Lugar: Bar de Waka (País del Viento)
Fecha: Desconocida.
Hora: 15:47
Aquel lugar no era muy grande, ni tampoco estaba muy limpio que digamos. La barra era lo que se intentaba mantener más adecentada y cuidada; aun así en ella habían quedado reflejadas las marcas y arañazos de incontables jarras y vasos deslizándose por la pulida madera; discretas marcas ahumadas se habían formado mostrando como la ceniza candente de algun cigarrillo se habia precipitado repetidas veces; algunos desconchones y cortes superficiales se podían apreciar si pasabas tu mano por el lateral de la misma, deslizando con cuidado tus dedos apreciando cada imperfección por sutil que fuera en ella. En resumidas cuentas podíamos entender la cantidad de historias que en esa barra habían sido contadas, las peleas, los incontables clientes a lo largo y largo de los años.
Ahora mismo, tras el mostrador de aquella barra se podían contar hasta tres clientes sentados en sus taburetes, dejando al resto por ahora expectantes desde las mesas arrinconadas en el perímetro formado por las paredes. De aquellas tres personas, la ultima en llegar iba acompañada de un gato, se trataba de un joven fornido que parecía un habitual del local y no dudo en sentarse a reclamar su petición habitual mientras reclamaba un poco de fuego al sujeto que habia llegado escasos momentos antes que él. Dicho segundo sujeto era alguien de porte sinestro, fumando puros a diferencia de los cigarrillos que debían consumir más frecuentemente el tipo de clientela humilde que visitaba aquel lugar a priori, era alguien que cualquiera pensaría que fácilmente pertenecía a una de las familias mafiosas de la región, mejor no acercarse.
Y por ultimo, la tercera persona, más fue la primera de los tres que habia llegado a esa barra sentándose en el ultimo asiento del fondo, era una joven de largos cabellos negros que se resaltaban más con la opaca iluminación del lugar. La chica tenia la espalda cubierta por una capa amarillenta algo gastada que descendía casi a ras de suelo al estar sentada, al quedar ligeramente apartada por su postura se podía intuir el vestido de una pieza anaranjado algo ceñido que portaba. Si te preguntas cual era aquella postura era muy sencillo. La chica se encontraba con la cabeza apoyada en la barra, rodeando la misma ligeramente por sus brazos entrecruzados, mientras con su mano derecha seguía sujetando el ultimo cuarto de lo que en un origen era su copa; permaneciendo en aquella posición con la espalda arqueada y dejando colgando su busto, sin exponer su rostro desde hacia unos cuantos minutos, desde hacia bastante más de que entraran aquellos dos últimos invitados.
Todo daba a entender que la joven estaba ebria, la copa en su mano, la pose adormecida, las tres botellitas de sake dulce a su lado, de las que se puede intuir que dos están completamente vacías y solo teorizar por que nivel andaba la tercera. Al lado de las mismas se podía encontrar tambien un plato sucio, por el tipo de salsa que permanecía en el fondo del plato sin acabar de limpiar se podía intuir que habia en ella algun aperitivo o platillo no muy abundante de carne hasta hacia muy poco, no obstante si te fijas bien te darás cuenta que en realidad un poco más apartados hay hasta tres platos idénticos amontonados, haciendo un total de cuatro, quedando estos últimos un poco ocultos por la propia postura de la chica.
Pero aunque no lo pareciera la chica no habia sido afectada por el alcohol, bueno ligeramente pero no hasta el punto de haber sido victima de la ebriedad. Ella estaba cabizbaja pensando, no quería que nadie la molestara por ahora mientras meditaba profundamente, lo mejor era que pensaran que estaba durmiendo la mona por unos momentos; cuando en el fondo estaba sudando la gota gorda "Mierda, mierda, mierda..." Pero la meditación estaba siendo completamente inefectiva "¿Y ahora que hago nya...?" Estaba algo desesperada. Pero para entender bien esta situación nos tenemos que remontar ligeramente al pasado.
Lugar: Calle Random (País del Viento)
Fecha: Desconocida.
Hora: 14:51
Michi vagaba por las calles cubierta por el toldo andrajoso que habia desmantelado por la noche de una paradita callejera que parecía abandonada, lo más probable es que el dueño se hubiera metido en algun lio y se hubieran librado de él, llevándose sus mercancías por las molestias claro
- Este país apesta definitivamente - Diría en un tono para si misma, cuando esta sola tiene fácilmente ha hablar consigo misma
- Es como el sitio más seguro para hacer lo que quieras, al mismo tiempo que el más inseguro y peligroso, pero por todo aquí o tienes dinero para vivir como dios o mueres por las calles hasta que tiran tu cuerpo a la arena del desierto - Mientras deambulaba por algunos de los callejones que limitaban aquella ciudad con las afueras tocando al desierto, pudo notar como se intuía entre la arena de una duna la mitad de una calavera, ya estaba rota hasta la misma. Un gruñido de su estomago hambriento le mando el aviso de que si no solucionaba ese problema pronto se uniría a la media calavera en la arena, en el proceso natural que aquel desierto secaría la carne y erosionaría la misma junto a los huesos hasta volverlos polvo que se sumaria a las dunas alimentando a la arena
- Sera mejor que piense algo rápido - Dijo mientras un pequeño escalofrió la invadía incluso portando su capa.
Sus pasos irían por ahora sin un rumbo fijo entre los callejones pensando en que podría hacer, el patrón de movimiento que seguía era zigzagueante y confuso, digno de quien no sabe a donde coño va -
Por estos lugares pocos, muy pocos trabajos remunerados legales hay, como no me ponga a trabajar en alguna tienda o local, pero eso es extremadamente lento, no viviré a mi primer sueldo y que pereza trabajar tanto tiempo en un mismo lugar nya... Todas las opciones rápidas y rentables son trabajos de matón, asesinato, robo y bueno prostitución siempre es una opción - Había muchas opciones, unas que le interesaban más, otras que le interesaban menos, pero definitivamente era lo único que podía hacer por ahora
- Definitivamente en cuanto pueda me movilizo un tiempo en algun lugar menos apestoso, el país del fuego no queda lejos nya... - La felina avanzo sin hablar más por los callejones mientras buscaba llegar hacia algun punto más concurrido hasta que
- ...nueve mil y veinte mil... - Fue un sonido tenue, se escucho poco mientras pasaba de largo bajo una ventana y la hizo retroceder hacia atrás, caminando de espaldas como si rebobinara
- Es el doble de lo que el jefe nos pidió, es la ostia - Dijo una voz ronca y algo endeble
- Nos quedan 5 mil limpios para cada uno, que buen trato nos hicieron al final - Michi comenzó a trepar la pared, dando algunos brincos con los apoyos que encontraba por la fachada, quedándose colgada justo debajo de la ventana parando bien la oreja
- Estoy seguro de que el jefe no esperaba que sacáramos tanto margen - Diría el primero
- Sin duda, sino nos habría pedido mucho más, esto es un golpe de suerte hoy podremos festejar bien - Ambos se notaban extremadamente satisfechos y con mucha euforia, se podría decir que estaban ebrios de felicidad.
"Parece que solo están dos ahi arriba, han dicho antes tambien que se lo partirían cinco y cinco nyahahahaha..." Era la hora de un movimiento apresurado pero efectivo. Michi se desabrochaba la capa dejándola caer al suelo del calle con suavidad al planear levemente la misma por la brisa del medio día. Aun colgada en el muro la chica se bajaría un poco su vestido a una altura cercana a la mitad de su pecho, tras lo cual treparía por el muro de la fachada subiendo al marco abierto de la ventana, captando la atención de los dos maleantes con dicho movimiento, más lo único que encontrarían al mirar hacia ella, seria a la joven perfectamente sentada en el marco de la ventana mientras se levantaba ligeramente la falda de su vestido insinuando, al mismo tiempo que juntaba sus brazos realzando su busto, que al bajar tanto su escote parecía que en cualquier momento fueran a escaparse por la presión
- He escuchado que hay dos caballeros solventes por aquí... Me preguntaba si querían pasar un buen rato nya... - Los acontecimientos que ocurrirían en esa segunda planta de mala muerte en aquella ciudad sin ley serian omitidas a la prensa. Lo único que importaba que la gente supiera, es que al rato, no mucho, de ahi saldría Michi con un par de fajos de billetes que debían alcanzar los veinte mil y atrás dejaría a dos idiotas desnudos atados entre ellos, con un par de arañazos en su cara.
Y con un abundante capital repentino se produjo un cambio en su destino, una búsqueda que saciara del todo su apetito, por lo menos en cuanto a gula se refiere
"Mmm... Con este dinero podría ir a comer a casi cualquier lugar nyahahaha" Pero entonces, mientras caminaba, algo fue captado por su olfato, un suave y atrayente aroma procedente de un local
- Sniff Sniff... ¿Eso es esencia? - La pregunta era tonta, pero era evidente que lo era. Y de forma instintiva se adentro en el lugar. Allí dentro contemplo un entorno no muy lujoso, parecía más un bar de toda la vida, con clientes habituales, confianza en el tabernero, pero del mismo modo se tornaba peligroso por los contactos que habia en sitios así. De todos modos ella quería comer ahora, daba igual donde y lo cierto es que el aroma del lugar era muy atrayente, igual luego se podía dar algun lujo, así que confiaba. Paso de largo al lado de todas las sillas vacías de la barra hasta alcanzar la ultima en el fondo, un lugar donde la molestarían poco, tambien quedaba más discreta al ser una zona menos iluminada y cubierta de nuevo por el manto que volvió a recoger antes de irse quedaba muy discreta. Al fin y al cabo esos dos idiotas a los que robo tenían un jefe, no se sabe si darán en un rato vueltas por el lugar algunos matones buscándola. De modo que habia que por lo menos reponer fuerzas rápidamente.
El pedido de Michi fue sencillo
- Quiero algunos platillos con algo de carne y una botellita de sake dulce - Un pedido simple, pero que seria muy rentable cuando la hambrienta felina no dejaría de pedir una ronda tras otra saciando su sed y apetito. Cuando ya estaba satisfecha discretamente saco uno de los fajos para sacar algunos billetes con los que pagar la cuenta. Pero entonces se dio cuenta de una cruel realidad al pasar los billetes revisándolos bien mientras contaba sus gastos
"Que significa esto... Solo el primer billete es autentico, los otros son claramente falsos..." Un timo muy viejo en algunos lugares, un fajo de billetes en el que solo el de arriba es real, así parece que todo el fajo es autentico y hasta que no te pones a contarlo bien no te percatas de ello
"Pero si los escuche contando... Son tan idiotas que no se dieron cuenta nyaaaa..." La realidad era abrumadora, de los veinte mil ryos que pensaba que tenia, se acababa de quedar con doscientos, no daba ni de broma para pagar toda la cuenta. Cierto es que igual debería haberlo revisado, no obstante si que subestimo la estupidez de algunos humanos.
Y volvemos al presente...
"Dios mío... Que hago nya..." Michi estaba en una mala posición, en un bar así un mal movimiento como no pagar le podia costar bastante caro dado que no podía pegarse con tantos
"Igual podría convencer al dueño de hablar en privado y pagarle de una forma especial..." Estaba mal la cosa, por ahora prefería fingir que estaba un poco ebria, rezando por una apertura o suceso que le permitiera escaparse
"Encima me puse lo más lejos de la puerta..." Necesitaba un milagro, irse por patas o negociar muy bien con el dueño, habia que esperar al momento oportuno...
HABLO // PIENSO