El peligro también es divertido [Tomoaki]
LinkIcon Enlace al Post
Última modificación: 05-11-2022, 09:32 PM por SamuruFake.
10 de Febrero.
12:30 Hrs.

Tardó en llegar, pero finalmente está aquí. En una pequeña balsa como es de costumbre, Samuru llegó a una de las islas que conforman este gran archipiélago. El clima estaba frío debido a que aún están en invierno, pero falta tan solo un mes para el gran suceso que desde antaño anima las cosas por aquí. Al menos esa es la información que el viajero posee. Una carrera es el evento que se desarrolla y muchos ninjas o atletas se preparan arduamente para ganarla, aunque, según información privilegiada a la que pudo acceder el de cabellos azules, la facción dominante del mundo se encarga de hacer trampa para que siempre alguien de los suyos se alce con la victoria, desmotivando a todo aquel que sea más neutral a ellos. Neutral porque nadie quiere declarar estar en contra, obviamente.

El caminante quería ver cómo se desarrollaban estas cosas. Le parecía interesante intentar descubrir y conocer nuevas historias en torno a este gran suceso. Ya sabemos que los viajes que él hace tienden a ser para seguir expandiendo su conocimiento y construyendo su futura figura como Dios.

En cuestión de horas pudo recorrer el paisaje y encontrar situaciones interesantes. Un tipo en particular, aproximadamente 20 años, se encontraba corriendo en una zona bastante alejada de la sociedad. Aunque se movía a gran velocidad, era evidente que limitaba su capacidad. Sus ojos se movían de un lado para el otro, casi como si tuviera miedo de que haya alguien en las cercanías. Samuru fue bastante cauto y se mantuvo escondido detrás de unos árboles. Sin embargo, hubo dos personas que no tomaron la misma decisión.

Alguien está en problemas. — Un hombre y una mujer, ambos con una actitud bastante agresiva rodearon al pobre tipo que solo entrenaba. El miedo inundó su rostro y el sudor que ya existía aumentó y abundó. — ¿Qué quieren? Prometo que no estoy haciendo nada malo. — Su voz tartamudeaba y sus piernas temblaban. No podía estar en peor posición. Estaba de frente a la mujer y de espalda al hombre. No tenía como huir. Sin embargo, lo intentó. Quiso usar sus veloces piernas para huir por el costado y en cosa de un segundo ya se había alejado varios metros. Miró hacia atrás para asegurarse de si lo seguían o no, pero de pronto chocó con lo que pareció ser una pared. Volteó hacia el frente y se encontró con aquel alto y robusto agresor. — Señor "D", sabe que yo solo estoy entrenando para la carrera. No quiero problemas. — Entendió que solo le quedaba usar el poder de las palabras para zafar de ese lío.

El viajero no movía ningún múscula, no pestañaba y casi tampoco respiraba. Entendió de inmediato que esas dos personas son fuertes, probablemente más que él si les va de frente. En caso de que noten su presencia estaría en problemas, pero irse ahora podía ocasionar el efecto contrario al deseado. — No, de hecho, probablemente ya estén al tanto de mi presencia. — 

Regresando con los otros tres, el atleta fue derribado con una patada en las propias. Cayó y gritó del dolor en el piso. Nuevamente un movimiento veloz, pero esta vez por parte de la fémina. — Furukawa Sendou, si no me equivoco. — Mencionó mientras acomodaba sus gafas. — Tu velocidad está por encima de la de nuestros muchachos y eso arruinará todas nuestras apuestas. No podemos dejar que alguien que no está de nuestro lado nos quite todo ese dinero de las manos. — Finalmente se dio a conocer el motivo de tal persecución y abuso. No debe ser algo que sorprenda, en todo el mundo deben ocurrir este tipo de cosas. Samuru lo entiende, si no te unes a ellos, solo tendrás una vida llena de dolor y sufrimiento. Siempre es mejor aparentar y ser aquel que más beneficios pueda obtener.

No dejaremos que llegues a esa carrera. — La sentencia fue hecha y lo que ocurrió después se puede describir como escalofriante. Ambas personas iniciaron una lluvia de violentas patadas directamente a las piernas del atleta con la misión de impedirle volver a caminar, si no es por el resto de su vida, al menos durante un largo tiempo. Los gritos que soltó aquel hombre son desgarradores, penosos. Afortunadamente Samuru era un muchacho que no poseía tales sentimientos como la lástima por otra persona.

La escena duró cinco minutos. El tipo estaba todo moribundo y sus piernas estaban completamente destrozadas. Los agresores dieron unos cuantos pasos alejándose de ahí, pero se escuchó en alto por primera vez la voz del hombre. — Por esta vez no nos encargaremos de las ratas. — Una sonrisa adornó el rostro de Samuru, pues, entendió que se referían a alguien escondido, alguien como él. — Já. Lo sabía. —  Cuando se alejaron lo suficiente, el nómada se acercó a la víctima. Seguía con vida, pero los quejidos de dolor y balbuceos seguían presentes. — Hey, veo que no te encuentras bien. — Dijo usando un claro tono burlón. No tenía la intención de rematarlo y mandarlo al mundo de los muertos. Este descubrimiento, si era bien aprovechado, haría perder mucho dinero a los tipos de antes. ¿Estaba en contra de ellos? No, para nada. Simplemente consideró divertido arruinarlos.

C


D
LinkIcon Enlace al Post
— Por aquí estará bien.  — Afirmó Tomoaki. El hombre, de aproximadamente unos 54 años de edad, detuvo, con gran fuerza y resistencia comprobables, la balsa donde el rubio había decidido explorar las costas.  — ¿A qué hora parte? — Preguntó.

El anciano, de cabellera negra y canas blancas, rascó su nuca con una cara un tanto desconcertada, pues no consideraba que el trayecto fuese a acabar de forma tan prematura.  — Disculpe, señor, pero no logro entender su pregunta.  — El rubio rio por lo bajo y perdió gran parte de su compostura ante el anciano, volteando hacia él y extendiendo una pequeña bolsa de tela donde albergaba el dinero del viaje.

— Ahí encontrará la mitad de lo debido, le daré el resto cuando regrese.  — No especificó hora ni mucho menos, tan solo entregó el dinero y sin preocupación alguna marchó hacia los interiores de la isla, específicamente por uno de los caminos con más vegetación o al menos a primera vista. Sus manos reposaban por dentro de su peculiar haori y su flequillo cubría parte de su rostro, no obstante, para él esto era un detalle totalmente normal y se sentía sumamente cómodo con ello. Los lentos pasos del joven Ueda lo llevaron a toparse con una situación bastante peculiar y difícil de entender… ¿Qué había sucedido realmente allí?

— Vaya, creo que este es el recibimiento más extraño que he podido recibir en una locación.  — Confesó en voz alta, sin importar la opinión de aquellos otros dos frente a él. Tomoaki, observó las heridas en el cuerpo del desconocido, así como el grave daño en sus piernas.  — Supongo que no has resbalado… — Pensó en voz alta casi que bromeando con la condición del joven, sus manos aún permanecían guardadas dentro del Haori, pero lo más importante es que su interés había sido captado por la extraña escena frente a él.

— ¿Has sido tú? — Preguntó al joven de vestimenta llamativa, él tan solo quería indagar algunos detalles antes de marcharse… ¿Quizás? — Sí, es así, he de decir que posees una fuerza descomunal…  — Aduló, totalmente ignorante ante el resto de detalles que podrían surgir en los próximos diálogos por venir.
LinkIcon Enlace al Post
El atleta herido no fue capaz de dirigirle palabra a Samuru, de su boca solo escapaban quejidos de dolor. Lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas debido a la frustración e impotencia que sentía su cuerpo. No pudo defenderse, no pudo hacer nada. Y lo peor, lo peor de todo, es que no podría presentarse a la gran carrera dentro de un mes. Aunque pudiera sanar todas sus heridas y lesiones para entonces, estaría fuera de ritmo y su cuerpo no tendría la condición necesaria para competir y aspirar a ganar. — Vamos, vamos, no te pongas así. Tienes suerte de que te has encontrado conmigo, tu salvador de otro mundo.

Las palabras del nómada cesaron al escuchar los pasos de alguien nuevo. Juzgando su experiencia podría concluir que no se trata de uno de los tipos de antes. Aunque desconfiara a primera vista, su rostro siguió mostrando una tranquila sonrisa. — Claro que no, solo soy un viajero. Un hombre y una mujer lo atacaron. Me dio mucho miedo y no fui capaz de atreverme a ayudar. — Emitió una risa nerviosa mientras se rascaba la mejilla. Obviamente esta reacción fue fingida. — Como experto en comercio, he visto una buena forma de ganar dinero en esta isla, pero te necesito a ti, amigo. — Apuntó al hombre en el piso.

Esos tipos siempre se salen con la suya… Son unos monstruos. Todo se acabó… — Bastante pesimista, probablemente tenía depresión, aunque debe ser por los malos sentimientos del momento. Samuru con mucho cuidado intentó levantarlo y cargarlo en su espalda. Su fuerza física no era para nada destacada, así que encontraba bastante pesado el cuerpo ajeno, pero no tenía de otra. — Ya te dije, has tenido suerte. Tenemos un mes para planificar todo.

Sin embargo, irse al pueblo no era la mejor idea. Si los matones de antes o sus secuaces veían al atleta regresando no se quedarán de brazos cruzados. Samuru sabe perfectamente que entrar en combate directo con ellos le traería la derrota, así que necesitaba un plan B y trabajar solo no era lo más conveniente. Además, le parecía sospechoso aún la repentina llegada del tipo rubio, por lo que prefería tenerlo cerca para vigilarlo, y en el caso de que demuestre ser confiable, incluso podría pedirle ayuda.

No soy de por aquí, ¿qué tal tú? Necesito un sitio tranquilo para ayudar a este pobre hombre. Si lo llevo a su aldea, probablemente vuelvan a atacarlo. Te digo que ayudarlo puede entregar muchas ganancias. — Se dirigió directamente a Tomoaki. ¿Qué respondería?
Salto de foro:

Usuarios navegando en este tema: 2 invitado(s)