Mientras caminaba se encontraría con un lugar perfecto para lo que buscaba era un peladero donde no había ningún árbol talvez, después de todo alguien ya había pisado estas tierras, aunque el Chunnin nunca lo sabrá, pero agradecía encontrarse con este lugar, el cual era perfecto para ver la nubes para relajarse y hacer hasta un picnic, pero el Otenki no venía a hacer ese tipo de cosas más bien venia entrenar y ponerse a prueba.
-suelta el chakra..- pensó mientras hacía exactamente aquello y la fuerza de esta se podía sentir físicamente, como se movía el pasto las hojas y todo su alrededor por el chakra que el shinobi provocaba talvez no era algo potente y destructivo como algún otro ninja sería capaz pero era lo suficientemente fuerte como sentirse en entorno y quién sabe si el shinobi se esforzaba podría volver su chakra algo más brusco y intenso aun que no era necesario.
De repente comenzaría a nublarse todo a 1 kilómetro de distancia además de generarse una brisa intensa alrededor del shinobi la cual donde más cerca estuviera de este era cada vez me notable como aquello hacia presencia como las partículas de agua que traían las nubes caían en una cantidad mínima como si fuera a llover o incluso a nevar en un lugar como ¿este? Sin duda el shinobi era capaz de bastante pero nunca hacia esta cosa de forma expansiva en un lugar amplio donde hubiera mucha gente excepto cuando tendría que ser necesario, era capaz de varias cosas si se sentía en peligroso y quien sabía si este fuera el día, pero lo que sin duda era notable era la poca visibilidad que había en el entorno, aunque en cierto modo el shinobi ya estaba acostumbrado, después de todo no era primera vez que provocaba aquello, pero en cierto modo si estaba tenso en cualquier momento podría pasar algo que pasaría si se encontraba alguien de la nada con toda esta niebla que pasaría que fuera un anbu en busca de él, sin duda ya estaba predispuesto a atacar de por si para fuera lo que fuera, ya que no se escuchaba nada ni se sentía nada el canto de la aves era silencioso, lo poco que había era la voz de los pensamientos del shinobi, el cual solo por las dudas estaba prestando atención todo lo que caminaba en su alrededor con los ojos cerrados, mientras practicaba sus técnicas ambientales las cuales en cualquier momento podrían generar un cambio diferente en el entorno y quien sabe que podría salir esta vez de la voluntad del shinobi.