero.-  Me levanté y coloqué qué el taburete,
Contenido Oculto
me erguí hacia el hombre y sonreí de manera cortés y educada lo miré, no quería ser descortés con mi anfitrión.
-Ha sido un auténtico placer comer contigo, pero debo seguir mi camino.- 
Contenido Oculto
Comencé a caminar y me fui de allí con mas prisa que parsimonia, fingiendo normalidad si, pero no podía evitar verse la premura en mis pasos, Debía pasar desadvertido y ese objetivo no se cumpliría nunca si contestaba a ese tipo de preguntas. 
[Imagen: yexpdWD.png]

[espe=GEN][maestria=YIN]
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El frescor que le brindo la cerveza fue acompañado con un leve aumento de temperatura corporal debido al alcohol - ¿Predicando con el ejemplo eh? Me parece perfecto, estoy cansado de oír gente rasgándose la vestidura por su credo para pocos segundos después cometer los pecados que tanto condenan en nombre del mismo-Intentaba respetar a los religiosos pero la abundante hipocresía que poseía el culto a Kami-sama le dificultaba mucho hacerlo.  

Escucho atentamente lo que decía el viajero, no pudo evitar sorprenderse un poco de su respuesta, no porque no previera una respuesta evasiva, sino que al contrario esperaba una confrontación o cuanto mínimo algún insulto -
Esto quiere decir que no estás a favor del régimen- Antes que Karibachi se levantase de un asiento, un felino se asomó por la entrada del local, atraído seguramente por el fuerte olor a carne y especias que desprendía el mismo, Colt sabía lo que tenia que hacer, asi que junto a las sobras de ambos platos y se las brindo al animal. -Debes estar muy hambriento si sales en busca de comida con esta lluvia Neko-chan-Su tono volvió a ser cálido y amigable, su cara dejo de ser inquisitiva para brindar una sonrisa llena de nostalgia que acompañaba las pocas caricias que le daba al lomo del animal mientras este comía de forma ferviente los trozos de pan y carne que habían quedado en el plato -Si tú eres un viajero, yo soy como este animal, un callejero...-Si bien tenia un padre con el cual siempre volver, ya hacía mucho que ambos no tenían un lugar al que llamar hogar, juntos o no, padre e hijo debían vagar por el mundo alejados de cualquier tierra a la que podrían llamar patria o similares.

Cuando el religioso abandono el lugar, la lluvia ya había cesado, el incesante ruido del chapoteo fue remplazado por un silencio abrumador que se había adueñado de las calles de Ame. -Neko-Chan ahora que has comido ¿Serias capaz de hacerme un favor? ¿Puedes seguir al tío de recién?-El animal había asentido. Colt no se iba a quedar de brazos cruzados, era la primera persona que veía en meses que no estaba a favor del régimen, o cuanto menos no lo seguía, y quizás era la única pista que tenia para conectar con la generación de su padre, confirmar sus sospechas y entonces decidir que curso de acción seguiría. 

El Kamizuru por su parte, en todo el trayecto apenas sentiría unos cuantos maullidos espaciados del felino que saltaba por los techos a la par de sus pasos, tan solo un molesto animal que se movía por ahi, solo cuando entrara en algún callejón le volvería a ver, ahi apoyado sobre una pared, con la mirada en el piso, encendiendo un cigarro sin necesitar un encendedor, tan solo usando una de las yemas del dedo la cual se tornó de un color rojo vivo - Los de la calle tenemos un dicho ¿Conoces cuál es? - Dio una bocanada densa de humo para luego volver a hablar. -Una mano lava a la otra- El felino descendería rápidamente por la pared hasta prenderse en la ropa del pelirrojo.-Ah Neko-chan, eres bueno siguiendo presas ¿Verdad? ¿Para que hacerse pasar por un gato desvalido que necesita alimento cuando tranquilamente lo puedes conseguir tú?-El gato, de alguna forma ajena para el monje, había entendido perfectamente que la pregunta no era realmente dirigida hacia él, por lo cual no emitió respuesta alguna, tan solo ronroneo acariciando el rostro del tenbin con el suyo, para luego retirarse dejando solo a los dos hombres.

-Ser un errante es difícil, lo se. Tenemos que estar con ojos en la espalda siempre y desconfiar hasta de nuestra propia sombra-Intento empatizar con el viajero, mientras que a su vez intentar hacerle ver que no le perseguía por su pasado, sino que al contrario deseaba comprenderlo, pues solo asi podria entender como era la vida de aquella generación "La que perdió" -Colt Terumi, antigua mano derecha de la novena Mizukage, capitán del escuadrón de asalto de la niebla, y aunque pocos lo sabían, como debe ser, miembro de las fuerzas especiales anbu. Tal vez no lo conozcas pero ese era mi padre.-Ya le estaba dando igual revelar aquella información, si el hombre todavía no le había atacado o repudiado de alguna forma, era porque no buscaba perseguir a gente que estaba en contra del Imperio y el credo del mismo, al contrario, el Tenbin estaba cada vez mas seguro de que aquel hombre, no pensaba como la mayoría del mundo, era alguien que huía del pasado y que por su forma de pensar, seguramente iba a ser considerado un hereje si lo expresaba. -Muchos, al leer los escritos que hizo mi padre con ayuda de mi madre, me miran con cara de desagrado, unos pocos despistados lo toman como un cuento, mientras que los mas tontos me escupen en la cara y me insultan por poseer literatura subversiva ¿Hace falta que te diga que es la última vez que hacen eso en su vida?- El joven ya iba por la mitad del cigarro mientras pensaba como seguir el diálogo.-Escucha no somos tan distintos como puedes llegar pensar, no busco tu cabeza, solo busco respuestas, podria dedicar mis días a vivir como un mercenario, pero deseo algo mas que eso, deseo saber si acaso el que está equivocado soy yo o lo es el mundo el cual nos ha dado la espalda tanto a ti como a vos.
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Última modificación: 22-01-2023, 06:29 PM por karibachi.
Antes de mi salida la presencia de un animal manso y aparentemente inofensivo entró por una de las ventanas, pidiendo comida y cobijo, la lluvia lo había empapado, tiritaba sin poder evitarlo, cuan cruel podía ser el mundo, cruel, pero adecuado, pues las dificultades eran las que lograban hacer que nos superásemos. No lo miré demasiado, pero si fui capaz de quedarme con el color de su pelaje y su aspecto, no quería perder demasiado tiempo, sin embargo, hacía tiempo que no veía un gato callejero, tanto como llevaba sin vivir en una ciudad.

Caminé bajo la lluvia cubierto por el sombrero que sujetaba mi cabeza durante unas cuantas calles hasta que pude darme cuenta de algo, no estaba solo, tan solo me equivoqué en quien me seguiría. Desde los tejados podía escuchar un tenue pero claro maullido, cada vez que giraba de una avenida a otra este sonido se repetía, si me paraba, si miraba a algún lado, ese gato maullaba, pero no se acercaba a mi. "Hmm... Ya veo... Sin embargo... siento que mi técnica no se ha cancelado" Aquello era extraño ¿Acaso no se había dado cuenta de que había caído en una ilusión? Bueno, cierto era que no había gente por las calles, pero, aun así... ¿Tal vez usase a su gato para seguirme? Eso era mas posible, de ser así, lo más seguro es que esperase a que bajase la guardia y estuviese en un lugar poco visitado. "Esta bien, si va a seguir de forma persistente, lo mejor será zanjarlo cuanto antes" Caminé tranquilo y disimulado, procuré que mi actuar no me delatase, llevando una sonrisa como máscara para mantener el papel que me tocaba, deambulando sin rumbo alguno en busca de una callejuela que no tuviera salida al otro lado, un callejón que nos diera intimidad. 

Así pasaría dentro de uno, viendo que el chico de rojizos pelos se encontraba allí, sin embargo él a mi no me vería y procuraría que tampoco me escuchase, mirándole fijamente a la espera de saber cuanto tardaría en darse cuenta del engaño. Miré al gato con una mirada risueña y una sonrisa pícara, sonriendo de medio lado mientras ponía un dedo frente mis labios para indicarle a aquel gato de que no advirtiese de mi presencia. Me senté en la posición de flor de loto, esperando paciente frente a ese tipo a unos cuantos metros de distancia para que no se chocara conmigo por accidente, de todas maneras, la ilusión no duraría demasiado, así que tampoco importaba demasiado si no lo comprendía. 

cosas
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Colt se levantó de la barra, dejando sobre la misa el dinero de su cena y la del viajero, ignorando completamente que el mundo a su alrededor iba a cambiar de un segundo al otro, no se daría cuenta pero apenas le dio la espalda al vendedor, este dejaría de existir para él.  Había empezado su recorrido en las de por sí desoladas calles de una ciudad que en este momento parecía abandonada a ojos del chico, curioso cuanto menos pero no le dio importancia. 

En su cabeza ya había imaginado dicha escena a la perfección, sabía bien el qué y el cómo iba a decirlo, los maullidos del gato le indicaron a la perfección por donde iba a ir el Kamizuru, asi que Colt solo se limitó a seguir por las calles paralelas hasta doblar en uno de los tantos callejones que poseía la ciudad, era angosto, oscuro, húmedo y con el suelo lleno de charcos.  -Creo que ponerme aquí hará que me vea cool-Aunque Colt fuera un chico que tuvo que valerse por sí mismo desde muy temprano, además de ser un mercenario entrenado, en el fondo todavía seguía siendo un adolescente que buscaba lucirse y llamar la atención de forma extravagante. - Listo ¡Está viniendo! Es el momento-Sintiendo como las pisadas de Karibachi chapoteaban sobre los charcos avisando sobre su llegada, el pelirrojo se puso de espaldas contra un basurero que había, mostrando solo su perfil derecho, mientras que con su mano ya dirigía el cigarro a la boca -Oye viajero ¿Sabes que los de la calle tenemos un dicho?.-Su voz sonaba sería, mas profunda de lo que en realidad era, mientras que su rostro portaría una mirada soberbia, como si estuviera presumiendo de un sexto sentido que nadie poseía, dándole a entender a Karibachi que no era un tío común. En se momento ya había encendido el cigarro con la llama de sus dedos, pero cuando dirigió su mirada al lugar donde debia estar Karibachi ¿No había nadie? - ¿Pero qué mierda?- El Tenbin cambio su mirada por una de sorpresa, abriendo los ojos como plato a la par de lo que también lo hacía su boca, aquello tenia que ser una escena digna de una película, sobresaliendo el cómo el actor principal pero, en cambio, se encontró con un espacio vacío donde el espectador se había levantado antes de que empezara la función. -¿Pero como puede ser? Si el gato me dijo que debería estar acá, es mas ¿Donde está el gato? ¿Debería estar con él?- Las dudas se habían acrecentado ¿Como era aquello posible? ¿Se había confundido de calle? No, no podía ser eso, el felino le había dado indicaciones precisas sobre el trayecto del viajero.
 
"Recuerda esto hijo. Un ninja solo se deja ver si el asi lo desea, de lo contrario usarán todo tipo de artimañas para ocultarse, ya sea de su presa o su cazador. Si deseas ser uno tienes que aprenderlo."

Su mente de repente había despejado las dudas de su cabeza para remitirle a un lejano momento donde había empezado el entrenamiento con Colt padre. Le había enseñado a como ocultarse, eliminar su rastro y desaparecer a plena vista. Sabía que los ninjas novatos o que no eran muy hábiles, usaban trucos baratos camuflándose en el ambiente con los objetos que tenían a mano, pero que los verdaderamente experimentados desarrollaban técnicas especiales para hacerlo -
¿Acaso será posible? ¿Un genjutsu?-Existía la posibilidad de que asi fuera, había escuchado pasos como si alguien estuviera cerca de él, y no creía en fantasmas como para pensar que era uno, además las calles estaban mas despobladas que de costumbre, y sobre todo estaba el detalle de que el gato no hiciera acto de presencia de nuevo -No pierdo nada con probarlo-Pensó con un poco de resignación, creyendo que era la única oportunidad de ver si aquel hombre le había hecho una jugarreta o si, por lo contrario, encontró otra forma de alejarse del Tenbin -Joshi Kai.- Acompaño la frase con unos sellos de mano mientras expandía su chakra contra el ambiente para ver si aquello funcionaba.
[tecnicainvalida=20]
Entonces, como por arte de magia, el Kamizuru empezó a formarse en el lugar, estaba relajado, sentado sobre el piso húmedo, parecía que meditaba, y Colt por su parte, no pudo evitar dar un pequeño sobresalto por la alegría, le había descubierto, aunque no supiera que aquello fue preparado apropósito por el monje, en su cabeza había sido un nuevo logro conquistado -
Je, me parece que mas que un viajero, eres un ilusionista ¿O me equivoco?- Comento con tono burlón, para luego proseguir recreando los diálogos que había dicho en su cabeza momentos atrás, le había explicado quien era su padre, le dio a entender que también era un ninja errante como él, y que lo que estaba buscando no era a él, sino que a las respuestas que podrían salir del mismo.
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"Hhmm... Lo descubrió" Pensé mientras lo veía hacer sellos con ambas manos, conocía la cadena, era sencilla y la verdad es que su velocidad de sellado era bastante mas lenta que la mía, podía ver que era un joshikai lo que estaba realizando, pero, por si me quedaba alguna duda, él mismo gritó el nombre de la técnica. La pregunta que le prosiguió fue bastante afinada, pues si que dominaba las ilusiones casi a la perfección, sonreí ante aquella pregunta. -No sé de que me hablas... Puede que comieses demasiado picante y tuvieras... alucinaciones.- Mi rostro, sonriente de forma pícara, daba a entender que aquella explicación no era real, tan solo una broma y a la vez una tapadera. 

Aquel chico no solo había sido capaz de rastrearme, sino que también logró darse cuenta de mi pequeño truco, aunque no es que tardase poco en entenderlo, aun así era digno de mención, pocos eran los que habían sido capaces de zafarse de mis genjutsus. Sus cualidades podían ser útiles para lo que Ryth y yo teníamos entre manos, además, por si fuera poco, por como había hablado del difunto Hagiri me quedaba claro que no le gustaba el sometimiento y que tenía resentimientos con los tiranos, eso era un punto a explotar para nuestros objetivos, quizás lográsemos un quit pro quo, tal vez un trato por el que pudiéramos beneficiarnos ambos, quién sabe. Me levanté despacio, la verdad es que estaba contento de encontrar una semilla con un fuerte brote creciendo a través de la tierra. -Debo decir que has tardado un poco de más, pero no eres un caso perdido. No te olvidaré Colt.- Comencé a caminar para irme, ahora mismo él estaría demasiado alegre como para centrarse en alguien que no fuera él mismo, y mi pequeña prueba respondió a su propia pregunta, no creí que tuviese que dar mas conversación sobre ello. 

Su energía era muy positiva, aunque su aspecto fuese temible, podía ser un sujeto la mar de interesante, tan solo habría que pulir ciertas nimiedades y sería mas que capaz de no perder nunca a su presa. Me giré antes de desaparecer entre la lluvia, que comenzó de nuevo, como se notaba que el cielo de aquel país no daba descanso alguno. -Recuerda esto Colt, dentro de dos semanas volveré a este mismo callejón, espero verte aquí. Bueno, al menos si quieres saber mas del pasado, el presente y el futuro.- Tras esa advertencia volví a seguir mi camino, tenía una agenda apretada y debía llegar a tiempo a Kirigakure si no quería hacer esperar a Ryth y Bakura... Nunca me atrevería hacer esperar a Bakura. 

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