Prestando atención el shinobi podría ver rastros de su presa, mirando al suelo, cerca de una de las esquinas delanteras de la tienta, pudo encontrar un par de pisadas en tinta negra, del mismo color que la pintada del escaparate, aquel vándalo no era tan indetectable como se pensaba. Si bien la gente de a pie, que no tenía la costumbre de fijarse en los detalles, habrían pasado por alto ese pequeño rastro, el ninja, con su elevada, aunque no demasiado, agudeza, si pudo discernirlas, incluso seguirlas durante unos cuantos metros, sin embargo estas se verían interrumpidas un par de callejones mas adelante, eso si, lograría hallar allí una mochila de tela llena de aerosoles negros. No habría mas pistas que seguir allí, no obstante ya había quedado patente que era posible dar con ese hombre si se ponía la atención necesaria, curiosamente el rastro iba en dirección al centro de la ciudad, la zona mas vigilada de la aldea.
Durante otras tres visitas a diferentes locales, de los cuales importaba poco su contenido, el oficial y el ninja interrogaban a las víctimas, resultando en algo tan inútil como el primero, ellos no tenían mas información que una sombra y un continuo sonido de aerosol. No obstante Akaza habría investigado a fondo los alrededores de todas las tiendas viendo rastros similares a los que encontró en la tienda de aquel amable herrero, todos parecían llevar a un callejón y desaparecer, dejando consigo una mochila llena de botes de pintura, las huellas desaparecían abruptamente, como si fuera un fantasma, como si se transportase a otro mundo ¿Cómo podía ser esto? Eso era lo que nuestro aventurero tenía que averiguar y no parecía un reto sencillo. La dirección de todos los rastros iban dirección centro, pero no se acercaban demasiado, era extraño, sin duda.
En la última tienda nuestro héroe se quedó fuera investigando mientras el agente entrevistaba al primer afectado de todos, el más cercano al centro. Al salir resopló y se llevó una mano a la gorra mientras leía lo que había apuntado en la libreta.
-Adivina, esta señora solo vio un fantasma negro que desaparecía.- Habló irónico al ninja, era cierto que se notaba desdén y un aire de superioridad, pero también podía reconocerse en su hablar que le era útil, ya había encontrado las huellas y trazado un plan de acción, aunque aborreciese que era un ninja tampoco es que el moreno hubiera hecho nada en particular contra él y estaba siendo profesional. -Bueno ¿Ahora qué, ninja?- Soltó con desdén, pero también curiosidad.
mapa y los ataques
La X es donde estarían los callejones donde encontraste las mochilas con botes.
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