wound by wound || Bishamon
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Bosque de la muerte
2:48 AM


Estar en el bosque de la muerte a esta hora implicaba muchas cosas, mi objetivo principal era conseguir una planta, una en especifico, quería investigar los efectos de esta flora y de esa misma poder desarrollar un sello que pueda potenciar el poder del mismo.  Mis pasos eran tan silencioso como lo es la misma noche, paso tras paso, salto tras salto, mis ojos siempre observando alrededor, debía tener cuidado pues sabia muy bien algunos guardias imperiales estaban pendiente de los movimientos que se hacen en este lugar. 

Los minutos pasaban y no lograba encontrar la flor hasta que a lo lejos logre verla, parecía ser la única que había en todo ese lugar, debía aprovechar mi momento. Mi pie derecha se "arrastro"  un poco y sin darme cuenta hice un leve tacto con un hilo metálico que estaba camuflado con hojas, si bien no me percate del contacto si escuche como algo se "soltaba" y comenzaba a caer del cielo algunas cosas. Al subir mi rostro note que esas cosas eran sellos explosivos -Mierda- Pensé mientras me tapaba el rostro y torso con mis brazos - BOOOOM- La explosion me empujo contra un árbol, cayendo al suelo. Mientras me iba levantando con lentitud, iba tosiendo, el golpe había logrado dejarme sin poder respirar bien - ¡No te muevas! - Dijo un sujeto que caía al frente de mi, señalándome con su sable, la hoja de metal alumbraba con la luna, mis ojos  se fijaron en el sujeto, mi mirada fría ante el rostro de un enemigo. Agarre de inmediato el  filo de la hoja, esta no logro cortarme pues el chakra raiton de una vez  creo una capa en mi mano y esta poco a poco se fue aumentando a tal punto de destruir el sabré, se podía escuchar la tecnica, la famosa: Raikiri.  Antes de que el hombre dijera algo ya mi mano había atravesado su garganta  ¿Por qué aquel lugar? No quería que hiciera mas ruido y lo mejor era ir por sus cuerdas vocales (Y su vida). 

Saque mi mano llena de sangre la cual se iba limpiando por la misma electricidad que se encargaba de eliminar aquellas impurezas. Cuando iba a finalizar la tecnica, moví la derecha con rapidez al frente de mi rostro para detener una Kunai que venia a toda velocidad, aquella no logro hacerme nada pero  esa arma solo era una distracción pues por la espalda sentí una patada que me hizo caer al piso y finalizar la tecnica raiton - Tengo una costilla fracturada- pense mientras  daba media vuelta en el suelo, el guardia que quedaba vivo no iba a tener compasión y lo demostraba al hacer una tecnica doton que hizo que la tierra abrazara mi cuerpo a tal punto de no poder moverme. De inmediato su puño fue a mi rostro, golpeándome tan fuerte como podía, aunque quería gritar no iba a hacerlo, no pensaba hacer ruido; unos 3 o 4 golpes mas fueron lanzados por aquel, todos acertaron, entre miradas desesperadas logre notar que al golpear el árbol, una Kunai del hiraishin había caído, sin pensarlo me teletransporte hacia esta y con la velocidad que se me permitía (Por lo herido) me fui corriendo hasta este sujeto, haciendo el mismo Raikiri, alumbrando todo el bosque por unos segundos y atravesando el pecho del ultimo guardia (Por ahora) que había en la zona, al igual que el anterior, a este le di directo en los pulmones para que   la falta de aire no le permitiera decir algo. 

Con mi vista revise alrededor viendo si había alguien mas, no había nadie pero no iban a tardar en llegar mas, necesitaba escapar pero no podía hacerlo dejando rastros, apile ambos cuerpos, les quite las provisiones e hice un jutsu doton que se encargo de ir absorbiendo por completo ambos cadáveres. 

Caminando con lentitud, despacio por la herida, termine de llegar hasta donde estaba la flor, arranque aquella con cuidado y la g guarde en mi mochila - No creo que llegue muy lejos con esta herida... - Cada vez me pesaban mas los pies, se me dificultaba caminar pues el movimiento hacia que mi costilla fracturada tocara lugares que no debía, camine un poco mas hasta que sentí que el cuerpo no podía mas y solo cai al frente de un árbol, me acomode de forma que mi espalda quedara recostada en el tronco y con ayuda del ambiente comence a tapar mi cuerpo para que no fuera reconocido a simple vista, intentaba camuflarme por si pasaba alguien, no me viera. Mi único temor era tener que toser mientras pasaba una persona, eso iba a ser terrible, aun asi, no iba a descansar por mas que quisiera pues debía estar atento por si me descubrían. Mi rostro estaba lleno de sangre por los golpes del guardia y ahora esta este no solo estaba de color rojo sino lleno de hojas que se pegaron mas facil por la misma.
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Aquel momento era perfecto, definitivamente no había mejor circunstancia para salir. Aprovechaba que como jounin de konoha poca explicación debía dar a sus salidas. Para esta ocasión, la rubia simplemente salió con fines investigativos a explorar las cercanías de la aldea con el simple argumento de “hay especies en la noche que aún no conocemos y que podrían tener propiedades que nos ayuden a desarrollarnos mejor dentro de la medicina”. Los guardias, por su belleza más que por su estatus dentro del cuerpo médico de la aldea, la dejaban salir a cualquier hora, así que, aprovechó para mover sus pies en medio de la madrugada de aquel día.

Pasó poco tiempo, estaba inmiscuyéndose en el bosque con pasos silentes, sabía bien que cosas podrían interrumpir su camino y entonces sucedió como si ella misma hubiera llamado aquel destino. Luces se dejaron avistar a lo lejos logrando que la rubia se pusiera de espaldas contra el tronco de uno de los árboles de mayor envergadura. —Tks…— fue el sonido que salió de su boca mientras realizaba un par de sellos para que dos Bishamon salieran, una de la tierra y otra desde una nube de humo al lado de su cuerpo. Estas empezarían a correr con el mismo sigilo que la fémina había sostenido hasta ahora por el flanco derecho e izquierdo de aquel enfrentamiento.

El combate había estado reñido, todo parecía indicar que el chico de cabello rubio no había tenido suerte y los clones de Bisha, escondidos, habían podido ver a sus atacantes. —Tenemos que ayudarle… sino…— dijo la rubia derecha antes de desaparecer, nuevamente, dejando una estela de humo como la que le había dado origen. Los conocimientos llegarían a la original — — La otra estaba en camino al chico. Buscaría tomarlo y llevárselo de ahí no sin antes acercarse dándole confianza.

Debemos moverte de aquí rápido, pronto, más imperialistas vendrán por ti… Déjame llevarte y sanar tus heridas— Lo tomaría por debajo del hombro y se movería con él conforme el chico pudiera. —¿Qué hacías aquí a esta hora? ¿No lograste ver lo que se te venía encima? — el clon de tierra casi que regañándolo continuó su camino hasta dar con una especie de cueva. Se veía demasiado oscuro, incluso, solo podría verse a un ser encapuchado en la entrada —Si confías en mi… podré salvarte…— anotó nuevamente para el chico no tuviera miedo.

Lo siguiente, sería que el chico se dejara atender y que Bishamon, quien había hecho un par de sellos e iluminaba la entrada de la puerta con visos verdes, lo sanara como había hecho con muchos heridos a lo largo de aquellos años.
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Hablo - Pienso - Narro
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Última modificación: 12-01-2023, 10:25 PM por Adan Yamanaka.
Antes de tan si quiera poder ejecutar mi plan de enterrarme, apareció una rubia para ayudarme, al principio iba a defenderme e incluso iba a responderle de forma ofensiva pero cuando dijo "vienen mas imperiales" me hizo "confiar" un poco en ella y realmente no tenia mas opción, estaba herido,  si ella quisiera matarme, lo hubiese hecho desde el primer momento. Pase mi brazo por su cuello y le dije en baja voz - Mis costillas están fracturadas, cuidado - Seguí su paso al ritmo que se me permitía  hasta que llegamos a una cueva - Agradezco que antes de que apareciera esta mujer, pude esconder los cuerpos - Pensaba mientras me alejaba de su agarre para pasar por mi cuenta a la cueva. 

Ya estando adentro, me acosté con cuidado, con lentitud, observando todo pues aunque había accedido a estar con ella en aquel lugar, seguia desconfiado - ¿Quién eres? - Pregunte en un tono de voz suave, trataba de no agitarme ni de hablar fuerte para que mis pulmones no se expandan de mas y logren ser tocados por las costillas, no identificaba donde era la fractura pero prefería evitar. Aunque había podido ver a la chica, no la había detallado, mi personalidad por naturaleza es coqueta pero cuando estoy en "modo ninja" eso cambia y realmente me fijaba mas en otras cosas ¿Debía darle las gracias? no, aun no, debia saber mas de ella, en cualquier momento iba a invadir su mente pero ahora el dolor era tan fuerte que de hacerlo, iba a durar muy poco y se va a dar cuenta. 

No respondí a su pregunta de "No ver lo que se me venia encima", por un momento sentí que era mi madre la que me estaba regañando - ¿Esta niña que se cree? - Pensaba, no sabia nada de ella pero por su fisico, se ve una chica joven, la pregunta realmente era - ¿Que hace una niña en el bosque de la muerte? Tal vez esto es una secta y la persona de la entrada es  quien domina al grupo ¿Me obligaran a ser parte de ellos? Necesito mas información o realmente tendré que generar un problema mayor...-Los movimientos que hice  se llevaron una cantidad de chakra muy rápido cosa que también hizo que me cansara de mas - ¿Cuanto va a tardar esto? - Hasta ahora mi actitud no era la mejor y tal vez eso era un error pues en manos de esa persona estaba "mi salud"- Ahí estaba yo, acostado en la tierra, tratando de no perder ningún detalle, lo único bueno hasta ahora es que, por el color de chakra que sale de sus manos, es medico, por ende, su palabra hasta ahora era cierta: Curarme.

Mis manos estaban a los lados pero mi derecha estaba mas cerca de mi cintura que la izquierda, era una forma de "estar" precavido. Para estar mas cómodo, utilice mi bolso como almohada para asi quedar de mejor forma-
Pienso/Hablo/Albert
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El Emperador
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Las barreras del chico habían sido mínimas. Era lógico estando en su situación, lo más normal era sentir y saber que, de querer hacerle daño, lo habrían hecho sin siquiera avisarle, más si eran imperialistas. Si los conocía, sabría bien que no tendrían miramientos ni subestimarían al herido.

Te tengo…— dijo la chica agarrando con cuidado al rubio.

Era quizá demasiado pronto para dar un dictamen sobre el estado de su salud, pero al menos en la factura de sus costillas tenía razón, Bisha había podido verlo y con eso era suficiente, sus traumas de guerras le habían puesto a ver tantos huesos y partes del ser humano rotas que se le hacía complejo no notar esos problemas a distancia.

La chica que le sostenía, al ver que empezaba a andar, desapareció convirtiéndose en un montón de tierra apilada a su lado al mismo tiempo que Bisha se quitaba su capucha y dejaba ver su cara. Así, el konohaniano sabría que era la misma chica y que aquella, no era más que un clon. No estaban demasiado lejos, por esa misma razón no había desaparecido.

Ven, rápido… podemos estar siendo descubiertos si no te oculto pronto— comentó acercándose y terminando por dictaminar lo roto que estaba.

Parece que querían acabarte… ¿Sabes por qué? —.

Preguntó mientras buscaba ayudarle a caminar. Se acostó con cuidado una vez dentro de la cueva y otro tipo de conversación daría inicio. Lo escuchó y realizó un par de sellos. El aura verde, nuevamente, se vería en sus manos y empezaría a pasarla por las heridas del chico, mismas que empezarían a sanar de inmediato.

Soy Bishamon Senju, jounnin médico de Konoha, entiendo que seas desconfiado, pero si empiezas a sentirte aliviado no deberías dudar de mis intenciones

Estaba demasiado concentrada, su interés era reparar al chico lo más rápido posible, así, podrían moverse de allí sin dejar rastro y volver a la aldea con su supuesta investigación finiquitada. Alzó una ceja

No sé cuánto, tardará lo que debe tardar para que estés bien… Créeme, nadie más que yo está interesada en irse pronto. Además, me expongo a sanarte cuando debería estar regresando a la aldea…

Surostro se tornó agrio, preocupado y un tanto ansioso. La curación se intensificó, el chico podría sentir como sus huesos empezaban a reponerse, claro, ese proceso, a diferencia de los demás, causaba algo de dolor. Finalmente se estaban moviendo tejidos internos para pegar los huesos unos con otros.
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Hablo - Pienso - Narro
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-Doton, medico, sabe hacer clones, no es un ninja de bajo nivel - Pensaba mientras ella me estaba curando, mi pensamiento pronto terminaba de ser confirmado cuando ella se presenta -Nivel Jounin igual que yo ¿Senju? Los Senjus en Konoha son temidos por su habilidad con la madera...Ahora ¿Una niña siendo Jounin? Yo tambien lo fui a mi corta edad pero...Es sorprenderte igual- Mis ojos le observaban directamente a los de ella, mi rostro solo hacia expresiones de dolor por como me estaba curando pero mas allá de eso, seguia estando serio, aparentemente molesto incluso por ser salvado- Si es Jounin activa de Konoha... Puede ser parte del imperio, lo mejor será medir mis palabras

Aparte mi mirada de ella y solo gire mi cabeza, ella me pedía que "confiara" pero por dentro aun estaba preocupado de estar en sus manos,  todo ninja que me conozca perfectamente sabrá que valgo mas vivo que muerto. -Mi nombre es Adan....Yamanaka - Se notaba que no quería decirle mi apellido pues los de mi apellido son también conocidos en la aldea por sus habilidades - Creo que me han confundido... Pise una de sus trampas y eso me hizo este daño - Era "tonto" mentirle a una ninja medico sobre heridas pues se notaba en mi rostro que había recibido algunos golpes - Trabajo en una floristería de mi familia a las afuera del lugar y he venido hasta aca para encontrar una flor en especifico que se da cada cierto tiempo y estamos en temporada, sino era hoy, me tocaba esperar un año mas - Suspire y volví a observarle- Si necesitas alguna hierba en especifico, puedes pasar por la tienda, si no la tengo...La conseguiré -Aquellas palabras, por muy amables que fueran, no sonaban igual, se notaba que estaba incomodo, lo que ella no sabe realmente es que mi incomodidad era por ser salvado, estaba acostumbrado a ser yo quien salve a la gente y que ahora me salve una chica que no conozco, eso "lastimaba" mi ego pero claramente eso ella no podía adivinarlo de buenas a primera.- ¿Qué hace una niñ... Persona como tu por este lugar a esta hora?-

 -Solo necesito que me cures lo suficiente para poderme ir caminando y ya en la tienda yo me encargo de terminar mi cura - Dije sin observarle de nuevo pues esta apurada- Lo menos que quiero es ocasionar un problema, ya  es suficiente con que este lugar se rodee de gente que pueda hacerte daño por mi culpa -Cierro los ojos por el dolor - Creo que incluso ya puedo irme - Claramente esto es mentira y cuando intento moverme me detengo de inmediato por el dolor - Maldita sea - Pensé mientras apretaba los dientes...Mientras mas estuviese con la chica, mas rápido se iba a enterar de muchas cosas de mi, entre esas, que también soy ninja, uno que se retiro de la aldea antes de que supieran que  soy rebelde-
Pienso/Hablo/Albert
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Continuó con tu trabajo, se le veía demasiado concentrada pero realmente no lo estaba. Aquello, era solo un poco más de las tantas sanaciones que le tocaba hacer normalmente, así que, a pesar de tener su concentración puesta en el trabajo, podía conversar con el otro con normalidad, así que respondió con tranquilidad.

Yamanaka… — meditó un momento.

Conocía de lejos las habilidades del clan y claro, el tema de intenciones, de reconocimiento de chakra. ¿Qué tanto podía ser o a qué nivel era ella una conocida para el otro? Lo pensaba, más que todo por el hecho de no saber si el chico era o no imperialista. Ambos estaban en la misma posición. No era fácil confiar de buenas a primera.

Suelen dejar demasiadas por todos lados, debes tener más cuidado a la próxima— acotó antes de seguir oyéndolo.

Son famosos por sus flores. Te haré saber si necesito algo, normalmente tengo que conseguir cosas por mis investigaciones. Sería genial ahorrarme los viajes— dijo finalmente con cierta duda entre dientes —Aunque lo cierto es que me gusta salir y conocer un poco del entorno del mundo.

La pregunta siguiente la puso un poco en jaque. —¿Qué debo decir?... — pensó mientras guardó silencio unos segundos, pensando un poco su respuesta.

No sé quién eres, esa es la verdad y te estoy ayudando por que como médico a esto me dedico. Por lo mismo, desconozco si eres o no imperialista, pero te diré que… Suelo salir a ayudar a gente enferma por fuera de mi tiempo como shinobi.

Aquello era una confesión. Bishamon no solo curaba enfermos, curaba a los antimperialistas que tuvieran problemas de salud y proveía a los mismos la medicina para que se recuperaran. Las condiciones no eran óptimas, nunca eran las mismas, pero ella estaba bien con eso por ahora, era su forma de contribuir al cambio.

Ya te dije, hago esto con gusto y estará listo cuando acabe. No te esfuerces mucho más… Pero ahora, dime algo… ¿No es demasiado tarde para ir por ahí buscando flores?— quería saber nada más si el chico escondía algo y luego de haberse revelado ella, lo normal era esperar lo mismo.
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Hablo - Pienso - Narro
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Ella dijo una palabra clave: Imperialista, todo me daba a entender que estaba del lado del imperio pero a su vez también me enseñaba que tenia "un corazón" uno como para ayudar a quien sea sin necesidad de saber su orientacion política, aun asi, necesitaba saber mas, necesitaba entrar en su mente y buscar, solamente, que bando es. Mis ojos se volvieron a posar en ella, observando directamente su iris - No solo vendemos flores, mi abuelo se ha preocupado por expandirnos un poco mas y también tenemos diferentes tiempos de hiervas, muchas son medicinales -  Sabia un poco de medicina, no tanto como ella pero si lo suficiente para poder sobrevivir ante ataques comunes y poder curarme con estas hiervas. 

Sin dejar de mirarle, negué con mi rostro - Las trampas estaban bien posicionadas, los ninjas son expertos en colocarlas de forma estratégicas, había logrado evitar toda las anteriores pero esa ultima si logro su objetivo - Cerré los ojos, ya sentía como poco a poco mi torso se iba recuperando - Para buscar flores no existe horario - Dije de forma seria para volver a observarle. 

Mi izquierda se estiro lentamente hacia ella sin necesidad de tocarle, solo colocándola al frente- Yo he confiado en ti ¿No? - Mis expresiones se volvieron "serias"- Si tu confías en mi, deja que te toque la frente un momento - Tras decir aquella, era momento de "enfrentarme" a ella, ya era suficiente con pedirle el contacto pero debía hacer que confía en mi.  Mi derecha termino de sacar la Kunai que se encontraba guardada en mi cintura, esta la lance lejos de nosotros (A unos 10 metros atrás de nosotros)- He alejado mi arma como muestra de paz - Mi mano aun sigue sin tocarle, esperaba que fuera ella quien acercara su frente-  Si tus intensiones no son malas, las mías tampoco lo van a ser pero no puedo terminar de decirte todo sin saber antes quien eres - Ya con esto dejaba claro una cosa: Se leer tu mente.


La Kunai que había lanzado era diferente a las comunes, esta era un poco mas "larga"  con 3 puntas y un mago de madera, un arma ninja que a diferencia de la original, esta se veía "mas pesada" - No dejaras de hacer tus labores y solo seran unos segundos - Afirme con mi rostro-
Pienso/Hablo/Albert
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Adan empezaría a sentir, como poco a poco su vitalidad regresaba. El trabajo de la rubia no solo era rápido, sino contundente, tanto así que podría cerrar heridas graves en poco tiempo. Todo aquello era resultado de la experiencia que le había brindado la misma vida. En quince años, desde que Yugata había terminado, la razón de ser la rubia era lidiar con ese tipo de males todo el tiempo. Esperaba quizá un haz de luz, un punto blanco en toda esa oscuridad.

Quizá, en medio de aquel recorrido lo que esperaba sencillamente era dar con algo, o alguien, que le mostrara el camino, el que llevaba al renacimiento del mundo tal y cual estaba. Así ese nuevo mundo o esa nueva visión fuera retorcida o loca, cualquier cosa iba a ser mejor que estar del lado del imperio. Adan, desafortunadamente no vería eso. En caso de querer entrar a los pensamientos de la chica, no vería nada más a una rubia desesperada por alcanzar cierto grado de iluminación con sus dones y a una chica un tanto perdida que solo buscaba ayudar a los demás por medio de la medicina.

Pues eso mismo digo, no existe horario, pero… Si hubieras salido de día estoy segura que no te habrían tomado por sorpresa, joven Yamanaka.— comentó casi que regañándolo.

A lo demás, su ceja solo se alzó y de inmediato, como reflejo, se movió hacia atrás evitando cualquier tipo de acercamiento a sus pensamientos.

Ve despacio, soldado, apenas acabamos de conocernos— bromeó ante su renuencia al hecho.

Lo cierto era que, aquel tipo de cosas las reservaría para con quien tuviera algo más que un encuentro fortuito. Definitivamente no dejaría que un recién conocido hurgara en su mente.

Creo que es un mano a mano, no dejaré que entres y yo, definitivamente no sabré nada más de ti. Me basta con sanarte. Tendrás un día más para vivir y bueno, podrás pagarme mejor si en algún momento nos volvemos a ver.

Dudas, preguntas y frases sin respuesta. La apuesta era sencilla, ella, por su parte, no tendría nada que perder. Por el contrario, el joven Yamanaka podría decir que estaba en deuda con ella. Por otro lado, la curación quedaría terminada en pocos segundos más.
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Hablo - Pienso - Narro
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-La rubia no quiso que entrara en su mente, era comprensible pero también afirmaba muchas cosas en mi mente, de forma lenta retire mi mano y solo cerré los ojos negando con el rostro - Si, digamos que te debo una - Dije con calma, muy pocas veces me toco recibir asistencia medica y lo que puedo decir de todo eso es que esta chica es mas rápida que el promedio, eso era bueno para ella y para mi, asi ambos ibamos a poder seguir con nuestras labores y no nos meteríamos mas en problemas.   

Una vez estudiando la mente de las personas logre comprender que muchas veces las mujeres tienen ese "instinto" materno el cual termina generando una reacción de trato hacia los hombres como si estos fueran sus hijos, por eso regañan y se preocupan y que ella diga ese tipo de comentarios me daba a entender que su labor medicinal no solo es "por un trabajo" realmente debe disfrutar defender y ayudar - ¿Joven? -Dije en baja voz- Perdone usted señora de las cuatro decadas- Gire mis ojos y mire hacia el lado contrario, mi palabra estaba cargada de ironía pues su  fisico dejaba claro que era una chica menor que yo. No pensaba entrar en discusión de quien era mayor pero que me tratara como un niño, teniendo fisico de niña es irónico. 

La sanación estaba casi por finalizar, tal vez faltaba menos de 30 minutos - Ya estoy bien - De nuevo era "tonto" mentirle pues ella como medico sabe bien el tiempo - Así puedo caminar y me recuperare por completo en mi tienda - Mis ojos volvieron a observarle - Espero realmente  no volver a vernos pues la próxima puede ser en una guerra de rebeldes contra imperialistas y dudo que tengamos compasión el uno del otro, aunque hoy me salvaste, mañana tus ordenes serán matarme - Pensaba mientras intentaba ponerme de pie, si bien en mi no estaba la idea de dejar escapar a una imperialista, tampoco era una persona sin honor, no podía atacar a la mujer que me acababa de salvar la vida, tal vez este dia solo fue un paréntesis para ella y para mi. - Si supieras que no me hace falta tocar tu frente para entrar en tu mente - Pensaba- Al final ni tu ni yo sabemos las habilidades que tenemos- Soy orgullo y aunque no puedo negar que su acción fue la mas inteligente, también mi orgullo me dice: Tus intensiones eran buenas y ella no se dejo, esperemos nunca tener que entrar en su mente... -Si, en esa parte era malcriado-
Pienso/Hablo/Albert
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Agradeció un su momento que el chico recibiera bien su negativa. Siendo del banco contrario, lo más seguro fuera que aquel encuentro se hubiera dado una confrontación, pero ese escenario solo dejaba por sentado que ambos miraban al mismo lado o al menos eso quería creer la rubia. A lo demás, solo sonrió.

No estoy lejos de esa edad, aunque parezca mucho más joven. A veces las apariencias engañan, no lo olvides. — comentó tranquila.

Tras esto, el chico insistiría. Faltaba poco, realmente para que su cuerpo estuviera óptimo, pero si quería terminar el trabajo por su cuenta ella no iba a impedírselo.

Si no vas a dejarte sanar, al menos deja que te acompañe a la aldea. Capaz si nos ven juntos se contengan antes que ver a una muchacha o a un muchacho mal herido regresando a la aldea.— propuso.

Lo demás, fue simplemente esperar a que sus movimientos fueran o no certeros. Si sí, entonces guardaría el resto de su chakra para el resto del camino y si no, seguiría sanando la parte faltante hasta que estuviera en óptimas condiciones. Claro, finalmente era el quien decidiría si se movería con el esfuerzo que ello pudiera generarle, o si se dejaba tratar para quedar con la vitalidad intacta.

Debían pensar antes de salir de allí que la posibilidad de ser atacados era latente. Incluso quedarse ahí por el resto de la madrugada y retomar el camino con el sol en lo alto podría ser lo más sensato.

La cueva, por otro lado, no parecía del todo un lugar mal habido. Rocas rudimentarias se organizaban allí formando una especie de mesa con sillas, la fogata tenía el espacio perfecto para mantener el lugar cálido a pesar del frío externo entre otras cosas básicas de una casa improvisada.

Aunque también podemos quedarnos acá, si no te incomoda, claro…— musitó bajito casi que proponiéndolo después de haber dilucidado una batalla en sus pensamientos.
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Hablo - Pienso - Narro
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-He escuchado que los medicos logran conservar muy bien su cuerpo por medio de jutsus medicinales, no es descabellado pensar que ella se ha mantenido joven "por siempre"...Típico de las mujeres - Pensé mientras  le observaba. Ella me dijo de volver a la aldea  pero antes de que tan si quiera le respondiera, cambio por completo el plan y propuso que nos quedemos -Pense que te esperaban - Dije en tono seco mientras me  comenzaba a levantar con lentitud, apartandome de ella y colocandome de pie, de nuevo mi orgullo actuaba primero que la logica pues si nos ibamos a quedar ahi, lo mejor era que ella terminara de sanarme pero en aquel momento estaba confundido, no sabia realmente que quería. 

Sin decirle mas nada camine hasta la entrada de la cueva, quedando a unos 5 metros de distancia de esta, hice unos sellos con lentitud y del suelo comenzó a subir un muro de tierra el cual encajaba perfecto con la entrada, sellando de esta forma la cueva - Si nos quedaremos, no quiero visitas inesperadas -Mi tono de voz era bajo pero gracias a la cueva y el silencio de la misma, se podia escuchar todo con claridad. Una vez sellada la entrada di media vuelta y  me enfoque en ella, manteniendo la distancia - Si me voy a quedar contigo, es momento de sincerarnos - Mis brazos bajaron, quedando al lado de mi torso - No vivo en la aldea, me aleje de ella por que no tolero a los imperialistas.  Soy un Jounin que simplemente "se retiro" para cuidar su tienda y ya - Mantenía la distancia, no iba a acercarme hasta que me dejara una palabra clara de que bando esta- No dudare en matar a un imperialista que se acerque a hacerme daño como lo hicieron tus compañeros  cuando cai en la trampa - A diferencia de las actitudes anteriores, en esta ella podia notar mucha seriedad- Agradezco que me hayas salvado, curado y preocupado por mi, puedo ser muchas cosas pero el honor es algo que se mantiene vivo en mi mente y asi seas del imperio, no pienso luchar contigo - Aunque mis palabras siguieran siendo de paz, en mi mano podía notar cierta ciertos rayos recorrer esta, todo implicaba que estaba preparado para una reacción violenta de su parte. 

Me parece justo que asi como ella me demostró tener Doton y ser medico, no estaba de mas enseñarle que era raiton y doton- En este caso,  si los ninjas te ven conmigo, no van a pensar que estamos teniendo una cita romántica, van a creer que estas ayudando a alguien que esta contra la aldea, y nos atacaran, sobre todo cuando noten que faltan dos de sus hombres que cuidaban esta zona y una de sus trampas fue accionada , por eso aceptare tu propuesta - Mi izquierda fue a mi bolsillo y de esta saque un cigarrillo, llevándolo a mis labios y luego llevando un encendedor para encender este - Irónico -Dije mientras apartaba el cigarrillo de mis labios- Yo defendiendo a una imperialista - Negué con el rostro-  Por que lo eres ¿No? Los ninjas que están en Konoha están ahi porque aceptan el régimen  - Por ahora la cueva estaba bien alumbrada pues la fogata  daba suficiente luz para vernos ambos pero la luz no se extiende mucho, no podíamos detallar muchas cosas gracias a la oscuridad-
Pienso/Hablo/Albert
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La batalla que imaginaba Bisha tenía ciertos componentes. El primero, era el hecho de ver, a una pareja joven regresando a konoha a en horas de la madrugada, nada sería más llamativo y posiblemente les hiciera un blanco fácil en las puertas de la aldea. Lo segundo, era que uno de los dos iría con rastros de sangre y herido, tampoco era bueno para ella llegar, como médico élite, dando indicios de haber ayudado a un desconocido, no era de sus tareas a desarrollar; lo tercero y en definitiva más peligro, era el hecho de ser interceptados en el regreso por más ninjas imperialistas y tener que lidiar, ella con ellos y ser apoyada por un chico del que desconocía sus habilidades. Por aquella razón, la rubia había propuesto quedarse en aquel lugar.

A las primeras palabras del chico, alzó la ceja derecha, arqueándola hacia arriba en completa señal de disgusto. ¿Quién se creía ese chico que era? En ningún momento la rubia había dejado, ni siquiera en sus pensamientos, la idea de que tenía que volver por la esperaban. Era un jounin y como tal, tenía libertad expresa para salir de la aldea por sus propios asuntos y volver a ella cuando bien quisiera. Familia no tenía así que, ¿de dónde rayos había sacado eso?

Sin embargo, no dijo nada, le miró moverse casi que inexpresiva mientras se tomaba de igual forma, el tiempo para pensar lo que pasaría en ese lugar justo después de la forma en la que todo se había dado. Luego, el rubio crearía un muro de piedra en la entrada para no recibir “visitas sorpresa” —Este tipo… — pensó la rubia en sus adentros cada vez más y más molesta. ¿Acaso no podía verlo? Le había llevado a su lugar muy a pesar de desconocerlo. Le curó y le ayudó muy a pesar de que pudo haberse quedado sin hacer nada y verlo morir. ¿Era posible ser tan inconsciente del punto en el que estaba?

Lo siguiente fue escucharlo. Todo parecía indicar que era antimperialista, así que, sus labores estaban siendo correspondidas. A final de cuentas, su labor por fuera de la aldea era impedir, que quienes buscaran restaurar el orden normal de las cosas, sufrieran más bajas, por lo que se tranquilizó un poco. Lastimosamente, luego llamó a sus atacantes, “compañeros” tal y como si la ubicara a ella adentro de ese grupo de personas, escoria, que pasaban por encima de cualquiera para mantener el orden que habían impuesto.

La mirada de la rubia era penetrante. Sus orbes violáceos afilados sobre el jounin solo denotaban atención, aunque parecían casi que leer al chico por completo. Decidió negar en cuanto el mismo anotó la razón por la cual no lucharía con ella. Lo curioso, es que la razón no era que perdería contra ella en sus condiciones, sino que, por salvarla, ella no merecía ser atacada. ¿Acaso la subestimaba por ser mujer o por ser médico? No pudo evitar apretar la mandíbula, nada de lo que había dicho causaba gracia en la rubia, de hecho, nadie la había hecho enojar tanto. Afortunadamente, la edad le había dado paciencia para lidiar con chicos como él.

Los rayos, por demás, dejaban entrever acciones bélicas, muy a pesar de todo lo que estaba diciendo. Pero tenía razón en sus conclusiones, si era antimperialista y retirado de la aldea, entonces no debían ser vistos juntos ni por error. Prendería un cigarro mientras la rubia lo seguía con la mirada. Finalmente decidiría hablar para bajar un poco el calor de su cuerpo.

Estar en la hoja ha sido una forma de subsistir. Seguimos siendo animales, hacemos cosas por instinto más que por gusto. Estoy allí por que vivo allí, pero no estoy a favor de los crímenes ni de las formas del imperio, no sé si responda con ello tu pregunta. Estoy esperando quizá un momento para ponerme del lado correcto. — Se pondría de pies despacio. —Y si, tienes razón en lo último que dijiste, efectivamente no pueden vernos juntos, así que, enfócate en recuperarte. Espero que la próxima vez que te vea no sea herido, sino dando batalla por una razón justa.

Bisha pasaría por el lado de él dejándolo 5 metros atrás. Llegaría al muro realizado con doton para poner su izquierda en él al tiempo que acumulaba chakra en la derecha. Acto seguido, flexionó las rodillas un poco y desde atrás, un puñetazo con la derecha partiría toda la roca dejando el orificio nuevamente abierto.

Eso es todo, Yamanaka Adan. Ten larga vida, y gracias, por tu labor antimperialista, espero algún día todo esto cambie…— dijo tranquila dejando claro que se marcharía. —Una cosa más… No subestimes nunca el poder de una mujer y menos si es médico. Ahora mismo, más que por tu honor, no podrías ganarme en un combate, pero evidentemente no puedo demostrártelo, no estás en condiciones.— dicho esto, daría un salto para ponerse en la cúpula de la cueva y desde allí, emprendería camino hasta la aldea.
[Imagen: Firma-Bishamon.jpg]
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Última modificación: 17-01-2023, 03:27 AM por Adan Yamanaka.
La chica no dije ser rebelde pero  si negó  (creo yo) ser de imperio, eso hizo que me calmara, a tal punto de  no alertarme cuando se acerco al doton, ella me había demostrado  que también maneja aquel elemento, tal vez solo va a deshacer la tecnica, abrir e irse. Escuche todo lo que dijo en completo silencio, mi mirada al igual que la de ella era una seria, una donde sin necesidad de que esto fuera real, ambas lanzaban chispas de electricidad, chocando, las acciones no eran las mas agradables, sobre todo cuando ella  dice que espera verme en batalla y no herido - ¿Qué va a saber la doña de mi? Puedo asegurar que estoy haciendo mas que ella por alejar al imperio de Konoha pero claramente no  l......- Mi pensamiento fue interrumpido por el golpe que lanzo, haciendo un gran ruido al destruir el doton, eso hizo que abriera mis ojos sorprendido y no porque golpeara fuerte, al punto donde he vivido, la fuerza de alguien es lo que menos me ha sorprendido, mi cara fue por el ruido del mismo. Tal vez puede haber evitado que golpeara la pared pero nunca pensé que fuera a hacerlo, por eso deje libremente que se acercara a la salida. Camine a "mi velocidad" máxima (la que me permite mi herida aun no recuperada del todo) hasta donde estaba la kunai que antes había lanzado, recogí esta y todo rastro que había de nosotros mientras le escuchaba despedirse y solo negué con el rostro - A veces me pregunto porque estoy soltero, luego recuerdo que las mujeres están locas y entiendo porque sigo en ese estado civil - Pensaba mientras mis ojos se le quedaba viendo, de nuevo de forma seria.  Justo luego de que saltara fue cuando una voz en la cabeza de bishamon se empezó a escuchar - La felicito, no hay nada mejor que destruir la puerta de una cueva en un lugar silencioso que esta siendo rodeado por imperialistas, es la mejor invitación que pudo hacer. Veo que sus palabras solo fueron un engaño.  No pienso halar de mis habilidades ni mucho menos decir ahora mismo quien gana entre  tu y yo, confías en tus habilidades y yo en las mías, en tu cabeza ganas tu, en la mía gano yo aunque... ¿Yo ya estoy en tu cabeza no?  -Claramente estaba molesto pues la mujer había  creado la mayor alerta del lugar y era cuestion de minutos para que el sitio se llenara de imperialistas. 

Gokei Setsuzoku


Sin mas, comence a alejarme de igual forma, al lado contrario de ella- Agradezco su cura porque no soy un malagradecido pero dejaste en evidencia que tu intension nunca fue ayudarme sino esperar que pase el tiempo para que tus amigos llegaran y luego dar la señal de alerta para decirle donde estamos y que vinieran por mi... Pff, con razon no dejaste que entrara en tu mente, iba a descubrir todo y se iba a complicar, excelente plan señora, lastima que no le funcionara, de igual forma, bonita manera de hacer que no le olvide -Esa ultima palabra se jugaba con doble sentido pues se puede entender como un: Voy a ir a por ti, o simplemente se puede interpretar mas como lo que realmente significa.  Si en algo era experto, era en el sigilo, claro, eso ella no lo sabia pues su forma de conocerme fue de la manera menos sigilosa posible. 

Mi forma de moverme entre los arboles era de una muy cautelosa, tal vez algo mas lento por la herida pero de igual forma evitando a toda costa un contacto directo con imperiales, si algo era experto era en la infiltración y era hora de sacar a la luz todo mis movimientos. 

Por otra parte, no iba a recibir respuesta de bishamon y no es que ella no quiera hacerlo, sino que ella no podía responder (Segun el jutsu, se debe tener 70 de inteligencia para poder contestar)Por ahora el encuentro fue un fracaso pues las intenciones nunca quedaron claras y solo se vivió de malentendidos gracias a la desconfianza- Hoy hay 3 opciones, o mato a muchos, o me matan muchos o esquivo a muchos - Me dije en baja voz pues la  comunicación mental con bishamon aun no se había cerrado, eso tambien me daba a entender que estaba a menos de un kilometro aun.  -Estupido pensar que realmente buscaba ayudarme la doña-
Pienso/Hablo/Albert
[Imagen: Dise-o-sin-t-tulo-2.png]
El Emperador
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No era la primera vez que un Yamanaka se cruzaba en su camino. Seguro tampoco sería el último, así que, en su estado, la voz en su cabeza no la tomó por sorpresa, de hecho, se le hizo lo más de normal. El chico le parecía obstinado y ensimismado con el tema de la persecución ¿Acaso sufría de tal delirio?. La rubia parpadeó un par de veces mientras caminaba hasta el centro de lo que empezaba a ser el techo de aquella cueva. Sus palabras por demás no tenían sentido, aquel lugar era su lugar, sabía bien que había hecho y hasta donde tenían vigilancia los imperialistas. ¿Rodeado? Esbozó una sonrisa. A lo demás, bueno, estaba claro que el delirio de persecución era lo suyo, no le dio importancia y siguió caminando en sentido contrario a la puerta de aquel lugar.

Llegaría, en algún momento a una especie de peñasco, ahí, solo podrían verse copas de árboles y una densa niebla surcando el espacio aéreo del lugar. La rubia, sin embargo, conocedora de la zona, se lanzaría al “vacío” para seguir alejándose del lugar, pero para esta ocasión, no limitó en absoluto su velocidad. De hecho, uno su límite máximo para moverse hasta la entrada la aldea. Lo demás dicho por el chico se le había fastidioso. Hasta donde logró escucharlo solo lograba hacer enojar con creces a la rubia. Quizá como nunca nadie lo había hecho hasta ahora.

Pronto, la rubia saldría del radar del Yamanaka, con la esperanza de no tener que cruzarse con sujetos como él nuevamente. Sobre el tema del “ruido” causado al interior de la cueva, bueno, el ya estaba en problema con imperialistas, la labor de Bisha había sido simple, alargar un poco más su vida. A saber si lo tomaría o no como cuenta por pagar, como si una especie de deuda hubiera surgido. Tampoco es que le interesara, peores y más cosas había sobrevivido.

Este tema ha sido cerrado.

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